Capítulo 3

Mimí

Después de toda la noche de desvelo, ya tenía por fin el logo de mi marca, el nombre, los preparativos, ya todo, estaba tan contenta, por fin mi sueño estaba a punto de concretarse, solo faltaba hablarlo bien con Taichi y finalmente con la compañía, para poder ya cerrar el trato y tener mi marca.

Vi el reloj, eran las 6:13 de la mañana, quería dormir, pero también tenía hambre, tal vez me podía tomar un café y seguir… No, necesito descansar. Acomodé todo, detesto el desorden y me acosté para descansar.

Desperté unas horas después, estaba soñolienta y un poco desorientada, miré mi reloj y eran las 13:15 horas, dormí 7 horas, sentí que fue incluso más, sin embargo fue un buen descanso. Para despertarme mejor decidí tomar un baño y ver el plan para ese día, pues tendríamos la reunión con Taichi en un rato, así que decidí alistarme y preparar todo de una vez para comentarlo con él.

Quería verme profesional y fresca, sé que era una reunión con mi gran amigo, pero también es trabajo. Decidí recogerme el cabello en una coleta, me puse una blusa rosa bajito, un saco blanco y un pantalón negro, usé también ms tacones rosas, me maquillé ligero. Me puse mi gloss favorito y quedé lista, me miré al espejo y amaba mi imagen, de verdad me sentía bien, mis ojos comenzaban a tener más vida.

-¿Estás lista Mimí?- escuché gritar a Wallace quien seguramente ya estaba en la entrada impaciente por irnos.

Salí caminando en plan diva, casi modelando-la costumbre no se quita- y caminé a la entrada de la casa con mi mochila donde tenía todo el papeleo y mi maleta con mi computadora.

-Siempre estás muy linda- me sonrió, amo su sonrisa, es tan linda.

-¡Claro!, ahora, vámonos que seguro Tai ya debe estarnos esperando.

Salimos de la casa y fuimos directo al coche, el día estaba tan hermoso como solo en mi Japón podría estarlo, tan brillante, tan tranquilo, estaba muy contenta y tenía un muy buen presentimiento de todo esto, creo que mi sueño se haría realidad y por fin podría tener mi propia marca, mis productos, cumplir con las meta que por tanto tiempo pospuse y que ahora se harían realidad, ¡era mi momento!, esto y segura.

Después de algunos minutos nos estacionamos afuera de la firma donde trabaja Taichi-vaya que es un edifico enorme-me bajé del coche y me empezaron a dar nervios, me sentí un poco chiquita ante tremendo edificio, pero tomé valor nuevamente, me erguí y caminé hacia mi destino.

Entramos y nos acercamos a recepción para preguntar por Taichi, la recepcionista muy amablemente nos dio indicaciones, piso 17, sala 6. Fuimos al elevador, esperamos a que llegar y entramos, picamos el piso 17 y esperamos.

-Mimí tranquila, todo va a salir bien, yo sé que lo vas a lograr, y tú también lo sabes- toma mi mano y la aprieta.

-Lo sé Wallace- al parecer seguía algo tensa, estaba segura de lo que quería y de cómo lo iba a lograr, solo que… Bueno, es algo muy grande y me da algo de miedo que no lo consiga- A veces creo que me subestimo.

-Yo diría que muchas veces, sin embargo siempre sales adelante y logras lo que te propones, no recuerdo una ocasión en que no hayas luchado por lo que quieres, siempre estás a pie del cañón ante todo, enfrentando las cosas y, lo que es mejor, sin pisotear a nadie, incluyendo a mucha gente, eso es lo que te hace grande y maravillosa Mimí, sabes que todos tenemos la oportunidad de crecer en donde queramos y eres una líder maravillosa, y pues mi jefa, así que te tengo que alabar para que me sigas pagando.

-¡Muy gracioso!- fingí enojo e hice cara de puchero, pero, sin duda, necesitaba escuchar esas palabras de él, agradezco haberlo traído conmigo y que no me dejara sola en ningún momento, probablemente sin él, no hubiera llegado a donde llegué, con todo y lo que me llegó a pasar, aquí estoy, a punto de cumplir mi meta.

Llegamos, piso 17. Se abrieron las puertas del elevador y mis ojos quedaron asombrados ante tal lugar. Salimos del elevador, justo en frente estaba una pequeña recepción, todo era en tonos grises, negro y plateado con toques de color nogal, la señorita que estaba ahí vestía igual que todas las trabajadoras del lugar, era como un uniforme muy elegante. Se veía bastante joven y era muy guapa, parecía que fuera requisito ser guapa para trabajar aquí.

A cada lado de la recepción había 2 salas de espera con sillones que se miraban bastante cómodos, había también algunas plantas y una mesa de centro rectangular en tono nogal muy bonita. Las enormes ventanas daban vista a la bahía, era espectacular.

Wallace se acercó a recepción y preguntó por Taichi y la sala 6.

-¡Oh claro!, si gustan esperarme unos minutos, el Lic. Yagami ne informó que vendrían y que los pasara a la sala 6, le avisaré que están aquí y los llevo inmediatamente.

-¡Gracias linda!

Wallace siendo Wallace.

-Acompáñenme por favor.

La recepcionista nos llevó por el pasillo de la izquierda. Todo estaba tan tranquilo que mis tacones se escuchaban muy ruidosos. Las paredes de las salas eran de cristal, pero eran de ese cristal que no deja ver nada, como con blur. Las puertas eran también color nogal, y tenían el número de la sala colocado perfectamente en medio en la parte superior de la puerta, era muy elegante todo.

Entramos a la sala, paredes blancas, ventanas enormes con una vista increíble. A mitad de la sala había una mensa ovalada, típica de una sala de juntas y había 8 sillas ejecutivas. En una de las paredes había una pantalla enorme.

-¡Pueden sentarse, el Lic. Yagami no tarda en llegar!

La voz de recepcionista me sacó de mi transe, me di la vuelta para verla y agradecerle y en ese momento llegó Tai.

-Gracias Yui, te puedes retirar, nos traes 2 cafés, 1 té y 3 aguas por favor.

¡Claro licenciado!- se notaba a kilómetros que a la chica le gustaba Tai. Tenía una sonrisa tan boba y estaba sonrojada, no podía con lo gracioso que me parecía esto.

Taichi cierra la puerta y nos pide que nos sentemos.

-Gracias… Licenciado- le dije en tono de burla.

Taichi solo hizo un gesto de puchero e inmediatamente se sonrojó.

-¡No has cambiado nada Mimí!, siéntense y empecemos, quiero tener todo bien claro y prepárame Mimí.

-¡Claro!- dije muy entusiasta, jamás había sentido tanta energía en mi vida.

Saqué mi computadora y mis papeles para mostrarle todo a Taichi. Conecté mi computadora a la pantalla y empecé mi presentación. Me sentían tan entusiasmada, sentía que este de verdad era mi mundo, fluía tanto, mi voz, mi cuerpo, todo se sentía muy libre y seguro, con mucha confianza. Siempre animada, con conocimiento, con mi hablar tan coherente, estaba muy comprometida conmigo misma y eso me gustaba muchísimo.

Después de alrededor de 3 horas terminé de exponerle todo a Taichi, yo estaba tan enérgica que ni siquiera me había dado cuenta del tiempo que había transcurrido.

Wallace estaba muy contento con todo lo que había dicho, Tai en cambio tenía un rostro serio, analítico más bien, tenía su mano derecha cubriendo un poco su boca, se rascaba la barbilla, pero no decía nada y eso me inquietaba un poco.

-Bueno Taichi, eso es detalladamente de qué trata todo, ya no es necesaria mi intervención, Mimí explicó todo muy bien, así que solo queda preguntarte si tienes alguna duda o tus comentarios.

-Todo me quedó muy claro en realidad, no tengo experiencia en este campo como ya te había comentado, así que… Acepto Mimí, me convenciste y trabajaré contigo como tu representante legal.

-¡Yes!- exclamé con un pequeño grito y di un pequeño brinquito de felicidad, me sentía cada vez más cerca de lograrlo todo, ahora solo faltaba lo más importante, la reunión con KENDO Japón para que aceptaran tomar mi marca y asociarme con ellos.

Me acerqué a Tai y me lancé a él para darle un abrazo, pues estaba muy contenta y agradecida con él. Se sorprendió un poco, pero aceptó mi abrazo y me lo devolvió con mucho cariño.

-¡Entonces tenemos un trato!

-Así es Mimí, pasemos ya a mi oficina para acordar mis honorarios, los tiempos, etc.

-¡Claro que sí!- comencé a guardar mis cosas, una vez que lo hice, Wallace y yo no dirigimos a la oficina de Tai, que se encontraba en este mismo piso. Ms ojos se abrieron tanto de la sorpresa al ver su oficina, era enorme, más que una oficina promedio, no era como esas típicas oficinas llenas de muebles de madera, libros y color café, Una de las paredes era totalmente de cristal, igual que las de muchas paredes del mismo edificio, la vista era por demás maravillosa, la luz entraba pero no invadía totalmente el lugar, por lo tanto no encandilaba, las demás paredes eran blancas, el piso era alfombrado- qué horror tener que limpiarlo- los muebles eran un tanto minimalistas, en todos grises y nogal, había sillones, un espacio para café, una puerta que, por el anuncio fuera de ella, era el baño. Si había un librero en color blanco, pero tenía pocos libros y algunos adornos sencillos. Su escritorio tenía una forma ovalada, era igual color chocolate y su silla era digna de un alto ejecutivo.

-Debo decir que me sorprende tu oficina Taichi… Es to much.

-Lo sé, me costó acostumbrarme- puso la misma cara que ponía siempre que se sentía apenado, con esa media risa y los ojos cerrados- aunque trabajar aquí es una oportunidad que no podía dejar de lado y la verdad es que me ha abierto muchas oportunidades.

-Impresionante Taichi- empezó Wallace- sinceramente investigué un poco más de ti, confío mucho en Mimí, sin embargo siempre tengo mis reservas, suelo ser algo…-¡Protector!- exclamó Mimí, inmediatamente corregí- Desconfiado, y estuve averiguando un poco de ti, no tengo nada que decir, más que sinceramente eres la mejor opción que pudo proponer.

-Gracias, supongo.

-No le hagas caso Tai, como ya dije, Wallace es protector.

-Está bien Mimí, no pasa nada- me sonríe- permíteme un momento para revisar lo del contrato, en un momento vuelvo, pueden sentarse donde gusten.

Dicho eso dejó su oficina, Wallace y yo nos sentamos en una pequeña sala que tenía casi en la entrada, era una sala en color gris Oxford preciosa y tan cómoda que podría quedarme dormida.

Algunos minutos más tarde Tai regresó con unos papeles, charlamos un poco más y firmamos el contrato.

Salimos del edificio Wallace y yo, me sentía tan viva, tan feliz, tan emocionada como nunca, solo un paso más y ya todo estaría concretado.

-Ahora solo hablar con KENDO Japón y todo listo- me dijo Wallace que, aunque no lo mostraba, estaba igual de emocionado que yo.

-Wallace no sabes lo que es dar este paso para mí, no me lo creo, estoy hasta temblando de la emoción, ¡mira mis manos!- le puse las manos en frente- estoy casi segura que lo demás es casi un hecho.

-¡Por supuesto que si!- me dijo visiblemente más emocionado- ahora a prepararnos pare eso, pero antes, tenemos que pensar en otra cosa que estoy seguro se te pasó por alto- lo miré extrañado, y seguro notó mi gesto, pues inmediatamente me dijo- el show de presentación de la marca.

¿Cómo lo había olvidado?, era prácticamente el evento que lanzaría la marca, tenía que pensar en el show, el lugar, la música, los invitados, lo que era mi calma, ahora se había vuelto más estrés.


Fueron muchas horas de trabajo, desveladas, ataques de ansiedad, cero alimentos, mucho café, muchas pláticas, lágrimas, agradecimiento, organización. Seguramente Taichi ya hasta me soñaba de tantas veces que le estuve marcando, Wallace nunca había estado tan estresado tampoco. Buscamos influencers con mejores números, alcance, contenido, revisamos el lugar adecuado, Wallace me sugirió que el lanzamiento fuera en New York, sin embargo lo que menos quería era regresar. Opté por que fuera aquí mismo en Japón, el invitado musical aún estaba en discusión, tenía varias opciones, sin embargo dependiendo lo que nos dijera KENDO, habría que ver su disponibilidad.

Nunca me había sentido tan agotada, pero… ¡la reunión con KENDO fue un éxito!, aceptaron la inversión, la marca, aceptaron la presentación, el lugar, ¡todo!, el sueño que tanto me costó construir, que tanto me quitó horas de descanso, comida, el fruto de todo eso por fin se logró.

Saliendo de las oficinas de KENDO Taichi y Wallace me abrazaron y me solté llorando, era un alivio, llegó un momento en que sentía que no lo iba a lograr, rompí varios objetos en mis ataques, dejé un moretón a Wallace al arrojarle un objeto que no recuerdo cuál era, cuando me dijo que aún no terminaba de contratar todo el equipo de trabajo y que no teníamos oficinas, Taichi en varias ocasiones me regañó por lo histérica que estaba, y ahora, nos encontrábamos afuera de KENDO con un contrato firmado y con mucho que hacer antes de la presentación.

Tendríamos varios meses en lo que checamos los productos iniciales, las fórmulas, los empaques, los paquetes de PR, publicidad, fotos, y esto ya no me molestaba o estresada, estaba tan emocionada de hacerlo que no me importaba la carga de trabajo que ahora tendría.

Miré al cielo de mi Japón querido, hacía un clima excelente, el cielo estaba despejado, estaba haciendo un aire fresco y ligero, llevé las manos a mi pecho y agradecí desde aquí a mis padres que seguían en Estados Unidos, apoyándome desde allá y confiando siempre en mí.

-Vamos a de comer, yo invito- nos dijo Taichi visiblemente emocionado- me da mucho gusto saber que estás cumpliendo tu sueño Mimí, y saber que formo parte de él también- se acercó y me volvió a abrazar, pero ahora con más cariño, más cercano, yo le regresé el abrazo, al separarme lo miré a los ojos y le agradecí por apoyarme de esta manera.

-Entonces, ¿a dónde quieren ir?- preguntó Wallace.

Miré con malicia a Taichi- llévame al lugar más exclusivo- Taichi solo hizo una mueca de sorpresa y a la vez de desagrado, después solo se resignó- está bien, pero sé gentil con mi bolsillo por favor.

-Lo prometo- le dije muy sonriente y nos fuimos a disfrutar de la comida después de esta tarde de éxito.