Tormenta en Sauvi
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Las ratas que se paseaban por los podridos y húmedos pisos de roca lo despertaron con sus chirridos.
Ahora, ¿que día era?
Era difícil recordar algo tan simple como el día o la hora, estaba demasiado oscuro afuera y adentro más todavía. Sólo tenía unas lámparas en los techos del corredor para ver casi nada.
Lo habían vuelto a encadenar como a un animal.
Aún tenía sus manos rojas y su cuello dolorido, de seguro tenía algunas marcas, sentía su piel arder.
Temblaba por el frío mientras miraba a su izquierda, sólo un espacio vacío. Ya no había nadie ocupando ese espacio.
Nadie sabía que estaban ahí, y ahora nadie sabria que alguna vez ese pobre hombre estuvo con él. Acompañado su soledad en la penumbra, esperando un inevitable final.
¿Esto era lo que se suponía tenían que vencer?
No había forma, no había sentido ni gracia en este camino a tomar.
Y sin embargo, muchos murieron de la misma sino de peores formas. En un vano intento por detener algo que no podían vencer.
Un escalofrío recorrió su espalda al escuchar algo acercándose.
Si estaban listos para tomar su vida podían tomarla, ya no importaba. Estaba cansado, cansado de no saber que pasaba por sus cabezas, de no saber que pasaba afuera con los demás, que habían hecho con su amigo, y que pretendían con dejarlo vivir tanto e incluso más que a la mayoría.
¿Por qué?
"Eres un chico afortunado."
Abrió los ojos cuando escucho su voz, la de una persona, una de las pocas en ese castillo desbordante de Grimm.
"Parece que mi reina quiere saber más sobre tí. O más bien, sobre lo útil que esa peculiaridad tuya podría llegar a ser."
"¿Por qué?"
Soltó una lamentable y poca auditiva pregunta.
Ladeó la cabeza como si lo pensara un momento, acarició su bigote mientras sonreía al contestar y se acercaba a quitar los seguros.
"Digamos que mientras su nueva... creación, fue puesta a prueba en tú amigo, nos dejó algo intrigados por algo que, según creemos, tú ocasionaste."
Cayó al suelo de rodillas soltando un alarido al sentir sus piernas crujir, intentó levantarse pero un Grimm se adelantó a tomar su desgastada camisa y arrastrarlo fuera de la celda.
"Este lugar no es muy conveniente para trabajar, pero afortunadamente tengo espacio en mi laboratorio. Sólo, no intentes nada."
Dijo, deteniendo su andar cerca de él. Agregó, "O ellos te mataran."
Lo saco arrastrando del calabozo, incluso al subir por las escaleras. No tenía fuerza para escapar, su aura seguía rota, y lo que fuera que hizo antes de desmayarse la última vez ahora no funcionaba.
"Ahora que nos perteneces, espero nos llevemos mejor. Y ya que a partir de este momento somos socios, que tal si me ayudas con mi nuevo proyecto."
Muy pocas cosas llevaban a que Watts le pidiera favores a Salem, pero si algo merecía la pena, a sus ojos, la persistente aura de Jaune lo valía.
Si superaba las pruebas, y seguía cuerdo incluso después, no dudaba que pasaría su momento de utilidad de cualquier forma. No era tan especial como para que le permitieran quedarse más de lo necesario.
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Jaune despertó en un espacio serrado sobre las maletas de Drew y las bolsas en la camioneta, estaba aturdido por el ruido e incómodo por el equipaje sobre el que descansaba. Salio como pudo y vio que ya no estaban en la apretada nave robada. Era grande y muy ruidosa.
- Es un ejemplar de los aerodeslizadores marítimos, este puede ir por ambos y no necesita de una pista para aterrizar.
El fauno señalaba los puntos positivos de su nuevo aerotransporte, ocupando uno de los asientos en la pared.
- Es algo ruidosa, pero parece que funciona.
Drew sonrió pero había más.
- Es porque es muy vieja y está es la bodega.
Algo oxidada y maltrecha, pero estaba de oferta. Jaune dejo el rodado para ver la superficie sobre la que volaban, la ciudad estaba llena de vida, las personas circulaban libremente, rodeada de palmeras, la playa limpia y un muro a las afueras para defenderse.
Era el milagro de Vacuo, uno de los puntos más desarrollados del reino en la actualidad. Le abría gustado verla de cerca pero ese no era el punto de su viaje.
- Cuanto tiempo estuve dormido?
- Te dormiste cuando salimos del bosque y no pudimos despertarte. Tuvimos que meterte ahí dentro para que no te vieran.
Se frotó los ojos con cansancio, aún no compensaba las horas de la última noche.
- Gracias, lamento no haber ayudado.
Se levantó en dirección al frente de la nave, Red descansaba en una de las camas instaladas en la pared. Lo saludó al verlo pasar, el grupo estaba igual, curiosamente ellos estaban conformes con amontonarse en un espacio con sus cosas.
Parecían un grupo de viajeros jóvenes y desordenados a una comitiva de especialistas.
Mientras sus valientes descansaban en la incómoda y fría nave, Brawn Miler lo saludó con un café instantáneo en la mano.
"Chico. Ya te recuperaste."
- Me alegra que aún esté con nosotros, señor Miler.
"Brawn, suena mejor."
Drew entró a la cabina del piloto con él, Gabriel la dejo en automático y se levantó a estirar las piernas.
Estaban sobre la selva camino al mar, cruzarían Sanus a través de las costas. Era la forma más segura de llegar a Vale sin enfrentar los peligros del continente más grande de Remnant.
"Ya fijamos curso, pensaba en que iríamos a Patch pero solo permiten el ingreso por mar."
- Dicen que hay algo en Beacon, algo que atrae a los Grimm. El lugar es constantemente sitiado por lo que El Consejo ordenó aislarla, ahora sólo los Cazadores tienen permiso de entrar.
La situación de la ciudad finalmente había terminado de empeorar, no sabía la condición del edificio o el paradero de los guardianes, pero sin residentes tenía mejor oportunidad de llegar a la Academia.
- Es un Grimm mayor, podemos usarlo para entrar. Si volamos bajo podemos atravesar el puerto, la ciudad y entrar por el Bosque Esmeralda. Sólo habría que hacer un rodeo y marcharé a pié.
Ante la atenta mirada de los oyentes dijo con determinación "Se puede hacer". Claramente no los incluía, y no estaba del todo seguro de sus palabras. Algo que todos podían notar.
- Es una apuesta muy seria.
"No lo es. Está jugando una ruleta con cinco balas."
Eran únicas respuestas que recibió, Gabriel no aporto ninguna, estaba conforme con cuidar la nave.
Brawn abandonó la cabina sin decir más, su comportamiento afirmaba que no discutiría con él. Pero al menos quería darle la advertencia que necesitaba.
- Señor, se que yo los traje. Pero esta tarea es sólo mía.
"Y mi hermano?"
Red se había levantado, estaban de camino a Vale y aún no tenía indicios de recibir palabra alguna entorno a su búsqueda.
- Iremos por él cuando acabe.
"Y si no? Nos dejarás así, ni siquiera sabemos quién eres en realidad. Como sabemos si cumplirás con algo de lo que prometiste."
Drew trato de acercarse pero se detuvo al filo de su hoja.
"Si vas a matarte en medio de la nada al menos deja que me vaya."
Pese a su rebelión el rubio se mantuvo pasivo, Jaune retiro a Crosea Mors de su cintura y la dejó sobre el tablero del mapa digital.
- Si quieres irte puedes hacerlo. Haremos una parada para abastecernos, puedes llegar a él desde ahí. Pero puede que necesites mi ayuda después.
La fauno bajo su acero, el mapa estaba marcado a un pueblo cercano a la primera capital de Vale.
Jaune se marchó sin decir otra palabra, bajo la capa apretaba su puño conteniéndose. No podía mostrarse dudando en un momento como ese, la necesitaba y no tenía tiempo de buscar a alguien más. No había nadie más pero tampoco podía retenerla así nada más.
De regreso a la bodega, cerró la puerta bajo la mira de los salvaguardas ahora despiertos.
Su respiración era anormal, estaba cerca de regresar y toda sus preocupaciones empezaban finalmente a desbordarse.
Quería volver a dormir, pero era inútil en ese momento, no podía simplemente ignorar lo que no quería ver.
Como ahora, había actuado de manera indiferente y sabía que esto podía explotarle en la cara. Pero en el momento en que la puerta se abrió detrás de él y los escuchó llegar, supo que había llegado demasiado lejos con su acercamiento profesional.
O al menos su intento de aparentar ser lo.
Dejando de lado el hecho de que no lo era, todo profesional sienta las bases de una sociedad, el sólo lo había secuestrado y ahora tenía la ventaja.
Jerome y Alix trajeron a Red semi despierta y la dejaron con él.
"Ella está bien, Dalas compartió sus píldoras para dormir." El mencionado miro a su compañera al sentirse expuesto.
De pie frente al rodado de Drew, apenas habían llegado a ver las nubes de cerca cuando cuatro armas apuntaron a su dirección.
"No tenía la intención de guardar nada para ellos, sólo quiero saber cuáles son tus intenciones para con nosotros." declaró Drew detrás de sus tiradores.
"Si nos obligan a usar la fuerza el vehículo detendrá los disparos. Y son balas blindadas, su aura no va a servir, saltar tampoco es una opción." Brawn los amenazó desde la radio mientras ocupaba un lugar cerca de Gabriel, quien intentaba mantener la altura.
"¿Esto es necesario?"
Pregunto el rubio, ellos no contestaron, Red y Jaune estaba acorralados pero sólo les interesaba uno.
"Jaune, mataron a mi hermano e intentaron hacer lo mismo conmigo. No puedo arriesgar a estas personas por tí cuando apenas podemos con nosotros, a menos que seas honesto."
Drew tenía un blanco en espalda, entendía eso, pero no tenía forma de convencerlo si no podía demostrar que era honesto. Era una locura revelar lo que sabía sin que lo tomaran por loco.
"Tengo una misión." empezó. Si no podía decirlo todo...
"¿Cual es?"
"Tengo razones para creer que habrá un segundo ataque a Beacon, mi deber es intervenir y evitar que suceda." No era del todo una mentira, pero si había algo que aprendió era a no permitirse parar.
"¿Lo harás tu solo?"
"Confiaron en mí, así como tú. Confiaste en mi cuando te dije que saldríamos de Vacuo y estamos en buen camino, está bien si quieres dejarme ahora. Pero, no permitiré que un pequeño obstáculo me detenga." Palabras de Hazel, no suyas.
"¿Como puedo creer en eso?"
No sabía si Red consideraría quedarse pero aún tenía que hablar con Culver, tenía que ser honesto con él si quería que su alianza durara. El también necesitaba que lo ayudaran, al igual que él en su momento, era un peón del destino que perdió su camino.
Aunque para colmo, tampoco era un modelo a seguir.
"Hay una bóveda bajo la superficie, tiene algo importante. Algo de tal importancia que un director murió defendiendo." Levantó sus manos en señal de que no tenía nada que ocultar, entonces metió una mano en su bolsillo y retiro su pergamino. "No tengo nada que esconde, pero hay mucho que no puedo probar aún, a menos que estemos ahí."
Drew suspiro pesadamente, no tenía más que su palabra y una ubicación, pero no tenía un destino además del trazado.
"Lo probaras al llegar, sino puedes demostrar que eres capaz de cumplir con nuestro acuerdo te quedarás sólo."
Jerome se quedó atrás para vigilarlo mientras los demás regresaban al frente de la nave.
Se recostó sobre uno de los asientos en la pared, estaban acolchonados por lo que eran relativamente cómodos, reconsideró la idea de apagarse y dejar de pensar por unas horas más pero antes revisó su pergamino, su aura se había reducido.
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En las montañas de Avalancha, los Grimm descansaban en los restos de un BullHead entre dos montañas de roca del árido Vacuo. Kilómetros más adelante en el interior del territorio Grimm, el personal de la Víbora investigaba lo que quedaba de la nave de carga de los prófugos.
"La nave estaba a nombre de Drew Culver, su nombre aparece en la lista de invitados del Coliseo. Todo el equipo de TFS fue liquidado, su capitán incluido. Concluimos que trabajan juntos, aún no sabemos desde cuando."
"Como consiguieron eludir nuestra patrulla?"
"No encontramos el VTOL de la compañía, calculamos que no la destruyeron. De hecho, creemos que les entregaron la llave."
"Que te hace pensar eso?"
"Es el único cuerpo sin más que heridas Grimm, lo que en mi opinión significa que estaba vivo cuando soltaron a los Ursa."
La mujer serpiente estaba acompañada de una veintena de escoltas milicianos y Cazadores, para su seguridad y el rastreo de sus fugitivos. Al mismo tiempo se desvió a uno de ellos quien traía un asiento portátil, se sentó y una de sus sirvientas se dispuso a retirar los vendajes que cubrían su ojo izquierdo.
- Eso y porque hizo el intento de detener el sangrado, con esto.
Dijo uno de sus cazadores dejando caer una caja de primeros auxilios a sus píes.
Tomo la venda de su ojo entre sus dedos, ensangrentada y de un fuerte olor.
Lo había perdido en el Coliseo durante la fuga.
El cazador apartó la mirada mientras otro seguía con su informe.
"Hablamos con nuestra gente en la ciudad, confirmaron ver una nave con tal descripción llegar pero no salir."
"Entonces cambiaron de transporte. Quiero la bitácora de vuelo, todas las salidas después de su llegada, calculen al menos cinco horas de diferencia..."
- Ya lo hicimos, mi señora.
Interrumpió el Husmen profesional.
"Hubieron al menos ocho salidas, cuatro de ellas al exterior. Dos a Minstral, uno a la colonia y otro a Vale."
El último llamo la atención de su patrona. Él la vio tensar su cuerpo.
"Es ése. Harvey, quiero que la busques y la mates, pero antes ve a donde se dirige. Puede que nos lleve a la guarida del Lince."
La Red Warrior no estaba escapando, la Víbora sabía que buscaría la forma de encontrar a su hermano.
Si llegaba a Vale podía encontrar a un aliado, peor aún, no tenía a nadie en ese lugar pero aún podía jugar las fichas que le quedaban. Ella controlaba los alrededores, el Lince no se dejaba ver con normalidad pero tal vez ya tenía una forma de localizarlo.
Sólo esperaba que su movimiento no se volviera en contra, ahora estaba en desventaja y tenía que recuperarse.
"Puedes llevar a alguien contigo, enviaré apoyo si lo necesitas. Todos los demás regresarán conmigo, tenemos que recuperar mi ciudad."
- ¿Que pasará con Culver y los miembros rebeldes de The First Service?
La serpiente se levantó con vendajes nuevos, los rastreadores estaban levantando los cuerpos.
"Que ellos se ocupen de sus problemas. Y dale un tiro al capitán, reporta que lo dieron por muerto antes de soltar al Grimm."
Ordenó desechar a los mercenarios caídos al fuego incluyendo al capitán, quien tenía una notoria herida en su cuerpo. En sus palabras, esos miembros de TFS intentaron capturar a su fugitivo y terminaron siendo liquidados, más una baja accidental de su parte, luego los incineraron como advertencia.
La pantalla portátil del capitán estaba siendo manipulada, la información de Jaune y Red había desaparecido. Sólo quedaba la del fauno prófugo y sus leales.
Ahora estarían más que dispuestos a cooperar con ellos, ambos se encaminaban a la misma dirección.
"Apresúrate Vaan, ellos ya se fueron."
Harvey la vio marcharse con sus escoltas, la Víbora no estaba en desventaja por perder el control de una ciudad inservible. No con su imperio.
Ella tenía problemas de autocontrol, ahora que dos sujetos consiguieron burlarla y se llevaron una parte de ella, no había como pararla. Llevaría a todos a la ruina pero aún no se detendría asta saciar su odio.
- Ok. Prat, te dejo. Avisa a los demás, iré sólo y veré qué encuentro.
Su amigo se despidió antes de que se marchara, ya había tratado con cacerías parecidas pero esta era muy peculiar para compararlas.
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Una tormenta se cernía sobre Vale, o una parte de esta. La llovizna era una bendición comparada con la tormenta que caería sobre Beacon, según las noticias se llevaría la peor parte.
La nave de carga aterrizó sin problemas sobre la húmeda pista de Vinia, a las afueras de la ciudad de Sauvi. Bajaron la rampa y salieron juntos, sentían el viento soplar y las gotas caer. Ya habían dejado el desierto atrás.
- Dejé unas cosas antes de irme, están en un almacén cerca de nuestra ubicación.
- Llenamos la nave y esperamos?
Drew había alquilado el bloque unas horas para descansar, pero era mejor empezar antes y arriesgarse menos. Jaune se acercó para responder.
- Si, pero irás a un lugar y esperarás por mi regreso. Lleva a Red y pregunta por el Lince.
Le entregó una tarjeta y le envío la dirección a su pergamino, pero tenía que presentarse en tres horas.
- Vayan al centro por algo de ropa, algo que llame la atención de esta gente pero no de los de afuera.
Y nuevamente, Drew se sintió indefenso al ver a su compañera esperando. Con esa sonrisa ladina en su rostro que amenazaba con romperlo.
Trago saliva y la acompañó. Que opción tenía.
Jaune marchó por cuenta propia dentro de la estación ubicada en medio de todas las entradas, estaba diseñada de forma en que el aeródromo la rodeara y las naves civiles se conectaran directamente con ella desde el exterior a través de andenes separados. Lo suficiente para permitir pasar autobuses y autos de alquiler.
Como las pistas de aterrizaje estaban protegidas con el vallado eléctrico que sostenía el perímetro de seguridad, debajo de la gran estación, en el subsuelo había un sistema de túneles que conectaban el aeródromo con la ciudad mediante sus trenes.
Antes de Beacon, esa ciudad era popular por su estructura y la eficacia a la hora de mover turistas, luego se convirtió en uno de los puntos mas atestados por la ola de migración.
Si la crisis le ayudó en algo, fue en ampliar su alcance.
Conectaban medio mundo desde ahí. Eran los primeros en la lista de envíos de casi todas las corporaciones conocidas.
Y como aveces ahí problemas a la hora de viajar, tenían un hotel y un complejo de almacenes para la carga en espera y equipaje masivo. Por su parte no tenía mucho que guardar pero quería todos los candados que le pudieran ofrecer.
Utilizó sus huellas, escáner de retina y finalmente un código de hasta doce dígitos.
Un pequeño almacén en medio de la estación del metro. Donde guardaba su tesoro, valioso tal vez no era, pero significaba mucho para él.
Drew seguía sin quitar la vista de la agenda, nada más que ir de tienda en tienda ya lo tenía nervioso.
No le molestaba darse un lujo ahora que estaba lejos de sus perseguidores, pero ahora tenía a una bestia que con solo un motivo para no eliminarlo de forma accidental y no era porque sería fácil. Parecía no interesarle otra cosa que hacer de él su sirviente cuando ahora tenían que ser socios.
"Y ¿qué tal?"
Y ahí salía otra vez, luciendo otro atuendo casual de los veinticinco anteriores.
- Muy de verano. Y hace frío.
Podía ver su semblante cambiar desde el espejo, ahora le seguiría una conferencia de lo inútil que era para estas cosas.
Lo era, nunca tuvo la oportunidad de hacer esto antes para alguien más. Eso se lo dejaba a su padre.
- ¿Entonces que sugieres?
Se sintió confundido ante el cambio de ritmo.
- Pensaba en utilizar algunas capas de abrigos pero, ¿acaso no hay calefacción a donde vamos? De ser así estaríamos bien con cualquier cosa a la medida. Digo, es un club.
Dedujo señalando unos vestidos en oferta, morados, rojos y diferentes tipos de grises. Todos eran de distintas telas pero sus diseños eran agradables a la vista.
- Mira ese. Este me recuerda a uno que le quité a una campeona de volleyball, di una fiesta de...
Cerro la boca al ver la mirada de desprecio que apuntaba hacia él, tomó una chaqueta holgada y salió a un probador con la última palabra a su favor.
- Puerco.
Sin esperar se marchó al patio de comidas, no podía soportar más tiempo ahí dentro.
Esperaba que los demás la pasaran mejor que él.
Pero en la nave, no había acción, sólo energía desperdiciada y mujeres buscando en que ocupar las próximas horas de la noche.
Si alguien trabajaba tenía que ser Alphonse, mientras Dalas le daba una mano como excusa para jugar en linea.
Alix limpiaba su rifle, mientras su colega practicaba abdominales a unos metros para no interrumpir.
- ¿Alguno habló con el nuevo?
Pregunto Bina, su amiga se detuvo por un momento buscando una lima.
- No, aparte del capitán creo que ninguno lo hizo.
- Me refería a Jerome. No para de armar y desarmar esa cosa, es como una obsesión. Cada vez que se enoja hace lo mismo, practica su puntería.
Alix dejo el cañón de su rifle por un momento.
- Creo que le das mucho crédito, no es cosa nuestra. Si va a renunciar ahora es tiempo, no voy a dejar que me maten porque el novato es el eslabón débil.
Bina suspiro ante las palabras de la tiradora, tenían más tiempo juntos que con él.
Jerome se unió a la compañía un mes antes de que se disolviera, razón por la que era difícil vincularse con él y asta ahora no había mostrado habilidad alguna que mejorara su imagen ante ellos.
Era un novato. Voluntad y vocación, cosas que tenían cada uno de ellos. Pero la fuerza del nuevo aún estaba a prueba, y ninguno quería arriesgarse con él.
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Jaune llegó a las mismas puertas de los almacenes junto a las vías, no por ser las más apartadas, sino porque eran seguras al estar tan cerca del borde. Los muros y entrada más resistentes estaban ahí, a lo largo de ese angosto pasillo.
Pensaba que su socio había pensado en todo, tal vez en exceso si no conociera sus razones. Pero...
Clave de seguridad, escáner de huellas táctiles, de retina y de voz, por último su pergamino. Cambiaría el primer y último candado antes de salir, sólo para prevenir.
El interior estaba casi vacío. No había mucho que guardar aparte de un viejo baul y un par de cajas de cartón. Dentro de el primero se hallaban sus posiciones más importantes. Una armadura vieja y un escudo de bronce.
Puso una mano sobre el. Estaba feliz de verlo de nuevo.
Ese último no le pertenecía, tanto Akoúo̱ como los fragmentos de Miló, el arma estaba desecha. Un rompecabezas incompleto e irreconocible.
Había dejado todas esas posesiones almacenadas en un muelle de Vale, pero antes de salir a Vacuo había pedido que transfirieran todo, incluso su armadura. No le servía de mucho en el estado en que los Grimm la dejaron en aquel lugar.
El castillo negro, aún lo recordaba como tal, mientras más brillaba su aura más grande era la sombra que lo abrumaba.
Pero si tenía una oportunidad de detener a ese demonio que lo consumía todo, tenía que aprovecharla, para eso los habían entrenado. Y el director lo sabía.
Sabía que todos ahí tenían el potencial que a él le faltaba, el poder de tomar acción contra todo lo que estaba mal en ese mundo y la bruja en aquel castillo era la maldad encarnada. El enemigo real, pero desde que supo la verdad de su mundo, la verdad que conoció alguna vez quedó puesta en duda.
Ahora no sabía dónde apuntar. Donde buscar o preguntar y aclarar sus dudas, sólo podía seguir como hasta ahora.
Y por lo que a él le concierne, la humanidad tenía dos enemigos verdaderos. Ambos tan culpables como peligrosos e irreconciliables.
Esos dos trajeron el fuego sobre ellos, y si todo seguía como hasta ahora, su mundo y todo lo que defendían, todo por lo que vivían y los que ya no estaban presentes, dejarían de existir...
Y si en verdad no había forma de pararlos? ¿Si todo era en vano? ¿Su propia existencia también lo era? ¿Si lo que ella hizo esa noche en Beacon fue en vano?
Mientras cargaba todo lo necesario en la gran bolsa doblada en una de las cajas todas sus dudas atacaban con fuerza otra vez, recordando esa estúpida crisis existencial que cayó sobre él una mala noche, se sentía tonto y confundido.
Ese sentimiento de responsabilidad y culpa eran lo único que lo mantenían en movimiento, en aquel viaje tan difícil lleno de baches. Una difícil tarea casi imposible.
Desaparecer parecía más fácil.
Pero la sonrisa que dibujaba en su rostro era la misma.
Aún con todo lo vivido, todo el porvenir, las cosas que pasaron y seguían pasando aún llevaba con él con todo el gusto del mundo. Porque eran parte de su ser y ellos eran parte de él ahora.
Personas que pronto volvería a ver, y las que vería llegando el momento.
Con todo lo que necesitaba empacado, ahora sobre su hombro, estaba listo para salir nuevamente. Tenía un par de días antes del golpe, pero quería estar preparado para enfrentarlo.
En eso recordó algo importante, algo que le faltaba y podría necesitar.
Regresó sobre sus pasos.
Con la mirada fija en una pequeña caja de metal, tan grande como una de fósforos, dividida en dos partes. Ambas con una cerradura y algo en su interior rascando con sus pequeñas patas para salir.
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Era el colmo, tenían tres horas para prepararse y marchar al lugar asignado, tenían cuarenta minutos de retraso y aún no encontraban el lugar pese a usar un mapa holográfico.
Drew se había enfundado en un traje de dos piezas azul, negro y una camisa blanca sin corbata u otro accesorio. Quería un aspecto casual sin verse descuidado, no creía necesario exagerar con el tema a diferencia de su acompañante.
Red lo seguía unos pasos detrás cansada de dar vueltas, se había quedado con un vestido negro de hombros descubiertos, zapatos finos y una chaqueta abrigada.
La noche era fría pero dentro de las instalaciones se mantenía una temperatura regular, evitando así el cambio drástico de la misma en el cuerpo al entrar y salir, algo muy conveniente para la salud de sus empleados.
El punto de reunión era un club en la superficie y debajo de una de las pistas. Pero hasta ahora no había rastro de el.
- Esto apesta.
Murmuró revisando su ubicación por vigésima vez, harta de las vueltas le arrebató el aparato esperando tener mejor suerte.
- Realmente tienes un pésimo sentido de orientación.
- Disculpa, se supone que estamos en el lugar correcto. ¿Pero vez algo más que bodegas vacías?
Suspiro al ver que tenía razón, la ubicación era correcta. Tenían que estar en el lugar.
- No uses ese tono, estoy cansada de estar aquí afuera. No puedes sólo llamar?
No obtuvo ninguna respuesta, Drew termino la discusión sin devolver una palabra. Algo había llamado su atención, lo vio estático observando donde las bodegas antes mencionadas.
Una de ellas estaba abierta, en todo el lugar había contenedores llenos de materiales a exportar o a la espera de ser reclamados, pero donde estaban, cerca de la bodega bacía había un contenedor abierto. Y un rastro de sangre.
- Aún está fresca.
Drew observaba a al interior y a los alrededores, esperando encontrar un rastro, no podía captar ningún sonido debido a todo el ruido de la pista sobre él. Red se adentró al contenedor sin esperarlo.
- Nadie vendrá entonces, si no se molestaron en limpiar.
En el interior sólo había cajas de cartón vacías con papel y nailon, eran de una marca de indumentaria. Todas de uniformes para empleados del Aeródromo.
Contaron al menos unas cinco grandes, cinco cajas con más de cuarenta uniformes empacados en cada una. Aún había espacio para más pero no había nada, excepto huellas de botas y un rastro de Dust en el suelo.
El contenedor estaba a nombre de la SDC, pero la puerta estaba marcada con un lobo y tres garras.
- Esto no puede ser más que una maldita broma.
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No lo era, no era coincidencia que fuera tan fácil escapar del desierto para él.
Jaune bajo del elevador cuando las puertas de cristal se abrieron, caminando automáticamente donde un restaurante con mesas exteriores. Desde la vitrina podía verlo degustar del mejor vino del continente, su bigote se encorvó hacía arriba cuando vio en su dirección.
Pese a su reacción al notarlo, el no cambio su apariencia teatral y divertida.
Watts siempre estaba un paso adelante.
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N/T: Tenia preparado esto hace unos meses, pero apenas tenia tiempo para la revisión y luego llego el SnyderCut. No hay excusa, ya se.
Acabe el volumen 8 de esta serie y tengo que admitir que a estas alturas no tenía la esperanza de que acudieran al sentido común, ¿pero de ahí a empeorarlo todo? Ni yo esperaba algo peor al volumen 5... No se que quieren hacer con la serie pero ya no veo forma de justificar su dirección.
Volviendo al lo importante:
Espero no tardar mucho a publicar el siguiente, solo me falta pulir los errores.
Avisen si deje pasar alguno en este.
