Steven no sabe qué decir cuando le preguntan sobre su padre. Un: "No tengo", es demasiado escueto para lanzar en una conversación, y se puede claro, pero no es el estilo de los tratos sentimentales que tiene el pequeño con el diálogo.

Al inicio del verano, Peedee, un amigo que vive a unas cuadras, le pregunto acerca de su progenitor, por nada más que la curiosidad.

Él dice que ya no está, sencillamente eso. Solo estuvo cuando era solo un bebé. Más adelante, "obtuvo" su padrastro también, y por suerte suya, ya estaba lejos de momento de él y su madre, y en el ínterin de que le cuestionara el rubio de su amigo.

Greg, su padre. Había sido un músico que nunca lograr emerger; de él es la guitarra, recargada en la esquina de la pieza de Steven. Solo tiene los videos de la boda y unas fotos de referencia de como era; simpático, amable y chistoso. Murió en un accidente automovilístico que sufrió en su primera gira; el contrato de la disquera, ni siquiera le dejó los discos a la familia, y ni un céntimo fue a mi uno de funerales de los integrantes, en donde todo fue ocasionado por negligencia del representante.

Su madre guarda unas de sus prendas en un baúl, junto a letras de canciones, y sus acordes.

El rizado practico guitarra por su cuenta, y dio con el compartimiento del armario, en donde estaba todo lo de Greg.

Hay una canción que le gusta mucho de las escritas, titulada: "Un Ángel Azul", y es una composición romántica y melancólica, de lírica triste y bella, que los versos escritos con grafito (difusos ya), van más o menos así:

"Yo no sé lo que tienes

Yo no sé cómo vienes;

Te tengo a ti ángel mío

Y te prometo que todo estará bien

Que no te soltare

Que no te dejare"

Jack es el hombre de quien se enamoró Rose; se conocieron en el momento en que el rizado tenía unos cuatro años. "Él se llevó las joyas", le confesaba a Peedee en confianza, después de mostrarle el joyero escaso que poseían, cada vez que pasaban delante de una de las fotografías, en donde él aparecía.

Steven no le agrada Jack; Steven fue maltratado por él.

Su madre le cree más a Jack que a su hijo; Jack está en la cárcel. "No fue su culpa", le dice Rose con su aire defensor sugestionado decaído. Le encontraron metanfetaminas. Supuestamente estaba dejándolas, pero el gerente de la fábrica, lo encontró fumando en su descanso, y le jugó la libertad condicional.

"Tiene un abogado muy bueno", comenta la mujer corpulenta de cabellos rizos oscuros, y cada final del mes, el abogado recoge el sobre con el dinero estipulado, que tan difícil es reunido por ella.

Steven no se siente seguro de mostrar su disconformidad con esos arreglos. "Es un niño" después de todo, y no quiere atosigar a su progenitora, que viene muy cansada e irritada cada que vuelve de la fábrica de dulces. Además, ya sabe lo qué pasa cuando se mete en temas que involucren a Jack. No lo tomaría en cuenta, le amonestaría, le pondría en duda. Tampoco le hizo caso, al decirle que Jack le abofeteó por responderle un día que tomaba con sus amigos en la casa, no siendo la primera vez qué pasaba. Y considerando todo, era de esperarse que no le creyera los moretones morados en el dorso que ocultaba en su remera roja. Ella lo hizo callar más de una vez y prefirió no ver, y hacer caso a lo que su hombre le decía, bajando la cabeza, para después colgar uno de esos letreros que le gustaba en la pared, que contenían frases como: "No desees el mal, aunque mal te hagan", o: "Hay que vivir en paz, sin amarguras".

Peedee le sorprendió ver a la adolescente desde lo lejos. Los vio entrar a su casa después de ir por el mandado.

Él le preguntó por la extraña, un día que fue a la ferretería con su padre, y lo encontró en medio de un pendiente; No pudo responder concisamente. Actuó nervioso y discreto acerca del asunto en general, y fue breve, porque le dijo que iba escaso de tiempo.

Steven es completamente sincero con Lapis desde que llegó a dirigirle la palabra.

Le ha dicho de todo, le contado de todo: lo que más le gusta, lo que detesta, y lo que teme.

Le dijo lo de Jack, le confesó que le teme cuando salga, y Lapis escucha atenta y silente.

Lapis no suele hablar de su pasado. Mucho menos, de quién era su familia.