—El Emperador en estos últimos días le ha prestado mucha atención a esa niña -comentó Roger a la mujer que se encontraba delante de él- ¿como de un momento a otro le presta tanta atención? Si desde que la conoció la ha ignorado durante un año entero.

—No lo se, pero si es así debemos meter a Zenith cuanto antes al palacio -dijo molesta cruzándose de brazos y piernas- ella tiene que ser la heredera, no esa mocosa bastarda.

—Entonces ideare un plan para presentar a Zenith frente a todo el pueblo -explicó sonriendo y ella fruncio el ceño por eso no confiando en sus palabras- así él no se negara, menos cuando la he cuidado yo y muchos nobles estén de mi lado por mi estatus.

—Espero sea pronto Roger, tenemos que hacer que la ame con locura y después hacer un golpe de Estado.

Con eso esa mujer se levantó de aquella piedra adentrándose en lo profundo del bosque de la frontera, Roger suspiro molesto acercándose a su carruaje donde esperaba su hijo preocupado.

—Papá es una mala idea lo que están haciendo...

—Para nada hijo, esto es buena idea -dijo cruzándose de brazos y se recargo en la pared del carruaje al hacerlo cerro los ojos- tu solo deja que tu padre se encargué de todo esto, tenemos que asegurar tu futuro como el próximo Emperador.

(...)

Claude incrédulo miraba el estado del Ruby, todo parecía caerse a pedazos varias habitaciones se encontraban en muy mal estado la de su hija no era la excepción, pero estaba medio estable a como están las demás.

—¿Como puede estar el Ruby de esta manera? -pregunto enojado a las sirvientas sobrantes y ellas se encogieron del miedo- viendo esta situacion, la Princesa será trasladada al Esmeralda.

—A sus ordenes Majestad.

Camino hacía donde estaba Athanasia en sus clases de historia, quería observar el empeño de su pequeña en clases y al llegar la vio sentada atenta a la clase de su profesora.

—Gloria y Bendi... -la mujer se quedó callada cuando él le indico que siguiera su clase con Athanasia- bueno Princesa ¿que consideró bueno del golpe de Estado de su Majestad?

—La igualdad, le ha dado igualdad a varias personas con el Emperador Atanacius las mujeres ni los pobres tenían derecho de voz, no podían hablar cuando eran maltratados por los nobles o sus parejas -comenzó a decir seriamente bajando la pluma que tenía en su mano para sus apuntes- y con papá, él les dio ese derecho que tanto necesitaban y hoy en día Obelia es prosperó e igualitario.

—Muy bien Princesa -alago con una gran sonrisa mientras aplaudía- usted aprende muy rápido los temas, es muy inteligente.

—Gracias Profesora.

—Desde mañana -comenzó a decir Claude ganándose la mirada de Athanasia quien no se había dado cuenta de su presencia- le darás clases a la Princesa en el Palacio Esmeralda.

—¿Esmeralda? -preguntó bastante sorprendida, pero al no recibir respuesta solo hizo una reverencia- claro Majestad, mañana me presentare en el Esmeralda.

—Retirate -ordeno y ella asintió yéndose, Athanasia hizo una reverencia hacia Claude para después darle un gran abrazo- vamos a comer.

—¿Papá en que momento llegaste? -pregunto curiosa siendo cargada por él- sabes, Lily hoy me dijo que comería chocolate por haber sido buena niña.

—¿No habías comido?

—No, por que Blackie fue quien se los comía y pensaron que fuí yo quien lo hacia -dijo haciendo un puchero gracioso- me castigaron, pero como ya encontraron al culpable ya puedo comer.

—Es raro.

—¡Sí!

Ella reía muy feliz cuando pasaron con las sirvientas que estaban sacando las cosas de Athanasia para llevarlas al Esmeralda, ellas miraron asombradas era verdad lo que les había comentado Lily.

—¿Por que sacan mis cosas papá?

—Serás trasladada al Esmeralda -dijo despreocupado sosteniéndola de la espalda- haya tendrás más comodidades que estando aquí.

—¿Me mudaré al Esmeralda? -pregunto sorprendida y se apego a su rostro feliz- entonces estaré más cerca de papá, así podré visitarte más seguido.

—Dices cosas raras.

—Lo siento... -se disculpo triste agachando la mirada- ya no volveré a decir...

—Que me gustan -dijo rápidamente al ver su estado de ánimo cayendo de forma rápida- así podrás verme más seguido, día y noche.

—Sí.

Siguieron caminando hasta llegar al Ganert estando ahí todos les hicieron una reverencia al verlos pasar, Félix quien se encontraba en la entrada esperando sonrió al ver a Athanasia feliz en brazos de su amigo.

—Félix manda a traer la comida -ordenó entrando a su oficina y Félix asintió- y trae a las nuevas sirvientas del Esmeralda.

—¿Esmeralda? -pregunto bastante extrañado Félix- Majestad, pero...

—La Princesa será trasladada al Esmeralda -anunció sentando a Athanasia en su sillón y se sentó frente a ella- hoy comenzará a dormir en el Palacio.

—Claro, inmediatamente iré por ellas Majestad.

Una vez solos Athanasia miraba toda la habitación, no se había dado el tiempo de verla el día anterior, pero hoy sí, le parecía bastante sencilla y práctica aunque lo que le llamó la atención fue un cuadro de puro oro.

—¿Te gusta el oro? -pregunto burlón inclinándose hacia ella y ella se asustó- tus ojos se iluminaron al ver mi cuadro.

—No, para nada papá...

—Puedes tener uno en tu habitación nueva -dijo volviendo a su postura- no hay ningún problema.

—No me gustan pedir mucho papá... -dijo preocupada la pequeña llevando su mano a su boca- yo me conformó con algo pequeño... Me llama la atención por que es la primera vez que veo oro de gran cantidad.

—Hmm...

—Papá ¿como era mamá? -pregunto cambiando el tema sintiéndose curiosa bajando del sillón y colocándose frente a él con sus manos en sus piernas- siempre quise saber como era, pero cuando preguntó Lily no quiere hablar del tema.

—Tu madre era un Sol, una bella mujer que entró a sanar mi corazón dañado -comenzó a decir melancólico y tocó la mejilla de Athanasia quien seguía mirándole- muy terca, pero amable ella siempre me sacaba de la oficina cuando me excedía con el trabajo.

—¡Yo haré lo mismo que ella! -exclamó levantando la mano y la otra la llevó al pecho- no dejare que te excedas con el trabajo.

Él solo acarició su cabeza es mismo gesto se lo había hecho Diana cuando la conoció, ella es su mismo retrato un miedo le inundó al pensar que un día se separara de él para emprender su camino.

—"No importa, yo estaré con ella hasta que llegue ese momento" -pensó decidido observando el rostro curioso de su hija- "te protegeré y cuidare, haré lo que no hice en el pasado".

Continuará...