Vuelvo con un nuevo capitulo! Espero les guste!
Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko-sensei.
Advertencias: Ninguna.
Rabia
.
.
.
.
.
Habían pasado 4 meses desde la muerte de Akane, 4 meses donde el dolor y la pérdida solo hacían incrementar las ganas de acabar con todo, 4 meses donde junto a Ryoga entreno hasta sangrar y 4 meses donde no encontraron rastro de aquella criatura. ¿Había desaparecido? ¿Se daba por satisfecho con la muerte de Akane? ¿Existió en verdad?
Se estaba desesperando y ya no aguantaba su propio mal humor. Todo le molestaba, no le gustaba que le hablaran y apenas comía o dormía. Lo peor era que aun la veía, sonriendo por los alrededores y llamándolo, regañándolo por ser grosero con Ryoga. La veía tantas veces y tan clara que sentía que si estiraba sus manos podría tocarla, incluso podía sentir su aroma. Y eso lo estaba matando, tenía ganas de tirarse al piso, gritar, llorar y romper cosas, quería reclamarle por no haber sido lo suficientemente fuerte y recuperarse para volver con él, reclamarle por abandonarlo y dejarlo solo en un mundo cruel, oscuro y sin brillo.
Estaba sentado frente a una fogata en medio del bosque, era de noche y Ryoga estaba dormido dentro de la tienda de campaña. Como todas las noches Ranma se quedaba mirando el fuego, sintiéndose cada vez más miserable, y como siempre ella estaba ahí, frente a él.
- Si frunces tanto el ceño te saldrán arrugas. – Dijo Akane mirándolo fijamente, sonriéndole de forma picara como cada vez que compartían bromas. Cuando estaba viva.
- Cállate. – Murmuro Ranma apretando los ojos, completamente dolido por lo real de la imagen. – Por favor…cállate.
- Deberías volver a casa. – Pidió Akane esta vez con tono triste.
- Donde tu estas, esa es mi casa. – Respondió Ranma mirándola, grabando en su memoria la imagen tan lúcida de su prometida. – Pero tú no estás, así que no tengo donde volver.
- Ranma…
- Por favor, solo…vete.- Pidió Ranma aguantando el llanto, haciendo un ovillo y apartando la mirada de la imagen de su prometida. – Deja de atormentarme de esta manera… ¿Tanto me odias? ¿Tanto deseas verme sufrir? ¡No te basta con haberme abandonado! – Grito Ranma mirando con furia la imagen de su prometida, ella sonrió con tristeza y lentamente fue desapareciendo. – No…no…no ¡Espera! – Grito Ranma levantándose y corriendo por el bosque, buscando la imagen de su prometida. - ¡No me dejes! Vuelve! – Pidió gritando y corriendo hasta que cayó al piso, quedando ahí por largos minutos.
No sabía que era peor, ver a su prometida sabiendo que estaba muerta o no verla más. Ryoga le decía que con el tiempo dolería menos pero no era así, cada día dolía más, cada día le costaba más respirar y cada día le costaba encontrar fuerza para seguir y el verla le ponía las cosas más difíciles. ¿Cómo superarla si ella aun seguía ahí? Pero la verdad él no quería superarla, no quería olvidarla –sabía que no podría- él solo quería poder descansar junto a ella. Quería dejar de sentir esa dolorosa presión en el pecho, ese vacío en el estomago y esas ganas de dejar de respirar. Quería dejar de sentirse enfadado con todo, con la vida por arrebatársela, con ella por abandonarlo y con él mismo por no ir con ella aun.
- ¿Sigues viéndola? – Le pregunto la voz de Ryoga, hace unas semanas le había contado que la imagen de Akane lo perseguía.
- A veces…- Respondió Ranma mientras se levantaba del suelo y se sentaba dándole la espalda a Ryoga. – Cada vez duele más cuando se va.
- Tal vez lo que ella busca es que la llores. – Comento Ryoga, sabiendo que su amigo no había soltado una lagrima en todo este tiempo. – Tal vez quiere que la despidas, que la dejes ir correctamente.
- No…no puedo. – Dijo Ranma levantándose furioso y caminando de regreso al campamento.
- ¡Debes dejarla partir! – Le grito Ryoga siguiéndolo. – Eres tu quien no la deja descansar!
- ¡No lo entiendes! – Grito Ranma encarando a su amigo. – Se que será peor si la dejo ir! – Ambos se miraron en silencio por un rato. – No podría vivir sin ella…
- Ella está muerta. – Dijo Ryoga con rudeza. Tenía que hacer entender a Ranma la realidad, temía que se estuviera entregando a la locura producto del dolor por perder a Akane.
- Cállate! – Grito Ranma intentando darle un puñetazo a Ryoga pero este lo esquivo fácilmente y tiro a Ranma al suelo.
- Mírate! – Grito Ryoga apuntándolo. - ¿Cómo quieres vengar a Akane así? Apenas puedes ponerte de pie! Cualquiera te derrotaría fácilmente! - Ranma intento levantarse pero volvió a caer al suelo, quedando de rodillas frente a su amigo. – Mañana volveremos a Nerima y harás las cosas bien. Te despedirás de ella, afrontaras lo que paso y recién ahí podremos volver a entrenar y a buscar a esa criatura que viste, ahora eres solo eres un cobarde que no vale nada. – Dijo molesto y entro a la tienda de campaña, dejando a Ranma nuevamente solo junto a la fogata.
Sabía que Ryoga tenía razón, ahora no podría hacer mucho. En estos meses había perdido peso y sus músculos dolían por la falta de comida y de sueño. ¿De verdad tendría que dejarla ir? ¿Sería capaz de hacerlo? Apretó los puños con rabia y se levanto lentamente para entrar a la tienda de campaña y dormir. Mañana empezaría su viaje de vuelta a una casa llena de ella pero sin ella.
o.o.o.o
Ranma y Ryoga caminaban por las calles de Nerima, estaba recién amaneciendo y el frio se notaba en lo blanco de las calles. Estaban ya en diciembre y las tiendas y casas estaban comenzando a adornarse para navidad. Ranma caminaba aferrándose a la bufanda amarilla que tiempo atrás Akane le había regalado. Cada vez estaba más cerca de la casa Tendo y estaba aterrado. No sabía cómo enfrentar la situación, se había ido solo despidiéndose de su madre, no le había dado el pésame a nadie de la familia. ¡Su tío Soun debe estar desecho! Y él egoístamente solo se había preocupado de su dolor. Había tomado como escusa la venganza para huir como un cobarde y no mirar a la cara el dolor que todos sentían, sabía que él no era el único que había pedido a alguien, Su tío Soun había perdido a una hija, Kazumi y Nabiki habían perdido a una hermana, su madre había perdido a alguien a quien quería como a una hija. ¡Incluso su padre debería estar sufriendo!
Siguieron caminando por las calles mientras el sol lentamente aparecía dando un poco de calor a los viajeros. Ya solo quedaban unas calles para llegar a la residencia Tendo y Ranma se mentalizo para poder entrar, lo más seguro es que estuvieran dormidos así que esperaría en el dojo para no hacer ruido.
Cuando entraron por el portón, millones de recuerdos lo golpearon tan fuerte que sus piernas temblaron y se preparo para correr alejándose de ahí pero la mano de Ryoga sujetando su brazo lo detuvo.
- Respira, te vas a hiperventilar. – Dijo Ryoga mirándolo preocupado. Solo ahí se dio que cuenta que su respiración era errática y que a pesar del frio aire esta sudando.
Se dirigieron al dojo y ambos dejaron sus mochilas en el suelo para poder entrar. El altar con la foto de Akane aun estaba ahí pero esta vez estaba decorado con diseños de navidad y un árbol bellamente decorado estaba a un costado. Su prometida siempre amo y disfrutó de la navidad y él tuvo la fortuna de pasar 2 navidades junto a ella y sus risas, sus malos postres y sus regalos.
Sintió su garganta apretarse y un vacio en el estomago. Vivió tan poco junto a ella y aun así siente que la conoció desde siempre, que siempre estuvieron juntos, que su vida antes de Akane jamás existió, que él había comenzado a vivir el día que conoció a Akane. Y que él murió el día en que ella se fue.
Tomo aire y se volteo cuando Ryoga se hinco para mostrar sus respeto al pequeño altar. Recorrió con la vista el dojo, tratando de buscarla a ella pero no estaba, desde esa noche en el bosque casi no la veía y eso lo aterraba.
- No me dejes…por favor. – Pidió cerrando los ojos, deseando que cuando los abriera pudiera verla nuevamente.
La puerta del dojo se abrió lentamente y Kazumi asomo la cabeza sorprendida, miro a ambos jóvenes y les sonrió con tristeza.
- Escuche la puerta del dojo y vine a ver quién era. – Comento entrando al dojo y mirando al altar. – Por un momento pensé que era…- Sacudió la cabeza y miro a Ranma. - ¿Cómo estás? – Preguntó preocupada, al verlo más delgado, débil y enfermo.
- Yo…lamento haberme ido así…yo…- Intento disculparse pero sintió las manos de Kazumi tomando las de él.
- No te preocupes, nadie te culpa. – Le respondió sonriendo con cariño. – Todos queremos salir de aquí, es tan doloroso no tenerla. – Dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y cubría sus labios con una de sus manos. – Todos sabemos lo difícil que debe ser para ti, incluso Nabiki, estaba algo molesta al principio pero luego al sentir su propio dolor pudo entender lo difícil que debe ser para ti. La amabas.
- La amo. – Respondió Ranma sorprendiendo a los presentes, era la primera vez que lo decía en voz alta.
- Ella también te amaba. – Le sonrió Kazumi. – Y estoy segura que donde este te sigue amando. Ahora, vamos a dentro para que coman algo. – Dijo haciendo que ambos chicos tomaran sus cosas y la acompañaran a la casa. Ranma dio un último vistazo al dojo y la vio sonriéndole desde una esquina.
Entraron a la casa y se quitaron el calzado, dejaron las mochilas en el pasillo y entraron al comedor donde se sentaron. Ranma ocupo su lugar apretando sus puños sobre sus piernas, le daba escalofríos mirar el lugar –ahora vacio- que ocupaba su prometida. Vio que las paredes ya no tenían tantas fotografías como antes y las que se encontraban ahí eran de las 3 hermanas cuando pequeñas. Ninguna de Akane adolescente. Eso lo enfado, ¿Querían olvidarla?
- Debe ser difícil para ellos, entiéndelo. – Dijo Ryoga al darse cuenta de lo que estaba pensando su amigo.
- Para papá aun lo es. – dijo Kazumi entrando al comedor con una bandeja con tazas de té. – Hay días en que pregunta por ella, que ya es tarde y ella aun no baja a desayunar. – Le entrego una taza a cada muchacho y se sentó para hacerles compañía. – Hay días en que cree que está entrenando contigo y que en cualquier momento volverá. – Le sonrió a Ranma con tristeza cuando él apretó la taza entre sus manos. – Nos ha costado hacerle entender que no volverá. Ahora ya está tratando de reconocer que fue lo que paso, cuando pregunta por ella es él mismo quien se responde.
- Me debe odiar…-Murmuro Ranma, quiso levantarse para irse pero Kazumi lo tomo de las manos.
- No lo hace, nadie lo hace. – Contesto Kazumi. – Entendemos que sufres igual o más que nosotros, solo te pido que no nos preocupes. Si vuelves a marcharte por favor escríbenos, no te olvides de nosotros.
Ranma volvió a sentarse correctamente y le asintió a Kazumi, ella siempre lograba hacerlo comportarse de mejor forma, le aconsejaba y ayudaba. Lamento haberlos preocupados y lamento el futuro dolor que les causaría cuando decidiera partir junto a Akane.
Se escucharon pasos por el pasillo y Nodoka entro lentamente mientras peinaba su cabello y lo acomodaba en su usual moño. Levanto la mirada y dio un gritito de sorpresa al ver ahí a los dos jóvenes. Corrió lo que el Kimono le permitió y se lanzo a los brazos de su hijo, abrazándolo fuertemente contra ella mientras soltaba algunas lagrimas.
- Oh mi Ranma! Estas aquí! Has vuelto! – Grito sin dejar de abrazarlo, Ranma le devolvió el abrazo sintiendo su corazón estrecharse por la culpa.
- Te extrañe, mamá. – Dijo Ranma apretando entre sus brazos a su dulce madre. La aparto un poco de él y le ayudo a secar sus lagrimas.
No pensó que se sentiría bien regresar ahí, al menos hasta ahora las cosas estaban yendo bien. Unos minutos después bajo su padre y él espero un regaño por ser inconsciente con su madre pero este solo lo abrazo y le pregunto cómo estaba.
Fui difícil contenerse cuando bajo su tío Soun, este al verlo corrió a abrazarlo, le dio la bienvenida con cariño y lo interrumpió cuando intento disculparse por haberse ido. Soun le respondió que estaba bien, que siempre sería bienvenido en esa casa y que la próxima vez no se fuera por tanto tiempo.
La familia desayuno en paz conversando animadamente, pusieron al día a Ranma sobre cosas que habían pasado luego que él partiera a entrenar. Shampoo había vuelto a China junto a su abuela, según la carta que enviaron Ranma ya no era prometido de Akane así que Shampoo se dedicaría a entrenar para retar en batalla a las prometidas restantes. Mousee había decidido quedarse en Japón, no estaba de acuerdo con el actuar de las amazonas por lo que no las apoyaría y ahora se hacía cargo del puesto de fideos como su único dueño, se había encargado de apoyar a la familia Tendo y cada vez que venía a repartir un pedido se tomaba el tiempo de mostrar sus respetos en el altar de Akane.
Los hermanos Tatewaki habían decidido irse a América, Kuno fue el primero en partir alegando que Japón no sería lo mismo sin su hermosa mujer con alma de tigresa y Kodashi lo siguió semanas después cansada de estar sola y al no tener noticias de Ranma su mejor opción fue irse junto a su hermano.
Ukyo seguía atendiendo su puesto de comida, hace unas semanas había rendido los exámenes finales de la escuela y ahora se enfoca 100% a su negocio. Pasaba cada viernes a preguntar si habían noticias de Ranma, esperanzada que algún día volviera y pudieran hablar tranquilamente. El día del entierro ella había buscado a Ranma para acompañarlo pero no lo encontró por ningún lado, luego de un rato decidió que lo mejor era dejarlo solo por un tiempo.
- Ella en verdad está preocupada. – Le comento su madre. – Deberías ir a verla, recuerda que Akane también era su amiga.
Luego del desayuno Ranma subió a la habitación de Akane, había dejado unas cosas suyas en esa habitación y…mentira, solo quería ir allí y ya. Entro con cuidado y vio todo igual, la cama estirada llena de peluches feos y extraños, su escritorio lleno de libros. La ropa que él había tirado al suelo ahora estaba cuidadosamente doblada en el closet, junto a la ropa de su prometida. Esa imagen lo hiso temblar, así hubiera sido si aquel día se hubieran casado. Suspiro y se sentó en la cama de su prometida. El estar ahí no lo estaba haciendo sentir bien como Ryoga le había dicho. El dolor en el pecho seguía ahí y el aroma a encierro que tenia la habitación solo lo estaba mareando. Se levanto y abrió con cuidado la ventana, aquella por la que tantas noches había entrado solo para verla dormir y asegurarse de que estuviera bien pero ni aun así pudo protegerla. Se volteo para salir de la habitación y la vio nuevamente. Estaba de pie frente al espejo, arreglando su ropa mientras sonreía, lo miro atreves del espejo y le sonrió con las mejillas sonrojadas.
- Vamos Ranma, hoy te toca a ti invitar el helado. – Le dijo mientras salía de la habitación, él la siguió casi hipnotizado.
Llego al portón de la residencia y ella desapareció. Apretó los puños con rabia y decidió caminar un poco. Esto estaba mal, ya no se estaba sintiendo bien, el saber que ahí estuvo ella, que compartió tantas cosas con ella en esos lugares y que ahora ya jamás la volvería a ver lo estaban matando. No debió haberle hecho caso a Ryoga, él no podría dejarla ir porque al hacerlo él también desaparecería. Camino mas rápido, necesitaba salir de ahí, de esa ciudad, de ese país, de esa miserable existencia que lo mantenía atado a este mundo.
Siguió caminando, tratando de no mirar a donde se dirigía solo quería alejarse lo más posible de la residencia Tendo para tratar de quitar la opresión en su pecho. Al principio había sido sencillo, se había sentido querido, se había sentido en casa hasta que nuevamente el peso de ausencia lo golpeo sacándole el aire por completo. Aun no estaba listo para estar ahí, para dejarla partir ni para seguir adelante. Todo el dolor que estaba sintiendo cada vez se hacía más pesado y se transformaba en enfado. ¿Por qué para ellos era tan fácil seguir adelante? ¿Se conformaban con solo quitar sus fotos? ¿Esa era su manera? Pues esa no era la suya! Él no estaba listo para soltarla, para olvidarla. No se había dado cuenta de que había llegado al parque donde se encontraban los botes, siempre quiso pasear con su prometida en uno de ellos pero sabía que si la invitaba sus locas prometidas harían un escándalo y al final todo se arruinaría. Se apoyo en la baranda y miro su reflejo en el agua, se veía cansado y se daba lástima así mismo. Tal vez si hubiera sido menos orgulloso y hubiera hablado antes con ella, si le hubiera dicho cuanto la amaba y la necesitaba él podría tener aun mas buenos recuerdos junto a ella. Eso era lo que más le dolía, tenía pocos recuerdos donde ambos estuvieran tranquilos y en paz, donde no pelearan ni donde sus prometidas o los pretendientes de Akane estuvieran no estuvieran presentes.
Una vez había tenido la idea de pedirle que ambos escaparan, pero si no era capaz de decirle que la amaba tampoco podría ser capaz de pedirle tal cosa. Lo pensó por varias semanas, que ambos huyeran a un lugar lejano donde pudieran demostrarse cuanto se amaban, donde nadie los atara por un compromiso y estuvieran juntos solo por amor, por y para ellos.
Pero eso ahora era imposible.
- Vaya, Saotome…- una voz sonó a su espalda y Ranma volteo para encontrarse con el joven Chino. – No sabía que habías vuelto.
- Mousse. – Lo saludo de vuelta. El joven chino iba montado en su bicicleta, seguramente repartiendo pedidos.
- Lamento mucho lo ocurrido con la joven Tendo. – Dijo Mousse haciendo una leve inclinación con la cabeza.
- Yo…- ¿Qué podía decir? ¿Gracias por lamentar la muerte del amor de mi vida?
- No te preocupes, no estoy molesto por lo de la otra vez. – Comento apartando la mirada. – Shampoo le falto el respeto a tu casa y a la memoria de la joven Tendo, fue imperdonable.- Volteo a mirarlo y lo inspecciono de arriba abajo. – No te ves bien. – Comento con tristeza. – Se que no es fácil y era obvio lo que sentías por ella pero no pensé verte…así.
- No sé como más verme. – Escupió Ranma con enojo mientras se volteaba para alejarse.
- No lo digo para ofenderte. – Aclaro el joven chino. – Solo que es inusual sentir tu chakra de esta manera, está muy distorsionado y su flujo es inestable.
- Lo sé…- Le respondió suspirando. – Estoy tratando de…arreglarlo.
- Acá se te hará difícil. – Dijo Mousse. – No cuando todo te recuerda a ella.
- ¿Cómo sabes qué..? – Pregunto Ranma sorprendido pero basto con verlos ojos de Mousse para darse cuenta que él también sufría por la partida de Shampoo.
- También me está tomando mi tiempo aceptar que la mujer que amaba no era la mujer para mí.- Comento con una sonrisa triste. – La diferencia es que tu mujer se merece todo el amor que sientes, Shampoo solo se merece desprecio.
- ¿Entonces como se puede sacar un sentimiento que por un tiempo te dio tanta felicidad y que ahora solo te lastima? – Pregunto Ranma llevando una de sus manos a su corazón.
- Te será complicado. – Le respondió Mousse. – Mas porque las alteraciones de flujo cuando están ligadas al corazón son difíciles de sanar. La pregunta aquí es ¿Quieres sanar? – Pregunto mirando a Ranma.
- Si para sanar tengo que olvidarla, entonces no. – Respondió rápidamente.
- Entonces tendrás que aprender a controlar tus nuevas emociones, tendrás que aprender a vivir en paz con tu dolor. – Le dijo Mousse con un suspiro, luego llevo una de sus manos al mentón recordando algo. – Pero creo sé cómo ayudarte.
- ¿Alguna poción? – Pregunto Ranma sorprendido. Vio negar a Mousse y suspiro.
- Cerca de Hokkaido, en el monte nevado hay un templo donde viven sacerdotes. – Comento. –Ellos otorgan la paz y el perdón cuando alguien comete algún pecado. Tal vez te puedan ayudar.
- ¿Un sacerdote? – Pregunto intrigado.
- Perdón por lo poco, pero tal vez la meditación y alejarte un poco de acá te ayude. – Se despidió Mousse subiéndose a la bicicleta para marcharse. – Suerte en tu viaje Saotome.
Ranma vio al joven marcharse y le agradeció en silencio. Tal vez ir ahí no sería una pérdida de tiempo, así podría presentarse frente a ella sin remordimientos algunos.
- Lo que tengo que hacer por ti, niña boba. – Pensó Ranma mientras se preparaba para decirle a su madre que se volvería a marchar.
.
.
.
.
.
Espero disfrutaran el capitulo!
Ranma esta transformando todo su dolor en rabia y necesitara calmarse, ya descubrió que no puede solo ignorar que Akane ya no esta, deberá aprender a sanar su corazón y a limpiar todo esa rabia.
Muchas gracias a tod quienes comentaron! Llenan mi coranzoncito.
Alexandraaa417
Gracias por comentar y leer! Si! Sabemos que Ranma no sera el mismo sin Akane así que tendrá que ir aprendiendo lentamente. Esperemos que tenga un buen final :c
sofito2811
Gracias por comentar y leer! En la vida real es muy difícil aceptar la muerte de alguien amado y hay que ir aprendiendo a vivir poco a poco. Ryoga esta intentando ser un buen amigo pero él igual carga con un gran dolor.
Paola Andrea1
Muchas gracias por comentar y leer! Estoy tratando de enfocarme un poco en los sentimientos de Ranma, tomando en cuenta el manga mas que el anime.
JA Guerrero
Muchas gracias por comentar y leer! Me alegro en verdad que te sientas atrapad por la trama, aun falta un desenlace bastante fuerte.
kariiim
Muchas gracias por comentar y leer! Nodoka como mamá se da cuenta de que Ranma esta mal, sabe también que es impulsivo y que puede reaccionar mal ante el dolor de una perdida tan grande.
Guest
Muchas gracias por leer y comentar! En unos capítulos mas se sabrá el paradero de aquella criatura y la razón de la muerte de Akane.
Nina
Muchas gracias por leer y comentar! No te preocupes, no tengo pensando abandonar la historia.
JGS
Gracias por comentar y leer! Me encanta saber que has llorado ajajajja xD Eso es lo que busco)?
.
.
Nos leemos en el próximo capitulo!
Fuera!
