NOTA: TODOS LOS PERSONAJES MENCIONADOS EN ESTE FIC SON PROPIEDAD DE SUS RESPECTIVOS CREEADORES, ESTE FIC FUE CREADO CON FINES DE ENTRETENIMIENTO.

CAPITULO 4

Al día siguiente, Leon y Moira fueron requeridos por la policía para realizar una investigación en la academia Aihara, en el lugar se encontraron vidrios rotos, un extintor destruido y el impacto de una bala en uno de los muros y aunque los agentes ya tenían conocimiento de lo que había sucedido, habían acordado con Mei de guardar el secreto de lo que había sucedido la noche anterior.

Mientras se realizaban las investigaciones, Leon recibió varias fotografías tomadas por la policía en las cuales se apreciaban los restos despedazados de un hunter los cuales fueron encontrados en las vías del tren, así como el cadáver del otro hunter el cual había sido eliminado por Ada y era cuestión de tiempo para que dichas evidencias llegaran a manos de la BSAA, por lo que los agentes acordaron verse con Mei en el Hospital una vez que su investigación concluyera.

Tras concluir con su investigación, Leon y Moira fueron por una taza de café para reanimarse y mientras degustaban su bebida caliente, el agente noto a su compañera con la mirada perdida.

-¿todo bien, compañera?

-Eh… que… ah sí Leo, estoy bien… solo estoy un poco desvelada es todo, solo necesito un poco de café para despertar. –contesto Moira.

-Valla, eso explica el por qué estuviste distraída durante la investigación... ¿oh acaso les paso algo a ti y a la señorita Aihara durante el camino? –dijo Leon.

-Bueno Leo, la verdad es que me paso algo inesperado y a decir verdad no pude dejar de pensar en ello. –contesto Moira.

-¿Y de que se trata? –pregunto Leon.

-Leo, ¿qué pensarías si te dijera que me bese con una chica de 16 años?

-Bueno que eso sería normal en ti, teniendo en cuenta que tu relación con Helena es abierta, aunque si se trató de una menor de edad diría que eres una pequeña pervertida y... oye espera un momento, ¿no me digas que tú y la señorita Aihara?… –pregunto Leon.

-Eh… bueno, en realidad fue ella la que me beso, fue algo inesperado y de solo acordarme siento mariposas en el estómago, algo que solo me sucede cuanto Helena y yo nos besamos. –respondió Moira algo sonrojada.

-Ok ya entendí y yo que pensaba que les había sucedido algo malo, no imaginaba que a la sobrina de Ada le gustaran las chicas. –dijo Leon.

-Seria, bella, misteriosa y madura para su edad… ¿me pregunto si tendrá novia? –dijo Moira.

-Esa investigación te toca realizarla a ti, compañera. –dijo Leon.

-Voy a tomar tu consejo, Leo. –dijo Moira.

Mientras tanto en el Hospital, Mei y Yuzu continuaban al cuidado de su madre y de Ada respectivamente, la espía ya se encontraba totalmente recuperada, por lo que sería dada de alta dentro de poco.

La rubia ojiverde se sentía más tranquila al saber que su madre se recuperaba satisfactoriamente, pero por otro lado se sentía triste por no poder estar junto a Mei y a pesar de la cercanía que había entre ellas en aquel momento, la ojivioleta encontraba en la sala de espera degustando una bebida cuando su hermana llego a hacerle compañía.

-Hola Mei… ¿Y cómo sigue nuestra tía? –le pregunto Yuzu.

-Ella se encuentra bien, la darán de alta en un par de horas. –contesto Mei, de forma un poco fría.

-Me alegra escuchar buenas noticias, en lo que respecta a nuestra madre ella se encuentra más estable… -dijo Yuzu.

-te notas preocupada, Yuzu… ¿Qué ocurre?

–Bueno lo que sucede es que ahora que nuestro apartamento quedo destruido, habrá que buscar un nuevo hogar para alojar a mamá luego que le den de alta… ¿crees que nuestro abuelo pueda ayudarnos? –pregunto Yuzu.

-Hablare con él y le contare lo ocurrido en cuanto llegue de su viaje. –contesto Mei.

-Gracias Mei… que buena hermana eres.

La rubia ojiverde iba a darle un abrazo fraternal a su hermana, pero se detuvo antes de hacerlo.

-Mil disculpas por lo que estaba a punto de hacer, es solo quería expresar mi preocupación por ti, ya sabes lo digo por lo que te sucedió anoche. –dijo Yuzu.

-Oh así que solamente era eso… no te preocupes Yuzu, un abrazo no le hace daño a nadie. –le dijo Mei.

-Lo sé, hermana... te prometo que voy a contenerme. –dijo Yuzu de forma triste.

Yuzu regreso para cuidar de su madre, dejando atrás a Mei, quien solamente la miraba como se alejaba, se sintió igual de triste al ver como su hermana se contuvo para abrazarla.

-Como me gustaría corresponderte de la misma forma… Perdóname Yuzu. –pensó Mei.

Al poco rato Harumi llego al hospital, acompañada de Himeko.

-Buen día, presidenta… mira a quien me encontré en el camino hacia aquí. –dijo Harumi en referencia a Himeko.

-No sé si estés enterada, Mei-Mei… pero cuando llegue a la escuela esta mañana, había policías por todos lados, por lo que las clases tuvieron que suspenderse… ¿tienes idea de lo que sucedió?

-Si realmente quieres saberlo, primero debes conocer a alguien. –dijo Mei.

-Me estas asustando Mei-Mei… ¿todo bien? –pregunto Himeko.

-Bueno presidenta, mientras lleva a Himeko a conocer a tu tía, yo iré a ver a Yuzu, le dije que tomaría su lugar para cuidar de su madre. –dijo Harumi.

Acto seguido Mei llego junto con Himeko a la habitación de Ada, la bella ojivioleta presento a su amiga con su tía, además de que también le narro lo que realmente había ocurrido en la escuela anoche, así como su enfrentamiento en contra de las B.O.W.s

-Dios mío, no puedo creer lo que me acabas de contar, Mei-Mei... me suena como el guion de una película de horror. –dijo Himeko.

-Yo tampoco podía creerlo, esas cosas eran demasiado reales y no estaría contándote esto de no ser por mi tía, quien no solo me salvo a mí, sino también salvo a mi madre de morir quemada. –dijo Mei.

-Le agradezco mucho el haber salvado a mi amiga, señorita Ada... si necesita de alguna ayuda de mi parte no dude en pedírmelo. –dijo Himeko.

-gracias jovencita, lo voy a tomar en cuenta. –dijo Ada.

-Sabes Mei-Mei, A pesar de que me asuste por lo que me contaste, me intriga mucho saber un poco más sobre la tía de mi mejor amiga. –dijo Himeko.

-Ok, pero será después de que mi tía sea dada de alta, por ahora dejémosla descansar. –dijo Mei.

En otro punto del hospital, Yuzu conversaba con Harumi acerca de lo que sucedió minutos antes.

-Cielos Yuzuchi, si yo hubiera estado en tu lugar hubiera abrazado a la presidenta. –dijo Harumi.

-Lo sé, pero no quería que se enfadara conmigo y mucho menos en este momento que estamos pasando por momentos complicados. –dijo Yuzu.

-No te desanimes, Yuzuchi… -dijo Harumi. –Ya verás que cuando menos lo esperes tú y ella volverán a estar juntas.

-Ojala y tengas razón, amiga… pero también hay algo que me tiene inquieta un poco. –dijo Yuzu.

-Si te refieres a tu nueva hermana mayor, pues no es de extrañarme y eso lo digo porque en verdad es muy bonita. –le dijo Harumi.

-Y que lo digas… en cuanto converse con ella me recordó un poco a Mei, solo que más jovial, alegre, además de ser mayor de edad, eso le da un plus.

-Ahora que lo dices, no sería mala idea que le robaras un beso, obviamente en secreto si es que no quieren que les digan pervertidas. –dijo Harumi.

-Solo dije que era bonita, no que iba a besarla… mal pensada. –dijo Yuzu.

-Si claro, lo que tú digas Yuzuchi. –dijo Harumi, arqueando la ceja.

Pero la charla de ambas amigas se vio interrumpida por la llamada de Leon a Yuzu, informándole que pronto llegarían al hospital a recogerla, para luego ir al cementerio, esto con la intensión de investigar la tumba del padre de la rubia ojiverde.

Minutos más tarde, Leon, Moira y Yuzu se preparaban para partir rumbo al cementerio, pero en el último momento Mei se unió a ellos, dejando a Harumi y Himeko en el hospital cuidando de la madre de Yuzu y de Ada.

Durante el trayecto, Yuzu y Moira comenzaron a hablar con más confianza sobre sus vidas y había momentos en donde ambas chicas bromearon con el agente, mientras que Mei se mostraba seria como era su costumbre, aunque por momentos correspondía solamente con una sonrisa.

Finalmente luego de alrededor de una hora que duro el trayecto, Leon, Moira y las hermanas Aihara llegaron al cementerio y lo primero que hicieron fue dirigirse a la tumba del padre de Yuzu, pero antes de iniciar con la investigación, la rubia ojiverde se hinco de rodillas ante la tumba de su padre para luego decir algunas palabras.

-Hola papá, antes que nada quiero pedirte perdón por lo que vamos a hacer, han pasado tantas cosas en los últimos días que aún me son difíciles de explicar, solo puedo decirte que mamá esta con bien y solo te pido que me cuides a mí, a mamá y por supuesto a Mei.

-Con su permiso, señorita Yuzu, pero ya es momento de comenzar a investigar la tumba de su padre. –dijo Leon.

En instantes comenzaron a investigar cada rincón de la tumba con detenimiento, esto con la intención de encontrar algún compartimento secreto, hasta que Mei descubre algo que la dejo intrigada.

-Hay algo raro en la lápida, se escucha como si estuviese hueca por dentro. –dijo Mei.

-Buen trabajo hermanita, seguramente lo que estamos buscando está ahí dentro. –dijo Moira.

-Ahora lo siguiente será encontrar el mecanismo para tratar de abrirla. –dijo Leon.

Por varios minutos estuvieron buscando el mecanismo que pudiese descubrir lo que había en aquella lapida hueca, hasta que encontraron un minúsculo agujero con forma de corazón en la parte más oculta de la tumba.

-Valla, que adorno tan peculiar. –dijo Moira.

-No creo que se trate de un adorno cualquiera, más bien parece una chapa para una llave. –dijo Yuzu.

-¿Una llave? –pregunto Leon.

-Asi es, me refiero a esta llave. –contesto Yuzu, mostrando una llave con figura de corazón.

-Un momento, ¿no es el colgante que siempre traía consigo mamá en su cuello? –pregunto Mei.

-Asi es, me la entrego antes de venir aquí… aunque debo confesar que desde que tengo memoria siempre lo traía puesto, ya que fue un regalo de mi padre antes de morir y ahora estamos a punto de descubrir los secretos que resguarda esta llave. –contesto Mei

Acto seguido, Yuzu inserta la llave en aquella ranura y unos segundos después la lápida se abre, dejando al descubierto un viejo portafolios.

-¡Bingo!... parece que encontramos el premio mayor. –dijo Moira.

-Al parecer el portafolio tiene la misma cerradura de corazón de la llave. –dijo Mei.

-Muy bien, ahora veamos lo que contiene. –dijo Yuzu.

-Yo sugiero regresar al hospital para echarle un vistazo a lo que contiene el portafolio. –dijo Leon.

Pero estaban por abandonar el cementerio, el celular de Yuzu comenzó a sonar con insistencia, por lo que la rubia ojiverde decide tomar la llamada.

-¿Diga?

-¡Yuzuchi!... dime que te encuentras bien, por favor… ¿aún no les ha pasado nada? –dijo Harumi, detrás de la línea.

-¿Harumi?... ¿Eh?... Si estamos bien, te escuchas alterada… ¿Qué sucede? –dijo Yuzu.

-No hay tiempo de explicar, Yuzuchi… Tienen que salir de ahí de inmediato antes de que sea demasiado tarde. –dijo Harumi.

-¿Demasiado tarde?... no entiendo. –dijo Yuzu.

Pero mientras Yuzu tomaba la llamada, Leon vio a un hombre que se resentía del cuerpo, por lo que se acercó a ayudarlo.

-Oye te encuentras bien. –le pregunto el agente a aquel hombre.

Pero tanto Leon, como Moira, Yuzu y Mei se quedarían estupefactos cuando el cuerpo de aquel hombre comenzó a llenarse de llamas de fuego y segundos después término transformado en un capullo.

-Dios mío… pero que rayos es eso. –dijo Yuzu, quien corto la llamada de golpe.

-Que fue lo que le paso a ese pobre hombre. –dijo Mei.

Leon y Moira se alarmaron cuando vieron aquel capullo.

-Leo, ¿acaso es lo que creo que es? –pregunto Moira.

-Asi es, compañera… es el maldito virus-C de nuevo… hay que destruir esa cosa cuanto antes. –dijo Leon.

En ese momento el capullo eclosiona y emerge una horrenda criatura de gran tamaño dotada de una coraza, la cual era conocida como Napad.

-No puede ser es otro de esos monstruos. –¡Exclamo Mei!

-Tengo miedo… ¿qué vamos a hacer, agente Kennedy? –pregunto una temerosa Yuzu.

-Descuide señorita Aihara, yo tratare de detenerlo… -contesto el agente. –Moira, tú encárgate de poner a salvo a la señoritas Yuzu y a su hermana Mei.

-¡Estás loco!... no pienso dejarte solo enfrentando a esa cosa y sin el armamento adecuado para enfrentarlo.

-Descuida Moira, hace tiempo tu novia y yo lidiamos con esos cabrones y se cómo enfrentarlos... ¡ahora váyanse! –dijo Leon.

-Ok Leo… por favor ten cuidado. –Asintió Moira.

-Lo tendré, no te preocupes compañera. –dijo Leon.

Rápidamente Moira en compañía de Yuzu y Mei abordaron su auto para luego huir del lugar, dejando a Leon luchando en contra del Napad.

-Muy bien cabron, llego la hora de jugar un poco. –dijo Leon, encarando a la criatura.

Mientras eso sucedía con Leon, Moira, Yuzu y Mei ya se encontraban lejos del lugar de los hechos, pero no mucho tiempo para que las chicas comenzaran a ser perseguidas por 4 motociclistas con vestimentas militares obscuras, los cuales comenzaron a dispararles.

-Rayos, lo que nos faltaba. –dijo Moira, mirando por el retrovisor.

-Dios mío, esos tipos nos están disparando. –dijo Yuzu.

-esto me recuerda a las lagartijas que nos persiguieron a mí y a mi tía, –dijo Mei.

-igual y ellos pudieron haber sido los responsables de haber enviado a los Hunters que los atacaron, Mei… pero descuiden, voy a deshacerme de esos bastardos.

Rápidamente Moira, logra deshacerse de 2 de los motociclistas embistiéndolos con el auto, pero cuando estaba por envestir al tercer motociclista, este dispara a uno de los neumáticos del auto donde se transportaban las chicas, Moira estuvo a punto de perder el control del vehículo y a pesar de que logro evitar que no sufrieran un accidente aparatoso, no pudo evitar el que se impactara sobre un auto estacionado, causando solo daños materiales y el haber salido ilesas de aquel impacto.

-¿Se encuentran bien, chicas? –pregunto Moira.

-Sí, estamos bien… -respondió Yuzu.

Yuzu volteo a ver a su hermana Mei, quien tenía una leve cortada en la frente.

-Dios mío, estas sangrando Mei. –dijo Yuzu.

-Estoy bien… solo es una herida leve, nada de consideración. –dijo Mei.

De repente una serie de disparos sorprende a las chicas, esto obligo a Moira y a las hermanas Aihara a cubrirse de los ataques detrás del vehículo destrozado y cuando llego el momento, Moira contrataco hiriendo en el brazo a uno de los motociclistas, pero mayúscula fue su sorpresa cuando vio como el brazo de aquel motociclista sufrió una mutación similar a la de una larga y afilada chuchilla.

-Maldita sea, ese cabron es un J'avo. –dijo Moira.

-¿Un qué? –pregunto Yuzu.

-Un J'avo… -contesto Moira. -Es una especie de arma biológica más peligrosa que los Hunters que persiguieron a Ada y a Mei.

-No me gusta cómo suena eso. –dijo Mei.

-tranquilas hermanas, hare hasta lo imposible con tal de protegerlas. –dijo Moira, mientras cargaba su arma para combatir a los J'avos.

Hospital Central de Tokio, 40 minutos antes.

Tras una larga espera, Ada fue dada de alta del hospital y lo primero que hizo fue a buscar a Leon y a su sobrina Mei en la sala de espera, pero en su lugar encontró a Harumi y a Himeko quienes se encontraban conversando.

-Saludos de nuevo, chicas. –dijo Ada.

-Lo mismo digo, Ada-Chan… por lo visto se ve mucho más recuperada. –dijo Harumi.

-Estas heridas no son nada a las que he sufrido anteriormente, de hecho me siento con mucho más vigor. –dijo Ada.

-Al escucharla hablar de esa manera me hizo recordar a las super heroínas de las historietas. –dijo Himeko.

-Más o menos… -dijo Ada. –A propósito, me gustaría ir a ver a la madre de mis sobrinas para saber cómo se encuentra y de paso conocerla más a fondo.

-Por supuesto, Ada-Chan… permítame llevarla con ella. –dijo Harumi.

Pero en ese momento comenzaron a escucharse en los altavoces del hospital una llamada de emergencia.

-Código 99, terapia intensiva, código 99, terapia intensiva… cuarto 304. –fue lo que se escuchó en el altavoz.

-¿Cuarto 304?... ¡dios mío!... ¡Esa es la habitación de la señora Aihara! –exclamo Harumi.

Rápidamente Ada, Harumi y Himeko se dirigieron a la habitación mencionada, pero los doctores les impidieron el paso, una preocupada Harumi pregunto qué era lo que estaba sucediendo, a lo que uno de los enfermeros contesto que la paciente había sufrido un paro cardiaco, desde la ventanilla miraban como los doctores le daban electrochoques a la madre de Yuzu, Harumi comenzó a llorar ante lo que estaba presenciando.

-Dios mío… esto no puede estar sucediendo. –dijo Harumi entre lágrimas.

-Hay que tener fe en que la madre de Aihara Yuzu saldrá de esta, por ahora solo nos queda orar por ella. –dijo Himeko tratando de consolarla.

-No tenía idea de que la madre de mis sobrinas estuviese tan delicada. –dijo Ada.

-Pero ya estaba recuperada casi en su totalidad, incluso conversamos con ella antes de que Yuzu, Mei, Moira y el agente Kennedy partieran al cementerio, esto no tiene sentido. –dijo Harumi.

En eso Ada miro hacia el fondo del pasillo a un enfermero de aspecto sospechoso que miro por unos segundos en dirección hacia donde se encontraban ella y las 2 chicas, por lo que decidió seguirlo.

Pero aquel enfermero sospechoso que portaba cubre bocas, comenzó a acelerar el paso hasta llegar al ascensor, Ada intento darle alcance pero las puertas del ascensor se cerraron, pero la espía se pudo percatar de que el ascensor iba en dirección hacia arriba, por lo que decidió continuar con su persecución hasta llegar al último piso.

Luego de una larga subida, Ada logra darle alcance a aquel enfermero misterioso, este corrió hasta quedar totalmente acorralado.

-Ya no tienes a donde ir, sea quien seas… -dijo Ada. –si eres el responsable de lo que le paso a esa pobre mujer, entonces prepárate para recibir tu merecido, hijo de puta.

-Si estuvieras al 100% y con tus armas tal vez podrías darme pelea, pero en tu estado actual solamente me harías cosquillas, Wong. –dijo aquel Enfermero.

-Esa Voz… no, no puede ser… -dijo Ada.

El enfermero se despoja del cubre bocas que ocultaba su rostro, dejando expuesta su verdadera identidad, la espía se quedó estupefacta al ver de quien se trataba.

-¡Nikolai Zinoviev!... ¡debí imaginar que eras tu!… -Exclamo Ada. –solo alguien tan despreciable como tu sería capaz de realizar un acto tan atroz como el de tratar de matar a una pobre inocente.

-Solo quería un poco de información sobre el secreto del profesor Okogi el cual afortunadamente me fue proporcionado por su esposa, claro con un poco de ayuda de pentotal sódico. –dijo Nikolai.

-Hijo de perra, le inyectaste el suero de la verdad. –le reclamo Ada.

-El fin justifica los medios, mi estimada Wong… -dijo Nikolai. –de hecho debo agradecerte por haberle salvado la vida a la señora Okogi, esto luego de que mi agente se le paso la mano con eso de tratarla de quemarla viva, esperaba también que los Hunters se encargaran de ti, pero veo que eso no sucedió así que decidí venir personalmente al hospital.

-De manera que tú eres el responsable de lo que ha estado sucediendo… ¿Eh?... pero no creas que te saldrás con la tuya, Nikolai. –dijo Ada.

-Me encantaría quedarme a jugar contigo, Wong… pero tengo asuntos más importantes que tratar. –dijo mientras escapaba con la ayuda de un sofisticado lanza garfios.

Ada solo miro con impotencia como Nikolai escapaba ante sus ojos.

-Maldito bastardo. –dijo Ada.

Luego de aquel encuentro, la espía regreso con Harumi y Himeko, quienes le informaron que los doctores lograron salvarle la vida a la señora Aihara, las chicas al preguntarle a donde había ido, Ada les tuvo que decir sobre el verdadero responsable de lo sucedido.

-Entonces el sujeto que le provoco el paro cardiaco a la señora Aihara, también estuvo detrás del incendio en apartamento de Yuzu… ¡Dios mío! –exclamo Harumi.

-Y no solo eso, también fue el responsable de haber enviado a esos Hunters a acabar conmigo y de paso con Mei. –dijo Ada.

-¿Pero porque ese maniático está empeñado en matar a la madre de Aihara Yuzu? –pregunto Himeko.

-Quizás tenga que ver con lo que este oculto en el cementerio a donde se dirigieron Leon y mis sobrinas. –contesto Ada. –Harumi, necesito que te comuniques con Yuzu cuanto antes, presento que ese cabron se dirige hacia ellos.

-De acuerdo, Ada-Chan. –asintió Harumi, quien de inmediato se comunica con Yuzu.

-¿Diga? –pregunto Yuzu detrás de la línea

-¡Yuzuchi!... dime que te encuentras bien, por favor… ¿aún no les ha pasado nada?–dijo Harumi.

-¿Harumi?... ¿Eh?... Si estamos bien, te escuchas alterada… ¿Qué sucede? –pregunto Yuzu.

-No hay tiempo de explicar, Yuzuchi… Tienen que salir de ahí de inmediato antes de que sea demasiado tarde. –dijo Harumi.

-¿Demasiado tarde?... no entiendo. –dijo Yuzu.

Durante la llamada se pudo escuchar la voz de Leon quien se escuchaba alterado.

-Dios mío… pero que rayos es eso. –Fue lo último que dijo Yuzu, luego de cortar la llamada repentinamente.

-¿Yuzu?... ¿Yuzu?... ¡respóndeme Yuzu!... maldita sea, se ha cortado. –dijo Harumi.

-Parece que Yuzu y los agentes se toparon con algo o alguien. –agrego Himeko.

-Himeko, necesito que me proporciones el número del celular de Yuzu para que pueda rastrear su ubicación, iré a ayudarlos cuanto antes. –dijo Ada.

-Pero Ada-Chan, acaba de ser dada de alta… podría ser peligroso y eso lo digo por su condición.

-Descuiden chicas, estaré bien… Leon, Moira y mis sobrinas me necesitan y soy la única que puede ayudarlos en este momento, mientras tanto ustedes permanezcan aquí al cuidado de la señora Aihara.

-De acuerdo, pero por favor tenga cuidado, Ada-Chan. –dijo Himeko.

Rápidamente Ada se dirigió al lugar de los hechos a bordo de una motocicleta para ayudar a su eterno sobreviviente como solía llamarlo y por supuesto a sus sobrinas y a Moira.

-Aguanta Leon, ya voy en camino. –dijo Ada.

CONTINUARA…