- ¡Oi, Josuke! ¡Mira este lugar, es enorme! Solo esta sala es más grande que mi casa.

La casa de Bucciarati era bastante grande y elegante (como era de esperarse tratándose del hogar del capo de uno de los territorios más importantes de Italia), y aunque se quedaba corta si la comparaban con las mansiones de otros miembros de Passione, para los jóvenes estudiantes de Morioh, el lugar era un palacio.

La primera en saludar fue, por supuesto, Doctora, a pesar de que fueron Fugo y Bucciarati quienes abrieron la puerta. Se acercó directamente a Okuyasu, porque el chico de las cicacatrices irradiaba una energía similar a la de sus personas favoritas del mundo: Narancia y Mista. Okuyasu, como todo un hombre de cultura, se agachó un poco para poder corresponder al saludo, acariciando la cabeza de la Doctora.

- Okuyasu, ten cuidado. Ese puede ser el perro del Stand. Seguramente es peligroso.- Sugirió Koichi, dejando que su voz delatara sus nervios. Automáticamente, el segundo stand del adolescente (o sea, Yukako) adoptó una posición defensiva, posicionándose como escudo entre el enano y la bola de pelos.

- ¿Bromeas? Es como mil veces más amigable que mi gato.

- Buenos días. Agradezco mucho su presencia. - Dijo Bruno con su inglés de Inglés Sin Barreras , tratando de hacer notar su presencia de forma sutil. La conversación anterior se había dado en japonés, así que no entendió ni pio. - Fugo, ¿podrías decirle a Giorno que los de la fundación han llegado? - Agregó, también en inglés, pues no quería ser grosero con sus invitados.

- No se preocupe, Rohan escribió que hablemos Italiano, así que ahora hablamos Italiano.

Sorprendentemente, el mangaka había ayudado a los chicos. Bueno, en caso de Koichi, Okuyasu e incluso Yukako, no era algo tan sorprendente, pero con Josuke era otro caso. La versión oficial era que el peliverde accedió a ayudar porque estaba de buen humor... En realidad, Josuke había tenido que acceder a posar desnudo como referencia para su manga (todo en un plan estrictamente profesional y cien porciento heterosexual, por supuesto).

- Oh, ya veo. - Bruno no tenía idea de quién era Rohan, o a qué se referían, pero decidió que lo más sano era no preguntar. Por otro lado, la mente del azabache trataba de analizar el resto de la situación ¿Realmente la famosa fundación había enviado a un grupo de adolescentes? Es decir, aunque su pandilla estaba conformada por un grupo de adolescentes, los suyos eran más maduros... Pensándolo bien, no lo eran: Mejor no juzgaba.

En ese momento, el resto de los mafiosos entraron a la sala, con Giorno al frente.

- Bienvenidos. Les agradezco por haber viajado desde tan lejos para ayudarnos con nuestro problema.

- ¿Giorno habla japonés? - Preguntó Narancia, genuinamente sorprendido.

- Jesús, como amo a ese hombre. - Dijo Mista, lo suficientemente alto como para ser escuchado por Fugo, Narancia y Abbacchio, quienes lo miraron con idénticos expresiones de estupefacción (y un poco de asco, en caso del gótico). - No homo. - Añadió rápidamente, con las mejillas sonrojadas.

- Ajá. - Respondió Fugo, incrédulo.

- Los que están detrás de mi son mis compañeros. - Continuaba Giorno, ignorante de la declaración accidental de su mejor amigo. - Bruno Bucciarati, Pannacotta Fugo, Leone Abbacchio, Guido Mista y Narancia Ghirga. - Mientras decía su nombre, hacía un ademán con la mano para indicar quién era quién. - Mi nombre es Giorno Giovanna, y tengo un...

- ¡Ah, tú eres el tío Giorno! - Exclamó Josuke, nuevamente en italiano, interrumpiendo al rubio. - Yo soy Josuke Higashikata. Supongo que Jotaro te ha hablado de mi.

- En realidad, no. - Respondió (ahora en italiano), un poco apenado por no saber nada de su familia. El Doctor Kujo le comentó que tenía varios familiares, pero nunca profundizó más al respecto, y el mismo no preguntó, tratando de procesar que uno de sus dos padres era un vampiro.

- Oh. - Respondió Josuke, un poco dolido. Pero inmediatamente retomó su ánimo habitual. - Bueno, pues ahora me conoces. Espero que nos llevemos bien.

- Un momento. - Interrumpió Abbacchio. - ¿Estás diciendo que esta cosa - señaló a Giorno - es tu tío?

- Bueno, técnicamente es mi tío-abuelo, pero eso suena raro.

-Para la Morioh-gang esto no era ninguna revelación. Ya habían asimilado hace tiempo que el arbol familiar Joestar era una cosa muy, muy extraña. En cambio, las mentes de los mafiosos italianos estaban explotando.

Fugo iba a preguntar más, cuando cinco personas con batas blancas llegaron, seguidas de varios hombres con los uniformes de la fundación cargando todo su equipo de trabajo. Eran un ruso, un japonés, un estadounidense, una china y una mexicana, quien aparentemente era la líder del grupo (aunque no sabían aún sus nacionalidades, solo que eran extranjeros). Bruno respiró aliviado al notar que en realidad contaban con científicos aparentemente serios.

- No quiero ser grosero, pero... Si ellos son los investigadores, ¿qué hacen ustedes aquí?

- Control de daños. - Explicó Koichi, aprovechando un segundo de distracción para escapar de Yukako. - Solo Velázquez-San es usuaria de stand.

- Entiendo. Por cierto, es un gusto verte de nuevo, Koichi. - Saludó Giorno.

- Espera, ¿este es el tipo que te asaltó la vez pasada? - Preguntó Yukako, por fin recordando de donde le sonaba el nombre del rubio. Giorno retrocedió un paso de forma instintiva ante la mirada amenazadora de la chica.

- ¡Oigan! ¡Aún no nos hemos presentado! - Gritó Josuke, no deseando presenciar una masacre.

- ¡Cierto! Mi nombre es Koichi Hirose.

- Yo soy Yukako Yamagishi. La novia de Koichi. - Añadió, para marcar territorio. Todos esos italianos se veían muy gays, y no quería que alguno tratara de robarle a su precioso novio.

- Okuyasu. - Respondió Okuyasu, levantando una mano.

- Y yo soy Josuke Higashikata. Estos de aquí son los científicos de la fundación Speedwagon.

Bucciarati dijo los nombres de todos sus compañeros (otra vez, ya que los científicos no estaban durante la presentación de Giorno).

Mientras tanto, la mujer que tenía todos los aires de ser la líder de los científicos ya estaba esculcando a la doctora, abriéndole los párpados, tomándole el pulso y otras cosas. Cuando se dio cuenta de que Mista la observaba con desconfianza, decidió que debía explicarse un poco.

- Soy la Doctora Guadalupe del Rosario Isabel Velázquez Corzo, pero pueden decirne Lupita. Estoy a cargo del área de Standzoología de la fundación Speedwagon. Mis compañeros son el Dr. Araki Hirohiko, biólogo, al igual que yo, el Dr. Antony Stark, físico, el Dr. Fiódor Dostoyevski, etólogo, y la Dr. Faye Wong, especialista en bioquímica.

La Doctora Lupita hablaba en inglés, e inesperadamente, fue Narancia quien asumió el papel de traductor, y pronunció todos los nombres de forma impecable.

Sin pedir permiso, los miembros de la fundación que no eran científicos movieron los muebles para despejar la sala, pusieron un montón de artefactos raros, una mesa de metal, instalaron varias cámaras para grabar todo, y otras cosas de científicos. Inmediatamente, Okuyasu, Mista y Narancia se pusieron a curiosear. Como era de esperarse, Narancia no tardó en romper algo de apariencia costosa.

- ¡ERES UN IDIOTA! ¿NO PUEDES COMPORTARTE COMO ALGUIEN DE TU EDAD POR CINCO MINUTOS? - Un parpadeo, y Fugo ya tenía agarrado del cuello al pobre Narancia.

- No pasa nada, Josuke lo arregla en un segundo. ¿Verdad, Josuke? - Intervino Okuyasu.

- Sí, no hay problema. - Respondió el del pompadour, feliz de teber una oportunidad de presumir su stand. Unos segundos y un par de Doras después, el ionómetro estaba como nuevo.

- ¡Wow! - Narancia estaba maravillado. - ¿Tu stand puede reparar cualquier cosa?

- Básicamente. También puede ayudar con esto. - Crazy Diamont volvió a materializarse, y esta vez, sus puños se dirigieron al joven de la bandana naranja. Fugo, por puro instinto, sacó a Purple Haze: Si algo le pasaba a Narancia, le daba igual que a todos los demás se los llevara el diablo. Afortunadamente, no fue necesario causar una crísis biológica, pues Narancia estaba intacto, y las marcas del último tenedorazo habían desaparecido de su rostro.

- ¡Mira, Mista! ¡Este stand también cura, como el de Giorno, pero no duele!

La Doctora Lupita se acercó a Fugo, pidiéndole permiso para analizar su stand. El rubio trató de negarse, explicando que era peligroso, pero la mujer era muy insistente. Cuando por fin aceptó (con la condición de que usara un traje de aislamiento) la mexicana sacó a su propio stand, Poker Face, un ente humanoide similar a un modelo para impresión 3D de la misma doctora. Le proporcionó una hoja de papel, un lápiz, y el stand comenzó a escribir.

- Pocker Face entiende como funcionan las cosas desde los puntos de vista químicos, físicos y biológicos. Veo que tu stand posee un virus carnívoro bastante agresivo. En cierto sentido, eso es bueno: Elimina sus propios vectores de contacto, disminuyendo sus posibilidades de propagarse y causar una epidemia... Si gustas puedo hacer unas vacunas para tí y tu equipo. Tienes muy mal carácter (no necesitaba un stand para darse cuenta de eso), y hay un 20% de probabilidad de que mates a alguno por accidente.

Desde ese momento, Lupita y Fugo se hicieron amigos. En el futuro mantendrían contacto por correo electrónico para hablar de cosas nerds y sobre las veces en las que dicha vacuna les salvaría la vida (porque pasaría, y varias veces).

En cuanto todo estuvo propiamente instalado, comenzaron los experimentos. La primera fase fue un examen veterinario estándar, durante el cual Mista hostigó a Koichi para que le dijera como diablos había conseguido una novia como Yukako: luego se dio cuenta de que la japonesa estaba medio loca, y se fue a platicar con Okuyasu.

Abbacchio y Bruno se acercaron a platicar con el peliblanco y su novia, llevándose sorprendentemente bien, Bucciarati y Koichi por ser las mamás del grupo, Yukako y Leone por ser los esposos (?) y porque tenían un montón de intereses en común, como maquillaje, Evanescence y otras cosas.

- Oye, ¿y tu stand qué hace? - Preguntó Mista, no por hacer plática, sino porque estaba genuinamente interesado. Giorno, Narancia y Josuke estaban lo suficientemente cerca para escuchar.

- Desaparece cosas. No sé a dónde las manda. - Respondió.

- ¿Podemos ver? - Preguntó Narancia.

El japonés procedió a desaparecer unos papeles que estaban sobre la mesa, ganándose una mirada furiosa del Dr. Araki, que él y los demás de ese grupito ignoraron, disfrutando del espectáculo.

Yukako y Abbacchio sí se habían dado cuenta, pero honestamente, no tenían energía mental para intervenir.

- ¿Cómo aguantas a los tuyos? Preguntó el albino.

- Honestamente, no lo sé. - Respondió la pelinegra. - ¿Y tú?

- Alcohol.

- Ah.

Mientras tanto, Okuyasu y Josuke recibían una propuesta laboral.

- ¿No quieren unirse a la mafia? Sus stands nos serían muy útiles. - Preguntó Giorno, muy seriamente.

- No creo que mi mamá me de permiso. - Respondió Josuke. - A demás, pienso enlistarme a la academia de policías en cuanto termine el colegio.

- Eso no es problema. Abbacchio era policía. - Dijo Mista, señalándo al gótico del grupo, que en ese momento discutía con Yukako sobre la mejor marca de labiales. A demás, de alguna forma, otra vez estaba ebrio, y no eran ni las ocho de la mañana.

- ¿Y qué diablos le pasó? - Preguntó Josuke, genuinamente intrigado.

- Solo él y Bucciarati saben. A los demás nos da miedo preguntar. - Contestó Narancia.

- ¿Y tú, Okuyasu?

- ¿Yo qué?

- ¿Te gustaría unirte a Passione?

- Tengo que cuidar a mi gato y a mi padre. Pero gracias por la oferta.

- ¿Tienes un gato? ¡Siempre he querido tener un gato! - Para ser honestos, Narancia siempre había querido tener CUALQUIER animal. En serio, cualquiera: El chico era la clase de persona que acariciaría un caimán si no lo mordiera.

- Sí. O bueno, más bien es como un gato/planta. Era de un asesino serial de Morioh llamado Kira que trató de usarlo para matarnos, pero al tipo lo atropelló una ambulancia, y vimos que en realidad el gato era amigable, así que decidí quedármelo. Se llama Straycat.

- ¿Entonces ya han tratado con más animales con stants? ¿No intentan neutralizarlos, o contenerlos? - Indagó Giorno.

- Solo si son demasiado peligrosos. Lo normal es dejarlos bajo el cuidado de otros usuarios de stand. - Las palabras de Josuke los tranquilizaron bastante.

Luego, los científicos pasaron a una serie de pruebas psicólogicas para perros, donde requirieron la presencia de la persona favorita y la menos favorita de la Doctora. El primer puesto fue disputado (casi a golpes) por Mista y Narancia. Finalmente, cada uno se puso en un extremo de la habitación mientras la llamaban, y la Doc caminó firmemente hacia Narancia, dejando al pistolero con el corazón roto. El puesto de persona menos favorita estaba entre Fugo y Abbacchio, pero Bruno reveló que el peliblanco le hacía cariñitos a la Doc (y a Bruno también, pero ese es otro tema) cuando creía que nadie los veía, así que el título fue otorgado a Fugo.

Después de eso, hicieron pruebas con distintos "detonantes", como olores, comida, sonidos, y otros animales. Cuando terminaron, dejaron a la Dr. Lupita analizar la composición de su pelo, su sangre, su baba y otras cosas raras. Josuke aprovechó el tiempo de esos análisis para tratar de explicarle a la Buccigang (y a Okuyasu, a quien aún no le quedaba claro) la estructura del árbol genealógico de los Joestar, con Dio y Shizuka incluídos.

- En el caso hipotético de que Bucciarati se casara con el Dr. Kujo, ¿dónde quedaríamos nosotros? Técnicamente, somos los hijos adoptivos de Bucciarati.

Abbacchio casi se ahoga con su té con vodka.

- Ahora no, Mista. - Pidió amablemente Giorno, antes de que Fugo se pusiera a gritar.

- ¿Y eso dónde dejaría a Mista cuando él y Giorno se casen? - Preguntó Narancia. El pistolero ya le había metido ideas raras a la cabeza. Por fortuna, en ese momento el Dr. Stark sugirió golpear a la Doctora, Narancia lo escuchó, y el caos que casi se produce los hizo olvidarse del árbol genealógico.

- Por favor, deshaste de esa pizarra. - Pidió Fugo. Okuyasu no sabía por qué le pedían eso, pero hizo caso.

Después de que el Dr. Dostoyevski les hablara sobre los animales con stand y la conducta de la Doctora (Lupita estaba demasiado ocupada estidiando la naturaleza del espacio tras los cierres de Sticky Fingers), invitaron a todos a quedarse a dormir.

Pidieron unas pizzas, apenas dándose cuenta de que no habían comido desde el desayuno.

- ¡Esta es la mejor pizza que he comido en mi vida! - Exclamó Okuyasu (porque aún no probaba la pizza de Tonio). - No es la típica masa a la piedra, ni la gruesa que es tan pesada que con un par de trozos no puedes seguir comiendo... Tiene sabor propio y aroma, con algo de aceite y aireada. Es como comer una nube deliciosa, acompañada de la combinación de ingredientes más afortunada. Las rodajas de tomate con sal prieta, cocinadas en horno, desapareciendo su acidez y aflorando el azúcar, en compañía de los champiñones, ambos en un buen balance que produce una mezcla tal que ninguno de los dos productos prevalece, sino que se fusionan, además de mozzarella como base, que de alguna forma realza los sabores.

La súbita elocuencia de Okuyasu dejó a aquellos que no conocían su afición por la comida boquiabiertos.

Cuando terminaron de cenar, se prepararon para dormir (por respeto a Giorno, Mista se puso unos pants en lugar de dormir en calzones). Pero, tal vez por el jet lag, los japoneses no tenían sueño, y decidieron jugar Uno. Josuke quiso invitar a Mista, Narancia y Giorno, y Narancia arrastró consigo a Fugo, para luego aporrear la puerta de Bucciarati, quien a su vez, obligó a Abbacchio. Tambien invitaron a los científicos, pero declinaron amablemente.

Todos (menos la Doctora, a ella la dejaron en la sala a petición de Fugo) terminaron metidos en el cuarto de Fugo, que por alguna razón era el más espacioso. Se acomodaron en un círculo en el siguiente orden: Abbacchio, Bruno, Okuyasu, Josuke, Koichi, Yukako, Narancia, Mista y Giorno.

Okuyasu repartió siete cartas a cada persona y puso un siete verde como punto de partida.

- Antes de empezar: ¿algún tramposo al que debamos vigilar? - Preguntó Mista, quien se tomaba los juegos de mesa con la seriedad de una misión.

- Josuke. - Dijeron Oku, Koichi y Yukako al mismo tiempo.

- ¡Solo fue una vez! ¡Y fue porque necesitaba dinero! A demás, Okuyasu es el que puede hacer desaparecer cartas con su stand.

- Y Giorno puede convertirlas en insectos con el suyo. - Agregó Koichi, recordando el incidente con su maleta.

- Narancia a veces se come las cartas, pero yo lo vigilo. - Comentó Fugo.

- Y yo veré que Sticky Fingers no le haga honor a su nombre. - Dijo Abbacchio, mientras veía a Bruno con los ojos entrecerrados.

- ¡Pero Bucciarati no haría trampa! - Exclamó Narancia, indignado.

Bruno sonrió con falsa inocencia: hubiera engañado a cualquiera, menos a Abbacchio, que sabía lo tramposo que podía ser su capo en juegos de mesa, especialmente si se trataba de póquer de prendas. Antes de comenzar, Mista sugirió que cambiaran el "4" por "3" o "5", pero lo mandaron al diablo.

- ¿Quién inicia?

- Que empiece el menor - Sugirió Bruno.

- Comienza Koichi. - Dijo Mista

- Comienza Narancia. - Dijo Okuyasu al mismo tiempo.

Para todos fue una revelación casi escandalosa enterarse de que, en realidad, el más pequeño de todos era Giorno.

En ese momento, se dieron cuenta de que Abbacchio estaba junto a él, pero era muy tarde para cambiar de puestos, así que solo quedaba rezar.

El primer juego transcurrió con una tranquilidad antinatural: Algunos 4, saltar a otros, nada de trampas y una victoria rápida y limpia por parte de Koichi.

- ¿Qué tal si jugamos con las reglas especiales? - Sugirió Josuke.

Las reglas especiales eran, según la explicación del chico del pompadeur, tres reglas extras para volver el juego más dinámico:

1.- Si un jugador tiene una carta idéntica a la que acaba de ser tirada, puede colocarla en el tablero antes de que el siguiente jugador ponga su carta.

2.- Cada que un jugador tire un 0, todos rotarán sus cartas en el sentido del juego.

3.- Cada que un jugador tire 7, debe cambiar de mano con un jugador de su elección.

Todos aceptaron, y comenzó la segunda ronda.

Esta vez, la ronda fue salvaje desde el inicio, pues Narancia empezó con un 2 hacia Mista. El pistolero lo observó como si acabara de insultar a su madre mientras tomaba dos cartas. Luego, Giorno puso un 4. Afortunadamente, Bucciarati impidió que Leone lo estrangulara.

Bruno colocó un 7 verde, cambiaron de barajas, Giorno puso una carta idéntica, volvieron a cambiar de barajas. Okuyasu puso un 2 verde, Josuke soltó una pequeña maldición y tomó una carta, Koichi puso un 2 amarillo, Yukako tiró reversa, Koichi tiró un 0 amarillo y cambió de baraja con Fugo, porque recordaba que tenía un montón de comodines. En fin, todo bien intenso.

Cuando por fin iba a ser el turno de Fugo, Narancia lo saltó. Pasó el turno de Yukako, Josuke puso una carta de reversa y la chica cambió el color al único que no tenía Fugo, obligándolo a comer una carta. Narancia puso un seis rojo, Mista un seis azul, y cuando el rubio con problemas de ira notó que tenía una carta idéntica, Giorno ya había tirado su tres azul. Pasaron otras tres rondas antes de que Fugo pudiera tirar su primer carta.

Bucciarati intentó esconderse cartas varias veces, pero Abbacchio lo impidió hasta que se rindió (por un rato). Fugo ya había aceptado su derrota, cuando alguien tiró un siete, y llegó a sus manos el mazo de cartas de Yukako, quien tenía solo dos.

- ¡Uno! - Gritó, tras deshacerse de un dos rojo. Tenía la victoria prácticamente asegurada, pues la carta que le quedaba era un comodín.

- Mista, ¿puedes tirar reversa? - Preguntó Narancia, tras colocar su propio comodín.

- Claro.

- Cambio a verde.

Mista tiró un reversa verde, Narancia un más dos, y se necesitó de Echoes Act. 3 para evitar que Fugo apuñalara a Narancia con un lápiz que estaba cerca.

Una vez controlados los instintos homicidas de Pannacotta, el juego se reanudó. Durante esa pequeña distracción Bucciarati había desaparecido tres cartas, pero Abbacchio, quien las tenía contadas, lo obligó devolverlas a su mazo. Y a comer tres más, por tramposo.

Después de aproximadamente dos horas donde cada que alguien estaba cerca de ganar los demás hacían un complot para evitarlo, a Giorno, Okuyasu y Abbacchio les quedaban solo dos cartas. Era turno de este último, quien casi podía sabotear la victoria teniendo un comodín y un 4. Con ganas de joder a Giorno, tiró el 4 mientras decía "Uno" con una enorme sonrisa que se borró cuando Giorno tiró una carta igual.

- Uno.

- Ni creas que voy a tomar 8. - Dijo Mista, mientras ponía otro 4.

- Por favor, no me mates, Fugo. - Suplicó Narancia, antes de poner el cuarto 4 consecutivo. Y luego tiró rápidamente otro 4, porque tenía dos cartas iguales. (Eran un montón de barajas de Uno, solo por eso era posible tener tantos más cuatro).

Fugo hubiera tenido que tomar veinte cartas de no haber tenido otro 4. Al igual que Yukako. Y Koichi. Y Josuke. Y Okuyasu.

- Tiene que ser una puta broma. - Dijo el gótico entre dientes, mientras veía la sonrisa malvada de Bucciarati: Era su momento de vergarse por las veintitrés veces que evitó que hiciera trampa. Y como se veía venir, tiró el onceavo 4 de la ronda. Y otro más, porque quería y podía.

- ¿Color? - Preguntó tranquilamente Giorno, el único que había mantenido la compostura durante el juego.

- Amarillo. - Anunció Bucciarati.

- Creo que gané. - Dijo, mientras ponía un 0 amarillo. Esta vez no fue suficiente solo con Echoes Act 3 para detener a Abbacchio.

Cuando por fin lograron deteber el tercer intento de homicidio de la madrugada, decidieron que era mejor dormir. A la mañana siguiente desayunaron todos juntos antes de que cada uno regresara a su respectivo país. Prometieron volver de visita en verano.


Tremenda mamada acabo de escribir jsjjajajsj. El UNO destruye más familias que el alcohol.Lo del árbol genealógico de los Joestars lo saqué de un mini cómic de kelles.pgn (en Instagram. En realidad, creo que Bruno y Jotaro serían buenos compas. O novios.