La historia y los personajes pertenecen a Riichiro Inagaki y Boichi, esta historia es solo para entretener sin fines de lucro

Capítulo 4

Con paso tembloroso se acercó a ella y dubitativamente colocó su mano en el vientre de la chica, el tacto bajo ella fue muy cálido algo que sin duda provocó que su corazón brincara un poco producto de la mezcla de emociones, con total lentitud se puso de rodillas colocarse a la altura de esa pancita redondeada y colocó su otra mano para así acariciarlo un poco, como si tratara de hacerse a la idea de que esa sensación era real; pero algo no cuadraba, se puso de pie aun sin quitar sus manos de ella, y con mucho detenimiento la observó sólo para aterrarse al notar algo, si bien era lógico que tuviera alrededor de cinco meses, su vientre no estaba tan abultado como debería, al analizar mejor noto que Kohaku estaba más delgada de lo que recordaba y sus facciones reflejaban mucho agotamiento.

–Kohaku...–

Todo ese tiempo ella había permanecido expectante ante lo que él pudiera hacer, pero ya era suficiente –Está bien Senku, ya obtuve las respuestas que necesitaba...– suspiro triste pero a la vez resignada a la par en que se apartaba del tacto que tenía el chico en ella –no te preocupes… yo no te obligare a nada, sigamos como si nada ¿te parece bien? ahora si no te molesta iré a descansar un poco– Y sin ánimos de querer escuchar nada más giró sobre sus talones y salió tan rápido como su estado se lo permitía.

Él estaba tan confundido en ese punto que solo pudo ver a la chica alejarse del laboratorio, perdiéndose a la lejanía.

–Ey Senku, me gustaría hablar contigo– Chrome lo trajo de vuelta a la realidad.

–Chrome– musito Senku sorprendido por la presencia del castaño –Algo me dice que no estas aquí por algo referente al trabajo, así que supongo que tu ya sabes todo– confirmó el científico, sin ánimos de preguntar lo obvio.

–Apenas me enteré hoy, pero se podría decir que en este punto ya sé todos los detalles– contestó seriamente.

–Siempre se te dió bien escuchar las conversaciones ajenas– recrimino el científico dándole la espalda para adentrarse en el laboratorio siendo seguido por el castaño.

–Puede que tengas razón, pero esta vez lo hice porque me preocupaba Kohaku, es mi amiga después de todo… quién diría que las cosas terminarían así… no puedo creer que le dijeras todo eso– escupió indignado.

–¡Yo cómo iba a saber que está embarazada!– exclamó saliendo un poco de sí, sacando toda la frustración que sentía en ese momento.

–Ella esperó para saber cuales eran realmente tus intereses, de nada sirve tener a alguien a su lado si va a fingir– sentenció Chrome dándole la espalda dispuesto a salir –Sabes yo siempre he admirado tu determinación y lo que has logrado gracias a ella, incluso era de respetarse tu decisión de no querer nada que ver con nadie sentimentalmente hablando con tal de alcanzar tus objetivos, pero fuiste muy lejos al solo usar a Kohaku; eso simplemente es inconcebible, ya que para mi es imposible ver un futuro sin mis dos pasiones, Ruri y la ciencia– y mirándolo por sobre el hombro continuó –Inclusive el fundador Byakuya pudo equilibrar las dos cosas que más amaba… criar un hijo que no era de su sangre y cumplir su sueño de ir al espacio–

Senku sintió eso como un golpe muy bajo –¡No compares Chrome!– estalló golpeando sus brazos contra la mesa– Además, Byakuya trabajó toda su vida para que yo pudiera rescatar a la humanidad y por si no te has dado cuenta eso sigo haciendo–

–Es cierto, pero no sabía que eso incluía destrozar a una de las personas que más ha confiado en ti– contestó tranquilamente –en fin, tu ya tomaste tu decisión, una muy complicada, solo espero que sepas lidiar con las consecuencias– concluyó y acto seguido salió del laboratorio dejando al chico solo.

/0/

–Kohaku, ¿cómo te ha ido?– cuestionó su hermana apenas la vio atravesar la puerta.

–Pues… digamos que cuidaré al bebé por mi cuenta– se sinceró.

–No puedo creer eso, ¿Senku no quiere al bebé?– se tapó sorprendida su boca con ambas manos, todos sabían lo frío que aparentaba ser, pero sin duda tenía un corazón muy bondadoso ya que siempre se preocupaba por todos, por eso la idea de que no quiere a alguien de su misma sangre la desconcertó.

–No sé si él lo odia– contesto tomando como referencia el acercamiento que tuvo el chico con ella al posar sus manos en su vientre– solo es que la idea de una familia no está en sus planes, así que seremos nosotros dos por nuestra cuenta–

–Lo lamento Kohaku, yo te alente pensando que las cosas serían de otra manera– Ruri estaba totalmente abatida por lo que estaba pasando su hermana.

–No te preocupes, estaremos bien– trato de no preocupar a su hermana– sé que no será fácil pero no imposible, tanto tu como yo vimos como papá se las arregló para cuidarnos después de que mamá se fue, ahora que estoy en una situación donde yo estoy por mi cuenta me doy cuenta del gran trabajo que hizo papá y que yo no supe valorar– soltó todo con la voz quebrada– y aunque parece que voy a llorar te aseguro que no será así, ya debo dejar de perder el tiempo y concentrarme en planear algo realmente bueno para mi bebé– concluyó con mucha seguridad, como si el solo hecho de poder tener a un bebé en unos cuantos meses le diera una increíble fuerza de voluntad.

–Me alegra que cuentes con una gran motivación, pero sabes que liberar todo tu sentimiento de tristeza puede ayudarte a sacar todo lo que no te hace bien–

–Gracias Ruri-nee pero ya no tengo más lágrimas que derramarle a alguien que no las merece– Ruri al escuchar eso se sorprendió mucho pues en esa oración pudo sentir que su hermana, la siempre decidida y directa, había vuelto de entre las cenizas.

–Esta bien Kohaku, pero aun así sabes que yo estoy aquí para lo que necesites–

–Gracias Ruri-nee– después de esa platica cenaron algo y se fueron a recostar, siendo Kohaku la que más necesitaba de ello pues había sido un largo día y necesitaba descansar para luego pensar en qué era lo que exactamente haría.

/0/

Por otro lado el científico, que ya se había resignado a no poder avanzar nada en sus proyectos por esa noche, ya se encontraba en su casa solo, pues ya tenía algunos meses donde se había dado el tiempo de construirse un lugar para él y dejar de vivir con Chrome.

Desde el momento en que se mudo a vivir solo, el ambiente por las noches se había hecho muy silencioso, cosa que nunca le molestó hasta ahora; justo en ese momento el silencio y la gran cantidad de pensamientos que rondaban en su cabeza lo estaban agobiando.

Recostado en su cama, con la vista pegada al techo meditaba, qué decisión tomar.

"¿Qué debo hacer? ¿Dejarlos ir para no lastimarlos y seguir con el proyecto? ¿mandar todo al demonio y estar con ella y mi… bebé? ¡oh cielos voy a ser padre!... y parece que seré uno ausente por todas las estupideces que le he dicho " Pensó con un poco de pánico sintiendo como el tiempo de pronto iba muy lento.

Con un gran suspiro se levantó, para comenzar un ir y venir dentro de su habitación, aun meditando. De un momento a otro miro por la ventana, percatandose de la luz que esa noche reflejaba la luna, a paso lento se dirigió hasta la ventana y miró a aquel satélite natural.

"Inclusive el fundador Byakuya pudo equilibrar las dos cosas que más amaba… criar un hijo que no era de su sangre y cumplir su sueño de ir al espacio" retumbaron dentro de sí esas palabras dichas por Chrome.

"Las dos cosas que más amaba, ¿eh?" y de repente una sonrisa tonta asomo en sus labios "Es más que obvio lo que tengo que hacer… no, lo que QUIERO tener" sonrió al llegar a su resolución.

/0/

Cerca del hogar que compartían las hermanas, se encontraba un chico castaño mirando aquel lugar con preocupación.

"No puedo creer que las cosas terminaran así" pensó aun enojado por cómo su amigo científico había actuado "pero no te preocupes Kohaku, Ruri y yo, y muy posiblemente muchos del reino científico te apoyaremos… tu y ese bebé no estarán solos" prometió el chico.

Con paso decidido se dirigió a su propio hogar, deteniéndose abruptamente al tener una brillante idea nacida de su innata creatividad al ver algunos materiales sobre salir del almacén de material.

Mirando a su alrededor comprobando que nadie lo mirará, rápidamente tomó algunos trozos de bambú; y tratando de lucir lo más casual, se encaminó a su hogar, para así comenzar a fabricar lo que tenía en mente.

/0/

Apenas había salido el sol y unos golpes en la puesta se hicieron sonar. Ruri abrió la puerta un poco sorprendida, pues nadie las visitaba tan temprano –Chrome, que inesperada sorpresa– dijo apartándose un poco para dejarlo pasar, percatándose que llevaba algo en las manos cubierto con una sábana.

–Lamento llegar así de temprano, pero quería traer esto sin que nadie lo viera– y acto seguido le mostró lo que había traído.

–Chrome eso es...– se quedó sin palabras ante lo que tenía frente sus ojos.

–Ruri-nee, ¿quién era?– cuestiono Kohaku, quien se asomaba desde la cocina, percatándose de la presencia de su amigo de la infancia, quien le estaba dando la espalda –ohh Chrome que sorpresa, de seguro vienes a ver a Ruri, no te preocupes en un rato yo salgo para darles espacio– sonrió pícaramente, haciendo que su hermana se sonrojara a la vez que el castaño se volteaba.

–La verdad viene para entregarte esto– y acto seguido le tendió el objeto que llevaba con él, una vez la rubia menor noto que era, no pudo evitar sonreír con mucha ternura.

–No me digas que esto es una...– no pudo terminar, la emoción la estaba consumiendo. Pero no pudo evitar acercarse y tomar el objeto con mucho cariño.

–Así es, es un capazo para tu bebé, o bueno eso intenté, me costó un poco tejer con las fibras de bambú– dijo un poco apenado, pues había pequeñas fibras salidas.

–Pero de qué hablas, esto es sencillamente hermoso y un lindo detalle– un pequeño nudo se le formó en la garganta y unas lágrimas se le estaban acumulando en sus ojos –Gracias Chrome, sin duda mi bebé lo usará– Ruri, quien sólo presenció la escena, trataba igualmente de controlar las lágrimas, Chrome sin duda era una persona con un corazón increíblemente grande y eso la enterneció.

–Pero no llores– se espantó un poco al ver que sus ojos se ponían vidriosos –a demás no es nada, haría cualquier cosa por mi sobrino o sobrina– sonrió tiernamente, cosa que sorprendió mucho a ambas hermanas, Chrome al percatarse trato de corregir –D-digo no es que Ruri y yo estemos casados, aun no llegamos a eso –para ese punto ya estaba totalmente sonrojado al ver como Kohaku le daba una mirada burlona y a Ruri parecía que le salía humo por lo sonrojada que estaba –B-basta, deja de mirarme así, a lo que me refiero es que este es el tipo de cosas que hacen los amigos– concluyó girando la cara para apartarse de la burla de su amiga.

–Ja esta bien Chrome sé a lo que te refieres– y apoyando gentilmente su mano en su hombro, prosiguió– en verdad te lo agradezco, ambos lo hacemos– dijo refiriéndose a su pequeño o pequeña –Iré a dejarlo a mi habitación, Chrome acompaña a desayunar a mi hermana, hoy tengo ganas de tomar un poco de aire en el campo–

Transcurridos unos segundos Kohaku volvió y gentilmente abrazó a su hermana susurrando algo al oído.

–No lo dejes ir, parece que en verdad te quiere en su vida– Ruri por su parte solo asintió un poco sonrojada –bien los dejo solos– entrecerró los ojos mirando a Chrome con picardía y burla.

"ya basta Gorila" recrimino mentalmente mientras se sonrojaba el castaño al percibir la burla de la rubia menor.

/0/

Ese día tenía uno de esos típicos paisajes de otoño, donde los árboles han perdido sus hojas y éstas yacen en el suelo. Para algunos sería una escena muy melancólica pero para Kohaku era el sinónimo de cambio, así como los árboles habían perdido sus hojas, dentro de algunos meses tendrían unas nuevas llenas de vida; y tal vez, eso es lo que ella necesitaba.

"tiraré lo que una vez me pareció lo más maravilloso, para así poder estar lista para recibir en mis brazos algo muchísimo mejor" pensó feliz, pues pese a que lo suyo con Senku no iba a funcionar, estaba feliz de tener a alguien a quien amar incondicionalmente por el resto de su vida.

Continuó caminando un poco más tratando de no alejarse mucho de su casa, pues de un tiempo para otro había días donde se mareaba demasiado y no quería estar lejos si eso llegaba a pasar.

Justo al dar la vuelta de regreso alguien se cruzó en su camino.

–Pero qué grata sorpresa de encontrarte Kohaku-chan– Exclamó Gen a sus espaldas, sorprendiéndola un poco pues no lo noto llegar.

–Gen, vamos solo fueron unos días–

–Para mi fueron muy largos, pero poniendo eso de lado, cuéntame cómo te ha ido, de alguna manera luces como si te hubieras quitado un gran peso de encima–

–Tienes toda la razón Gen, te contaré– Esta respuesta tomó por sorpresa al chico pues en todo el tiempo que pasaron en la isla y de regreso, ella se mantuvo renuente a querer compartir algo, pero de alguna manera se sentía aliviado de que ya estuviera lo suficientemente bien como para abrirse a él –Te contaré todo camino a casa, vamos– y sin más comenzó a relatarle todo, comenzando con lo que pasó en la boda más todo lo que el científico le dijo al despertar, el apoyo de su hermana y Chrome, la plática con Senku y su actual decisión de querer salir adelante sola con su bebé sin pedirle nada al científico.

–Ya veo, pero no puedo evitar sentirme culpable por, de alguna manera, alentarte a confesarte lo siento Kohaku-chan– se disculpó sintiéndose terrible pues él en verdad creía que Senku compartía sentimientos con ella y esto solo demostraba su gran error.

–No te preocupes, todo lo que pasó fue por decisión mía y de Senku, además tarde o temprano yo me iba a confesar– trato de animar a su amigo.

–Tu siempre tan bondadosa Kohaku-chan, entonces, ¿qué tienes planeado hacer a partir de ahora?–

–Esperare a que nazca el bebé aquí, pues es donde por generaciones ha estado mi familia y después me iré a la isla del tesoro con Amarilis, ella es la encargada de coordinar lo referente a la fabricación de muebles y ropa, cuando estuve allá la ayude así que no dudo en que me vuelva a dar la oportunidad, y así con esa tarea no tan exigente podré dedicarle tiempo a mi bebé– concluyó dándole mucha seguridad a Gen, pues se veía que ella ya tenía todo más que planeado.

–Eso suena muy bien, pero se te extrañara por aquí– respondió en su tono de voz dolido.

–JA ya lo creo, pero no te preocupes vendré de vez en cuando–

–Sabes que aquí siempre serás recibida, además no veo por qué no podamos ir a visitarte a ti, así que hazte a la idea de tener muchas visitas–

–Gracias Gen, eso sería maravilloso– Y por un rato más continuaron hablando de cosas un poco más triviales hasta que llegaron al puente colgante que da directo a la casa de las rubias.

–Bien, te dejo por el momento, nos veremos después Kohaku-chan– se despidió el mentalista, recibiendo una corta despedida de parte de ella.

Muy lentamente la vió cruzar el puente y comenzó a subir las largas escaleras, sin imaginarse lo que estaba a punto de ocurrir.

Kohaku iba subiendo pero de repente un fuerte mareo la hizo tambalearse a la vez que sentía que su vista se iba haciendo borrosa y sus oídos le zumbaban, situación que empeoró el mareo inicial; y como si la situación no pudiera empeorar más, sintió como sus piernas perdieron fuerza. Todo fue tan rápido, de un momento a otro perdió el conocimiento y cayó por las escaleras.

Escena que miró aterrado Gen, quien corrió lo más rápido que pudo hasta ella, siendo testigo de cómo Kohaku caía abruptamente desde la mitad de la escalera hasta el suelo; no pudo evitar derramar algunas lágrimas cuando la vió caer de frente contra el suelo.

–¡KOHAKU! ¡NO PUEDE SER NO PUEDE SER!– Se repetía alterado –¡RURI, RAPIDO VEN!– Y con total delicadeza volteaba a la rubia apoyándola en su regazo – ¡Kohaku, vamos Kohaku despierta por favor!– suplicó el chico.

–¡GEN, ¿QUÉ HA PASADO?– Cuestionó alterada Ruri bajando a gran velocidad al ver a su hermana al pie de la escalera.

–Se desmayó y cayó, rápido ven toma mi lugar mientras yo iré a buscar a Senku y el médico de la era moderna– la chica asintió y tomó el lugar de Gen mientras este salía corriendo lo más rápido que pudo.

–¡Kohaku, vamos por favor reacciona!– suplicaba desesperadamente, mientras el mentalista corría tan rápido como podía en dirección al lugar que más cerca le quedaba.

Totalmente agitado entró al laboratorio.

–¡SENKU-CHAN RÁPIDO TE NECESITAMOS!– exclamó.

– Senku no está, salió por la mañana a buscar materiales junto con Tsukasa y Magma ¿ocurre algo mal, Gen? – Chrome, quien estaba recargado en la mesa diseñando algún invento propio, respondió impresionado.

–¡SE TRATA DE KOHAKU, SE DESMAYÓ Y CAYÓ DE LAS ESCALERAS, AHORA RURI ESTÁ CON ELLA!– contestó aún alterado –Chrome, por favor ayuda a Riri yo iré a buscar al médico– trató de tranquilizarse pues eso entorpecería la ayuda hacia su amiga.

Chrome no espero a que terminara de hablar el mentalista y de inmediato salió disparado hasta donde estarían las dos hermanas.

–¡RURI KOHAKU!– exclamó cuando logró visualizarlas, abriendo sus ojos de sobre manera al notar que Ruri lloraba sin parar.

–Chrome... ayúdala– gimoteo– Kohaku no despierta y la sangre no para de salir– sollozo un poco más fuerte.

Chrome se quedó sin aire al notar lo que Ruri decía, era totalmente cierto, la sangre salía en abundancia por debajo de su vestido.

–Ay no, esto es malo– jamás había visto a su amiga así y sabía que la situación era muy crítica así que, aunque sintió sus manos temblar, tenía que hacer algo para evitar que algo terrible pasara– Bien Ruri, tenemos que subirla y recostarla, ir corriendo con ella en brazos a buscar al médico será malo para su situación, mejor esperemos a que Gen venga con él– y con total delicadeza tomó a su amiga en sus brazos y subió lo más rápido que la situación le permitió.

Una vez recostada, ambos pudieron ver la expresión facial de Kohaku fruncirse de dolor y poco a poco fue recobrando la conciencia a la vez que gimoteaba de dolor, dentro de esa agonía miró rápidamente a su alrededor para identificar en qué lugar estaba; una vez lo reconoció como su habitación pudo ver que no estaba sola.

–Ruri, m-me due-le m-mucho– una terrible onda de dolor la azota desde dentro de su ser y por mero instinto dirigió sus manos a su vientre –Mi bebé– pero grande fue su sorpresa al notar la sangre que le escurría por las piernas y que claramente sentía que no se detenía –¡NONONO AUN NO ES TIEMPO!– se trató de incorporar mientras pensaba en que hacer para que el sangrado se detuviera, pero un intenso dolor proveniente desde su vientre la hizo retorcerse de dolor haciéndola recostarse nuevamente.

–No te sobre esfuerces Kohaku, Gen ya fue por el médico– dijo Chrome, calmando momentáneamente a la rubia menor, pero eso solo duró segundos hasta que una nueva oleada de dolor la recorrió.

–¡AHHH SIENTO CO-COMO S-SI QUISIERA NACER Y-YAAA!– Exclamó totalmente aterrada. Tanto Chrome como Ruri abrieron exaltados los ojos al ver a la chica retorcerse de dolor.

–No te muevas de aquí Chrome, iré por sabanas, no tardaré– salió Ruri rápidamente conteniendo las lágrimas desesperada por no saber que poder hacer por su pequeña hermana.

En algún momento de su agonía tomó la mano de Chrome, tal vez para sentir apoyo, en ese momento donde sentía que lo más preciado que tenía se le estaba yendo de las manos –por favor… es muy pequeño… aun no debe de nacer – musitó apenas en un pequeño susurró mientras unas pesadas lágrimas recorrían su mejilla.

Chrome sentía el pecho comprimirse y su garganta cerrarse, ella era una de las personas mas fuerte que conocía, ella no tenía porque estar pasando por esto, tendida ahí, sangrando desbordadamente mientras agonizaba.

/0/

Por otro lado, Gen se encontraba corriendo de regreso a la casa de las rubias junto con el médico.

Justo al llegar al primer puente, divisó a lo lejos a su científico amigo, compañero incondicional de todos los momentos tensos que habían ocurrido a lo largo de seis años –¡SENKU-CHAN VAMOS VEN AQUÍ ES URGENTE!– Grito llamando la atención del joven científico quien, al verlo tan exaltado, se asustó pues su amigo no es de los que pierde la calma por pequeñeces sin olvidar que el médico se estaba dirigiendo a toda prisa a la casa de las rubias y eso le dio un muy mal presentimiento.

A paso acelerado se acercó hasta el joven mago, que había detenido su marcha.

–¿Qué sucede Gen?– Cuestiono sintiendo que recibiría una muy mala noticia.

–Es Kohaku, se desmayó y cayó por las escaleras, vamos apresúrate, necesita ayuda– No necesito saber nada más, para salir disparado. Subió las escaleras de dos en dos solo para ver al médico entrar a la habitación seguido de Ruri quien llevaba algunas sábanas con ella.

De la puerta salió Chrome, quien al estar totalmente consternado salió para no entorpecer la tarea del médico; y al notar la presencia de Senku, cerró la puerta.

–CHROME DIME ¿CÓMO ESTÁ KOHAKU?– Exigió saber el científico, el castaño por su parte dentro de su incertidumbre, aún guardaba un poco de enojo por parte de su compañero por cómo había tratado a su amiga una noche antes.

–Mal...– suspiro viéndolo dolido directo a los ojos– muy mal– y no dijo más. Esa respuesta no era suficientemente informativa pero sí lo suficiente para hacerlo sudar frío y sentir temblar sus manos.

Justo cuando había tomado todo el valor necesario para entrar y evaluar por él mismo la situación, un llanto llegó a sus oídos, lo cual provocó que su corazón se saltara un par de latidos pues ese llanto resultó ser tan desconsolador y melancólico que ya se había imaginado que era lo que había ocurrido.

Unos segundos pasaron hasta que la puerta se abrió dejando ver al médico, quien al ver la pregunta reflejada en los tres rostros que lo miraban decidió compartir la noticia.

–Lo lamento, al haber caído de frente recibió un fuerte golpe muy contundente… en verdad lo siento– Senku lo miraba sin poder creer del todo lo que querían significar esas palabras –Necesito algo de alcohol para hacer algunos procedimientos de cuidado, dado su estado– pidió el médico.

Sus palabras hicieron eco hasta que Gen se atrevió a contestar –Me parece que podremos encontrar eso en el laboratorio, yo lo acompañaré– se ofreció y con una leve reverencia el médico se retiró, siguiendo al mentalista.

Tanto Senku como Chrome sintieron el cuerpo pesado, como si se hubieran vuelto a petrificar, el shock era evidente pero no podían quedarse ahí parados perdiendo más tiempo.

Senku fue el primero en moverse, a paso lento ingreso al cuarto viendo una escena que lo partió totalmente en dos y que sobre todo… nunca olvidaría.

Kohaku estaba recostada en su cama, aun llorando desconsoladamente soltando lágrimas pesadas que le empapaban totalmente sus mejillas, mientras abrazaba a su pecho un pequeño bultito envuelto en sábanas.

Un gran nudo en su garganta le evitaba decir algo, pero aun así ¿qué podía decir él? "no hay palabra alguna que le de aliento en este momento y menos si se las doy yo… ultimamente mis palabras no hacen más que lastimarla" pensó amargamente frunciendo el ceño.

Salvo por el llanto de Kohaku, el silencio era sepulcral dentro de esas cuatro paredes, por más que intentaron, no pudieron hacer nada.

Las tres figuras miraban la escena horrorizados.

—Esto… no puede ser—La voz de Ruri fue la primera en romper el silencio, con un profundo nudo en la garganta, sus hermosos ojos azules que siempre habían demostrado calidez ahora miraban atónitos a su hermana sin creer lo que había pasado.

Chrome por su parte estaba con la quijada totalmente trabada mirando a su amiga de la infancia, a la que siempre llamó "gorila" por su absurda fuerza, ahora ahí tendida. Sus ojos ardían de tristeza pero también de furia.

—¡Ya estarás contento, ¿No?!—estalló en ira el castaño tomando al científico de las ropas de su cuello –¡Esto es lo que querías!—

—¡Basta Chrome, este no es el momento ni el lugar!—trato de separar Ruri a Chrome de Senku. El castaño lejos de soltarlo, lo tomó con más fuerza, una que ni él sabía que tenía, y lo arrastró hasta la puerta.

—Tu no querías una relación ni una familia ¿no?, pues felicidades no tendrás ninguna… no mereces estar cerca de ella— le susurró arrastrando las palabras con mucho odio, arrojándolo fuera del cuarto y cerrándole la puerta en la cara.

Senku por su parte, aún consternado por lo que pasó, lo último que pudo ver antes de que se cerrar la puerta, fue el cuerpo de Kohaku sobre la cama cubierta de sangre – No… yo no quería esto…Kohaku—

Unos pasos de proximidad lo sacaron de su pequeño trance, al girar divisó a Gen y al médico, quien regresaba para atender a Kohaku.

—Senku-chan ya hemos regresado— Senku por su parte se levantó del suelo, permitiéndole así al médico entrar al cuarto —¿ocurre algo?— cuestionó al percatarse que el científico no entraba al cuarto.

—Yo… yo no lo sé— dijo apenas en un susurro.

¡Hola!

¿Qué les pareció este capítulo? La verdad hace mucho quería escribir una historia donde se reflejara la amistad de Chrome y Kohaku, pues siento que ellos (y Ruri) han sido amigos de toda la vida; además, recientemente vi el capítulo donde el imperio de Tsukasa secuestra a Chrome y Kohaku al enterarse quiere salir disparada a buscarlo. Eso me dio la idea de crear estas escenas donde Chrome se preocupa por la rubia, siento que protegerse sería algo recíproco.

En fin no quiero irme sin agradecer a todas esas personas que han seguido la historia hasta este punto, sobre todo a aquellas que se tomaran un momento de su lindo tiempo para escribirme algo: Cgadel, Arlet , crisalexroro13, Cojulieth31, Valkyriaart , VignetteApril y Elizabeth0914.

Muchísimas gracias por sus comentarios, no tienen idea de lo feliz que me hace leer sus opiniones, créanme que esto me motiva a seguir escribiendo.