La noche había pasado tranquilamente sin ningún contratiempo, y pronto las hermanas Xiao Long-Rose comenzaron su rutina desde muy temprano, siendo acompañadas por su padre para que tomaran una aeronave. Después de una rápida despedida, Ruby y Yang se encontraban actualmente en una de las muchas aeronaves que se dirigían a la Academia Beacon.

Ruby se concentró en el paisaje que podía apreciar a través de la ventana, sonriendo emocionada.

De pronto, la pequeña Rose se vio atrapada en unos brazos muy familiares, levantándola del suelo y abrazándola hasta la muerte.

—¡Oh, todavía no puedo creer que mi hermana pequeña venga a Beacon conmigo! ¡Éste es el mejor día de mi vida! —chilló Yang emocionada mientras mecía a su hermana en sus brazos.

—Por favor, para —Ruby apenas logró decir, sintiendo como el aire ya no circulaba por sus pulmones antes el típico abrazo de oso de su hermana.

—Oh, ¿qué te pasa? —cuestionó Yang, soltándola finalmente —. Vas a ir a Beacon dos años antes. Vas a ser como una súper chica.

—No quiero ser una súper chica, ni una chica increíble, ni nada de eso, quiero ser una cazadora normal que va a la escuela —murmuró Ruby cabizbaja, agachando la mirada hacia el suelo.

—¿Qué te pasa? ¿Pensé que serías feliz? —cuestionó Yang, esta vez frunciendo un poco el entrecejo con preocupación.

Antes de contestar, Ruby y Yang miraron a un chico correr a su lado para arrinconarse en una esquina —. Vaya, algunos no sirven en el aire —murmuró Yang arrugando un poco la nariz mientras el chico rubio parecía a punto de vomitar.

Ruby volvió a mirar a su hermana e hizo una pausa mientras consideraba su respuesta a la pregunta anterior que le hizo —. Bueno, lo soy, es solo que no quiero que otros me vean como algo especial.

—Pero eres especial, Ruby —dijo Yang mientras jalaba a su hermana en un abrazo lateral.

Las dos chicas se quedaron en silencio un rato mientras veían al monitor presentar la noticia. Mostraba una foto policial de Roman Torchwick, así como imágenes de Ruby luchando contra los matones que Roman tenía con él.

Eso hizo que Ruby se sintiera incómoda. Sin embargo, ese sentimiento pronto cambió cuando el profesor Goodwitch apareció en un holograma dando la bienvenida a los nuevos estudiantes.

[...]

Ozpin no estaba contento cuando vio la noticia y expusieron a Ruby en la pantalla.

A decir verdad, Glynda no entendía por qué, seguramente el director sabía que esto era inevitable, después de todo, si las noticias estaban sucediendo, entonces la prensa casi seguramente lo conseguiría.

—Ozpin, ¿hay algo que le molesta? —preguntó Goodwitch.

Ozpin suspiró —. No quería que las noticias presentaran a Ruby como su atracción estrella —confesó con cansancio.

Glynda pensó un momento antes de responder —. No entiendo por qué te molestaría algo así —admitió la mujer con el entrecejo fruncido.

—Hay muchas razones por las que no quiero que Ruby sea presentada en televisión, ambos sabemos el potencial que tiene y la atención no deseada que atrae —le respondió el mago con seriedad.

—¿Se trata de sus ojos o hay algo más que no me estás diciendo? —Goodwitch preguntó con la preocupación acribillando sus rasgos.

Aunque era común que Ozpin tuviera secretos, incluso de ella, definitivamente no apreciaba que se mantuvieran.

—Es un tema delicado, puede que te lo cuente en algún momento, sin embargo, en este momento no tengo ganas de hablar de ello —ante esa respuesta, ella lo miró con una mirada que podría matar a un lobo, por lo que Ozpin suspiró —. Si quieres saberlo, pregúntale a Ironwood —ella asintió con la cabeza y tomó nota mental de preguntarle a James más tarde.

[...]

Ruby y Yang salieron de la aeronave junto a los otros pasajeros, ambas hermanas caminaron juntas hasta llegar a la entrada del lugar, admirando la vista de la majestuosa academia.

—Ninguna vista se acerca a ésta —dijo Yang con una media sonrisa mientras se cruzaba de brazos, claramente fascinada con la academia.

—Wow... —susurró Ruby, pero antes de siquiera poder seguir sintonizada con la apreciación de la academia junto a su hermana, la joven de capucha roja encontró su primera distracción —¡Oh, Yang! —exclamó con total emoción mientras observaba a otros candidatos a estudiantes —¡Mira todas esas armas! —chilló, colocando sus manos contra sus mejillas mientras apreciaba los distintos tipos de armas que podía ver. Yang arqueó una ceja hacia su hermana, quien seguía fascinada hasta el punto de querer escabullirse para ver más armas, entonces fue cuando Yang la atrapó por la capucha.

—Ruby, cálmate, son solo armas —le dijo a su hermana en un intento de apaciguarla, pero en cambio recibió una mirada ofendida y dolida de la más bajita.

—¿¡Solo armas!? ¡Yang, son una extensión de nosotros mismos, una parte de nosotros! —refutó la joven con convicción, solo para volver a sonreír —¡Oh! Son tan cool —susurró, dejándose llevar de nuevo por la emoción para recorrer su mirada hacia otras armas mientras volvía a guardar a Crescent Rose.

—Está bien, lo entiendo —admitió Yang, conociendo el monólogo de su hermanita de pies a cabeza —, pero ¿no estás contento con la tuya? —preguntó con curiosidad, colocando una mano en su cadera y mirando a su hermana con una pequeña sonrisa. Repentinamente, se escuchó el cambio de marcha, y Ruby ya estaba abrazando su guadaña.

—Por supuesto que me encanta Crescent Rose. Simplemente me gusta ver armas nuevas, es como conocer gente nueva, solo que mejor —Ruby respondió, murmurando la última parte.

—Ruby —dijo Yang mientras se acercaba a su hermana y tomando su capucha le cubría la cara —. Necesitas conocer a otras personas —terminó con seriedad, esperando que su hermana pudiera salir de su caparazón.

—¿Por qué necesitaría a otras personas cuando podría pasar el rato contigo? —Ruby preguntó dócilmente, nada contenta por la idea de conocer personas.

—Bueno —dijo Yang alargando la palabra mientras se rascaba la parte posterior de la nuca con nerviosismo —. Mis amigos están aquí, queremos ponernos al día. ¡Así que bye, Ruby! —recitó atropelladamente sin tomarse un respiro, para después separarse de su hermana e ir corriendo hacia el grupo y huir.

—¡Oye, espera! ¿No tenemos que ir a buscar nuestros dormitorios? ¿Dónde están los dormitorios? ¿Incluso tenemos dormitorios? —Ruby cuestionó rápidamente antes de gimotear, ya siendo acompañada por la soledad —No sé lo que estoy haciendo —murmuró mareada y aturdida, dejándose caer hacia atrás en el suelo. En ese momento, Ruby aterrizó en el equipaje de alguien sin darse cuenta hasta que ya era tarde y las maletas salieron volando en todas direcciones.

—¡¿Qué crees que estás haciendo?! —gritó la niña con aparente irritación una voz que se describiría como 'remilgada'. Ruby miró hacia arriba para ver a una chica vestida con una falda blanca hasta la rodilla, chaqueta pálida, también llevaba una pequeña tiara blanca que hacía juego con su cabello y piel pálida —¡Cuidado con eso que es polvo! —exclamó la niña cada vez más molesta.

Ruby, quien aún seguía en el suelo, frunció el entrecejo con preocupación —. Ugh... Lo siento.

—¿Lo siento? —la chica cuestionó, casi en tono de burla —¿¡Tienes alguna idea del daño que pudiste haber causado!?

—Eh... —musitó Ruby aturdida, sin poder seguirle la pista a la chica y extendiéndole una de las maletas, solo para que la tomara de sus manos y exclamara un "¡Dame eso!", abriendo la maleta y recalcándole a la menor que lo que tenía ahí era polvo de la compañía Schnee. La chica de cabello blanco como la nieve, pronto sostuvo un frasco en una mano, agitándolo mientras seguía reprendiendo a Ruby.

El siguiente minuto pasó dolorosamente lento para Ruby mientras continuaba siendo reprendida por la chica vestida de blanco. Los gritos cesaron cuando sintió que algo le hacía cosquillas en la nariz, se levantó del suelo mientras luchaba contra las cosquillas, pero luego estornudó por las partículas del polvo que escaparon del frasco que sostenía la de cabello blanco al agitarlo repetidamente mientras la reprendía.

Lo próximo que se escuchó, fue un estruendo junto a una columna de humo rojo y centellas sobre la chica de cabello blanco.

[...]

En la oficina del director de Beacon, Ozpin miraba por la ventana observando la columna de polvo rojiza emerger al cielo, y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

—Si tuviera que adivinar, diría que Ruby Rose acaba de conocer a la Srta. Schnee de una forma explosiva —dijo Ozpin.

Glynda se acercó al lado Ozpin —¿Cómo puedes saber eso? —preguntó con cierta curiosidad arqueando una ceja.

—Porque eso es lo que pasó cuando Qrow conoció a Winter —explicó en pocas palabras el hombre con un toque de diversión.

Al escuchar eso, Glynda sonrió, planeando preguntarle a Qrow sobre ese encuentro en algún momento.

[...]

Ruby miró apenada a la chica de cabello blanco —¡En verdad lo siento! —se disculpó apresuradamente, pero la desconocida parecía no querer dar su brazo a torcer.

—¡Completo idiota! ¡Podrías haber hecho que nos mataran! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! ¡¿No eres un poco joven para estar aquí?! ¡Ésta no es una escuela de combate común! ¡No es sólo prácticas y sparring! ¡Estamos aquí para luchar contra monstruos! ¡Así que tienes que mirar hacia dónde vas! —la chica de cabello blanco lanzó su perorata sin detenerse, obviamente molesta ante las acciones de la chica que claramente era menor en edad que ella o del requisito de admisión en la academia.

—¡Dije que lo sentía, princesa! —exclamó Ruby con el entrecejo fruncido, comenzando a cansarse de la actitud de la chica.

—Es 'heredera' en realidad —corrigió una voz femenina más centrada y calmada. En ese momento, una chica vestida de negro, ojos ambarinos, cabello negro como la noche y un lazo morado en la coronilla, se acercó a los dos —. Ella es Weiss Schnee, segunda heredera de la empresa de polvo Schnee, una de las mayores productoras de energía en el mundo —informó la tranquila chica, abrazando contra su abdomen un libro que aparentemente antes leía.

—Gracias, finalmente un reconocimiento —dijo Weiss con notoria satisfacción, que rápidamente sería derrumbada.

—La misma empresa conocida por condiciones de trabajo controvertidas y socios comerciales turbios —arremetió la pelinegra con tranquilidad ganándose una mirada ofendida de la peliblanca.

Las palabras de Weiss se atascaron en su garganta, luchando por responder a tal ofensa hacia su persona y su patrimonio —¿Cómo te atreves? —siseó entre dientes, intentando marcharse y pasar a ambas chicas de largo ante tal ofensa.

Pero en ese momento, Ruby pensó en algo que habría enorgullecido a Yang —¿No suena 'Schnee' como un estornudo? —preguntó inocentemente.

En ese momento, tanto Weiss como Blake la miraron. Lo que hizo que Ruby se sintiera un poco incómoda, el sonido de los grillos chirriando se podía escuchar mientras un incómodo silencio las envolvía a las tres.

—Um, lo siento, simplemente me vino a la cabeza, no quise decir nada con eso —murmuró Ruby tímidamente, creyendo que quizás, no debió expresar su pensamiento, pero en ese instante, Blake comenzó a reír cuando Weiss todavía estaba en estado de shock por lo que acababa de escuchar. Ni siquiera lo había pensado antes de que Ruby lo dijera.

Weiss al final se alejó en silencio y enojada, dejando atrás que sus ayudantes se encargaran de levantar las maletas, mientras la risa de Blake pronto se reprimió y también comenzó a alejarse.

Cuando Ruby comenzó a mirar a Blake, ya se estaba yendo. Ruby suspiró agotada, dejándose caer al suelo de nuevo solo para acostarse y mirar hacia el cielo, que el suelo se la tragara por completo.

—Supongo que no soy la única teniendo un mal primer día. Bienvenida a Beacon —murmuró decaída, cerrando sus ojos y pensando seriamente si mejor se quedaba para siempre en el suelo.

Después de un momento, un chico alto, de cabello rubio y ojos azules se acercó a ella —¿Necesitas una mano? —preguntó con una pequeña sonrisa, extendiendo su mano hacia ella.

Ruby tomó la mano del niño y él la levantó —. Gracias —dijo finalmente, sonriendo un poco.

—No hay problema, soy Jaune, por cierto —se presentó, y ella sonrió un poco más ante eso.

—Soy Ruby —ella respondió, para después reír débilmente —, espera, ¿eres el chico vómito? —preguntó con curiosidad, aun cuando sabía la respuesta.

—¿Y tú no eres 'cara de cráter'? —cuestionó él con diversión, haciendo reír a la azabache.

[...]

Los dos chicos terminaron caminando juntos por los alrededores de la academia mientras charlaban casualmente.

—Entonces, ¿por qué me ayudaste? —preguntó ella con curiosidad.

—Bueno, mi mamá siempre decía que un extraño es solo un amigo que aún no has conocido —respondió Jaune con tranquilidad.

El silencio los rodeó por un tiempo hasta que Ruby decidió romperlo.

—Entonces... —dijo la azabache alargando la palabra —tengo esta cosa —Ruby sacó a Crescent Rose, convirtiéndola en su modo guadaña para mostrársela.

Jaune saltó hacia atrás sorprendido —¡Wow! ¿Eso es una guadaña? —dijo fascinado, mirando de cerca el arma de la chica.

—También es un rifle de francotirador de alto impacto —alardeó Ruby con una pequeña sonrisa.

—¿Un qué? —murmuró Jaune claramente confundido.

—También es una pistola —simplificó Ruby la explicación, obteniendo solo un "oh" por parte del chico —¿Y tú qué tienes? —preguntó.

—Bueno, tengo esta espada —Jaune respondió mientras sacaba su arma de su funda. Ruby murmuró un pequeño "Oh" mientras miraba de cerca el arma —. Y este escudo también, cuando me canso puedo encogerlo y guardarlo.

Ruby frunció el entrecejo —¿No sería eso...? —murmuró, y el chico solo suspiró.

—Sí, lo sé —Jaune dijo, sabiendo exactamente lo que iba a decir sobre que pesaría exactamente lo mismo.

—Bueno, soy un poco tonta cuando se trata de armas —dijo con una suave risa —, supongo que me excedí un poco al hacer Crescent Rose —comentó mientras mostraba con orgullo la guadaña.

—Espera, ¿hiciste eso? —cuestionó Jaune sorprendido.

—Por supuesto, todos en Signal fabrican sus propias armas. ¿No hiciste tú las tuyas? —preguntó con curiosidad.

—No, mi tatarabuelo lo usó durante la guerra —explicó mientras suspiraba —, es más como una herencia familiar.

—Suena como una antigüedad, pero bueno, mucha gente opta por lo clásico, no muchos saben apreciar lo clásico, así que me gusta tu arma —dijo ella con una sonrisa mientras seguían avanzando. Jaune solo susurró: "Sí, clásico", solo para continuar por el camino en silencio por algunos segundos.

—Entonces... ¿Sabes dónde estamos? —preguntó Ruby finalmente, percatándose de que ella no tenía idea de hacia dónde iban.

—No, te estaba siguiendo —admitió Jaune, deteniéndose para mirar el alrededor —¿Crees que hay un mapa en alguna parte? —él preguntó, y al escuchar eso, Ruby comenzó a reír, completamente ajena a que los dos estaban siendo observados.

[...]

Ozpin, quien siguió la pista de su nieta caminando por los alrededores de la escuela junto a Glynda. Entonces, él vio que Ruby y Jaune iban por el camino equivocado —. Glynda, adelante, me olvidé de ocuparme de algo que ya no se puede posponer más —dijo el hombre, mirando a la distancia a Ruby reírse de algo que el chico rubio dijo.

—¿Y qué podría ser eso? —cuestionó Glynda sin creerle ni por un segundo, teniendo la ligera sensación de que el director estaba más interesado por la joven que cualquier otro estudiante.

—Oh, algo en mi habitación privada, puedo ocuparme de ello, pero deberías seguir adelante —le dijo sin inmutarse por su tono —. Y, además, me aseguraré de que la señorita Rose llegue al auditorio, después de todo, Ruby es la hija de Taiyang Xiao Long, y sé que los recuerdas de cuando eras un estudiante aquí, ya que estabas en el mismo grado que ellos.

Tan pronto como Glynda lo escuchó decir su nombre, los recuerdos la inundaron. Las bromas de Tai, Qrow tratando de pelear todo el tiempo y el mal genio de Raven. Oh, ese mal genio de Raven siempre conduce a que un edificio se caiga.

Recuerdos sobre Qrow y Raven que le congelaron la sangre, los dos se habían metido en muchos problemas que ella tenía que arreglar, literalmente en algunos casos.

[...]

Tan pronto como su colega se fue para llegar al auditorio, Ozpin siguió a Ruby y Jaune para asegurarse de que la joven estuviera a salvo. Tomó una foto de Jaune y puso una nota al margen diciendo que lo vigilaran.

Ozpin no era el padre de Ruby, pero era su abuelo y no iba a permitir que ningún chico se aprovechara de ella.

Algunos llamarían paranoia a sus acciones, sin embargo, Ozpin lo llamó 'estar preparado'.

Poco después de escucharlos decir que estaban perdidos, tuvo un pensamiento: "Ya era hora de que se dieran cuenta", suspiró para después acercarse a ellos.

—Quizás pueda ayudar —intervino el hombre, captando la atención del dúo.

—Profesor Ozpin, ¿qué está haciendo aquí? —preguntó Ruby con una pequeña sonrisa.

—Bueno, tenía algunos asuntos que atender, sin embargo, me dirigía al auditorio cuando los vi a ustedes dos —respondió el profesor, correspondiendo a la sonrisa de su nieta.

—Oh, está bien —dijo Ruby, sintiendo una pizca de decepción por qué sentía que esa no era exactamente una respuesta adecuada, como si sintiera que era por algo más, pero, así como vino ese pensamiento se fue.

—Bien, entonces sígueme, no creo que quieran llegar tarde al auditorio —les dijo ambos, a lo que asintieron en respuesta. Y con eso, los tres se dirigieron al salón principal.

Mientras los tres caminaban, Ruby quiso romper el silencio —. Entonces, profesor Ozpin, ¿cómo conoce al tío Qrow? —preguntó con curiosidad, mirando directamente al hombre.

Ozpin pensó en qué decir antes de responder —Bueno, para empezar, estuve aquí incluso antes de que él fuera estudiante aquí en Beacon —comentó con una pequeña sonrisa.

—¿En realidad? —chilló ella emocionada.

—Sí, también él y su equipo eran buenos amigos de mi hija —agregó, mirando a la joven con una pizca de nostalgia, pronto, los tres charlaron un rato hasta que se quedaron en la entrada de un edificio.

Ozpin se volvió para mirar el edificio frente a él, el auditorio, su destino.

—Bien, aquí estamos. ¿Por qué no se unen al resto de los nuevos estudiantes? Necesito ir a buscar al profesor Goodwitch —les dijo ambos jóvenes, y con eso se separaron.

[...]

Después de ingresar por completo al auditorio, el dúo observó a la cantidad de personas que había en el lugar, hasta que pronto una voz familiar llegó a los oídos de Ruby.

—¡Oye Ruby, te salvé un lugar! —gritó Yang, sacudiendo su brazo para llamar la atención de la azabache.

—Oh, esa es mi hermana, tengo que irme, nos vemos luego Jaune —dijo rápidamente Ruby separándose del rubio y corriendo a encontrarse con su hermana.

—¡Oye, espera! —exclamó Jaune aturdido, solo para después suspirar al haberse quedado solo —¡Ah, hombre! ¿Ahora dónde voy a encontrarme con otra chica linda y peculiar con quien hablar? —susurró deprimido, caminando hacia otra parte del auditorio, mientras, una chica alta, de cabellos rojos como el fuego y ojos esmeraldas lo miró con cierta curiosidad desde unos metros detrás de él hasta que desapareció.

Por otro lado, Ruby llegó hasta donde Yang estaba.

—Entonces, ¿cómo está tu primer día hasta ahora, hermanita? —le preguntó la rubia con una sonrisa, esperando expectante la respuesta.

—¿Te refieres a después de que me abandonaste y exploté? —preguntó Ruby arqueando una ceja mientras se cruzaba de brazos disgustada.

—Maldición, ¿ya te deprimiste? —Yang preguntó con los brazos en jarra, mirando a su hermana con preocupación.

—No, literalmente exploté frente a la escuela, hubo fuego y creo que algo de hielo —respondió Ruby haciendo una pequeña mueca.

—¿Estas siendo sarcástico? —Yang cuestionó con una media sonrisa, sin poder tragarse del todo la historia de su hermana y creyendo que era algo metafórico.

—¡Ojalá lo estuviera! —exclamó Ruby con amargura —¡Ésta chica estuvo gritándome y realmente, realmente solo quería que se detuviera! —chilló.

En ese momento Weiss Schnee salió de la nada —¡Tú! —exclamó la heredera con total irritación, acercándose a las hermanas con pisadas fuertes.

—¡Oh, Oum! ¡Está sucediendo de nuevo! —Ruby gritó asustada mientras saltaba a los brazos de su hermana, quien la atrapó mientras miraba a la chica peliblanca.

—¡Eres afortunada de no haber volado la mitad del peñasco! —Weiss gritó con total irritación con sus manos en las caderas y mirando con desaprobación a la chica. Los ojos de Yang se abrieron enormemente para después mirar a su hermanita.

—Oh, Dios mío, realmente explotaste —susurró Yang en shock.

—¡Fue un accidente! ¡Fue un accidente! —Ruby chilló arrepentida de siquiera haberse cruzado con la aterradora chica. De pronto, Weiss extendió un folleto hacia el rostro de Ruby, quien, confundida, finalmente se bajó de los brazos de su hermana y miró fijamente el pedazo de papel —¿Qué es esto? —preguntó. En ese momento Weiss miró más allá del panfleto y comenzó a hablar en un tono rápido y agudo.

—¿Um? —fue la única respuesta de Ruby

—¿Quieres compensarme? —preguntó Weiss al notar que la chica no le siguió la pista completamente.

—¿Sí? —fue la respuesta llena de duda de Ruby.

—Entonces lee esto y no me vuelvas a hablar —respondió cortante la peliblanca para después darle el folleto a la azabache y cruzarse de brazos.

En ese momento, Yang decidió intervenir —. Miren, ustedes dos empezaron con el pie izquierdo. ¿Por qué no empezar de nuevo? —preguntó, esperando poder calmar la atmosfera entre ambas chicas.

—Gran idea hermana" dijo Ruby dedicándole una sonrisa, para después volverse hacia Weiss —. Hola, mi nombre es Ruby, ¿quieres pasar un rato?

—Sí, y podemos pintarnos las uñas e ir a comprar útiles escolares y hablar sobre ropa y chicos guapos como altos rubios y desaliñados —Weiss dijo con sarcasmo mientras señalaba a Jaune.

—¿En realidad? —Ruby preguntó esperanzada sin captar el tono de voz de la heredera mientras detrás suyo Yang suspiraba.

Pasaron los segundos antes de que la peliblanca le respondiera —. No dijo cortante, provocando que Ruby bufara y Yang sacudiera su cabeza con cansancio.

Mientras, en el frente del auditorio, Ozpin estaba buscando a la señorita Goodwitch mientras se sentía bien consigo mismo después de su breve charla con su nieta. Pronto encontró a su colega y procedió a dirigirse a los estudiantes.

—Haré esto breve... —comenzó antes de pasar por el discurso que hacía todos los años —. Han viajado aquí en búsqueda de conocimiento, para perfeccionar su técnica y adquirir nuevas habilidades, y cuando terminen, planean dedicar su vida a la protección de las personas, pero los miro, y todo lo que veo es energía desperdiciada, una necesidad de propósito, de dirección. Ustedes asumen que el conocimiento los liberará de ella, pero durante su estancia en esta escuela, descubrirán que el conocimiento los lleva hasta cierto punto y depende de ustedes dar el primer paso.

Una vez concluyó el discurso, el director de Beacon se retiró, dando el control a la profesora Goodwitch para darles una serie de indicaciones a los jóvenes aspirantes a ser alumnos de la academia.

[...]