Maldito Malfoy. Ha manipulado sutilmente a Ginny para que lo invite a salir con ellos. Sabía que Parkinson y Nott iban así que había esperado que Draco se uniese también. Pero no; el idiota es tan adicto al trabajo como Parkinson han mencionado en varias ocasiones durante la cena.

Cada vez entiende mejor a Ginny. Cuando comenzó a salir con Zabini todos pusieron el grito en el cielo. Pero ahora que empieza a conocer mejor a los slytherin tiene que admitir que tienen su punto. Uno muy bueno.

Además, desde que Ron y Hermione tienen hijos, su vida social se ha visto muy reducida. Casi todos sus amigos comienzan a tener familia y él se siente fuera de lugar. Como Ginny. Que aunque tiene una relación como tal, no se siente que está con una pareja cuando ha salido con ambos. De hecho, el día que fue a cenar con ellos, Parkinson y Nott se sintió muy a gusto. No tuvo la sensación de estar con dos parejas en ningún momento. Tienen un humor muy particular, pero son muy leales.

Él ha intentado tener una "pareja" también. No le fue tan mal con Dave, pero nunca se sintió muy real. Igual se forzó un poco porque todo el mundo a su alrededor parecía estar emparejado y feliz. Menos mal que nunca llegaron a vivir juntos, ya solo que empezase a trabajar en su casa (porque la suya propia era muy pequeña) le dio muchos quebraderos de cabeza, aunque, ¿habría besado a Draco si no hubiese sido por él? No puede evitar sonreír al recordarlo. Aunque debería parar ya. Salió literalmente corriendo cuando lo besó, no sabe por qué cree que verle de nuevo va a cambiar algo o a ayudarle de alguna forma.

Pero, es lo que pasa cuando te gusta alguien ¿no? Todo se vuelve irracional. Solo el hecho de que le guste, es lo más irracional que ha sentido nunca.

Durante la cena oye a Parkinson y a Nott hablar de un Draco que él no vió el día que vino a ayudarle aunque si que reconoce algo de eso en él. Un Draco encerrado en sí mismo, sumergido en su trabajo para no afrontar la realidad. Uno que no sale porque eso sería enfrentarse a una parte de él que no le gusta y que sin querer ha estado alimentando aislandose. Él lo entiende muy bien, es algo parecido a lo que él sufrió cuando terminó la guerra y no podía poner un pie fuera de su casa sin que nadie le observase y le juzgase. Sabe que Draco lo ha tenido peor —bastante peor, según cuenta Pansy— por haber pertenecido a los mortífagos y todo lo que eso conlleva. Le gustaría decirle que él puede comprender lo que significa estar marcado para siempre aunque su marca tenga forma de rayo; la gente siempre le miran ahí cuando le hablan como para comprobar que es él realmente. Tiene la sensación, que cuando conoce a alguien por primera vez y le ve buscando su cicatriz con la mirada, de que esa persona no quiere hablar con él, si no con Harry Potter. Y por más absurdo que sea, él no es esa persona con la que todo el mundo parece querer hablar.


Su plan va bien, ha salido varias veces ya con el grupo, y aunque inicialmente empezó como algo para tratar de ver al slytherin, el resto ha empezado a gustarle. En especial Pansy. Es ácida y sarcástica, y muy parecida a Ginny. Ya casi se está convirtiendo en un habitual, solo desearía que Draco se uniera a ellos también, así serían seis y él no se quedaría tan colgado.

La oportunidad se presenta pronto. Un par de semanas después del encontronazo en su casa, Ginny se presenta en su trabajo para ir a comer juntos. Como su amiga es igual de directa que él, va al grano sin rodeos.

—Harry, hay algo que necesito hablar contigo —le dice entrelazando los dedos de sus manos y mirándolos fijamente—: la semana que viene, como sabes es el cumpleaños de Blaise. Y yo quiero que vengas —Harry la mira sin entender bien a donde va a ir a parar la conversación—, pero Draco Malfoy va a estar allí. Es uno de sus mejores amigos, Blaise dice que creía que iba a declinar la invitación, pero ha dicho que le apetece venir. De todas formas, según ellos, no creen que se quede mucho, al parecer está trabajando en un proyecto muy importante y ya es raro que haya accedido a abandonar su laboratorio.

—¿Y qué pasa? ¿No puedo ir si él está allí? ¿Es él quien no quiere que vaya?

—No es eso, pero pensé que no querrías ir si sabías que él venía. Sé que ahora te llevas bien con Pansy y Theo y ellos te adoran también, si no, no te habrían invitado, pero pensé que dado tu historial con Draco, te parecería demasiado estar en la misma fiesta que él.

—Vamos, Ginny, somos adultos, ¿no? —dice intentando sonar lo más inocente posible—. No hay ningún problema por mi parte. No es como si nos fuésemos a pelear como dos críos o a maldecirnos en mitad de la fiesta. Ya no estamos en Hogwarts.

Ginny le mira y sonríe pensando que tiene razón.


El sábado siguiente a las seis se presentan en casa de Zabini. Aunque llamar a eso una "casa" es una simple forma de hablar. Como Ginny le había advertido que tenía que elegir con cuidado lo que tenía que ponerse, al final han terminado los dos en casa de ella para ir juntos desde allí y que su amiga le asesorase en ese aspecto. Lo que ha sido un acierto, incluso ha podido peinarle. No recuerda haberse arreglado tanto desde la cena que dio el ministerio en el décimo aniversario del día de la Victoria.

Cómo llegan elegantemente tarde, todos están allí cuando atraviesan la puerta. El propio Zabini —cortesía que ha tenido gracias a llegar con la novia del anfitrión— les conduce hasta el salón donde todos se acercan a saludarles muy amablemente.

—Vaya, Potter —le dice Pansy colgándose de su brazo y echándose hacia atrás para verle la espalda (y lo que no es la espalda)—, tú sí que sabes cómo llevar un traje.

—Después de mirarme el culo así, podrías empezar a llamarme por mi nombre, ¿no crees? —responde haciendo que se sonroje un poco.

Pansy y Nott se ríen, y a él casi se le sale el champán por la nariz. Ginny le sonríe y le hace señas de que lo está haciendo muy bien.

Aunque ha intentado evitarlo, al final, hace contacto visual con Draco. No sabe si debería acercarse a él directamente y saludarlo. Pero nota su mirada clavada en él cuando no lo está mirando y eso no le hace sentir muy cómodo. Además, está muy guapo. Solo lleva una camisa y un pantalón negro, pero cada vez que le mira y se lleva la copa a los labios tiene que contar mentalmente hasta diez para no ir hasta él, acorralarlo en un rincón y besarle hasta que se le quiten todas las tonterías de la cabeza.

Esa noche hay más gente a la que no conoce. Así que intenta quedarse con el pequeño grupo para no llamar la atención. Aunque no lleva las gafas y se ha escondido la cicatriz estratégicamente con ayuda de espuma para el pelo y la maña de Ginny, no quiere que la gente le reconozca y pase lo que siempre que va a un lugar concurrido, termina pasando.

—No te preocupes —la voz de Pansy le pilla por sorpresa—, aquí nadie te va a venir a molestar por ser quien eres. No es que no les gustes —aclara en seguida—, pero aquí cuando alguien es una celebridad, se le suele ignorar para denotar que no eres menos. Somos así de snobs.

No puede evitar reírse del comentario, pero también sentirse aliviado.

—Gracias —dice mientras nota como los músculos de su espalda dejan de estar en tensión—, ahora creo que por fin voy a relajarme y a divertirme. Empezaré con un poco de whisky.

Pansy le aprieta el agarre de su brazo para evitar que se vaya.

—¿Por qué no empiezas por acercarte a él? Creo que solo necesita que des tú el primer paso.

Cuando mira hacia donde la chica está señalando se encuentra con Draco charlando con un chico al que no conoce.

—Mira, Pansy, no sé que te habrá contado… Pero fue él quien se fue corriendo, así que si quiere que hablemos…

—¿Que se fue corriendo? ¿De dónde? —le cuestiona ella frunciendo el ceño.

Mierda. Es un bocazas sin remedio.

—Olvídalo —y aunque lo dice, sabe que hay cero esperanzas de que lo olvide.

—¿Qué ha pasado? ¿Ya os habéis peleado?

Harry se pasa la mano por la cara para intentar aclarar sus ideas. Pansy no va a largarse sin esa información. La conoce poco, pero lo suficiente para saberlo. ¿Puede confiar en ella? Podría mentirle, pero también podría ser una buena fuente de información en cuanto a Draco se refiere. Igual ser sincero ayuda.

—Le pedí ayuda para que sacase todas las cosas de pociones del laboratorio que Dave tenía en mi casa. Cenamos, nos reímos, hablamos mucho, bebimos un poco y le besé. Y en cuanto lo hice, salió corriendo de mi casa y no ha vuelto a dirigirme la palabra. Pero claro, no es como si antes nos hablásemos… —vomita de una vez casi sin respirar.

Puede ver la sorpresa en la cara de Pansy y no la culpa.

—Vale, ahora entiendo algo… Pensé que simplemente os odiabais… Ahora vengo.

Harry no sabe qué intención tiene, pero la ex slytherin se va de su lado y con paso seguro se dirige hacia Draco; echa a la persona con la que el rubio está hablando y ambos parecen discutir durante unos segundos. Después, el rubio le dirige lo que podría clasificarse como una mirada asesina.

Y a los pocos minutos le tiene justo a su lado con un vaso de whisky que se bebe de un trago. No podría ser más incómodo, obviamente lo está evitando.

—Mira, Draco —le dice usando su nombre sin querer—, lo siento, ¿vale? Siento lo que pasó en mi casa, ¿no podemos olvidarlo?

Lo ha dicho en un tono bajo para que nadie más pueda oírlo aunque lo intenten. Lo ve suspirar y como lucha para por fin hacer contacto visual.

—Si es lo que quieres… —dice igual de bajo.

—Creo que es lo mejor. No quiero estar incómodo y no disfrutar de la fiesta. Así que borrón y cuenta nueva.

Draco solo hace una señal con la cabeza, como diciendo, "adelante" que Harry interpreta como que está de acuerdo.

Quiere hablar con él, le gustaría volver a verle en un ambiente más relajado, ellos dos solos, donde Draco esté más receptivo que ahora y no como un gato asustado preparado para sacar las garras.

Pansy y Theo interpretan que todo está aclarado cuando los oyen hablar, se unen a ellos y la conversación vuelve a fluir de manera normal. Charlan sobre trivialidades y sobre otras personas de la fiesta lo cual los distrae durante un rato.

Draco se siente más relajado poco a poco, como si de repente toda la tensión que ha acumulado durante la noche se evaporase No sabe porqué volver a hablar con Harry le hace sentir mejor, más cómodo y más en casa. Verle divertirse con sus amigos le gusta, no sabría explicar que es, pero es como si de repente, Harry hubiese pertenecido a su grupo siempre. Como si hubiese rebobinado toda su vida hasta el día que le tendió la mano a las puertas del Gran Comedor, él la hubiese aceptado, no hubiese habido una guerra entre medio y hubiesen tenido una vida normal con amigos, fiestas y risas.

Pansy le pide a Harry que les traiga algo de beber y se acerca a susurrarle algo y él, por un momento, teme que su amiga quiera preguntarle qué ha pasado.

Pero no.

—¿Sabes? Marcus me ha preguntado por él —dice señalando a Harry con la cabeza—, dice que le pone muchísimo acostarse con el chico que vivió, ¿qué dices?, ¿crees que Harry estaría interesado?

Draco lucha porque ningún tipo de sentimiento se muestre en su cara.

—No creo, odia que la gente se acerque a él por ser cosas como el chico que vivió.

Ambos lo observan, Draco debería conocer a Pansy, debería saber que nunca hace nada por casualidad.

Efectivamente, le ha pedido a Marcus se acerque a Harry cuando este estuviese pidiendo algo de beber con la excusa de que no se sintiese fuera de lugar. Solo quiere ver como va a reaccionar Draco, así que no le quita el ojo de encima a su amigo mientras su ex compañero de casa se acerca a Harry y comienza a mantener una conversación con él. No espera mucho del rubio, algún fruncimiento del ceño, algún suspiro… algo que denote que está interesado en el Auror y le de a ella un poco con lo que trabajar.

Pero lo que no espera para nada, es que Draco le llame por su nombre y le haga un gesto con la mano para que regrese.

¿En qué está pensando? En cuanto Harry está de vuelta, los observa intrigada.

—¿Qué pasa? —le pregunta él a Draco directamente al volver con ellos.

—Solo quería decirte, antes de que pierdas más el tiempo, que Marcus solo está interesado en ti por que cree que sería interesante ligarse al chico que vivió —responde con cierto desagrado mientras gesticula con su cara.

El gesto de Harry cambia inmediatamente. Mira de nuevo hacía Marcus que aún permanece cerca de las bebidas.

—¿Cómo sabes que solo está interesado en mi por eso? —pregunta con una sonrisa incómoda mirándolo a los ojos sin entender bien a dónde quiere ir a parar.

—¿Y por qué si no iba a estarlo? —escupe mirándolo de arriba abajo con arrogancia.

Sabe que se ha pasado en cuanto ve la mirada dolida de Harry, pero hay algo dentro de su pecho que le arde y no sabe cómo hacer que se calme. Pansy también le mira con una expresión de incredulidad. Pero entonces, el gryffindor agacha la cabeza y se va mirando al suelo y dejándoles un poco aturdidos. Pansy le sigue no sin antes lanzarle una mirada de advertencia y formar con sus labios la palabra "imbécil".

La fiesta no termina mucho más tarde para Draco. De repente, parece que todos están molestos con él y no lo entiende. ¿Qué pasa? ¿Por qué ahora están todos del lado de Potter? O sea, a él le besa y le dice que pretenda que no ha pasado. Que lo olvide. Pero luego sí que le interesa que Marcus intente ligarselo. Claro, Marcus pudo ser un imbécil con él durante sus años en Hogwarts, incluso llegó a casi matarlo al intentar tirarlo de su escoba jugando al Quidditch, pero no es Draco, claro. No es tan bajo como besarle a él. Prefiere ligar en público con Marcus que besarle a él en privado sin que nadie se entere y luego decirle que hagan como si no hubiese pasado nada. Eso es él.

Cuando todos los invitados se han ido y solo quedan ellos cuatro, Pansy se acerca a él con cara de pocos amigos y sabe que le espera un discurso:

—Llevamos muchos años siendo marginados, deberías saberlo mejor que nadie. No nos invitan a ninguna fiesta, nos miran por encima del hombro, no nos contratan… Peto entonces, llega Ginny a quien no le importa nada de eso, se une a nosotros, y se trae a Harry. Quien se convierte en un amigo, que viene a nuestras fiestas, se deja ver y sale al callejón Diagon con nosotros; y no lo hace por ayudarnos, si no porque de verdad le caemos bien. Pero llegas tú y lo arruinas todo en unas horas. Por fin, después de tantos años sentía que iba a dejar de ser una paria social y que todo podría volver a ser como antes —sabe que su amiga está muy enfadada porque no para de hablar ni para respirar—. Ginny está muy cabreada y lo entiendo porque creía que Harry había encontrado en nosotros un grupo de amigos en quién confiar. Le quiere como a un hermano y tú le has insultado. Gracias por arruinar una amistad que ha significado tanto. Ya puedes volver a sumergirte en tu laboratorio por otros diez años.

Ha sido largo, pero en ningún momento ha sentido la necesidad de interrumpirle. Intenta disculparse con Pansy, pero lo que le responde es que no es con ella con quien tiene que disculparse.

Lo sabe, pero le cuesta horrores. No porque no sepa que la ha cagado, porque eso lo sabe, pero toda esta situación lo trae de cabeza. Tiene un torbellino de emociones tanto en el pecho como en su cabeza. Como si ambos estuviesen dando instrucciones completamente opuestas y él estuviese en el medio. ¿Por qué tiene que ser todo tan complicado?

Cree que debería aclarar sus ideas antes de ir a verle, pero luego piensa que da igual lo que piense porque cuando le tiene a la vista, todo se revuelve como si una coctelera que agitas con fuerza.