Querido Reginald
Estuviste increíble, lo tienes donde siempre
Att: JP
Harry suspiro
Cuando conocía a Jean Paul Delacour sabía que sería un dolor de cabeza, pero no esperaba que fuera tan pronto. No pasado ni siquiera dos semanas de su última reunión antes de que apareciera de nuevo en su oficina con una maldita sonrisa y un papel en sus manos
Si eso no llamará la atención habría puesto barreras anti-aparición por toda la casa, desafortunadamente, ni siquiera el ministerio era tan tonto como para no darse cuenta de eso y ahora tenía que vivir con Jean Paul apareciendo cuando quisiera en su oficina
No le importaba tanto la muestra de poder flagrante que tenía sobre él, sino más bien el hecho de tener que estar atento para no sorprenderse siempre. Si no supiera que Jean no le serviría para avanzar con sus planes a pasos agigantados, Jean Paul ya no estaría entre los vivos
Sin embargo, estaba claro que Jean Paul Delacour era un hombre que sabía lo que hacía puesto que, tan solo un año después, su pequeña empresa se había instalado con éxito en el mundo mágico y estaba comenzando a generar ganancias sustanciales gracias a su intervención
Le debía a Jean Paul una deuda y, desafortunadamente, Jean Paul estaba totalmente consciente de eso si los constantes "encargos" que le hacía personalmente eran una indicación. Nada del otro mundo, por supuesto, no eran más que asesinatos y robos muy manejables, pero aun así era molesto tener que estar a la disposición de alguien
-Al menos paga bien- si incluso Tom consideraba este caso perdido, a pesar de que era mucho más arrogante que él, Harry estaba seguro de que era un caso perdido
Y tenía razón, por cada encargo recibía un pago muy sustancioso e incluso a veces una pequeña propina
-¿Qué es lo que quiere? -
Harry no tenía idea, pero estaba poniéndose cada vez más ansioso por descubrirlo. Un hombre que había sobrevivido en el mundo en el que Jean Paul vivía no hacía nada por la voluntad de su corazón y Harry se estaba preparando para lo peor, como siempre, sin embargo, Tom creía que no sería así, pero era demasiado paranoico como para calmarse
Tom también lo era, pero uno de los dos tenía que ser el conciliador y Harry no estaba dispuesto a serlo
-Disculpe, señor, su comida-a su oficina entro una chica vestida con traje de mucama que tenía en las manos un plato de comida
Eso fue una mejora considerable en todo sentido de la palabra y Harry estaba satisfecho con eso
Durante el año que había estado trabajando para Jean Paul y finalmente había decidido cambiar todo. Había comprado las casas adyacentes a la suya y había la pequeña casa en la que había crecido remodelado con magia y su propia mano de obra y había terminado viviendo en una pequeña mansión y obviamente ninguna mansión podía funcionar sin mucamas
Que las mucamas fueron increíblemente atractivas fue por insistencia de Tom, quien juraba que se lo agradecería en la pubertad. Harry no lo entendió, pero hizo un gran ahorro simplemente tomando a las prostitutas de sus casas y "ascenderlas". Ellas estaban felices, Tom estaba feliz y Harry se ahorraba mucho dinero
-Gracias-
Lentamente las cosas estaban cayendo en su lugar y lentamente Harry estaba comenzando a ponerse más nervioso, aún más con todo el acuerdo con Jean Paul
Harry suspiro profundamente cuando una carta apareció con un suave chasquido. Jean Paul Delacour era un hombre excéntrico y no tenía miedo de demostrárselo a nadie
Por cierto, mi encantadora esposa me acaba de informar que estas cordialmente invitado a la pequeña cena que vamos a organizar
Nada más que unas mierdas arrogantes y arrugadas que estoy seguro te encantaran
Cómprate un traje y unos bonitos zapatos o usaras uno de mis trajes
Tu querido amigo JP
Por cierto, yo mismo iré en persona para recogerte, así que espero que estés listo a las nueve de este sábado
Bye Bye
Tom se carcajeo tanto que tuvo que sostenerse de una pared para evitar caerse
Harry simplemente suspiro
-.-.-.-.-.-.
Jean Paul sonrió cuando se apareció en el ya familiar despacho de Harry Potter y tuvo que evitar carcajearse cuando lo vio luchar contra el cuello de la camisa de vestir incómodamente apretado y francamente innecesario
Malditas corbatas. Ni siquiera tenían una razón útil para estar en el traje, solamente era un pedazo de tela increíble que te hacia parecer como un perro con collar. Malditas corbatas
-Te vez bien-
-Tan bien como un perro entrenado-
Su francés era burdo, su fluidez era mediocre y su acento era espeso, pero era una mejora notable a las primeras veces que lo había obligado a entrar en una plática en francés. Todavía era horrible y su patriota interior quería matarlo por destrozar su lengua materna de ese modo, pero aún le quedaban muchos años para practicar
-Bien, así sabemos que no eres un idiota pomposo. Créeme, ya tendremos demasiados en la fiesta-
La única razón porque la que soportaba a esos perros arrogantes era por las apariencias y, ahora, tenía a alguien que podía entenderlo. Harry Potter era una rata callejera, como él, y odiaba estar en presencia de alguien que no sabía lo que era pasar hambre, al igual que el
Jean Paul estaba consciente de que solamente asistía por la gran oportunidad de conocer a personas poderosas políticamente con los que pudiera llevarse bien genuinamente y, aunque era una esperanza vacía, Jean Paul había hecho lo mismo en sus comienzos
Todos los políticos no eran más que ratas ansiosas de poder que no se tentarían el corazón por nada y a los que realmente no les importaba nada más que obtener más poder del que ya tenían. Basura de la más baja, pero eran necesarios para que personas que no habían nacido en cuna noble pudieran entrar a esos círculos
Igual, Jean Paul se había rendido hace mucho para tratar de hacer cambios en el mundo y ciertamente no comenzaría ahora por un mocoso que se parecía ligeramente a él. Si todos sus pensamientos estaban enfundados, el niño aprendería a moverse entre ellos con la suficiente rapidez
Jean Paul tomo desprevenido al niño y lo apareció en su casa. La incomoda sensación de ser aplastado y pasado por el ojo de una aguja en cuestión de segundos era ya familiar para Jean Paul, sin embargo, no para Harry Potter quien termino vomitando todo su almuerzo en su piso
Si no tuviera elfos domésticos realmente estuviera enojado. Pero considerando que ni siquiera tardarían en limpiarlo y que prácticamente los elfos domésticos se entretenían limpiando cosas desagradables no pudo hacer nada más que sonreírle
-Si, desagradable desde el principio-
La mirada que le dio fue suficiente para hacerlo reír. Ahora entendía a su tutor. El viejo bastardo siempre lo molestaba y ahora entendía porque parecía disfrutarlo tanto. Ciertamente se la estaba pasando bien ahora
Avanzó con una sonrisa, sabiendo perfecto que Harry Potter lo estaba siguiendo con molestia en su paso, sin importar cuanto tratara de ocultarlo. Había sido difícil leer al niño al principio, pero Jean Paul había pasado una cantidad considerable de tiempo analizando el comportamiento del niño y había podido identificar los matices más finos de su comportamiento. En cierto modo el niño era como Gabrielle, solo que Harry Potter no tenía instintos Veela que mantener controlados
Era raro, si, pero no lo más raro que Jean Paul había visto y no se iba a meter en asuntos que no le importaban
Entró al salón principal para ver a su esposa y a sus gemelas vestidas elegantemente y luciendo todas como damas de alta alcurnia, perfectamente cómodas en los incomodos vestidos. Jean Paul sonrió orgullosamente a toda su familia y deseo estar solo con su esposa para arrancarle ese incomodo vestido
-Cariño. Traje a un invitado estrella-
Apolline le lanzó una mirada de conocimiento y Jean Paul no pudo evitar devolvérsela. Se estaba divirtiendo mucho más ahora de lo que en diez años de estar rodeado de políticos arrogantes y pomposos. Al parecer las ratas callejeras se espíritus afines, ¿Quién lo hubiera pensado?
-Espero que sepas lo que estás haciendo Jean-a Apolline siempre le había preocupado su línea de trabajo tan particular y sabía que incluso un niño podía acabar con su vida y creía que Harry Potter era una amenaza
No estaba equivocada, pero mientras Jean tuviera más poder político que Harry Potter estaba a salvo
Una vez que deje de ser de su utilidad, por otro lado…
Era un pensamiento aterrador el pensar que posiblemente estaba alimentando a un monstruo que se lo comerá más tarde, pero las mejores apuestas venían con los riesgos más altos
-Tranquila-
El niño entró y Jean Paul pudo ver como los ojos de su esposa se dirigían inmediatamente a su cicatriz e hizo una mueca, sabiendo que omitir que su pequeño protegido era una superestrella de Gran Bretaña le costaría caro
-Ni siquiera a mí me gusta esa mirada-la sutil sonrisa de mierda del niño hizo que su molestia se disparara, pero suponía que era justo. No le tenía que gustar,pero entendía cómo funcionaba el juego de mierda que estaban jugando
-Gusto en conocerlo, Señor Potter-
-Diría que es un gusto, pero su aura es molesta si la dirige directamente hacia mí, así que por favor deje de hacerlo-
Apolline siempre hacia eso con las personas a las que quería avergonzar o antagonizar, no le pareció nada raro que tratara de hacerlo con el niño que le "estaba robando la atención de su esposo", como ella había dicho muchas veces en el pasado año. La mirada sorprendida que lucio por unos momentos hizo que valiera la pena el regaño que vendría después por reírse
-Me disculpo, Señor Potter, es una costumbre-la mirada en los ojos de Harry Potter fue, en una palabra, especulativa
-Si bien esperaba una mejor cortesía dado que soy un invitado, no hay nada de qué preocuparse, obviamente fue mi error-
Jean Paul se carcajeo tan fuerte que resonó por toda su mansión
Su esposa era decente en las artes de la política, como toda esposa de un político tenía que ser, pero Harry Potter había nacido con una habilidad innata que superaba con creces a su esposa y a casi cualquier persona que Jean pudiera recordar haber conocido
Realmente Harry Potter era un carbón que estaba en proceso de convertirse en un hermoso diamante y Jean esperaba poder ser parte de eso
-Recomendaría no antagonizar a mi familia, Harry Potter-
El niño rodo los ojos y asintió de mala gana. Obviamente estaba divirtiéndose y había arruinado su diversión. Bien, era su trabajo, después de todo. Su esposa le lanzó una mirada incrédula antes de volver a ver al niño con un nuevo respeto en sus ojos
Harry Potter era un individuo increíble si podía impresionar a su esposa en el lapso de unos cuantos segundos. Las cosas habrían sido diferentes si el propio Jean Paul hubiera tenido esa suerte
-¿Harry Potter?. Increíble, incluso las superestrellas caen en tus manos, papa-
-¿Soy genial o qué?-su hija no tenía que saber la verdad. Su orgullo no dejaría que eso pasara
Sin embargo, Gabrielle ni siquiera consideró la idea antes de desechar la idea, lo que hizo que Jean Paul hiciera un puchero. Si él quisiera realmente podría tener al niño en la palma de su mano…en cosas que realmente importaban…y por un corto periodo de tiempo…y tratándolo como a un igual
Bien, eso fue deprimente
-Como sea. Harry Potter, conoce a mis hijas, Fleur y Gabrielle Delacour. Niñas, este es Harry Potter-
-Un gusto, Heredero Potter-
-Si, si, lo que sea-
Sus hijas eran tan diferentes que incluso Harry Potter alzo una ceja sorprendido. Gabrielle se había presentado exactamente como se esperaba de ella y con una gracia que dejaba en claro que era de cuna noble. Fleur lo había descartado sin una segunda mirada y de una forma muy altanera. Prácticamente eran agua y fuego
-Un gusto conocerlas a las dos, aunque hubiera apreciado un aviso antes de conocer a tu familia, Jean Paul Delacour-el ligero mordisco en su tono no hizo nada para que Jean dejara de sonreír, después de todo, era más un ladrido que un mordisco
-Dije que vendrán personas importantes, ¿no?-
-Dijiste que venían idiotas arrogantes-su esposa le lanzó una mirada furiosa y Jean tuvo que darle el punto a Harry Potter esta vez
-Meh, semántica-
-Fleur, Gabrielle, ¿Por qué no le muestran al Señor Potter el salón?. Tengo algunas cosas que discutir con su padre-
Ups…realmente no debería jugar tanto con fuego porque se acababa de quemar en este momento
-.-.-.-.-.-.
Harry Potter suspiro cuando entro en un salón muy bien decorado y desprovisto cualquier persona más que unos cuantos elfos domésticos apareciendo y desapareciendo con enormes sonrisas y siempre con las manos ocupadas
Honestamente creía que era innecesario el hecho de tener que conocer a la familia de Jean Paul Delacour, pero el hombre era tan impredecible que realmente no había podido hacer nada antes de estar en el campo de visión de su esposa
-Aunque definitivamente tuvo una suerte increíble-
Si, Apolline Delacour era una absoluta belleza incluso sin el aura Veela, pero Harry pedio todo interés en ella en el momento en el que había querido avergonzarlo públicamente con su aura. Si no hubiera sido esposa de Jean Paul Harry podría haberla hechizado en el momento en el que se dio cuenta de lo que quería hacer
-Entonces mi papa lanzo un hechizo que desarmo al mago y dijo "Escucha, punk…"-
Harry suspiro cuando la voz de Fleur interrumpió sus pensamientos
Las gemelas eran curiosas, por decir algo. Eran completamente idénticas con piel pálida y perfecta, cabello rubio que casi parecía estar brillando y ondeando con el viento, figura esbelta y perfectamente proporcionada y con el par de ojos más azules que Harry había visto. Su personalidad, por otro lado, eran completamente antónimas
Donde Fleur era ruidosa, Gabrielle era callada. Donde Fleur era arrogante, Gabrielle era especuladora. Donde Fleur daba todo por sentado sin preguntar, Gabrielle parecía tener un hambre por el conocimiento que no concordaba con su edad. Fleur parecía ser más salvaje, Gabrielle parecía estar en completo control de sí misma
-Es casi ridículo lo diferentes que son-
Sin embargo, hacía que fuera demasiado fácil saber quién era quien, lo que evitaba problemas a futuro
-Perdón por ella, tiende a divagar con bastante frecuencia-
-Está bien, su padre es igual-
Gabrielle lo miro con curiosidad mientras iba a tomar una bebida. Solo agua. Suponía que tenía sentido dado que los menores de edad técnicamente ni siquiera tendrían que estar en el salón, pero igual era molesto que solamente pudiera tomar agua
-Sabes, eres el primer invitado que padre trae de nuestra edad-
-¿Si?, entonces debo ser afortunado-
-Lo dudo, siempre que padre trae a un invitado a casa significa que lo considera como a una amenaza y está tratando de hacerse su aliado antes de que las cosas se pongan sangrientas-Harry le lanzó una sonrisa a la mirada especulativa de Gabrielle
-¿Amenaza?, solo soy un niño como usted, Heredera Delacour-
-Y tiene el poder mágico más grande que yo he sentido. Incluso más grande que padre-
-Si eres capaz de sentir eso deberías saber que no deberías investigar más de lo necesario-
Harry y Gabrielle se miraron a los ojos por unos momentos en los que Gabrielle se tensó como un resorte y Harry dejo decidió dejar de presionar dado que obviamente Gabrielle, sin importar que tan inteligente y en control de si misma fuera, todavía era una niña en todo el derecho de la palabra y no tenía ninguna ventaja como la tenía él
-Debo advertirte, Harry Potter, que mi hija esta fuera de la línea-
Jean Paul Delacour había regresado con su esposa y, aparentemente, ninguno de los dos estaba contento con su aparente cercanía con Gabrielle. Harry simplemente rodo los ojos y se enfrentó al hombre rubio
-¿Terminaste?-
-En un momento, solo unos cuantos chistes más antes-
-Jean, has terminado-
Harry casi sintió algo parecido a la diversión cuando Jean Paul Delacour básicamente se doblego ante su esposa con tan solo unas palabras. Al menos sabía que Jean Paul tenía a alguien que podía controlarlo independientemente de si quería o no, porque Harry sentía que tenía demasiada libertad por si solo. También era satisfactorio ver al hombre que le había causado tantos dolores de cabeza ser tratado tan mal, pero nade tenia que saberlo
-Bien, como aparentemente he terminado con mi diversión, vamos a comenzar oficialmente-
Jean Paul sacudió su varita y la chimenea rugió en fuego verde. Harry odiaba absolutamente todos los medios de transporte mágicos sin excepción y no pudo evitar hacer una mueca ante el fuego verde. Cuando lo había probado el mundo no había dejado de dar vueltas durante unas horas, no hace falta decir que era el método más odiado por Harry
Cuando el fuego verde se avivó por unos segundos mientras dejaba ver a una silueta formándose Harry supo que la pequeña reunión de Jean Paul acababa de comenzar, así que solamente volvió a suspirar una ultima vez antes de entrar en un papel que había estado diseñando hace poco exactamente para este tipo de eventos
Según Tom ayudaría a mezclarse mejor y a tener la apariencia de un niño común y corriente
-.-.-.-.-.-.
Un político al azar cuyo nombre no era importante entro a la mansión Delacour con su habitual altanería, ya teniendo en mente todo el provecho que podría sacarle a Jean Paul. Si tenía suerte, tal vez una noche con su esposa
-Wow. ¡Es enorme!-
En lugar de tener una deliciosa vista de Apolline Delacour en sus habituales vestidos ajustados, el político fue recibido por un niño de pelo negro con una sonrisa estúpida en su rostro y un acento tan espeso que a penas y era entendible
La risa de Jean Paul, Apolline y una de las niñas Delacour se quedaría por siempre en su memoria
Bueno, eso es todo
Sigo sin saber que día es, solamente sé que falta una semana para comenzar los tramites para la universidad y creo que voy a reprobar, pero bueno, siempre esta la opción de ser mano de obra, ¿no?
Total, espero que lo estén disfrutando
Hasta la próxima (honestamente no sé cuando será, pero será)
