Luka Couffaine no creía en el amor a primera vista.

Pensaba que eso era completamente superficial pues no te enamorabas de la persona en su totalidad sino solo de una parte de ella: la superficial.

No creía... hasta que vió entrar a Marinette por primera vez a su habitación.

Desde el primer instante en el que pisó su recamara pudo sentir las melodías que emanaban de su cuerpo, desprendiendo una radiante energía en cada centímetro por donde pasaba, como si fuera un astro de luz iluminado —lo que de pronto pareció— su oscuro mundo.

Cuando logró ver sus azulados ojos de cerca pudo apreciar la luz, viveza y sinceridad que estos contenían. Al instante sintió una fuerte opresión en el pecho que no le permitió respirar por unos cuantos segundos.

En ese momento supo que se había enamorado de ella.

Y sí... a primera vista.

Pero, ¿quién diría que ese primer encuentro abrió paso a muchos otros? Pues la armonía que encontró con Marinette fue innegable.

Y, aunque Luka quería estar todo el tiempo con la chica, no la veía tan seguido. Le daba miedo entregar por completo su corazón y no ser correspondido, ya que, entre más tiempo pasaba con Marinette, más la necesitaba y no quería hacerse ilusiones de más.

Por suerte, las cosas empezaron a tomar forma y esas salidas casuales se fueron haciendo tan recurrentes que al poco tiempo terminaron siendo citas reales.

— ¿Lo estás haciendo a propósito? —preguntó Luka una vez, mientras daban un paseo por los Jardines de Luxemburgo.

— ¿Hacer qué? —confundida, la azabache le dió una lamida a su helado.

— Que me enamore de ti... porque si es así, ya quiero que pares —respondió burlonamente esperando que su coqueteo no hubiera cruzado los límites, pero Marinette detuvo su andar y agachó la mirada.

Al parecer no había tomado bien su broma.

Luka igual se detuvo, totalmente arrepentido de lo que había dicho. No pensó que se lo tomaría a mal.

Su torpe cerebro comenzó a imaginarse todos los posibles escenarios del mundo de cómo Marinette lo iba a rechazar justo en ese momento. Ya estaba escuchando las palabras de consuelo de "lo siento, Luka, sólo te veo como un amigo", o que le diría que salía con él por mera amistad y que él había confundido las cosas... por lo que Luka también ya estaba pensando en que palabras podía decirle que no demostraran cuán triste se comenzaba a sentir.

No es como si hubiera confesado directamente sus sentimientos, ¿o sí? Aún tenía escapatoria.

— Lo siento, no quería incomodarte, Nette —se disculpó esperando que Marinette olvidara su fatal broma.

Era por esa justa razón que Luka nunca lo hacía, era terrible con las bromas.

— No, perdóname a mí, yo... yo creí... es que creí que... —lo miró a los ojos tratando de buscar algo en ellos aunque no tardó mucho en apartar su mirada y ver el suelo—. No importa, solo olvídalo.

Trató de quitarle importancia con un movimiento de manos, dando a entender que siguieran caminando, pero su mirada triste no pasó desapercibida para él.

— ¿Qué ocurre? —preguntó dulcemente, tratando que Marinette bajara las defensas que acababa de plantar entre ellos.

Cuando no vió movimiento alguno en ella ni que tuviera intensiones de hablar, colocó una mano sobre su hombro y comenzó a trazar pequeños círculos sobre estos, esperando que con esto ella sintiera su apoyo moral. Lo que pareció funcionar bien, pues comenzó a hablar luego de unos segundos aunque aún sin mirarlo a los ojos.

— Mi intención no era obligarte a estar conmigo —confesó jugando nerviosamente con sus manos— . Creí que salíamos porque yo también te gustaba... pero no te preocupes, si quieres que paremos esto, lo aceptaré.

Le tardó unos cuantos segundos procesar sus palabras para darles el significado correcto y cuando así fue, Luka comenzó a reír sin evitar contenerse.

Marinette al instante se enfureció, seguramente creyendo que se estaba burlando de sus sentimientos hacia él, así que sujetó bien su bolso y su barquillo de helado, dió media vuelta y empezó a caminar rápidamente, alejándose de él.

Luka corrió hacia ella y la detuvo agarrando la parte alta de su brazo. La azabache se detuvo pero no volteó a verlo.

— ¿Vienes a burlarte otra vez de mí? —preguntó indignada aunque para los oídos expertos de Luka no pasó desapercibido que se escuchaba totalmente herida.

— Nette, te juro que no me reía de ti sino de la situación —fue deslizando sus manos por su brazo hasta llegar a la mano de ella y la sostuvo con delicadeza—. Lo dije jugando, no porque no quisiera estar contigo... al contrario. Me gustas mucho y lo que menos quiero hacer es alejarme de ti.

Marinette giró sobre sus talones, dándole una mirada expectante, trataba de analizar cuán verdaderas eran sus palabras. Suavizó su rostro cuando Luka entrelazó lentamente sus dedos con los de ella y dió un paso más confiada hacia él, afianzando su agarre.

— ¿Enserio? —preguntó con una gran sonrisa en su rostro y un humor renovado.

— Cada palabra —confirmó en un susurro. Llevando las manos de la azabache a sus labios, besando sus nudillos.

Marinette quedó embelesada con tal acción. Animándola a levantarse de puntitas y depositar suavemente sus labios en su mejilla.

— Entonces me alegro que sea mutuo.

Y así, pronto el deseo de Luka se cumplió, el deseo que ambos sin saberlo le estuvieron pidiendo a las estrellas.

Por alguna razón, él siempre creyó que esto (su primer encuentro en su habitación, sus amistosas citas, su absurda broma, todo lo que tenían juntos) no habían sido sólo sucesos aleatorios.

Sin pensarlo, se habían enamorado a propósito y el destino lo había organizado todo. Estaba seguro.

Y desde entonces, Luka jamás volvió a dudar en los lazos del destino... ni en el amor a primera vista.

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Me alegro que les estén gustando los capítulos y gracias por sus recomendaciones y comentarios.

También gracias Mu Bug Moon por tus reviews, la verdad es que este pequeño Lukanette va dedicado a ti :)

Y Manu, intentaré escribir sobre Ladrien aunque no es mucho mi fuerte jaja, esperemos que pueda salir algo de ahí.

Gracias por leer, los tqm :)