Antes que nada, les ofrezco una sincera disculpa por todo lo que demoré en publicar, tuve un inconveniente con mi laptop y tarde mucho en conseguir una nueva.Espero que sea de su agrado el capitulo y que la historia no los decepciones. Les agradezco sinceramente por leer y comentar, jamás espere este recibimiento tan grato.
NINJA
•
Ella era un ninja, una gran Kunoichi. Después de la guerra consiguió un rápido ascenso a jonin e hizo diferentes misiones tanto en conjunto como en solitario. Durmió en bosques, desiertos, cuevas o incluso en barcos. Se tuvo que armar de valor e infiltrarse en una extraña nación enemiga para asegurar una extracción eficaz y segura de uno de los ninjas que más información le dio a la aldea sobre algo que se llama "coliseo"
Ella podía con eso y hasta con más, ir a la Luna para rescatar a la hermana de una de sus amigas o organizar un plan de saludo y atención psicológica para las cinco grandes naciones.
Eso no era cansado, bueno, sí, era demasiado cansado y estresante, sin embargo, estaba más que preparada y dispuesta a darlo todo ya que tenía un fin. Las misiones acababan tras las extracciones, tras el rescate, tras el establecimiento de una buena atención médica, y entonces, solo hasta entonces se permitía tomar un respiro, ir a su casa y fundirse en un baño de burbujas.
Pero ahora, todo era diferente.
No era una misión, ni una meta u objetivo a cumplir. Esto no era más que una extraña hazaña de la suerte y el destino. Se vio arrebatada de su casa, de su mundo y fue colocada en una dimensión completamente diferente a la suya, un lugar que ni en sus más locos sueños llego a imaginar.
Aquí no tenía un objetivo que cumplir ni una misión que terminar. Se encontraba sola y perdida sin saber o tener la más mínima idea de como volver, por lo tanto, en esta ocasión su cansancio era diferente y sumamente superior a cualquier agotamiento físico o psicológico en el que se hubiera visto envuelta anteriormente.
Por esa razón es que no lo dudo, y tomo aquella mano que fue extendida hacia ella, la única mano que le había sido dada desde que llegó a ese lugar.
Tal vez era una tonta y ciega confianza no digna de un shinobi, sin embargo, Sakura necesitaba con urgencia algo en lo que apoyarse.
Y ese algo, fue él.
Ambos caminaban a paso tranquilo por las oscuras, pero al mismo tiempo iluminadas calles de Japón, ella lo seguía tan solo unos dos pasos tras de él, ya que le había indicado que la siguiera, y aunque muy probablemente no tenía nada que la hiciera confiar en él tampoco tenía nada que perder, confiaba demasiado en sus habilidades para saber que sin importar la circunstancia podría salir ilesa y a salvo.
La joven se detuvo cuando el hombre frente a ella también lo hizo.
Aquella mirada de color carbón dejo de mirar al frente y se volvió hacia atrás, donde se encontraba aquella fémina.
La brisa del frío viento nocturno removió los cabellos de ambos, solo hasta entonces Aizawa noto como ella seguía empapada debido al enfrentamiento que tuvo recientemente.
—Debe de tener frío. – Musito con voz plana mientras la evaluaba con detalle.
—Estoy bien. – Fue la simple contestación de Sakura.
Sin embargo, el héroe no creyó del todo en sus palabras, estaba comenzando a hacer un poco de frío y si lo combinaban con la húmeda capa que la cubría eso solo le traería un buen resfriado.
Shota Aizawa suspiro con desgano ya que su moral le grito en la conciencia que hiciera lo correcto, así que con parsimonia se deshizo de su chamarra negra la cual era típica de su "traje" de héroe para segundos más tarde ofrecérsela a la pelirrosa.
—Póngase esto.
—No es necesario...
—Su capa esta demasiado mojada y rota, necesita algo más con que cubrirse o enfermará.
Sakura se abstuvo de decir que era prácticamente imposible que se enfermará, así que un poco tímida tomo aquella prenda en sus manos. —Gracias. – Musito antes de deshacerse de la pesada capa que llevaba encima.
El hombre se giro y le dio un pequeño momento de privacidad mientras guardaba sus manos en las bolsas de su pantalón y se dedicaba a observar las líneas del suelo.
Shota levanto una ceja al ver la cantidad de agua que salió de esa horrible gabardina cuando la joven la exprimió.
—Podemos continuar. -Musito Sakura.
Con un simple asentimiento de cabeza el azabache tomo en cuenta sus palabras y entonces siguieron con el camino que habían tomado minutos atrás.
El silencio era demasiado sencillo para él, sin embargo, demasiado tenso para ella, ya que realmente estaba acostumbrada a interactuar con las personas, pero tenía bien en claro que esta no era la ocasión.
Se encontraba siguiendo al héroe con quien colaboró semanas atrás, héroe que desde un principio sospecho de ella y la persiguió cuando se dio a la fuga, héroe que encontró su pergamino y descubrió que ella no pertenecía a ese lugar, héroe que la había buscado, encontrado y que ahora la guiaba a no sé dónde.
Después de caminar por unos cuantos minutos más llegaron a pararse frente a un grande edificio aparentemente residencial.
Estaba segura de que, durante todo su tiempo en Japón, jamás tuvo la oportunidad de entrar a un lugar tan bonito como ese, la recepción estaba completamente iluminada dando un ambiente agradable y familiar.
Ambos subieron a uno de los elevadores. Los ojos verdes de Sakura vieron como marco uno de lo últimos pisos y pronto comenzaron a subir. Cuando salieron el azabache camino directamente hasta una de las primeras puertas mascada con el número 912.
El héroe abrió la puerta de su departamento para después invitarla a pasar.
Sakura titubeo por un segundo ya que no sabía lo que le esperaba del otro lado, estaba por entrar en la casa de un desconocido que solo había visto un par de veces. Tenía dos opciones, huir nuevamente o arriesgarse y entrar.
Cuando entró al departamento, se golpeo mentalmente porque aparentemente su cuerpo por si solo opto por la segunda opción. ¿Tan desesperada estaba por un lugar que no fuera un hotel de mala muerte, la rama de un árbol o el techo de un rascacielos? Pues sí.
—Perdón por la intrusión.
—Pierde cuidado.
La pelirrosa se quedó de pie en la entrada de la vivienda para después deshacerse de sus sandalias ninja y quedar con sus pies desnudos sobre la fría madera del piso del lugar.
—Aguarde aquí un momento. – Se apresuro a decir el hombre quien con rapidez se puso las sandalias para estar en su casa, y se perdió con rapidez en una de las habitaciones del lugar.
En lo que el pelinegro volvía ella le echo una rápida mirada al departamento, un sofá, un comedor pequeño con dos sillas, una cocina, un refrigerador que probablemente medía la mitad de lo que ella medía y mucho, mucho espacio de sobra.
Sin embargo, lo que más llamo su atención fue aquel extraño roedor que estaba sentado, completamente inmóvil, en una silla, justo al rincón del recibidor. ¿Ese roedor era el mismo que estuvo en su primera batalla? ¿Aquel que tuvo la idea de tirar el edificio a un mero estilo domino?
—Tome. -El hombre volvió con unas sandalias las cuales eran claramente más grandes de lo que sería la talla de la joven, pero de algo a nada eso era algo.
Solo había transcurrió unos cuantos minutos, cuando Sakura ya se encontraba sentada con una taza de té de jazmín la cual humeaba por lo caliente que estaba, en el fondo lo agradecía ya que sentía su cuerpo helado gracias al baño que un "villano le provoco"
—Entonces creo que ya llego la hora de hablar sobre usted, shinobi.
—¡¿Qué diablos?! – Sakura se sobresalto cuando aquel roedor por fin hablo y se movió. Había estado tan inmóvil. —¡Creí que era un peluche! – Le acuso.
—A veces yo también lo creo. – Admitió el roedor quien de un salto se bajo de la silla y la arrastro hasta el pequeño comedor. —Gracias por el té Aizawa-san.
—Hn.
—El terminó "ninja" es interesante. - Aquel extraño roedor no se andaba por las ramas. —Creí los ninjas solo existían en las películas.
Era extraño, que, en este mundo, su mundo no fuera más que ficción.
—Los ninjas existimos, pero no aquí, no en esta dimensión. – La pelirrosa no pudo evitar sonar un poco recelosa, no quería hacer ni decir mucho, ya que cualquier información podría poner en peligro a su hogar. —De dónde vengo, el término "héroe" no es más que un adjetivo fantasioso. - Apunto, y es que aquello era cierto, ni siquiera Naruto estaba cómodo cuando le llamaban de esa manera.
La mirada color jade de la joven se puso brevemente sobre aquel líquido violeta que reposaba en su taza, para más tarde elevarla nuevamente y así ver justo a los ojos negros que no se habían despegado de ella desde que se sentaron.
Ese hombre de cabellos azabaches era sumamente intimidante, aunque también había sido demasiado amable con ella como para prestarle su chamarra y un par de pantuflas. Pero no podía pasar por alto como ese hombre supuestamente aparentaba despreocupación, aunque podía darse cuenta de que se encontraba en una rígida posición ya que al igual que ella mantenía una postura defensiva.
—Por lo que leí en su bitácora. - Hablo nuevamente Nezu. —Bueno, antes de eso, le ofrezco una sincera disculpa por leer sus cosas privadas, sin embargo, la curiosidad por usted fue bastante al ver su talento y aparente anonimato, por lo cual tuve el atrevimiento de husmear en el pergamino que se le cayó. Después de la explosión y quemadura de mi mano al intentar abrirlo, creo que estamos a mano.
Sakura arqueo una de sus cejas con levedad, le quedaba el consuelo de que al menos los sellos habían funcionado.
—Es por precaución. - Les comentó de manera tenue.
—Retomando el tema, leí en su bitácora que ustedes son superiores a nosotros en cuanto a fuerza física y vital ¿Cierto?
Sakura se quedó en silencio por un momento ya que su cerebro estaba tratando de analizar, que podía decir y que no.
—Por lo poco que he observado, sí. - Admitió de manera tranquila, aunque estaba meditando muy bien sus respuestas, no podía fiarse de nadie completamente ya que eso le podría costar la paz que su mundo recién había conseguido.
Nezu suspiró, no esperaba menos de esa joven.
—Creo que hemos comenzado mal, yo soy Nezu, el director de la escuela de héroes UA. - Se presentó de manera amable para tratar de romper un poco la incomodidad que los rodeaba. —Él es uno de los profesores, Aizawa Shōta, EraserHead. ¿Cuál es su nombre, señorita?
—Haruno Sakura.
—Bien, Haruno-san, usted no pertenece a este mundo ¿Cierto? Por lo que pudimos rescatar, usted viajo de una dimensión a otra.
—Así es.
—¿Aún no encuentra una forma de volver a casa?
—No. - Suspiró con un deje derrotado. —He vuelto al lugar donde aparecí, he levantado piedra por piedra, sin embargo, no he sido capaz de encontrar algo que me lleve de vuelta a casa.
—Pero entonces. ¿Cómo es qué llegó aquí? Usted no se ve asombrada por el viaje entre dimensiones, Haruno-san. - Musitó el roedor antes de darle un trago a su taza de té. —Para nosotros esa posibilidad es algo que solamente puede pasar en la ficción de unas películas, pero parece que para ustedes es una realidad bastante común.
—No es común viajar entre dimensiones. - Explicó. —Solo he conocido a dos ninjas que tienen la capacidad de hacer algo como eso, uno de ellos ya ha perecido.
Los recuerdos de la muerte de Obito en una dimensión de Kaguya llegaron solos... ¿Esa mujer contaba cómo ninja? Tal vez sí, pero prefería no mencionarla.
—Sin embargo, algo extraño ocurrió, se creó un portal prácticamente de la nada en nuestro lugar de entrenamiento, y me absorbió para después arrojarme a este mundo.
—No creo que se haya creado de la nada. - Por primera vez desde que la invito a pasar aquel hombre de ojos resecos y cansados había hablado. —Usted en sus registros escribió sobre un cuerno.
Sakura frunció sus labios en una fina línea. ¿Cómo hablar de un cuerno sin mencionar a la dueña del cuerno?
Derrotada, suspiro y sin más remedio hablo: —Hace un par de años entramos en guerra, ahí fue donde conocimos a la posible dueña de ese cuerno, ella era capaz de viajar entre dimensiones sin problema alguno. - Explicó. —Sin embargo, ella fue sellada... capturada al final de la guerra y se quedó en una de las dimensiones que ella misma creo, junto con sus respectivos cuernos.
O lo que quedaba de ellos ya que, si bien recordaba, sus dos compañeros le habían roto uno.
—Si ese cuerno apareció en tu dimensión justo cuando ustedes estaban entrenando, significa que hay alguien similar a esa mujer en tu dimensión. - Razono el pelinegro.
—Sí, eso sería lo más lógico. - Concordó la joven, la cual casi al instante recordó a Toneri, que, aunque no tenía cuernos, era muy similar a esa mujer solo que... vivía en la Luna. —Pero sí es de esa manera, entonces, lo desconocemos por completo.
—¿Y qué ha hecho en todos estos días, Haruno-san? Lleva casi un mes aquí. - Le cuestiono con interés el director.
—Después de recorrer el lugar de mi llegada por completo, me he dedicado a mantenerme en el anonimato, he visto sus leyes y estoy enterada de cómo funciona su trabajo como "héroe" por lo que evito los incidentes con los destrozos que hacen los "villanos". - Eran demasiados problemas con ellos, pero prefirió evitar entrar en ese tema. —He conseguido dinero ayudando a personas en accidentes pequeños, con ello me he mantenido viajando y viviendo en tejados o diversos hoteles mientras trato de adaptarme un poco a esta ciudad.
—¿Y con sus habilidades no planea convertirse en héroe? - Los ojos del roedor se abrieron expectantes a las reacciones y palabras de la joven. —Por lo que pude observar, tiene los requerimientos necesarios para ser uno.
La pelirrosa se sumió en un prolongado silencio, el cual aprovecho para darle unos cuantos sorbos a su bebida.
—Dudo mucho que alguien que no tiene registro público y que prácticamente apareció de la nada pueda convertirse en "héroe". - La palabra incluso le daba gracia.
—Esa es una salida fácil para un "no" ¿No lo cree, Haruno-san?
—Tal vez es que sus labores de shinobi son diferentes a las de un héroe.
Esmeralda contra carbón colisionaron en una lucha de miradas, desconfiadas, pero al mismo tiempo intrigadas por el otro.
—Y según usted, Aizawa-san ¿En qué se diferencia un héroe de un shinobi? ¿En qué nosotros asesinamos personas o en que ustedes trabajan solo por fama y beneficios?
La dureza en las palabras de la pelirrosa fue algo palpable que solo llenó la habitación de una tensión aún peor. ¿Debía arrepentirse de haber tomado la mano de ese hombre?
—Lo he visto. - Prosiguió. —Figuras de acción, mascaras, disfraces, accesorios de tus héroes favoritos, "top diez mejores héroes de la semana" "top diez héroes más carismáticos" "top cinco héroes más sexys" - Sakura suspiró. —No les estoy criticando, sin embargo, como shinobi, no estoy acostumbrada a actuar de esa manera.
Las cosas comenzaban a cambiar en el mundo ninja, la nueva construcción de la aldea y la aparente paz que gozaban era algo muy notorio.
Personas como Naruto y los Kages habían adquirido una gran popularidad, sin embargo, incluso siendo el "héroe" del mundo shinobi le gustaba mantener un perfil bajo y no gozar de los "beneficios" que le traía su "fama".
—Nosotros cumplimos con diferentes misiones de acuerdo con nuestro rango. Y sí, recibimos una paga tras realizarlas. - Ella sabía más de su mundo que ellos de su dimensión, era justo platicarles un poco el contexto de lo que significaba ser un ninja.
«—De acuerdo con el rango es la complejidad de la misión, puede ser desde escoltar a un constructor hasta su aldea o hasta infiltrarnos en una banda criminal para obtener información. De dónde vengo no existe algo como "top diez ninjas más fuertes" "las kunoichis más lindas" "los ninjas renegados más sexys" solo cumplimos con nuestra labor.»
Sakura bufo ante la idea, no se imaginaba enumerando a los Akatsuki según qué tan caliente la ponían.
—¿Y sobre su rol de matar a sus enemigos? - Le cuestionó Nezu.
—A veces es inevitable. - La joven suspiró con pesadez. —Existen prisiones al igual que aquí, pero, normalmente en un campo de batalla eso poco probable capturar a alguien con vida.
—¿A qué se refiere con terminó "kunoichi"?
—Así se nos llama a las mujeres ninja.
—Ya veo... - Nezu la volvió a mirar. —Usted dice que el trabajo de un héroe es diferente al de un ninja, sin embargo, usted intercedió en dos ataques de villanos.
—En mi defensa, no había un héroe cerca, por lo cual me tome el atrevimiento para interceder. Finalmente fui capacitada para enfrentarme a cualquier situación, y mi deber como médico es preservar la vida a toda costa.
—¿Podría hablarnos un poco más sobre la fuerza que tienen ustedes? -Le cuestiono el pelinegro. —Según lo que leí, se llama "chakra"
—El chakra es la energía que circula en nuestro cuerpo, es completamente esencial para nosotros tenerlo. Lo utilizamos para hacer nuestras diferentes técnicas con las cual podremos defendernos en combate.
—Esa fuerza sobre humana...
—Canalizo mi chakra en mi cuerpo para aumentar mi resistencia, a la hora de dar un golpe lo expulso para que pueda romper un radio, perímetro o estructura.
—Del mismo modo lo utiliza para curar las heridas ¿cierto?
—Sí.
Los tres se sumieron en un prolongado silencio, solo se dedicaban a beber té y mirar cualquier punto que no fuera alguien en especial, esperando de manera impaciente a que alguien más continuara con aquella charla.
Cuando termino su té, fue Nezu quien continuo con una duda que tenía desde el momento en que comenzó aquella conversación. —Haruno-san, ¿Qué pasa si no encuentra una forma de volver a su mundo? ¿Seguirá viviendo en moteles baratos o durmiendo en los tejados? ¿Cuándo allá otro incidente mayor actuara y posteriormente huira como si fuera una especie de vigilante? Haruno-san, yo sé que usted quiere volver a su hogar, pero también sé de que hay una amplia posibilidad de que eso no suceda.
Fue inevitable que un dolor de cabeza semejante a la migraña la atacará, ella ya llevaba una gran cantidad de días pensando en eso, sufriendo en silencio por la idea de perder todo lo que tanto trabajo le costó construir.
Sin embargo, tenía que ser realista, ese cuerno solo reacciono con Sasuke y Naruto quienes eran reencarnaciones de los hijos de un Dios, ella no tenía un kekkei genkai ocular que pudiera abrir dimensiones, y aunque no dudaba que su equipo la estaría buscando ¿Cuánto tiempo no había pasado ya?
—Estuve viendo ofertas de empleo.
—Haruno-san. -Le llamo el profesor. —Usted no puede conseguir un empleo si no tiene documentos que validen su identidad como persona.
—Lo he tenido en mente Aizawa-san, sin embargo, he visto empleos como mesera o lava lozas, no piden documentos y te proporcionan un uniforme, eso puede ser suficiente para...
—Con todo el debido respeto, sus habilidades no son como para estar de lavalozas, usted lo dijo, es un ninja médico, un verdadero guerrero que sabe actuar ante cualquier circunstancia, pero, sobre todo, usted misma dijo que su principal misión es preservar la vida a toda costa.
—Nezu-san, sin registro publico no hay mucho que yo pueda hacer, decir que vengo de otra dimensión podría poner el peligro mi hogar, pero también podría poner en peligro el suyo, no queremos que nada de eso ocurra.
—Hay algo que se puede hacer. – Hablo con seguridad el director. —Cómo se lo dije, yo soy el director de la escuela de héroes UA, necesitamos personal para el área medico ya que Recovery Girl se va a retirar, sus habilidades son esplendidas y creo que serán muy útiles con mis estudiantes.
La sorpresa en los dos restantes fue inevitable.
—El curso esta por comenzar, los estudiantes al no saber manejar al 100% sus quirks son propensos a tener ciertas heridas, sobre todo en los diversos festivales y entrenamientos que hay.
—¿Usted quiere que yo trabaje para su escuela?
—Efectivamente, tengo un presentimiento de que este año será uno de los mejores, y si la incluimos a usted para el cuidado de los alumnos sería aún mejor.
—Pero... ¿Qué pasa con mi identidad? No soy un héroe, ni tengo célula médica, eso podría traerle problemas.
—En absoluto, soy el director Haruno-san, no hay nadie por arriba de mí en la UA, podrá crear una coartada en lo que conseguimos una forma de hacer un registro público para usted.
—No comprendo ¿Cómo le conseguiríamos registro público?
—Le falta visión Aizawa-san, falsificación de documentos obviamente.
—¿Ah?
—Obviamente usted va a tener un sueldo igualado a lo que gana Recovery Girl, también se le pedirá que se relacione con los estudiantes para que ellos tengan noción de cuidados de primeros auxilios y...
—Con todo el debido respeto, Nezu-san. -Le interrumpió la pelirrosa. —¿Qué gana usted con esto?
—¿A qué se refiere, Haruno-san?
—Todo lo que esta diciendo, sueldo, trabajo, documentos es algo que me beneficia a mí, pero quiero saber ¿Qué gana usted con todo esto? ¿En que le beneficia y por qué quiere hacerlo?
—Admiro su dedicación y desconfianza, pero tiene razón ¿Qué ganaría yo? – El roedor fingió estar pensando, pero su respuesta la tenía en la punta de la lengua desde que le ofreció el trabajo. —El bienestar de la salud de mis estudiantes y profesores. – Lo primero que paso por la mente del roedor al decir "profesores" era la pobre imagen de All Migth.
—Pero...
—Un nuevo profesor será ingresado a la UA este curso, eso traerá muchas miradas hacia nuestra escuela, necesitamos a parte de un buen servicio médico, una buena seguridad y por sus habilidades, puedo contar con que eso estará cubierto.
—¿Y en caso de que encuentre una forma de volver a mi mundo?
—Será una pena para mí, pero en caso de que no la encuentre será un beneficio para mi preciada institución.
—Acepto. – Era una respuesta precipitada, pero era lo mejor para su propio bien, aunque le dolía la idea de pensar en no volver a ver a sus padres y amigos, también tenía que pensar seriamente en su vida en ese lugar... el cual se tendría que volver su hogar si no podía regresar a Konoha.
La sonrisa de Nezu se hizo presente, estaba más que conforme con esa respuesta.
—Siendo así, mañana la espero en la UA para que veamos los detalles y lea su contrato, estoy seguro de que Aizawa-san podrá guiarla.
—¿Yo?
—Sí, después de todo Haruno-san se quedará aquí ¿Cierto?
—¿Qué? -Fue la pregunta unánime de los dos restantes.
—No creo que Aizawa-kun sea tan descortés para dejar a una dama en la intemperie de una fría primavera.
—Con su vestimenta mojada y en malas condiciones...
—En este departamento tan grande donde solo lo habita usted...
—Con su gran sueldo y...
—Esta bien. -Le corto de manera irritada. —Puede quedarse.
—No quiero molestar, yo realmente podría...
—Quedesé, hasta que consiga un mejor lugar donde mudarse.
—Pero...
—Con su primer sueldo, que será "pronto". -Aquello dijo mirando fijamente al director. —Cooperara con los gastos de la casa.
—¡Sí! ¡sí! Eso no lo dude, cooperare con los gastos a penas cuente con una paga.
—Bien.
—Lamento no poder ofrecerle algo mejor. – Explico el azabache tras tomar otra rebanada de la caja. —No estoy acostumbrado a tener alimentos demás...
—No se preocupe soy una intrusa después de todo. – admitió con simpleza Sakura. —¿Cómo se llama esto?
—Pizza de pepperoni con queso. – Se le hizo curioso que la joven no la conociera. —Es una comida de origen italiana que se popularizo mucho en las últimas décadas.
—¡Pues esta deliciosa! Es muy rica, jamás se me hubiera ocurrido algo igual, caja cuadrada, pizza redonda y rebanas triangulares.
—¿No hay mucha variedad gastronómica de dónde viene?
—Sí, pero no como esta, es más parecida a los platillos típicos de japón... Del lugar de donde vengo no hay más "países"
—Supongo que su mundo es más pequeño.
—Probablemente sí.
Desde entonces ambos se sumieron nuevamente en un prolongado silencio donde ninguno tenía nada que decir o aportar, por lo que solamente se limitaron a comer en silencio lo que restaba de aquellas pizzas que Aizawa había pedido al notar su refrigerador vacío.
Tras terminar, Sakura insistió en lavar los platos y vasos que habían utilizado, no quería que su presencia fuera una molestia así que al menos le ayudaría con la limpieza del lugar.
La kunoichi termino de lavar y arreglar la cocina tratando de memorizar donde guardar cada una de las cosas sin irrumpir con la armonía del lugar.
—Haruno-san. -La voz arrastrada del pelinegro la llamo.
—¿Sí?
Aizawa le tendió una de sus pijamas junto con un par de mantas y una almohada. —El baño esta al fondo del pasillo a la derecha y dormirá en el sillón en lo que conseguimos una cama para su habitación.
El hombre bostezo para más tarde perderse por el pasillo.
—Uh... gracias Aizawa-san.
La situación no estaba dando para más, al contrario, todo se estaba volviendo turbio y agotador, lo peor, es que se estaban topando fuertemente con una pared inexistente que les prohibía el paso para encontrar a su compañera de equipo.
—¡Las cosas no pueden seguir así, dattebayo!
—No hemos abierto un solo portal que nos lleve a la dimensión donde ella se encuentra.
—Dudo mucho que abrir portales de manera aleatoria nos lleve hasta ella. - Razonó Sai. —Llevan veinte días así y no ha habido ningún resultado.
—Hay algo que no estamos viendo. - Musito el Hokage. —Y eso nos tiene varados.
Los cuatro hombres del equipo siete, estaban cansados, pero una fuerza que no sabían de dónde provenía los mantenía de pie, no se iban a rendir, pero, no es como si estuvieran haciendo mucho al respecto.
—Pero ¿qué? ¡Han pasado más de veinte días! ¿Cómo se estará sintiendo Sakura-chan? ¡Está sola y lejos de casa, dattebayo!
—Eso ya lo sabemos Naruto, cierra la boca sí solo vas a decir cosas obvias.
Kakashi observó cómo sus dos alumnos estaban cayendo en la desesperación. Estaban ojerosos, pálidos, desaliñados, y tenían rastros en sus cuerpos de ese nerviosismo constante que almacenaban en cada fibra de su ser desde que esa joven de cabellos rosados desapareció.
—¡Cállate maldito teme! ¡Yo sí estoy preocupado por mi amiga!
—¡Yo también, maldita sea! - Sasuke no pudo evitar sobresaltarse ante la insinuación que su amigo había hecho. ¡Por supuesto que estaba preocupado por ella!
—Honestamente, dudo mucho que tus palabras sean ciertas, jamás mostraste interés alguno por alguien que no fueras tú mismo.
—¡¿Tú quién diablos te crees que eres para hablarme así?! - Sasuke no iba a permitir que alguien que ni siquiera pertenecía a su equipo estuviera ahí para juzgarlo.
—Alguien que tiene genuino interés por sus compañeros y que no intenta matarlos en el proceso.
Eso fue el detonante para Sasuke, no iba a permitir que aquel sujeto que solo era su vil reemplazo le echara en cara toda su vida pasada y se atreviera a juzgarlo.
El Uchiha tomo al anbu de las solapas de su camisa sintiendo como todo su ser ardía en furia.
—¡Teme! - Grito escandalizado el rubio, quien con rapidez se interpuso entre ellos para que así Sasuke no atravesará con su arma a Sai quien solo le dedicaba una "amable sonrisa". —¡No ganamos nada peleando entre nosotros, dattebayo!
—Tú eres el primero en buscar pelea, impotente.
—¡Sai!
Kakashi se limitó a suspirar y solo atino a recargar su mentón contra sus manos, a decir verdad, estaba demasiado cansado para como para querer interferir, si se querían matar, adelante.
El rechinido de la puerta y una risa amarga llamo la atención lo suficiente para parar esa pelea.
—Faltan cinco minutos para las seis de la mañana y ustedes tienen tanta energía para estar peleando. - Tsunade los miraba con burla. —Olvídenlo las ojeras de Kakashi me dicen que están en su límite, supongo que llevan toda la noche aquí ¿Cierto?
—Tsunade Obaa-chan... - Naruto soltó a Sasuke. —Aún no encontramos nada, ¡Nada que nos lleve a ella, dattebayo!
—Y en su estado actual, no lo encontrarán. - Aseguró. —¿Por qué no se ven en un espejo? Miren su pobre apariencia. Shikamaru ha venido a verme prácticamente diario para decirme que teme que colapses sobre tu escritorio Kakashi.
—Creo que estoy colapsando. - Admitió con cansancio el peliplata el cual dejo caer su peso sobre la fría madera del buró.
—Sai, estás explotando a todos los escuadrones de anbu, estoy segura de que ya levantaron hasta la última piedra que quedó en el Valle del Fin.
El mencionado se limitó a quedar en silencio, ignorando aquel sharingan que aún lo miraba con la promesa de una muerte asegurada.
—Y ustedes dos, bestias de chakra infinito, mírense por un segundo, estoy segura de que no comen como se debe, que no han pegado un ojo por la noche, es más, estoy segura de que ni siquiera se han bañado porque no se han movido del tejado de la torre Hokage en días.
Aunque, a decir verdad, eso era lógico, la desaparición de su alumna había hecho estragos en cada uno de ellos.
—¿Cómo se supone que vamos a ir a nuestra casa a dormir? - La dura voz del Uchiha resonó con fuerza en la habitación. —¿Cómo iré a la comodidad de mi casa a tomar una ducha, a tomar mis tres comidas diarias y a descansar? ¿Cómo puedo hacer algo así cuando Sakura no lo está haciendo?
—El teme tiene razón, no podemos estar cómodos como si fuéramos unos reyes mientras que Sakura-chan...
—Sakura está bien. -Le interrumpió. —Es mi alumna y yo la forme. - El orgullo en la voz de la quinta era latente. —Ella puede sobrevivir a cualquier situación, ella tiene algo que ustedes dos no tienen ni siquiera estando juntos, cerebro.
El pintor tuvo que darle la razón a la ex Hokage.
Kakashi no pudo evitar soltar una leve risa al escuchar los jadeos indignados de sus alumnos, pero él los conocía, eran fuertes e impulsivos, aunque compartían una sola neurona.
—Ella no es una impulsiva cabeza hueca y tampoco es una voluble inestable, ella es Sakura Haruno, una de las mentes más brillantes que tiene está aldea, si creen que murió en dos días están muy equivocados, ella está bien, sana y salva, esperándonos. - Prosiguió Tsunade, quien en su mirada reflejaba la confianza inigualable que tenía por Sakura.
—Obaa-chan...
—Vayan a su casa, los cuatro. - Les ordeno de forma tiránica al tiempo en que se cruzaba de brazos. —Duerman, descansen, coman, tómense estos dos días, y una vez más recuperados, uniremos fuerza para proseguir con la búsqueda de Sakura.
—Pero...
—Los quiero al 100%, frescos y con energías, no necesito a unos muertos vivientes incapaces de pensar debido al sueño y deshidratación, mi alumna los necesita en buenas condiciones.
Sakura despertó, estiro sus brazos y luego se quedo sentada por un momento en el sofá. Debía admitir que había sido el lugar más cómodo donde había dormido en los últimos días.
La pelirrosada fue al baño, afortunadamente vio como su ropa si se había secado, por lo cual pudo cambiarse y dejar la ropa que le habían prestado acomodada y doblada sobre el sofá donde durmió.
La joven intento hacer un gesto amable para con el dueño del departamento, sin embargo, se dio cuenta de que no podría preparar el desayuno ya que literalmente el refrigerador como la alacena se encontraban vacíos.
Su única opción fue calentar la pizza y ponerla en un plato para dejársela servida.
¿Era conveniente desayunar sin él? Estaban viviendo en la misma casa, aunque sea de manera temporal, estaba siendo muy amable como para dejarlo desayunar solo, el problema era ¿Cuánto tiempo tardaría en despertarse?
Sakura miro el reloj dándose cuenta de que apenas eran las 6:30 de la mañana, podría esperarlo sin problemas.
Cuando dieron las 12 del medio día, Sakura estaba a punto de quedarse dormida sobre la mesa. Estaba segura de que ni siquiera Naruto dormía tanto en días de descanso. Su desayuno se había vuelto comida, y honestamente esperaba que no se convirtiera en cena.
Para las doce con treinta ya estaba pensando muy seriamente comerse la caja de la pizza, pero afortunadamente eso no fue necesario.
Aizawa apareció arrastrándose por el pasillo, envuelto en una colcha para dormir de color amarilla. Sakura por un momento lo vio con horror al confundirlo con una oruga gigante.
—Buenos días. – Saludo de forma cansada y soñolienta.
—Buenas tardes, Aizawa-san. -La voz de la joven tembló ante su evidente molestia.
¿Cómo se atrevía a decir días si ya casi eran la una de la tarde? Llevaba casi siete horas esperándolo.
El pelinegro se sentó frente a ella y tomo su fría rebanada de pizza y le dio una mordida. La pelirrosa ya no tuvo ánimos de calentar la pizza fría en su plato, su hambre hablo por ella y sin dudarlo mordió aquella masa fría y carne reseca.
—Hoy iremos a la UA, el señor director nos espera.
—Sí.
—Y también la llevare a un centro comercial para que compre algo de ropa, supongo que ese es su uniforme ninja, necesita algo para el diario.
—No tengo con que...
—Le prestare el dinero, cuando le den su primer sueldo podrá reembolsarlo, pierda cuidado. – Comento con tranquilidad. —Así también podrá deshacerse de una buena vez de esa horrible capa, estoy seguro de que ni un vagabundo la querría.
Sakura casi se ahoga con su bocado debido a la risa que no pudo contener. Pobre Sasuke-kun y sus malos gustos para la moda.
