Resumen: Todos los nobles y hombres poderosos de Francia se apresuran a enviar a sus hijos a Versailles tras el anuncio de que la hija única del monarca va a elegir a su próximo esposo, pero uno de los pretendientes no está muy feliz de estar ahí.
Notas:
1) Los Personajes no me pertenecen, son propiedad de ZAG Heroes, y los créditos son de Thomas Astruc y su equipo.
2) Este fic está realizado sin fines de lucro, solo por diversión.
3) Puede contener Spoilers de lo que ha aparecido en la cuarta temporada y de los especiales.
OCURRIÓ EN VERSAILLES
CAPÍTULO 4
Habitaciones de los sirvientes
Tres días más tarde
Aun ni siquiera amanecía y Liiri ya estaba levantada preparándose para su día, poniéndose su uniforme, recogiéndose el cabello y lavando su cara. Tenía que tener todo preparado para cuando la princesa se levantara esa mañana. Tendría que preparar su baño y llevar su desayuno rápidamente desde las cocinas para que no se enfriara en el camino.
Liiri solía ser callada y reservada incluso entre sus iguales. Sabía que la mayoría de los sirvientes estaban celosos de ella por su cercanía a Madame Royale, así que no tenía muchos amigos fuera de Duusu y de Pollen, pero no hablaba mucho con la última por la carga de trabajo que tenía la pobre con la duquesa Bourgeois. De hecho, la princesa Marinette le había ofrecido que se quedara con ella en sus apartamentos, pero la joven tenía una muy buena razón para quedarse al menos por el momento en sus propias habitaciones.
Una vez que estuvo lista, salió de su habitación y subió la escalera para dirigirse a los apartamentos de la princesa, pero en la entrada se encontró a un sujeto que le bloqueó el camino.
-Ah, mademoiselle Liiri, que gusto verla- dijo el hombre desconocido.
Liiri lo ignoró y trató de pasar por un lado, pero el otro hombre la detuvo por un brazo.
-Un momento, solo quiero hacerle una pequeña pregunta- dijo él sin entender que la chica no quería hablar con él- sé que usted conoce a mi amo, el conde de…-
-Suélteme, monsieur- dijo la joven sirviente tirando de su brazo para soltarse de él, pero el hombre tenía bien sujeto su brazo y parecía no haberse percatado de la molestia de Liiri.
-Si me dice a quién favorece la princesa Marinette y nos da información valiosa para mi amo, éste le pagará generosamente- dijo el hombre sacando una pequeña bolsa de monedas de oro- sé que usted es cercana a la princesa y conoce sus secretos…-
-Sí, pero no estoy interesada, monsieur- dijo Liiri soltándose finalmente- si me disculpa…-
La joven se escabulló por los pasillos sin que el hombre pudiera alcanzarla y estuvo a punto de salir cuando se encontró con alguien más. Esta vez, en vez de molestarse, Liiri sonrió ampliamente.
-Monsieur Sass- sonrió ella al ver al administrador del duque de Aquitania- ¿qué está haciendo aquí?-
-Vine a verla como siempre, mademoiselle Liiri- dijo el hombre tomando su mano y acercándola a sus labios- tengo que aprovechar que mi amo se encuentra en Versailles para poder visitarla. La había extrañado-
-Yo también lo había extrañado- dijo Liiri ligeramente sonrojada.
-¿Le gustaría caminar conmigo por un rato antes de que regrese a su trabajo?- preguntó Sass.
Liiri sonrió por un momento antes de hacer una mueca de impaciencia. Quería quedarse con Sass pero tenía un trabajo que hacer, y tenía que apresurarse si quería alcanzar a desayunar antes de que la princesa se levantara. El hombre pareció haberse dado cuenta de ello, así que sacó algo de su bolsillo y lo puso en manos de la joven.
-Espero volver a verla pronto- dijo Sass tomando su mano libre de nuevo y acercándola a sus labios sin dejar de mirarla a los ojos, haciéndola sonrojarse hasta la raíz del cabello.
-Gra…gracias, monsieur- dijo ella en voz tan baja que Sass apenas la escuchó.
Apenas alcanzó a pronunciar una breve despedida cuando el hombre se fue, Liiri miró el contenido del paquete que le había entregado, que eran tres pequeños choux de crema envueltos en un pañuelo. Se sonrojó aún más al recordar que alguna vez en el pasado había mencionado a Sass que eran sus favoritos.
Liiri sacudió la cabeza y, tras guardar con cuidado los pastelitos, se apresuró al palacio para comenzar su trabajo. Sass la miró alejarse desde el interior del palacio con una sonrisa enamorada.
x-x-x
Parterre de Latone
Más tarde
A pesar de que seguía algo gruñón, el mal humor de Adrien había desaparecido y estaba comenzando a relajarse. Plagg se había dado cuenta que, lejos de la influencia de su dominante padre, su joven pupilo estaba comenzando a relajarse y mostrar su verdadera personalidad alegre.
No solo eso, sino que se había vuelto algo cercano a Nino Lahiffe en muy poco tiempo. Ambos habían salido juntos a cazar una tarde cuando mientras que tanto mademoiselle Alya y la princesa estaban ocupadas en otras actividades. Incluso Plagg se había divertido durante la caza, sobre todo fastidiando al sirviente de Nino, un hombre de mediana edad y expresión solemne llamado Wayzz. No solo eso, había sido la primera vez en mucho tiempo que escuchaba a Adrien reír sinceramente, ni siquiera cuando estaba acompañado de Kagami.
Esa mañana, sin embargo, Adrien estaba solo porque Nino había sido llamado por Alya para evaluarlo y Plagg… quien sabe dónde estaría. El rubio tenía sentimientos encontrados. Por una parte sabía que Nino no quería estar ahí, pero por otra esperaba que se quedara en Versailles para hacer su estadía más agradable. Nunca antes había tenido un amigo.
-¿Qué estoy haciendo aquí?- se preguntó mientras se sentaba en la orilla de la fuente y se oprimía el puente nasal. Se llevó una mano a la frente. Aún no podía creer lo que había pasado el día en que conoció a la princesa Marinette. A pesar de que lo había supuesto, el confirmar que era así de hermosa lo había tomado desprevenido. ¡Esos ojos! Y sobre todo que había hecho el ridículo delante de la familia real. De solo pensar en ella su corazón se acelerara de emoción.
¿Pero en qué estaba pensando? La princesa estaba tan lejos de su alcance que ni siquiera había considerado tener una posibilidad, aunque sí se había sorprendido al ver el efecto que la bella mujer había tenido en él.
Ya había pasado un par de días y aún no estaba cerca de siquiera tener una oportunidad de regresar a casa. Ya quería volver a ver a la princesa, pero para que ésta lo rechazara rápidamente y poder volver a Val du Loire al lado de Kagami. Incluso podía pedírselo: decirle que amaba a otra mujer para lo dejara ir, aunque eso no era del todo cierto, pero estaba seguro de que la princesa se lo concedería.
Una risita lo sacó de sus pensamientos. Vio a una joven castaña caminando cerca de él rumbo a la fuente y abanicándose mientras que miraba a Adrien sobre su abanico. El rubio alzó las cejas al volverse hacia ella. No recordaba haberla visto con las damas de compañía de la princesa Marinette, pero al mismo tiempo había estado tan nervioso que quizá no se dio cuenta.
-¿Quién…?- se dijo a sí mismo, pero la mujer se acercó a él con una sonrisa, despidiendo con un movimiento de su abanico a su chaperona, quien se alejó unos pasos antes de acercarse aún más a él.
-Salut, beau gosse- dijo la joven al acercarse un poco de más hacia él. El joven instintivamente dio un paso hacia atrás con una pésima impresión por la manera en la que se había acercado a él- vamos, no tienes que temerme, solo vengo a saludar-
-Me temo que no tengo el honor de conocerla, madame…- dijo Adrien seriamente.
-Lila Rossi. Soy la sobrina del duque de Milán- dijo la joven.
-Ah… eh…encantado, madame- dijo el rubio educadamente antes de darse cuenta de que no se había presentado también- Adrien Agreste-
-Por supuesto, el más apuesto de los pretendientes de Madame Royale- dijo Lila en un tono burlón- no importa, no es como que usted o alguno de los otros tienen una oportunidad de conquistarla. ¡Qué pena! Pero su corazón ya pertenece a otro-
Adrien alzó las cejas. No que le importara, realmente no tenía el menor interés en la princesa o en ser el próximo rey de Francia, pero si su corazón pertenecía a otro, ¿para qué habían llamado a los pretendientes?
-¿Cómo dijo?-
-Lo que escuchó, monsieur- dijo la joven- todo este espectáculo con los pretendientes es mero trámite para el duque de Aquitania. Todo el mundo en la corte lo sabe y están jugando el juego para apaciguar al resto de los pobres nobles que quieren su mano también, pero la princesa ya está decidida por el duque. ¿Y cómo no? Es tan apuesto, rico y galante…-
Lila levantó la mirada, al parecer disfrutando el efecto que sus palabras tenían en el joven.
-No solo eso- dijo Lila- sé de buena fuente que el administrador del duque frecuenta a la sirviente personal de la princesa, debe conocer bien todos sus secretos. Esto ni siquiera es una competencia…-
Adrien tembló de enojo al escuchar eso. Entonces, ¿todo eso no era más que un engaño?¿Ni siquiera tenía que haber dejado a Kagami ya que todo eso era una farsa y una pérdida de tiempo? Y la princesa Marinette, ¿estaba burlándose de ellos mientras tanto?
-Oh no, ¿se encuentra bien, monsieur?- dijo Lila poniendo una mano en su hombro fingiendo preocupación, pero sin poder evitar sonreír. Adrien se la sacudió bruscamente.
-Sí, todo bien. Yo… tengo que irme- dijo el rubio antes de dejarla y caminar furioso de regreso al palacio.
-Fue un placer haberlo conocido…- canturreó ella al verlo alejarse con una sonrisa, moviendo su abanico como despedida.
Adrien no le respondió. ¡Estaba tan enojado! Y ahora sabía que todo ese sufrimiento suyo era culpa de la princesa Marinette.
x-x-x
Teatro del Agua
Al mismo tiempo
Nino estaba nervioso por una razón muy diferente que el resto de los pretendientes de la princesa Marinette, y era porque estaba con madame Césaire, la dama de compañía principal. Desde el momento en que la había visto durante la presentación de los pretendientes, Nino había quedado prendado de ella y se había arrepentido de haber dicho que no quería estar ahí.
-Parece un poco distraído, monseiur- observó Alya con una sonrisa traviesa.
-N…no, para nada, madame- sonrió él nerviosamente- estaba admirando el teatro de agua, es en verdad una hermosa vista-
Alya sonrió levemente y continuaron caminando alrededor del teatro sin decir mucho. La pelirroja podía sentir el nerviosismo del joven. Extendió su mano a él y puso una mano en su hombro con una sonrisa.
-Está bien- dijo ella en voz baja con la intención de ayudarlo a sentirse mejor- no tiene porqué estar nervioso, mi reporte a Madame Royal será favorable…-
Nino no respondió, sino continuó caminando cabizbajo y lanzando algunas miradas de reojo a la pelirroja. Alya no comentó nada, no quería hacerlo sentir mal. ¿Qué le pasaba? ¡Si había ensayado toda la noche lo que le diría a Alya esa tarde! ¡Tenía que hacerlo! Se detuvo de golpe y se volvió hacia ella seriamente.
-Madame, hay un favor que quiero pedir de usted- dijo Nino.
-Claro…¿qué necesita?- dijo ella confundida.
-Que por favor le diga a Madame Royal que soy una persona horrenda- dijo el joven seriamente- dígale que soy grosero y horrible, para que me libere de mi sitio como su pretendiente y sea capaz de cortejarla a usted-
Alya se quedó inmóvil al escuchar eso. No sabía que responderle.
-Eh… yo…- dijo la joven ruborizada y tardó unos minutos en responder. Estaba dividida entre su sorpresa y su lealtad hacia la princesa- monsieur, me siento mucho, pero tengo que esperar a que Madame Royale haga su elección. De la misma manera, no me atrevo a mentirle a la princesa-
Nino bajó los ojos y suspiró derrotado.
-Entonces esperaré un poco más a que la princesa me descarte, porque mi corazón le pertenece a usted desde que la vi por primera vez- dijo el joven resignado.
Alya se sonrojó aún más y no supo que responder. Ella siempre había sido astuta y sabía que decir, pero este chico la había dejado sin palabras.
-¿Volvemos al palacio, monsieur?- dijo finalmente.
Como respuesta, Nino ofreció su brazo a la joven, quien lo tomó con una sonrisa y caminó con él de regreso al palacio. Alya sentía las mejillas calientes mientras que los dos caminaban por los jardines. No se había imaginado que pasaría eso, y tenía que informarle a la princesa. Sabía que su amiga no se molestaría por ello, y la verdad era que el joven no le disgustaba.
x-x-x
Apartamentos de Marinette
Más tarde
Mientras Alya evaluaba a los pretendientes, Marinette se preparaba para cenar pero se había negado a hacerlo antes de que su mejor amiga llegara. El resto de las chicas estaban charlando en los sillones, tratando de decidir cuál era el más guapo de los pretendientes y discutiendo sobre algunos de los reportes del día anterior que Alya les había ofrecido.
Viendo a Marinette mirando por la ventana, Liiri sirvió una copa de vino y se la ofreció a la princesa.
-¿Desea algo de beber, madame?- dijo ella.
-Gracias, Liiri- dijo la princesa con una leve sonrisa tomando la copa- ¿sabes dónde está Alya?-
-Cuando fui por la cena, vi a madame Césaire regresando al palacio con monsieur Lahiffe- dijo la joven- ¿madame desea que salga a buscarla?-
-No, has estado corriendo por todo el palacio todo el día- dijo Marinette sacudiendo la cabeza- siéntate por un momento-
Liiri no alcanzó a responder porque Alya entró por la puerta con una expresión sonrojada. No solo Marinette, sino que el resto de las chicas se levantan curiosas.
-¿Alya?¿Qué sucedió?¿Porqué tardaste tanto?- dijo Marinette.
-Madame, lamento llegar tarde- dijo Alya apenada con una expresión distraída.
A pesar de que no había dicho nada importante, Marinette supo inmediatamente que algo importante había sucedido por su sola expresión. De inmediato hizo que su amiga se sentara y pidió a sus damas de compañía que las dejara solas. Liiri también se apresuró a servir la cena de la princesa y de su amiga antes de salir de la sala en silencio.
-Ya estamos solas- dijo Marinette mirándola con curiosidad- ¿qué fue lo que sucedió?-
-No me vas a creer- dijo Alya dejando a un lado la formalidad con la que siempre se dirigía a la princesa en público, y procedió a contarle lo que había sucedido esa tarde con Nino Lahiffe, cómo había sido su evaluación y lo que le había pedido que hiciera.
-¡Lo sabía!- dijo Marinette emocionada- ¡sabía que le habías gustado a ese chico! ¿No te lo había dicho?-
-Pero… está aquí como tu pretendiente y…- dijo Alya apenada.
-¿Te gusta?- la interrumpió la princesa.
-¿Qué… qué tipo de pregunta es esa?- dijo la pelirroja- yo solo estaba…-
-Es una pregunta sencilla, ¿te gusta monsieur Lahiffe?- dijo Marinette y, al verla dudar, agregó- no me hagas ordenarte que me lo digas-
-Ni siquiera lo soñaría- dijo Alya antes de respirar hondo- quizá sí me gusta pero…-
-Entonces no se diga más- dijo ella sonriendo ampliamente- lo liberaré de su deber para que pueda cortejarte si lo desea-
Alya sonrió sonrojada. No podía creer lo que había pasado, y que la princesa hubiera renunciado a uno de sus pretendientes por ella.
-Gracias-
-No me lo agradezcas, Alya- dijo Marinette- eres mi mejor amiga y quiero que seas feliz también-
x-x-x
Pasillo en la planta baja
Al mismo tiempo
Plagg había estado en la cocina buscando algo de comer (por que las comidas que ofrecían a los sirvientes no eran muy sustanciosas para su gusto) y ahora se dirigía de regreso a los apartamentos de Adrien tras caer la noche. Había escuchado varios rumores interesantes en el palacio que quería conferirle al chico antes de que se fuera a dormir.
Si había algo que Plagg sabía hacer era observar y escuchar. Era paciente a pesar de su apariencia despreocupada, lo que hacía que otros bajaran la guardia en su presencia.
A diferencia de la mayoría de los tutores y sirvientes personales de los pretendientes, Plagg había nacido como un noble; era hijo de un segundo hijo sin ninguna propiedad ni herencia a su nombre, y esa era la razón por la que había tomado ese trabajo con los Agreste. Su experiencia como el nieto de un gran noble era invaluable y la usaba en beneficio del chico a su cargo.
Aún iba pensando en la información que le iba a trasmitir a Adrien cuando una mujer caminando en sentido contrario lo sorprendió tanto que casi deja caer el candelabro que llevaba en su mano. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y su boca un poco. La mujer frente a él no estaba mucho mejor.
-Ma…madame Tikki- dijo Plagg sin aliento.
-Monsieur Plagg- dijo ella fríamente, componiéndose más rápido que él- es una sorpresa verlo en Versailles-
Plagg abrió la boca por un momento y luego la cerró. No esperaba encontrarse a su antigua prometida en el palacio, pero tenía sentido ahora que lo pensaba. Su corazón dio un extraño vuelco al recordar el día que había dejado atrás a Tikki pensando que no volvería a verla.
-¿Qué hace aquí, monsieur?- dijo la mujer antes de que Plagg pudiera reaccionar- no recuerdo haberlo visto con los pretendientes por la mano de Madame Royale-
-Por supuesto que no. Solo estoy acompañando a mi pupilo, el chico Agreste- dijo Plagg. Tikki alzó las cejas, seguramente preguntándose que hacía un noble como él como sirviente de un joven burgués- es una larga historia que involucra una hermosa mujer que me rompió el corazón-
-Como si usted no fuera el culpable de eso- dijo ella.
-Si recuerdo bien lo que sucedió, madame, fue su familia quien me consideró inadecuado- dijo Plagg fríamente antes de inclinarse levemente- lo siento pero debo regresar al lado de mi amo-
El hombre continuó su camino por el pasillo y se dirigió a los apartamentos de Adrien pasando al lado de Tikki, quien lo siguió inmóvil con la mirada. A pesar de la manera en la que se fue, tan pronto como desapareció de la vista de ella Plagg tuvo que apoyarse en la pared y se puso una mano en su pecho tratando de tranquilizar el latido de su corazón.
Tikki. No había esperado volver a verla jamás, pero debió haberse imaginado que estaría en Versailles. La mujer a la que había cortejado y que tan cruelmente lo había echado de su vida diciéndole que su familia no aprobaba de él por su estado financiero. Ni siquiera había tenido el valor de decírselo en persona, sino que le había enviado una carta diciéndole que ya no lo amaba. Con el corazón roto, Plagg se fue de París a Val du Loire para terminar como tutor del joven Agreste.
Después de respirar hondo para componerse y asegurarse de que sus facciones no lo traicionarían, Plagg regresó finalmente a los apartamentos de Adrien para encontrarse con otro problema. El chico nuevamente había dejado su cena intacta y estaba enfurruñado frente a su escritorio.
Plagg gruñó en voz alta y se apretó el puente nasal. Si había creído que ya había superado su enojo por estar ahí, no sabía qué había pasado ahora para causarle perder el apetito pero estaba de humor para lidiar con eso.
-¿Y ahora qué pasó?- dijo Plagg tratando de juntar toda la paciencia que le quedaba.
-¿Qué crees que pasó?- dijo Adrien- me enteré que todo esto es una pérdida de tiempo y la princesa Marinette ya estaba decidida por uno de nosotros incluso desde antes de convocar a los pretendientes-
-¿Qué?- dijo el hombre mayor frunciendo el entrecejo- ¿quién te dijo eso?-
-Una… una dama que encontré en los jardines- respondió el rubio- dijo que la princesa está decidida por el duque de Aquitania y que todo esto es solo una formalidad para que los nobles no se lo reclamen-
-Si eso fuera cierto, ¿porqué te tiene tan enojado?- dijo Plagg sin entender- creí que todo esto no te interesaba…-
-¡Porque ni siquiera debería estar aquí, Plagg!- dijo Adrien alzando la voz- debería estar en casa, debería estar con Kagami…-
El hombre mayor respiró hondo. Eso no era lo que había escuchado en la corte, y vaya que sus fuentes eran confiables. ¿Quién sería esa dama que se acercó a Adrien? Si una una de las damas de la princesa, no le habrían dicho eso.
-Te dije que tuvieras cuidado con quien hablas, porque la gente de la corte no siempre quiere ayudarte. Mis fuentes dicen lo contrario, Adrien- dijo Plagg- que la princesa sí está interesada en él pero que no está decidida aún-
-Pues que se decida de una vez y me deje ir- dijo Adrien- ni siquiera la he visto desde que llegué, excepto ese día en que hice el ridículo delante de ella y…-
-Paciencia- lo interrumpió Plagg- mañana te revisará madame Césaire y después de ello ya podrás convivir con la princesa. O mejor aún, te enviarán a casa-
-Espero que me envíen a casa- dijo el rubio tristemente mientras que tomaba su pluma y comenzaba a escribir.
Plagg respiró hondo y se sentó frente a la bandeja de alimentos, tomando un trozo de queso y engulléndolo mientras veía a su pupilo muy concentrado escribiendo. Ahora que lo recordaba, nadie le había entregado cartas para el chico en los últimos días. De Gabriel no le sorprendía, pero hubiera jurado que la marquise le hubiera enviado alguna nota.
-¿No has tenido noticias de Kagami?- preguntó él.
-Ni una palabra- dijo Adrien tristemente sin siquiera levantar la mirada- volveré a escribirle, espero que pronto me responda-
-Insisto que deberías decirle la verdad- dijo Plagg.
-Si tengo suerte, mañana me envían a casa y todo esto terminará- dijo el rubio- ya te dije que no quiero causarle dolor si se entera que soy un pretendiente de la princesa-
-Le causarás más dolor si le ocultas cosas- dijo su tutor, pero Adrien no estaba escuchando.
x-x-x
Galería de los Espejos
Al mismo tiempo
El conde de Nice no estaba nada feliz. Había sido evaluado por madame Césaire y apenas había pasado por su inspección gracias a que su padre había hablado con el rey y exigido que tuviera una oportunidad. Sabía que tendría una desventaja a los ojos de la princesa por que confiaba en su dama de compañía, así que necesitaba otra ventaja, algo que hiciera que la princesa cayera rendida. Necesitaba información.
-Pero monsieur- le dijo su sirviente- ninguna de sus damas de compañía va a hablar. Al contrario, sospecharían que monsieur está tratando de sacar información y le informarían a la princesa-
-Mmm…- dijo Xavier Yves mientras miraba su reflejo en uno de los espejos de la galería- en ese caso, debemos conseguir información de otras personas. De su sirviente personal…-
-Ya lo intenté- le respondieron- la muchacha ni siquiera se volvió a mirar la bolsa de dinero-
-Entonces debes sacarle la información de una manera más persuasiva. Duplica la suma de dinero que le ofreces- dijo Xavier Yves- seguramente sabe lo que vale su información y la dará a quien pague más-
-¿Y si aún así se niega?- preguntó el sirviente.
-Entonces amenázala- dijo el noble- si el dinero no la hace hablar, el miedo lo hará-
El sirviente asintió y siguió a su amo fuera de la galería y hacia sus habitaciones.
x-x-x
CONTINUARÁ…
¡Hola a todos! Las cosas no parecen ir bien para Adrien, pero debió haber escuchado a Plagg y no hacer caso de lo que le dice Lila. Nino se enamoró a primera vista de Alya y le pidió que lo sacara de la competencia porque quería cortejarla. También tienen en la mira a Liiri por lo que sabe sobre la princesa.
Sufran conmigo con el fic de Misao-CG.
Muchas gracias a todos por sus reviews. Abrazos.
Abby L.
