Un profundo silencio nacido de su concentración, la dominaba. Como si la misma se encontrase en el centro de un oscuro vacío.

Exploraba su mente, los recuerdos más alejados de su consciencia, intentando recordar los momentos en los que su poder se mostraba de manera inconsciente.

—"Riko" —Su nombre se escuchaba, a muy bajo volumen, con él, un tenue bullicio empezaba a emerger.

—"Ese no es tu nombre" —Una nueva voz emergía, con una fría e, inclusive, tenebrosa energía, con un tono similar a las antiguas voces que le advertían de lo que ocurriría a futuro en antaño.

—"Riko" —Aquella primera palabra empezaba a repetirse cada vez con mayor intensidad, mientras que el ruido finalmente terminaría por sacarla de su letargo.

—Aquí estás… —Con un tono desanimado, la voz de un hombre vuelve a apreciarse, al mismo tiempo que Riko, estando sentada alrededor de varias cajas con frutas y verduras, abría los ojos de manera abrupta, a la par que delante de ella había un pequeño plato de comida a medio terminar.

La pequeña niña únicamente alzó su mirada aún un poco perdida tras perder su concentración, para luego notar a Lori.

—En unos minutos volveremos a abrir, así que prepárate —Dijo con normalidad el hombre, antes de que la niña volviera a asentirle, solo para apresurarse a comer el resto de su comida.

.

.

.

.

.

El estado de Yûsuke, mezclado con todo el cansancio acumulado en su cuerpo gracias al trabajo sin un adecuado descanso, culminó tras finalmente recibir todo aquel daño en la casa de Suzume. Apenas y podía levantarse y caminar un par de pasos hacia el baño; necesitaba descanso, y Riko sabía lo suficiente como para darse cuenta de que la comida no se compraría con los inexistentes ahorros que el hombre poseía… debería continuar trabajando.

El jefe de Lori, al conocer aquel grupo, no tardaría en ser convencido de ofrecerle un pequeño trabajo que la joven fuera capaz de hacer, más estaba claro el que aquellas actividades eran completamente informales y lejos de ser legales, más no había otra opción.

Yûsuke se negaría, pero el hombre era incapaz de siquiera moverse para impedir la determinación de Riko; esta no dejaría que las cosas continuaran así para él, no tras ver sus recuerdos, y Lori no podría negarse ante la situación que enfrentaban; el dinero no sobraba en lo absoluto, y las medidas, a pesar de ser extremas, eran necesarias.

Era uno de los tantos sectores de comercio informal de verduras y otros alimentos, el constante caos dominaba conforme la gente volvía a abrir sus puestos tras pasar la hora de almuerzo. Riko, junto con Lori y otros trabajadores, se encargarían de la organización y transporte de los nuevos cargamentos que constantemente llegaban desde Nerito u otros pueblos agricultores de la región.

El trabajo no tendría compasión solo por ser una menor de edad, más incluso en esta condición, y el tener que cargar constantemente cajas de diferente peso; Lori no podría ayudarla siempre, su trabajo ya era arduo, más solo podía darle ánimos ante los cargamentos grandes que no podía recibir él en vez de ella.

Sin embargo… esto no evitaría que Riko no aprovechara la situación a su beneficio.

Recordaba los momentos en aquel laboratorio, o cuando salió de su dimensión. Aquel poder mental que en su momento fácilmente mostraba una fuerza capaz de afrontar fácilmente aquellas cajas.

Cada que levantaba una, dejaba de centrarse en sus músculos, como si a una persona incapaz de leer intentara comprender un libro sin ayuda, aquella era la mejor manera de comparar la situación que afrontaba Riko. Más solo los recuerdos y emociones que sintió en aquellos cruciales momentos parecían ser la única guía que poseía para intentar desarrollar su escondido poder.

Sabía que eso sería fundamental… la fuerza lo era todo; la fuerza haría pintar casas más rápido; la fuerza haría serla capaz de llevar cajas sin inconvenientes…

.

.

.

La fuerza habría sido capaz de salvar a Yûsuke y Ganju de aquellos policías.

.

.

.

Tan pronto los recuerdos volvían a abordarla, su ceño fruncido no tardaría en emerger conforme seguía cargando una de aquellas cajas.

De entre todos… ella era cuya memoria más afectada había quedado. La impotencia donde en mente de otros ya era, por desgracia, una costumbre; ella lo experimentaba por primera vez, y de la manera más cruda posible.

La oscuridad no la había abandonado tras huir de aquella tenebrosa dimensión, con ello aprendió el que huir no traería consigo nada; y los seres que primera vez le habrían mostrado su aprecio y aquellos hermosos sentimientos, no tardaría en extinguirse ante su propia ineptitud.

No había podido hacer nada… solo ocultarse y gritar; Yûsuke sufrió por su culpa, ya desconocía el estado de Ganju, y ella solo podía conformarse con trabajar para cubrir el daño hecho por otros.

Aquel sentir empezaba a transmutar; donde existía la impotencia, un fuerte ardor en su garganta emergía, quería derramar lágrimas, más esta las contenía, no por orgullo o fuerza, sino por un sentimiento aún más fuerte.

Imaginaba a aquellos oficiales, veía sus caras, sus risas; escuchaba sus despectivas palabras, sentía la mano del líder tirando de su cabello, golpeando a Yûsuke…

Y Riko… sentía odio por primera vez.

.

.

.

.

Y fue ahí… cuando la caja salió finalmente expulsada hacia los pies de otro de los trabajadores del sector.

.

.

.

.

El caos estaba lejos de ser menor; las verduras esparcidas junto con el propio susto de Riko, llegando incluso a caerse por el propio acto, no traería menores consecuencias.

Como si de un efecto dominó se tratase, el primer hombre al que impactó terminó por chocar con otros dos.

—¡¿Qué diablos fue eso?! —El impacto de la caja no traería mayores daños que el pertinente accidente, más el dolor si fue lo suficientemente justificable para alterar y enfadar al primero de aquellos hombres.

Todos intentaban ver a su alrededor, la pálida niña sentada a varios metros de distancia era lo primero que resaltaban, más sabían que era imposible pensar en alguna manera lógica de que esa pesada caja les hubiera impactado a causa de esa pequeña niña a tal distancia, al mismo tiempo que nadie había prestado atención por suerte al instante en el que dicha caja salió disparada.

A su alrededor el desorden de las cajas acumuladas les dio el justificativo suficiente para pensar que una de ellas se había caído sobre aquel hombre, una razón un tanto mediocre, pero cualquier cosa era más creíble que el que una niña hubiera lanzado algo así con aquella fuerza.

—Recojan las cosas y vuelvan a trabajar —Una nueva voz emergía con tono dictatorial y seguro, todos volvieron a lo suyo tras lo mismo, mientras que la tensión generada en antaño lentamente comenzaba a apaciguarse con el caos habitual.

Riko aún estaba intentando mantener la compostura, ya de por sí era complicado psicológicamente experimentar el odio y la ira, más aquello mezclado con la abrupta respuesta de su mente tras realizar aún sin control aquella telekinesis volvía su concentración algo aún más inestable.

—¿Estás bien?, no te asustes, no es la primera vez que una caja se cae, no es gran pérdida —La misma voz volvía a escucharse, ahora mucho más cerca de la niña, la cual, por mero instinto giró su cabeza hacia el origen, antes de abrumarse tras notar al enorme hombre que yacía a su lado.

Era el jefe de aquel lugar, un hombre incluso más alto y fornido que el propio Yûsuke, de piel blanca y cabello negro, su piel mal cuidada y herida con los años de experiencia hacían completo contraste con su ropa sencilla y bien cuidada, junto con su inocente expresión.

—Ven, levántate —Alzó su enorme mano con lentitud y amabilidad hacia Riko, al mismo tiempo que esta seguía un tanto abrumada ante la situación, para luego intentar sujetarlo y solo volviendo a asombrarse temerosamente tras darse cuenta de que toda su mano apenas y alcanzó a agarrar por completo tres dedos del hombre.

—No tengas miedo, pequeña, no voy a comerte —La actitud del hombre era completamente contraria a la de Riko, este solo comenzó a reír con mucha energía y menor preocupación tras decir aquellas últimas palabras.

—Supongo que tú eres Riko, Lori me contó lo que ocurrió —Aquel hombre, casi aparentando ignorancia hacia lo que su tamaño evocaba, únicamente se agachó de inocente manera con tal de intentar quedar un poco más a la altura de Riko, sin embargo, no pasó mucho antes de que este mirara con ceño fruncido sus manos.

Dijo que eras menor… pero no pensaba que fueras tan pequeña cuando me pidió que te dejara trabajar aquí —Aquel gran hombre volvía a mover sus brazos, inquietando a la propia Riko cuando este volvió a tomar sus pequeñas manos con delicadeza —Aquí —Dijo, antes de hacer notar los rasmillones y leves heridas que la niña ya se había hecho por el trabajo duro.

Aquel hombre solo pudo negar un par de veces con su cabeza.

—Discúlpame, fui un tonto por pensar que algo así podía hacerse —Dijo el hombre, antes de sacar una botella de uno de sus bolsillos, abriéndola con naturalidad para después preocupar a Riko una vez que empezaba darla vuelta sobre sus manos —Tranquila, solo es agua —Al decir esto, con calma, Riko solamente alcanzó a exaltarse y fruncir levemente el ceño con tenue molestia, para luego calmarse más tras la grata sensación del frío líquido en contacto con su reseca piel.

—Conozco a Yûsuke —Volvía a hablar —Es un buen tipo… me apena mucho lo que le pasó —Reconocía, al mismo tiempo que dejaba su botella a un lado de la niña, para luego comenzar a hurgar en otro de sus bolcillos y volver a sorprender a Riko tras ver cómo sacaba un poco de dinero.

—Ten, te voy a dar unas verduras también, pero esto es para que puedan defenderse un poco más —Habló el jefe, al mismo tiempo que Riko estaba completamente enmudecida.

No era mucho dinero, a lo más alcanzaría para un par de almuerzos, más el gesto era algo nuevo también para la pequeña niña.

—Tómate el día, ¿Quieres? —Habló nuevamente el hombre, antes de llevarse las manos a la cintura y sonreírle —Mañana voy a enseñarte como regatear con los clientes, así que prepárate para aprender del mejor, ¡Ese sí que será un trabajo que me aseguraré puedas hacer a la perfección! —Alzó su pulgar, mientras que ni siquiera Riko evitó dejar escapar un bufido tras intentar contener una tenue risa, inflando sus mejillas levemente ante la propia absurda y contradictoria actitud de aquel gigantesco ser.

La pequeña niña volvía en sí, el choque de emociones era palpable, la ira que en un momento la dominó por apenas unos instantes se veía disminuida, más las memorias de haberlo experimentado continuaban.

Riko solo pudo exhalar agradecida y cansada, aun con su deseo de ayudar a Yûsuke y la niñez que ya no poseía, un poco de su casi extinta infantil actitud salía a flote al darse cuenta de que ella no quería hacer ese tipo de trabajos. Solo pudo terminar por asentirle al dueño.

—Gracias, Señor —Fueron las únicas palabras que pudo decir Riko, antes de que el hombre únicamente le sonriera ahora con más calma.

.

.

.

.

—Por favor… dime Takeshi—

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Los ojos de Riko terminaron por congelarse y abrirse levemente tras escuchar el nombre.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Fue un gesto imperceptible para los demás, no mostraría lo que aquel nombre había causado porque ni siquiera ella era capaz de explicárselo a sí misma.

Era una emoción de un extraño apego, como si no fuera la primera vez que escuchara aquel nombre, pero no existían en lo absoluto en sus memorias.

No tenía lógica alguna, Riko se perdía en sus pensamientos, incluso para cuando se despidió y abandonó aquella feria, el extraño sentimiento de cercanía junto con el propio reconocer de aquel nombre, despertaba en ella la impotencia y duda al no poder dar raciocinio a algo tan básico como lo es uno mismo.

.

.

.

.

.

Más, conforme caminaba, sin rumbo gracias a sus pensamientos, extrañas emociones volverían a tomarla desprevenida

.

.

.

.

Para aquel entonces sus habilidades perceptivas volvían a funcionar, no de la misma y descontrolada manera que en antaño, más había vuelto a ser capaz de reconocer emociones de la gente a su alrededor, como también ignorarlas a voluntad en caso de verse sobrellevada ante el propio número.

Sin embargo, aquello era nuevo, no las emociones como tal, la desesperanza y el temor no era algo desconocido para Riko tras verlo en algunos humanos sin hogar o comida, sin embargo, aún así, prefería ignorarlo con tal de no afectarse a sí misma, más aquellas emociones parecían no desaparecer como los demás que omitía.

Su origen era diferente al de un humano común y corriente…

.

.

.

.

No tardó en verlo… el aumento del bullicio parecía tener relación conforme Riko se acercaba más y más a la zona en donde aquellas crueles emociones pululaban.

Un par de enormes camiones, con cajas de gran tamaño siendo sacadas conforme las personas a los alrededores se veían animadas a adquirir lo que fuera que se encontrara en estas.

Riko no comprendía, más solo podía sentir el origen, dichas cajas no tardarían en ser abiertas para mostrar por lo que todos esperaban.

.

.

.

Pokémon.

.

.

.

—¡Acérquense, damas y caballeros! —Lo que parecía ser un presentador se proclamaba por sobre una de las cajas abiertas, asustando más a los pequeños seres que en su interior seguían encontrándose —¡Tenemos un cargamento especial, traídos desde la mismísima región de alola! —Aquel hombre ni siquiera alcanzó a terminar su discurso, cientos de personas empezaban a intentar abalanzársele, con manos en alto queriendo adquirir, el caos volvía a dominar el lugar mientras cada gente recibía lo que buscaba.

Correas de contención, toques eléctricos, todo parecía demasiado más caro de lo usual que en los sectores bajos se trataba; estaba claro que aquellos negocios ilegales tendrían financiación de los sectores más altos de la capital, pasando debajo de la mesa con tal de que estos pudieran obtener sus tan preciados "productos".

Riko estaba choqueada, sus ojos estaban perplejos, cada sentimiento… cada maltrato, la niña no se permitía ignorarlos, casi como si de un acto masoquista se tratase; Ella conocía la existencia de las criaturas, más incluso con sus conocimientos, el tenerlos delante de sí era algo completamente diferente.

Incluso al entregarlos eran maltratados; patadas, golpes, electrocutados y empujados hacia sus nuevos dueños los cuales no parecían mostrar menos tacto que sus antiguos esclavistas.

No sabía cómo actuar, era demasiada información que procesar, sin embargo, aún era demasiado temprano para darle descanso a su mente, una vez que un nuevo acontecimiento volviera a ocurrir…

.

.

.

.

.

.

.

Una vez que el miedo a ser asesinada, sin razón aparente, la dominara en su totalidad.

.

.

.

.

.

.

.

No estaba acostumbrada, como en aquellos primeros días de conciencia donde su conocimiento del futuro se presentaba en las tenues palabras que parecían indicarle lo que ocurriría; aquello era nuevo, una fiel interpretación de un horror palpitante cada vez más cerca de ella; intentaba darle lógica, algo debía estar causandolo.

Hasta darse cuenta como uno de los pokémon que habían sido comprados… atacaba al propio sujeto que lo había adquirido.

.

.

.

Eso debía ser, Riko pensó que haberse interiorizado tanto en las mentes de aquellos pokémon hizo finalmente que la sensación de una muerte segura terminara por dominarla de igual manera; no dejando de ser atemorizante, el darle una lógica le daba mayor calma que en antaño; sin embargo, aquello no había terminado, no luego de que un nuevo caos dominara el sector tras ver eso.

Era un Pokémon demasiado pequeño y malnutrido, cuadrúpedo, de color marrón opaco y patas de color café, sus ojos celestes casi al punto de demostrar inconsciencia parecían demostrar lo poco de vida que les quedaba.

No habían vuelto a ponerle la correa, y ese pequeño instante había sido suficiente para que el mismo deseara atacar y liberarse.

No podría correr, sus piernas apenas y le permitirían caminar, más no se negaría a atacar, aunque con ello supiera que su vida terminaría en el acto.

Riko se exasperaba, aquel sentimiento de muerte inminente se acrecentaba cada vez más, a niveles que, incluso sabiendo que se trataba de aquel pokémon, no tardaría en comenzar a enloquecerla por mero instinto.

.

.

.

.

.

.

.

.

Mas todo aquel instante… así como también cuando el grado de horror llegó a su estado máximo en la mente de Riko… terminó por cesar una vez que el impacto de un objeto cayendo en el centro de aquellos contrabandistas y pokémon, terminara por levantar una nube de polvo en el lugar.

.

.

.

.

El impacto y desesperación a tales altos niveles volverían a hacer que Riko terminara por silenciar la percepción de las emociones, no en su totalidad, pero lo suficiente como para al menos no sofocarse; sin embargo, esta no pararía de intentar percibir a aquel pequeño pokémon.

La gente se exasperaba, nadie era capaz de ver nada, más Riko sentía como aquel pequeño ser comenzaba a alejarse lentamente de aquel sector, como si aprovechara inteligentemente el milagro que la vida le había dado con aquel extraño estruendo.

Riko no se quedaría más tiempo congelada, ayudada gracias al propio caos y la nube de polvo, esta no tardo en seguir a aquel pokémon, caminando poco más antes de finalmente llegar a un callejón donde la tierra no había alcanzado a introducirse.

.

.

El bullicio de lo que ocurría del otro lado de aquella manta de tierra lentamente parecía mitigarse conforme Riko se adentraba en aquel oscuro callejón. Su preocupación permanecía, al mismo tiempo que no pasaría mucho luego de que, tras sentir a aquel pokémon deteniéndose, se guiara por su propia percepción hasta finalmente llegar.

Los gemidos fueron los primeros en escucharse, la percepción de Riko no fue necesaria una vez que esta detectó fácilmente el origen.

Bajo un montón de madera y basura… un pequeño agujero parecía ser el mejor lugar posible para ocultarse de cualquiera, más una vez que este logró llegar, su orgullo pasado y la ira en búsqueda de defenderse finalmente terminaban por decantar en la real pena y miedo que el pokémon sentía en realidad.

La presencia de aquella niña no tardaría en ser notada por aquel pequeño ser. Este, intentando lamer sus dañadas patitas, nuevamente volvería a mostrar los colmillos de manera amenazante tras notar a Riko, gruñendo y adentrándose aún más en aquel agujero, no pudiendo mucho más ante la poca profundidad del mismo.

Riko solo pudo apartar la mano con pena y de manera instintiva ante la advertencia, sin embargo, estaba lejos de rendirse. La ira y el miedo no era lo único que percibía… la extrema hambre y sed de igual manera era palpable en su mente, de una manera casi similar a cuando esta fue encontrada por Yûsuke.

Teniendo solo sus manos para ello, aún con el miedo de que la arañara o mordiera, Riko las usaría como recipiente para dejar en ellas un poco del agua de la botella que Takeshi le había dado.

Ten… no te haré daño —Riko, lentamente, empezaba a acercar nuevamente sus manos, mientras que el pequeño pokémon solo podía mirar ahora con ceño fruncido y asustado ante el choque de emociones, sin embargo, aún si fuera una trampa, su sed era tal que incluso bajo su desconfianza, este, con movimientos lentos y dudosos, finalmente empezaba a acercar su rostro y olfatear la mano de la niña… antes de finalmente hacer que esta sonriera al notar como el pequeño pokémon empezaba a beber cada vez con mayor desesperación.

—Calma… calma —Soltaba una dolida, pero a la par nerviosa risa al ver como incluso el pokémon respiraba con brusquedad ante los tragos incesantes, no tardando en vaciar la mano de la niña, para luego mirarla aún entristecido. Riko no dudó en volver a llenar su mano con agua; lentamente empezaba a sacar al pokémon del agujero, mientras que este de igual manera empezaba a levantar cada vez más su mirada hacia la niña que le daba de beber…

.

.

.

.

Solo para sorprender a Riko… una vez que este se apartaba, comenzaba a gruñir y empezaba a adoptar nuevamente una postura amenazante…

.

.

Hacia algo que se encontraba a las espaldas de la niña.

.

.

.

.

.

Riko solo pudo abrumarse… no los había sentido, su inexperiencia y querer concentrarse solo en aquel pokémon fue su inexperto pecado, sin embargo, ya era tarde; una vez que apenas dio señales de girarse, una mano tapando su boca fue suficiente para controlarla.

—Realmente fue difícil dar contigo sin que te vieran los demás… eres bastante tonta, niñita —Esa voz… los ojos de Riko se abrían al máximo, aquella tosca y rasposa mano, Riko empezaba a notar a los otros dos que empezaban a acercarse.

.

.

Sin sus trajes de policía no era tan fácil reconocerlos… pero Riko no volvería a olvidar las caras de esos hombres nunca más.

.

.

—La verdad… gracias a que por ti y ese negro de mierda perdí mi trabajo, pensaba en cómo poder desquitarme de una manera… "adecuada" —Mientras Masahiro sujetaba ahora el cuello de Riko al mismo tiempo que la tiraba al suelo, continuando callándola de igual manera, un nuevo sonido alerta a sus compañeros, luego de ver como el pokémon salía e intentaba abalanzarse hacia aquel ex oficial…

.

.

.

.

Solo para terminar siendo pateado por uno de los amigos de Masahiro.

.

.

.

.

El sonido del último quejido dado por aquel pokémon solo despertó más risas por parte de los hombres, el pequeño era demasiado lento gracias a todo el maltrato recibido, no sería difícil evitar que atacara.

—Aunque, si te soy honesto… estás empezando a gustarme mucho, niña —El sonido del cierre del pantalón de Masahiro empezaba a escucharse, Riko no podía gritar, mientras que el mismo hombre rápidamente y de manera brusca bajaba el dañado pantalón y calzoncillo de la chica.

Uno de los amigos de Masahiro, el que había golpeado al pokémon, únicamente se acercaba con tal de ver la cara de la niña en su enfermizo fetiche.

.

.

.

.

.

Era extraño… Riko tenía sus ojos completamente abiertos, las lágrimas brotaban sin control, más no era la primera vez que aquel hombre veía a una mujer siendo violada, algo no calzaba con la expresión, como si su horror naciera de otra cosa.

Masahiro empezaba a bajar sus manos por la espalda de Riko… empezando a tocarla sin piedad mientras avanzaba hacia su entrepierna

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

—Oigan… —Una voz se escucha… exaltando a todos los hombres; los ojos de Riko se abren a más no poder, a un grado en el que incluso las venas empezaban a enmarcarse por el miedo.

.

.

.

.

.

Al mismo tiempo que Ryo, con su estado aural mega evolucionado activado, sosteniendo a un dormido y completamente curado Rockruff en su brazo izquierdo, se encontraba a un par de metros de la escena .

.

.

.

.

.

Y aquí termina el capítulo del año chicos xd (muy bien, ya, no me maten :'v )

Espero les haya gustado y dejado expectantes para lo que se viene ^^ poco a poco llegamos al climax de la historia de nuestra antagonista, y con ello finalmente las piezas volverán a unirse para regresar al momento en el tiempo donde se dejó eterna voluntad 1 :3

Comet Galaxy Pues sí… susuzme pasará toda su vida soltera de seguir así :'v

Seeee no te preocupes, no pongo esas escenas de manera gratuita, todo tiene un sentido uwu

¡Muchas gracias por comentar! :3

Zephyr V Exe Bueno zephyr ahora ya podemos decir que hay un recordatorio de que hay pokemon en la historia xD

Me alegra que me digas eso de escenas como esas :'3 siento que no soy muy bueno en cosas como peleas y ese estilo de cosas, pero saber que tengo un fuerte a lo que respecta emociones me reconforta en parte, así que gracias :'3

Ya no seas cruel :'v, me tardaré pero intento ponerle mi amor en lo que hago aunque no sea tan constante.

Gracias por comentar T-T

Lord fire 123 Pues yo no, a mi me daría miedo :v xD

Respecto al apodo o los nombres, simplemente de momento llamémoslos con el nombre de su voluntad xD, ya en el futuro se sabrá el nombre de cada uno.

Ayyy me alegra que lo encontraran realista TwT

Esta historia se desarrolla en la época en la que justamente Ryo, Takeru y Yoshiro viajan al mundo distorsión (ya sabes, esa mini historia de cuando Ryo y Takeru cambian de cuerpo xd), aunque bueno, todo transcurre desde ese punto, a este grado ya han pasado algunas semanas.

Es bastante tedioso trabajar con un personaje sin nombre xD, debo admitirlo

Espero la continuación de esta micro historia (aunque bastante importante en mi opinión) te haya gustado uwu

¡Muchisimas gracias por comentar! :3

.

.

.

Eso sería todo chicos, vuelvo y repito, espero les haya gustado el capi, aquí los que nos hablamos mensualmente cada que respondo sus comentarios, seremos poquitos pero poderosos, ustedes ya me conocen y saben como funciona el asunto :v, así que no me maten por la tardanza xD.

Sin más que decir… ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!