Capitulo 4

Como bien todos los derechos sobre los personajes le correspondemos a Rumiko Takahasi. Esta es solo una historia alternativa, para darle gusto a la imaginación.

La semana comenzaba y todo pronosticaba a ser intensa, ya que los exámenes estaban por comenzar; el último tirón y por fin terminaba. Podría buscar un buen trabajo, dejar el club y quién sabe hasta cumplir su sueño de tener su propio dojo. Era lo único bueno que había heredado del viejo, su habilidad y gusto por las artes marciales.

Nadie creería que Ranma Saotome fuera el primero en llegar a clases, pero de quedarme a dar vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, es mejor aprovechar en algo más productivo. Todavía sigue rondando en mi mente los sucedido anoche, todo había sido muy extraño, no quisiera creer que este relacionado con esa extranjera obsesionada.

-¡Discúlpame! Iba distraído y no te vi ¿te encuentras bien?

Ella solo sonríe, cuando por fin mi cerebro reacciona.

-¡Pero si yo te conozco!

-Te has tomado tu tiempo, Ranma Saotome- contesta ella.

-Lo siento, traigo varios asuntos rondando en mi cabeza. ¿Cómo has estado, tanto tiempo sin verte Kiima?

-Me ha ido muy bien. Y precisamente a ti, es a quien he estado buscando.

Eso me sorprende, ¿que se traerá entre manos?

...

Un pequeña chispa haciendo ignición, si se le podría decir de esa manera a lo que sentía en su interior. Había algo distinto en el ambiente o ¿solo era ella quien lo percibía así? Un fin de semana que comenzó con una "tragedia" y que la llevó a conocer a dos personas muy distintas entre sí; situación que jamás pudo haber previsto. Pero iría con calma, se tomaría su tiempo para saber que era lo que ella realmente quería, no tomaría la salida más cómoda y menos para darle gusto a otros.

-¡Eres madrugadora, es bueno saberlo!- escuchó que alguien comentaba.

-¡Mousse!

-Luces sorprendida, no te estoy siguiendo no te preocupes- dijo guiñendole un ojo.

-¡No es eso!- río algo nerviosa -no esperaba verte por estos rumbos y tan temprano.

-Entiendo. Verás, no tan solo abriremos un restaurante, también nos gustaría enfocarnos en conocer la gastronomía del país. Así que tomaré algunos cursos que se ofrecen en la universidad, anoche no te lo comenté porque quería sorprenderte.

-¡Vaya que me has sorprendido! Pero me alegra que tengas tan claras tus metas y planes.

-También me gustaría que tú formarás parte de ellas- dijo acortando la distancia que había entre ellos.

...

¡Vaya la propuesta de Kiima, no suena nada mal¡ Tendrá que pensarlo muy bien, aunque una oportunidad como esa no se presenta dos veces. Sumergido otra vez en sus pensamientos, su cabeza ya no da para más; cuando a la distancia ve a una pareja conversando, y la chica se le hace familiar entre más se acerca a ellos. ¡No puede ser posible!

-¿Así de fácil lo vas a perdonar?- dijo dirigiéndose a la chica, quién a su vez lo mira sorprendida.

-¡Ranma¡ ¿Qué haces tú aquí?

-No haz contestado mi pregunta, Akane- no comprendía bien porque, pero sentía que la sangre le hervía en su interior.

-No entiendo ¿porqué te estás comportando de esa manera?- le contesta desconsertada.

-Es simple, ¿ya olvidaste lo que tú novio te hizo?- haciendo un gesto y apuntando a Mousse.

-El no es mi novio, nos acabamos de conocer...

-Ok, entonces ¿así de rápido encontraste un reemplazo?- la rabia iba incrementándose en su interior sin poder controlarla.

-¿Quién te crees que eres para hablarme de esa manera, y que yo deba darte explicaciones?- no sabía bien a ciencia cierta que bicho le había picado a él, pero la furia se estaba apoderando de ella rápidamente.

-Será mejor que te tranquilices, chico. No es manera de hablarle a una dama- dijo Mousse interviniendo en la discusión que claramente se estaba saliendo de control.

-No estoy hablando contigo, y tampoco soy un chiquillo, mi nombre es Ranma Saotome.

-Tú nombre es ¡Imbecil!- contestó ella propinandole una sonora bofetada, que dejaría aturdido a cualquiera- Vamos, Mousse, te mostraré la universidad. No vamos a desperdiciar el tiempo con personas necias y poco amables- y tomando su mano se dirigieron al interior del recinto, dejando atrás a un pasmado espectador.

Su día se vislumbraba esplendoroso, y ahora estaba molesta, no, molesta era quedarse corta, estaba furiosa. Había estado pensando en Ranma, quizás salir a algún lugar y conversar. Y ahora parecía que una bomba había explotado, no comprendía como y porque él había reaccionado así. Después de mostrarle a Mousse las instalaciones, se apresuró para estar puntual en sus clases como era su costumbre, no iba a permitir que lo sucedido le arruinara el resto del día.

¿Pero que había hecho? Cuando por fin reaccionó ellos ya no estaban, su bocaza lo había hundido hasta el fondo del mar. Así no había planeado su encuentro con Akane, iría a visitarla por la tarde y la invitaría a un café; pero ahora todo estaba de cabeza. Y sabía que él era el culpable absoluto de todo lo que pasó, y se maldijo por ello.

-¡Ranma! ¡Ranma! ¿Qué haces allí parado como tonto? Las clases están por comenzar y llegarás tarde como siempre- Ukyo le gritaba desde la entrada.

Jamás imagino que ella estuviera tan cerca de él, desde hace tiempo y él no se hubiera percatado. Tenia que encontrar la forma de arreglar el lío que había provocado, no se iba a dar por vencido, aún cuando tuviera competencia.

...

El atardecer se posaba en el horizonte, después de una jornada tan agobiante. Estaba exahusta, solo quería llegar a casa y poder descansar, pero pareciera que no iba a ser tan sencillo. Una figura se apostaba fuera de su hogar y ella sabía perfectamente quien era.

*Agradezco infinitamente su paciencia, para tener un final de está historia.