Hola, hola... Kuroshiro a vuelto. Aquí un capítulo más de esta historia, convirtiendo la pobre desgracia de Yuu en más desgracia ahora con la llegada de Plisetsky. ¿Y Viktor?... ni se inmuta, desgraciado.

Sin más, dejo la continuación.


CAPÍTULO IV: Decisión: esto será lo mejor

Justo después de que Yuri se presentará como el amante de Viktor se esperaba una reacción salvaje de parte del esposo de Nikiforov, pero en realidad no pasó lo que se esperaba que pasara. Al contrario de lo que un esposo doncel pudiera actuar, Yūri después de salir del estado de shock suspiro con tranquilidad y (con mucha educación) le pidió al doncel rubio que pasara a su casa.

Yuri, al principio desconfiado pensaba que se trataba de una vil broma... pero no. Al entrar al departamento notó que todo estaba al estilo de Viktor. De paredes enormes grisáceas con algunos toques azules el departamento mostraba elegancia y modernidad.

- ¿Te gustaría beber algo? – pregunto Yūri con tono amable. Lo cual fue raro para Plisetsky.

- No – negó Yuri, con una mirada molesta seguía mirando las paredes del departamento. Analizando y criticando todo en su cabeza mientras el peli-negro iba a la cocina y servía dos vasos con agua.

- Aquí tienes... Ah – puso ambos vasos en la mesita de centro. Yūri se sentó frente al rubio, esperando a que este dejara de mirar los cuadros colgados en las paredes – disculpa, ¿Cómo dijiste que te llamabas? –

- Soy Yuri... Yuri Plisetsky – dijo de nuevo, sentándose de mala gana en el sofá pequeño – y soy el amante de tu marido –

- Bueno... no teníamos que repetir lo último – río Yūri como si todo este asunto se tratará de una broma cruel.

- ¿Eres retrasado o sólo estúpido? – dijo Yuri ya arto de todo esto.

- ¿Disculpa...? –

- En serio, que tan estúpido debes de estar como para tratar de esta manera al amante de tu marido – río Yuri, analizando lo tonto de todo esto – o sea, llevo un año enviando correspondencia con fotografías mías estando en la cama con tu marido y aún no te divorcias – se pudo de pie, haciendo ver a Yūri como inferior – pensé que me estaba equivocando de departamento o de dirección, y no –

- ¿Tú me enviabas las fotografías? – Yūri miro hacia su vaso de agua, era verdad. El chico era idéntico al doncel de las fotos... no podía negarse algún fallo o engaño.

- Yo pensaba que las personas gordas eran más inteligentes... pero no – Yuri comenzó a insultarlo. En verdad todo esto era un mal chiste – además de gracia... me das lástima –

- ... – Yūri no se sentía con el suficiente valor como para defenderse. Su mayor defecto estaba siendo recalcado y no hacía nada por sí mismo, sólo dejarse insultar – ¿a qué has venido? – tuvo la fuerza suficiente como para articular aquella pregunta.

- Créeme que para hablar contigo y jugar a las comadres no – Yuri se terminó el agua del vaso rápidamente dejándolo caer en el suelo para que este se quebrara – escúchame bien, cerdo... quiero que te divorcies de Viktor y te vayas de su vida lo más rápido posible –

- QUÉ – Yūri se levantó de su lugar, ¿Quién se habría creído ese niño? – con qué derecho me pides hacer tal cosa – le dijo.

- Por favor, con el derecho de ser el amante de Viktor – Yūri llego a ofenderse, desvío su mirada para no verse vulnerable – veo que tienes un hijo con él, ¿crees que le importó en verdad su familia o su matrimonio cuando metió su verga dentro de mi apretado agujeró?... NO, no lo hace – a Yuri no le importaba verse vulgar frente a aquel doncel. Viktor sería suyo, y si así lograba ahuyentar al estorbo... así sería – tampoco le importó el hecho de que yo fuera menor de edad –

- Ahg, ¿eres menor? – una razón más para sentirse peor consigo mismo. Aquel niño era bello, delgado y de seguro una fiera en la cama... todo lo que Yūri no podía ofrecerle a su marido y que este deseaba tanto.

- Te doy un plazo de dos días. Quiero que pienses y analices tu situación – dijo Yuri – si aún te queda dignidad te sugiero tomar a tu mocoso he irse a donde quiera que pertenezcas. Todos saben que en la cama de Viktor... yo soy su preferido – sonrió satisfecho seguro de sí mismo – adiós, Yūri Nikiforov – tomo sus cosas y al salir azoto la puerta del departamento.

- N-No puede ser – Yūri contuvo sus ganas de tirarse en el piso y llorar. Con lágrimas amargas y un dolor punzante en su pecho Yūri no hizo más que desahogar toda su pena. Ahora no tenía con quién hablar o soltar su furia y miseria, no siquiera su familia estaba a su lado... su marido menos.

Y lo peor. Estaba tomando las palabras de Plisetsky como una opción. Después de todo tenía razón, en la cama de seguro él era el mejor... Yūri al negarse tantas veces por el miedo a revivir aquellas ilusiones inocentes que tenía antes de vivir estaba condenado su matrimonio a ser como cualquier otro que conocía actualmente... un fracaso.

~•~•~•~•~•~

- Llegamos – la puerta del departamento se abrió, tanto Viktor como Iván habían vuelto de un día arduo. Para Viktor el cansancio era mayor, en cambio Iván tenía la chispa de energía muy alta... a pesar de ir a la escuela en la mañana y practicar en la tarde.

- MAMI, YA ESTAMOS EN CASA – grito el pequeño. Corría por las habitaciones para localizar a su madre – MAMI –

- Hola, Makkachin – en cambio Viktor saludaba a su fiel mascota con más entusiasmo que a su mismo esposo. Desde las penumbras de la habitación principal se veía a un Yūri ido entre sus pensamientos.

- Papi, algo le pasa a mamá – dijo con preocupación el pequeño Iván. Ambos peli-plateados entraron a la habitación – ¿mami? –

- Yuuri, estas preocupando a tu hijo – en realidad, Viktor también estaba un poco preocupado. Ver al japonés deprimido o triste ya era costumbre, pero ahora verlo tan sumido en la tristeza en un rincón... – eres un dramático –

- Papá, debemos ayudar a mami – preocupado, Iván trata de persuadir a su papi. Su rostro inocente lleno de dulzura y preocupación tocaba con fuerza el corazón de Viktor, ¿Cómo negarse a la petición de su primogénito?

- No hay porque alarmarse – Yūri había notado la tristeza de su pequeño, aquello lo lastimaba – estoy bien, sólo me sentía algo triste... sentarme en el piso en un rincón me tranquiliza – mentía, sólo Iván era capaz de creer tan tonta excusa.

- Menos mal, papá y yo pensábamos que te había pasado algo feo – no había nada más hermoso que la inocencia de un infante.

- Viktor – nombro el japonés – no se sí sea un inconveniente, pero me gustaría salir a comer como el otro día... sólo nosotros tres –

- No estaba planeando algo parecido, pero... no sería mala idea – Viktor ignoro su enojo por su esposo. No se necesitó hablar con su pequeño, él se encontraba entusiasmado.

La familia Nikiforov ceno en un restaurante de lujo familiar, de los muy pocos en la ciudad. La comida era deliciosa y la atención de primera clase, aunque los dos adultos estuvieron callados como era costumbre no se sentía aquel aire de tensión con el cual últimamente se sentía... por lo menos por parte de Viktor.

Yūri trato de no evitar o ignorar las bellas preguntas de su hijo para no herirlo. Dentro de su cabeza aún se mantenían las imágenes y palabras del joven doncel rubio el cual lo amenazo... dio un suspiro, miro directamente hacia su esposo y mientras era un mar de emociones, mentalmente estaba dispuesto a hablar del tema con Viktor.

Y así fue. Justo llegando a casa Iván fue directo a dormir, cansado del laborioso día de entrenamiento y la gran comida juntó al paseo que duró toda la tarde... hasta el anochecer. Yūri aprovecho aquello para por fin hablar con su marido.

- ¿Iván se fue a dormir? – pregunto Viktor a su esposo, quien iba entrando a la habitación que ambos compartían.

- Si, estaba agotado – respondió sin mucho inconveniente. Viktor comenzó a quitarse la camisa, al parecer entraría a la ducha – Viktor... – lo llamó.

- Qué pasa –

- ... – temeroso y nervioso, Yūri estaba a punto de hechas a perder una excelente oportunidad por culpa de su cobardía.

- Si no me dirás nada, entrare a la ducha... –

- Quiero que me digas que no te gusta de mi –

- Qué – Viktor no sabía de que hablaba Yūri, no el mismo japonés sabía por qué dijo aquello – ¿Qué te ocurre? –

- Perdón, no quería decir... – "maravilloso, lo arruinaste todo" pensó Yūri – olvídalo – era tan horrible no tener comunicación con Viktor aún después de cinco años de matrimonio... la situación era deprimente.

- No me gusta que seas tan tímido – dijo Viktor – también odio que tiembles o tartamudees en cuanto elevo la voz o te contradigo. No te arreglas como es debido, llegas a engordas demasiado y estas descuidado; también lo aburrido que te comportas cuando tenemos sexo, en ocasiones sería bueno que fueras salvaje – Yūri estaba estupefacto, no sabía que decir. ¿Eran tantas las cosas que en él estaban "mal"? – creo que serían todas –

- Bien... – no sabía que contestar, Viktor lo había dejado más nervioso. Suspiro hondo y se tranquilizó – si yo me propusiera en cambiar todos mis defectos, ¿estarías dispuesto a dar una oportunidad a nuestro matrimonio? –

- ¿Acaso se te metió algo al cerebro, estas enfermo?... –

- Hablo en serio, estoy dispuesto a cambiar mi forma de ser... – trago saliva – quiero mejorar nuestro matrimonio. Creí, que al ceder primero al cambio lograríamos transformar la relación para bien –

- ¿Para qué mejoraríamos la relación? – pregunto Viktor sin recibir respuesta – nuestro matrimonio está basado solamente en el cuidado de Iván, en cuanto él cumpla 18 años... tal vez pida el divorcio – palabras crueles, Yūri trato de no derramar lágrimas por aquello... a pesar de que dolía.

- Pero mientras tanto tendremos que disimular y llevarnos un poco mejor – a pesar de todo y de lo cruel que fuera Viktor, el japonés no se echaría para atrás – Iván tan sólo tiene cinco, ahora es muy pequeño, pero dentro de algunos años más él comenzara a notar cosas... –

- ¿Cosas como qué?... – Viktor acorto el espacio entre ambos, incomodando al doncel – como el hecho de que no te amo, o el que no nos soportamos mutuamente –

- Si, eso y más –

- ... – Viktor analizo la situación que se le presentaba frente a él. Técnicamente y sin mucha explicación Yūri estaba dispuesto a cambiar casi en total su forma de ser... por nada. No le exigía que cambiara también o que tratara de ser "un buen esposo", era algo estúpido por qué, quién cambiaba por nada... fácil, sólo el idiota de Katsuki – de acuerdo. Demuestra tu esfuerzo y tal vez... TAL VEZ, yo también cambie algo en mi actitud, ¿de acuerdo? –

- SI – se alegró. No era seguro lo que estaba haciendo, tal vez hasta Viktor se mofaría de él... pero no importaba. Yūri daría lo que fuera por conservar ese matrimonio, demostrarle no sólo al mocoso Plisetsky sino a su propia familia... porque Yūri no ocupaba ayuda de nadie, a pesar de ser doncel era un hombre – muchas gracias, Viktor –

~•~•~•~•~•~

Habían pasado los dos días de plazo, dados por Yuri. Desesperado, luego de que Lilia le haya otorgado permiso para salir de nuevo fue inmediatamente hacia el edifico donde se encontraban viviendo los Nikiforov's.

Ansioso por la respuesta del quien considera "el doncel más aburrido en la faz de la tierra", estaba casi seguro que este (por el bien de su reputación y orgullo que aún pudiera tener) se alejaría de la vida de Viktor... con todo y bastago.

- Son las 3:40 PM... él ya debería estar en casa – subió al ascensor, no espero mucho para salir corriendo en dirección a la puerta del departamento – es hora de la verdad – con sonrisa en rostro, Yuri golpeó unas cuantas veces la puerta.

- Me pregunto si será... – dentro Yūri se encontraba sentado, tan sólo esperando con nerviosismo la llegada del visitante "no esperado". Se acercó a la puerta, al abrirla pudo notar rápidamente la presencia del joven rubio.

- No quiero darle vueltas al asunto como la última vez, cerdo – Yuri entro sin ninguna educación, estaba parado justo en medio de la sala. Se levantó los lentes de sol hacia arriba de su cabeza y dijo – y bien, ¿cuál es tu respuesta? –

- Yo... – armándome de valor, Yūri oculto su celular tras su espalda... por sí algo salía mal con el temperamento del doncel salvaje. Tomo aire y con cuidado hablo – después de meditar el asunto, analizar los pros y contras, llegue a la conclusión que... –

- VE AL GRANO –

- No tengo la necesidad ni obligación de divorciarme... al contrario – Yūri hizo lo que para un japonés sería la última opción y la más sorprendente – por favor, te pido que dejes de ser el amante de mi marido y te vallas de su vida – pidió con una reverencia de 90°... para Yūri eso eran medidas desesperadas.

- ¿Acaso eres un estúpido?... con esa acción de mierda no me vas a hacer cambiar de opinión – Yuri estaba furioso. Había sido considerado dándole un plazo al peli-negro, pero ahora que veía que este no daría camino libre... no tenía por qué ser amable – en este momento te partiré la cara, cerdo de mierda –

- Hazlo y llamare a la policía... – Yūri un poco asustado se incorporó, dio unos pasos hacia atrás y saco su celular – este es mi departamento y estoy dispuesto a decir que entraste para robar. Si me encuentran golpeado sólo servirá para elevar tu condena –

- Eres un hijo de puta... veo porque Viktor me prefiere a mí – sonrió con egocentrismo – tal vez tu no quieras acabar con este matrimonio de porquería, pero si convenzo a Viktor de hacerlo... tú no puedes hacer nada –

- Ya verdes quien ríe al final – Yūri se armó de valor para decir aquello. Plisetsky solamente tomo un retrato cercano y lo miro. En el estaban los tres integrantes de los Nikoforov juntó a Makkachin.

- Viktor será mío, puedes apostarlo – lanzo el retrato antes de salir. Estaba hecho una fiera, ni siquiera Mila lo había hecho carraspear tanto – maldito cerdo de mierda, pagara muy caro su altanería – estaba dispuesto a todo por ganar, y lo haría... porque Viktor era suyo.

- Dios mío – Yūri tomo entre sus manos el retrato roto. Se quedó helado al ver que justamente la griega del vidrio roto empezaba sobre su cara – en que me he metido –

Yūri se había metido en un juego del cual era un arma de doble filo. Tenía tanto las de ganar como las de perder. Si quería conservar su matrimonio sacrificaría muchas cosas... Yūri no estaba dispuesto a perder contra ese niño.

Continuara...


Una guerra a comenzado, una donde se vera hasta donde se puede llegar por una pizca de cariño. Muchas gracias por leer, nos vemos en la actualización siguiente. Kuroshiro fuera :D