Hola, aun me falta la pareja de Neville, estaba pensando en Tracy Davis, porque creo que una Slytherin seria buena para el, también estaba pensado yo puedo perdonar a Draco por todo lo que hizo, también a Narcissa, después de todo ella solo era una madre protegiendo a su hijo, pero Lucius, pero no voy a permitir que Lucius quede sin castigo después de todo lo que hizo, no puedo cuando personas buenas como Fred, Remus, Tonks, Colin y Lavender ( su único error fue enamorarse de alguien que quería a alguien mas, voy a reivindicarla) sacrificaron sus vidas para detener la causa de la que el era un fiel partidario ( hasta que perdió el favor de Voldemort), así que me preguntaba si les gustaría leer que Narcissa se enamore de alguien mas, acepto sugerencias de quien puede ser. Espero que el capitulo les guste y que no les parezcan demasiado largas algunas intervenciones, trate de abarcar diferentes reacciones y díganme que piensan de las introducciones a las parejas.

Quien quiere leer ahora_ pregunto el director, Amelia levanto la mano, le pasaron el libro, pero antes de que empezara, las puertas se abrieron y entraron Fleur Delacour y Viktor Krum.

Que hacemos aquí_ pregunto Fleur, entonces vio a Bill, quien la saludo con un beso y procedió a explicarle, pero antes de que lo hiciera…

Viktor! _ grito Hermione feliz de ver a su amigo y arrojándose a sus brazos, Viktor igual de feliz la levanto del suelo y procedió a girarla. Esto ocasiono diferentes de sus hermanos, Bill y Charlie fruncieron el ceño, pues no les gustaba nada ver a su hermanita en brazos de un chico y menos uno que era un jugador famoso y mayor, mientras George estaba dividido entre fulminar a Viktor y mirar a su gemelo que estaba apretando los puños, para no ir a golpear a Krum, pues verlo tocando a Hermione le provoco una sensación en el estómago que no pudo identificar (mejor dicho, si pudo pero no quería admitirlo), los únicos que estaban tranquilos eran Harry y Ron, porque sabían que solo eran amigos y Ginny que se estaba divirtiendo con las expresiones de sus hermanos. Por otro lado, estaban Arthur, Sirius y Remus quienes opinaban igual que los hermanos, per al ser adultos decidieron que solo lo vigilarían.

En la mesa Slytherin, las hermanas Greengras estaban felices con la llegada de Krum, ellas recordaban que Hermione y Viktor habían ido al baile y pensaban que tal vez con el ahí que pudieran tener el camino libre con Harry y Ron, lo que sucedía es que ambas habían estado intrigadas con ellos, por un tiempo, pero nunca intentaron nada por los prejuicios que ellos tienen contra su casa, esperaban que con la lectura pudieran convencerlo de que ser Slytherins no las hacia malas. Iban a aprovechar la lectura para acercarse a ellos.

Cuando el abrazo termino, Viktor pregunto qué hacían ahí.

Nos han mandado unos libros sobre la vida de Harry y tenemos que leerlos para poder cambiar el futuro_ dijo Bill en un tono, no muy amigable que sorprendió a su novia, pues ella solo conocía su lado dulce, el trio también lo observo sorprendido, no entendía las expresiones de sus hermanos y Ginny divertida, pues al ser la única niña hasta ese momento sabía lo que pasaba, pero también se alegraba de que no fuera la única a la que celaban.

Sin embargo, Viktor no se dio cuenta y se dejó llevar por Hermione a la mesa de Gryffindor donde el único lugar disponible era al lado de Oliver, quien se emocionó por tener a un jugador tan famoso a su lado; así que le ofreció su mano_ soy Oliver_ Viktor_ le contesto feliz de que tal vez pudiera hacer algunos amigos mientras este ahí.

Por otro lado, Fleur se encontraba recibiendo las miradas de Molly, Ginny y Hermione, después de que Bill la presento como su novia, Molly no sabia que pensar de la chica, mientras que las chicas recordaban muy bien a Fleur y no les hacia gracia que estuviera con Bill, pero las tres estaban de acuerdo en darle una oportunidad, Bill por su parte esperaba que todas llegaran a aceptar a su novia.

Una vez acomodados la lectura empezó.

El vidrio que se desvaneció_ leyó Amelia

Habían pasado aproximadamente diez años desde el día en que los Dursley se despertaron y encontraron a su sobrino en la puerta de entrada, pero Privet Drive no había cambiado en absoluto.

Nada cambio en 10 años_ pregunto Parvati.

No, los Dursley se enorgullecen de ser personas normales con vidas perfectas, para ellos no hay nada que debería cambiar_ respondió Harry

Vivir con ellos debe ser muy aburrido_ dijo Angelina, antes de mirar a Harry con culpabilidad, después de todo, hablaban de su familia, pero lo vio asintiendo.

Lo es, antes de venir a Hogwarts me aburria mucho_ fue todo lo que dijo Harry no queriendo admitir que pasaba todo el tiempo solo.

Como no dijeron más la lectura continuó.

El sol se elevaba en los mismos jardincitos, iluminaba el número 4 de latón sobre la puerta de los Dursley y avanzaba en su salón, que era casi exactamente el mismo que aquél donde el señor Dursley había oído las ominosas noticias sobre las lechuzas, una noche de hacía diez años. Sólo las fotos de la repisa de la chimenea eran testimonio del tiempo que había pasado. Diez años antes, había una gran cantidad de retratos de lo que parecía una gran pelota rosada con gorros de diferentes colores,

el trio y los gemelos se echaron a reír sorprendiendo a todos.

Harry tus tíos son raros, porque le tomarían fotos a una pelota con gorros de colores_ pregunto Dean, pensando que estaban locos, pero no queriendo molestar a Harry.

No le tomaban fotos a una pelota, espera y veras_ le contesto.

pero Dudley Dursley ya no era un niño pequeño,

En ese momento todos se echaron a reír, aunque los adultos estaban preocupados de como un niño pequeño podía parecer una pelota.

y en aquel momento las fotos mostraban a un chico grande y rubio montando su primera bicicleta, en un tiovivo en la feria, jugando con su padre en el ordenador, besado y abrazado por su madre… La habitación no ofrecía señales de que allí viviera otro niño.

Donde estabas Harry_ pregunto Tonks con el ceño fruncido.

Todavía ahí, ahora verán_ dijo cuando vio que más iban a preguntar.

Sin embargo, Harry Potter estaba todavía allí, durmiendo en aquel momento, aunque no por mucho tiempo. Su tía Petunia se había despertado y su voz chillona era el primer ruido del día. —¡Arriba! ¡A levantarse! ¡Ahora! Harry se despertó con un sobresalto. Su tía llamó otra vez a la puerta. —¡Arriba! —chilló de nuevo.

Esa no es manera de levantar a un niño_ dijo Molly luciendo muy infeliz.

Esta bien mama, estoy acostumbrado_ la tranquilizo Harry, lo cual no fue correcto, pues ella no dijo más, pero empezó a mirar al director.

Harry oyó sus pasos en dirección a la cocina, y después el roce de la sartén contra el fogón. El niño se dio la vuelta y trató de recordar el sueño que había tenido. Había sido bonito. Había una moto que volaba. Tenía la curiosa sensación de que había soñado lo mismo anteriormente. Su tía volvió a la puerta. —¿Ya estás levantado? —quiso saber.

Al menos dale tiempo para que se despierte_ dijo Fleur en un tono que hizo pensar a Molly que tal vez su futura nuera podría encajar en la familia, solo el tiempo lo diría.

—Casi —respondió Harry. —Bueno, date prisa, quiero que vigiles el beicon. Y no te atrevas a dejar que se queme.

Vigilar el beicon_ preguntaron Hermione, Ron y Molly, Harry asintió.

Pero Harry solo tenias 10 años como te pueden hacer cocinar y si te quemabas_ le dijo Lavender, nerviosa, Seamus al ver eso le paso el brazo por los hombros para tranquilizarla.

Está bien, estoy acostumbrado; además me gusta cocinar_ dijo Harry apretando la mano de su hermana y pidiéndole con la mirada a Ron que no siguiera el tema.

Quiero que todo sea perfecto el día del cumpleaños de Duddy.

Duddy_ repitió Fred mirando a Harry, quien asintió y le dijo que los apodos se pondrían peor.

Dudo mucho que algo pueda ser peor que eso_ contradijo George.

Solo espera_ dio por terminada la discusión Harry.

Harry gimió. —¿Qué has dicho? —gritó con ira desde el otro lado de la puerta. —Nada, nada… El cumpleaños de Dudley… ¿cómo había podido olvidarlo? Harry se levantó lentamente y comenzó a buscar sus calcetines. Encontró un par debajo de la cama y, después de sacar una araña de uno, se los puso.

¡Arañas! Como puedes sacar una araña de tu calcetín como si fuera normal_ hablo Ron.

Pero Harry tu eres bastante ordenado en el dormitorio, como puedes tener tu cuarto tan sucio, que hasta había arañas_ cuestiono desconcertado Dean.

Harry, querido tienes que tener un poco mas de cuidado, las arañas podrían ser venenosas_ le dijo Molly bastante preocupada.

Harry no decía nada, solo mantenía la cabeza hacia abajo.

Al verlo todos decidieron que era mejor continuar.

Harry estaba acostumbrado a las arañas, porque la alacena que había debajo de las escaleras estaba llena de ellas, y allí era donde dormía.

Se desato el infierno, Molly furiosa se levanto y empezó a gritarle al director.

Albus dijiste que ese era el mejor lugar para él_ le grito.

Molly_ empezó Albus tratando de calmarla, pero Sirius, se paró a su lado.

Dijiste que era mejor para el crecer ahí, que, en un hogar mágico, me quieres explicar cómo_ prácticamente le gruño, Remus trataba de tranquilizarlo, aunque lo que más quería era dejar salir a lunático y arrancarle la cabeza al director, todo el respeto que le tenía decayendo.

Realmente pensé que ahí estaría a salvo_ dijo Albus sintiéndose muy culpable.

Creí que lo tenias vigilado_ Amelia decidió que era mejor intervenir, antes de que las cosas se salieran de control.

Lo hacía, tenía a alguien cuidándolo cuando sus tíos salían, pero supongo que ella nunca sospecho lo malas que eran las cosas_ le respondió abatido.

No va a volver ahí, no lo voy a permitir_ dijeron al mismo tiempo Molly, Remus y Sirius, por primera vez estando de acuerdo en algo, el director estuvo de acuerdo, jamás permitiría que Harry volviera ahí.

Creo que eso será mejor discutirlo en el descanso_ dijo Amelia mirando al ministro quien asintió rápidamente pensando que el profeta tendría un festín cuando descubrieran que Harry Potter había sido abusado, le dijo a Percy que apuntara que eso seria lo primero a tratar, Percy asintió, porque, aunque Harry fuera un niño problema, nadie merecía ser tratado así, Umbridge parecía que había tragado un limón, ahora todos sentirían lastima por el mocoso, estaba ansiosa por comprobar sus mentiras.

Severus ya no sabia que creer, Potter no había sido un niño mimado, podría haber estado equivocado sobre él?, sacudió la cabeza, Draco le había dicho como se comportaba cuando no estaban los profesores, debió ser por los genes de su padre, si realmente no fue mimado.

En las mesas de Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, todos estaban sorprendidos, el elegido fue tratado de manera horrible, Daphne, estaba siendo contenida por su hermana, pues deseaba acercarse a Harry, pero no era el momento, ya tendrá oportunidad de hablar con él, mientras Luna decidió irse a sentar con los Gryffindors, para estar con su amigo.

Mientras en la mesa de Gryffindor, todos estaban furiosos deseando acercarse a Harry que estaba hablando entre susurros con sus amigos, todos sabían que cuando el trio hablaba era mejor no intervenir.

Harry, mírame por favor_ decía Hermione, pues en todo momento el se negaba a mirarlos.

Harry compañero, porque no nos dijiste_ dijo Ron

No quería preocuparlos, no tiene importancia, me dieron una habitación cuando llego mi carta_ les dijo por fin mirándolos.

Harry claro que tiene importancia, eso es abuso, tenemos que hacer algo para que no vuelvas con ellos_ le dijo Hermione muy seria, pero ron le paso los brazos por los hombros, Mione estoy seguro de que nuestros padres no permitirán que vuelva_ le dijo; en ese momento Harry no pudo evitar sonreír esperanzado y pronto los tres estaban sonriendo, Harry los abrazo definitivamente tenia a los mejores hermanos.

Apartados de ellos se encontraban el resto de los Weasley hablando con Fleur, Luna y Neville.

No puedo creer que Harry pasara por eso_ dijo Neville.

Ninguno de ustedes lo sabía_ pregunto Bill, mirando especialmente a los gemelos, estaba furioso, pero sabía que era mejor mantener la calma, sobre todo porque Ginny estaba desconsolada abrazando a Charlie.

No las dos veces que fuimos a buscarlo, su habitación estaba en el segundo piso_ empezó Fred; todo indica que ni siquiera Hermione y Ron lo sabían.

Bill, creo que cuando tengamos un descanso, debemos reunirnos con él para ver qué tan grave fue el daño causado, Bill asintió, eso sería lo mejor.

Finalmente, cuando pudieron calmarse la lectura siguió.

Cuando estuvo vestido salió al recibidor y entró en la cocina. La mesa estaba casi cubierta por los regalos de cumpleaños de Dudley. Parecía que éste había conseguido el ordenador nuevo que quería, por no mencionar el segundo televisor y la bicicleta de carreras. La razón exacta por la que Dudley podía querer una bicicleta era un misterio para Harry, ya que Dudley estaba muy gordo y aborrecía el ejercicio, excepto si conllevaba pegar a alguien,

Apuesto a que era Harry_ dijo Hermione con los dientes apretados, al igual que Ron, Harry apretó las manos de ambos (ahora él estaba al medio), sabia que sus hermanos no podrían aguantar mucho más, esperaba que esto acabara pronto.

por supuesto. El saco de boxeo favorito de Dudley era Harry, pero no podía atraparlo muy a menudo. Aunque no lo parecía, Harry era muy rápido.

Por algo es el buscador mas joven de un siglo_ dijo Oliver.

En serio_ preguntó Viktor, pues sabia que Harry era bueno, pero no tan bueno.

Si, yo mismo lo entrene_ le respondió con orgullo.

Harry sonrió, al notar el orgullo en la voz de su ex capitán.

Tal vez tenía algo que ver con eso de vivir en una oscura alacena, pero Harry había sido siempre flaco y muy bajo para su edad.

También tiene que ver con la maldición Potter_ dijo Sirius.

Maldición_ pregunto Harry.

Remus empezó a explicar_ todo Potter es igual a su padre con ojos de su madre, son pequeños hasta los 15, son mas ciegos que un topo, pero lo mas importante; todo Potter tiene a su pelirroja.

Esto ultimo provo que Harry frunciera el ceño, a él nunca le habían gustado las pelirrojas, además la única que conocía era Ginny, que era como una hermanita, Ginny por su parte también frunció el ceño a ella si le había gustado Harry, pero había empezado a verlo como un hermano.

Hermione al ver las reacciones pregunto_ y la maldición no se podría romper, la verdad, jamás he visto Harry mirando a una pelirroja, es más la única chica de la que me hablo era pelinegra.

Pues, supongo que tal vez esa parte no se aplica a ti, creo que podrías haber roto la maldición; Daphne, quien había agachado la cabeza, al escuchar a Remus, ahora estaba sonriendo, no solo por saber que Harry no se fijaba solo en pelirrojas, sino porque cuando Hermione menciono a la chica que le gustaba, no parecía molesta o celosa; tal vez fueran solo amigos.

Además, parecía más pequeño y enjuto de lo que realmente era, porque toda la ropa que llevaba eran prendas viejas de Dudley, y su primo era cuatro veces más grande que él.

Ni siquiera te compraban ropa_ pregunto ron ofendido, claro el heredaba la ropa de sus hermanos, pero eran cosas que le quedaban, pero darle la ropa de ese cerdo a Harry.

No, trataban de gastar lo menos posible en mi_ le respondió.

Potter, siempre te he visto con el uniforme, es que tampoco quieres gastar en ti_ sabiendo que los Potter tenían dinero, Draco de manera burlona, quería dejarlo mal, viendo que los de su casa empezaban a sentir lastima por él.

Harry ni siquiera lo miro, pero Ron no se contuvo_ vaya Malfoy con lo orgulloso que estas de ser sangre pura y tener dinero, pensé que por lo menos conocías las leyes sobre herencia.

Hermione continuo_ en el mundo mágico, los tutores legales tienen acceso total a las bóvedas, si sus tíos descubrieran que tenía dinero, para cuando Harry pudiera reclamarlas no quedaría nada y no habría forma de recuperar su dinero, cosa que en el mundo muggle no pasaría pues Harry podría obligarlos a devolverle todo lo que tomaron. _ dijo sorprendiendo a muchos pues no lo sabían.

Draco, cerro la boca con las mejillas rojas, pues los amigos de Potter lo pusieron en ridículo. Snape quería regañarlos por avergonzar a su ahijado, pero una mirada de Minerva, basto para contenerlo.

Amelia miro al ministro que se removió en su asiento, ella nunca estuvo de acuerdo con esa ley.

Harry tenía un rostro delgado, rodillas huesudas, pelo negro y ojos de color verde brillante. Llevaba gafas redondas siempre pegadas con cinta adhesiva, consecuencia de todas las veces que Dudley le había pegado en la nariz. La única cosa que a Harry le gustaba de su apariencia era aquella pequeña cicatriz en la frente, con la forma de un relámpago.

Te gustaba, creí que la odiabas_ le pregunto Dean que, al ser compañero de Harry, lo había escuchado decir eso.

¿Es que no sabía lo que significaba_ le contesto, Snape lo miro, no le gustaba?, si era la razón de su fama.

La tenía desde que podía acordarse, y lo primero que recordaba haber preguntado a su tía Petunia era cómo se la había hecho. —En el accidente de coche donde tus padres murieron

Accidente de coche, eso fue lo que te dijeron_ pregunto Ernie, todos se sorprendieron de que Harry no conociera la historia, de sus padres.

Si, hasta que recibí mi carta, no sabia lo que significaba_ respondió.

Oh, querido, Molly ya no se pudo contener y le dio uno de sus famosos abrazos a Harry, el resto de los Weasley se miraron, las cosas cada vez se ponían peor.

—había dicho—. Y no hagas preguntas. «No hagas preguntas»: ésa era la primera regla que se debía observar si se quería vivir una vida tranquila con los Dursley. Tío Vernon entró a la cocina cuando Harry estaba dando la vuelta al tocino. —¡Péinate! —bramó como saludo matinal. Una vez por semana, tío Vernon miraba por encima de su periódico y gritaba que Harry necesitaba un corte de pelo. A Harry le habían cortado más veces el pelo que al resto de los niños de su clase todos juntos, pero no servía para nada, pues su pelo seguía creciendo de aquella manera, por todos lados. Harry estaba friendo los huevos cuando Dudley llegó a la cocina con su madre. Dudley se parecía mucho a tío Vernon. Tenía una cara grande y rosada, poco cuello, ojos pequeños de un tono azul acuoso, y abundante pelo rubio que cubría su cabeza gorda. Tía Petunia decía a menudo que Dudley parecía un angelito.

Si los ángeles parecieran cerdos_ dijo George, haciendo reír a muchos incluso a Molly que trato de parecer severa, pero no tuvo el corazón para regañar a su hijo.

Harry decía a menudo que Dudley parecía un cerdo con peluca.

Ahora sí, todos se echaron a reír por la coincidencia, hasta los profesores que trataron de ocultarlo rápidamente.

Los que mas se reían eran los del trio de oro, haciendo felices a sus compañeros, sobre todo a tres personas que no dejaban de mirarlos.

Harry puso sobre la mesa los platos con huevos y beicon, lo que era difícil porque había poco espacio. Entretanto, Dudley contaba sus regalos. Su cara se ensombreció. —Treinta y seis —dijo, mirando a su madre y a su padre—. Dos menos que el año pasado.

Tiene treinta y seis regalos y todavía se queja_ pregunto Ginny.

Ese niño esta de lo mas mimado, me alegra mucho que tu no seas así, querido_ dijo Molly.

Harry le sonrió, no queriendo decirle que nunca recibió un regalo hasta Hogwarts, pero como si adivinara sus pensamientos, Sirius se acerco y le susurro que ahora tendría muchos, con la familia tan grande que tenía.

Harry le sonrió agradecido.

—Querido, no has contado el regalo de tía Marge. Mira, está debajo de este grande de mamá y papá. —Muy bien, treinta y siete entonces —dijo Dudley, poniéndose rojo. Harry, que podía ver venir un gran berrinche de Dudley, comenzó a comerse el beicon lo más rápido posible, por si volcaba la mesa.

Hacia eso a menudo_ pregunto Minerva.

Si, lo hizo mucho, cada vez que quería algo_ respondió.

Tía Petunia también sintió el peligro, porque dijo rápidamente: —Y vamos a comprarte dos regalos más cuando salgamos hoy. ¿Qué te parece, pichoncito? Dos regalos más. ¿Está todo bien? Dudley pensó durante un momento. Parecía un trabajo difícil para él. Por último, dijo lentamente. —Entonces tendré treinta y… treinta y…

Ni siquiera puede sumar dos_ dijo Hermione horrorizada, igual que los Ravenclaw y los profesores.

No, siempre me obligaba a hacer el trabajo por el o Dudley golpeaba a alguien para que le pasaran las respuestas.

—Treinta y nueve, dulzura —dijo tía Petunia. —Oh —Dudley se dejó caer pesadamente en su silla y cogió el regalo más cercano—. Entonces está bien. Tío Vernon río entre dientes. —El pequeño tunante quiere que le den lo que vale, igual que su padre. ¡Bravo, Dudley!

Y encima se lo celebra_ se queja Molly cada vez mas decidida a que Harry no volviera, a esas personas no se les debería permitir estar cerca de los niños.

Amelia no dejaba de pensar en como sacar a Harry de esa casa, su mirada se dirigió hacia Sirius, realmente quería saber que fue lo que paso esa noche, para que Harry vaya a vivir con él, aunque una parte de ella esperaba que tal vez, podrían retomar lo que tuvieron en la academia de aurores, alejo esos pensamientos, era mejor no pensar en eso.

—dijo, y revolvió el pelo de su hijo. En aquel momento sonó el teléfono y tía Petunia fue a cogerlo, mientras Harry y tío Vernon miraban a Dudley, que estaba desembalando la bicicleta de carreras, la videocámara, el avión con control remoto, dieciséis juegos nuevos para el ordenador y un vídeo. Estaba rompiendo el envoltorio de un reloj de oro, cuando tía Petunia volvió, enfadada y preocupada a la vez. —Malas noticias, Vernon —dijo—. La señora Figg se ha fracturado una pierna.

Figg? Se refiere a Arabella Figg_ Pregunto Amelia.

Efectivamente, ella era la encargada de vigilar a Harry_ respondió Albus.

Pues no hizo un buen trabajo_ murmuro Remus, pero solo Sirius lo escucho y asintió.

No puede cuidarlo. —Volvió la cabeza en dirección a Harry. La boca de Dudley se abrió con horror, pero el corazón de Harry dio un salto. Cada año, el día del cumpleaños de Dudley, sus padres lo llevaban con un amigo a pasar el día a un parque de atracciones, a comer hamburguesas o al cine. Cada año, Harry se quedaba con la señora Figg, una anciana loca que vivía a dos manzanas. Harry no podía soportar ir allí. Toda la casa olía a repollo y la señora Figg le hacía mirar las fotos de todos los gatos que había tenido. —¿Y ahora qué hacemos? —preguntó tía Petunia, mirando con ira a Harry como si él lo hubiera planeado todo.

Ron y Hermione se echaron a reír mientras Harry los fulminaba con la mirada y todos los miraban como si les hubiera crecido una segunda cabeza.

De que se ríen_ pregunto Viktor.

Es que los planes de Harry siempre fracasan_ empezó Hermione entre risas.

Si hubiera planeado romperle la pierna, habría acabado con la pierna rota el_ siguió Ron.

Los demás sonrieron, pero Charlie y Bill los miraron preocupado sobre que cosas podrían haber planeado para saber eso.

Harry sabía que debería sentir pena por la pierna de la señora Figg, pero no era fácil cuando recordaba que pasaría un año antes de tener que ver otra vez a Tibbles, Snowy, el Señor Paws o Tufty. —Podemos llamar a Marge —sugirió tío Vernon. —No seas tonto, Vernon, ella no aguanta al chico.

Y el chico no la aguanta a ella_ murmuro Harry, pero todos lo escucharon.

Ella es la de…_pregunto Hermione.

Harry asintió y el y Ron se miraron y rieron, aunque Hermione trato de parecer severa, sus chics la conocían demasiado bien.

Que es lo que quiso decir Hermione_ pregunto Charlie, sinceramente se estaba empezando a preguntar cuanto se había perdido, estando en Rumania.

Tercer libro_ fue todo lo que dijo Harry.

Los Dursley hablaban a menudo sobre Harry de aquella manera, como si no estuviera allí, o más bien como si pensaran que era tan tonto que no podía entenderlos, algo así como un gusano. —¿Y qué me dices de… tu amiga… cómo se llama… Yvonne? —Está de vacaciones en Mallorca —respondió enfadada tía Petunia. —Podéis dejarme aquí —sugirió esperanzado Harry. Podría ver lo que quisiera en la televisión, para variar, y tal vez incluso hasta jugaría con el ordenador de Dudley.

Harry ahora lo has arruinado, no hay forma de te vayan a dejar solo_ dijo Neville.

Ahora lo se_ le respondió.

Tía Petunia lo miró como si se hubiera tragado un limón. —¿Y volver y encontrar la casa en ruinas? —rezongó. —No voy a quemar la casa

Dudo mucho que alguien de esa edad quemaría la casa, ya deberías saber no prender la cocina solo_ Tonks.

Quemarla no sé, pero hacerla explotar seria posible_ dijo Dean seriamente mirando a Seamus, que le saco la lengua todos se echaron a reír, pero pararon al ver la seriedad de los Gryffindors, que conocían la facilidad con que el explotaba las cosas.

—dijo Harry, pero no le escucharon. —Supongo que podemos llevarlo al zoológico —dijo en voz baja tía Petunia—… y dejarlo en el coche…

¡Que!, eso es ilegal _ Hermione se levantó ya sobre pasada con todo, volteo a ver a Harry_ dime que nunca te hicieron eso Harry.

Nunca lo hicieron, tranquilízate por favor_ mintió Harry mirándola suplicante, mientras Ron intentaba que se sentara, no entendía muy bien que pasaba, pero recordando cuando fueron a la escuela en auto, no le gustaba que Harry se quedara encerrado ahí, sin embargo, ella lo conocía demasiado bien como para creerle y sus ojos empezaron a llenarse de lagrimas al pensar en lo que pudo pasarle a Harry, al ver esto los chicos la abrazaron intentando que dejara de llorar.

Que pasa, por qué Granger se puso así_ pregunto Tracy Davies, viendo que Daphne se ponía nerviosa, al ver que nadie contestaba, Dean que fue criado por Muggles contesto_ cuando dejas encerrado a un niño en el auto por varias horas, especialmente en verano, ya sea por asfixia o un golpe de calor el niño muere_ dijo horrorizando a sus compañeros y enfureciendo a la familia, que veían como los chicos por fin conseguían que Hermione dejara de llorar.

Amelia apunto eso entre sus notas, mientras Albus trataba de no encontrarse las miradas de Molly y Minerva, quienes optaron por no decir nada, pero ya hablarían con el director.

Cuando todo se calmó siguieron con la lectura.

—El coche es nuevo, no se quedará allí solo… Dudley comenzó a llorar a gritos. En realidad, no lloraba, hacía años que no lloraba de verdad, pero sabía que, si retorcía la cara y gritaba, su madre le daría cualquier cosa que quisiera.

Oh por Merlín_ esto cada vez se pone peor, si mis hijos se comportaran así, pasarían todo el verano trabajando en el jardín_ dijo Molly mirando a todos sus hijos que asintieron rápidamente.

Nuestros hijos nunca harían eso_ le dijo Arthur tratando de calmarla.

—Mi pequeñito Dudley, no llores, mamá no dejará que él te estropee tu día especial —exclamó, abrazándolo. —¡Yo… no… quiero… que… él venga! —exclamó Dudley entre fingidos sollozos—. ¡Siempre lo estropea todo! —Le hizo una mueca burlona a Harry, desde los brazos de su madre. Justo entonces, sonó el timbre de la puerta. —¡Oh, Dios, ¡ya están aquí! —dijo tía Petunia en tono desesperado y, un momento más tarde, el mejor amigo de Dudley, Piers Polkiss, entró con su madre. Piers era un chico flacucho con cara de rata. Era el que, habitualmente, sujetaba los brazos de los chicos detrás de la espalda mientras Dudley les pegaba. Dudley suspendió su fingido llanto de inmediato. Media hora más tarde, Harry, que no podía creer en su suerte, estaba sentado en la parte de atrás del coche de los Dursley, junto con Piers y Dudley, camino del zoológico por primera vez en su vida. A sus tíos no se les había ocurrido una idea mejor, pero antes de salir tío Vernon se llevó aparte a Harry. —Te lo advierto —dijo, acercando su rostro grande y rojo al de Harry—. Te estoy avisando ahora, chico: cualquier cosa rara, lo que sea, y te quedarás en la alacena hasta la Navidad.

Hasta Navidad_ pregunto Angelina mirando preocupada a Harry_ dime que no lo hicieron.

Descuida, no lo cumplió_ le dijo, no queriendo admitir que igual fue bastante tiempo.

—No voy a hacer nada —dijo Harry—. De verdad… Pero tío Vernon no le creía. Nadie lo hacía. El problema era que, a menudo, ocurrían cosas extrañas cerca de Harry y no conseguía nada con decir a los Dursley que él no las causaba. En una ocasión, tía Petunia, cansada de que Harry volviera de la peluquería como si no hubiera ido, cogió unas tijeras de la cocina y le cortó el pelo casi al rape, exceptuando el flequillo, que le dejó «para ocultar la horrible cicatriz». Dudley se rió como un tonto, burlándose de Harry, que pasó la noche sin dormir imaginando lo que pasaría en el colegio al día siguiente, donde ya se reían de su ropa holgada y sus gafas remendadas. Sin embargo, a la mañana siguiente, descubrió al levantarse que su pelo estaba exactamente igual que antes de que su tía lo cortara. Como castigo, lo encerraron en la alacena durante una semana, aunque intentó decirles que no podía explicar cómo le había crecido tan deprisa el pelo.

Petunia debió saber que era magia accidental, no puedo creer que te castigara por eso_ gruño Sirius, siendo tranquilizado por un igualmente furioso Remus.

Albus ya estaba decidido a no dejar que Harry volviera, tendría que encontrar otra manera de protegerlo.

Otra vez, tía Petunia había tratado de meterlo dentro de un repugnante jersey viejo de Dudley (marrón, con manchas anaranjadas). Cuanto más intentaba pasárselo por la cabeza, más pequeña se volvía la prenda, hasta que finalmente le habría sentado como un guante a una muñeca, pero no a Harry. Tía Petunia creyó que debía de haberse encogido al lavarlo y, para su gran alivio, Harry no fue castigado. Por otra parte, había tenido un problema terrible cuando lo encontraron en el techo de la cocina del colegio. El grupo de Dudley lo perseguía como de costumbre cuando, tanto para sorpresa de Harry como de los demás, se encontró sentado en la chimenea.

Parece que volaste cachorro, creo que tu madre también lo hacía_ le dijo Remus.

De verdad_ pregunto Harry feliz de escuchar que se parecía mas a su madre que en el color de ojos.

Si, me pregunta que otras habilidades podrías haber heredado de ella_ pregunto sirius, mientras Severus se burlaba, su habilidad para pociones seguro que no.

Como no se dijo más, continuaron.

Los Dursley recibieron una carta amenazadora de la directora del colegio, diciéndoles que Harry andaba trepando por los techos del colegio. Pero lo único que trataba de hacer (como le gritó a tío Vernon a través de la puerta cerrada de la alacena) fue saltar los grandes cubos que estaban detrás de la puerta de la cocina. Harry suponía que el viento lo había levantado en medio de su salto. Pero aquel día nada iba a salir mal. Incluso estaba bien pasar el día con Dudley y Piers si eso significaba no tener que estar en el colegio, en su alacena, o en el salón de la señora Figg, con su olor a repollo. Mientras conducía, tío Vernon se quejaba a tía Petunia. Le gustaba quejarse de muchas cosas. Harry, el ayuntamiento, Harry, el banco y Harry eran algunos de sus temas favoritos.

Harry tengo la impresión_ empezó Fred.

De que le gusta quejarse de ti_ termino George.

Se parece a Malfoy en la sala común después de a ver discutido con Potter_ le dijo Theo a Blaise, ellos esperaban que saliera alguna de esas peleas para saber si lo que Draco decía era cierto, Snape fulmino a Harry sabiendo que le gustaba provocar a su ahijado, pero paro al ver la mirada de Molly sobre él, después de lo que paso con el director, él no quería enojarla.

Aquella mañana les tocó a los motoristas. —… haciendo ruido como locos esos gamberros —dijo, mientras una moto los adelantaba. —Tuve un sueño sobre una moto —dijo Harry, recordando de pronto—. Estaba volando. Tío Vernon casi chocó con el coche que iba delante del suyo. Se dio la vuelta en el asiento y gritó a Harry: —¡LAS MOTOS NO VUELAN! Su rostro era como una gigantesca remolacha con bigotes. Dudley y Piers se rieron disimuladamente. —Ya sé que no lo hacen —dijo Harry—. Fue sólo un sueño. Pero deseó no haber dicho nada. Si había algo que desagradaba a los Dursley aún más que las preguntas que Harry hacía, era que hablara de cualquier cosa que se comportara de forma indebida, no importa que fuera un sueño o un dibujo animado. Parecían pensar que podía llegar a tener ideas peligrosas.

Harry no necesita ver dibujos animados para tener ideas peligrosas_ dijo Ron mirando burlonamente a Harry, este solo le dio una mirada de muerte que cambio a traición cuando Hermione asintió, mientras todas las casas los miraban, pensando que es lo que el trio de oro hacía, Bill y Charlie solo podían mirarse con cansancio esperando que no sea tan malo como imaginaban.

Era un sábado muy soleado y el zoológico estaba repleto de familias. Los Dursley compraron a Dudley y a Piers unos grandes helados de chocolate en la entrada, y luego, como la sonriente señora del puesto preguntó a Harry qué quería antes de que pudieran alejarse, le compraron un polo de limón, que era más barato. Aquello tampoco estaba mal, pensó Harry, chupándolo mientras observaban a un gorila que se rascaba la cabeza y se parecía notablemente a Dudley, salvo que no era rubio.

Como pudiste decir eso Harry_ empezó luna sorprendiendo a todos al fulminar a Harry con la mirada, quien le pregunto a que se refería.

Que te hizo el pobre gorila para que lo insultes de esa manera_ dijo con su típica mirada soñadora haciendo reír a todos, Theo la miro con intriga, preguntándose como alguien podría insultar y aun así parecer tan inocente, Blaise viendo eso le dio un zape, hasta saber porque Potter los odiaba era mejor mantenerse lejos de sus amigos.

Fue la mejor mañana que Harry había pasado en mucho tiempo. Tuvo cuidado de andar un poco alejado de los Dursley, para que Dudley y Piers, que comenzaban a aburrirse de los animales cuando se acercaba la hora de comer, no empezaran a practicar su deporte favorito, que era pegarle a él. Comieron en el restaurante del zoológico, y cuando Dudley tuvo una rabieta porque su bocadillo no era lo suficientemente grande, tío Vernon le compró otro y Harry tuvo permiso para terminar el primero.

Permiso para terminar el primero, ahora entendía porque todo el tiempo tenía que olvidar a Harry a comer, Molly pensaba que mientras estuvieran ahí debía asegurarse de que comiera suficiente.

Más tarde, Harry pensó que debía haber sabido que aquello era demasiado bueno para durar. Después de comer fueron a ver los reptiles. Estaba oscuro y hacía frío, y había vidrieras iluminadas a lo largo de las paredes. Detrás de los vidrios, toda clase de serpientes y lagartos se arrastraban y se deslizaban por las piedras y los troncos. Dudley y Piers querían ver las gigantescas cobras venenosas y las gruesas pitones que estrujaban a los hombres.

Harry se tenso recordando que Sirius y Remus no sabían que hablaba parsel y temía que lo odiaran, como si adivinaran lo que pensaba, Hermione le apretó la mano y Ron le dio una mirada reconfortante.

Dudley encontró rápidamente la serpiente más grande. Podía haber envuelto el coche de tío Vernon y haberlo aplastado como si fuera una lata, pero en aquel momento no parecía tener ganas. En realidad, estaba profundamente dormida. Dudley permaneció con la nariz apretada contra el vidrio, contemplando el brillo de su piel. —Haz que se mueva —le exigió a su padre. Tío Vernon golpeó el vidrio, pero la serpiente no se movió. —Hazlo de nuevo —ordenó Dudley. Tío Vernon golpeó con los nudillos, pero el animal siguió dormitando. —Esto es aburrido —se quejó Dudley. Se alejó arrastrando los pies. Harry se movió frente al vidrio y miró intensamente a la serpiente. Si él hubiera estado allí dentro, sin duda se habría muerto de aburrimiento, sin ninguna compañía, salvo la de gente estúpida golpeando el vidrio y molestando todo el día. Era peor que tener por dormitorio una alacena donde la única visitante era tía Petunia, llamando a la puerta para despertarlo: al menos, él podía recorrer el resto de la casa. De pronto, la serpiente abrió sus ojillos, pequeños y brillantes como cuentas. Lenta, muy lentamente, levantó la cabeza hasta que sus ojos estuvieron al nivel de los de Harry. Guiñó un ojo. Harry la miró fijamente. Luego echó rápidamente un vistazo a su alrededor, para ver si alguien lo observaba. Nadie le prestaba atención. Miró de nuevo a la serpiente y también le guiñó un ojo.

Harry, estas coqueteando con la serpiente_ preguntaron los gemelos tratando de hacer sonreírlo sonreír, pero no funciono, el solo siguió mirando hacia abajo. Los que no sabían su habilidad se preocuparon, ¿qué le pasaba?

La serpiente torció la cabeza hacia tío Vernon y Dudley, y luego levantó los ojos hacia el techo. Dirigió a Harry una mirada que decía claramente: —Me pasa esto constantemente. —Lo sé —murmuró Harry a través del vidrio, aunque no estaba seguro de que la serpiente pudiera oírlo—. Debe de ser realmente molesto. La serpiente asintió vigorosamente. —A propósito, ¿de dónde vienes? —preguntó Harry. La serpiente levantó la cola hacia el pequeño cartel que había cerca del vidrio. Harry miró con curiosidad. «Boa Constrictor, Brasil.» —¿Era bonito aquello? El boa constrictor volvió a señalar con la cola y Harry leyó: «Este espécimen fue criado en el zoológico.» —Oh, ya veo. ¿Entonces nunca has estado en Brasil?

Harry, estas hablando parsel_ pregunto Sirius, Harry asintió aun sin mirarlo.

Pero esa es una habilidad oscura_ dijo Bill, siendo inmediatamente fulminado por Hermione y Ron al sentir que Harry se tensaba aún más.

Fudge iba a abrir la boca, pero la mirada de Amelia lo intimidaba.

Harry no es oscuro_ dijo Ron, a lo que Bill de inmediato asintió_ no dije que lo fuera solo que el parsel se considera oscuro y es una habilidad de Slytherin_ Harry levanto la mirada_ entonces no les importa.

Por su puesto que no cachorro, solo nos sorprendió_ lo tranquilizo Remus.

ves Harry, no les importo saben que hablar parsel no te hace oscuro al igual que ser Slytherin no te hace malvado_ dijo Hermione sabiendo que Harry podría haber quedado en esa casa, Ron a su lado asintió, lo confundió a las serpientes, entonces no tenían prejuicio contra su casa_ la mayoría se volteo a ver a Malfoy para preguntarle, pero al verlo nervioso empezaron a creer que había algo raro en todo lo que les había dicho.

Muchos se preguntaron porque Hermione, había dicho eso, pero estaban seguros de que lo averiguarían.

Mientras la serpiente negaba con la cabeza, un grito ensordecedor detrás de Harry los hizo saltar. —¡DUDLEY! ¡SEÑOR DURSLEY! ¡VENGAN A VER A LA SERPIENTE! ¡NO VAN A CREER LO QUE ESTÁ HACIENDO! Dudley se acercó contoneándose, lo más rápido que pudo. —Quita de en medio —dijo, golpeando a Harry en las costillas. Cogido por sorpresa, Harry cayó al suelo de cemento. Lo que sucedió a continuación fue tan rápido que nadie supo cómo había pasado: Piers y Dudley estaban inclinados cerca del vidrio, y al instante siguiente saltaron hacia atrás aullando de terror. Harry se incorporó y se quedó boquiabierto: el vidrio que cerraba el cubículo del boa constrictor había desaparecido. La descomunal serpiente se había desenrollado rápidamente y en aquel momento se arrastraba por el suelo. Las personas que estaban en la casa de los reptiles gritaban y corrían hacia las salidas. Mientras la serpiente se deslizaba ante él, Harry habría podido jurar que una voz baja y sibilante decía: —Brasil, allá voy… Gracias, amigo.

Ante eso todos se echaron a reír, algunos pensando como una serpiente podría ser tan educada.

Señor Potter, no puedo creer que haya hecho desaparecer el vidrio_ dijo Amelia asombrada.

Madame Bones por favor llámeme Harry_ le dijo habiendo notado la forma en la que ella miraba a su padrino, tendría que preguntarle a Sirius al respecto, tal vez su padrino tendría la oportunidad de ser feliz.

Bien pero solo si me llamas Amelia_ a lo que Harry rápidamente accedió con una sonrisa.

El encargado de los reptiles se encontraba totalmente conmocionado. —Pero… ¿y el vidrio? —repetía—. ¿Adónde ha ido el vidrio? El director del zoológico en persona preparó una taza de té fuerte y dulce para tía Petunia, mientras se disculpaba una y otra vez. Piers y Dudley no dejaban de quejarse. Por lo que Harry había visto, la serpiente no había hecho más que darles un golpe juguetón en los pies, pero cuando volvieron al asiento trasero del coche de tío Vernon, Dudley les contó que casi lo había mordido en la pierna, mientras Piers juraba que había intentado estrangularlo. Pero lo peor, para Harry al menos, fue cuando Piers se calmó y pudo decir: —Harry le estaba hablando. ¿Verdad, Harry? Tío Vernon esperó hasta que Piers se hubo marchado, antes de enfrentarse con Harry. Estaba tan enfadado que casi no podía hablar. —Ve… alacena… quédate… no hay comida —

Te castigo sin comida_ dijo Molly con un gruñido que asusto a varios, menos a sus hijos que estaban acostumbrados e igual de furiosos.

Esta bien, suena peor de lo que parece_ dijo Harry conmovido por como se enojaban en su nombre; todos seguían molestos, pero no dijeron nada esperando que el capítulo acabara pronto.

pudo decir, antes de desplomarse en una silla. Tía Petunia tuvo que servirle una copa de brandy. Mucho más tarde, Harry estaba acostado en su alacena oscura, deseando tener un reloj. No sabía qué hora era y no podía estar seguro de que los Dursley estuvieran dormidos. Hasta que lo estuvieran, no podía arriesgarse a ir a la cocina a buscar algo de comer. Había vivido con los Dursley casi diez años, diez años desgraciados, hasta donde podía acordarse, desde que era un niño pequeño y sus padres habían muerto en un accidente de coche. No podía recordar haber estado en el coche cuando sus padres murieron. Algunas veces, cuando forzaba su memoria durante las largas horas en su alacena, tenía una extraña visión, un relámpago cegador de luz verde y un dolor como el de una quemadura en su frente. Aquello debía de ser el choque, suponía, aunque no podía imaginar de dónde procedía la luz verde. Y no podía recordar nada de sus padres. Sus tíos nunca hablaban de ellos y, por supuesto, tenía prohibido hacer preguntas. Tampoco había fotos de ellos en la casa. Cuando era más pequeño, Harry soñaba una y otra vez que algún pariente desconocido iba a buscarlo para llevárselo, pero eso nunca sucedió: los Dursley eran su única familia.

Espero que ya no pienses así, tienes una familia muy grande, que no va a permitir que vuelvas con ellos_ dijo Charlie mirando al director, quien asintió.

Harry asintió y le dio una gran sonrisa a Charlie, abrazando a sus mejores amigos.

Pero a veces pensaba (tal vez era más bien que lo deseaba) que había personas desconocidas que se comportaban como si lo conocieran. Eran desconocidos muy extraños. Un hombrecito con un sombrero violeta lo había saludado, cuando estaba de compras con tía Petunia y Dudley. Después de preguntarle con ira si conocía al hombre, tía Petunia se los había llevado de la tienda, sin comprar nada. Una mujer anciana con aspecto estrafalario, toda vestida de verde, también lo había saludado alegremente en un autobús. Un hombre calvo, con un abrigo largo, color púrpura, le había estrechado la mano en la calle y se había alejado sin decir una palabra. Lo más raro de toda aquella gente era la forma en que parecían desaparecer en el momento en que Harry trataba de acercarse. En el colegio, Harry no tenía amigos. Todos sabían que el grupo de Dudley odiaba a aquel extraño Harry Potter, con su ropa vieja y holgada y sus gafas rotas, y a nadie le gustaba estar en contra de la banda de Dudley.

Ya no es así, es mas si quieres podemos ir con esa banda_ dijo Fred.

Y demostrarles que tienes gente que te defienda_ siguió George.

Harry negó con el cabeza divertido, pero por dentro agradecía las palabras de los gemelos, sobre todo cuando muchos asintieron.