Capítulo IV: El día del niño

El timbre sonó, la maestra les ayudó a ponerse las mochilas, a cada peque y les acompañó a la salida, dejándolos ir sólo cuando su padre o madre venían a recogerlos.

Quinn después de despedirse de sus amigos, subió rápidamente al carro de su mami, Frannie le siguió, ambas en el asiento trasero y Quinn en su asiento especial, Frannie ayudándole a ponerse el cinturón y luego ella.

- Mis amores, ¿qué tal estuvo su día?

- Bien mamá – en coro ambas niñas, para después cada una contarle lo especial que sería el día de mañana.

Entre las tres siguieron interactuando, entre sonrisas, pequeñas risas y sonrojos con Quinn.

- Mamáááááááá ¡ - se quejó Quinn muy rojita.

- Awww mi vida, Frannie – advirtió mirando el espejo retrovisor.

- Lo siento Quinn – se disculpó Frannie dándole besos ruidosos en la mejilla de su hermana menor, con lo que ambas iniciaron una guerra de cosquillas, Frannie dejándole ganar a Quinn al ella ser de lo más adorable cuando lo hacía – bien, yo mando ¡ - gritó la peque levantando sus dos bracitos en el aire en señal de victoria.

- Sólo le falta rugir – comentó Frannie por su gran parecido a un leoncito.

- Arggg arggg – rugió el leoncito honorario como respuesta.

Y ni bien llegaron a la casa y comieron, Judy se puso pensar en aquello y lo que haría felices a sus hijas.

- ¿Qué disfraz es el que quieres bebé? – pidió su mami acariciando sus risos dorados, mientras su hija sentada en el sofá miraba sus dibujitos sin mirarlo.

- Quiero ser un león mami, con mis garras y mis dientes grandes, arggg arggg- rugió su peque y su mami estuvo de acuerdo, ya se lo veía venir.

Luego fue a preguntarle a su hija mayor lo mismo, más ella no respondió, se había quedado pensativa - ¿aún no lo tienes pensado corazón? – le pidió acariciando su carita, mientras ella recostada veía la tele, ella desde su cuarto.

Frannie iba a hablar cuando el celular de su madre sonó.

- Hola, buenas tardes, ¿con quién estoy hablando?

- Buenas tardes, con Nick Collins señora – se presentó él y por lo cerca que estaba Frannie lo pudo oír, sonrojándose mucho, su madre curiosa de observar su reacción puso su celular en altavoz.

- ¿El mismo, cuyo hermano empujó al agua a mi niña?

- Sí señora, pero… - Ella le interrumpió.

- ¿El mismo Nick al que mi hija golpeó?

- Sí señora.

- ¿Y qué quieres Nick? – preguntó mirando a su hija.

- Señora le prometo que mi hermano jamás ha de tocar a su hija de nuevo, a ambas.

- ¿O sí?

- Sí señora – replicó él educadamente.

- Bueno Nick me disculpo por mi hija a que te golpeara – Frannie abrió grande los ojos.

- Bueno me lo merecía – le dijo riendo, Frannie seguía sorprendida.

- ¿A qué debo tu llamada Nick? – preguntó cortésmente Judy.

- Bueno señora – se mostró él un poco dubitativo – quiero, debo, es decir, …

- Tranquilo Nick que no muerdo, aunque no puedo hablar por mi marido…

- Mamá ¡ - gritó Frannie sin emitir sonido, su madre levantó ambos de sus hombros.

Nick tragó espeso.

- Hijo – pidió Judy – ten la confianza, para preguntarme lo que desees.

- Muchas gracias señora.

- Adelante hijo – dijo y Frannie cada vez más impaciente se sentó sobre su cama escuchando lo que él quería pedir.

- Bueno, he hablado con mi mamá y está de acuerdo, ahora estoy hablando con usted y también si está, voy a ser muy feliz señora y espero hacer a su hija igual o más feliz.

Judy intuyendo por dónde iba todo le pidió que siguiera – he pensado que como mañana es el día del niño y todos usaremos disfraces, he pensado en disfrazarme de un oficial de marina.

- Muy guapo, gran opción.

- Sí, y – tomando una fuerte respiración le pidió lo siguiente – me imaginaba yo, si usted, me podría dar el permiso de recoger mañana a su hija, es decir, mi padre recogería a ambos, pero, en fin, ¿podría pasar por ella para llevarle al colegio? – preguntó de lo más nervioso.

Frannie asintió frenéticamente, trayendo mucha adoración y amor a su corazón.

- Por mi parte no hay problema, más deberías hablar con mi hija y luego le preguntaremos a su padre.

- Ok señora – lo dijo tan firme que su mamá le arrulló, Nick era un chico dulce.

Judy le pasó el celular a Frannie, aunque este seguía en altavoz, la primera vez que ambos chicos hablaban por teléfono, aunque con lo emocionada que estaba Frannie ni pensó en apagar el altavoz,

- ¿Hola?

- Ho…hola Frannie,

- Hola

- Hola – repitió Nick sonriendo al igual que Frannie, Judy volteó los ojos divertida – mañana hay un día de fiesta

- Eso sí lo sé

- Ah ok, ok – Judy resoplaba ante lo adorable que eran ambos – y con permiso de tus padres, me pregunto si, ¿puedo pasar por ti a tu casa?

- ¿Tú puedes?

- Yo puedo – replicó decidido y Judy tuvo que ocultar su risa tras su mano, su hija era tan preciosa y a veces un culo inteligente.

- Bueno si puedes.

- Yo puedo – ambos bailando atravez de las palabras – y me vestiré de un oficial de la marina, una vez recordé que estabas hablando con Clara y dijiste que te gustaba G&Joe.

- Él es militar.

- Bueno, yo iré de marino,

- Como el pato Donald entonces.

- Que no seré un pato

- Que sí ¡

- Que no¡

- Que sí¡

- Ahhhh – bufó él añadiendo – mujeres – y Judy se echó a reír libremente más que nada por la carita de situación de su niña – ese es el único disfraz que encontré, ya todos habían sido rentados, así que si quieres iré con él, un G&Joe marinero, puede ser ¿no?

- Puede ser – replicó Frannie sonriendo y Judy sintió que él chico también sonreía por como hablaba.

- Iré vestido así, sino te parece, bien puedo cambiarme, ¿quieres que me cambie? – preguntó y Frannie miró a su mamá, ya que no sabía como era el disfraz más su mama sí, Judy negó con la cabeza.

- Oh no, eso está bien.

- ¿Me dejas recogerte entonces?

- Mamá dice que sí y yo también, le preguntaré a mi padre, pero no creo que diga que no.

- Tu papá me da miedo – Judy seguía sonriendo moviendo la cabeza en negación, a Russell a veces le gustaba asustar a los chicos para que no se acerquen a sus niñas, más él era un lindo en el fondo.

- Tendrás que enfrentarlo.

- Por ti lo haría – sentenció él y ambos después de eso se despidieron.

- Ok entonces, parece una cita – dijo Judy y Frannie se puso muy rojita – awww mi bebé – replicó Judy.

Unas horas después llegó Russell y ambas le contaron lo ocurrido mientras Quinn aprovechaba para coger unas tiritas más de tocino en su plato.

Russell divertido por lo asustado del chico aceptó, no le podía negar nada a su princesa, además entr años, qué, sólo se tomaban las manos o poco más, al menos eso le contentaba a él, ya cuando su niña tuviera 15 a más, él podría sacar su escopeta y asustarles un poco más, eso lo divertía, el pensar lo fácil que se asustaban los niños.

Por la tarde, Judy salió y regresó con los disfraces, no llevó a sus hijas, ya que si veían tantos disfraces jamás iban a salir de la tienda.

Al día siguiente…

Nick cumplió su palabra, y tocó la puerta justo a tiempo, Judy se sorprendió por lo guapo que se veía.

- Buenos días Nick – saludó Russell estrechándole la mano, y él lo hizo con mucho respeto, a él le gustó.

Al rato bajó Frannie en un vestido de princesa, Nick la miraba con ojos grandes y abiertos – estás hermosa – dijo casi sin aliento, con la boca abierta, Judy tomó muchas fotos, ambos e veían muy lindos juntos.

- Creo que no te ves mal – dijo ella y Russell se echó a reír a carcajadas, awww su hijita era tan peque, que ni se daba cuenta que Nick le estaba elogiando, aunque su diferencia sea de un año, Frannie 8 años y Nick 9 años.

Ambos padres se montaron en el carro con ambos de sus hijos en la parte trasera, ambos sentándose separados y sonrojados, robándose miradas.

Al leoncin en cambio Judith le llevó en su auto –que adorable estás mi amor – le arrulló su mami, Quinn rugió un poco en respuesta y Judy solo se enamoró mucho más de su bebita.

Cuando llegaron al colegio, había muchos nenes corriendo, todos disfrazados.

- Wohala – soltó Quinn al ver los juegos inflantes a un lado, los payasos, muchos globos y papeles de colores, un sitio que hacía palomitas de maíz, algodón de azúcar, manzanas acarameladas, tal como si fuese una feria.

Los padres también estaban bienvenidos.

Judy vio a lo lejos a su hija mayor, ella estaba hablando con sus amigas, robando miradas de a poco con Nick que estaba con sus amigos, todos disfrazados de Rambo y así.

Judy después volteó a mirar a su nenita y ella estaba de lo más enojada, con los brazos cruzados sobre su pecho, pisando fuerte – awww mi bebé – le arrulló su mami sentándose en una silla baja para mirar el rostro de su hijita, mismo que tenía un gran puchero - ¿qué pasó bebé? – pidió su madre y mirando hacia dónde miraba su hija se dio cuenta, Finn se había disfrazado de pirata y estaba rondando a Rachel, quién estaba vestida de princesa.

- Mi amor ¿por qué no vas allá? – le pidió y Quinn negó con su cabeza abrazando a su mami quién le sentó en su regazo.

Al rato llegó Santana a por Quinn – hola Quinnibear – dijo de la forma más inocente.

- Ahhhhh¡ - gritó Quinn al verle, no estaba vestida de satanás, pero sí de bruja.

- Mira – dijo la nena quitándose el lunar y el gorro en punta – bruja buena – poniéndose el lunar grande y falso en la cara junto a su gorro y sus colmillos – bruja mala – soltó riendo así como lo hacen los malos.

Judy tuvo que explicarle a su peque lo que ocurría al Quinn ser más chiquita que los demás, apenas 3 años.

- ¿Has asustado a muchos? – preguntó desde su regazo.

- A varios – soltó divertida Santana alejándose ondeando su capa roja y riendo así todo maléfico haciendo gritar a varios niños, incluso más grandes, mientras los adultos reían ante lo intrépida de Santana.

Quinn se quedó mucho tiempo alrededor de su mami, Finn, Puck, Jesse, todos ellos rondaban a su Rachel y ella no sabía que hacer para que Rachel la mire sólo a ella.

- Hola Quinn – saludó Rachel y Quinn le miró como un gato, haciendo las muecas que hacía el gato, sentarse, jugar son su cola, lamerse el rostro, todo eso, causando risas y mucha dulzura en Rachel. Adoración en su madre y risas en sus amigos.

Y como Quinn no se le acercaba, Rachel se acercó tomando su manita se la llevó.

- Estás muy bonita Quinn.

- Tú también – replicó Quinn rojita, Rachel con su varita le tocó la cabeza soltando escarcha de colores – oh woahhh – soltó admirada.

- Yeahhh ¡ - gritó Rachel feliz yendo por ratos a jugar con Finn y otras veces con ella.

Es en una de las tantas veces que Quinn mirando anhelante a Rachel en su pequeña mesita junto a Santana y Brittany, Santana tuvo suficiente – haz algo, si no haces algo Finnepto le tomará la mano – susurró siendo eso lo máximo que podía hacer a su corta edad.

- Oh no – soltó Quinn con un desarmante puchero, Rachel siendo su prioridad.

Y viendo el estrado y el micrófono por dónde su miss decía las indicaciones de todo, a la par de desear feliz día del niño a todos, que se le ocurrió una idea.

Quinn caminó lenta pero decidida al estrado, sus padres en una mesa miraban lo que su pequeña iba a hacer – ohhh Russell – suspiró Judy pensando que su hijita le iba a desear algo bonito por el micrófono, mas no pensó en lo que haría Quinn.

Quinn jaló con su manita la ropa de su profesora - ¿Sí Quinn? – preguntó Kate.

- Quiero cantar una canción - pidió Quinny al no poder graduar el micrófono tan abajo, ella sacó el micrófono, se sentó en el escenario y le puso el micrófono frente a su boca.

Shelby notando esto, cargó a su nena y ambas miraron hacia el escenario.

Quinn empezó a cantar…

Twinkle, twinkle, little star,
How I wonder what you are.
Up above the world so high,
Like a diamond in the sky.
Twinkle, twinkle, little star,
How I wonder what you are!

- Ohhh Russ – suspiró Judy con lágrimas de alegría, al su nena ser muy tímida y hacer eso por Rachel.

Russell empezó a gravarla, ahí delante de ellos, la primera serenata de Quinn para Rachel – y yo pensé que sería al revés – comentó él y los padres de Rachel le apoyaron, ellos también pensaban que sería al revés.

Rachel muy emocionada, pidió a su madre, que la llevase ahí, con lo que Rachel subió al escenario y ambas siguieron mirándose y cantando.

When the blazing sun is gone,
When there´s nothing he shines upon,
Then you show your little light,
Twinkle, twinkle, through the night.
Twinkle, twinkle, little star, - Quinn mirando a su pequeña estrella.
How I wonder what you are!

In the dark blue sky so deep
Through my curtains often peep
For you never close your eyes
'Til the morning sun does rise
Twinkle, twinkle, little star
How I wonder what you are

Twinkle, twinkle, little star
How I wonder what you are – Rachel terminó la canción junto a su Quinn, antes de saltar de emoción, dar unos aplausos, abrazó fuerte a su Quinn, ambas cayendo al escenario, se miraron y se echaron a reír.

- Awww – un coro de muchos "Awwws" al ellas ser de lo más adorables, lágrimas de felicidad en sus padres y otros padres también.

Ya que después de animarse a cantar ambas, chicos más grandes se subieron a cantar, a rapear no tan bien, pero excelente para su edad, a recitar poesía y demás.

O cómo hacía Santana, que se paraba de puntitas para alcanzar el micrófono y decir – tetas – antes de echarse a reír profundamente y con ellas sus amiguitos.

Quinn sonreía muy feliz, ya que le había dado un gran regalo a Rachel, muchas pequeñas estrellitas en la canción y literal, ya que después sacó pequeñas estrellitas de su bolsillo, mismas que brillaban en la oscuridad, para dársela en su mano.

Rachel muy emocionada las recibió, le abrazó y luego le dio un gran beso en la mejilla poniendo muy rojita a Quinn mas una sonrisa tonta en el rostro, cogió su mano y le arrastró por toda la feria, no despegándose de ella.

Quinn lo había logrado ¡

Ella caminaba t oda cancherita, yep, con una sonrisa muy adorable, cogiendo de la mano a su Rach.

Y sí, el minileoncito mas adorable del colegio lo había logrado ¡

Like a diamond in the sky ¡

Aquello sólo sería un indicio de cómo seguirían juntas al crecer y después al casarse.

Nota:

- Canción: Twinkle Twinkle Little Star.