02"Beso"

Para Guan Shan un día perfecto sería estar en casa acostado, sin ningún deber que hacer, sin preocupaciones por requerir dinero con urgencia o tener algún pendiente de la escuela. Quedarse a ver televisión o mirar videos graciosos en internet, cocinar solamente para preparar su comida junto a la de su madre y echarse largas siestas durante toda la tarde. Sin embargo, su día perfecto del viernes es estropeado con la presencia de cierto chico que se apareció en su casa sin tan siquiera avisarle directamente a él. Aunque debe admitir que cada vez que Tian va a su casa, nunca le avisó. Su madre lo ha dejado pasar fácilmente para su gusto, y no culpa lo amable y buena persona que es ella, sino que He Tian la deslumbra y convence con su aspecto de "chico bueno y estudioso".

En más de una ocasión, ha escuchado decir a su madre que "ese amigo tuyo es muy bien parecido, hasta los maestros hablan bien de él, deberías invitarlo a casa más seguido. Es una buena amistad para ti Momo". Agrega con ternura ella. Mo puede comprender que ella siempre quiere lo mejor para él, que no se junte con malas compañías y salga adelante. Qué no se dejé menospreciar por los eventos que han sucedido con su padre. Pero dejando eso de lado...

¿No puede tener aunque sea un día de paz ni en su propia casa? Es más y se vuelve a repetir como si pudiera conseguir una respuesta concreta, ¿Por qué su madre sigue dejándolo pasar tan fácilmente? ¿Sólo por ser un estudiante estrella? ¿Por qué ahora cree que son amigos cercanos? Aunque técnicamente He Tian y él ya son más que amigos cercanos, pero todavía sigue procesando ese hecho que aunque ya aceptó, nadie más sabe.

En esos momento está recostado de lado en el sofá mirando hacia el televisor donde se visualiza una serie de triller con un poco de romance. He Tian quién no lleva más de diez minutos desde que llegó se encuentra sentado, con las piernas del Omega encima de su regazo y jugando con sus descalzos pies como si fuese lo más divertido del momento.

Mo comienza a sospechar que tal vez el pelinegro tenga algún fetiche raro con los pies, con sus pies porque no deja de tocarlos y mirarlos detalladamente. ¿Qué mierda hace masajeando la planta de sus pies descalzos o pinchando sus deditos? Ni siquiera tiene tantas ganas para preguntarle, sólo quiere disfrutar de ver su serie y también le preocupa un poco escuchar su respuesta.

Pensar que ahora son novios, es un concepto complejo para él que todavía le parece increíble. Cómo si fuese irreal.

—Podria acostumbrarme a ésto. — opinó en voz alta el azabache quién se permitió recostarse cómodamente en el sofá, inclinándose hacia atrás pero sin soltar sus pies. Cargando una sutil sonrisa en su rostro.

—Tampoco te ilusiones demasiado.

Mo no esta del todo contento por la visita del azabache, ya que había interrumpido su tranquila tarde de flojera donde no tenía ni tiene ganas de hacerse cargo de ciertas responsabilidades. Además de que no le gusta que le toquen sus pies. Nadie hace eso, ni siquiera su madre desde que era un crío. Sólo el rarito de He Tian.

Puede intentar comprender que es normal que el Alpha quiere pasar tiempo con él ya que son pareja, pero todo le parece muy pronto. ¿O quizás él esté exagerando? A lo más que han llegado es a darse un duradero abrazo íntimo.

—¿Por qué no? En la escuela me abstengo a hacerte cualquier cosa que quiera de esté tipo. Debo aprovechar. — añadió para alargar su sonrisa y cambiar bruscamente de posición. Ahora se ha tirado hasta estar encima del pelirrojo, casi acorrolandolo contra el sofá.

He Tian recostado ahora encima del pecho y torso del otro, Mo teniendo que estirar su cuello para aguantar la cabezota de He Tian debajo de su mentón. Y como si aquello no fuese suficiente, el mayor se acomodó entre sus piernas, causando que por inercia y menos molestia que Guan Shan tuviese que abrirlas un poco para que esa parte del cuerpo del contrario, de la cintura para abajo no le molestarán. Dándose cuenta ya algo tarde de la posición un tanto conveniente — y mal pensanda—, que se ha creado y el calor que empieza a ventilar.

Su madre no llegará pronto, pero lo asustaría que de repente, ella entré a casa hasta llegar a la sala y ver a los dos así. No sabría cómo reaccionar o que decirle, pero le reza a todos los dioses que eso no suceda.

He Tian se recostó encima suyo, ¡Y pesa mucho para él! Sin mencionar que casi logra sentir la entre pierna del azabache frotándose con la suya. Mo le jalo los cabellos hasta alzar su cabezota, a He Tian no pareció dolerle mucho y sólo lo mira con desdén.

—¡Estamos en mi casa! — le reclamó aún intentando sacarlo de encima suyo, siendo inútil, el azabache se ha agarrado de él con fuerza además de ser muy pesado para él. ¿No puede entender lo incómodo que se siente tener las piernas un poco abiertas y en ese mismo espacio siendo ocupado por He Tian como si lo estuviste...?

No quiero ni pensarlo.

—Tía no está.

—¡Aún así...! ¿¡Dónde cojones estás tocando!?— se sonrojó e intento con más fuerzas sacárselo de encima cuando sintió unas manos escurridizas meterse bajo su playera en la parte de atrás, de su espalda. Y en vez de ascender, descendieron hasta el elástico de sus pantalones, donde los estiró un poco para meterse en ellos y acariciar sus glúteos cubierto por la delgada tela del bóxer que lleva puesto.

—Dejaré de tocarte si me correspondes mis besos. — contestó como si nada con una sonrisa tranquila e inocente. Sin dejar de apretar sus glúteos.

—Pides demasiado.

—Entonces no te quejes.

—¡Está bien, carajo!— lo detuvo, asustado de que He Tian siguiera tocando de más. Sin mencionar el hecho de que aún le aterra que su madre pudiera volver en cualquier momento de su trabajo. A pesar de que aún faltará una hora para aquello.

—¿En serio me dejaras besarte?— preguntó con una ilusión y deseo fiel en sus ojos que ni Mo puede creer.

Las feromonas de Alpha antes sutiles y que pasaban de desapercibido, ahora son un poco más fuertes. Delata lo que siente ahora, felicidad y emoción. Su aroma a madera, tierra húmeda y chocolate con menta es algo que se va extendiendo poco a poco por toda la sala. Algo que hace remover un poco nervioso a Guan Shan.

—¿Te callas o no te doy nada? Idiota. Y más vale que saques tus manos de mi pantalón. Es muy incómodo. — le amenazó, como si el otro le fuese hacer mucho caso.

He Tian sin hacerse del rogar se acercó hasta los labios. Ha estado esperado tanto ese momento que ahora todo parece quimerico. Un beso donde él pelirrojo corresponda y sea voluntario, no forzado ni agrió como el incidente que ocurrió varias semanas atrás cerca de la cancha de básquetbol de la escuela.

Algo tan irreal que sólo sucede en sus fantasías más bonitas. Pero ahí están los dos, sin interrupciones y muy pegados uno del otro. Aunque Mo no evita sentirse muy nervioso e inquieto hasta el punto de que sus mejillas se calentaran y por lo tanto, sonrojaran hasta las orejas y comenzará a temblar un poco. Será su segundo beso con la misma persona que le robó el primero. Pero en está ocasión siendo totalmente consentido por su parte y diferente al primero.

A pesar de que sigue molestándole el hecho de que He Tian siguiera encima suyo debido a su peso, cerró los ojos apenas sintió los labios del contrario presionarse con los suyos y la respiración del contrario chocar contra estos. Un cálido y fuerte cosquilleo descansa en su pecho, junto con los acelerados latidos de su corazón que tiembla en un regocijo extraño de alegría elocuente. No es tanto miedo, pero si nerviosismo por lo que está pasando en esos momentos y duda de lo que siente.

Mo siempre se ha considerado un total inexperto en ello, por lo que prefirió dejárselo todo al azabache al no tener ni idea de que hacer más que quedarse quieto y dejarse envolver por los labios del contrario. Al principio y debe admitir fue lindo, lento y tranquilo. A pesar de que su rostro aún lo siente arder, no fue tan malo como pensó en realidad. Sus labios temblaron un poco y también cosquillaban ante el tacto del ajeno, nada fuera de lo común o anormal. Más se asustó levemente cuando fue sintiendo la lengua del contrario hacerse paso en su cavidad bucal, chocando primero con sus dientes.

Lo que fue un beso lento, calmado y puramente tierno, se convirtió en algo más húmedo y frenético. Tanto así que Mo apartó algo desconcertado a He Tian de un empujón aprovechando que esté tiene la guardia baja sobre él, causando así que el beso se rompiera.

Agitado y nervioso, sigue pensando que van muy rápido. Le puede costar acostumbrarse a las nuevas muestras de afecto y cariño por parte del mayor.

—¡¿Qué mierda te pasa?!— cuestionó alterado a su vez que agarra grandes bocanadas de aire, realmente perdió el aliento durante el beso sin ser exagerado —¿Por qué hiciste eso?

—Asi se besa mi pequeño Mo.— contestó con picardía y con un «mote» extra y algo posesivo. —¿No te gusto que quisiera subir de nivel en el beso?— le dijo relamiendose los labios en una clara insinuación al pelirrojo, que sólo apartó su mirada aún con su rostro enrojecido y sumamente nervioso.

Antes de que Mo pudiera formular algo entre tantas emociones juntadas en un solo momento, He Tian se volvió acercar peligrosamente a él y le dejó un beso en su cuello bastante sonoro. Después se quitó de encima para tomar asiento y ayudar a Guan Shan de igual manera a levantarse hasta quedar sentado.

—... Sólo fue raro. ¿De acuerdo? No esperaba que hicieras eso de meter tu lengua en mi... Boca. — admitió casi murmurando ésto último debido a la pena que siente. Lo que no acepta admitir en voz alta es lo agradable que fue sentir ese cosquilleo en sus labios y su pecho caliente durante el beso.

Pero sigue siendo algo que teme, teme a lo "nuevo" y las cosas que conlleva tener una relación con él al ser bastante torpe para todo eso.

—¿No habías besado a alguien antes de mí?— preguntó para mirar de reojo la televisión. Se encuentra bastante satisfecho, de un muy buen humor por haber cumplido su meta de besar y ser torpemente correspondido a su montañita o pimiento, entre tantos apodos más que le tiene. Aunque también está consiente que Mo sólo se quedó quieto y él hizo lo demás, no sabe si creer que el beso realmente fue "correspondido".

El silencio de Mo lo dijo todo. Sintiéndose incluso especial y con un ego mayor por el increíble hecho de haber sido el primer beso del pelirrojo, aunque no haya sido en esa ocasión en la que ya son novios. Ya que el primero de hace un tiempo fue un tanto forzado e improvisado con claras intenciones de molestarle en aquel entonces, no se ha despejado de su mente la cara de horror y los ojos vidriosos de su amada, pequeña bolita pelirroja. Desde entonces ha querido volver a besarlo pero sin que sea forzado, que sea más emocionante y totalmente correspondido. Que transmita cariño y deseo en los dos mientras lo hacen.

He Tian nunca olvidará ese aroma que Mo desprendió al momento de besarlo, y también como reflejo confusión, éxtasis y aceptación. No cabe duda que la sutileza del aroma de Shan le es su favorito y también es etéreo. Aunque para una próxima, le gustaría olerlo mucho con más intensidad hasta que quedará completamente grabado.

No quiere que su pequeño Mo lloré por algo tan hermoso —a menos que sea en un futuro incierto y fantasioso en el día de su boda—, sólo necesita verlo entregado pero con esa fiereza y mirada desafiante propia del Omega que le encanta.

—...¿Y tú sí?— soltó vacilante luego de aquel extraño y largo silencio luego de la pregunta del azabache. Bajándose apenas su brillante rubor en su rostro.

—Nunca tuve tantas ganas de besar a alguien como a ti. — confesó sin vergüenza alguna y regalándole una perspicaz sonrisa al pelirrojo que si bien frunció el ceño un poco indignado y confundido, tampoco se enojó tanto como hubiese esperado.

—Podrias...— pidió vacilante e increíblemente tímido, asombrando al He.

—¿Hum?

—¿Podrías volver hacerlo? Sólo antes de que mamá llegué. — solicitó bastante apenado, sorprendiendo al azabache quién creyó estar soñando ante la misma petición del pelirrojo. Sin mencionar lo adorable que se ve frunciendo el ceño, mejillas rojas, mirando hacia otro lado mientras pide que se vuelvan a besar.

"¿Dónde estuvo está persona en toda mi vida?" He Tian cree firmemente tener esa necesidad de protegerlo y estar siempre a su lado para inexplicablemente; consentirlo y darle amor. Atesora lo divertido, introvertido y gruñón que puede ser su montañita, como un cachorrito que desconfía de las personas pero sólo necesita el calor, protección de estás para ser feliz, agradecido y entrar más en confianza. Para tener un hogar o gente a la quién pueda confiar.

—Me encantaría montañita. — le respondió mientras le pica una de sus mejillas, molestándolo.

—Deja de jalar mi mejilla. — le ordenó pero el azabache paso una de sus manos por su nuca para acercarlo a él y volver a unir sus labios.

Mo vuelve a sentir el beso ardiente como húmedo, una rara combinación pero que fue disfrutando hasta el punto de sentir una presión en su pecho agradable y de su espalda subir un fuerte cosquilleo como de si una corriente eléctrica se tratará, señal de que comienza a disfrutar de lo candente del beso y como esté sube de nivel a su propio ritmo.

No hubieron palabras exactas para describir el momento con más profundidad, sólo perdieron la noción del tiempo y con trabajo las cosas no se salieron de control, quedándose tan sólo en besos demandantes, húmedos y fieros hasta lograr morder un poco la comisura de los labios del otro ya sea para dominar o para unir sus lenguas en una danza viva hasta incharse los labios de tanto frenesí y calor. Que incluso al separase, las mejillas de ambos se sintieron calientes, buscando oxígeno para sus pulmones y un delgado hilo de saliva que desprenden sus lenguas fue la prueba de que existió algo ahí, en ese largo momento en qué se encontraron solos en la sala sin interrupciones, con la señora Mo fuera de hogar y la serie favorita de Guan Shan terminando en los créditos.

Ambos han encontrado una nueva forma de calentarse el cuerpo, de llegar a un éxtasis mediante sus bocas sin necesidad de desnudarse o frotar sus zonas más erógenas. Practicando largos periodos de besos hasta que su respiración y labios no rindieran para más pero gozarán de las sensaciones que esos mismos besos húmedos cargados de sentimiento les transmiten con fulgor. Ya sea claro pero no sé diga en voz alta, tanto Omega y Alpha se excitaron un poco por dicho roce de labios y es algo difícil pero disfrutable no llegar a más.

Un beso podría considerarse también una pequeña forma de unión de dos jóvenes amantes que apenas están experimentando este nuevo mundo y en el fondo desean más. Incluso exigen más tacto consentido por parte del otro. Por parte de su pareja.

—¿Puedo quedarme a dormir contigo?— preguntó el azabache reposando un poco su cuerpo sobre el hombro del más bajo, oliendo su fragancia y sintiendo su piel arder.

—No. — le contestó tomando grandes bocanadas de aire, poniéndose de pie y apartando al contrario para ir hasta la cocina y abrir el refrigerador. Tiene demasiada sed repentinamente, necesita agua fresca.

—Prometo besarte antes de irnos a dormir. — le dijo en voz alta para que el otro lo escuchará desde la cocina la cuál no queda lejos de la sala. He Tian reconoce cuando a Mo le gusta algo, y sin duda le gusta ser besado de esa forma. Pasional, dulce pero con un control dominante hasta que sus labios no pudieran para más.

Pero obviamente su montañita es muy orgulloso para admitirlo tan pronto y es eso mismo lo que adora Tian.

—Jodete He Tian.

No pasó ni un minuto cuando se escuchó la puerta abrir y unos pasos adentrarse a la casa.

—¡Ya llegué Momo!

Llegó más pronto de lo creyeron. ¿Habrá tomado taxi? Definitivamente si.

El aroma familiar y cálido de una Omega adulta inundó el hogar y el radar de los dos. Sutil y maternal que fue agradable apenas los olieron un poco. Con ropa de salir y su cabello igual de rojizo como el de su hijo, largo hasta debajo de los hombros y ondulado.

—Bienvenida tía. — se apresuró a decir He Tian para recibirla como se debe y ayudarla de inmediato con las bolsas que trae. La señora Mo —y su suegra aunque ella todavía no lo sabe—, se mostró claramente agradecida por la ayuda del más alto y un tanto sorprendida por verlo todavía en casa, pero no por ello disgustada.

Mo sólo se quedó bebiendo más agua fresca en busca de que no se notará que sus labios han sido tomados por alguien más de una manera espectacular, pasional y que esa misma persona se encuentra ahí, compartiendo techo y ayudando a su madre con las compras tan amable y caballeroso, como queriendo ganar su simpatía y agrado.

—¿Hicieron algo interesante?— preguntó la mujer curiosa, pero ninguno supo que responder exactamente. Obviamente no pueden revelar que se "comieron" a besos mientras ella estaba afuera.

Definitivamente, Mo Guan Shan odia los labios de He Tian, porque ahora que ha descubierto estas nuevas sensaciones, no quiere parar en recibir más de esa atención y tentación. No obstante, jamás admitirá que le gustan mucho los besos de ese creído y seductor Alpha que se hace llamar por él mismo, como su candente novio.

«Fin del segundo capítulo»

Palabras: 3,039.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Domingo 24 de enero del 2021.
Fandom: 19 Days
Au: Omegaverse
Nota del escritor:

Nueva actualización!
Espero no tardarme tanto en actualizar ya que está semana que viene ya se vienen todas mis clases de la facultad y obviamente dejan muchas tareas, proyectos y así. Desde borradores ya ando adelantando para que por lo menos, una vez a la semana les traiga algo de está historia que disfruto en historia apenas está comenzando. Espero les esté gustando, no será tan dramática, no aún...