Capítulo 04: Espiral hiperbólica del caos
05/08/4040
Viernes 5 de agosto, con dificultad abro mis ojos a la primera alarma del despertador luego de una noche larga y pesada en la que batallé mucho para conciliar el sueño. Estoy despierto, no sé con qué propósito, si todo lo que aspiraba y anhelaba se ha ido ya por el drenaje. Vince no ha demorado un segundo en pensarlo y sin temor jaló la cadena que me llevaría directo a una vida de miseria.
—¿No crees que estás exagerando? —Me pregunta Amber tras ver que no me he levantado de la cama pese a que ya suena la segunda alarma.
Ni siquiera me he molestado en apagarla, hay tanto que está pasando por mi cabeza en este momento que el sonar de esta no me aturde en lo más mínimo. Sólo me quedo abrazando mi almohada.
—Pero qué patético. —Menciona para luego desaparecer de mi vista—. La gente se ha reído de ti ayer. ¿Y qué con ello? —Me cuestiona—. La vida sigue y te olvidarán más pronto que tarde cuando alguien se desmaye en el patio, o cuando a uno se le atore un pie en el baño, o cuando alguno se resbale en las escaleras. A lo que voy es que los niños son torpes, y solo están buscando de quién reírse a cada instante.
—¡Tienes razón! —Me levanto con prisa arrojando mi almohada con forma de Typhlosion al rincón—. ¡Lo que ocurrió solo lo han visto lo de mi salón! ¡Si quiero hacer que todos me olviden debo ocasionar un incidente que observe toda la escuela! ¡Después de todo es la naturaleza de las personas el querer formar parte de algo en su búsqueda por sentirse falsamente conectados! ¡Hoy es la ceremonia de bienvenida! ¡Es mi oportunidad para hacer algo que todos lo miren, es mi oportunidad para vengarme de Vince!
—No me refería a nada de eso. —Menciona Amber inquieta en lo que me arreglo en el baño.
—¡Para vivir primero debo morir! —Menciono cerrando la puerta de un azotón y salgo corriendo a toda prisa con mochila en mano—. ¡Es mi momento de renacer, tal como dijo Nathan!
—Algo me dice que todo esto va a terminar muy mal. —Menciona Amber en el andén.
—Tonterías. —Respondo al salir de la estación—. Hoy mi corazón está tan determinado que no podría morir incluso aunque muriera. Y aún si todo falla supongo que aún podría tomar la ruta genocida.
—No irás a decirme ahora que esa decidia que tienes por hacer las cosas se debe a constantes viajes en el tiempo ¿o sí? —Me pregunta la Braixen sonando más como un reclamo—. ¡Por qué si es una referencia a ya sabes qué, juro que me voy!
—¡Tuturu~! —Respondo sin tener muchas opciones a dónde correr. Incluso yo me siento mal de haber forzado eso.
—¿Y qué piensas hacer con Vince? —Indaga curiosa dejando pasar el tema anterior—. No se ve como un Pokémon al que le avergüencen muchas cosas, y tampoco conocemos demasiado de él como para deducir a qué le teme.
—Si hay algo que sé bien, es que viene a la escuela en bicicleta, así que pienso esperarlo en el estacionamiento y de ahí comenzar a armar un plan… o simplemente podría arrojarle una bolsa de basura apenas llegue. No imagino que haya alguien que se sienta cómodo oliendo a basura.
—Vaya, no sabía que en tu interior llevabas sangre de cazador. —Lo menciona con un tono por demás sarcástico—. ¿Qué seguirá después? ¿Iras a manosearlo en el baño? ¿Vas a desgarrar su camisa de educación física?
—¡No! ¡Yo solo…! ¡Buenos solo vamos a ver qué hace y ya está!
Debido a la ceremonia de bienvenida, las clases comenzarán hoy por única ocasión hasta después del mediodía. Hay que estar en el auditorio a las 11:00 AM. Tengo una hora de sobra hasta entonces que podría usar muy bien para recoger mis libros y tomarme la foto para la identificación oficial. Sin embargo, esperar a Vince es mi mayor prioridad en este momento, por lo que sin perder un solo segundo camino directo al estacionamiento y me siento a esperar oculto entre los autos estacionados pertenecientes a los profesores.
—Parece que el director no ha llegado. —Menciono echándole un ojo a su lugar sin ocupar.
—No, eso en realidad fue obra de Nathan. La razón por la que llegué a escuchar de él antes de conocerlo, es porque comenzó a sonar el rumor de que había prendido fuego al auto del director cuando este se encontraba a punto de regresar a casa.
—¿También creía que es un fantasma?
—No, cuando le pregunté solo me dijo que se lo merecía. Creo que aparte de guapo, era también un poquito demente.
—¡¿Y aun sabiendo eso aceptaste salir con él?! ¡Estás aún más chiflada que Nathan mismo!
Nuestra conversación se corta en cuanto oigo un chirrido acercarse, es el inconfundible sonido de la bicicleta vieja de Vince. Oculto a la distancia y sin aura no tengo más remedio que parar las orejas para escuchar muy bien lo que hace, ¡voy a seguirlo de cerca todo el día si es necesario!
—Lleva esa extraña caja aun en la parte trasera. ¿Será su mochila? —Le pido a Amber que vaya a ver, pero se rehúsa, me cuenta que ahora se encuentra tan débil que apenas puede ver lo mismo que yo veo. —¡Por supuesto que debe tratarse de una broma! —Exclamo antes de propinarme una bofetada yo solo—. ¡Todo sea por el plan!
—No es suficiente —Explica entre risas—. La maldita lo está disfrutando mas no puedo ponerme a discutir con ella ahora mismo. Sólo me queda suplicar mientras me doy otro golpe en la cara—. 800g de fósforo, 250g de sal, 5g de hierro, 3g de silicio, 75kg de dolor. Son los ingredientes necesarios para materializar un cuerpo en este mundo.
—¡Con esas proporciones básicamente todo se resume en dolor!
—¿Qué… está ocurriendo ahí…? —Puedo escuchar a Vince acercarse, ¡he sido descubierto!
—¡Oye Vince! —Una voz extraña aparece desde la entrada, no puedo ver más que sus patas blancas y peludas por debajo de la carrocería—. Me alegra ver que has llegado temprano. ¿Listo para hacer eso conmigo? Podemos usar la cámara de mi celular para grabarlo todo.
—¿Celular? —Pregunta Amber intrigada—. Creí que los habían descontinuado hace años. Por qué traería uno con él.
Los Celulares o teléfonos móviles nunca fueron populares en mi antiguo pueblo, fue una moda que pasó rápido sin que me importase demasiado ya que no tenía a nadie con quién hablar. No obstante, varias veces leí en anuncios que regresarían al mercado, ahora con capacidad de conectarse a internet y con función de cámara además de servir como reproductor de música. Si nuestro Pokémon misterioso posee uno de salida significa que debe ser alguien de dinero cuando menos.
—¿Qué pasa Vince? —El tono en que este Pokémon habla no me está gustando nada—. ¿No nos hemos divertido mucho juntos estos días? Es justo que me retribuyas ¿no crees? ¿Es que no me amas?
—Yo… —Escucho a Vince hablar con sus ya clásicas pausas—. este… claro que te amo… te amo…
¡Con ese tono es evidente que no es el caso!
—¡Bien! —Responde—. Porque yo te he dado todo cuanto tengo y te he compartido cada secreto mío. En cambio, tú poco puedes darme más allá de tu miserable cuerpo. ¿Por qué te resistes tanto en entregarte por completo a mí?
—¡¿Qué?! ¡¿Qué?! —Bufa Amber en mi oído al punto de casi causarme sordera—. No puede ser… esto es un verdadero BL… El asalariado pobre que es contratado por un Pokémon adinerado para pagar sus infinitas deudas cada noche con… Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh~
Amber está delirando tan fuerte por la conmoción que no percibe lo enfermizo en las palabras que acaban de salir de su boca. Quiero irme de aquí, quiero desaparecer, recoger mis libros e ignorar toda esta situación tan bochornosa. No soy amigo de Vince y este bien que se encargó de hacerme pasar un momento vergonzoso que destruyó mi reputación. Quiero excusarme y decir que no entiendo la mitad de lo que ocurre, sin embargo, con el tono de su voz puedo asumir con seguridad que ni siquiera él se siente cómodo con esto. ¡Ni siquiera el merece pasar por algo así!
—¿Acaso no fui yo el único que-
—Disculpa, disculpa —Me paro detrás de aquél Pokémon misterioso llamando primero la atención de Vince—. Espero no estar interrumpiendo nada importante… —Puedo verle a la cara ahora. Se trata de un Zangoose ¡sabía que debía traer una bolsa de basura conmigo! — Solo quería agradecer a Vince por la ayuda del otro día. —Saco la bolsa con la torta de jamón que me entregó ayer y se la muestro al Zangoose. ¡Menos mal que estaba tan conmocionado ayer que olvidé sacarla de la mochila!
Tras inspeccionar la bolsa en mi mano, el panzón me la arrebata y la arroja al suelo sin abrirla para después pisarla con fuerza repetidas veces hasta dejarla irreconocible casi estampada contra el pavimento. ¡¿Pero cuanta furia carga este gato?!
—¡Vince! —Se voltea el Zangoose para dar la cara al lobo de nuevo—. ¡Más te vale que no estés haciendo cosas extrañas a mis espaldas o lo nuestro se termina! —Amenazó retirándose del lugar pisando fuerte. ¡Qué genio mijo!
—Disculpa —Mencioné rascándome con una mano por detrás de mi cabeza—. Parece que-
—¡Ay no no no no! —Interrumpió Vince agachándose frente a mí para intentar despegar la bolsa del suelo—. Tu pobre lonche, lo perdiste por mi culpa… —Oh, por lo menos parece que sí sabe hablar sin pausas.
—No te preocupes. —Insisto en que se ponga de pie, lo que menos necesito ahora es que descubra que se trataba del objeto que él mismo me entregó ayer en clases.
—¡Pero no es justo! —Reclama con una voz quebrada—. Tu lonche de huevito con cátsup… lo perdiste por un descuido mío. ¡Lo siento mucho! —Expresó colocándose de rodillas con la frente apoyada en el suelo. ¡¿Esto está pasando de verdad?!
—Levántate. —Respondí desviando la mirada hacia el suelo—. Nada de esto fue tu culpa.
—¡Ya sé! —Se levanta con algo de prisa buscando la caja de su bicicleta—. ¡Como pago te daré una de estas! —Habla con ímpetu extendiendo los dos brazos frente a mí, entregándome una caja de hielo seco con seis panes de bayas dentro. ¿Qué pasa por la cabeza de este Pokémon?
No hay forma en que le pueda explicar que esa bolsa le pertenecía en realidad, y parece que tampoco va a ceder hasta que acepte su disculpa. No me queda más remedio que tomar la caja ya con el poco tiempo que queda antes de la ceremonia.
Esto es bastante extraño, Vince no parece nada consternado por lo que Zangoose estaba por hacerle. ¿Serán pareja de verdad? No puedo saberlo, pero no quiero dejar pasar algo así ni deseo tocar el tema de forma directa. Hasta que no llegue al fondo de esto no puedo dejarlo solo.
—Vas llegando al instituto ¿no? —Pregunto fingiendo ignorancia—. ¿Te parece si vamos juntos a recoger los libros? —Es lo único que se me ocurre para no despegarme, de verdad que no quiero mezclarme con él, pero ¿qué otra cosa puedo hacer?
Sin emitir respuesta el Lycanroc planta su mirada en mí y salta hacia el frente para abrazarme con efusión, se le mira en verdad feliz. Ese movimiento de la cola no puede ser falso.
—No es el único al que se le está moviendo la cola de forma involuntaria~ —Señala Amber con una voz empalagosa—. ¿No quieres aprovechar y pedirle una dona con relleno extra ahora que lo tienes de tu lado?
¡Eso está por encima de cualquier límite! ¡Necesito terminar con esto y salir de aquí cuanto antes! ¡Involucrarme en los problemas de este perro va a resultar contraproducente con Amber mirando todo! ¡No me permitirá dormir nunca más!
—¡Ven, vamos que se nos hace tarde! —Indico tomando a Vince de la muñeca tras recuperar mi espacio personal—. Tengo entendido que los están entregando en el segundo piso.
Andando en el pasillo es fácil notar las miradas que se posan en mí, o más bien en Vince, pasan de mí como la peste y aun así puedo percibir el desagrado en mi propio pelaje. ¿Esto es lo que vive día a día? ¿No le molesta? ¿Por qué se comporta de ese modo entonces? Ahora que lo pienso, el día de ayer no lo vi conversar con nadie durante la hora de educación física. Incluso entre los compañeros de su curso le evitan. ¿Cuál es su propósito? ¿Qué gana con esta charada?
—Muchas gracias el detalle de ayer… —Menciono con algo de dificultad apenas noto el silencio que hay entre nosotros, ya era poco platicador antes, pero con Amber siempre en mi interior es difícil llevar registro de todo el tiempo que he pasado sin expresar palabra al aire—. No debiste molestarte. —¡En serio que no debiste!
—¡¿De verdad te gustó?! —Vuelve a clavarme la mirada con los ojos llenos de entusiasmo—. Era mi comida para después de educación física, pero no pude evitar notar como te quedaste en las canchas el resto de la hora. Se te miraba algo solitario y con hambre, luego recordé que el otro día no tenías dinero para el metro… Es por eso que… decidí que podía alegrar por lo menos parte de tu tarde.
—El chico pasó hambre ayer por ti, y tú que estuviste a punto de arrojarle una bolsa de basura como pago. —Sentencia Amber con una voz de desapruebo. La verdad es que incluso yo me estoy juzgando duramente ahora mismo. No sé qué decir, por lo menos debí probarla.
—¡Gracias! ¡Estuvo en verdad deliciosa! —Una mentira blanca no lastima a nadie… ¿verdad? No puedo dejar de pensar en mis acciones aún con la entrega de libros y la toma de fotografía pendientes.
Un Gallade abre la pequeña ventana y nos recibe con un tono molesto que empeora aún más tras ver la cara de Vince parado detrás de mí.
—Vince Lycanroc… —Musita entre dientes con un tono que denota poca virilidad de forma deliberada—. Toma tus libros y lárgate antes de que alguien me vea contigo. —Pero qué patán, ni siquiera ha notado que estoy aquí antes de cerrar la ventana con todo el disgusto del mundo.
—El buen Bass… —Mencionó Lycanroc luego de tomarse su tiempo para ojear el libro de Matemáticas—. Siempre tan enérgico y servicial. Me pregunto en qué clase de proyectos estará metido este año.
—¡Eso fue todo menos servicial! —Menciono en mi cabeza tocando el cristal con fuerza, ¡no voy a quedarme sin libros por culpa de un atrabancado! Tras una larga búsqueda y un notable cambio de humor en el Gallade por uno más sereno me entrega mis libros. Pocas cosas hay que se comparen con el aroma de la tinta recién impresa en un libro nuevo.
—Con su carota y todo lento, pero al menos te entregó tus libros —Celebra Amber en mi cabeza—, del otro lado la princesita Celestia te habría hecho pasar a buscarlos por tu cuenta. ¡Vieja chiflada y amargada!
Bien, ya queda solo entonces la toma de fotografía que es justo al lado. Una fila sobresale a la orilla del pasillo que intuyo debe ser para esto. Nos formamos sin más y de nuevo soy testigo del desagrado que la gente tiene por Vince. Pobre chico, me está dando lastima.
—Sigue así y pronto comenzará a darte, pero otra cosa. —Amber sinceramente ya comienza a desesperarme, espero con ansias que se aburra pronto del asunto. Es inútil intentar razonar con ella.
Conforme avanza la fila, puedo escuchar una música proveniente del interior del salón, al principio no le di mucha importancia, pero con cada segundo que pasa caigo cada vez más horrorizado sobre lo que estoy escuchando hasta que Amber comienza a cantar en mi cabeza sin pena. El tipo del otro lado está escuchando música de caricaturas a todo volumen. Y no se trata de cualquier caricatura; ¡No puede ser! ¡Está escuchando PokéIdolm ster! ¡Lo peor es que soy el único que se ha dado cuenta! ¡No hay manera en que haga mención a ello así!
Creí que eso sería lo peor, pero obviamente confirmé que había hablado demasiado rápido cuando puse un pie dentro del salón y vi al estudiante que se encargaba de las fotografías; se trataba de un Bayleef que portaba una banda de la aldea de Greninja en la frente como en la caricatura de su mismo nombre. El cual te pedía que te pusieras de pie delante de un fondo de Garchomp Ball e hicieras una pose intimidante para la cámara y salir así en el carnet. ¡¿Quién aprobó tal sugerencia?!
—¡Alfon! —Saluda Vince con entusiasmo abrazando al Pokémon tipo planta por su gran cuello largo—. ¡Muchas gracias por prestarme tu cámara el otro día! ¿Ya ves? Dije que iba a cuidarla y te la devolví intacta.
—¡Dijiste que la ibas a usar para tomarle fotos a las de primer ingreso! —Gritoneó inflando los cachetes—. En cambio, lo único que había ahí cuando revise… ¡Fue horrible! ¡Fue horrible! ¡Decenas y decenas de fotos con lo mismo! ¡Tuve que tallarme los ojos con una fibra metálica para olvidar lo que vi!
—¡Por supuesto! —Asiente el Lycanroc orgulloso—. ¡Tenía que encontrar el ángulo perfecto!
—¡Ya ponte al frente y déjame en paz que por tu culpa me gané un reporte en el primer día de clases!
Tal como ya me imaginaba Vince pasa sin fijarse en la decoración e incluso simula golpear al Garchomp para la foto en un proceso que no toma más de 30 segundos. Ahora que lo pienso la fila avanzó demasiado rápido. Significa que todos están acostumbrados a esta clase de experiencias.
—Y esto es mucho mejor que lo del lado de las niñas. —Asevera Braixen— El año pasado había cosplays de los Pokéloids con maquillaje y todo para la foto. Así que tenías a Emily y casi todas las chicas de la generación en su foto vestidas como Hatsune Kirlia.
—Me imagino que para ti fue fácil elegir a Rin siendo que es un Pokémon de tu misma especie. —Contesto tras un gran momento en silencio que he usado para contener la risa.
—¡Ni loca! —Replicó al instante—. ¡Ni que estuviera loca para seguir esa clase de tendencias! Nunca entendí porque ese grupo era tan popular en primer lugar.
Dejando el tema para después comprendo que no tengo más opciones para evitar esto. —A mal paso darle prisa. —Menciono colocándome frente a la cámara sin hacer alguna pose en particular. Algo que noto parece incomodar al Bayleef.
—¿No te gusta Garchomp Ball? —Me cuestiona el Pokémon dinosaurio—. Si quieres tengo otros fondos por acá —Menciona sonrojándose un poco. —¿Cuál prefieres? ¿Attack on Regis? ¿Puella Magi Audino Magica? ¿Bedrill Lagann? ¿Perrserk? ¿Meowstic ½? ¿Samurott X? ¿Love Eeveena? ¡No digas más! ¡Tienes cara de que eres fan de Zangoose Art Online! —Con eso entendemos que la lista de Bayleef se extendió hasta el infinito, con juegos de palabras cada vez más rebuscados y menos graciosos, sacando de su pequeño baúl fondos llenos de personajes femeninos con cada serie que nombraba, portando siempre menos ropa entre sugerencia y sugerencia. Las poses también se habían vuelto mucho más sugerentes a como empezaron. ¡Esto estaba a punto de volverse de verdad peligroso!
—¡Garchomp Ball está bien! —Exclamo simulando dar un golpe en el mentón del protagonista. La ceremonia de bienvenida está por comenzar.
—Are you ready? —Pregunta de manera natural enfocando la cámara.
—I'm Lady! —Respondo sin pensarlo a causa de la tonta canción que Amber dejó impresa en mi cerebro. ¡La he jodido en grande! ¡Peor aún! ¡Mi rostro ha cambiado a uno de angustia justo en el momento previo a escuchar el cañón! ¡La foto… la he arruinado toda y de forma tan estúpida que quiero maldecir a Amber 10000 veces! ¡Te odio, Alfon otaku! ¡Algún día vas a enterarte que esa Braixen que tanto te gusta de PokéIm s es macho! ¡Juro estar ahí para cuando te enteres!
La desesperanzadora agonía de tener que ver mi rostro ofuscado cada mañana al usar la tarjeta en el metro me seguirá por el resto del año, poco hay que pueda hacer para lamentarlo ahora mismo y debemos partir a paso apresurado directo al auditorio. Por lo menos me queda el consuelo de pensar que con ella me darán un importante descuento cada que tome el metro.
—Fue un paseo divertido. —Expresa Vince cubriendo su boca con la mano tras guardar su tarjeta—. Pero la ceremonia de bienvenida está por comenzar, aún tengo que ir a ver a mi novio y después juntarme con los de mi salón. ¡Deberíamos salir a caminar por los pasillos más seguido! ¡Nos vemos luego, Isaac! —Sacude mi mano con fuerza y se aleja con prisa.
—¡¿Novio?!
—¡Siempre hay un roto para un descocido! — Comenta Amber dejando escapar una pequeña risa—. Espero que estés preparado para luchar con garras y dientes por tu nuevo amor. ¡Quiero ver pasión y sangre!
—¡Si no vas a mantenerte en movimiento mantente a la orilla, subnormal! —Me habla alguien por detrás de la oreja simulando propiedad, aunque el insulto del final lo ha arruinado todo, ni siquiera lo he visto y ya lo detesto—. ¡Las sabandijas inútiles deben quedarse siempre fuera del camino! —Prosigue con sus insultos, empujándome contra la pared antes de poder verle, y sólo consigo apreciar su espalda anaranjada y sus dos colas girando en el aire como si le dieran propulsión en su andar. Junto a él va un Gurdurr y un Machoke cargando un par de cajas llenas de diversos materiales para él.
—Así que ese es Jayce Floatzel. —Dice Amber sorprendida—. Es tan pedante como Nathan lo describió. ¿Qué se le va a hacer? es el niño mimado de la escuela.
—¿Niño mimado?
—¿No recuerdas la lista de Nathan? —Me obliga a sacarla de la mochila para leer a la par que ella—. Si hay un Pokémon consentido por el director ese es Jayce, invicto campeón de natación desde la primaria y actual contendiente a participar en la competencia de mayor prestigio en el mundo ahora que finalmente ha alcanzado la edad mínima necesaria. Incluso Nathan recibió una suspensión de tres días luego de su entrevista con él, bajo el pretexto de que "le había mirado feo" y eso impedía que Jayce pudiera concentrarse en mejorar sus tiempos de nado.
—Lo mejor será evitarlo a toda costa. Suena como un verdadero dolor de cabeza. ¡Todos en esta escuela suenan como un verdadero dolor de cabeza!
Dejando de lado el tema camino en solitario hacia el auditorio, conversando con Amber acerca de las series que el Bayleef mencionó, es imposible ocultarle que me los vi todos durante esos días en que faltaba a clases en mi antigua ciudad. Si no estaba perdiendo el tiempo maratoneando un anime estaba subiendo de nivel en algún videojuego en línea. Hace dos años pertenecí a un grupo de caza en Digimonster Hunter con un par de usuarios que conocí en internet, pero este se desintegró rápido cuando apareció en el mercado League 4 Elite. Juego de disparos en equipos de cuatro contra cuatro que nunca terminó de llamar mi atención pese a que se hizo toda una moda en internet y ahora incluso es común escuchar que los normies hablen de él. En fin, que yo soy más de juegos por turnos y tableros que de disparar y de velocidad de reacción.
—¿Qué pasó con esos amigos? —Pregunta inquieta, a saber la razón—. ¿No los conocías en persona?
—La verdad es que no, tampoco eran mis amigos realmente. Solo eran dos usuarios con los que fui emparejado una vez, y tras concluir la misión le dieron a seguir jugando. Ellos conversaban mucho, parecía que tenían tiempo de conocerse o quizás eran pareja. Yo solo escuchaba las conversaciones en silencio sin mostrar mucho interés, como cuando enciendes la televisión de fondo para hacerte compañía sin prestar atención, y respondía solo cuando me preguntaban algo de forma directa. Al terminar la sesión el más vocal de los dos me preguntó qué otro día podía volver a jugar con ellos, y a partir de ese momento se hizo una costumbre vernos cada mañana del martes y del viernes. Me compré incluso mi propia llamadosfera para usarla en largas sesiones… hasta que un día llegaron con la novedad del otro juego y tras rechazar su invitación… no volvieron a conectarse más. A veces me digo a mí mismo que fue mi culpa por no seguirlos, pero entonces me pregunto si tan siquiera perdí algo aquella vez, después de todo sólo era el tipo que rellenaba su equipo y poco más. Yo seguí jugando y subiendo de nivel en soledad, nada cambió al final. El aporte que hago en cada lugar en el que estoy siempre ha sido insignificante…
—No sé, si me pasara algo así creo que viviría pensando que cualquiera a mi alrededor es esa persona. Sería bastante incomodo quedarme con esa duda por el resto de mi vida. ¿No recuerdas cómo se llamaban?
—Sus nombres de usuario eran Emeraude y Saphir. Supongo que se quedaron conmigo sólo porque mi nombre de usuario en ese entonces era Tauburn…
—¡Por favor dime que tenías toda una secuencia de transformación antes de ponerte a jugar!
—¡Por supuesto que no!
—¡Apprivoisé! —Exclamó Amber con fuerza, haciendo que casi pueda imaginar la secuencia con ella—. ¡Deslumbrando el escenario! ¡El hermoso chico galáctico! —Gritamos los dos en la mente con gran emoción, imitando la pose final. Lamento ser tan débil como para caer en esta clase de juegos.
—Sólo lo hice una vez ¿está bien? ¡Una vez que terminó la temporada tanto la serie como ese nombre quedaron en el olvido!
—Eres sólo el niño friki de los videojuegos, no me sorprende que no tengas amigos. —Se mofa de mí con malicia—. Tan lo menos no has entrado usando una capa negra al primer día y dicho que eres la oscuridad.
—¡¿Qué me dices de ti?! —Le reprocho ya exasperado en lo que entro al auditorio—. Te has sabido cada referencia que sale de mi cabeza y la presumes con alegría, imaginas ver a chicos besándose como si fuese lo mismo que en un BL e incluso me has preguntado por los nombres de usuario de esas personas como si pudieras encontrarles solo con ello. ¡Tienes razón de burlarte, pero en el fondo eres igual de patética que yo!
—Sólo era un comentario ¿sí? ¡Tampoco era para que te ofendieras! ¡Ya mejor me callo y no digo ni pío!
—Oh, y ahora vas a jugar la carta de hacerme sentir mal cuando has sido tú la que empezó con los ataques. ¡Por un segundo creí que querías escucharme de verdad y resultó ser solo un plan para fastidiarme otra vez!
Después de esas palabras Amber ya no me respondió más. Pude reunirme con el resto de mi curso en tranquilidad, al principio creí que iban a burlarse de mí, pero tal como había dicho Amber estos parecían que ya habían olvidado el asunto conmigo, o quizás solo jugaban a ignorarme de una forma peor que a Vince, no puedo saberlo ni me atrevo a preguntar por lo que lo dejo pasar sin quebrarme la cabeza con el tema.
La ceremonia de bienvenida comienza cuando un Charmeleon entra en escena, caminando con pisadas firmes y lentas hasta el centro en un intento de hacer el mayor ruido posible. Ni siquiera ha comenzado a hablar y ya escucho aplausos por parte de algunos estudiantes. Ese sin duda debe ser Kit, el Pokémon que Amber describió como pomposo. Bueno en realidad no dijo nada de pomposo, pero quería ver si me decía algo por ello sin éxito.
—Es un honor muy grande para mí —Comienza a gesticular la lagartija—, el poder estar aquí arriba dándoles la bienvenida a un nuevo año escolar. De poder conocer a los de nuevo ingreso, de saludar a los que están a mitad de camino y de acompañar a una generación que está próxima a salir del plantel por la puerta grande. No me cabe la menor duda que será un año lleno de retos personales a los que saldremos adelante aprendiendo todos juntos en el camino sin dejar a nadie detrás. Me aseguraré que como representante escolar así sea, prometo enfocarme siempre en que sus voces sean escuchadas en lo más alto de la academia para que la estancia de todos aquí sea lo más placentera posible. Por lo que espero contar con su apoyo este año también. Recuerden que una victoria por mí es una victoria para sus sueños y aspiraciones.
En tan solo un par de oraciones este sujeto ha transformado la presentación de bienvenida en un discurso de campaña. No es difícil de ver que esa banda que lleva cruzada en el pecho es su más grande tesoro por no decir que es toda su personalidad. Ya quiero irme, giro levemente la cabeza para ver al resto de estudiantes y me sorprende lo que encuentro; todos están prestando atención en silencio, como si de un canto de sirena se tratase. Para distraerme un poco me pierdo elevando la vista al techo cuando algo justo sobre el escenario capta mi atención.
—¡Es Vince! —Puedo ver que trae en sus manos una cubeta, la cual se mira algo pesada por la forma en que la carga, no está solo, alguien está con él, mas la perspectiva no me permite verle. La ha colocado sobre la barra, ¡¿de verdad piensa tirarla sobre el Charmeleon?! ¡Nadie más le ha visto aún y no conseguiré nada con hacer que le vean cuando el Pokémon en el escenario corre verdadero peligro!
Sin perder un solo segundo más me levanto del asiento y corro tan rápido como puedo aún con mi pobre condición. ¡Arruinar mi reputación es una cosa, pero no puedo creer que en verdad vaya a jugar una broma así de pesada!
Subo al escenario de un impulso y con el mismo tacleo a Kit lejos de la zona de peligro, quedando encima de él, esperando así protegerlo con mi cuerpo.
—¡¿Qué haces?! ¡Quítate de encima! ¡Arruinas mi presentación! —Forcejeamos en el suelo en lo que intento sujetarle de las muñecas y me da golpes con su cola.
—¡No te muevas tanto o te clavaré mi pico por accidente! —Apenas termino de decir eso el peor desastre ocurre cuando la cubeta que arrojó Vince llega a su límite en el aire gracias a la cuerda prendida de ella. Rebota un poco con su centro de gravedad perdido y finalmente se gira vertiendo todo su contenido justo por encima nuestro. Una espesa capa de chocolate nos cubre a ambos, a mí toda la espalda y nuca, mientras que a él todo el pecho los brazos y la cabeza.
Todos se nos quedan mirando en absoluta confusión. ¿Qué acaba de ocurrir? Ni siquiera yo estoy seguro. Intento mirar al techo de nuevo, descubriendo en el proceso otra sorpresa igual de desagradable cuando una lluvia de chispitas en todos los colores del arcoíris nos baña coronando el acto. Nos hemos fusionado en una galleta de chocolate gigante de la que no tardan en hacer mofa el total de los alumnos presentes. Una vez más sólo queda preguntarme: "¿Por qué a mí?" ¿En qué lío me vine a meter gratis?
Los maestros toman el mando y dan por terminada la ceremonia con todos riendo aún por nuestra apariencia. El maestro Flygon de Biología intentó ayudarnos, pero el chocolate se secó demasiado rápido y ha tenido que venir el Typhlosion de Educación Física a derretirlo de nuevo con las llamas de su espalda. No le digo a nadie, pero le he visto tomar un poco del chocolate derretido en el suelo y comérselo bajo la ley de los cinco segundos.
Ya estando yo solo en una banca rodeado por el elenco de profesores; Oliver, el Kommo-o que imparte física, no pierde el tiempo y de inmediato me señala como el responsable de la broma. No se guarda la sonrisa macabra y sugiere comenzar con el castigo en ese mismo momento. Greninja por otra parte es quien me defiende como uno de sus alumnos a cargo pide escuchar primero mi versión de los hechos.
—¡Vince ha sido el causante de todo esto! ¡Lo vi con mis propios ojos! —Quiero gritar con todas mis fuerzas y terminar con esto, ese chico ya me la jugó dos veces, no esperaré a que me ataque una tercera. Estoy convencido de querer delatarle, y sin embargo al final me lo callo para mis adentros. Es cierto que vi a Vince con la cubeta, pero también es cierto que me pareció que alguien más estaba con él. No puedo dejar una verdad a medias.
Intento pedir ayuda a Amber, no obstante, esta parece seguir molesta jugando al escondite. Si tan solo esa cubeta hubiera conseguido golpearme en lugar de quedar atada quizás habría salido por la fuerza. Quisiera golpearme hasta conseguirlo, pero ya lo intenté horas antes sin obtener ningún resultado cuando estaba en el estacionamiento.
—Lo fascinante de la historia es que cuanto más la estudias más puedes predecir los eventos que vendrán en el futuro. —Menciona el profesor Runegrigus aprovechando mi momento de silencio—. Sólo acusa a Vince y terminemos con este capítulo gris.
—¿Acusar a Vince? —Murmuro mientras me quedo un momento repasando los hechos—. El chico de la bicicleta oxidada, el chico que todos evitan, el chico que no tiene amigos, el chico que es acosado, el chico que incluso los profesores se ponen en su contra, el chico al que le cierran las puertas en la cara, el chico que a pesar de todo ello no dejó de sonreír mientras caminaba con él… El chico que aun cuando tiene su inmensa cantidad de problemas aquí en la escuela se preocupó por mí al punto de regalarme su lonche el día anterior. No… —Aprieto mis ojos, me sacudo la cabeza y aun dudando me pongo en pie temeroso para dar mi declaración—. ¡Vince es inocente!
—¿Y entonces quién es el culpable? —Inquiere Oliver invadiendo mi espacio personal al punto de hacerme sentir asfixiado—. Alguno de los dos tiene que haber sido.
—El culpable fue…
