Disclaimer: los personajes de la serie Card Captor Sakura, no me pertenecen, son propiedad de las chicas de Clamp (todos lo sabemos u.u) y yo los utilizo sin ningún fin de lucro

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Vivamos, y que pase lo que tenga que pasar…

La primera vez que vi a Kaho fue un lunes, si algo odio siempre son los lunes, nunca puedo dormirme temprano los domingos, así que apenas si consigo dormir unas cuantas horas y me despierto el lunes más cansado que cualquier otro día de la semana, un día antes, en particular, no me había desvelado tanto, en general si me desvelaba era gracias a mi adorado tormento: Tomoyo, pero esta llevaba algunos meses saliendo con un abogado (abogado, eso era nuevo, nunca antes había salido con uno), parecía un tipo serio, al principio pensé que demasiado serio para ella, pero lo cierto es que creo que era justo lo que necesitaba, este tipo se veía bastante decente, la procuraba pero no cumplía todos sus caprichos, creo que esta vez era una relación más adulta, Tomoyo había tenido sus dudas pero lo cierto es que se habían acoplado muy bien, por lo que todo parecía marchar sobre ruedas.

Volviendo a Kaho, si, fue un lunes, no estaba muy de humor, pero tenía una junta de trabajo en el museo de Tokio, llevaba ya un par de años viviendo ahí, desde que me habían contratado como el pianista de la orquesta de Tokio, el museo estaba organizando un evento cultural y querían invitarme a tocar algunas noches como parte estelar del evento, Kaho era la encargada de la parte pedagógica del museo, coordinaba los cursos, campamentos de verano y los talleres que se impartían en el museo, pero según me contaron una de las coordinadoras del evento tuvo que ausentarse por maternidad y ella estaba de apoyo para la organización del evento.

Lo primero que noté (además de su precioso y largo cabello rojizo) fue esa sensación de paz que emanaba, no quise ser muy obvio, pero no pude dejar de mirarla, tenía un aura que me hacía sentir tranquilo, una sonrisa tímida y unos ojos llenos de bondad, se veía que era un poco torpe, pero al mismo tiempo pensé que eso la hacía ver adorable, cuando nos presentaron no pude resistirme y la saludé de la manera occidental, tendí mi mano para estrechar la suya y unas pequeñas chispas saltaron, pude ver que ella también las sintió.

El evento fue todo un éxito, y fue precisamente Kaho con quien tuve que ver todo lo de la organización de mis actuaciones, pasamos largos ratos en el museo, ensayando, acomodando, yo le daba algunas ideas, probábamos cuales serían las mejores canciones a interpretar y para ser sinceros me gustaba pasar tiempo con ella, al terminar de trabajar solía invitarla a cenar o a tomar un café, faltaba solo un concierto mas para terminar, era el último ensayo así que invité a Kaho a cenar, pero más formalmente, hacía tiempo que no me sentía tan nervioso por invitar a alguien a salir, no podía explicarlo, pero sentí que era lo correcto, la recogí puntual en su departamento y la llevé a un restaurante.

-pensé que nunca me ibas a pedir que saliéramos Eriol, tardaste demasiado, llegué a creer que no te interesaba-dijo ella mientras esperábamos la comida

-creí que lo mejor era esperar a que terminara el evento, pero desde el inicio me interesante, pensé que se notaba -dije sonriendo- tal vez estoy perdiendo mi toque

-me imagino que con esa sonrisa ha caído más de una

-jajaja no tantas como te imaginas, no la que yo quería en todo caso -se me escapó ese último comentario en voz más baja

-¿eh?

-nada, en todo caso me alegra que a pesar de que te hice esperar hayas aceptado mi invitación y te prometo que no te vas a arrepentir

-eso espero -en ese momento llegó el mesero con nuestra cena y mi teléfono sonó, era Tomoyo quien llamaba, dudé un momento en contestar o no, al final no lo hice, si era algo importante volvería a llamar

-¿quién era? Si es importante no me molesta que tomes la llamada -definitivamente ella era muy dulce

-solo era una amiga, si es importante volverá a llamar

Tomoyo no volvió a llamar esa noche, la cual fue perfecta, Kaho y yo hablamos largo y tendido, tanto que uno de los meseros tuvo que venir a decirnos que ya iban a cerrar, entre risas y disculpas salimos del local y me dispuse a llevarla a su casa en mi auto, en el camino seguimos platicando, ella me contó que le encantaban los niños y durante un tiempo ejerció como maestra de primaria, pero le ofrecieron el trabajo en el museo y también disfrutaba planeando y dando ella misma algunos de los talleres, yo le hablé de mi amor por el piano que surgió desde niño y de mis amigos, le hablé de Nakuru y Spinel (omitiendo claro su verdadera naturaleza), me di cuenta que no me equivoqué al invitarla a salir, después de llegar a su casa nos quedamos otro rato platicando en el auto, pero era ya casi la 1 a.m. así que llegó la hora de separarnos, como todo un caballero le abrí la puerta del copiloto y la ayudé a bajar

-gracias por la cita Eriol, me divertí mucho

-yo también, y espero que sea la primera de muchas

-tenlo por seguro -dijo acercándose a mí, este era el momento, lo sentí, junté mis labios con los suyos en un beso suave, era ese primer beso que le das a alguien que realmente te llega al corazón

-entonces nos vemos mañana en la noche en el museo

-claro, por favor avísame que llegaste bien a casa

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Muchas gracias por sus comentarios, y una disculpa por la demora. En esta ocasión no tuvimos a Tomoyo, pero si a un nuevo personaje ¿Qué creen que opine la amatista de esta nueva relación de su mejor amigo? ¿Y qué tan fans son ustedes del KuroTomo? Si gustan déjenme sus comentarios.