En mis sueños estás
Capítulo 4: Una noche larga.
Como su uniforme se había manchado, a Nabiki no le quedó de otra más que cambiarse a su ropa de deporte antes de volver al aula. Por suerte, al parecer ningún grupo tenía tiempo de educación física en ese momento, por lo que los vestuarios (tanto de los chicos como los de las chicas) seguían vacíos, lo cual le convenía. Si ya de por sí era algo incómodo recibir miradas al pasar por los pasillos, más lo sería el tenerlas todas sobre sí en un espacio tan cerrado como lo eran los vestuarios. Aliviada por no tener que lidiar con esa clase de situación, Nabiki se posicionó enfrente de su respectivo casillero y sacó de él el uniforme de deporte.
(Vaya, no ha pasado ni siquiera un día y ya tengo que volver a usarlo)-pensó ella medio en broma y en queja a la par que empezaba a desvestirse.
Debido a sus propias palabras, recuerdos de lo sucedido en la mañana volvieron a ella…y los mismos terminaron con la repetición de aquella escena vivida hace apenas unos momentos…¨No es como si te preocupara exactamente MÍ bienestar, ¿verdad? ¨-ahora entre el completo silencio y soledad de los vestuarios, esta frase cayó sobre ella con un sentido más pesado y amargo que la primera vez que la oyó…y ello, hizo que esta involuntariamente se quedara inmóvil por unos instantes…con la mirada fija sobre el vacío de su casillero…como si esperara encontrar en este la respuesta a una desconocida pregunta…
-Ah… ¿Qué diablos estás haciendo? …-se preguntó a sí misma tras un cansado suspiro, bajando la cabeza y cerrando los ojos por un segundo.
Dejando a un lado sus pensamientos con respecto a todo ello, Nabiki terminó de cambiarse, colocó su uniforme sucio dentro de una bolsa de papel y se dirigió de vuelta al aula. Como era de esperarse, una vez que esta se presentó en la puerta, las miradas de todos sus compañeros volvieron a caer sobre ella (tanto por la curiosidad que tenían sobre lo sucedido como por el verla usando el uniforme de educación física). Sin embargo, para su alivio, el profesor por fin hizo por fin uso de su ¨autoridad¨ como profesor y demandó la atención de los alumnos de vuelta hacia el contenido escrito en la pizarra. Normalmente en esta clase de situaciones, el profesor la regañaría por ¨llegar tarde¨ y le impondría un castigo (como el clásico de quedarse parada en los pasillos levantando un par de cubetas de agua), pero al parecer hoy fue lo suficientemente comprensivo con ella y la dejó retomar su asiento sin mayor problema.
Puede que fuera por el efecto de haber pasado por tantas cosas en tan poco tiempo, o quizás porque el contenido de las asignaturas de la tarde era tortuosamente aburrido, pero Nabiki sintió que la propia tarde se le hacía eterna. Por mucho que a veces desviara su mirada hacia el reloj o la ventana, siempre el tiempo pasado era mucho más corto de lo que lo había percibido. Tras soltar un pesado suspiro y recostar su rostro sobre la palma de una de sus manos, Nabiki volteó inconscientemente su vista hacia el pupitre vacío a su lado, y al cabo de unos instantes de estarlo mirando fijamente, ese vacío fue reemplazado por una falsa visión en la que él sí estaba allí, tomando notas de forma diligente. Cual, si tuviera vida propia, la visión, al darse cuenta de que era observada, giró ligeramente su vista hacia ella, mostró una expresión algo molesta…y terminó desapareciendo unos segundos después. Ante esto, Nabiki no pudo evitar soltar un nuevo suspiro: incluso en su mente, la actitud de Kuno hacia su persona estaba bien marcada…y eso…era doloroso a su manera.
Aunque fue toda una odisea el tener que soportar las pesadas clases de la tarde, la campana de salida llegó al fin para terminar con todo su sufrimiento.
- ¡Nabiki! –al oír que sus amigas la llamaban, la mentada paró un momento de recoger sus cosas y se volteó a su encuentro.
- ¿Um? ¿Pasa algo? –dijo esta curiosa.
-Hoy íbamos a empezar a recoger los pagos de los estudiantes de tercero, ¿no? –preguntó expectante Misato.
-Ah, eso…Pues…-al caer en cuenta de la ¨tarea¨ olvidada, a Nabiki se le hizo algo difícil el responder. La verdad es que no se encontraba realmente con ánimo para hacer sus usuales colectas, pero si lo decía abiertamente, puede que terminara preocupando a sus amigas. Así que, para evitar esa situación, se inventó una excusa-…Lo siento, me acabo de acordar que Kasumi me pidió que le hiciera un recado muy importante. Creo que será mejor que lo dejemos para otro día-alegó con una creíble expresión y tono de disculpa.
-Oh, ya veo…-expresó Misato con ligera decepción, antes de agregar en de forma más enérgica- ¡Pues otro día será!
- ¿Necesitas ayuda con ello? –inquirió Kaori.
-No-No, no es necesario. Pero gracias de todas formas-negó Nabiki rápidamente-Bueno, ya debería irme. ¡Nos vemos! -se despidió a la par que terminaba de recoger sus cosas y salía del aula.
-Nos vemos-correspondieron las dos amigas al mismo tiempo.
Una vez se supo alejada lo suficiente del aula, Nabiki miró ligeramente sobre su hombro hacia atrás para confirmarse que sus amigas no la estaban ¨siguiendo¨. Al ver que efectivamente no habían ido tras ella, Nabiki dejó escapar un corto suspiro de alivio. Puede que mentir fuera algo muy fácil para ella, pero en este caso se sentía un poco culpable de haberlo hecho.
Ya le faltaba poco camino para llegar a los casilleros de los zapatos, sin embargo, sus pasos se detuvieron instintivamente frente a la puerta de la enfermería. Teniendo en cuenta lo que pasó la última vez que lo vio en el día, Nabiki sabía que probablemente no fuera muy bienvenida por él, pero…en verdad tenía curiosidad sobre su estado. Después de unos instantes de quedarse mirando a la puerta, indecisa sobre si entrar o no, la mediana de los Tendo por fin se decidió a abrir la puerta de la enfermería.
- ¡Buenas tard-! Ah, pero si es usted de nuevo, señorita Tendo-dijo el enfermero, cambiando su tono a uno más relajado al notar que era Nabiki quien entraba en la enfermería-No sé si debería alegrarme o no de verla tantas veces en el día de hoy, teniendo en cuenta de que esto es la enfermería-comentó entre divertido y algo incómodo antes de preguntar simplemente-En fin: ¿algún nuevo problema, señorita Tendo?
- ¡No-No, yo estoy bien! -le tranquilizó esta rápidamente-Es solo que…bueno…-Nabiki dudó unos instantes antes de atreverse por fin a terminar su frase-…quería saber cómo se encuentra Kuno-chan.
-Oh, ya entiendo-correspondió el enfermero antes de agregar algo contrariado (a la par que se rascaba la cabeza)-Bueno, lamentablemente no puedo responder con certeza a eso.
- ¿Eh?
-Kuno estaba muy testarudo y por alguna extraña razón no quería dormir aquí, así que lo obligué a que se fuera a casa temprano. Fue difícil, ¿sabes? –comentó este cruzándose de brazos, aunque en su última frase su tono y expresión volvieron a ser graciosos.
-Ah, ya veo…-solo respondió ella, pero aun en la simpleza de sus palabras era notable su ligera decepción.
Al ver la expresión acomplejada de la joven, el enfermero giró su silla un poco para quedar más de frente a esta y expresó con ánimo:
-No se preocupe, señorita Tendo. Sus heridas no eran tan graves como parecían. Estoy seguro que con la vitalidad que este tiene, se repondrá de ellas en un santiamén.
Nabiki sabía que el enfermero intentaba animarla a su manera, por ello, asintió a sus palabras y se despidió esbozando una sonrisa…que despareció al nada más cerrar la puerta tras de sí. Por mucho que lo intentó, los pensamientos mustios (tanto con respecto a sus palabras como a su actual estado) continuaron rondando por su cabeza, incluso después de llegar a casa. Y no fue sino hasta tarde de esa misma larga noche, que estos cesaron por la pérdida de su conciencia al dormir.
-En otra parte de Nerima-
La mujer (ahora cruzada de brazos) mira detalladamente la figura del joven, quien se encuentra sentado en el suelo frente a ella, esquivándole incómodo la mirada. Está algo sucio y tiene unos evidentes moretones por toda la cara, prueba de que se metió en algún lío…justo como ella pensó. Tras varios minutos de mantener su mirada acusadora sobre este, la mujer por fin dice con tono molesto:
-Creí que había sido clara cuando te dije que NO llamarás la atención. ¿O es que acaso piensas que coquetear con una florista y terminar llevándote una paliza por parte de su marido es algo muy discreto hoy en día? –recalcando lo último con cierto sarcasmo.
Ante estas palabras, el joven gira su cabeza a un lado y muestra una expresión entre apenada e incómoda, con cierto color sobre las mejillas y unas cuantas gotas sobre su cabeza.
-Bueno…al parecer la gente de aquí está acostumbrada a cosas peores…-pronunció el joven en su ¨defensa¨, pero sabía que (por mucho que quisiera) ello no le salvaría del regaño, y por ello, sus palabras resonaron en un tono bastante bajo.
-No me digas. ¿Y qué clases de cosas peores pasan por aquí? Digo, si se puede saber-expresó la mujer sardónica, poniendo sus manos sobre la cadera e inclinándose más ligeramente hacia adelante en señal de que retaba al joven a continuar con su pobre defensa.
-Ah, pues…cosas como: una chica china que puede caerte de repente del cielo en bicicleta, un chaval que por más direcciones que le des se pierde incluso en un camino recto, una loca que anda por la calle en traje de gimnasia y que hace bailar pétalos de rosa negra a su alrededor como si fuera Tuxedo Mask, un Kung-Fu panda que habla por cartelitos, una vieja que no se sabe cómo camina siempre subida en un bastón, un viejito roba bragas que tiene más vidas que un gato, un cegatón al que deberían arrestar por el montón de armas ilegales que lleva encima, una chica que anda con una súper espátula por la calle, una niña que se transforma en una chica sexy absorbiendo auras asesinas, y hasta un tipo con doble género o algo así-soltó este de un tirón.
Al oír todas estas rarezas de golpe, la mujer no pudo más que quedarse pasmada. Parpadeó una y otra vez, aun incrédula por lo que había acabado de escuchar y por fin tras medio minuto, retomó una posición erguida y dijo:
-WOW…Eso no me lo esperaba…
- ¿¡VERDAD!? –exclamó el joven con energía y complicidad. Él también se había quedado igual cuando lo oyó en su camino de vuelta al descampado.
-Vale, ahora ya entiendo por qué nosotros no llamamos la atención-comentó la mujer tras un suspiro de cansancio, alivio y ligera decepción-En todo caso, dime: ¿lograste encontrar alguno de ¨esos¨? –pregunta esta al recordar esa ¨tarea¨ que le encomendó antes de irse.
Inmediatamente que la palabra ¨esos¨ fue pronunciada, el joven se tensó sobre su puesto y volvió a desviarle la mirada, sudando a cuenta gotas.
- ¿Um? ¿Qué pasa? –inquirió curiosa la mujer al ver la reacción del joven.
-Ah…Pues…la verdad es que…
-5 minutos después-
- ¿¡QUE TE QUEEEEEEEEEEEEEEEEÉ!? –el grito de la mujer resonó por toda la cuadra e incluso hizo retumbar un poco la tierra.
Por acto reflejo, el joven se tapó los oídos, pero aun así sufrió por la fuerza de la voz de la mujer.
(Ugh, sabía que esto pasaría, por eso no quería contarle)-quejó el joven en su mente, aunque sabía que habría terminado peor si no se lo contaba y esta se llegaba a enterar después.
- ¿¡CÓMO ES POSIBLE QUE LO DEJARAS ESCAPAR!? ¡SABES PERFECTAMENTE LO PELIGROSO QUE PUEDEN SER ESAS COSAS! –le reclamó la mujer a la par que lo zarandeaba cual maraca.
Tras medio minuto de estar completamente inmersa en su frenético regaño, la mujer paró de repente, al darse cuenta de que su arrebato peligraba con atraer la atención de los pocos transeúntes que por ahí pasaban.
-Ejem, Ejem-tosió esta en pos de recuperar su propia calma-En todo caso, ahora que ya hemos encontrado uno lo único que hace falta es ubicarlo…cuanto antes posible-expresó en un tono más serio.
El joven asintió con una expresión acorde a la de la mujer. Ambos sabían bien que mientras más pasara el tiempo, ¨eso¨ se volvería más peligroso.
-Ah, sin embargo, creo que ya hemos causado demasiado revuelo por el día de hoy-comentó la mujer tras un ligero suspiro de cansancio-Así que será mejor que dejemos la búsqueda para mañana.
Sin más que agregar sobre dicho asunto, la mujer se paró y empezó a recoger algunas ramas caídas que habían alrededor.
-Bueno, empezaré a preparar la cena. Tú encárgate de preparar el baño.
-Vaaaaale…-respondió el joven con pereza- (Ah, genial, otra vez a dormir al aire libre)-pensó este con desgano, ¿pero qué se le iba a hacer? Esta era la vida que por nacimiento le había tocado.
-En la residencia Kuno-
Al no haber sido capaz de conciliar el sueño tras aquella pesadilla, Kuno no tuvo más opción que tratar de despejar su mente con lo único que podía hacer en ese momento: entrenar. A pesar de sus heridas y la prescripción del enfermero de que debía descansar, Kuno salió al jardín (más específicamente a su área de entrenamiento) y empezó a atacar a los muñecos de prácticas con una furia y fiereza nunca antes vista en él. Aunque su fiel sirviente le suplicó que parara, este no se detuvo e incluso le reclamó con el rostro sombrío por tratar de detenerle. Solo cuando llegó la hora de la cena fue que por fin hizo un pequeño descanso. Sin embargo, como era de esperarse, este retomó su extenuante ejercicio apenas unos minutos después de haber terminado con la cena. Nadie sabía exactamente el por qué lo hacía, pero tampoco nadie se atrevió más a molestarlo.
Sin ya ninguna intervención, Kuno prosiguió descargando sus fuertes golpes sobre los pobres muñecos de práctica. Pasaron horas y horas, y el tibio aire de la tarde pronto se convirtió en el frío de la noche…pero eso a él no le importó. La única compañía y prueba que tuvo de que el tiempo seguía pasando, fueron los pétalos de cerezo que caían a su alrededor, volando ligeramente entre el pasajero viento. Y así, el siguió y siguió hasta quedar empapado en sudor y casi perder el aliento, y para cuando se quiso dar cuenta…el cielo nocturno había pasado a ser el amanecer. Con mucho cansancio y cierta impotencia, Kuno levantó levemente su vista hacia el cielo, incrédulo del hecho de que había pasado la noche en vela por estar entrenando…Y sin que este se diera cuenta…el tenue brillo rojo de sus ojos se apagó…y por fin, sus iris volvieron a tener un tono azul.
N.A: ¡Hey, que de tiempo desde la última actualización! Perdón por eso TT x TT. Hace tiempo que quería volver a escribir algo para el fandom de Ranma 1/2 (sobre todo con respecto a Kuno y Nabiki), pero me encontraba un poco indecisa sobre exactamente qué debía publicar (un one-shot o un nuevo capítulo para alguno de mis long-fics); así que al final me animé y decidí escribir un nuevo capítulo para esta historia ^ w ^. Todavía no hemos llegado como tal al punto principal de la trama, pero ya estamos avanzando (lento pero seguro XD). En fin, espero que hayan disfrutado su lectura. Y sin más que decir, ¡espero nos leamos pronto!
