Chapter 04: Está mal que un Shota entre a los baños termales?


El incesante y escandaloso golpeteo de un martillo fue escuchado una y otra vez chocando con fuerza contra un yunque de herrería, Tsubaki estaba en su taller que se encontraba en la parte trasera de su tienda, concibiendo la más nueva de sus obras, una lanza que para nada es importante ni hay que tomarle mucha importancia, solo era una orden de los tantos clientes de la peli negra.

Por su cien incontables gotas de sudor bajaban, producto de la hirviente hoja de la lanza que brillaba al rojo vivo. La pelinegra estaba completamente sumida en su trabajo, pero lo suficientemente consiente como para escuchar el tintineo de las campanillas de la puerta de su tienda abriéndose, parando de golpear el trozo de acero lo dejo sobre las brasas ardientes para que mantuviera su temperatura en lo que iba a atender a su nuevo cliente, encontrándose con nada más que el pequeño peliblanco a quien le había vendido algunos de sus primeros trabajos.

-jeee pero mira quien regreso, ¿Cómo estas pequeño cachorro? Que te trae de vuelta a mi taller-

Acercándose a él Tsubaki acaricio suavemente sus cabellos.

-hola de nuevo Tsubaki-chan, he regresado como lo prometí-

-cierto había olvidado que prometiste regresar para contarme como te habían servido mis armas, ¿y bien?-

Ante la pregunta Bell asintió repetidas veces con la cabeza en señal de afirmación.

-funcionan de forma espectacular Tsubaki-chan, no tuve ningún problema ni inconveniente con ellas-

-¡perfecto! eso me alegra, ¿Cómo estuvo tu día en la mazmorra?-

Ante la pregunta el sonrió nerviosamente rascándose la parte posterior de su cabeza.

-esa cara no me agrada-

Cuestiono Tsubaki.

-¡no no no no! mi primer día en el calabozo me fue bastante bien, gane mucho dinero pero….-

Negó rápidamente Bell aclarando el malentendido.

-¿pero…?-

-en Orario…hay gente muy extraña-

Fue la corta y un tanto cansada respuesta de Bell.

-eso no tienes que decírmelo pequeño-

-creo que me fue mejor dentro de la mazmorra que fuera de ella-

-¿eso que significa?-

Pregunto curiosa la herrera ante el bajo comentario del peliblanco quien rio nerviosamente negando con la cabeza.

-neh Tsubaki-chan, me gustaría reponer las flechas de mi carcaj-

Pidió Bell extendiéndole el carcaj que tan solo contenía dos flechas.

-veo que utilizaste bastantes-

-jejeje mejor que se terminen mis flechas a que se termine mi vida-

-bien dicho, veo que eres más inteligente de lo que pareces-

Le alago Tsubaki tomando el carcaj vacío.

-dame un minuto, iré a buscar tus flechas-

Avisándole, Tsubaki volvió a la parte trasera de la tienda donde estaba su herrería dejando al infante solo, Bell, curioso, comenzó a ojear en las armaduras que estaban en las vitrinas y soportes, más el sonar de las campanillas hicieron que sus ojos se deslizaran a la puerta.

-¡Tsubaki!-

Llamo la recién llegada a la tienda, una mujer pelirroja con un parche en el ojo y algunas herramientas de herrería colgando en su cintura, Bell la miro con un cierto rubor en las mejillas agradecido de que la mujer aún no había notado su presencia.

-valla no esperaba verte por aquí hoy Hefestos-sama-

Menciono la herrera de cabellos negros regresando con el carcaj de Bell lleno de flechas.

-estaba pasando cerca de aquí y pensé en venir a recordarte de que existe un mundo aparte de tu taller-

-jejejeje no sé de qué me estás hablando Hefestos-sama-

La diosa de la fragua suspiro con pesadez ante la actitud de su capitán, y no fue hasta que sacudió la cabeza en forma de negación que percibió por el rabillo de su ojo al niño de cabellos blancos no muy lejos de ellas.

-oye Tsubaki…..¿desde cuando tienes un almiraj en tu tienda?-

Se rio divertida la diosa de la fragua ante el monstruoso parecido de Bell con un conejo de la mazmorra, por la comparación Bell inflo levemente las mejillas disgustado de ser llamado conejo indirectamente.

-no es un almiraj…..eso creo, es Bell, mi más nuevo cliente-

Le presento Tsubaki sin molestarse en defender al niño quien lloro en silencio al sentirse traicionado.

-ten pequeño, aquí están tus flechas, son 2500 varis-

Buscando entre su saco de cuero Bell tomo la cantidad de dinero correspondiente pasándosela a la pelinegra a cambio del carcaj.

-arigatou Tsubaki-chan-

-no tienes que agradecerme, solo no vayas a morir en la mazmorra-

-hai, ya verás Tsubaki-chan, me volveré muy fuerte lo prometo-

-¿ho? En ese caso cuando seas un aventurero poderoso formare un contrato especial contigo-

-¡seria genial Tsubaki-chan! Por cierto….

Dándole una mirada rápida a Hefestos le susurro a Tsubaki…

-¿es tu diosa?...-

Pregunto curioso recibiendo una leve afirmación.

-es muy bonita-

-puedo escucharte sabes-

Rio divertida la diosa de la fragua al ver la apenada y roja expresión del niño al ser descubierto.

-me…¡me voy Tsubaki-chan! ¡hasta luego!-

Exclamo con algo de nervios Bell antes de salir corriendo de la tienda abrazando su carcaj con fuerza.

-eres muy bonita Hefestos-

Dijo Tsubaki imitando de una forma terrible la voz de Bell.

-lo se Tsubaki-chan~

Ese comentario basto para callar y hacer parar a Tsubaki con sus bromas.

-dejando eso de lado ¿Qué fue todo eso? No deberías andar haciendo promesas como esas a niños-

-¿Qué tiene de malo Hefestos-sama? Si se vuelve un aventurero conocido significa que será un cliente potencial-

-aun así, no deberías hacerlo, quien sabe que locura pueda cometer ese niño en pos de querer un contrato contigo-

Le volvió a regañar la diosa de la fragua.


-jaaaa de seguro pensara que soy raro-

Lloro Bell avergonzado por la escena que acababa de vivir, pasando su carcaj a su espalda se encamino al hogar de su familia, quería ir con a la farmacia Dian Sech, pero tenía que hablar primero con su diosa y hacérselo saber, su salud era importante, pero no quería meter en problemas a su diosa con una deuda que probablemente no podría pagar, ya que según escucho en sus días buscando una familia, Dian Sech era un dios muy codicioso que no le importaba que una familia fuera pobre, y aunque deseara buscar una cura para su enfermedad, no quería que su diosa adquiriera una deuda que probablemente no podría pagar.

Sacudiendo su cabeza alejo todos esos pensamientos, ya tendría tiempo para pensar en eso, aún tenía suficiente medicina para unas cuantas semanas, y mientras no sobre esforzara su cuerpo no debería haber ningún problema.


-¡ya estoy en casa Bell-kun!-

La muy alegre voz de Hestia hizo eco en las paredes de la iglesia abandonada, Bell, que se encontraba limpiando y acomodando un poco el desorganizado sótano que tenían por casa, dejo todo lo que estaba haciendo y fue a recibir a su diosa.

-¡bienvenida Kami-sama!-

Le saludo el muy alegremente abrazándola por la cintura, Hestia, más que encantada correspondió el abrazo con mucho afecto.

-esto hace que todo el día de trabajo allá valido la pena-

Exclamo alegremente la diosa de coletas estrujando el cuerpo de su niño.

-bien Bell-kun, cuéntame todo ¡cómo fue tu primer día como aventurero!-

Una sonrisa torpe y nerviosa se posó en los labios de Bell, pensando cómo debía empezar con su explicación, no podía guardarle nada a su diosa, o quizás en un futuro las cosas podrían agravarse, por lo que procedió a contarle todo, comenzando con su incursión ala mazmorra, el niño conto con sumo detalle y entusiasmo su primer día cazando monstruos, haciendo poses y expresiones algo exageradas mientras narraba su travesía por la mazmorra, Hestia miro y escucho todo con una sonrisa en su cara.

Pero todo eso cambio cuando escucho de su encuentro con Freya.

-¿Freya mando a sus hijos a por ti?-

El asintió un tanto serio.

-¿Por qué?-

-no lo sé Kami-sama, me encontré con ella apenas salí de la mazmorra, me pregunto si quiera unirme a su familia, pero yo le dije que no-

-¡iek!-

Exclamo un tanto sorprendida Hestia por el comentario.

-(re…¡rechazo a Freya!)-

Fue el grito que únicamente fue escuchado en su cabeza.

-después de eso mando a sus hijos a por mí, creo que se molestó porque la rechace…..gomen Kami-sama-

-no…no tienes que disculparte Bell-kun, no hiciste nada malo-

-pero…..creo que le busque problemas a nuestra familia-

Pronuncio con ojos humedecidos.

-no te preocupes por eso Bell-kun-

Calmo Hestia abrazando su cabeza entre sus pechos.

-yo….yo no quiero dejar a la familia Kami-sama, no quiero sepárame de usted-

Dijo con una voz temblorosa Bell abrazando con fuerza el cuerpo de Hestia, enternecida por las palabras de su niño se aferró aún más a él acariciando sus suaves cabellos mientras le susurraba que se calmase y que no iba a permitir que nadie lo alejara de ella.

-(aaaay Freya, Freya, Freya Freya…..hiciste llorar a mi niño, creo que tendré que ir a hablar con ella….seriamente)-

-¿y cómo hiciste para escapar de ellos?-

Limpiándose las delgadas lagrimas que se escurrían por sus mejillas y aspirando su nariz le dijo…

-fue Astrea-sama, ella me ayudo y detuvo a los hijos de Freya, de no ser por ella yo…yo..-

-ya ya no pienses en eso Bell-kun, lo importante es que estas aquí…ya sé que te animara, ¡actualicemos tu estado!-

En un intento para que olvidara lo ocurrido le propuso Hestia, no pudo funcionar mejor pues los ojos antes tristes de Bell brillaron con intensidad.

-¡hai!-

Y quitándose la camisa Bell le dio la espalda a Hestia recostándose en la cama, Hestia no tardo en pincharse el dedo dejando salir un poco de su sangre, los tatuajes y jeroglíficos en la espalda de Bell empezaron a brillar y cambiar apenas la sangre de Hestia pinto su espalda, segundos después la falna de Bell fue actualizada.

-¡ten Bell-kun! Avanzaste mucho en tu primer día-

Nombre: Bell Cranel

Familia: Hestia

Edad: 8

Fuerza: i12 i48

Resistencia: i23 i96

Destreza: i42 H112

Agilidad: i36 i96

Magia: H102 G211

Suerte: F

Magias:

Habilidades:

Fuente de Maná: eres una fuente de restauración capas de rehabilitar a tus compañeros caídos.

Voluntad Implacable: tu voluntad eleva ligeramente la intensidad de tus ataques físicos y mágicos.

Núcleo terrestre: mientras tus pies permanezcan en el suelo el uso mana y mente de cada ataque se reduce un 30% y tu fuerza aumenta en un 15%

Argonauta: Permite una carga para un contraataque.

Bell miro más que sorprendido su nuevo estado recordando las cifras que tenía el día anterior, pero todo el brillo que había en sus ojos desapareció al ver el espacio en blanco que había entre sus habilidades.

-¿pasa algo, Bell-kun?-

-Kami-sama…-

Él lq miro de una forma interrogatorio señalando el espacio donde debía ir otra de sus habilidades.

-¿Qué habilidad es esta?-

-na…nada Bell-kun, mi dedo se resbalo nada mas-

Argumento Hestia nerviosamente, cosa que no funciono para convencer a Bell.

-no….no confía en mi….Kami-sama-

Un nudo se formó en su estómago y garganta de Hestia al escuchar las tristes palabras de Bell junto con la deprimida expresión que le estada dando, las palabras en la carta de Zeus no pudieron evitar llegar a su mente "es más inteligente de lo que parece" parecía que Zeus no mentía y de alguna manera había descubierto la habilidad que había escondido de su hoja de estado.

Suspirando pesadamente no creía que hubiese más razón para ocultárselo, lo había descubierto y aparte, rechazo a la misma Freya…¡por ella!

-escucha Bell-kun, es cierto, tienes una habilidad más que te oculte, lamento haberte mentido, pero si se llegase a saber que tienes esa habilidad probablemente cada dios de Orario vallan tras de ti…..-

Empezó a explicarle Hestia.

-escúchame, te mostrare cual es esa habilidad, una porque necesitas saberlo no solo porque tienes derecho, sino porque es necesaria para que cumplas tu sueño…-

Ella le sonrió suavemente, por otro lado, los ojos del niño cobraron vida ante la mención de lo último.

-pero escúchame, solo tú y yo debemos tener conocimiento de esa habilidad, ni siquiera el Gremio debe estar enterado ¿me entiendes?-

-¡hai! Kami-sama, prometo no decírselo a nadie-

-bien, ahora recuéstate, volveré a imprimir tu falna-

Obedeciendo su petición Bell volvió a recostarse en la cama para que Hestia volviera a repetir el mismo proceso.

-¿Crecimiento rápido?... ¿mientras duren los sentimientos?. La intensidad de los efectos se corresponde con el nivel de los sentimientos del usuario-

Leyó con detenimiento la descripción de la habilidad.

-escucha Bell, es enserio, nadie debe enterarse de esa habilidad o vas a pasarla muy mal, está bien si quieres cambiar de familia, pero antes de unirte a una has prometer al dios que elijas jamás revelar esa habilidad-

Le rogo Hestia.

-no te preocupes Kami-sama, no pienso abandonar la familia, po…porque yo….-

Empezó a jugar con sus dedos un tanto apenado.

-porque yo la….la…¡la quiero mucho Kami-sama!-

Dijo un tanto exaltado, en realidad iba a decir otra cosa, una palabra mucho mayor que "te quiero" pero la vergüenza era demasiado para soportarla limitándose a un simple, pero nada despreciable "te quiero"-

Hestia en cambio quedo encantada con las palabras de su niño, ignorante de que pudo haber recibido una mayor muestra de amor, se conformó más que feliz con ese "te quiero" lanzándose a llenar la cara de Bell con innumerables besos en las mejillas, frente e incluso en los ojos.

-(que niño tan lindo)-

Pensó Hestia sin parar de darle afecto al pequeño albino quien se resignó a ser el depósito de todo el cariño de su diosa.

-por cierto, Bell-kun, quiero que busques un cambio de ropa y la guardes en tu mochila-

-¿para que Kami-sama?-

Pregunto el aun en sus brazos.

-veras, aquí no tengo ninguna ducha, por lo que tengo que ir a otro lugar para poder lavar mi cuerpo, espero y eso no te moleste-

-para nada Kami-sama, en seguía preparo una muda de ropa-


-Kami-sama….¿está bien que yo esté aquí?

-por supuesto Bell-kun, no hay ningún problema-

-mmmmmm-

Pronuncio Bell, su diosa le había dicho que tenía que ir a un lugar externo a su morada para asear su cuerpo ya que su hogar no contaba con una ducha, aunque no espero que ese lugar fuese el baño de aguas termales ubicado en la torre Babel y únicamente de uso exclusivo para diosas.

Bell miraba algo apenado de izquierda a derecha en los vestidores, notando la curiosa mirada que le daban algunas deidades féminas quienes se ponían sus ropas o se la quitaban para entrar al baño no importándole mucho su presencia, su diosa igual que algunas otras se quitaba tranquilamente sus ropas dejándolas en una cesta.

-ara ara ¿qué haces aquí pequeño? este es un lugar solo para diosas sabes-

Le hablo una deidad acercándose a Bell apoyando sus manos en sus rodillas para verlo más de cerca.

-anno…etto…yo…¡yo!-

Bell jugaba con sus dedos un tanto apenado en busca de una respuesta que no le hiciera parecer un pervertido.

-gomen, pero mi niño tiene miedo de entrar en los baños de hombres, la última vez escondieron todas sus ropas-

Mintió Hestia ante la mirada avergonzada de Bell.

-¿enserio? Que malditos, pero aun así…-

La deidad miro despectivamente a Bell, quien no hizo más que sollozar levemente.

-no…no puedo entrar-

kawaaii

Pensaron las deidades a su alrededor al ver los tiernos y suplicante ojos del niño.

-claro pequeño no hay problemas, tu si puedes entrar-

Le autorizó la diosa incapaz de negarle algo a esos lindos y suplicantes ojitos del niño.


-¿enserio tienes un nieto?-

-bueno no compartimos la misma sangre, y no tiene tanto encanto con las mujeres como yo, pero quisiera escuchar a cualquiera decir que no es mi nieto, le partiré la cara jajajaja-

Lejos de Orario, muy lejos, en un pequeño pueblo, un viejo y barbudo dios reía y bebía de una jalar de cerveza en una cantina rodeado de varias mujeres, cuyas intenciones no eran otras que hacer que el hombre gastara el máximo dinero posible.

-eeeh ¿y dónde está ahora?, debe de estar muy asustado de que su apuesto abuelo no este con el-

-debe estar en Orario cumpliendo su sueño, no sé qué está haciendo ahora exactamente, pero…¡UGHT!-

El hombre soltó la jarra de cerveza y se apretó con fuerza su pecho.

-(un hombre…..no, un héroe a logrado lo que yo no pude…Bell, ¿Por qué ciento tanta envidia en este momento? Maldito niño, acaso ¿has fingido ser inocente todo ese tiempo para obtener el favor de las mujeres?! ¡¿será posible?!)-

-Beeell-

Suspiro el viejo dios con un tono entre mezclado con odio y orgullo.

-¡Zeus-sama está bien!-

Pregunto una de las tantas mujeres.

-estoy más que bien, estoy perfecto, ¡hombres!...-

Alzando la voz tomo otra jarra de cerveza levantándola por lo alto.

-¡hijo míos! ¡brindemos! ¡Hoy es un día memorable para uno de nosotros, uno de los nuestros ha alcanzado el cielo!-

Ninguno de los mencionados hombres sabía a lo que su dios se refería, pero al ver las lágrimas salir de sus ojos y la pasión que desbordaba no pudieron evitar emocionarse, y recordando como era su dios lograron comprender al fin a lo que se refería.

Alzando sus jarras, unos incluso quitándose el sombrero, brindaron en silencio mostrando su respeto al hombre más hombre entre los hombres.

-¡Zeus-sama el brindis tendrá que esperar! ¡SE ACERCA EL DRAGON!-

-¡MIERDA ALFIA ESTA AQUÍ! ¡TODOS CORRAN!-

Y como si hubiesen anunciado la llegada del apocalipsis los hijos de Zeus soltaron jarras y bebidas, apartando y empujando a quienes se metían en su camino aterrados del monstruo que estaba por venir.

-¡apártense malditos dejen pasar a su dios!-

-vallase al diablo, por su culpa Alfia nos persigue ¡viejo de mierda!-

-¡entréguenlo como sacrificio!-

-no podemos entregar a Zeus-sama después de todas las maravillas que ha compartido con notros -

-tiene razón ¡salven a Zeus-sama!-

Una guerra campal se había formado en el bar, los hijos de Zeus empezaron una contienda, estaban los que querían entregar al dios para salvar sus pellejos y los que querían defenderlo a muerte. Ajeno a ellos el pervertido, pero astuto dios se había escapado del bar en completo silencio, montando uno de los caballos que tenía preparado para emergencias como esa.

Minutos después el techo del bar callo sobre los hijos de Zeus quienes continuaban su contienda.

-¡ZEUS! Viejo asqueroso donde estas-

Los que fueron en su tiempo los héroes y hombres más poderosos del mundo miraron con horror la llegada de una enfurecida Alfia quien estaba sedienta de la sangre de Zeus que cabalgaba furiosamente fuera de la aldea.


-¿está bien así Bell-kun o quieres un poco más de shampoo?-

Pregunto Hestia estrujando los cabellos del niño que estaba sentado en sus esbeltas piernas con el mencionado producto. El cuerpo de Hestia estaba eróticamente envuelto en una muy estirada toalla de baño, sus apretados senos apenas eran contenidos tras de la tela, sus hombros, rodillas rosadas y piel perfectamente blanca relucían hermosamente libres de cualquier ropa o tela, pese a su infantil apariencia el cuerpo de Hestia no era para nada infantil luciendo increíblemente sexi y erótico ante los ojos de cualquiera

-así está bien Kami-sama-

Agradeció Bell dejando que su diosa le lavara el cabello, no había ningún tipo de perversión en su voz o mirada, a fin de cuentas, era un niño sin conocimientos del sexo, tampoco había ningún tipo de vergüenza o pena en su mirada, pues no es como si fuera la primera vez que se bañaba con una mujer, había tomado cientos de baños, más de los que creía necesarios, con su tía Alfia y ella no tenía absolutamente nada que envidiarle a ninguna de las diosas en ese baño.

-después ¿puedo yo lavarte el cabello Kami-sama?-

Pidió inocentemente el niño.

-¡por supuesto que si Bell-kun!-

Mas entusiasmada Hestia lavo con algo más de prisa, pero con igual cuidado los cabellos de Bell, pero sin dejar de intentar darle forma de orejas de conejo a la espuma que había en su cabeza, no teniendo mucho éxito.

-mira Bell-kun ¡tienes orejas de gato!-

Exclamo contenta Hestia de al menos poner darle forma de orejas de gato a toda la espuma que se confundían perfectamente con el blanco cabello del niño.

-¿puedes decir nyah?-

Le rogo Hestia, el negó rotundamente no queriendo hacer algo tan vergonzoso, pero era con Hestia con quien estaba tratando….

-vamos, solo una vez y dejare de insistir, lo prometo

-ny…..nyaaah-

Pronuncio retrayéndose apenado de que alguien lo escuchara.

-waaahh-

Pero pudo oír perfectamente el suspirar de las diosas que no estaban tan alejados de ellos, pero una rápida mirada ensombrecida de Hestia basto para hacerlas callar a todas.

-bien Bell-kun, es tu turno de lavarme el cabello-

-¡hai!-

Poniéndose de pie Bell camino parándose detrás de su diosa, comenzando a lavar su largo cabello.

-tienes un cabello muy bonito Kami-sama-

-arigatou Bell-kun-

Dijo felizmente Hestia al sentirse consentida por las pequeñas maños de su niño para envidia de las deidades féminas que los observaban desde atrás.

-¿Hestia?-

Pero el llamado de una de ellas atrajo la atención de la diosa y su niño.

-¿Deméter? -

Exclamo Hestia al ver a la nombrada diosa de voluptuoso cuerpo que estaba cubierto por una muy estirada toalla.

-joooo pero que niño tan adorable-

Se agacho ella apoderándose de las tiernas mejillas de Bell.

-¡oye! ¡suelta….-

-¡neh chicas lo tengo!-

Pero antes de que Hestia pudiera expresar su descontento, Deméter cargo al niño entre brazos corriendo hasta un grupo de diosas.

-¡déjame cargarlo!-

-es tan lindo-

-¿oye no quieres unirte a mi familia?-

-no, únete a la mía, prometo cuidarte muy bien-

-neh pequeño conejito ¿puedes llamarme Onee-chan?-

Bell miraba un tanto nervioso a sus secuestradoras, no tenía muy claro el que hacer, eran diosas después de todo y no quería faltarle el respeto a ninguna temiendo seguir buscándose enemistad con demás familias, por lo que se limitó a soportar en silencio el "castigo" y tratos de las deidades clamando por dentro ser rescatado por su diosa, rescate que no demoro en llegar.

Literalmente pateando y jalando de los cabellos a sus compañeras deidades Hestia avanzo en busca de Bell quien se encontraba prisionero entre los pechos de Deméter.

-vamos Hestia cálmate, déjame cargarlo un rato más-

Dijo divertida Deméter esquivando a Hestia.

-¡de ninguna manera devuélvemelo!-

-pero no quiero~

Saltando de un lado a otro Deméter continuaba esquivando a la cada vez más enojada Hestia, olvidado casi por completo que se encontraban en un baño de aguas termales, donde el vapor había dejado húmedo y mojado el piso de marmol, solo vasto un descuidado salto para que Deméter perdiera el equilibrio, sumado a que cargaba a Bell termino cayendo al piso.

-¡ugt!-

-¡woh!-

-¡BELL-KUN!-

Deméter había cerrado los ojos con fuerza, pero una vez fue consciente de lo que había pasado, abrió los ojos con preocupación rogando no haber herido o dañado a Bell, quien estaba dejado de ella y abrazando fuertemente su cuello.

-¿esta bien, señorita diosa-sama?-

Pregunto con algo de preocupación Bell, niño o no seguía siendo un aventurero, y con su recién actualizado estado sus reflejos le permitieron actuar con rapidez evitando al menos que la diosa sufriera un golpe en su cabeza protegiéndola consigo mismo, Deméter miro a Bell a los ojos, sus caras estaban prácticamente pegadas, y Deméter no pudo quedar más que cautivada con la inocente, pura y preocupada expresión del niño.

Pero su contacto visual fue roto por una Hestia quien había jalado y apartado a Bell de Deméter.

-¡¿estás bien Bell-kun?! ¡¿te lastimaste?! ¡¿te duele algo?!-

Preguntaba con preocupación Hestia revisando a Bell.

-e..e…estoy….estoy bien Kami-sama…..no….no me paso nada-

Dijo como pudo ya que Hestia no le dejaba articular bien las palabras.

-cuanto lo siento pequeño, no era mi intención que te lastimaras, lo siento muchísimo-

Hestia miro con una enorme ira a Deméter, como no hacerlo, por sus infantiles y estúpidos juegos su niño se había lastimado pese a que no lo dijera.

-no, está bien, estoy perfectamente, ¿no se lastimo usted?-

-Deméter tu….-

-¡está bien Kami-sama!, ya le dije que no estoy herido ni mucho menos, fue solo un accidente, por favor perdónela-

Defendió rápidamente Bell notando la para nada contenta mirada de Hestia, quien, después de ver los suplicantes ojos de Bell no podía decir que estaba molesta.

-contrólate para la próxima, Deméter-

Le dijo crudamente la diosa de coletas.

-no volverá a pasar-

Y tomando a Bell entre brazos, Hestia camino dentro de las aguas termales, por encima de su hombro, Bell se despidió con la mano y una sonrisa boba a Deméter quien le correspondió el saludo.

-bien, relajémonos un poco antes de ir a casa Bell-kun-

Sumergiéndose en la caliente agua Hestia dejo a Bell entre sus piernas quien se dejó caer sobre el cuerpo de su diosa, nunca en su vida había entrado a unas aguas termales, y se sentían genial.


-adelántate Bell-kun, yo iré en unos segundos-

-de acuerdo Kami-sama-

Fueron las palabras que se habían intercambiado, ya habían pasado varios minutos desde que entraron al agua, no hubo más incidentes o intentos de secuestros después de lo ocurrido con Deméter, la diosa de voluptuoso cuerpo de vez en cuando miraba a la pareja de diosa e hijo de forma un tanto apenada por lo ocurrido, pero sin acercarse a ellos, pero eso no fue excusa para que Bell le regalase una que otra sonrisa cada vez que cruzaban miradas.

Bell, por petición de su diosa, había salido antes del baño, dijo que tenía que intercambiar un par de palabras con sus secuestradoras, el solo obedeció yendo a los vestidores; tomando la cesta donde había dejado su ropa procedió a vestirse, pero inconscientemente miro dentro de la cesta de su diosa, notando que por encima de toda su ropa estaban las desgastadas trenzas con que amarraba su cabello.

-creo que hay alguien en los vestidores-

-¡enserio! ¿Quién es?-

-no lo sé, no logro ver bien-

Pero unos susurros llamaron su atención, Bell fijo su vista en la entrada, notando como la manecilla de la puerta se movía de una forma antinatural y por el hueco donde iba la llave podía ver un ojo parpadeando y mirando en todas direcciones, sonrió nerviosamente al sentir una especie de deja vú, recordando vivir escenas parecidas cuando su abuelo intentaba espiar a su tía Alfia cuando se bañaban.

-¡dispérsense! ¡alguien está viviendo!-

Escucho decir tras de la puerta cuando camino en su dirección, saliendo al pasillo noto como una insana cantidad de hombres caminaban o hablan cerca de la entrada de los vestidores de mujeres disimulando terriblemente mal sus claras intenciones de querer espiar dentro de las aguas termales de mujeres, pero miraron más que confundidos al ver a Bell salir de las termas, el solo sonrió nervioso rascándose la nuca al sentirse el centro de atención.

-¡ey niño! ¿Qué haces saliendo del baño de mujeres? ¿estabas espiando?-

Pregunto enojado/celoso uno de los tantos hombres al verlo salir de las termales de mujeres.

-adiós conejito-kun, ¿vendrás mañana también?-

-déjanos lavarte la espalda para la próxima-

-¡espero verte pronto!-

Pero las palabras de las diosas que también salían de las termas fueron respuesta más que suficiente, los hombres no pudieron hacer más que llorar sangre de envidia al pensar que el niño compartía sin problema alguno el baño con las deidades féminas que hay se bañaban.

-listo, vámonos Bell-kun-

Y con la llegada de Hestia Bel se alejó de las aguas termales encaminándose al ascensor que los llevaría a la primera planta de Babel.

-Bell-kun, ¿crees poder llegar solo a casa?-

Pregunto Hestia parada frente al asesor de la torre Babel.

-no hay problema pero…..¿no iras a casa Kami-sama?-

-iré en unos minutos, hay una persona con la que tengo una conversación pendiente y quisiera hablar lo más rápido que pueda con ella para salir de compromisos-

-¿quieres que te acompañe?-

-eres muy tierno, pero puedes irte tranquilo, y iré antes de que te des cuenta-

Le beso en la frente ella.

-está bien Kami-sama, te esperare en casa entonces, iré preparando la cena en lo que llegas-

-eso suena perfecto-

Le dijo suavemente Hestia viendo como Bell entraba en el ascensor, ambos perdieron contacto visual una vez que las puertas se cerraron, toda mirada suave y sonriente de Hestia desaparecieron tan pronto Bell no estuvo ante su presencia, y subiendo al ascensor que estaba aún lado presiono el botón del último piso.

Las residencias del último piso de Babel es un lugar al que ella nunca había ido, una porque no tenía nada que hacer hay, y dos porque en ellas solo había una huésped, y era una persona con la que no tenía tantos ánimos de tratar, pero mejor hacerlo ahora que después, bajándose del ascensor y caminando por los finos y hermosos pasillos de la torre se encontró con una chica de uniforme negro que le impedía el paso.

-llévame ante Freya-

A Hestia no le hacía falta preguntar nada, era obvio que cualquier mortal que anduviera tan libremente por esos pasillos era hijo de Freya.

-¿Qué negocios tiene con Freya-sama?-

-eso no es de tu incumbencia, te he dicho que me lleves ante ella, sino apártate-

Una expresión enojada se reflejó en la cara de la chica.

-será mejor que…-

Estuvo por advertirle que se marchara, pero los brillosos ojos y el imponente arcanum de Hestia hicieron que se replanteará sus palabras retrocediendo un poco en consecuencia sintiéndose levemente intimidada por el aura de la diosa.

-Helum….-

Una gruesa y poderosa voz hizo acto de presencia, ambas, diosa y mortal miraron detrás de Helum notando como Ottar se hacercaba a ellas a paso lento.

-Freya-sama me ha enviado, quien es la diosa que ha llegado-

Pregunto pasando a un lado de Helum.

-soy Hestia, no te moleste en buscar mi nombre entre tus recuerdos, no soy alguien que esté presente en los recuerdos de la gente, el de los mortales al menos-

Fue la respuesta de Hestia.

-Kami Hestia, mi diosa me ha enviado a saber qué es lo que desea el dios que ha venido a su morada-

-hablar con ella-

-¿con que razón?-

-es algo que solo me incumbe a tu diosa y a mí…y te recomiendo que reconsideres lo que estas por hacer-

Dijo Hestia mirando a Helum quien apretaba fuertemente un cuchillo detrás de su espalda, Ottar la miro con ojos severos y negó con la cabeza consiente de la gran estupidez que estaba por hacer la chica.

-por favor sígame-

Notando el aura peligrosa, aparte del inmenso poder que sintió provenir de ella hace tan solo unos instantes, Ottar hizo lo que creía más prudente, y era guiar a Hestia hasta su diosa.

-Hestia, ¡cuánto tiempo sin verte! aunque…no es usual verte por aquí, ¿a qué se debe la inesperada pero agradable visita?-

Sentada en su habitual trono con una copa de vino en su mano Freya observo con una sonrisa a Hestia entrar por la puerta acompañado de Ottar y Helum, la diosa de la belleza se puso de pie caminando hasta estar frente a la diosa de coletas.

-dime, ¿has pensado en mi propuesta?-

Estuvo a nada de acariciar la mejilla de Hestia de no ser porque ella se lo había impedido apartando su mano.

-siéndote sincera la había olvidado, y hubiera preferido nunca recordarla, de cualquier forma, la respuesta sigue siendo la misma, pero hoy he venido por otros negocios-

-que cruel Hestia-ch….-

-no te he dado el permiso ni la confianza de llamarme de forma tan cercana….Freya, asique será mejor que cuides tus palabras-

Freya no pudo evitar retroceder un paso un tanto muy nerviosa por la actitud de Hestia, en cambio, los mortales a sus espaldas no pudieron hacer más que suspirar sorprendidos por el tono con que Hestia le hablaba a su diosa, ni la misma Loki se había atrevido a usar semejante tono.

-ara ara gomen Hestia-san, ¿prefieres que te llame así?-

Pregunto intentado mantener su habitual y juguetón comportamiento.

-como sea, a lo que he venido, escuche de mi niño que esta tarde enviaste a tus hijos a capturarle-

Freya parpadeo un tanto sorprendida por la nueva información, pero mantuvo su "inocente" sonrisa.

-mis disculpas, no sabía de qué se trataba de uno de tus hijos-

¿Quién era esa diosa? ¿Por qué Freya le guardaba tanto respeto? Y ¿Por qué le hablaba con tanta cautela?

¿será una diosa que recién acababa de llegar a Orario y tenía una familia poderosa?

Se cuestionaba Ottar pues no tenía ni el más mínimo conocimiento sobre una familia Hestia en Orario, sea cual fuese el caso, para él era evidente el cauteloso y cuidadosa conducta con que su diosa le hablaba a Hestia.

-no quiero que se vuelva a repetir ese incidente-

-pero, Hestia-san, has de recordar que estamos en Orario, y algunos conflictos entre familias en algo muy frecuente, recuerda que muchas guerras entre familias se han librado por el derecho de tener a un niño entre sus familias-

-jeeee no me digas…-

Dijo Hestia en un tono sarcástico.

-en ese caso ¿también tengo que recordarte por quien estas tú en el tenkai?-

Freya dejo salir un leve quejido.

-tu familia ha crecido de una forma increíblemente Freya, eso debo reconocerlo…bueno, siempre has tenido buen ojo para encontrar a gente talentosa-

Dijo Hestia paseándose por la habitación finamente decorada, ignorando por completo a Ottar y Helum quienes estaban a unos metros de ellas y dándole la espalda a Freya se acercó al aterciopelado trono de Freya acariciándolo suavemente su mano por unos instantes.

-eso es un halago si es ti quien viene -

-pero tu familia no existiría de no haber sido porque mi voto fue decisivo para que te dejaran salir de tu "jaula de oro"-

Freya apretó un poco los labios en recuerdo de sus días en el cielo.

-no olvides por quien estas aquí, (ni tampoco olvides que puedo hacerte regresar a esa "jaula")-

Pronuncio Hestia, aunque lo último permaneció en la privacidad su mente.

-créeme que no lo he olvidado Hestia-san, y estoy en deuda contigo, por eso….-

Freya dejo su copa de vino a un lado de su trono.

-váyanse-

Les dijo a Ottar y Helum que aguardaban en la entrada de la habitación.

-pero….Freya-sama-

-largo-

Helum intento protestar, pero la dura y algo fría respuesta la hizo callar, Ottar tampoco estaba cómodo dejando a su diosa sola en compañía de Hestia, pero su orden y deseo fue más que claro, dándose la vuelta le señalo a Helum que saliese, una vez estando sola en presencia de Hestia, Freya se acercó por su espalda abrazándola.

-permíteme mostrarte cuan agradecida estoy contigo-

Los perlados ojos de Freya brillaron revelando que estaba haciendo uso de su encanto.

-será mejor que tengas cuidado en donde estas poniendo tus manos-

Le dijo Hestia apartándose de su abrazo.

-yo no soy como a esos otros idiotas a los que controlas-

-lo se Hestia, eres muchísimos más que esos idiotas, eres una persona muy importante para mí, me duele verte trabajando en ese puesto de comida en la calle como no tienes idea, ven conmigo, a ti y tu niño no les faltara nada conmigo, tendrán todo lo que quieran ¡y más! si aceptas estar a mi lado, podríamos ser muy felices…los tres…juntos-

-que podrías saber tú de lo que quiero y sobre mi felicidad-

-¡entonces dime! ¡dime que deseas! ¡¿Cómo puedo hacerte feliz?! ¿Qué es lo que quieres? Y yo sin importar que lo buscare y lo traeré para ti si así me aceptas-

-lo único que quiero es que dejes a mi niño en paz, no responderé por mis acciones hacia ti y tu familia si vuelvo a escuchar de él que intentaste secuestrarlo-

Habiendo dicho eso Hestia se volteó para irse de la habitación, dejando a una Freya con un semblante triste y desolado.


-¡estoy en casa Bell-kun!-

Bajando por las escaleras Hestia deslumbro con su mirada a Bell quien traía un plato entre manos y sobre el su lindo delantal.

-bienvenida Kami-sama, llega justo a tiempo, la cena ya está lista-

Hestai sonrió tiernamente ante la vista de Bell con su delantal con estampado de conejito.

¿Quién necesitaba a una diosa de la belleza?

Ella ni en su infinita existencia podría comparar la ternura y el cariño de su niño, llevaba pocos días de conocerlo, pero Hestia no cambiaría su tiempo con Bell por nada del mundo, con Freya seguramente podría tener más posibilidades de sanar su condición, pero no necesitaban de su ayuda, solos podrían salir adelante, y eso era algo que ella iba a encargarse.

-buenas noches Bell-kun-

-buenas noches Kami-sama-

Aspirando su cabello, abrazándolo y dejándose abrazar por el Hestia durmió más que feliz con Bell en brazos, hasta que el molesto, muy molesto sol tuvo que hacer acto de presencia interrumpiendo su tiempo de descanso.

-¿familia Dian Sech?-

-hai, mi abuelo me había dicho que son una muy talentosa familia médica, dijo que fuera con ellos, pero quería antes consultarlo contigo Kami-sama-

-¿pero que tienes que consultar? Es más que claro que tenemos que ir con ellos, ya lo tenía pensado, pero quería juntar algo más de dinero antes, así que para la semana que viene iremos con ellos, ¿Qué dices Bell-kun, crees que puedes esperar hasta entonces?-

-¡sin ningún problema Kami-sama! Aún tengo bastante medicina, por lo que esperar no es un problema-

-bueno en ese caso partamos a hacer nuestros oficios, pero antes…-

Hestia se acercó a Bell señalando su mejilla, Bell entendió lo que quiso decir después de unos segundos acercándose a ella para depositar un corto beso en la mejilla de su diosa.

-que tengas un buen día Kami-sama-

-y tu también mi lindo niño-

Le respondió Hestia dándole un beso en cada mejilla y en la frente-


-bien aquí vamos-

Se dijo Bell para sí mismo, estaba en frente de la anfitriona de la fertilidad, aunque no quisiera, le había hecho una promesa a esa niña del día anterior, y si había algo que su abuelo le había enseñado era a nunca a romper una promesa con una chica, por lo que avanzando de forma cautelosa, mira dentro de la taberna de izquierda a derecha queriendo al menos saber dónde estaba la diosa que había intentado secuestrarlo.

-vi…vi…viniste!-

Pero había sido descubierto por la persona que menos se esperaba, parada detrás de él estaba la misma niña que lo había invitado a venir, Bell la miro con una sonrisa nervioso rascándose la nuca.

-si…..supongo que lo hice-

Con ojos brillosos la niña no pudo evitar abrazarlo por el cuello.

-¡arigatou!-

Le agradeció ella contenta, los transeúntes que pasaban frente a la anfitriona no pudieron hacer más que un "waaah" en respuesta al tierno abrazo.

-ve…ven por aquí-

Y rompiendo el abrazo Noel tomo la mano de Bell arrastrándolo dentro de la taberna.

-Mia-oka-san, ¡tenemos un nuevo cliente!-

Llamo Noel a la dueña de la taberna quien se encontraba detrás de la barra, Mia poso sus ojos en Bell reconociéndolo al instante, pero decidió guardarse sus pensamientos para sí misma.

-joooo pero si eres adorable…aun así espero que hallas traído dinero, no regalamos comida-

-si...si traje dinero-

Respondió Bell un tanto intimidado por la gran mujer.

-entonces siéntate, y pide algo, a Noel-chan le gustan los chicos que gastan mucho dinero-

-qué mala idea se abra hecho de mi-

Se dijo Bell para sí mismo.

-¿dijiste algo niño?-

-na...¡nada!-

Soltando la mano de Noel, Bell camino a sentarse en una de las sillas de la barra, aunque tuvo problemas pues la silla era casi tan alto como el quedando sus pies colgando en el aire.

-aquí está el menú apresúrate en ordenar…..no creo que quieras estar aquí mucho tiempo-

Mia le paso el menú, diciendo lo último para sí mima, Bell ojeo curioso los platillos, el precio a su lado más que todo, quería ordenar algo que pudiera comer rápido para no pasar mucho más tiempo del necesario en la taberna.

-quiero unos sándwiches y un jugo de uva…..¡ta…también un pastel de arándano!-

Pido Bell babeando al pensar en su postre favorito, Mia escribió la orden en su pequeña libreta sin dejar de mirar al peliblanco.

-¿eres un aventurero niño?-

-¡hai! Pero apenas empecé ayer, soy un novato-

Una mirada cansada se posó en la cara de Mia, "tan jóvenes" pensó, pero ese no era su problema, hace ya bastante tiempo aprendió a que no debía meterse en asuntos de otras familias.

-a…aquí está su pedido-

Llamo Noel acercándose con el pedido de Bell.

-arigatou-

Agradeció Bell tomando el plato.

-bueno niño, espero que disfrutes tu comida, y recuerda si sobrevives puedes regresar y gastar aquí todas tus ganancias-

-lo….lo tendré en mente-

Le respondió Bell de forma nerviosa.

-¿de…de verdad eres un aventurero?-

La pregunta de Noel llamo su atención.

-sish-

Asintió el con su boca llena del sándwich, la respuesta provoco que los ojos de la niña brillaras con algo de temor.

-no…no te da miedo?-

-más del que te imaginas-

-e…entontes porque..?-

Bell mastico lentamente pensando una respuesta.

-tengo un sueño que cumplir, y quien no está dispuesto a arriesgar la vida por su sueño entonces ese sueño no vale la pena en un principio….o eso me dijo mi abuelo-

-tu abuelo se escucha como los idiotas que se lanzan de cabeza estúpidamente al peligro-

Las palabras de Mia llegaron a sus oídos.

-jajajaja en eso no se equivoca, su vida ha estado en riesgo más de una vez por espiar en los baños cuando una mujer muy peligrosa los estaba usando-

Bell no la contradijo.

-escucha niño, la mazmorra es un lugar peligroso que no es apto para niños como tú, si eres inteligente te dejaras de esa idea de ser un aventurero-

-bu…bueno, me…me han dicho que suelo hacer muchas estupideces-

-no podría estar más de acuerdo con esas personas-

-no pienso en dejar atrás mi sueño, aun así, le agradezco el consejo Mia-san-

-lo que tú digas-

Noel únicamente pasaba sus ojos entre Bell y Mia no encontrando ninguna posibilidad de entrar en la conversación por lo que permaneció callada, hasta que….

-Syr onee-chan-

Bell casi se atraganta con el pastel al escuchar el nombre de la persona que había estado intentado evitar, cosa que no pasó desapercibida por Mia.

-lamento llegar tarde, etto….¿había mucho tráfico?-

Más que una excusa parecía una pregunta, Syr se rasco torpemente la parte posterior de su cabeza sacando la lengua, segundo pasaron y noto la gelatinosa cabellera blanca sentada en la barra.

-hola pequeño, nos volvemos a encontrar-

Una sonrisa dulce pero desganada se posaron sobre la cara de Syr, a lo que Bell no dio ninguna respuesta salvo intentar terminar lo más rápido posible su comida.

-tranquilo no voy a hacerte nada, por lo visto sabes quién soy asique permíteme disculparme por mi comportamiento del día de ayer, fue algo involuntario y no volverá a pasar-

Se explicó Syr/freya acercándose más a Bell, Mia miro pasmada, Freya….¡FREYA! ¿se estaba disculpando?

Un suceso como ese era algo sin precedentes, miro estupefacta al niño, alguien muy poderoso debía estar cuidado sus espaldas para que la misma Freya tenga que venir a disculparse con él.

Ignorante de lo que pasaba Noel miraba de forma interrogatoria a Syr.

-se….seguro-

Fue la para nada convencida respuesta de Bell, Syr intento acariciarle la cabeza, pero el rápidamente se apartó de su alcance.

-neeh, Mia-oka-chan, se nos acabó el….-

Una nueva y desconocida voz llego a los oídos de Bell quien volteo curioso en dirección de la voz, y lo que vio no le trajo más tranquilidad, una mujer gato de cabellos negros con una para nada normal y roja expresión, sintió un tirón en su pierna, bajando la cabeza encontró a Noel jalándolo de su pantalón.

-¡ti…tienes que huir!-

Extrañamente esa idea no le desagrado.

-¡rápido antes de que Chloe Onee-chan…!-

-¡nyyyah!-

La chica gato había saltado en su dirección, Bell observo en cámara lenta como Chloe volaba en su dirección con una para nada confortable y pervertida expresión, pero su trayectoria se vio interrumpida por uno de los puños de Mia.

-¡compórtate!-

Bell miro con terror como de la cabeza de la chica gato salía vapor producto del golpe de Mia quien estaba un tanto nerviosa ahora con la presencia de Bell, pues no imaginaba que clase de monstruo era la persona quien lo cuidada si la misma Freya se veía desganada.

-deberías irte antes de que despierte niño-

No disgustado con la idea Bell dejo el pago por la comida antes de bajarse de la silla.

-e…¡espera!-

Pero antes de siquiera dar un paso Noel le tomo de las manos.

-sé que no nos conocemos muchos pero…po….¡podemos ser amigos!-

Bell miro un tanto confundido, pero sonrió alegremente ante la petición.

-¡seguro! seamos amigos-

Como podía decirle que no a esa linda y suplicante expresión que tenía la niña, la sonrisa de Noel solo creció ampliamente al momento en que Bell acepto su petición, contenta le abrazo fuertemente por el cuello.

-¡arigatou!-

Bell correspondió rápidamente el abrazo separándose de ella unos segundos después.

-por favor vuelve pronto-

Le invito dulcemente Noel con una sonrisa

-vuelve pronto-

También le dijo Syr/Freya con una apagada sonrisa, Bell no respondió solo intento rodear lo más que pudo a Syr/Freya hasta llegar a la puerta.

-a…adiós-

Se despidió en voz baja, y antes de aventurarse a las calles de Orario miro por encima de su hombro a Syr/Freya cuya expresión no era para nada igual a la del día anterior, estaba más….triste y deprimida que en sus primeros encuentros, ¿Qué le habría pasado? Se preguntó el, pero no se molestó en esperar una respuesta ya que salió corriendo lentamente en dirección a Babel.


Omake.

Syr/Freya se había levantado muy temprano ese día, alistando su traje de camarera salió con algo de prisa a la anfitriona de la fertilidad, Hestia le había advertido el día anterior que no quería más intentos de secuestros hacia su hijo, pero no dijo nada de verlo muy de cerca, y coincidencias de la vida Noel le había invitado el día anterior, solo esperaba que si fuera.

-¿Qué clase de producto es este? ¡esto no va a venderse! ¡¿Quién va a querer esto?!-

Pero los gritos para nada agradables de un mercader llegaron a sus oídos.

-pe…pero señor, es lindo y adorable, le aseguro que muchos niños van a quererlo-

-no me imagino que clase de niño va a querer un peluche como este-

A los ojos de Freya llegaron imágenes del peluche que el enojado mercader sacudía en sus manos, extrañamente era perturbadoramente parecido a cierto peliblanco de ojos rojos cuya alma la había cautivado, salvo con la diferencia de que tenía como añadido un par de orejas de conejo, lo que, en todo caso, lo hizo aun mejor.

Busco rápidamente en su monedero algo de dinero con claras intenciones de adquirir el muñeco.

-¡señor! ¡¿Cuánto por el peluche?!-

Y en cuestión de instantes se acercó al comerciante desesperada por comprar el peluche.

-eh…disculpe ¿pero de qué peluche me está hablando?-

Pregunto el comerciante.

-¡el peliche que tenía hace unos instante!-

-¿ese tan feo que ningún niño iba a quererlo?-

-¡no es feo! Y si, ese mismo, le daré 10 mil varis ahora mismo si me lo vende-

-lo siento señorita, pero se lo acabo de vender a aquella extraña mujer por 50 mil varis-

El mercader señalo a una mujer de cabellos plateados y vestido negro que se alejaba abrazando felizmente su peluche con la apariencia de su tan amado conejo.

-hhmmm-

Mufo Freya molesta caminando hacia la peli plata.

-¡oye véndeme ese peluche!-

Le exigió ella tomándola del hombro para que voltease, solo para recibir una mirada de muerte.

-lárgate, no pienso venderte nada-

Freya sudo frio por la mirada que le estaba lanzando la peli plata, dándose la vuelta comenzó a alejarse de ella lo más rápido posible con una expresión triste.

-vámonos pequeño Bell-kun te pondré al lado de tus otros peluches, espérame en lo que voy a rescatarte de esa malvada diosa-

Le hablo Alfia con una voz "encantadora" acariciando su mejilla contra la del peluche con un leve rubor en sus mejillas.


¡saludos hijos de Zeus! ¡bienvenidos de regreso al olimpo!

Bueno una actualización más pronta de lo que esperaba, ¿no me esperaban aquí tan pronto? Pues yo tampoco.

Aquí les estoy haciendo la entrega del 4to cap de este Bell shota héroe de todos los hombres besto macho alfa supernova saijan fase adorable saca caries.

Bien ¿opiniones?

Si en este cap tampoco apareció la besto waffle elfo de pelos verdosos, pero en el próximo cap seguramente.

¿a alguien aparte de mi le gusta la combinación de Freya x Hestia?

No sé porque, pero a mí me parece una combinación espectacular, de ahí salen unos tijerasos legendarios, ya un poco más serio para quien tenga la duda Hestia es como el Odar devino de Freya, una persona que ella ama verdaderamente por encima de todos por motivos que explicare conforme avance la historia.

Creo que la gran influencia de Hestia cada vez es más notoria con cada cap, y a mi opinión y está mal que lo diga, está quedando increíble su personalidad.

El shota sigue amasando sin piedad alguna su harem, su dominio sobre el corazón de las waffles es imparable e inminente.

Al igual que Alfia y Zeus ya empezaran a verse más seguidos en la historia fuera de los omakes o menciones, no se hagan ideas, aún es pronto para que Alfia ponga un pie en Orario, solo digamos que abran más escenas de persecuciones y huidas del dios Griego, ¡grande Zeus!, por cierto, los hijos de Zeus son algunos sobrevivientes de su familia que no participaron en la expedición del dragón negro al no tener nivel suficiente, asique no esperen grandes cosas no ellos, la mayorías fueron relleno, hagamos como si Alfia los hubiera matado a todos.

Bueno poco más que decir la verdad, salvo que he estado pensando en empezar a pedir una cantidad de Reviews para poder subir caps, pero descarte esa idea, no es de mi estilo forzar a la gente a comentar, cuando deje de ver apoyo en el fic pues…..supongo que hasta hay llego.

Un saludo a todos y nos leemos en próximos cap.