Llegamos hasta la cocina del barco, la cual se encontraba dentro en la parte inferior de éste, estaba hecha completamente de madera y parecía algo anticuada, por fortuna no nos encontramos con nadie en el trayecto, al parecer la mayoría de la tripulación salió a disfrutar su estancia en Liyue.

- Hora de la diversión. – exclamó la pequeña cocinera. – tu mientras quédate aquí. – me dijo, haciendo que me sentara en un banco junto a la barra que, como en el restaurante Wanmin, tenía vista hacia la cocina. – yo haré todo el trabajo. – asentí.

Inició los preparativos para comenzar a cocinar, cortar verduras, calentar agua, etc. A mi siempre me gustó verla hacer lo que más amaba, parecía tan libre, tan vivaz y sobre todo feliz, se notaba su pasión al momento de cocinar y se veía incluso más hermosa en estos momentos, simplemente no podía dejar de mirarla.

- ¡Oye, Lumine! – me susurró Paimon, sacándome de mis pensamientos.

- ¿Hm? – la mire.

- Deja de estártela comiendo con la mirada. – me reclamó.

- ¿Q-qué? – exclamé lo más bajo posible para no molestar a Xiangling, y también para que no nos escuchara. - ¿De qué hablas, Paimon? ¡Yo no hacía eso!

- Claro, sigue engañándote. – usó un tono sarcástico. – solamente deja de babear.

- ¡Yo no-

Me detuve al instante y me toqué la comisura de los labios, solo para comprobar que de verdad no estuviera babeando.

- ¡No lo estoy! – ahora sí dije segura.

- ¡Ya está listo! – anuncio la cocinera, salvándome de esa extraña conversación. Colocó dos enormes platos llenos de comida sobre la barra que hizo que tanto mis ojos como los de mi compañera de aventuras se iluminaron, ahora que lo pienso, no habíamos comido nada desde que regresamos a Liyue.

- ¡Esto está delicioso! – expresé después de probar el primer bocado.

- ¡Xiangling eres una genio! – la elogió Paimon, mientras comía con rapidez.

- Me alegra que les gustara. – sonrió. – ya terminé de preparar para toda la tripulación, así que sería un desperdicio que no supiera bien.

- Por cierto, ¿Qué clase de carne es esta? No me es familiar. – preguntó la comida de emergencia.

- No lo sé, - dijo sin titubear. – Beidou me dijo que era alguna clase de animal único de una isla en la que estuvo. – Paimon y yo nos miramos angustiadas, con la boca llena de comida. - ¡Pero no se preocupen! ¡Yo misma me aseguré de que no fuera peligroso! Creo…

¿Creo?, ¿acaso dijo creo? Ah, bueno, qué más da, confío en la cocina de Xiangling y aparte esto está delicioso.

Paimon parece haber pensado lo mismo, pues no le dio importancia a la extraña procedencia de los ingredientes y siguió comiendo.

Apenas habíamos terminado nuestra comida cuando comenzamos a escuchar pasos a lo lejos que se acercaban cada vez más y más.

- Deben ser ellos. – señaló Xiangling.

Los miembros de la flota Crux Meridianam comenzaron a llegar poco a poco, saludaban a la pelinegra, algunos me saludaron a mi mientras que otros solo se me quedaban viendo extrañados, no los culpo, después de todo casi nadie me conoce aquí.

Frente a la barra donde yo me encontraba sentada, al lado contrario de la cocina, se encontraba el comedor, el cual contaba con varias mesas de madera donde fácilmente podrían cenar todos los miembros juntos.

- Pero si es nuestra ex prisionera. – no puede ser, era ella de nuevo. - ¿cuál era tu nombre? – se acercó Huixing.

- Lumine. – contesté un poco de mala gana.

- Entonces, Lumine… - se sentó en el banco a un lado mío. - ¿Cómo te fue con nuestra Xiangling?

Suspiré pesado. - ¿por qué haces esto? – pregunté.

- Oye, solo tengo curiosidad, no tienes por qué ponerte así. – dijo despreocupada. – Es solo que es la primera vez que veo a esa niña enamorada, claro que me emociona. – dijo, posando su mirada en Xiangling, quien estaba sirviendo los platillos a los miembros de la tripulación mientras platicaba alegre con ellos. – Ella es como la hermana pequeña de todos nosotros.

- Ella no… ella no se siente de esa forma hacia mí, fue todo un malentendido. – aclaré.

- ¿En serio? A mí no me pareció que ese fuera el caso. – me miró. – dime, ¿acaso te rechazó directamente?

- Bueno, no, pero-

- ¿Entonces cómo estás tan segura?

- ¿Podrías dejar de interrumpirme? – dije con pesadez, ella solo rió.

- Solo deja de asumir las cosas y díselo de frente, - sugirió. – puede que te equivoques y ella sienta lo mismo, o puede que tengas razón y solo te ve como una amiga, y si ese es el caso aquí estaré para consolarte. – le dio un pequeño toque a mi nariz con su dedo índice. – como sea, nunca lo sabrás si no haces nada. - se fue a sentar a una de las mesas con sus camaradas.

Yo solo me quedé pensando en sus palabras, al final, ella ya no me pareció una chica tan molesta.

- Ella tiene razón. – opino Paimon, yo suspiré.

- Silencio. – dije, poniéndome de pie y caminando a la salida del lugar.

- ¿Ya nos vamos?

- Ya hemos terminado lo que vinimos a hacer. – mire a la chica de la cual he estado enamorada un largo tiempo platicando animada con sus amigos. – No deberíamos seguir molestando.

Subimos unas escaleras en dirección hacia la puerta que nos llevaba a la cubierta superior del barco, al salir pude notar que ya había oscurecido y el cielo daba indicios de que empezaría a llover pronto.

- Será mejor que nos apuremos. – comenté.

No había caminado ni cinco pasos cuando choqué con alguien lo suficientemente fuerte como para hacerme retroceder un poco.

- Oye, - dije en un tono molesto – ten más cuidado cuando… - el cual se fue apagando poco a poco al ver quien estaba delante de mi, era una mujer mucho más alta que yo, con un parche en el ojo y un espadón gigante en la espalda. - ¡Yo de verdad lo siento mucho! – exclamé rápidamente haciendo una reverencia en señal de disculpas, no conocía a esta mujer, pero puedo notar que es alguien a quien no debo hacer enojar. – con su permiso. – Dije con la intención de irme de ahí, tratando de evitar el contacto visual.

- Tu eres… - comenzó a hablar, con una voz bastante gruesa e intimidante que me hizo erizar la piel, ¿estaré en problemas? – eres Lumine, ¿cierto?

- ¿S-si? – no sabía si contestarle con la verdad.

- Ya veo. – me mostró una gran sonrisa, cosa que me extraño bastante, yo esperaba un golpe o algo así. – tanto Keqing como Ninguang me han hablado mucho de ti. – dijo dándome palmaditas en la espalda con la suficiente fuerza para desestabilizarme.

- ¿A-ah, si? – dije difícilmente entre golpes.

- ¡Si! Gracias por ayudarles cuando Liyue fue casi destruido – agradeció. – aunque si yo hubiera estado aquí seguro derrotaba a ese monstruo más rápido. – rió.

- ¿Y tú eres…? – no buscaba ofenderla, pero nunca en mi vida la había visto.

- Ah, es verdad, no me he presentado. - ¿cómo olvida algo tan importante? – Mi nombre es Beidou, soy la capitana de este barco. – dijo orgullosa.

- ¡Así que tú eres la legendaria Beidou! – exclamó con sorpresa Paimon, quien finalmente había salido de su escondite detrás mío.

- Veo que ya han escuchado historias sobre mí.

- ¿Es verdad que has derrotado innumerables monstruos del océano?, ¿o qué puedes invocar al Dios del rayo en tu espada? – preguntaba con emoción, en respuesta Beidou solo rió nuevamente.

- Mis hombres son unos exagerados cuando se trata de historias, me dan demasiado crédito, yo solo pude derrotar a todos esos enemigos gracias a que ellos estaban conmigo. – comentó, esta mujer… al principio me parecía intimidante, pero en tan poco tiempo me parece alguien agradable.

- ¡Nos encantaría escuchar esas historias de ti, capitana Beidou! – prosiguió Paimon.

- ¿De verdad? – pregunto al aire, pero sabía que se estaba dirigiendo a mí, pues yo no había hablado demasiado hasta ahora.

- Claro, - dije ya más tranquila al ver que parecía una buena persona. – suena interesante. – y no mentía, escuchar las anécdotas de alguien que ha vivido tanto dentro del peligroso mar suena genial. Ella sonrió ante mi respuesta.

- Me alegra saber que te interesa, - dijo. – realmente tenía ganas de conocerte, más al saber que siendo una forastera arriesgaste tu vida para salvar la ciudad, me gustaría agradecerte de alguna forma.

- No tienes que.

- ¡Claro que sí! Puede que no todos sean recuerdos felices, pero le tengo un gran aprecio a este lugar, - miró hacia Liyue con melancolía. – si tan solo hubiera estado aquí… - pude notar una pizca de tristeza en su rostro. – Pero bueno, ya eso quedo en el pasado y nadie salió herido, todo gracias a ti. – regreso a su ánimo anterior, me sorprende lo despreocupada que puede llegar a ser. – Así que me gustaría invitarte un trago.

¿Oí bien? Es la primera vez que me tratan como adulto y no me ofrecen solo leche o jugo.

- Me encantaría aceptar, - le dije con sinceridad. – pero de hecho nosotras ya nos íbamos…

- ¿De verdad? – preguntó confundida. – Creí que se quedarían a esperar a Xiangling.

- ¿Eh?

- Ella es quien más me ha hablado de ti, y se puede notar que te tiene un gran cariño, así que asumí había algo entre ustedes. – al terminar de hablar dio un sorbo a la botella que había estado colgando de su cintura todo este tiempo.

Me había puesto un poco roja ante su comentario, ¿Xiangling hablaba de mi con otras personas?

Beidou rió divertida ante mi nerviosismo.

- Parece que no me equivocaba.

- ¡N-no! – casi grité. - ¡Si te equivocas!

- No lo creo, y menos viendo tu cara. – se burló.

- No… te equivocas, ella no me ve de esa forma.

- Ya veo, - dijo pensativa. – pero por lo que veo, tú si te sientes así, ¿no?

- Yo… - en ese momento escuché levemente como la puerta que daba al interior del barco se abría, pero no le presté mucha atención, desde aquel rechazo yo solo quería desahogarme con alguien aparte de Paimon, así que decidí abrirme un poco. – Yo… si, tienes razón conmigo, - me sinceré. – he estado enamorada de Xiangling desde hace bastante tiempo ya… cuando la conocí me pareció una chica de lo más inusual y desde entonces ha llamado mi atención, pero… ella no se siente igual y está bien, no puedo obligarla a nada solo creo necesito un tiempo para olvidarla. – Beidou parecía algo conmovida por lo que acaba de contar. - ¿E-estas bien?

- Que triste. – Dijo con una pequeña lagrimilla en los ojos.

- Oye, soy yo quien debería estar llorando aquí, ¿no crees? – dije con resignación. – pero gracias por escucharme, necesitaba decirlo…

- ¿E-es eso cierto, Lumine? – preguntó una voz femenina bastante familiar.

- Xiangling… - dije su nombre al verla cerca de la entrada del comedor del barco, noté que escucho cada palabra que dije, pues se podía confundir su rostro con un tomate de lo sonrojada que estaba en estos momentos.

- Oh, vaya… - exclamo Paimon con incomodidad.

Beidou parecía estar en la misma situación.

- Yo… creo que iré a tomar mi cena – se excusó y caminó hasta la entrada - ¿Vienes, Paimon?

- ¡Claro! – La siguió y ambas entraron juntas al comedor, cerrando la puerta detrás de ellas.

- Esas dos… tomaron la primera oportunidad para escapar. – dije con pesadez.

- Lumine… - me llamó.

- ¿Hm?

- ¿Es… es verdad lo que dijiste? - Preguntó nerviosa, nunca la había visto así, ni siquiera me miraba.

- Ah, eso… - bueno, ya no tengo nada que perder, ella ya escuchó todo, debí haber tenido más cuidado. – No tengo razones para mentir. – recordé lo que me dijo Huixing, así que decidí decírselo de frente. Me acerqué un poco más a ella y lo solté. – Es cierto, me gustas, Xiangling, estoy enamorada de ti. – confesé, mirándola a los ojos para que no le quedara ni la más mínima duda, ella parecía sorprendida.

- Lumine yo…

- ¡Ah!, ¡Pero no tienes de que preocuparte! – agregué lo más pronto posible. – sé que no sientes lo mismo que yo, y no voy a obligarte a nada, también entenderé si ya no quieres ser mi amiga o-

No pude terminar de hablar, pues ella tomó rápidamente mi cuello con ambas manos, atrayéndome y uniendo nuestros labios en un suave e inocente beso.

Al principio no supe cómo reaccionar, pero después de unos instantes le correspondí, disfruté de la dulce sensación de sus suaves labios sobre los míos, y poco a poco tuve la suficiente confianza para posar mis manos en su cintura y acercarla más hacía mí.

Después de unos instantes nos separamos, ella se veía hermosa con ese color carmesí en sus mejillas.

- No decidas por mí, idiota. – expresó con ligera molestia. – yo nunca dije que no sentía lo mismo por ti.

- Pero en la tarde tú me rechazaste…

- Estaba muy nerviosa, - escondió su rostro en el espacio entre mi hombro y cuello. – No sabía qué hacer, esta es la primera vez que me siento así por alguien, es muy vergonzoso… lo siento si te hice sentir mal…

¡Waaa!, ¡Es tan linda!, ¡Quiero casarme con ella ahora mismo!

- No te preocupes. – la tranquilicé. – lo importante es que ahora estamos juntas. – Ella se incorporó, uniendo de nuevo nuestras miradas.

- Lumine… nosotras… ¿qué somos ahora?

- Mmmm… - Es verdad, ella aún es muy inocente en estos temas, debo hacer las cosas de la manera correcta. – Xiangling, ¿me darías el gran honor de ser mi adorable y hermosa esposa? – le propuse en tono de broma.

En respuesta ella se puso más roja que antes, lo cual creí imposible hasta hace unos momentos; y volvió a abrazarme intentando ocultar su rostro.

- Acepto, pero aún es muy pronto, ¿podemos empezar primero siendo pareja?

Sonreí ante lo linda que puede llegar a ser, vaya que soy afortunada al tenerla.

- Por supuesto. – acepté.

- ¿Llevas tu cepillo?

- Aquí está.

- ¿Afilaste tu espada?

- Sip, podría cortar una horda de hilichurls de un tajo.

- ¿Y las raciones extra que empaque?

- Todo en su lugar.

- Perfecto, ya estás lista para partir. – Mi ahora novia llevaba días preparando mi equipaje para que no me faltara nada.

- Te preocupas demasiado, Xiangling. – le dije.

- Hay que ser precavida. – comentó orgullosa, pero en un instante su semblante cambió a uno más triste. – voy a extrañarte, ¿sabes?

- Hey, - me acerqué a ella y tomé su mano, entrelazando nuestros dedos. – te prometo que una vez encuentre a mi hermano, nunca más me volveré a separar de ti.

- ¿Segura? – ella posó su mano que había quedado libre en mi mejilla.

- Cien por ciento. – la besé y ella me correspondió.

- Cuídate mucho.

Después de aquel día en el que confesé mis sentimientos decidí quedarme un poco más en Liyue para pasar tiempo con Xiangling, lo que al principio iba a ser una semana, se convirtió en un mes, ¡y luego en dos! Pero por más feliz que estuviese no podía seguir así, aún había algo que necesitaba hacer y era encontrar a Aether, que, aunque ya no es la única persona a la cual amo, aún quiero que volvamos a estar juntos como antes.

- Ejem, - interrumpió Paimon. – yo también estoy aquí, ¿saben?

Xiangling rió – lo siento, tú también ten mucho cuidado, y vigila que Lumine no haga nada imprudente, ¿sí?

- ¡Déjamelo a mí!

Nos dimos la última despedida y pude notar en su rostro que ella estaba al borde de las lágrimas, pero se aguantaba para poder decirnos "Hasta pronto" con una sonrisa, pues, muy en el fondo, ambas presentíamos que esta vez yo no volvería a Liyue en un largo tiempo.

Aun así no tengo intención de dejarla esperando tanto, quiero volver pronto y para eso daré mi mayor esfuerzo buscando a mi hermano con la información que ya tengo sobre su paradero, esta vez es la definitiva.

Xiangling, solo espera un poco más, te prometo que volveré pronto.