Rancis se levantó en un ruido sordo.
había pasado poco más de un año desde que conectaron el juego, y sin pensarlo, se logró posicionar entre los tres mejores corredores de Sugar Rush solo por detrás de Taffyta y King Candy. Él era sincero consigo mismo; la diferencia entre ellos era poca pero suficiente como para decidir claramente quién era el merecedor de la copa del primer lugar.
Pero incluso Gloyd, quien por stats era inferior en varias habilidades de conducción, había logrado obtener el primer lugar por pura suerte al menos una vez. No podía quejarse, pues al final de todo se resumía en una combinación de factores que le permitirían o no cruzar la linea de meta antes que todos; sin embargo, aún con eso, sentía que se estaba quedando atrás.
Quizá era por eso que estaba teniendo problemas para poder dormir un poco, después de todo, la idea de ser la burla de los corredores al tener el estante repleto de trofeos de tercer lugar golpeaba su ego de una manera que cada vez dolía más.
Se levantó de la pequeña cama individual en busca de algo para tomar; el jarabe de miel generalmente actuaba perfecto para dormir bien el resto de la noche. Bajando las escaleras perezosamente, ignoró el pequeño ruido y continuó caminando por el pasillo que lo conducía hacia la pequeña cocina en el fondo de su casa. Su ceño se frunció cuando escuchó otro ruido a las afueras de su casa, esta vez un poco más fuerte; asomó la cabeza por la ventana un poco en busca de algo que hiciera ese ruido, pero no encontró nada.
Sacudiendo esa distracción de su mente y enfocándose en no dormirse, se sirvió un poco de jarabe. Cuando estaba de nuevo a punto de regresar a su cuarto, el sonido que había tomado su atención anteriormente regresó con mucho más ruido. Saltó hacia un lado y se cubrió la cabeza; *jódanse*, esta vez sí se había asustado.
¿Debería salir? ¿debería tratar de luchar contra lo que sea que estuviera allá afuera?
El desafortunado corredor de mantequilla dudó durante varios segundos que parecieron una eternidad hasta que se escuchó otro ruido, seguido de una inocente maldición. Sus ojos se abrieron ante lo que escuchó; eso era humano, o al menos sabía hablar. ¿Sería Gloyd, o Sweezle? Durante todo el año que habían estado saliendo, la relación que tuvo con sus dos compañeros se limitó a hacerse pequeñas bromas entre ellos. Generalmente pasaba durante las Random Roaster Race, pero últimamente se han estado llevando fuera de esas horas.
Realmente no le molestaban las bromas, pero interrumpir su paz en su casa era algo que no dejaría pasar y defendería con todas sus ganas. Pensando eso, caminó de puntillas hacia la entrada de su sótano y abrió la puerta en busca de su mejor defensa para hogares.
Ahí estaba.
Una hermosa rama de caramelo trabajada con un agarradero de regaliz rojo; no tenía nada que pudiera cortar a quien sea que estuviera allá afuera, pero como mínimo podría darle un buen golpe preventivo.
Ahora con algo que asustaría a su extraño intruso, salió bajo el mayor sigilo que sus diminutas piernas le pidieron ofrecer.
Solo un poco... ¿Qué era esto? ¿Chocolate?
Vanellope estaba tratando de descifrar si lo que estaba palpando era chocolate o un pedazo de caramelo derretido. No hacía falta explicar el por qué estaba buscando dentro de un balde gris algo que no fuera prácticamente basura. Si bien la posibilidad de que encuentre algo que le sirva ahí dentro era mínima, fue mejor que arriesgarse al punto de entrar en la pequeña casa y saquear todo lo que pudiera tocar.
¡Owie!
Quitó la mano y revisó en busca de algún rastro de sangre; cuando pudo ver el corte en su muñeca, arrugó los ojos y trató de apagar un gruñido que quería salir de su garganta. Estaba claro que dolía, pero gritar justo aquí y ahora la delataría. ¡Bah! No valía la pena; habían pasado casi 10 minutos de busqueda y ni siquiera encontró algo.
"Sal de ahí, el juego terminó" una voz dijo firmemente desde lo que parecía una puerta trasera de la pequeña casa.
Volteó instantáneamente en busca del que dijo eso, y aunque ya sabía qué clase de persona se encontraría, sus ojos se abrieron en pánico al ver algo en particular; más bien, alguien en particular.
Era ese niño rubio que inició su infierno.
Su respiración se aceleró bajo la presión de pensar en la posibilidad de que todos sus demás compañeros llegaran pronto. Pero por lo que pudo ver, esta vez él estaba armado; con una rama, pero armado. Ella calló al suelo de espaldas; sin embargo, rápidamente trató de alejarse lentamente de él sin quitarle la mirada de encima.
"Está bien que esas pequeñas bromas se queden en la pista, pero por favor", Rancis dió un paso frente ella, "no a estas horas".
Estaba oscuro, y el chico a penas podía ver una pequeña silueta similar a la de Gloyd tratar de alejarse.
Vanellope de nuevo no entendió lo que el corredor le decía; si esto era una broma o una amenaza, ahora mismo solo le importaba salir de aquí y regresar a la seguridad de Diet Cola Mountain. Con suerte, no la seguiría.
"Eh-Lo siento", ella trató de decir. "ya me voy". Se pudo notar el nerviosismo (y una pizca de pánico) en sus palabras.
Rancis se atragantó por un momento al escuchar que la voz no era de uno de sus compañeros, sino la de una chica; sin embargo, no pudo diferenciar de quién era exactamente. Así que antes de esa silueta se pudiera alejar, la agarró del brazo y la atrajo hacia la luz que proyectaba la salida de su puerta.
Su rostro se congeló.
Estaba agarrando el brazo del glitch. Estaba agarrando el brazo de el glitch y la tenía delante de su casa. Ella no pasó por alto ese movimiento, ya que estaba algo alterada y trató de quitar el agarre de su brazo.
"¡Por favor!" gritó, más desesperada que antes. "¡Suéltame! ¡No regresaré! ¡Lo prometo!"
Ella jaló más fuerte. Jaló tan fuerte que logró quitar el agarre de su brazo, pero cayó al suelo nuevamente. Su cabeza rebotó sobre el balde de basura; ¿Por qué, de todos los días, tenía que golpearse la cabeza ahora?
"No te preocupes" Rancis dijo, "no le diré a nadie" declaró, un poco más seguro.
Un pequeño silencio se formó entre Vanellope recuperándose del golpe y Rancis asimilando qué estaba haciendo el glitch cerca de su casa.
Rancis volteó un par de momentos hacia su cocina y hacia vanellope, quien ahora le estaba prestando atención. "Eh... Tengo... Tengo guardada un poco de mi cena de esta noche" trató de sonreír gentilmente, "¿Quieres... un poco?" ofreció tímidamente.
Más segundos de incómodo silencio, lo estaban matando. Aunque se negara, él insistiría hasta que ella aceptara. Estaba claro que quería hacer las cosas bien la segunda vez.
"C-claro" ella respondió "Pero... ¿De verdad no le vas a decir a nadie de que estuve aquí?" se podía percibir la duda en su pregunta; no una de desconfianza, sino una de miedo.
El corredor de mantequilla soltó una pequeña risa confiada en respuesta, lo que alertó por un momento a la chica sin nombre. "Es mi casa, yo decido quién puede entrar" explicó.
"Huh... Gracias, supongo" ella dijo.
"Entra, hace frío afuera"
Un par de minutos después...
Vanellope estaba sentada a un lado de la pequeña mesa redonda (aparentemente individual) en la cocina de la casa del corredor que le había ofrecido algo de comer. Aún tenía un poco de desconfianza, ¿y si esto era solo para comprar tiempo y hacer que los otros corredores llegen y la atrapen?
Volteó un momento para ver al chico de cabello dorado preparar un pequeño plato a solo dos metros de ella. La casa era pequeña, así que optimizar el espacio fue una necesidad para él.
Tratando de no pensar mucho en eso, observó por momentos el espacio que la rodeaba; era acogedoramente cálido, y las pequeñas lámparas que iluminaban en un tenue color amarillo rebotaban aleatoriamente sobre las paredes color café claro. Por supuesto, probablemente sólo lo vería una vez; así que aprovechar este momento se le perdonaría.
Para cuando regresó su atención al corredor, este ya se estaba acercando. Lo suficientemente lento como para no parecer apresurado, pero suficientemente rápido como para no parecer asustado, se acercó con una mirada preventiva sobre ella, una mirada igual de cálida que el sitio que los rodeaba.
Rancis puso el plato delicadamente frente a ella y, asintiendo silenciosamente, se sentó en el otro lugar. "Espero que te guste" dijo, reuniendo la mayor suavidad que pudo reunir.
"Gracias" Vanellope respondió, aún manteniendo un pequeño tono de preocupación. Cuando probó parte del plato, a penas pudo detenerse a respirar; ¡esa cosa era diez veces mejor que lo que había probado estos últimos días!
Observando silenciosamente cómo la pequeña chica se enterraba en su mundo, Rancis planeó con cautela sus palabras; había cosas que quería aclarar, cosas que preguntarle. Durante todo el año pasado, las únicas interacciones que tuvo con ella eran cada vez que fueron a molestarla, o por palabras de Taffyta, «asegurarse de que no cause problemas para el juego». Esto claramente le provocó repudio hacia la chica de cabello blanco; sin embargo, fue lo suficientemente cobarde como para no quejarse por ello.
Con esto no quería justificarse a sí mismo; él tampoco fue una oveja blanca en ese rebaño, y eso es lo que más sentía.
Pero, sin eso; cada mirada de súplica, de miedo o de tristeza que ella daba lo perforaron hasta el punto de querer arrodillarse y pedir disculpas. Sin embargo, por ahora no debía perder la postura; antes quería aclarar cosas. "Eh, entonces... um..."
"Vanellope"
"Vanellope... Sí, lindo nombre" Rancis mencionó, soltando una pequeña risa incómoda, "Antes de nada, creo que es necesario aclarar un par de cosas que estaban diciendo sobre tí; si no te importa..."
La chica volteó una mirada confundida sobre él, "no entiendo".
"Sí... Em, por ejemplo; King Candy nos mencionó que si activas tus poderes de glitch sobre nosotros, nos enfermarnos y no podremos correr en las carreras durante días", explicó.
"No sé a qué te refieres; ¿poderes?, no conozco algo así" ella dijo, limpiándose un poco de restos de la boca.
¿Ella no conocía sobre eso? Imposible. King fue muy explícito al mencionar que esa era una de las principales razones para mantenerse alejados de ella. Justo después de que Rancis le pasara un par de servilletas, la mano de Vanellope cambió violentamente. No sólo su mano; su brazo, seguido de su cabeza y su cuerpo se sustituyeron por agresivos códigos azules que pululaban entre su cuerpo.
Rancis soltó un grito de terror y saltó hacia atrás. En un ruido sordo, cayó sobre su espalda y se arrastró hacia atrás. Sin embargo, tan rápido como ese código vino, se fue; Vanellope también se sorprendió.
"¿¡Estás bien!?", ella preguntó, angustiada al verlo caer sobre sí mismo. Mientras se acercaba para tratar de ayudarlo a levantarse, él levantó las manos en señal de protección.
"Espera", pidió. El susto nadie se lo quitaría, y la posibilidad de enfermarse aún seguía ahí. "¿Qué fue eso?"
"¿esto?" Vanellope dijo, "no lo sé, no puedo controlarlo", admitió.
"¿E-estás segura?"
Ella respondió en un confundido y firme asentimiento. Si esto era a lo que King Candy se refería, Rancis no estaba muy lejos de un Game-Paused durante semanas. Por ahora evitaría tener contacto directo con ella, hasta estar seguro de que esa cosa no era contagiosa.
Se levantó de un salto y se revisó en búsqueda de algún daño, sólo para darse cuenta de que su cabello se había hecho un desastre. Bueno, lo arreglaría después, o en la mañana.
"Sea lo que te hayan dicho sobre mí, no soy un monstruo", Vanellope empezó; "Sólo quiero hacer amigos; ni siquiera quiero hacerles daño" declaró, llevándose una mano al pecho. Aunque Rancis no lo asimiló como algo serio, las palabras de la chica glitch sonaban, en efecto, sinceras. Sin embargo, este no era el final; aún quedaban un par de preguntas y entre más claras sean las respuestas, sería mejor para ambas partes.
"Está bien", respondió, acomodando lentamente la pequeña silla que salió volando junto con el corredor, "te creo" jadeó en un suspiro. "Después de todo, si fuera verdad yo ya estaría retorciéndome en el suelo, ¿verdad?" mencionó, soltando una leve risa.
Vanellope comenzó a reírse también, pues aunque un poco incómoda, ya no estaba asustada del chico frente a ella; más bien lo consideró inofensivo a su parecer. Habiendo logrado bajar un poco la tensión entre los dos que había hasta hace pocos segundos, a la chica le brotaron un par de sensaciones raras. No podía describirlo bien...
¿Molestia quizás?
No estaba segura, pero ahora que el miedo se había ido dejando un pequeño vacío confortante, sintió unas pequeñas pero constantes ganas de preguntarle si fue él quien la delató a los demás corredores. Era algo demasiado pequeño como para hacerlo, pero lo suficientemente grande como para olvidarlo.
"Aunque, todavía tengo un pequeño par de preguntas" Rancis ofreció, "si no te molesta"
Para su sorpresa ella no respondió. Se quedó parada unos segundos en el mismo lugar, pareciendo estar perdida unos momentos solo para voltear de reojo hacia el pequeño corredor de mantequilla y regresar al mundo real. "¡No!, no me molesta" mencionó en un grito apagado. Aunque pensó que entendía las razones del miedo del niño junto a ella, comenzó a sentir un pequeño enojo.
"Bien", Rancis ignoró la expresión de Vanellope, "Eh... ¿Es verdad que eres un glitch?" preguntó de la manera más sutil que pudo hallar, mientras se sentaba en su mismo lugar y juntaba sus manos en un cálido apretón.
"No, claro que no" ella respondió con seguridad y una mirada aplastante, provocando una leve sensación de desconfianza en el corredor. "No hay nada en lo que me parezca a un glitch".
"¿Y... esa cosa?"
"¿Qué cosa?"
"Ese brbrbrbrbr, wieiweweiweiew y strrrtrstrtr", él respondió, imitando el glitch que Vanellope tenía a veces.
La chica entendió rápido lo que Rancis quería decirle, enfocando su vista un par de segundos sobre sus pequeñas manos. Vamos, ni siquiera afectaba a nadie; ¡no era como si ella quisiera hacer eso! Es más, de ser su decisión, hubiera arrancado ese glitch y tirado a la basura en cuanto pudiera.
Pero ella no podía.
"Dije que no podía controlarlo" ella respondió, aumentando su postura defensiva. Esto a Rancis lo alertó; sin saberlo, Vanellope había ganado la suficiente confianza como para poder entrar a su casa sin miedo a terminar golpeada bajo la bota de Taffyta y, ahora, estaba tomando acciones totalmente agresivas.
"Está bien, está bien" Rancis calmó. "Entiendo tu desconfianza, pero... eso es mutuo".
"No desconfío de tí, ¡sólo quiero que sepas que no soy una amenaza!" Vanellope gritó. Casi nada después se calmó tan rápido como se había alterado; no supo como lo hizo, pero por un momento igual de pequeño que su felicidad, había pensado que él la estaba acusando de querer ser un error.
"Vanellope" Rancis empezó, "no te veo como una amenaza, y perdón si lo hice ver así", le ofreció una mirada cálida al mismo tiempo que caminó hacia el lugar donde antes ella estaba sentada. Agarrando el pequeño plato ahra vacio, él se dirigió al pequeño lavavajillas a sólo un par de metros de ellos, "estoy seguro de que no lo hicieron porque te odian".
La chica quizo responder a eso, pero rápidamente se calló. En definitiva no era por miedo, pero eso era contraproducente; una pequeña sonrisa aliviada pasó por su rostro cuando analizó más a fondo lo que le dijo el corredor, para pasar a convertirse en una risa apagada.
"Quizá tengas razón" dijo, entre una de las pequeñas risas.
Rancis le dio la chica una pequeña sonrisa a labios cerrados y una mirada esperanzadora; pensó en continuar la pequeña charla, pero un bostezo sorprendente le quitó las ganas de mantenerse despierto por más tiempo.
Vanellope notó el cansancio del chico frente a ella, soltando una pequeña risa única. "Bueno, creo que es hora de que me vaya" dijo, mirando a ambos lados en busca de recordar el camino de salida.
El chico respondió con un asentimiento y comenzó a caminar por el pasillo; a medio camino, desaceleró su paso para acercarse un poco más a su nueva amiga.
"Por cierto, mi nombre es Rancis" declaró, buscando sacar una última y pequeña conversación antes de que se fuera.
Vanellope volteó la mirada hacia los ojos del chico, ¿Rancis? Bueno, no era como si necesitara acordarse. En lugar de eso, asintió de la manera más calmada que pudo, "pues Rancis, gracias por la cena" dijo, tratando de liberar un poco de estrés acumulado. Para su sorpresa, funcionó mejor de lo que pensó; sin embargo, aún sentía un profundo vacío débilmente añejado en su pecho.
"No es problema, todavía sigo sin creer que me hayas hecho caso" dijo Rancis, en un tono sarcásticamente ligero. Aunque no se lo diría en este instante, esperó que ella pensara que era bienvenida cuando quisiera. Lo era, de hecho; y en caso de que no se diera cuenta, se lo diría la próxima vez que se vieran. Por ahora, los cabos sueltos estaban atados. "Para ser sincero" empezó, aclarándose la garganta, "No estaba a favor de lo que te hicieron los demás" continuó.
La chica dudó lo que estaba escuchando. Sobretodo, viniendo de él; aunque él ya le había preguntado todo lo que quiso, ella todavía seguía con dudas sobre quién era. "¿De verdad?" ella preguntó, buscando un poco más de claridad en sus respuestas.
"¡Sí!" él respondió tan rápido como pudo. Con una sonrisa a dientes abiertos, inclusive tonta, agregó "Pensé que estaban siendo demasiado utilizando los insultos, pero cuando cuando comenzaron los golpes, creí que eso debía parar"
"Ya veo" ella dijo. Para su mala suerte, esa sensación de vacío regresó; fue como un golpe, no tan duro pero lo suficientemente fuerte como para molestarla. El vacio desapareció tan rápido como vino, dejándole a la chica una profunda molestia; fuese lo que fuese, quien estaba a su lado era el problema. "¿Estás diciendo que eventualmente ibas a detenerla?" preguntó, esta vez con un tono completamente frío.
Rancis detuvo completamente su paso por un momento. Luego, se aclaró la garganta y continuó la pequeña caminata: "P-por supuesto" tartamudeó, ignorando el hecho de que no sabía mentir tan bien como le gustaría. "Si fuese por mí, ni siquiera te hubiésemos molestado" agregó, en un tono más alto de lo normal.
Vanellope apretó los puños. Olvida la molestia, su cuerpo estaba comenzando a arder en ira. Con un rostro totalmente ilegible, cruzó la pequeña entrada trasera de la casa como si se tratase de un fantasma. "Pues gracias" mencionó, tratando de controlarse sobre la mayor fuerza mental que le quedaba.
Volteó un momento para tratar de despedirse y desaparecer lo más rápido que pudiese, pero no pudo evitar encontrarse con la sonrisa del jodido corredor de mantequilla. Su sangre estalló en llamas por segunda vez, solo que esta vez, a diferencia de la anterior, el problema estaba completamente frente a ella.
Arqueando las cejas para parecer confiado, Rancis puso la sonrisa más grande que pudo y le dio un débil par de palmadas en el hombro a Vanellope, "estoy seguro que ellos no te volverán a hacer daño" señaló, usando el tono más jovial que pudo obtener.
Por un instante, tan diminuto como un parpadeo, el tiempo se detuvo. Ese rostro, lleno de confianza e inflado de ego, se veía idéntico al que puso cuando estaba golpeándola junto con los demás.
"No me toques..."
Él no pudo escucharla lo suficientemente bien como para alejar su mano de su hombro pero sí como para saber que dijo algo, "¿Qué?" preguntó, cambiando su expresión al de una diminuta confusión.
"Nada" ella despidió rápidamente, aumentando la velocidad de sus pasos. Se detuvo en un ruido sordo, revisó por un momento en busca de que el corredor no la hubiera seguido y, en efecto, él seguía con una pequeña confusión frente a su puerta. "Gracias por la cena" casi gritó.
"¡Claro!" Rancis rápidamente respondió, sacudiendo las dudas de su cabeza, "¡Regresa cuando quieras!" agregó, despidiendo con su diminuto brazo.
Con la silueta de Vanellope disolviendose en la oscuridad, Rancis regresó dentro de la comodidad de su casa. No fue un mal comiezo, a su parecer; y aunque las pequeñas dudas resueltas no significaban mucho ahora, había mucho de qué hablar seriamente con King Candy.
Fuera de eso, el corredor se acomodó nuevamente para descansar en el mínimo par de horas que quedaban hasta la próxima carrera.
Bueno, ahí está el capítulo 4. Había escrito más pero al final pensé que el final de este capítulo era demasiado anticlimático, así que lo acorté a una pequeña despedida. Los personajes no me pertenecen. La serie tampoco y todo es de Disney. —UnderFine
