Daliah dio un paso hacia atrás intimidada por el aspecto del hombre. Un fuerte ruido procedente del exterior hizo que los adolescentes dieran un ligero brinco; Daliah miró a su Prima preocupada . Supuso que después de ver que aquel hombre de cabellos rubios y aspecto peligroso que les impedía el paso, provocaría que saltara en defensa de ella y su primo. Los Lavigne eran conocidos por su temperamento como la pólvora.
La castaña bufó y encaró al hombre.
―¿Quien se creé para hablarnos así? ―Sorprendido, el hombre enarcó una ceja manteniendo el rostro inexpresivo.―"Daliah... ten cuidado"
A pesar de advertirse a si misma mentalmente, su cuerpo se adelantó a sus pensamientos y se cruzó de brazos. Por el rabillo del ojo vió como Ian intentaba sin éxito soltarse de su hermana.
La tensión del ambiente se podía cortar con un cuchillo. Las dos adolescentes seguían detenidas enfrente de la puerta , mientras que el mas pequeño se encontraba mirando todavía al hombre que les detenía el paso.
―Volved al salón inmediatamente. – Aquella voz tan profunda volvió a crear que un escalofrio recorriera la espalda de las chicas, mientras que Ian decidió dar otro paso hacia el desconocido, a pesar de los intentos de su hermana por impedírselo.
―¡Madre se va a enfadar si no haces caso! Alejate del extraño.
Emily en un acto reflejo , alargó el brazo – Atrapando el de su hermano en el camino – mientras que el niño sacudía la cabeza he intentaba soltar el brazo que le aprisionaba su hermana.
―Emy dejame, ¡se lo que hago!
―¡TIENES SEIS AÑOS!
―¡Pero ya soy mayor!
―Ian tu hermana tiene raz.. – Una fuerte explosión sonó apenas a un par de metros de donde se encontraban, provocando que el hombre girara la cabeza rápidamente hacia la ventana.
Lo que ocurrió a continuación dejó a las chicas completamente impactadas.
El hombre rubio se paró junto a la ventana tan rápido que ni las chicas le vieron moverse. Daliah se acercó corriendo a la ventana también al ver que salia un montón de humo del jardín que con tanto cariño cuidaba su tia.
―¿QUE A SIDO ESO?
Otra explosión junto a la casa volvió a levantar otra nube de polvo. Emily cogió a su hermano en brazos a pesar de las negaciones de este y se puso como su escudo.
―¿Esas cosas están por aquí? – La adolescente miró a su prima y a su hermano; El hombre miraba fijamente hacia el exterior, cuando de repente otra explosión sucedió.
Una gran nube de polvo gris comenzó a cernirse sobre la ventana del salón que daba hacia la puerta principal de la casa, impidiendo ver nada de lo que ocurría por el exterior.
Gruñidos y sonidos de lobos comenzaron a escucharse en el exterior.
El hombre se colocó delante del marco de la puerta principal, y las adolescentes miraban sin comprender que era lo que estaba pasando, mientras que el pequeño de ojos azules miraba hacia la puerta principal.
Emily miró a Daliah enfadada pensando en que pudiera saber algo.
"¿Que diablos está ocultando?"
Un grito de rabia se escuchó a través de la niebla al mismo tiempo que un lobo saltaba directo hacia la puerta principal de la casa, en donde se encontraba el hombre rubio. De un único golpe, el hombre logró hacer retroceder al animal por donde habia venido. Emily abrió la boca asombrada al mismo tiempo que se acercaba un paso hacia la puerta principal.
Daliah se colocó junto al hombre rubio para intentar ver, pero en cuanto lo intentó este le echó a un lado.
―Apartaos de aquí y quedaos donde pueda veros.
―¿Quien es usted? – intentó una vez mas la rubia rendida – ¿Porqué nos ayuda?
Un gruñido mucho mas fuerte y sonoro comenzó a escucharse; un lobo de no menos de dos metros, pelaje oscuro y aterradoras garras apareció justo en frente de sus ojos.
El rubio se puso en guardia y en cuanto saltó el animal con la intención de entrar a la casa, este le interceptó. Lo sujetó con rabia de la zarpa trasera y lo golpeó con fuerza contra el suelo. Gritos y olor a quemado era lo único que se podía lograr descifrar del ambiente que les rodeaban. El cielo era imposible de ver a través de todo lo que en poco tiempo se habia levantado; Daliah se acercó esta vez al marco de la puerta y observó como el desconocido terminaba sin ningún problema con el animal que habia saltado contra la puerta.
Se giró para observar a sus primos y al hacerlo vió que estos le miraban con terror.
―Toc...Toc...¿Hay alguien en casa?.
Con pánico en el cuerpo y la adrenalina a flor de piel, la castaña se giró y lo primero que vió delante de sus ojos le dejó completamente aterrorizada.
Una mujer de cabellos largos y oscuros, piel bronceada y gran estatura se encontraba sonriendo de forma cínica y con sangre en el rostro; lo que mas le asustaba a la pre adolescente, era el hecho de que le escurría sangre de la boca y al sonreír de esa manera, hacia que le sobresalieran los colmillos.
―"¿Otro vampiro? Maldición... necesito un arma..." – Daliah en un acto reflejo cogió la puerta principal y la intentó cerrar pero sin éxito; la mujer habia sido mas rápido que ella y le detuvo sujetando a la chica del cuello y levantándola del suelo.
―¡¡DALIAH!! – Emily soltó a su hermano y salió corriendo hacia la chimenea, cogió el hierro que usaba su madre para atizar el fuego y corrió para intentar ayudar a su prima.
―¿Donde están tus padres? ….. – Los ojos azules de aquella mujer le escrutaron la mirada.
―N..no lo s...se – la castaña intentó soltarse de la mujer.
―¿Esperas que te crea mocosa?
―¡SUELTALA! – Emily levantó el hierro he intentó golpear a la vampiresa, sin éxito; la mujer comenzó a reír mientras se giraba y miraba pelear al rubio.
―Parece que se parece mas a la madre que al padre... – Volvió la mirada hacia Daliah a la par que le daba un manotazo a Emily y le mandaba lejos el hierro – Parece que tendremos que conformarnos por ahora contigo.
El rubio habia conseguido zafarse del lobo que habia atrapado y cuando se dió cuenta de como se encontraban los pequeños se dirigió hacia la mujer que retenía a Daliah.
―¿Jugando con niñas de tu edad? Pensaba que ya habías dejado el vicio de Christopher , ¿no es eso? Jessica... – el rubio sonrió torcidamente al ver que la mujer le miraba completamente furiosa.
―¿Lo dices por ti? Parece que necesitas que te pongan en el sitio que estas en realidad, Gabriel.
La castaña mayor escupió esas palabras y después apretó mas la mano que tenia rodeando el cuello de la joven.
―Creo que será mas divertido ver la cara que pone tu querido padre, seguro que sera una excitante muestra de recuerdos...
Daliah palideció al ver como aquella mujer le apretaba hasta tal punto de que ya le costaba respirar.
"Aeste paso... voy a ...vo.."
Como el sonido de un relámpago. Un gran destello azul salió de entre la niebla y se enrolló en el brazo de la mujer vampiro. Sorprendida y algo aturdida miró aquello que se le enroscaba como si fuera una serpiente.
―¿Que es est... ¡¡AHHHJ!!
Antes de siquiera saber que era eso, sintió una fuerte descarga eléctrica en el brazo y sintió como se le quemaba. Soltó de golpe a la joven y se intentó quitar aquello del brazo.
Daliah tosió al mismo tiempo que se masajeaba el cuello y siguió con la mirada lo que tenia atrapada a la vampiresa, parecía como una gran cuerda pero no conseguía averiguar de donde provenía.
―¡Daliah! – Ian corrió hacia su prima y se estiró del brazo para apartarle de la mujer esa, al mismo tiempo que el rubio sujetaba a la vampiresa – que habia llamado Jessica – por la espalda y miraba hacia el sitio de donde debia estar el inicio de la cuerda.
De entre la niebla comenzó a distinguirse una figura femenina que se acercaba poco a poco hacia ellos y tenia enroscada en la mano el inicio de lo que rodeaba a la castaña por la muñeca. Cuando salió de la bruma se le vió un enorme corte en la pierna derecha – Por lo cual provocaba que fuera cojeando un poco – , y una mancha de sangre por la frente que le bajaba hasta el vestido que en su momento habia sido de color claro, y ahora era una mezcla de suciedad y sangre.
Emily después de recomponerse del golpe que le habia propinado la criatura, se acercó hasta su prima para abrazarle tanto a ella como a su hermano. Miraron asustados hacia donde miraban los dos adultos y fue cuando se llevaron una sorpresa.
Ahí plantada como si fuera un ángel vengativo, se encontraba quien menos esperaban ver con cara de asesino.
―Toca un pelo tanto a mis hijos como mi sobrina... – La voz de Jackeline era la viva imagen de la rabia – Y te juro que será lo ultimo que hagas Jessica.
― ¿Ma...Madre? – Emily miró asombrada a su madre, era la primera vez que la veía así.
"¡Guau! Yo también quiero saber hacer eso!"– Por su parte, Ian miraba completamente feliz la escena.
Jessica comenzó a reír como una loca y sin esperarlo el rubio salió volando, pero se sorprendió al ser atrapado por un Lobo que le retuvo por la espalda. Por su parte, Jessica a pesar del intento por soltarse de aquel agarre que le quemaba el brazo, la castaña solo pudo aullar de dolor al notar como miles de dientes salían de aquel látigo.
―Suéltame Jacky, y puede que vivas un par de años mas para cuidar a tus estúpidos hijos.
La pelirroja sonrió con malicia y en un movimiento rápido, se acercó hasta la posición de la mujer para después propinarle una patada con el tacón de su bota – a pesar del dolor que sufría en su pierna, aunque intentaba por todos los medios en no demostrarlo – . Hizo una mirada rápida hacia donde se encontraba Gabriel y al ver que estaba plantando cara al lobo, volvió la vista hacia Jessica.
―¿Porqué queréis el niño de seis años? ¡CONTESTA!.
―¿Y porqué no?... que mejor que terminar con los Lavigne de un golpe.
―Si no respondes, haré que mi látigo de plata te haga algo mas que cosquillas... – al momento que Jacky pulsó una pequeña joya azul que se encontraba en el mango del látigo, este comenzó a brillar y silbar como si fuera un rayo surcando los cielos.
"Maldita, te haré tragar ese aparato que tienes y devorare tu corazón".
―Antes de eso, asegurate de que me tienes contra las cuerdas, ¿Si?. – La pelirroja sonrió al ver la cara de odio que ponía la vampiresa.
―Me habia olvidado … culpa mía por olvidar el hecho de que te gusta espiar a la gente... aunque... – Jessica miró hacia donde estaban los niños y después miró con malicia a la pelirroja – ¿Alguna vez has pensado en porqué después de tanto tiempo, aun está contigo a pesar de que sabes que no eres importante?... Seamos realistas querida, solo eres un juguete que en cuanto sea innecesario se puede tirar.
Jessica sonrió orgullosa al ver la expresión de la ojiazul. Completamente enfadada con ella, Jackeline sacó su puñal de plata de la bota y en ese segundo que quitó la mirada de la mujer, esta aprovechó para quitarse el látigo de plata del brazo. Ahora tenia el brazo y la mano quemados, pero al menos se encontraba libre y aprovechó el momento para escaparse.
"Nos volveremos a ver Jacky... deberías pensar en lo que te dije, ¿No crees que es raro?"
Gabriel se enzarzaba con uñas y dientes contra el lobo que le habia saltado sobre la espalda, provocandole una gran y profunda herida que no tardó en sanar. Llevaba cientos de años en los que habia aprendido a curarse rápidamente y contra mas pasaba el tiempo mas aumentaba su capacidad de cicatrización.
Si habia algo de lo que mas se reía tiempo atrás, era de la incompetencia por parte de los humanos para curarse. "Se ponían muchas vendas para evitar desangrarse y cerrar hemorragias, pero a la hora de la verdad no se curaban instantáneamente... Ventajas de ser vampiros, somos la clase especial". Pero conforme fueron pasando los años y a raíz de lo que fue enseñándole la vida, cambió de opinión y comenzó a apreciar según que vidas humanas.
El lobo con el que se estaba enfrentando no era demasiado fuerte, por lo que en un par de segundos y cansado de jugar con el, le golpeó en el pecho y atravesándole con la mano le arrancó el corazón . Una vez en su mano lo mordió con furia.
Hasta que comenzó a sentirse observado y la descubrió mirándole.
Daliah observó como su tia se quedaba mirando hacia donde se habia marchado la vampiresa pero no pudo reaccionar, porque al momento en que se habia ido la otra, Ian habia pasado a gran velocidad y se habia dirigido hacia su madre. Se agarró a la pierna de esta y sonrió entusiasmado.
―¡Madre! ¡¿ Me enseñaras a hacer eso?!
Jackeline sonrió ante la ilusión del pequeño y asintió.
―Pero primero tengo que arreglar el jardín... lo he destrozado un poco.
―¿Fuiste tu quien hizo esas explosiones tia Jacky? – la castaña también se acercó emocionada.
―Si... tenia un par de trucos escondidos para terminar con los Licantropos que se acercaran mas de la cuenta y ….. valla que si les dio una gran sorpresa. – La pelirroja rió mientras abrazaba al pequeño Ian.
Mientras se aproximaba hacia Jackeline, Emily miró por el rabillo del ojo al rubio que habia terminado de derrotar al Lobo con el que se habia estado enfrentando. Puso una mueca de asco al ver como mordía el corazón del animal, pero se avergonzó cuando se vio sorprendida mirándolo y que este le estaba mirando también.
La rubia giró rápidamente la cabeza y miró a su madre. Se preocupó al ver que le sangraba la cabeza y la pierna, mientras caminaba como si nada.
―Madre... Deberíamos pasar a la casa, hay que tratarte las heridas.
Tanto Daliah como Ian miraron primero a Emily y después a Jacky, al momento de hacerlo se dieron cuenta de que estaba completamente herida y llena de sangre. La pelirroja por su parte negó y sonrió para tranquilizarlos.
―No os preocupéis, son todo rasguños. Estoy bien... – la pelirroja fue a avanzar al mismo tiempo que le fallaba y casi cayó al suelo; Sonrió fingiendo diversión – Valla, creo que se está terminando mi época de juventud, los tacones ya no son para mi.
―Permite que lo duda... nos conocemos madre, y eso no a sido por los tacones.
―Tia Jacky, Emily tiene razón. Hay que curarte. ―Daliah fue a ayudar a Jackeline a levantarse, pero esta lo hizo sola y con una sonrisa en la cara disimulando el dolor que le hacia la pierna.― Eso es innecesario Tia, puedes hacerte mas daño.
―Ya os digo chicos, estoy bien. ―Ian miró a su madre poniendo morros y esta le revolvió el pelo sonriendo – Cariño, te prometo que mamá esta bien...
―¿ Y por eso es que no apoya la pierna izquierda? ¿Porque está Bien?
Tanto Ian como Daliah se giraron sorprendidos, habían olvidado por completo la presencia del hombre rubio, mientras que Emily miraba de vez en cuando a aquel hombre. Jackeline ignoró al hombre y se centró en tranquilizar a Ian – Quien ahora le miraba la pierna herida y se percataba de que no la apoyaba –
―¡Te duele! Ma, vamos a curarte.
―Estoy bien, enserio Ian... – Le dedicó una mirada de advertencia al rubio y después miró al pequeño de nuevo – Es solo un golpe tonto, no te preocupes cariño.
―Madre... parece que tienes la edad de Ian.
Daliah rompió a reír al tiempo que el niño se cruzaba de brazos y miraba indignado a su hermana.
―¿A que a venido eso?.
―Venga chicos, vayamos a casa a descansar. Mañana vamos a tener que comprobar como han quedado las cosas por el pueblo.
Jackeline habia sido conocida desde joven como la experta en salirse con la suya, habia conseguido cambiar el tema de conversación de su estado de salud, hasta el descansar. Pero no contó con el detalle de que le fallarían las piernas de nuevo, por haber perdido demasiada sangre y que el perder el conocimiento era algo inevitable.
Cuando dió un paso para dirigirse hacia la casa, notó como le pasaba por los ojos a gran velocidad una cortina negra ,que se deslizaba a través de su vista. Lo ultimo que fue capaz de llegar a ver antes de caer desmayada contra el duro suelo,era un borrón amarillo que le sostenía con fuerza para evitar que se golpeara contra el suelo.
―Entrar a la casa, preparar agua y subir el cubo a la habitación. Ya.
Antes de que se le llevara aquella oscuridad y la tranquilidad de la inconsciencia, Jackeline esbozó una sonrisa leve.
Daliah se recostó sobre el sofá cansada. A través de las ventanas del salón podía observar como la noche habia ocultado los destrozos provocados por el ataque. Hacia unas horas desde que habia caído inconsciente su Tia, y lo único que podía hacer era encontrarse preocupada he impotente sin saber que hacer.
Un agradable olor procedente de la cocina le llegó hasta la nariz. Emily cansada de estar tanto rato sin hacer nada decidió preparar la cena para facilitar el descanso a su madre.
Se recogió el pelo en una coleta alta que cuando la chica se movía, esta le acompañaba con gracia, con las luces de las velas hacia que su melena rubia tuviera reflejos rojizos. Ian pasó corriendo de la cocina hacia el salón donde se encontraba Daliah y se le quedó observando.
―¿Tienes hambre Daliah?
La aludida levantó la vista y miró al pequeño sonriendo, negó con la cabeza y después dió un par de golpes junto a ella para que el pequeño se sentara junto a ella.
Nada mas entrar a la casa, Ian habia corrido hacia el baño para coger toallas y llevarlas al dormitorio de su madre. Como si hubiera sido un huracán habia entrado en su dormitorio y habia dejado todo lo que creía necesario sobre las mesas que tenia la pelirroja en su estancia. Daliah no pudo evitar sonreír al ver al pequeño tan preocupado, pero entendía su miedo por perder a su madre... Ella estaba sufriendo por dentro el no tener noticias de sus padres y hermano también.
―Mi estomago está cerrado, creo que no voy a ser capaz de comer nada...
El pequeño de ojos azules le miró serio y se cruzó de brazos.
― Emy está preparando un cuenco de sopa, no es mucho pero al menos es algo.
―¿Eso es un... vas a comer aunque no quieras? ―La castaña miró divertida a Ian. "EspírituLavigne al cien por cien.. creo que es genético" – Rió en cuanto lo vio asentir.―Está bien, no puedo negarme a eso.
― Creo que está cocinando Emy mas que nada, por evitar preocuparse por mamá...
El niño agachó la mirada hacia el suelo, se veía que estaba preocupado.
―Seguro que está bien, solo tendrá que descansar...
―Me preocupa que esté con el desconocido… mas que nada.
Ian y Daliah miraron hacia la puerta de la cocina y observaron a la rubia que se aproximaba hacia ellos, secándose las manos con un trapo y mirando enfadada escaleras arriba.
―¿Quien creéis que puede ser? – la castaña se incorporó del sofá y se acercó a su prima. Emily negó con la cabeza.
―No tengo ni idea... y eso es lo que mas me pone furiosa, ¿Quien demonios se cree para aparecer así y prohibirme el estar con mi madre?.
Sin previo aviso, los ojos de la rubia comenzaron a cambiar de color a un rojo intenso; Daliah puso los ojos en blanco y le señaló a la cara, mientras que Ian se sentaba en una de los escalones de la escalera.
―Emily... tus ojos...
―¿Que ocurre con ellos? – Enarcó una ceja confusa.
―E... Están... Rojos.
― No es algo nuevo, le pasa constantemente cuando le quito algo de su habitación.
Ian jugaba con sus piernas en el aire mientras miraba de vez en cuando hacia el piso de arriba, casi parecía que se estaba controlando por no subir rápidamente y entrar en la habitación de Jackeline y quedarse ahí. La castaña miró sorprendida a Emily mientras que esta se encogía de hombros.
―¡¿Eso te pasa a menudo?!
―Solo cuando me enfado – La rubia le restaba importancia.
―Pero es una pasada, ¿Porqué no me lo dijisteis nunca?
―Emy es una aburrida... – Ian se levantó del escalón y se llevó las manos tras la cabeza – …. esconde las cosas divertidas y luego me toca buscar por todas partes.
La rubia fulminó con la mirada roja a su hermano.
―¿Volviste a entrar en mi dormitorio?
―Le voy a pedir a mamá que me regale algún collar también... no vale que solo te de cosas bonitas a ti. – El pequeño miró dolido a su hermana y esta suspiró.
―Bueno, yo opino que es algo raro... pero es una pasada – Daliah se llevó una mano a la cara y miró divertida la escena.
Un fuerte ruido procedente del piso de arriba puso en guardia a las dos jóvenes. Se miraron entre ellas y Daliah dió un paso hacia las escaleras.
―Voy a comprobar que ocurre, esperar aquí.
Antes de que Emily pudiera contestarle una negativa comenzó a subir los escalones hacia el piso superior. Hacia mucho tiempo que no sabían nada ni del extraño hombre rubio , ni señales de su tia, por lo que se preocupó sobre lo que podría haber ocurrido. Comenzó segura a subir las escaleras, pero conforme se iba acercando al rellano del siguiente piso se puso nerviosa. Se detuvo justo al llegar al piso superior, y comenzó a pensar en el mal estado en el que apareció la pelirroja. "Tia... por favor, espero que estés bien..."―La castaña cerró los ojos y suspiró. Soltó el aire que habia retenido en los pulmones y con energía renovada, caminó hacia el dormitorio de Jacky.
Llevó la mano al pomo de la puerta y con cierta vergüenza se quedó ahí, sosteniéndolo sin atreverse a dar un paso mas.
Ian que habia seguido a su prima, le cogió de un extremo del vestido y le sacudió para que se fijara en su presencia mientras sonreía y le trasmitía apoyo. Daliah sonrió agradecida por el gesto del pequeño pelirrojo y asintió. Con valor nuevo, hizo fuerza en el pomo de la puerta y abrió esta.
Una vez abierta la puerta, dió un paso hacia el interior del dormitorio y pudo fijarse de que las lamparas estaban encendidas.
El ambiente de aquel dormitorio cambiaba mucho con las velas encendidas, le daba un aspecto mas acogedor que lo que aparentaba estando en horario diurno. Pero eso no fue lo que mas le sorprendió.
En el momento que habían entrado, el hombre rubio se encontraba de pié junto a la ventana – La cual se encontraba ahora destrozada – y con cara de pocos amigos. Daliah observó asustada aquella escena. "¿Que demonios habia ocurrido ahí?"
Ian atravesó el marco de la puerta corriendo y se lanzó sobre la cama en donde se encontraba la pelirroja y se recostó junto a la mujer, quien se encontraba despierta sonriendo al pequeño. Dirigió sus ojos azules como el mismo cielo hacia su sobrina y le señaló a su lado para que se sentara.
―No te preocupes Daliah, no pasa nada.
Esta miró a su tia y después hacia el hombre que se encontraba junto a la ventana Destrozada. En su cara quedó demostrado que no confiaba en que estuviera todo bien.
―¿Si? Perdona que lo dude...
Ian revisó a su madre para comprobar que se encontraba bien y se sorprendió porque vió que ya no tenia cicatrices.
―¡Guau! ¿ya te recuperaste mamá?
―Si, ya me encuentro mejor tesoro – Jackeline le dió un beso en la frente al niño y sonrió al ver que este se apoyaba sobre la pierna que habia tenido con una gran herida; Ocultó una mueca de dolor y en su lugar esbozó una sonrisa. Gabriel que no pasó por alto aquella cara de dolor gruñó furioso y se cruzó de brazos.
―Esa herida habia sido muy grave, ¿Como te curaste tan rápido tia Jacky? – La castaña miró asombrada a la pelirroja.
―Os dije que solo necesitaba descansar chicos...
Habia algo que siempre le habia gustado de la pelirroja a Daliah. Su tia siempre tenia una cálida sonrisa que lograba alegrarle incluso cuando estaba mas triste y pensaba que nada era importante, hubo un tiempo en el que habia pensado en su padre como un ogro y en su tia como una ninfa de los bosques. No conseguía saber como podrían diferenciarse tanto dos familiares, hasta que recordaba que le pasaba parecido a ella con Tyler.
―¡¿ Y VAS ALGUNA VEZ A PRESTAR ATENCIÓN A LO QUE TE DICEN?!
Daliah se sobresaltó y miró asustada hacia el hombre rubio quien se habia girado y miraba furioso hacia Jackeline. El hombre tenia los ojos rojos en el momento de girarse, pero poco a poco fueron cambiando a color ámbar en cuanto vio que el pequeño ian se habia asustado. Gabriel cerró los ojos y suspiró astiado. Jacky por su parte acarició la cabeza de su hijo con calma.
―No se a que te refieres...
―NO ME JODAS CAZADORA, lo sabes perfectamente... – El rubio se aproximó hacia la cama donde estaba la pelirroja y se paró justo al lado.― Puedes engañar a tu hermano, pero sabes que a mi no vas a conseguir engañarme nunca.
Daliah se quedó mirando al hombre mientras hablaba y fue que se dió cuenta de que le brillaba algo en la boca conforme hablaba... ―"Espera...espera... ¡¿Eso son colmillos?!". La castaña miró a su tia y vió como esta le observaba sonriendo y haciendo lo que le parecía ser un asentimiento.
―No estaría tan seguro, te recuerdo que siempre fallas con tus previsiones... – Jacky sonrió mientras se incorporaba un poco en la cama, con cuidado de no mover mucho la pierna.
―Jackel...
―¡¿QUE ESTA OCURRIENDO, PORQUE TANTO GRITO?! – Emily llegó corriendo al dormitorio de su madre, – interrumpiendo a Gabriel – después de escuchar como no paraba de escuchar gritos por parte del rubio. Si los ojos de Emily por el enfado habían estado Rojos, al ver como se encontraba su hermano algo asustado sobre el regazo de su madre y a Daliah con cara de sorpresa también, eso fue lo que le bastó a la rubia para ponerse mucho mas furiosa.
De pronto los ojos de la rubia comenzaron a adquirir tonos negros que al mezclarse con el rojo crearon un color que reflejaba peligro. La castaña miró a su prima y se llevó una mano a la boca completamente sorprendida – Mas incluso que antes – . Jackeline miró a su hija y se preocupó al verle por primera vez esa expresión.
―¡¿Que les hiciste monstruo?! – la rubia se acercó furiosa hacia el hombre y este se giró para observarle mientras miraba a la chica con curiosidad.
―Emily, cariño...
―No madre... Ya va siendo hora de que la basura se saque de la casa.
El vampiro Enarcó una ceja divertido y miró por el rabillo del ojo a la pelirroja.
"¿A quien se parecerá?" – pensó mientras Sonrió para si mismo. ― ¿Basura?...
―¡SI! ¡Llegas aquí... entras como si fuera tu propia casa, te cargas la ventana de mi madre y encima nos retienes y nos das ordenes!
Sin previo aviso, la joven le dió un puñetazo al rubio que lo mandó contra la pared, provocando un gran agujero en esta. Se sorprendió, no habia esperado que fuera capaz de hacer eso y le dejó bastante despistado. Emily miró sorprendida su puño cerrado y después asustada hacia el hueco que habia en la pared en donde habia terminado Gabriel.
Jackeline se levantó de la cama y se puso junto a la rubia, le abrazó y la intentó calmar.
―Respira cariño... relajate, no te dejes llevar por favor.
Daliah se acercó junto a la rubia también y le miró preocupada.
―¿Estas bien?.-- La rubia un poco asustada asintió mientras dejaba que su madre le consolara ¿Que habia sido eso? – Emily, creo que tendrías que descansar..
―No... primero necesito respuestas.
Jackeline se apartó de su hija un poco y suspiró.
El rubio se incorporó y después de dar un vistazo al agujero suspiró cansado; se sacudió la camisa negra y se aproximó cruzándose de brazos. Ian se sentó en el lado de la cama mas cercano al hombre y le miró a los ojos, mientras observaba con curiosidad como le sobresalían los colmillos. Rió al ver que le habia descubierto mirándole y inclinó un poco la cabeza hacia un lado para observarlos mejor.
―¿Porque no esperamos a mañana? Es ya tarde...
―Mamá por favor... – Emily miró a Jackeline con ojos vidriosos. Normalmente no le decía mamá porque le gustaba tratarle de forma respetuosa, pero aquel gesto le daba a entender que estaba cansada de tanto secreto – ¿Que es lo que nos ocultas, Y porqué demonios parece que conoces a este hombre?
Daliah se fijó en que el rubio se habia parado junto a ian y habia girado la vista hacia Jackeline – quien después de dirigir una mirada y que este asintiera – , miró a sus dos hijos y después suspiró.
― Como ya os habréis dado cuenta, soy un vampiro y estoy seguro que habréis odio hablar de mi... – Sonrió orgulloso – Gabriel Richter, no es un nombre que los humanos no desconozcan.
Las dos chicas pusieron los ojos en blanco.
―¡¿QUE?! – Exclamaron al unisono.
―Estás de broma.. – Daliah miró a su tia – Pero.. ¿no se suponía que eran cuentos infantiles para que hiciéramos caso de pequeños?
―No es solo eso... también hay mas – Jackeline dió un par de pasos y se puso entre medio de Gabriel y de las chicas.
―¿Mas? – Emily miró dolida a su madre por lo que estaba descubriendo.
―Si...y creo que ya va siendo hora, aunque puede ser peligroso.
Ian se levantó y se acercó a la pernera del pantalón del vampiro. Le dió ligeros golpes en la pierna para llamarle la atención y después sonrió dejando entre ver los pequeños colmillos que tenia y le señalaba hacia los ojos.
―Tienes los mismos ojos que Wolfy.
Jackeline no pudo evitar reír y cogió en brazos al pequeño ian, aquel niño era el vivo ejemplo de la ternura y se alegraba mucho de que fuera tan espontaneo.
―Tia... ¿Que ocurre? – Daliah miró preocupada a su prima y después se fijó en como el rubio esquivó a Jackeline para ponerse justamente en frente de la rubia. Tensó la mandíbula.
―Emily... – La adolescente sintió un escalofrio recorrer su espalda en cuanto el hombre pronunció su nombre con su voz tan grave – ¿Piensas que alguna vez pudiste llegar a las viejas ruinas del pueblo abandonado cuando tenias 7 años por que eras muy previsora?
La chica soltó una exclamación y le miró asombrada. "¿Como sabia eso?"
―O a los 12... cuando te dió por seguir a Matthew y Giselle, ¿Piensas que siguió sin pasarte nada, Porque tenias mucho cuidado, a pesar de que avisaban de gente desaparecía en el bosque?
―¿Giselle?¡ – Daliah se quedó estupefacta,"¿La misma Giselle, rubia de cuerpo de infarto y con una habilidad para transformarse en zorro como si no hubiera mañana? ¡¿Esa misma?!"
―¿Como que siguió a Matt y Giselle? – Jackeline miró horrorizada a Emily y después a Gabriel dolida – ¿¡PORQUE NO ME DIGISTE NADA DE ESO?!.
―No lo vi necesario, lo tenia todo bajo control. – Se encogió de hombros. Emily le miró con ojos sorprendidos y confusa.
―¿Co...como sabes todo eso?
―Cuando Ian estuvo a punto de morir por una fiebre elevada que tuvo con un año, te pasaste junto a su cama todos los días hasta que se recuperó... – Sonrió al ver como la adolescente se llevaba la mano a la boca con ojos vidriosos – Recuerdo el momento exacto en que "Wolfy" …. entró en el dormitorio de Ian, subiendo de un salto a la cama y recostándose sobre el para bajarle la fiebre, mientras este dormía tranquilamente y su hermana se encontraba llorando y rezando por que se recuperara.
Daliah no comprendía mucho de que estaban hablando, pero si que tenia constancia de dichos sucesos, porque habia estado haciendo visitas junto a su madre mientras se recuperaba el pequeño.
Emily miró a su madre quien estaba con su hermano pequeño en brazos, sabia que esa conversación estaba tomando un rumbo que no le iba a gustar. No comprendía porque aquel hombre sabia tantas cosas, y le estaba empezando a asustar lo que pudiera pasar.
―Madre...¿Porqué sabe todo eso?
―Cariño, quiero que tengas claro una cosa... – La rubia asintió. Notaba como un nudo se le habia formado en la garganta he intentó tragar saliva para bajarlo – Durante todo este tiempo a estado cerca, aunque no lo vierais directamente.
La castaña empezó a pensar en lo que habia dicho su tia y una bombilla se le encendió.
Ian habia mencionado que los ojos del rubio le recordaban a los de "Wolfy", y el mismo habia nombrado a "Wolfy" como el que curó al niño... En casa de su tia hacia un par de días habia visto la silueta de un hombre a través de los arboles del bosque... ¿Podría ser coincidencia?
―¿P...Porqué me dices eso? – La adolescente miró a su madre con los ojos vidriosos.
―Soy vuestro Padre.
Emily miró al rubio con la boca completamente abierta he impactada a la vez que Daliah se quedó en silencio mirando la escena, mientras terminaba de encajar las piezas de aquel rompecabezas.
"Está bromeando, ¿Verdad?" – se decía a si misma mientras miraba a su madre con la esperanza de que negara todo. – "Por favor, Madre que sea una broma"
Gabriel un poco incomodo por el silencio que habia de repente en la habitación, observó a Jackeline al darse cuenta de que Emily estaba mirándola con cara suplicante. La pelirroja negó a su hija con la cabeza y en ese mismo momento la chica se llevó una mano a la cabeza.
―Dice la verdad Emily, es vuestro padre.
El sol comenzaba a ocultarse a través del horizonte, al mismo tiempo que un adolescente de cabellos castaños, corría a gran velocidad a través de las calles desérticas de .
Hacia varias horas que tuvo la necesidad de separarse de sus padres, y ahora estaba decidido a ir en su busca. Saltó con gracia sobre un muro de piedra y aterrizó con gran elegancia sobre el basto césped. Vestía pantalones negros desgastados – Bastante sucios – , Camiseta marrón y botas a juego del pantalón. Se sacudió el polvo que le habia caído encima en el salto y miró a su alrededor, varios arboles estaban tumbados sobre las calzadas, como si algo los hubiera arrancado.
Un sonido. Pisadas aproximándose a gran velocidad pusieron a Tyler en tensión. Estaba seguro que nadie habia estado siguiéndole, por lo que se encontraba muy alerta.
Ramas agitándose desesperadamente tras el, provocó que se girara sobre sus pies y clavara la vista en el bosque.
"¿Que demonios está aproximándose?"– Pensó mientras comenzaba a ponerse nervioso.
De pronto, una mujer de cabellos rubios, botas altas, pantalón oscuro destrozado, camiseta blanca – Con la misma suerte que los pantalones – y armada con una gran espada de plata en la mano, corrió hacia el adolescente rápidamente. Tyler miró horrorizado el estado de la mujer y dio un paso hacia ella preocupado.
―Madre, ¿Que a sucedido? – Miró detrás de la rubia como si buscara a alguien – ¿Donde está padre?
―Ahora no hay tiempo, Tyler. ¡CORRE!
Jillian cogió de la muñeca al adolescente y comenzó a correr, alejándose de la zona por la que habia salido y corriendo como alma que lleva el diablo, a través de varias casas destrozadas.
―Me reuniré con tu padre a la salida de este pueblo . Nos Pillaron en inferioridad de condiciones y casi morimos en el intento de huir, ¿Tu estás bien?
Con esfuerzo por la carrera, el castaño asintió.
―Aunque me encontré un par de vampiros por el camino, y anda que no son escurridizos.
―Cuando se empeñan en cazar a alguien, es muy complicado matarlos, Si.
Llegaron a la altura de un rio y se detuvieron para mirar a su alrededor.
Jillian sacó de la funda que tenia enganchada en el cinturón , un pequeño cuadrado de metal que comenzó a girarlo y a pulsarlo, al mismo tiempo que su hijo le miraba confuso.
―¿Que es eso?
―Un regalo de tu tia... – Sonrió con complicidad mientras le miraba – ¿Sabes? Puede que la estirada que tiene por esposa el cretino de Summers critique y ponga mala fama de Jacky... Pero siempre a terminado haciendo cosas, que a los demás ni se nos habría podido imaginar.
Click.
Tyler observó con asombro como empezaba a emitir aquella caja chispas de luz , que iluminaban la zona en la que se encontraban. La rubia sonrió mientras volvía la vista hacia atrás y prestaba atención hacia sonidos, que el adolescente no lograba escuchar.
―En cuanto lance esto Tyler, quiero que te metas en el rio y regreses a casa.
―¿Y vosotros? – miró preocupado a su madre – Necesitareis mi ayuda.
―Tyler... tu padre y yo sabemos cuidarnos, en cambio tu hermana no sabe que está sucediendo. Puede que Jacky y tu Tio se hallan estado ocupando de protegeros hasta ahora, pero es obvio que tienen bastante ya con Emily e Ian.
El castaño asintió algo entristecido. Al ver el rostro que puso, la mujer sonrió tendiéndole un rollo de papel que habia tenido sujeto en el cinturón desde que habia aparecido.
―Entregale esto a tu tia, no te preocupes... he pedido a alguien que te aproxime al pueblo.
―¿Giselle? – Tyler miró confuso a su madre; Jillian negó con la cabeza mientras sonreía – Matt no creo que sea, estaba en el pueblo aparentando normalidad sobre nuestra desaparición...
―Giselle ya tiene bastante, no te preocupes … será alguien que va a lograr que Daliah no se te tire al cuello en cuanto te vea.
Un gritó ensordecedor sonó a través de la oscuridad provocando un fuerte sobresalto en los dos. La rubia palideció y después empujó a su hijo.
― Ahora corre, Vuelve a Walschbronn y mantente a salvo Tyler.― Una lagrima traicionera comenzó a recorrer el rostro de la mujer al mismo tiempo que el adolescente le miraba con miedo― ¿Que vas a hacer madre?.
Jillian sonrió con tristeza, al tiempo que saltaba hacia el rio con la caja brillante sobre sus manos. En cuanto la caja entró en contacto con el agua, un fuerte destello salio de su interior junto con gran cantidad de pequeñas chispas. Tyler dió un paso, nervioso al ver las caras de sufrimiento que ponía su madre. Gritos desgarradores, de aquellos que te partían el alma.
―¡CORRE! ¡MALDITA SEA, CORRE!
Tyler asintió con los ojos llenos de lagrimas que le amenazaban con salir; Un lobo de grandes proporciones apareció de la nada y esa fue la señal para el joven de cabellos castaños para salir a toda velocidad de ahí. Cuando vió que se habia alejado lo suficiente el joven, Jillian suspiró aliviada y después miró de forma divertida al lobo que acababa de aparecer y habia centrado su mirada en ella, ignorando al joven que se acababa de marchar.
―Vamos perrito... veamos si puedes contra una chica indefensa. – El animal gruñó con toda la rabia que tenia en su interior y se abalanzó sobre la rubia. Sin pensárselo dos veces, esta terminó de abrir la caja en el interior del rio y una gran cantidad de rayos salían de su interior, electrocutando todo cuanto estaba en contacto con el agua.
Jillian dió grito de dolor al tiempo que sonreía.
"Por favor... que llegue bien..."– La rubia miró orgullosa como el Licantropo se desplomaba electrocutado y muerto sobre la orilla del rio.― Un...una vez mas Ja..Jacky, Volviste a ha..hacerlo.
Tyler atravesaba el frondoso bosque, mientras las lagrimas recorrían su rostro. Maldecía internamente por todo lo que habían tenido que pasar, desde que tenia uso de razón. Con apenas tres años, fue testigo de como sus padres tuvieron que defender a todo el poblado. Su tia en aquel tiempo tenia el pelo a la altura de la cadera, y acostumbraba a llevar trenzas en los momentos de lucha.
Jamás olvidaría una vez en la que vió a su padre siendo atravesado por una flecha a escasos metros del corazón. Jillian le tranquilizó diciéndole que su padre estaba bien, pero fue Jackeline la que evitó que su pequeño sobrino, se lanzara de cabeza hacia el hombre de cabello oscuro y ropas antiguas, que habia provocado aquella herida mortal al mayor de los Lavigne.
―"No te preocupes Tyler, los Lavigne somos como la mala hierva... es difícil acabar con nosotros" – Todavía recordaba aquella frase que le dijo su tia de pequeño; La sonrisa que le hizo para intentar tranquilizar al pequeño, no le sirvió... mas bien parecía intentar autoconvencerse,pero sin éxito.
Tyler no era tonto, y sabia desde el momento en que nació su prima que algo estaba pasando al rededor de la aldea en la que se encontraban. De repente, un día apareció Jackeline con la barriga abultada, las mujeres de la aldea enseguida comenzaron a cuchichear a espaldas de la familia, y al mismo tiempo la pelirroja iba avisando de que tendrían que abandonar aquella aldea.
Christopher no tardó en hacer caso a su hermana sobre el aviso, y al día siguiente inmediatamente abandonaron el lugar. No todos los habitantes les prestaron atención ante el aviso, dado que no confiaban en la joven. Los mismos que decidieron no seguirlos, unos años después acabaron siendo atacados por un grupo de vampiros que terminaron con toda la vida que en (insertar nombre del pueblo) se encontraba.
Fue a partir de ese suceso, que empezaron a llamar Bruja a su tia asustados por las cosas que solía saber.
Un gran estruendo seguido de un grito lleno de dolor, hizo que Tyler se girara sin darle tiempo a esquivar un árbol. Se golpeó con gran fuerza contra el tronco del árbol y calló derrotado al suelo, entre gritos de impotencia.
Se llevó un brazo a los ojos y presionó el brazo contra su cara.
―Maldición... – golpeó con furia contra la hierva que le rodeaba, al mismo tiempo que lloraba desconsoladamente – Madre... maldita sea, ¿Que demonios hiciste?
Se incorporó sobre el suelo , frotándose los ojos intentando detener las lagrimas que no dejaban de salir, y dirigió la mirada hacia el cielo. Sus ojos enrojecidos por las lagrimas habían perdido su brillo normal. El color castaño de sus ojos se habia apagado, dejando un vació en su lugar y una falta de sentimiento, que podría haber llegado a asustar a cualquiera que le viera en esa situación.
No sabia cuanto tiempo llevaba corriendo, lo único que si tenia seguro, era que iba a anochecer en cualquier momento. A duras penas, se levantó del suelo y tras suspirar dolido, pensó en su hermana.
A pesar del dolor por la perdida de su madre, sabia que no podía hundirse en la miseria, dado que Daliah necesitaba que el se mantuviera fuerte. Jackeline podría cuidar bien de ella, pero no podía hacer que su tia, tuviera que cargar con su hermana, dado que era responsabilidad de el. Cuidar de su hermana en caso de que sus padres no pudieran hacerlo – Aunque habría preferido no tener que hacerlo, dado que aquello querría decir que, desgraciadamente la situación los habría superado – era algo, que estaba muy dispuesto a realizar, por lo que se obligó a seguir adelante en su camino, y seguir corriendo hasta encontrarse con la persona que le habia dicho su madre, que estaría esperándole al salir de aquella zona.
Aunque todavía se extrañaba al no notar que nadie le estuviera persiguiendo, a pesar de haber empezado a notarse observado.
