Si tuviera que elegir las tres conversaciones más extrañas de su vida, estás serían: Cuando habló de chicas con Harry; cuando su padre le explicó, sin que él lo necesitara realmente, de dónde venían los bebés; y esa estúpida conversación con Draco Malfoy.

Quiso evitarla, incluso le huyó al rubio durante todo el día con mil y un excusas tontas. Cuando supo que no pudo huir de la mirada inquisidora de Draco optó por salir de compras, después de todo Draco había arruinado todo lo comestible que tenían, y si había algo que podrían empeorar la situación en la que estaban, eso era que Ron tuviera hambre. Definitivamente no quería saber lo que ocurriría si llegaban a eso, así que lo mejor era provisionarse de comida cuanto antes. En fin, la excusa perfecta.

El dinero muggle no era mucho, solo lo necesario para que no murieran de hambre, según les había dicho Parker. El dinero mágico en cambio corría por parte de Malfoy, y lo mejor era usarlo cuando fuera necesario llamar la atención. La verdadera pregunta que Ron se hacía era si Rodolphus Lestrange era o no un hombre astuto, nunca había destacado en comparación con la loca que tenía por esposa, por lo que no sabía qué tan fácil sería hacerlo caer en una trampa.

Mientras sus pensamientos iban y venían con relación a Lestrange, y los posibles escenarios donde podrían atraparlos, una mujer se acercó a él: la vecina que parecía demasiado contenta por verlos llegar al vecindario. Una mujer baja, delgada, de cabello oscuro y con muchas pecas, le sonrió con sus dientes relucientes. Ron la observó con curiosidad por varios minutos hasta que ella dijo:

—Eres uno de mis nuevos vecinos, ¿no es cierto? Soy una de tus vecinas, quería llevarles un pastel de bienvenida, pero me faltan ingredientes así que salí a comprar. —La mujer hablaba rápido y casi sin tomar pausas para respirar—. Mi nombre es Caroline, puedes llamarme Caro si lo deseas, o Line, como mejor te parezca. Estaba ansiosa por hablar con ustedes.

—¿Por qué? —inquirió Ron sospechando, debía estar pendiente de todo a su alrededor.

—Bueno, no todos los días conozco personas como ustedes.

—¿Como nosotros, a qué se refiere? —insistió el pelirrojo cada vez más alerta.

—Pues, ya sabes… —La mujer se removió incomoda—. Hombres a los que les gusta… Pues otros hombres…

—¿Qué? —El rostro de Ron cambió de color rápidamente ante la insinuación de la mujer.

—No te preocupes. —Se apresuró a decir la mujer—. Guardaré muy bien su secreto, solo quería decir que hacen una hermosa pareja, se ven muy lindos juntos. Además, debo añadir que tu chico te mira como si fueras lo más hermoso del mundo, de verdad que me encantan juntos.

—Pero nosotros no…

—Lo sé, lo sé… Lo entiendo, no te preocupes por nada. Ustedes dos son solo dos amigos que comparten alquiler. —Dicho esto la mujer le giñó un ojo y se alejó de él continuando con su brillante sonrisa.

Ronald Weasley no terminaba de entender lo que acababa de suceder, ¿él y Draco Malfoy parecían una pareja? ¿Draco Malfoy lo miraba a él? ¿Qué tan loca estaba esa mujer como para decir tantas tonterías en tan poco tiempo? Debería ir al mismo sanador junto con Luna, aunque los días en los que Ron pensaba que Luna estaba loca habían pasado hacía mucho, no pudo evitar el pensamiento, ni la risa que este le provocó. Bueno, al menos era una loca y no una posible mortifaga, o al menos era lo que parecía hasta ese momento; no podía darse el lujo de confiar en una total desconocida.

Finalmente pudo comprar algunos víveres, nunca dejaría de darle gracias a Merlin por poner a Hermione en su camino, o estaba seguro de que ya hubiera muerto, pero para su fortuna la chica le enseñó algo del estilo de vida muggle, al menos podía valerse por sí mismo por un tiempo. Era por esto por lo que la misión no era tan difícil para él. No podía decir lo mismo de su compañero, seguramente Draco Malfoy no sabía ni usar el dinero muggle. Bueno, el primer día destruyó una cocina completa.

Ron no estaba dispuesto a dejar que Malfoy volviera a entrar en una cocina jamás, aunque estaba seguro de que el rubio no entraría en ese lugar nuevamente. Recorrió el supermercado lo más lentamente que su paciencia se lo permitió, estirando lo más que pudiera el tiempo antes de la dichosa conversación con Malfoy, sabía muy bien que debía desahogarse, pero por qué tenía que hacerlo con uno de sus peores enemigos. Obviamente él prefería hablar con Harry, pero en ese momento no tenía a Harry, tenía a Malfoy y debía conformarse con él, después de todo los problemas de Ron le daban exactamente igual, como bien había señalado el rubio, así que lo menos que haría sería prestar atención a lo que el pelirrojo hablara.

Ya era media tarde cuando Ron se quedó sin excusas y decidió ingresar nuevamente a la casa que compartía con Draco.

—¿Se puede saber dónde estuviste todo el día? —inquirió Malfoy molesto con los brazos cruzados, a Ron le recordó cuando su madre regañaba a su padre por hacer alguna tontería.

—Fui de compras, nos quedamos sin comida…

—¿Se te olvida que tu deber es cuidarme? —continuó el hombre como si no lo hubiera escuchado—. Dejarme solo y desprotegido en casa, no es cuidarme, Weasley. Eres el peor protector que he conocido nunca.

—Era eso o morir de hambre, además, tienes tu varita, puedes defenderte.

—¿Crees que no sé que huiste para no hablar conmigo? Hablaremos lo quieras o no, no voy a morir por tu causa, Weasley.

—Ya, ya entendí, Malfoy.

—Quiero saber la razón por la que casi me matas y además preguntas por Pansy.

—¿A Pansy Parkinson le gustan las mujeres? —inquirió Ron decidiendo ser directo, si tendrían esa conversación lo mejor era que fuera rápidamente, igual sería horriblemente incomoda y dolorosa, ¿qué más daba?

—¿P-por qué lo dices? —El rostro de Draco cambió de color enseguida, el chico era de piel pálida, pero en ese momento parecía muerto, él definitivamente lo sabía.

—Ella y Hermione tienen una relación, Hermione acaba de dejarme por Parkinson, es lo que me tiene así —escupió Ron con ira, miró a Malfoy como si él fuera culpable de su desgracia, lo que hizo que el rubio se encogiera de miedo—. Tú sabías que le gustaban las mujeres, ¿acaso no fueron novios?

—Algo así… —confesó Draco con voz ahogada, arrepentido totalmente de tener aquella conversación con Weasley, explicar las cosas no sería fácil.

—Explícate —insistió el pelirrojo cuando notó que Draco no diría nada más.

—Pansy y yo éramos la tapadera del otro. —Draco suspiró resignado, debía contar todo, así que mejor lo hacía de prisa—. A Pansy siempre le han gustado las chicas, y como sabrás eso no está muy bien visto… A ella siempre le gustó Granger, por eso siempre buscaba pelear con ella, porque de lo contrario ella no se fijaba en Pansy. Ella estaba muy confundida y no sabía qué hacer…

—Así que fingieron ser novios para evitarle problemas a Parkinson —dedujo Ron y Malfoy asintió afirmando sus palabras—. ¿Qué ganabas tú con eso? Eres Slytherin, los Slytherin no hacen las cosas por nada.

—Ella me servía para ocultar el hecho de que me gustan los hombres. —La confesión de Draco dejó a Ron con la boca abierta—. Puedes reírte si quieres, no me importa.

—No, nunca pensé hacer eso, pero… —El hombre no encontraba las palabras para explicar lo que pensaba—. Solo son demasiadas cosas en muy poco tiempo… Hermione y Pansy… Y ahora tú.

—Soy el mismo enemigo de siempre —dijo Draco encogiéndose de hombros—, ódiame igual, pero no intentes matarme hasta que terminemos la misión.

—Yo no quiero matarte, es solo que no es fácil aceptar que Hermione me dejó por una chica.

—Pansy es una gran persona, ya te lo dije. Entiendo que estés mal, y no sé qué decirte para que estés mejor… Pero creo que lo mejor que puedes hacer es llorar y pasar el duelo, y si quieres hablar de lo maravillosa que es Granger y de lo triste que estás por perderla puedes hacerlo conmigo… Solo no exageres, no quiero vomitar.

—¿Desde cuándo le gustaba Hermione? —Seguir hablando le hacía daño, pero necesitaba saberlo todo.

—Desde que la vio por primera vez, muchas veces quiso acercarse a ella, pero nunca tuvo el valor suficiente… Se parecía mucho a ti —respondió Malfoy con sinceridad—. Imagino que decidió hacer un movimiento cuando salieron de Hogwarts. —Draco lo miró con algo parecido a la lastima—. Weasley, quizá no sea fácil para ti, pero quizá lo mejor sea aceptar las cosas.

—¡No quiero aceptar nada! —gruñó Ron perdiendo la paciencia—. Ella era mía, ¿cómo demonios se atrevió a tocar lo que era mío?

—Sabes que Granger no es una cosa, ¿verdad? Ella no le pertenece a nadie, acéptalo.

—No quiero hacerlo, no me da la gana.

—¡Cálmate, Weasley! —exclamó Draco autoritario, tal tono de voz logró calmar a Ron—. ¡Estoy harto de tu maldita actitud! ¿Crees que estoy aquí pasándola genial? Estás haciendo de mi vida un puto infierno y apenas ha pasado un maldito día.

Ron se quedó sin habla, no sabia qué responderle a Malfoy, después de todo tenía razón en todo lo que le gritaba, pues su voz solo iba en aumento mientras más palabras salían de su boca.

—Lo siento… —replicó bajando la mirada.

—¡Ah, lo sientes! —gritó el rubio perdiendo su paciencia—. ¡Ahora que lo sientes me olvidé de todo! ¡Casi me ahorcas, casi me prender fuego! ¿Qué será lo próximo que hagas solo porque no aceptas que tu exnovia no te quiere? Madura de una puta vez y haz tu maldito trabajo.

Malfoy se retiró del lugar una vez que se hubo desahogado, dejando al pelirrojo totalmente solo y avergonzado por su actitud, tal vez necesitaba que alguien le hiciera ver que su comportamiento no era el correcto. Le molestaba y sorprendía que Draco Malfoy fuera más maduro que él. Su ego estaba roto por culpa de ese imbécil, pero el no poder contradecirlo era lo peor de todo.


Fin del capítulo!

El capítulo pretendía presentar un charla incómoda con Draco, pero veo que no lo logré... Pero no importa, así quedó! Y les cuento que en el próximo capítulo habrá Lemon! algo suave, pero espero que quede muy erótico! así que esperenlo.

Les mando besos!