Disclaimer: Boku no Hero Academia y sus personajes son propiedad de Kohei Horikoshi.

N/a: Hola y sean bienvenidos y bienvenidas, de ante mano me disculpó si notan faltas de semántica o de ortografía; puesto que no poseo computador/ordenador y escribo desde mi teléfono. En ocasiones el auto corrector se sale con la suya sin importar cuanto me esfuerce en la edición

Recuerdo

Justo cuando parecía que Yamada le iba a dar un gordo, rotundo, redondo, e irreversible Si hagamos la mayor estupidez de nuestra vida que seguramente ninguno va a lamentar en lo absoluto al final o bueno mejor dicho solo iba a ceder a sus peticiones no verbales sobre consumar un acto íntimo con él. Este se quedó súbitamente callado. Parpadeo un par de veces y eso dejó a un perplejo a Aizawa quien seguía sobre él, totalmente nervioso y totalmente inseguro. Pero sobre todo tenía demasiada testosterona y adrenalina estropeándole el cerebro y los sentidos. El rubio pareció recapacitar algo y luego le pelo una enorme sonrisa llena de dientes blancos y expresión cómplice que logró varias cosas: Primero asesino la atmósfera íntima por completo y segundo pero no menos importante hizo al moreno ruborizarse con una fuerza atroz que jamás en toda su vida había experimentado y repentinamente se sentía de verdad atraído por el de ojos verdes. Y no fue precisamente por la sonrisa sino por lo que le transmitió con ella. Lo siguiente que vio fue a este estirar los brazos hacia él para posteriormente jalar lo y acomodarlo sobre su pecho.

—Lo que tú quieras Honey pero primero deberías descansar… — a parte de aterrorizarse ya que esa oración había sonado brutalmente parecida a como hablaba el Yamada que conocía de siempre gracias a toda esa seguridad expresada. Aizawa estaba también gratamente confundido. —Te estás cayendo del sueño…y me sorprende que no estés con un humor de los mil diablos …¿Qué te pasa que en todo este tiempo después de regresar del hospital no me has dicho ni una vez que quieres tomar una siesta? Te vas a caer de cara al suelo mientras caminamos tomados de la mano como un par de idiotas y te vas a provocar una conmoción cerebral..

—¿Mm? — Aizawa subió un poco el rostro y dio de frente con los ojos del rubio, este seguía sonriéndole — ¿Tu memoria ya regresó acaso?

—Solo unas cuantas cosas acaban de volver a mi cerebro… — se tomó de la cabeza y cerró un ojo. Luego empezó a verlo con cero dulzura y con bastante reclamo, cosa que se le hizo bastante graciosa al moreno— Shōta… ¿Por qué te has estado sobre exigiendo así? No es nada propio de ti…— la indignación cómica volvía poco a poco al semblante y al carácter de Present Mic.

—Perdona por querer estar al pendiente de ti… — le contestó con el mismo mal humor que hubiese utilizado si ese incidente no hubiese ocurrido. Repelente y lleno de sarcasmo. Aprovecho su posición para aferrarse más a él y ponerse cómodo. Repentinamente Mic se sentía como el mejor lugar del mundo para tomar una siesta. Sentía todos sus nervios temblar al contacto y su razón estaba en medio de una batalla campal contra sus emociones. No quería profundizar el abrazo pero se veía forzado a hacerlo. Lo peor era que lo encontraba delicioso. Todo se fue a la mierda cuando Yamada lo abrazo con más ahínco y terminó haciéndolo suspirar del agrado y sintiéndose perfectamente drogado y con sueño. Estar entre los brazos del otro y sentir lo fuerza y tensión de los músculos contrarios era demasiado para saber como rechazarlo. Ahí estaba de nuevo esa sensación de ser absorbido por completo y retenido a la fuerza en un lugar cálido, iluminado y donde padecía de un estado constante de felicidad que no sabía de donde mierda provenía o como se detenía. Gruño de forma muy audible cuando sintió y escuchó a Yamada regocijarse al tenerlo de esa manera y además no necesitaba verlo para saber que sonreía como estúpido y debía sentirse realizado.

—¿Cómodo?

—Uhumm.

—Es mejor que vayamos a dormir.. — Yamada sonrió más ampliamente y profundamente enamorado de la visión que tenía en frente. Aizawa estaba prácticamente ya dormido sobre él con el gesto más pacifico y tierno que jamás hubiese visto nunca. Se veía hasta inofensivo y ligeramente ruborizado. Parecía un gato enorme en su regazo y se notaba a leguas que estaba muy cansado. Sorprendentemente pudo cargar con este hasta la cama. Lo bueno era que esta no estaba lejos y ahora estaba consciente de su fuerza física. Lo acomodo debajo de las sabanas y se colocó a su lado para dormir abrazado a este. Aizawa solo balbuceaba un poco y se removía, era como si quisiera discutir con él en sueños por algún motivo y el rubio solamente atinó a darle la razón en todo a modo de juego hasta que se durmió también. No supo como lo logró ya que Aizawa le estaba dando un feroz abrazo de Anaconda y le había metido una pierna entre las suyas, de verdad que quería apoderarse de su persona por completo. Aunque algo entumecido logró dormir plácidamente. Aunque ciertamente muy poco le duro el gusto.

Cerca de la media noche en medio de sueños abstractos y más bien lo que podría considerarse pesadillas. Yamada empezó a moverse ansioso y a sudar frío. Dentro de sus párpados mientras sus pupilas se movían erráticamente producto del R. E. M miles de imágenes sangrientas de batallas pasadas y enfrentamientos violentos contra villanos empezaron a mancillarlo, en la forma de fugaces recuerdos. Se veía a si mismo luchando, usando su particularidad, viendo colegas caer y alzarse, viendo villanos ser sometidos y después venía otro lote de imágenes totalmente opuestas. Había momentos felices y algunos cotidianos, pero estos en contraposición a los primeros no lo mostraban a él como adulto sino como adolescente. Pudo verse en el instituto, compartiendo con sus amigos. Todo cambio abruptamente con tanta violencia a una escena deprimente y lluviosa donde se estaba acercando a un derrumbe de un edificio hasta quedar frente a un cordón policial junto a un chico totalmente quebrado y herido que reconoció inmediatamente como Aizawa. Que el dolor que le causó tal memoria lo hizo despertar de golpe entre gritos.

Se sentó en la cama de forma abrupta producto del sobresalto. Su instinto principal fue tomarse la cabeza, la cual le estaba ardiendo y le dolía igual que una migraña. Pero terminó sujetándose la garganta en lugar de eso. Cuando pensó que había gritado con toda su potencia se sorprendió de no poder emitir ningún ruido eso y que lo embargo una desesperación extraña junto a su pérdida de voz que logró asustarlo lo suficiente como para que el dolor de cabeza menguara bastante. Solamente podía respirar agitado y permanecer confundido. Pronto prestó atención a las dos manos que lo sostenían de los hombros y que ni siquiera había sentido sobre él hasta ese breve momento de lucidez.

—¡Hizashi! ¿Hizashi que ocurre? — un preocupado Aizawa estaba casi sobre él buscando descubrir la causa de su ataque de pánico. Yamada se sorprendió increíblemente al ver los ojos encendidos en rojo de su pareja y su cabello levitando y desafiando a la gravedad, ya que no podía hablar solamente le asintió frenéticamente con la cabeza— Bien, lamento haber tenido que cancelar tu don. Si me prometes estar calmado podrás hablar de nuevo ¿Esta bien? — colocó sus manos en las mejillas de rubio y le regaló un gesto muy cálido y preocupado cosa que hizo al rubio sonroja ese bastante. Este asintió de nuevo prometiendo estar en calma y en ese momento el cabello negro de su acompañante volvió a la normalidad al igual que sus ojos.

—¿Qué… fue eso? ¿Así funciona tu don de borrado? — honestamente le ganaba la curiosidad y hasta una leve sonrisa apareció en sus labios, cosa que tranquilizo al moreno.

—Si.. — se limitó a responder— Pudiste haber acabado con el hotel si no lo activaba… — suerte que era un héroe profesional y sus reflejos e instintos estaban en un nivel sobrehumano. Se despertó de golpe cuando percibió un peligro inminente al lado suyo y descubrió al rubio teniendo pesadillas. Activo su don cuando el lenguaje corporal de este le garantizó que Yamada estaba a punto de lanzar un ataque sónico con una potencia desmedida seguramente y por accidente. — ¿Te encuentras bien? — el tono de voz del moreno, algo ronco por haber despertado de golpe le aceleró bastante el pulso al rubio, había sonado increíblemente dulce y entregado. También acariciaba su mejilla con amor, era auténtico cariño y era demasiado fácil percibirlo. Aizawa se le hizo tremendamente adorable solo por eso.

—S-Si, solo ejem… — tosió un poco y carraspeo tratando de aclarar su garganta y sus ideas —Pesadillas… o mejor dicho memorias, recuerdos amontonados unos sobre otros y sin mucha lógica… — se tomó de la cabeza dejando ver claramente su malestar — También dolor de cabeza… — junto a esa declaración Aizawa sintió como sus pies volvían a tocar la tierra después de varios días de estar en las nubes. Le sonrió con mucha calidez al rubio y después lo atrajo para abrazarlo y dejar que lo usará como consuelo hasta que se calmara de verdad. El héroe borrador supo que era cuestión de unas cuantas horas para tener a Yamada de vuelta con él por completo. Yamagawa le aviso que un dolor de cabeza bastante pronunciado y salido de la nada era la primera señal de que la memoria del rubio volvería a lo sumo dentro de unas quince horas después de que ocurriera aunque dependiendo de cómo estuviera abordando el tema con el que tenía que complacer al rubio podría acelerarse el proceso o bien relentecerse. También le aviso que cuando la llave diera paso a que la conciencia de Present Mic despertara, esta se manifestaría de forma física. Sería una señal sutil pero bastante contundente. Todo parecía indicar que había estado haciéndolo muy bien, pero no por eso debía dejar de esforzarse, era en ese instante cuando más necesitaría que todo fuera perfecto— El último recuerdo que vi estaba muy borroso, pero lo que me transmitió fue… — Present Mic se sostuvo el pecho un momento y luego con voz rota prosiguió con su relato mientras ponía su frente en el hombro del contrario — Fue simplemente horrible. Me sentía desolado, impotente, inútil… demasiada tristeza junta… — Aizawa estaba empezando preocuparse un poco. Se preguntaba que tipo de recuerdo estaba describiendo el rubio. — Era un niño… tenía el cabello corto, mi traje parecía un prototipo del que cargaba en esa foto que me mostraste.. — cierto, ya había olvidado que el primer día que habían pasado juntos así le mostró unas fotos suyas que tenía en su teléfono ya que este demostró mucho interés en querer saber como lucia como héroe — Estaba caminando hacia un derrumbe y tú estabas ahí. Debo decir que me partió el corazón verte así… te veías…

—Eso fue hace dieciséis años… — la voz calmada y reconfortante de Aizawa le hizo alzar el rostro y verlo lleno de curiosidad y desconcierto, la sonrisa triste que le regaló le hizo entender que ese dolor que sentía por ese recuerdo lo compartía con su pareja y de alguna forma lo volvió menos pesado y tortuoso — Teníamos quince años. Estábamos en las prácticas reglamentarias en agencias de héroes. Tú estabas en otra agencia y yo estaba con nuestro mejor amigo de ese tiempo… — sus labios formaron una línea tensa y luego trago duro — Su nombre era Shirakumo… un villano muy fuerte estaba destruyendo todo a su paso en la ciudad ese día. Quedamos solo él y yo contra este luego de que dejará inconsciente a nuestro tutor. Un edificio se derrumbó y el quedo atrapado dentro de los escombros… — parecía que estaba saboreando la cosa más amarga de su vida — Yo salí victorioso del encuentro. Pero él murió en el acto. Después de eso.. — al ver el increíble sufrimiento reflejado en los ojos de Hizashi recordó de súbito que no debía continuar haciéndolo sentir mal, así que tuvo que respirar profundo y tratar de encausar esa conversación en otro rumbo tan rápido como le fuera posible— D-Después de eso, tú y yo nos fuimos acercando poco a poco. Cuesta creerlo pero apenas nos tratábamos en ese momento de nuestras vidas. Tú empezaste a cuidar mis espaldas cada vez que entrenaba o quería estar solo y yo empecé a hacer lo mismo. Un día simplemente descubrimos que nos complementábamos. Y después…

—¿Terminamos sintiendo algo más? — el tono divertido e irónico del rubio casi le dio risa eso y que además su rostro volvió a iluminarse — ¿Quién de los dos dio el primer paso?

—Fuiste tú.. — realmente eso era un tecnicismo. El haber perdido la memoria y haber revelado sus sentimientos sin quererlo para Aizawa contaba como que había sido él quien dio el primer fulano paso —No se si lo has notado pero tú eres el extrovertido aquí…

—¡JAJAJA! — el rubio empezó a reír de manera escandalosa y eso despejó por completo el ambiente tenso entre los dos. Aunque de cierta forma se sentía artificial la calma entre ellos y aún sin sus memorias para el rubio le fue muy fácil notar que el moreno estaba tratando de ocultarle algo. Había despertado de esa pesadilla con mucha más noción de cual era su carácter, como funcionaba su intuición y también un poco sobre como era Aizawa y el como abordarlo. Cosa que lo llevó a entrecerrar los ojos y usar su escrutinio en su acompañante. Cuando Aizawa volvió a dirigir sus ojos hacia él un escalofrío le recorrió la columna. Carajo, conocía esa mirada y tenía que proceder a ignorar a Yamada a como diera lugar.

—Volveré a apagar la luz si no te molesta ¿De acuerdo? — Aizawa asumió postura regia y semblante duro. Escucho a sus espaldas un Not problem dicho de forma jocosa y apagó la lámpara en la mesa de noche a su lado, no notó la sonrisa maliciosa del rubio ni su mirada burlona. Una vez se acomodo para seguir durmiendo lo abrazaron con bastante fuerza por la espalda. Estaba literalmente preso en los brazos del contrario. No pudo oponer resistencia por más que quiso, se arriesgaba a que nada se sintiera natural. Pero simplemente no le gustaba esa atmósfera. Usualmente si le daba a entender a Yamada que lo dejara en paz, este lo dejaba tranquilo o se arriesgaba a un buen puñetazo o a un insulto. Pero en esos nuevos términos que manejaban no podía ni debía existir un trato como ese.

—¿En que piensas? — ese tonito de voz le resultaba nauseabundamente familiar. Era el tono con el que Present Mic se dirigía a él cuando quería joderlo con alguna cosa. Ese tonito cantarín y juguetón.

—En nada en particular… — intento sonar lo más amable posible.

—Tienes pinta de querer decirme algo… — el rubio empezó a meter sus manos debajo de la camisa del moreno y este empezó a reprimir los sonidos que querían escapar de su boca. Sintió el aliento del rubio en su cuello y eso lo hizo temblar si podía ser sincero —Tal vez tenga que ver con esta cosa en tú bolsillo… — no supo en que momento Yamada deslizó una de sus manos hasta la parte posterior de su pantalón y sacó unos rectángulos de plástico, los puso delante de su nariz y lo confrontó. — ¿Y bien? — sonrió un momento y la sonrisa se le borro para dar paso a un sonrojo de rabia. Aizawa le había sacado el dedo medio y había volteado la cabeza de manera muy grosera y descortés —Que gracioso.. — sopesó su falta molestia e intentó hacerle cosquillas para hacerlo reaccionar, cosa que no logró se estaba haciendo el duro— ¿Es todo lo que vas a decir, no es así? — algo dentro suyo sabia muy bien que no le iba a sacar una sola sílaba al moreno y que mejor abordara la situación como mejor pudiera. Terminó sacándose la camisa con violencia y desabrochándose el pantalón. Volvió a la posición inicial y empezó besar y morder el cuello del contrario mientras metía las manos dentro de su pantalón y dentro de la ropa interior. Sintió toda la espalda de Aizawa arquearse de forma ruda mientras seguía sin emitir palabra, solo metió una mano junto a las suyas tratando torpemente de hacer algo sin definir que era primero, la forma en la que se estaba retorciendo le hizo entender a Yamada que no tenía aliento alguno y el corazón le estaba estallando pero sin duda lo estaba disfrutando — No te voltees.. — le dijo al tiempo que veía sus intenciones de confrontarlo.

—¿Mm? — para mala suerte suya. Aizawa estaba bastante más lucido que él y todavía podía hablar con cordura. De hecho estaba disfrutando esa situación de manera cínica. — ¿Nervioso, Mic? —arqueo una ceja sim creer esa reacción de parte del rubio. Sabía que era todo menos un Santo y no sabía imaginárselo de otra manera que fuera la de un tipo insaciable y puramente dominante. Obviamente no lo conocía en la intimidad pero siempre se lo imagino como el típico hombre que se hacía de oídos sordos cuando le pedían ir lento.

—Tengo miedo— la franqueza del rubio no se la había esperando en lo absoluto. Hasta había logrado enfriarlo. Todo el concepto sin fundamento que tenía sobre la actitud del rubio se había quebrado en miles de pedacitos, fue como si le quitaran un velo de los ojos y ahora podía apreciar la realidad y esta le era totalmente desconocida. — Lo que escuchaste. Me aterrorizas cuando te pones pasional y al mismo tiempo me fascina... pero.. — lo calló volteándose con rapidez y tomándolo del rostro con suavidad. Le había conmovido bastante escuchar aquello y solo podía entender una cosa al respecto. Entre las delgadas lágrimas que salían de esos verdes, ese semblante sonrojado y esa expresión que prácticamente le rogaba entendió que Yamada tenía un concepto muy agresivo de su persona. Probablemente solo hubiese tenido fantasías con él y quizá en ninguna fuera muy considerado. Hizashi quería que fuera tierno con él. Ahora con bastante miedo debía plantarle cara a la verdadera naturaleza romántica de Yamada. Sin dudas era un sentimental, era obvio que lo quería era un romance con todas las letras y toda la dulzura de este. Un mundo rosa lleno de amor mutuo. Ya le había sido muy obvio que el rubio no sentía simple atracción física por él. Diría que eso estaba hasta el final de la lista de cosas que sentía Hizashi por su persona. Era tan obvio que dolía de forma penetrante.

—Nunca te lastimaría… — deposito un beso muy dulce en sus labios y trató de calmarlo besándolo por largo rato, de forma lenta y pausada tratando de transmitirle seguridad. Nada sería mejor que demostrarle que podía ser delicado con su corazón, porque eso quería y se notaba a leguas. Quería que lo quisiera y lo hiciera sentir seguro a su lado, probablemente Yamada era un hombre que le gustaba poder ser vulnerable con su pareja y que este lo rellenara de afecto. Tanto miedo debía generarle aceptar aquello que por eso volteo a verlo a él sentimentalmente. Admitía que gozaba de un don y un lugar especial en la vida del rubio al ser el único testigo de su verdadero ser y haber sabido tratarlo y comprenderlo. Mientras seguía besándolo algo hizo click en el cerebro del moreno. Se había dado cuenta de que hacer aquello no era necesario. La memoria de Yamada volvería eventualmente y sin problemas ahora que había manifestado ese dolor se cabeza, incluso podía relajarse con el tema de jugar a ser su novio ya que estaba prácticamente garantizado su retorno al mundo real. No obstante sentía que perdería la única oportunidad que tendría de poder estar juntos de esa forma. Debía reconocer que la realidad era simple, apenas el rubio recobrara la cordura no iban a poder verse a la cara. Quizá este no volviera a hablarle en su vida por ser un completo atrevido aunque todo lo haya hecho a su favor. Así que ¿Por qué molestarse en llegar más lejos con él? Podía darle alguna excusa y estaba seguro de que este entendería. Había demostrado ser bastante perceptivo. — Deberíamos esperar…

—¿Eso es lo que tiene tan reacio? ¿Piensas que es mejor hacerlo cuando recuerde todo? — el rubio se veía bastante divertido con aquella situación. Aunque Aizawa percibía su enorme molestia y enfado perfectamente detrás de esa sonrisa pasivo-agresiva. — ¿Siempre eres tan responsable?— le preguntó a modo de juego así que obviamente no espero la respuesta que le dieron.

—No tienes una jodida idea.. — el tono tan tácito, y vehemente del moreno y las cero dudas en su voz y sus ojos hicieron que Yamada quedará infinitamente asombrado, hasta fue muy cómica su expresión. — Bueno, si lo sabes. Solamente lo olvidaste temporalmente.. — el rubio trago durísimo todo su aliento y la sensación de que esa era una quemante y absoluta verdad lo recorrió enteró y le advierte que Aizawa no era un tipo que bromeara y suerte tratando de bromear con él. Mientras estaba perdido en sus revelaciones personales Aizawa aprovechó para volver a besarlo, se separó lentamente y luego empezó a jugar con un mechón dorado del cabello de su acompañante— Soy demasiado responsable …y también soy muy serio. No me gusta malgastar palabras tampoco… tú eres todo lo contrario… y creo que mi salud mental suele depender de ti. Cuando me sonríes me fuerzas a ver el lado positivo de todo. Cuando hablas sin parar un solo segundo siento que soy totalmente comprendido y alguien nuestra genuino interés en mi… — Yamada lo tomó del rostro y con una mirada bastante sería y el rostro muy rojo esperaba a que el moreno terminara de hablar con toda la paciencia del mundo — Creo que eres el equivalente al sol en mi vida… sin ti… y-yo… — cerró los ojos y dejó que Hizashi hiciera lo que se le viniera en gana con él. Para Yamada estuvo muy claro todo desde ese punto. Logró leer entre líneas a la perfección, pudo entender un siempre termino haciendo lo que me propones, así que no me hagas mucho caso.

Duraron bastante tiempo solo besándose y estando lo más cerca posible. Acariciándose y disfrutando la compañía mutua sin correr directamente a la intimidad. Fue más provechoso de esa forma, intercambiaron un sinfín de diálogos besando la piel contraria y apreciando cada instante. Aizawa no dejaba de pensar en lo hermoso que se veía el rubio con el cabello suelto y sin camisa. A su vez este no podía dejar de pensar que el moreno era increíblemente bello ante sus ojos. Varios minutos después Aizawa estaba perdido por completo en otra galaxia, no recordaba prácticamente nada sobre quien era, solo sabía que en todo el universo solo existían Hizashi y él, trataba de complacer al rubio a como diera lugar, solo sabía que era su otra mitad y que este anhelaba todo su cariño. No pudo evitar sentir el impulso de abrirle las piernas y apoderarse de él, se sentía con el derecho de ser el dominante gracias a que había tenido que montar todo ese escenario para que este recuperara lo perdido. Era la forma en la que lo haría pagarle todas las molestias que tuvo que tomarse y todo término saliéndole al revés, nunca había disfrutado tanto haciéndolo como hasta ese momento. Sentía que iba a ser incapaz de desear a alguien más que no fuera Yamada y aunque este estuviera ido de placer y llorando después de cada embestida, pidiendo por más mientras macillaba los músculos de su espalda con sus dedos, aun así lo sentía como el único capaz de dominarlo a él. Le aterrorizo increíblemente lo bien que se amoldaban física y emocionalmente. Le espanto saber que todo lo que alguna vez busco estaba justo en sus narices y le daba tanto miedo tener que imaginarse frente al auténtico héroe de la voz y aceptar que también lo quería que lo único que pudo hacer para sentirse mejor fue entregarse a él mientras podía y dejarle claro que si el no iba a poder olvidarlo se encargaría de que este tampoco pudiera.

Temprano en la mañana Present Mic salió a tientas de la cama que compartía con Eraserhead con unas ganas terribles de ir al baño. A duras penas pudo salir de la cama y ponerse torpemente al menos la ropa interior. Sentía todo su cuerpo gratamente cansado y se sentía algo drogado pero todo era puramente emocional. Llegó al baño y cerró la puerta detrás suyo. Hizo lo que tenía que hacer y después duro un rato frente al espejo del baño mientras se echaba agua en el rostro después de lavarse las manos. Dispuesto a empezar el día de una buena vez busco a tientas su cepillo de dientes. Unos minutos después de terminar recordó que no llevo consigo una muda de ropa. Pensó que a Aizawa no le iba a importar de todas formas si salía solo en toalla una vez que acabará de ducharse. Y mucho menos después de lo de la noche anterior. Justo cuando iba a reírse de manera cómplice un horrible dolor de cabeza lo golpeo. Sus pupilas se dilataron y miles de colores empezaron a rodear su cabeza igual que un halo de luz. Girando y girando mientras toda su vida se repetía frente a sus ojos, los últimos instantes fueron terriblemente dolorosos por alguna razón. Vio como ese ataque con aquella particularidad desconocida venía hacia él volando a toda velocidad y golpearlo de lleno y luego cuando despertó en el hospital. Todo hasta el momento presente que vivía lo revivió nítidamente y con lujo de detalles. Se mareo lo suficiente para tener que sentarse en el piso del baño mientras respiraba casi con locura y se tomaba la cabeza. Lágrimas bastante gruesas salían sin parar de sus ojos y pronto formaron un pequeño charco en el suelo. Estaba desorientado y nunca se había sentido más asustado en su puta vida. Intento calmarse y ser racional y sobre todo profesional. No era ajeno a nada de lo vivido los últimos tres días y sus noches y por esa misma razón antes de tomar acciones precipitadas y de las que pudiera arrepentirse tuvo que meterse a bañar a la velocidad de la luz. Aunque estaba en verdad furioso producto de la incertidumbre y lo lunática se la situación, los recuerdos de la noche anterior estaban demasiado vivos sobre su piel en ese instante. Se juro asesinar a Aizawa por ocasionar todo aquello. Puso el agua más fría que podía pedirle a la llave y aún así tuvo que bajarse la erección a la antigua. Mientras trataba de rescatar toda la noche anterior desesperadamente. Daría todo lo que tenía por volver a ella y no salir jamás. Pero tenía que ser realista.

—Maldito bastardo… — odiaba admitir que Aizawa era realmente bueno en lo que hacía. Mejor dicho en lo que le hizo. Pensó seriamente en aprovecharse de él y luego asesinarlo, pero luego recordó que ambos eran héroes y que de seguro el motivante del moreno debía ser extremadamente bueno, quizá de vida o muerte. La mente de Yamada entró un poco en shock y otro poco en automático después de ese baño. Su instinto de preservación pudo más que el resto de él y ese instinto le exigía a gritos y amenazas que develará la verdad de una vez por todas o iba a terminar gritando tan alto y por tanto tiempo que no iba a parar hasta dejar sordo a todo el país.

Minutos más tarde Aizawa había sido despertado por todo el ruido innecesario que su acompañante estaba haciendo al abrir y cerrar su maleta, al vestirse y arreglarse y al usar el secador de cabello que venía con el baño del hotel. Se termino sentando en la cama lleno de pereza y letargo, la sabana cayó hasta su cintura y su cabello despeinado y su torso desnudo eran la mejor evidencia de todas a los ojos de Hizashi de que lo que ocurrió fue efectivamente real, este lo veía mortalmente aburrido y con ganas de arrojarle un objeto contundente con todas sus fuerzas. No hizo más que darle una enorme calada al cigarro que prendió dentro del baño y negar muchas veces con la cabeza. Abrió la maleta de Aizawa y sacó unos bóxers y una muda de ropa para él y se la arrojó sin ninguna educación. Cuando llegaron sus ropas hasta él de esa forma tan sorpresiva fue entonces que Aizawa termino de despertar vio al frente con honesta confusión y aprecio la venenosa realidad.

—¿Mic…?

—Good Morning sleeping beauty… — le saludo sin verlo ya que seguía buscando y rebuscando entre sus cosas y al parecer no encontraba lo que quería — Aizawa ¿Dónde ocultaste mi teléfono? — espeto mientras seguía hurgando en su propia maleta sin éxito — Lo había dejado en mi habitación ese día… ¿Y bien donde lo pusiste? — se incorporó y estiró la espalda al tiempo que volatizaba el humo del cigarro. Le sorprendió ver lo abiertos que tenía los ojos su acompañante. — ¿Qué? No estoy fumando porque haya quedado insatisfecho ni nada por el estilo. Si es lo que estas pensado. Sabes de sobra que fumo cuando estoy estresado…

—¿Ya volvieron tus recuerdos…?

—Eh, si creo que si… — se sostuvo la cabeza y trató de no verlo directamente. Esa situación era insostenible de cualquier manera en la que la pudiera imaginar y no iba a resistir ver a Aizawa a menos que se vistiera, no sabía que era capaz de hacer en ese momento — ¿Y bien?

—Esta en mi maleta — al menos el moreno se veía y escuchaba normal. Eso alivio bastante los ánimos de Yamada quien abrió el equipaje del héroe borrador y pronto dio con lo que buscaba.

—¡Great! Bueno, dúchate y vístete estaré esperándote en la plaza que esta en frente del hotel. Muero por algo dulce y creo que tenemos una gigantesca charla pendiente.. — la última mirada que Present Mic le lanzó a través de los cristales negros de sus lentes de sol había sido de terror. Dicho aquello salió de la habitación y dejó a Aizawa completamente solo con sus pensamientos.

Cuando Aizawa llegó a la plaza donde se supone que el rubio lo estaba esperando pudo apreciar lo mucho mejor. Cargaba unos jeans azul claro, camisa negra chaqueta blanca y una gorra negra por donde su cabello se asomaba en forma de una cola de caballo. Lentes de sol y un semblante que parecía el de un gato arisco y con el lomo erizado. Estaba sentado de mala gana en una banca y comiendo de forma agresiva un cono de helado. Aizawa se tomó su tiempo en el baño preparando sus ideas y ordenándolas. Cuando se sentó junto a Yamada este ni siquiera volteo a verlo.

—¿Te sientes mejor? — el héroe borrador podía ver un poco de los ojos del rubio desde su nueva perspectiva y noto como este tenía las escleróticas rojas. Lo primero que llegó a su mente fue la resolución de que este había estado llorando previamente y por eso los lentes de sol. También sabia que comer dulces le ayudaba a calmarse.

—Ujum… — fue todo lo que le dijo mientras seguía comiendo su helado.

—Iré directamente al grano. Sin no te importa — Yamada volteo a verlo lentamente y sin poderlo creer. De verdad Aizawa iba a ser directo y seguramente no iba a negar absolutamente nada. — Hace tres días nos involucramos como héroes profesionales en un intento de suicidio. Ya había alguien encargado del caso y esta persona utilizó su particularidad contra esta persona y te golpeo en el proceso. Resulta ser que el tipo que te dio con su don era un agente especial en un área bastante problemática y su don consiste en borrar la memoria de los demás… — en ese momento el rubio le prestaba toda su atención, había querido rebatir y preguntar todo directamente pero ahora no podía interrumpir a Aizawa — Hay métodos para volver la pérdida de memoria permanente y también para devolverla al usuario…el tipo me dijo que la emoción predominantes en la psique del individuo sería lo único que recordará y que estaría ahí en forma de llave de seguridad. Me dijo que solamente complaciendo ese deseo, emoción o capricho se podía traer de regreso a la persona de lo contrario esta olvidaría todo y se sentiría igual a cometer un homicidio si te dejaba a tú suerte. En un inició pensé en pedirle ayuda a la UA cuando me enterara de que se necesitaría para traerte de vuelta pero obviamente no iba a poder hacerlo nadie más que yo. Y estoy plenamente seguro de que tú no querrías volver y enterarte de que todos tus conocidos ahora sabían que estabas en enamorado de otro hombre en secreto sin tú consentimiento..

—Aizawa…

—Escucha. Me prepare para el peor de los escenarios y acabo de mandarte todas las conversiones que tuve con el responsable. También adjunte su número telefónico. Deberías hablar con Yamagawa y despejar tus dudas. — el héroe borrador se levantó de su sitio con la intención de irse — Iré a recoger mis cosas. He durado demasiado tiempo aquí de todas formas. Planeaba irme al día siguiente después de la Asamblea después de todo… yo… lo lamento. — dicha aquella disculpa encamino sus pasos al otro lado de la calle y volvió al hotel.

Present Mic estaba frío en su sitio. Helado. Impactado y sumamente dolido. Estaba asombrado y genuinamente agradecido con Aizawa, entre temblores y algunas lágrimas leyó todo lo que este le mando al teléfono, tuvo una charla rápida con el tal Yamagawa y luego llamo a un par de contactos que tenía para corroborar la información. Tardo alrededor de quince minutos en comprobar todo y luego con el alma en vilo se levantó y prácticamente corrió hasta el hotel. Cuando subió hasta la habitación y abrió con la copia de la llave electrónica que le correspondía, se encontró de frente con la maleta de Aizawa ya en la entrada. Este iba saliendo y el rubio lo vio cabizbajo y con el dedo índice y el pulgar sosteniéndose el puente de la nariz y luego haciendo un ademán que reconoció fácilmente. El moreno lo vio sobresaltado pero sin emitir una sola palabra y con el rostro serio como de costumbre. A Yamada le conmocionó ver que Aizawa estaba tan mal que sus reflejos estaban estropeados, que solo se haya percatado de su presencia hasta el instante que lo tuvo enfrente y no desde que había llegado a la puerta de la habitación o incluso desde que salió del ascensor, era un indicativo claro de que este tenía la cabeza en otro lugar. Eso y que lo vio limpiarse una lágrima del ojo disimuladamente hace solo un momento.

—Y…¿A dónde vas? — Yamada pregunto serio y de brazos cruzados mientras obstaculizaba la única puerta y lo veía inquisidor. Aizawa solo pudo verlo como si fuera un reverendo idiota.

—¿A mi casa…? — le contestó con un tono lleno de sarcasmo bastante odioso. Y volteando el rostro de forma descortés.

—Yo creo que no.

—Muévete de la maldita puerta o te juro que te romperé ambas piernas Yamada. — como siempre Aizawa sabia cuales eran sus intenciones y por todo lo sagrado en el universo no estaba para seguirle la corriente. Se notaba que estaba furioso.

—¿Tan pronto vuelves a las amenazas? Me había acostumbrado a que fueras dulce conmigo… — aunque estaba usando un tono socarrón y divertido por dentro eso le había dolido bastante, no supo ni como había terminado la frase, esa amenaza aunque al final fuera falsa y solo para amedrentarlo como era usual, la había sentido como una patada en el estómago. Hasta sintió que le sacó el aliento.

—Muévete… ¿Por favor? — Aizawa intento ser amable e indulgente y pedirlo con cortesía. De verdad no quería estar ahí. Quería irse lo más lejos posible.

—No.

—Yamada.

¡DIJE QUE NO! — alzó la voz lo suficiente para hacer temblar los objetos en la habitación, pero no al punto de obligar a Aizawa a usar su don contra él.

—¡Es lo mejor para los dos en este momento! ¡No te comportes como un niño ahora!

—¡ME COMPORTÓ COMO ME SALGA DEL FORRO! ¡¿ENTENDISTE SHŌTA?! ¡NO ME VOY A CALMAR Y TÚ NO VAS A MOVER TÚ MALDITO TRASERO DE ESTA HABITACIÓN PARA VOLVER A TÚ CUEVA DE HERMITAÑO E IGNORARME JODIDO INMSOMANIACO DE MIERDA! —toda la habitación tembló de nuevo y Aizawa estaba tan perplejo que estaba inmóvil en su sitio. Era la primera vez que veía a Yamada tan enojado con él en toda su vida de conocerse — ¡No vas a irte! ¡No vas a dejarme aquí solo ni te vas a apartar de mi lado! ¡No te permito nada hasta que confieses toda la verdad! ¡¿Le faltaron partes a tú estúpido monólogo no crees?! ¡COMO TODO LO REFERENTE AL MALPARIDO TEMA POR EJEMPLO! ¡No preguntaste sobre porque mierda siento todo esto por ti y tampoco me dijiste que sentiste tú y si de verdad todo fue un jodido teatro! — Ahora veía al suelo y se sostenía el pecho con furia, se sacó los lentes con asco y lo encaró, verde sobre un fondo rojo. Esos eran los colores que pintaban sus orbes de forma dolorosa — ¡Estuve llorando como un imbécil en el baño pensando lo peor, pensando que todo lo que ocurrió estaba solo en mi cabeza y al salir nada habría sido real y que toda esa felicidad que tenia me había sido arrebatada de forma cruel e inmisericorde! ¡Y luego allá abajo no dejaba de llorar pensando algo aún más desolador y eso es que realmente tú no sentiste nada! ¡Dime, dime en mi cara que todo fue para recuperar mi vida y nada más y que te dio asco todo lo que dijiste e hiciste! ¡Dime en la cara que me odias por haber tenido que rebajarte a tanto! ¡Hazlo y te dejaré en paz el resto de nuestras vidas, hasta renunciare a seguir dando clases en la UA! ¡Dime de una buena vez que te aprovechaste de mi anoche solo por…! — no pudo seguirle gritando puesto que el Aizawa que estaba delante suyo acabo rompiéndose, su rostro se puso demasiado rojo y lo veía temblar perfectamente desde su posición mientras enormes lágrimas salían de sus ojos negros y cansados.

—Y-yo jamás… te l-lastimaría .. —al decir eso la bomba le explotó en la cara al rubio. Se dio cuenta de muchas cosas y el corazón se le estrujo de manera dolorosa. El Shōta que estaba parado delante suyo…era el mismo que le había estado dando cariño y amor aquellos días. No había sido una actuación. Eso quería decir que su novio si existía. Corto la distancia entre ambos y lo abrazo con toda la fuerza que tenía. Lo que más le había dolido fue que antes de levantarse su vida era perfecta y no podía ser más feliz y después todo se derrumbó de forma cruel. Pensó que ese Aizawa que lo amaba no volvería por él, no estaría ahí para abrazarlo y consolarlo, para decirle que lo amaba. Fue como morir por un instante. Finalmente y después de unos segundos que se le hicieron eternos al rubio, el moreno le correspondió el abrazo con bastante fuerza.

—Perdón Shōta…perdóname yo no quería..

—Yo… estaba confundido— le cortó y Yamada no pudo sino escuchar y nada más — Al principio estaba tan confundido… no entendía porque tú aparentemente me querías de esa forma. Solo sabia que tenía que traerte de vuelta, creía que sería difícil… pero desde el primer beso que te di yo…supe que sería fácil para mi, demasiado… — lo aferró más y oculto su rostro en su hombro— Tuve mucho tiempo para pensar… pero quiero que sepas que disfrute cada segundo a tú lado… — respiro profundamente y más lágrimas de las que quería salieron de sus ojos — Esta mañana, cuando desperté sin ti… se sintió tan mal, me sentí despreciado y quería ir corriendo a donde estabas, luego me hablaste y fue obvio que te habías ido… y habías vuelto al mismo tiempo, no se… yo no sé solamente… — fue igual que perder a alguien que estuvo en coma muchos años. Sabia que ese tierno y dulce rubio que le expresaba amor a raudales se iría en algún momento. Se había enamorado por completo de él. Se preguntaba si aún vivía dentro de Hizashi.

—Maldición, acabemos con esto de una maldita vez. Lo haré fácil para ti ¿Esta bien? Solo dime lo que sientes. Un par de palabras bastarán por el resto de nuestras vidas si es necesario..— al ver y sentir las nulas intenciones de Aizawa de hablarle rompió a llorar sin ningún consuelo y de forma escandalosa. El dolor era tal que el moreno volvió a la normalidad en un instante con la guardia alta — ¡N-No m-me a-abandones! — hipo de forma descontrolada — ¡T-Te a-amo! ¡T-Te e-extraño t-tanto! ¡D-Dime q-que s-sigues a-ahí d-dime q-que s-sigues s-siendo m-mío! — tosió un poco y todo su orgullo y dignidad se rompieron parecía un niño pequeño y perdido entre una multitud de gente en un lugar extraño — ¡D-Dime que aún eres mi novio! ¡M-Miénteme m-mas! ¡F-Finge que a-aun no t-tengo memoria! Te lo suplico…¡Mmmmmp! — Yamada intento apartarlo pero no tenía ninguna fuerza en ese momento. Solamente se dejó caer al suelo y dejó que Aizawa lo besara por un rato bastante largo. Lo insultaba entre besos y este solo parecía querer reírse de forma amarga.

Pasaron alrededor de veinte minutos sin decirse nada y estando abrazados frente al televisor sentados en la sala. Cuando Aizawa sintió al rubio al fin más calmado y menos histérico le sonrió con todo el amor que pudo y le acaricio el rostro. Yamada no podía estar más avergonzado después de todo le había hecho una pataleta peor que la de cualquier colegiala.

—Por poco y me trago de verdad esa actuación de hombre rudo esta mañana… me sorprendiste mucho ¿Sabes? — Aizawa quería darle a entender que todo estaba bien y empezar fastidiándolo le parecía lo mejor.

—Shut up… — se abrazo más a él y trató de ocultarle su rostro.—Fuiste un novio asombroso… — tenía la necesidad de confesar eso antes de que otra cosa saliera mal.

—Hizashi — le tomó fuertemente de la mano y luego le alzó el mentón. — ¿Puedo ser tú pareja? — ante el rostro lleno de sorpresa de este procedió a continuar — Ya que me es tan fácil asumir ese papel creo que sería estúpido no intentarlo.

—¿Hablas enserio?

—Eres mi mejor amigo y siento que quiero tratar de ser el responsable de tú felicidad ya que lo eres de la mía. Me enamoré de ti por completo anoche por banal que te pueda sonar… — el rubio se sonrojo con bastante fuerza — Ya venía peleando con lo que sentía pero tuve que hacerte mío para convencerme...—Aizawa parecía ido por completo, como si toda la revelación y la discusión anterior le hubiese válido medio rábano en sus ojos solo había un deseo ardiente y totalmente quemante hacia su persona. Yamada identificó esas brazas en sus ojos, las había visto desde que despertó sin recuerdos. Deseos infinitamente reprimidos y todos dirigidos hacia él. Quien sabe por cuanto tiempo y por cuantos años.

—Que mal mentiroso.. — esa sonrisa otra vez. Aizawa maldecía y bendecía esa sonrisa al mismo tiempo siempre que la veía. Lo desquiciaba por completo— Nunca te pensé capaz de vivir en la negación.

—Te quiero… — con esa sola frase todas las defensas de Yamada fueron destruidas, lo vio flaquear ante su presencia y su cercanía y no pasó demasiado tiempo para volver a poseerlo aunque este no se la dejo fácil, el rubio le arrancó cada palabra de amor y verdaderos sentimientos hacia él por la fuerza entre gemidos y gritos ya que era al parecer la única forma de hacerlo hablar con sinceridad. Ahora era de forma consiente y ninguno iba a poder escapar de esa prisión llamada amor. Terminar poniendo en orden todo lo que sentían de esa manera fue la única valida para dos tipos tan orgullosos. Y definitivamente esa historia quedaría para el recuerdo.