Deberes

Summary: Kikyou era una sacerdotisa, su deber era proteger a la aldea, la perla de Shikon y exterminar a los demonios. Enamorarse no estaba incluido y sin embargo lo hizo.

Kikyou no era una mujer frágil. Desde pequeña había demostrado grandes poderes espirituales y un dominio excepcional del arco. Empezó su entrenamiento desde joven y a una temprana edad había logrado hacerse de una reputación y de varios enemigos poderosos.

Las hazañas de Kikyou llegaron hasta la aldea de los exterminadores. Estos eran los encargados de proteger la perla y quienes decidieron que dicha tarea debía ser realizada por una sacerdotisa.

Kikyou había aceptado esa misión y purificar la perla se convirtió en algo diario para ella. No pudo exterminar toda la maldad que se encontraba en esta, pero sí mantener el equilibrio. Ambas estaban conectadas por lo que sabía que no tenía permitido sentir emociones intensas y eso incluía enamorarse. Kikyou creyó que no tendría que preocuparse y que no experimentaría lo que era el amor.

Conocer a Inuyasha le hizo saber lo equivocada que estaba y por un tiempo, se sintió tan bien.

En esa ocasión ambos se dirigían a una aldea que se encontraba siendo atacada por un youkai. Este había devorado a gran parte delos aldeanos y secuestrado a muchas mujeres, todas ellas vírgenes. Kikyou había partido en cuanto se enteró y tener la ayuda de Inuyasha se convirtió en algo de gran utilidad. El joven hanyou era muy fuerte y veloz.

Si bien era cierto que la aldea se encontraba bajo el ataque de un youkai también lo era que se trataba de uno muy débil. Este pudo percibir la presencia de la sacerdotisa y dejó en claro cuáles eran sus intenciones. Quería secuestrarla y hacer con ella lo mismo que había hecho con las otras doncellas.

Escuchar esas palabras la habían hecho enojar, pero no perder el control de sus emociones. Bajó de la espalda de Inuyasha y preparó su arco. La primera dio directo en su ojo derecho y la segunda a su corazón. Está fue lanzada cuando el youkai intentó vengarse de la sacerdotisa. Inuyasha lo hizo retroceder de un golpe y Kikyou le dio el golpe definitivo.

Regresar a su hogar le tomó más tiempo. Decidió quedarse en el poblado a cuidar de los heridos. Inuyasha había querido irse, pero fue detenido por una de las doncellas a las que el youkai había secuestrado. A ella no le importó que fuera un hanyou, había salvado su vida y eso era suficiente para ella.

Esa no fue la primera vez en que Kikyou fue consciente de sus sentimientos por Inuyasha ni la primera vez que sintió que podía confiar en él. No habría subido a su espalda si creyera que era el enemigo. Pero fue un momento significativo, uno que definiría gran parte de su relación.