Capítulo 03

Nada mejor que un buen paseo.

El tiempo pasaba y pasaba y conforme el mismo pasaba, las técnicas de ser un padre eran más frecuentes en Lincoln, algo que impresionó demasiado a los señores Loud.

Un día, ambos le regañaron porque se había dormido y no fue capaz de despertarse cuando el pequeño Loyd terminó llorando por un rato hasta que ellos se despertaron para atenderlo. Le costó a ambos despertar a Lincoln, quien por fin había dormido luego de haber hecho dormir al mismo, para luego decirle – a un albino algo sorprendido – que debe de estar muy atento por si esto sucede ya que algo malo puede pasar.

Al otro día, misma situación, despertaron al instante y fueron a ver a Loyd.

Encontraron a Lincoln dentro de la cuna, acurrucado a más no poder, con el niño en brazos mientras parecía volver a dormirse y viendo que en ese momento, sonreía de oreja a oreja el pequeño niño.

Ya sabía cambiar muy bien los pañales, ignorando ese olor tan pútrido que soltaba el niño y pareciendo que tenía una gran sonrisa al hacerlo… o tal vez ellos ven cosas.

Siempre está atento ahora a la hora de darle su leche. Corrobora al menos 5 veces antes de darle de comer y cuando lo hace, termina por calentar de nuevo la leche.

Le costó un poco al menos los alimentos varios que puede darle a un infante de su edad, que ya había alcanzado unos cuantos meses conforme pasaba el tiempo, puesto que a veces no entendía mucho de todo esto y de qué cosa darle de comer. A veces le daba una semana algo y luego, apenas cambiaba la comida. Le explicaron a detalle la dieta y toda la comida que el niño podría estar comiendo. Una vez supo todo, a los siguientes días, ya notó que variaba bastante.

Había dos cosas al menos que Loyd no hacía y que preocupaba enormemente a Lincoln.

No hablaba y tampoco caminaba.

Siempre gateaba. Es normal que un bebé empiece a gatear, sí. Pero conforme pasa los meses y teniendo internet a mano, le preocupaba que algo tuviera, más allá de haber nacido mucho antes, sentía que era algo raro. Aparte de eso, sumemos que Loyd tampoco soltaba una palabra. Puede balbucear, claro, todos los bebés que están alcanzando el año de edad suelen hacerlo… pero siquiera podía decir algo.

Rita y Lynn saben de esto y creen que es un poco tímido con todo esto de hablar. Eso no quiere decir que nunca quiten su tiempo para persuadir al bebé a que les diga padre y madre, un pequeño placer con tal de molestar a Lincoln… lo cual sí que lograron.

—Te ves demasiado preocupado, Lincoln

—…

Rita y Lynn acompañaban en este pequeño paseo en el pequeño carro donde estaba Loyd, mirando a todo con gran asombro al notar el mundo tan colorido que había a su alrededor. Lo acompañaron porque también querían salir a caminar.

No pueden decir que salieron más que nada para poder demostrar que a su edad, tienen un nieto, algo que muchas otras familias amigas ahora pudieron ver y exclamaban sorprendidos por esto, algo que les daba un gran orgullo.

—Estuve… —se quedó callado unos segundos mientras seguía empujando el carro de Loyd, pequeño que seguía muy feliz por poder salir—. …estuve viendo algo en internet

—¿Mujeres? —preguntaron ambos al mismo tiempo.

—Aparte, estuve viendo cosas de bebés… ya saben, por Loyd —aclaraba sin rodeo alguno. Ambos se miraron con confusión—. Yo… no creo que sea normal que no hable y no camine a casi un año de edad —respondía—. En internet… dice que en caso de no caminar ya al año o siquiera intentar decir algunas palabras, se debe hacer una revisión… —a todo esto, la preocupación del albino era muy notoria—. …¿creen que es normal que pase esto?

Lincoln estaba en serio preocupado por Loyd.

Quería buscar una solución sobre todo esto. Estaba por llamar a una amistad para que haga una revisión completa al niño, comentarle todo lo que sucede en el día a día… pero tenía miedo de que sea algo muy malo. No podría soportarlo.

A veces se olvida que Loyd es su hijo y se refiere a él, a su hijo, por su nombre o a veces por el niño. Suele decir que es su hijo pero, siempre se olvida.

Rita y Lynn soltaron pequeñas risas ante las preocupaciones de Lincoln.

El albino no entendía nada de nada y les miraba sin entender.

—¿Qué con las risas?

—Lincoln —era Rita que hablaba—, no tienes que preocuparte por esas cosas —le calmaba y apoyaba una mano en su hombro—. Es normal que suceda eso

—Pero en internet…

—Internet dice tantas cosas hijo —fue Lynn que terminó hablando mientras sacaba su teléfono y buscaba algunas cosillas para mostrarle a su hijo—. Mira esto: rata mexicana cancelada por dar un estereotipo muy mal acerca de los mexicanos.

Lynn le mostró la noticia a Lincoln que la vio y alzó una ceja.

—¿Me comparas cosas de Loyd con algo de una rata de hace 90 años atrás?

—Es que, internet dice muchas cosas Lincoln. No superas los 35 años de edad y nosotros tenemos más de 55 años y no creemos todo lo que vemos en internet. ¿Quién es el viejo ahora? ¿Eh? ¿Eh?

Lynn codeaba a Lincoln que seguía muy desentendido de la situación. De entender la misma, miró fijamente a su padre que seguía señalando su teléfono con la noticia en respecto y que la gente en internet suele hacer esta clase de estupideces con tal de preocupar a la gente, sobre todo esa gente que pone artículos hablando de temas en concreto… aunque no sabe si hay comparación alguna entre una noticia burda como cancelar una rata o cosas que tenga que ver con su hijo.

Estaba confundido ahora.

Siente que todo se desvirtuó de una manera muy grande.

Pero más importante, ¿su padre le dijo Boomer?

—Es normal esto Lincoln —de nuevo, Rita habló—. Tú no hablaste o caminaste hasta cumplir el año de edad

—Pero Loyd no es mi hijo… y recuerdo que has dicho que Lori tardó 6 meses en caminar y en decir sus primeras palabras, más supongo que el padre también tardó ese tiempo según tengo alguna idea… ¿por qué será?

—¿Alguna vez pensaste que es porque el niño ha nacido a los seis meses? —le decía a modo de pregunta Rita a Lincoln.

—Según vi, no tiene nada que ver —comentaba—. …aunque si ahora lo pienso bien, es normal que tenga problemas a la hora desarrollar sus huesos… y tenga problemas para caminar… —se tapó la cara ahora mismo de la vergüenza que sentía al darse cuenta que estaba equivocado y más ahora, dejando de lado aquello de su nacimiento—. Oh Dios, que mal padre soy…

—No eres mal padre Lincoln —le consolaba su madre—. Te preocupas mucho por el niño. Has estado noches sin dormir para ver que duerma ¿no? —no quería admitirlo pero lo hizo al final—. No todos hacen lo que tú haces. Eres un buen padre, Lincoln. No pienses lo contrario. Loyd tiene suerte de tener a un gran padre como tú —aprovechó para darle un beso en la frente, teniendo que hacer que se inclinara un poco para darle el mismo—. Estamos orgullosos de ti, lo sabes de sobra.

—… sí, lo sé…

Sonreía un poco.

Las cosas siguieron normal después de eso.

Sus padres no parecían querer soltar para nada a su nieto y jugaban con él en el parque, viendo a muchas familias que disfrutan mucho con sus hijos.

Dentro de él, miró a cada una de ellas y notaba cómo todas las familias tenían una madre y un padre jugando con sus pequeños, algo que carecía Loyd en estos momentos. Tan solo con mirar esto, sabía que no iba a tener una buena infancia el pequeño a falta de una madre. Sigue pensando en cómo Lori hizo aquello.

Siente que el mismo destino le dio esta chance de redimirse de todas las cosas malas que él ha hecho en su vida. Siente que esto no fue una mera coincidencia… aunque pensando a fondo, había tomado un camino diferente aquella tarde y encontró por pura casualidad eso, todavía impresionado por la frialdad de la persona en hacer esto.

¿Por qué tener un bebé para hacer tales cosas?

Ahora entiende un poco, de hecho no entiende mucho o no entiende nada, la gente que tiene hijos para poder cobrar por ellos.

Volviendo al mundo que le rodea, todavía le cuesta creer que Lori hiciera tal cosa. Tener un hijo ha de ser algo importante ¿no? ¿Por qué hace eso? Trata de razonar con él mismo y pensar que debe de haber una muy buena razón… pero, ¿la hay realmente? ¿Hay realmente una buena razón por ello? Por más que se diga a sí mismo que lo debe de haber, no puede perdonar para nada a Lori, menos sus padres que están tan felices de tenerle aquí que… bueno, no hace falta decir que también se tirarían encima de ella.

Dejó de lado esos pensamientos cuando notó que el pequeño gateaba a su dirección, vistiendo ropas de bebé de color que su madre usaba en algún momento de su vida, oscureciendo más su mirada pero volviendo al mismo brillo que ha conseguido gracias a él cuando se subió a sus brazos, viendo cómo le pedía con sus brazos estirados y sus manitas abriendo y cerrando que le cargue.

Él le hacía sonreír demasiado.

Unos días después

—¡Vamos pequeño!

—¡Vamos Loyd! ¡Tú puedes!

—¡Vamos! ¡Sé que puedes hacerlo!

—¡Loyd! ¡Loyd! ¡Loyd!

Los tres estaban mirando, días después, a Loyd que hacía lo posible para pararse, consiguiendo esto con todo el éxito del mundo, quedando quieto y mirando a todos con una cara bastante seria, muy decidido a hacer esto.

Loyd miraba lo que eran esas dos personas grandes y veía una cabellera blanca, muy diferente a las dos personas. Le costaba tener algo de equilibro y con pasos decididos, trató de caminar lentamente.

Esas dos personas adultas, esos dos gigantes, uno de ellos tenía algo que apuntaba a él (una cámara) y se podía apreciar una cara rara detrás de aquella cosa mientras que la otra, de cabellera rubia y ya con partes blancas, coreaba de alguna manera y decía que él puede.

Miró entonces a esa cabellera blanca.

Iba a caminar a su dirección. Estaba muy decidido a intentar caminar sin ayuda de nadie porque rechazó toda ayuda.

Hizo unos cuantos pasos y se notaba, al menos él no veía esto, la emoción y alegría de los presentes, sobre todo de Lincoln quien había dicho hace días que estaba demasiado preocupado porque su hijo ni habla ni camina y que debía hacer miles de chequeos para ver si todo anda bien dentro de su cuerpo.

Loyd claro no entendía mucho de esto pero hacía lo posible para caminar un poco.

Hizo cuatro pasos en total y luego cayó sentado al piso de la sala, empezando a hacer muecas para llorar porque el pequeño golpe le había dolido un poco, una cara que ya visualizaban todos y que, en nada, empezó a lagrimear y a llorar un poco.

—¡Muy bien pequeño! —decía Rita que no se aguantó y lo terminó alzando primera—. ¡Has caminado bastante para ser tu primera vez! ¡Y sin ayuda! —celebraba con el pequeño encima y con una gran sonrisa—. ¡Has hecho feliz a tu…!

Pero el niño parecía seguir llorando un poco.

Lynn padre estaba muy feliz de esto y quitó a Loyd de sus brazos.

—¿Por qué llora? —preguntaba ella, ignorando el hecho de que le arrebataron a su nieto.

—Llora porque no le gusta estar con su abuela —él se reía de su mujer. Esto le iba a costar demasiado pero lo vale—. Le gusta estar con su hermoso abuelito, ¿no es así pequeño Loyd de mi vida? —hablaba de una forma muy rara, algo que a Lincoln le cuesta digerir, demasiado. Muy cariñoso, muy meloso, hacía caras de asco y esperaba no hacer esto cuando Loyd creciera… no, promete no hacer esto porque lo encuentra muy molesto—. ¿Eh?

Loyd tampoco parecía dejar de llorar.

Entonces Lincoln, viendo cómo viene la mano, tomó al pequeño Loyd en sus brazos y lo miraba.

Dejó de llorar.

—Vaya —sí, sus padres estaban impresionados—. Lincoln, felicidades…

—¿Qué hice? —preguntaba sin entender nada

—Realmente el niño te quiere mucho —le indicaba—. Ha dejado de llorar apenas entró en tus brazos —Lincoln miró esto y notó que realmente Loyd se había calmado. Limpió una lágrima que estaba debajo de su pequeño ojo—. A veces, no en este caso, los niños encuentran cobijo en alguno de sus padres, uno más que otros. ¿Recuerdas a Lily? —decía Rita. Recordó a la misma de bebé. Fueron épocas muy hermosas. ¿Ahora? Es muy diferente. Lincoln asintió mientras no dejaba de mirar a Loyd—. Solía llorar de vez en cuando. En brazos de tu padre lograba calmarse pero era muy volátil a llorar. ¿Conmigo? Dejaba de llorar y se sentía muy feliz. Eso te sucede a ti…

—… ¿eso es bueno?

—¡Es muy bueno! —comentaba—. Realmente te ves como un padre ahora Lincoln —le levantaba el pulgar incluso—. Con ese atuendo incluso te ves muy bien.

Ese atuendo hace referencia al traje plata que tiene y su camisa vino tinto que destacaba demasiado.

Lincoln mostró felicidad pero mostró un raro sentimiento en su rostro.

—Entonces… si yo no estoy y el niño llora, ¿cómo se va a calmar?

Ante tal pregunta, los dos no supieron qué decir concretamente.

Si esto es cierto, solamente Loyd dejaría de llorar con Lincoln. En caso de que el albino no esté en casa para hacer cosillas y recadillos, ¿podrían sus padres hacer que deje de llorar y que vuelva a estar muy feliz? Si es el caso, no cree que pueda alejarse mucho del lugar y de hacerlo, debe llevarse al pequeño… y no quiere que el pequeño se exponga a tales cosas que él hace, nunca.

—Todo estará bien —en eso, Lynn levantó la cámara—. Tengo los primeros pasos grabados de tu hijo, ¿lo vemos?

—Pero…

—¡Voy a hacer algo de comer! ¡Botanas! —exclamó Rita con toda la alegría del mundo.

Siente Lincoln que la emoción que tienen sus padres con Loyd no es sana. Recuerda que han estado aislados de sus hermanas por casi 10 años y… entiende muy bien que están desesperados.

Aun así, cree que ver algo que pasó hace nada de segundo es un tanto extremo.

Lincoln, olvidando ese tema, levantó un poco a Loyd, teniéndolo debajo de sus axilas y brazitos pequeños, admirando cómo el pequeño niño rubio parecía querer balbucear algunas cosas, muy feliz.

—¿Quieres decir algo? —le preguntó. Ya no sabe si Loyd le entiende o no, simplemente le hablará como a cualquiera. Sus padres dijeron que sí y que debe cuidarse con sus palabras—. ¿Qué quieres decir pequeño? Vamos, dilo, por favor.

Pero no hubo nada.

Suspiró pesadamente mientras estaba rendido por completo.

Al menos ha intentado caminar, eso es – para él – un logro enorme. No tiene que preocuparse mucho ya con el hecho de que algo malo le suceda. Simplemente debe preocuparse con que su cuerpo se desarrolle de muy buena manera y evitar que se enferme según el doctor que, al nacer con tales condiciones, es muy sensible – por no decir extremadamente sensible – a enfermedades. Como tal, es bueno cuidarle siempre.

—Nada… —estaba un tanto mal, la primera vez—. …bueno, Roma no se hizo en un día ¿no?

—¡Papá!

Antes de bajarlo, sintió que alguien dijo algo.

Sus padres también vinieron a ver qué sucedía.

Lo que Lynn y Rita vieron fue algo que les hizo también sentirse demasiado mal, pero de una muy buena manera.

Esa pequeña voz aguda que escucharon no fue de nadie salvo Loyd que, tras casi un año, ha dicho su primera palabra en su vida, más también con una increíble felicidad que llenaba los corazones de los presentes.

Lynn tenía la cámara encendida y comenzó a grabar esto.

Loyd repitió esa palabra y tan pronto como la dijo, internamente muy feliz Lynn y Rita por esto, movió para que se vea la cara de Lincoln que pasó de estar muy serio y desanimado a estar llorando por escuchar esto.

Lincoln lloraba porque no puede creer el sentimiento que le generó que Loyd le termine diciendo padre. Lloraba porque sabe muy bien que esto es algo que nunca había experimentado y que nunca lo iba a hacer. Nunca se imaginó como padre. Sabía muy bien que con su estilo de vida muy delictivo no podría hacer un padre y vivir bien con tal de proteger a sus futuros hijo que alguna vez planeó pero descartó la idea.

El sentimiento de calidez que generó que Loyd le dijera esto fue demasiado.

Todavía lo tenía en el aire. Él dijo una vez más papi mirándole con una gran sonrisa.

Lincoln no podía parar llorar al escuchar esto y era la primera vez que lloraba con tantas ganas y con tanto amor encima por esto que le estaba pasando.

No quería que este momento terminara.