"Una Sato por tres"

Capítulo 03 – Recuento de los hechos

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-¿Ya?-pregunto como por décima vez en esa fracción de segundos la morena, a lo cual la hermosa azabache algo irritada y casi con un tic en el ojos para su andar para mirarla con el ceño fruncido.

-No Korra, aún no -declaró molesta y le arrojó a la cara el test de embarazo-pero tal vez tu puedas hacer que el resultado aparezca en un santiamén.

La ojiazul asustada maniobró para no tirar la prueba, realmente la había tomado desprevenida esa acción. -Yo, disculpa...-dijo completamente apenada y simplemente se quedó mirando la prueba en absoluto silencio.

La Sato siguió caminando de un extremo a otro de su habitación, respiro profundo, masajeó el puente de su nariz y miro de reojo a la decaída morena- Korra, discúlpame tu a mí-dijo suavizando el tono de su voz, se sentó al borde de su cama, cubrió su rostro con sus manos y se dejó caer de espaldas sobre el suave colchón. -Es, es solo que...-respiro profundo- estoy muy, muy asustada, no estoy preparada para tener un bebé y...-guardo silencio al sentir una cálida mano en su mejilla.

-Tranquila, no estás sola en esto. -declaro dulcemente, con gran cuidado quito sus manos de su rostro y la miro con esa endemoniada sonrisa infantil que enloquecía a la ojiverde. La ayudó a reincorporarse para que se sentara, la miro directamente a los ojos y sin soltar sus manos -Yo igual tengo mucho miedo, pero acepto mis responsabilidades y te amo demasiado, jamás te dejaré sola. -declaro con determinación.

La ojiverde más tranquila sonrió, unió su frente a la de la castaña y se quedaron mirando directamente a los ojos en un pacífico silencio. -¿lista?- pregunto temerosa la Sato al cabo de unos minutos.

Korra respiro profundo y negro con su cabeza -¿Si?

Asami río ligeramente y con miedo tomo la prueba que sujetaba con fuerza su compañera -¿Cariño?- llamo al ver que no la soltaba.

-Oh, lo siento...-apenada soltó por fin la prueba y sujeto la mano de su amada.

-Ok y el resultado es... -abrió grandemente los ojos y a la par con la ojiazul soltó un gran grito, ambas se pusieron de pie y se miraron a los ojos.

-¡Negativo Sami!-declaro con una bomba sonrisa, la besó y la abrazó fuertemente.

-¡¿Qué demonios es esto Asami Sato?!- declaró fúrico Hiroshi al entrar a la habitación de su hija y mirar tan atroz muestra de afecto.

La momentánea felicidad de las jóvenes se vio opacada al ver al hombre parado en la entrada de la habitación, rápidamente se separaron y sus sonrisas se borraron, Asami se acercó titubeante a su progenitor. -Padre, déjame ex...- y antes que pudiera decir algo más fue callada por la bofetada proporcionada por el furioso hombre.

-Tu -señalo a la morena- largo de mi casa.

Korra molesta empuñó sus manos e iba a protestar, pero al ver la mirada suplicante de su amada decidió obedecer, chasquido la lengua y de mala gana se marchó.

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-Asa...-miro preocupada a la joven ojiverde que ya le miraba con el ceño fruncido, respiro profundo y corrigió- Masami...-rasco su nuca, se sentó al borde de la cama y en ese momento la azabache decidió levantarse, sin tener el cuidado de cubrir su desnudo cuerpo se dirigió al baño, la morena se sonrojo al verla pasar frente a ella, mordió su labio y una ligera incomodidad se instala entre sus piernas. Se dio una cachetada en un intento de calmar su calentura y aclaró su garganta. -Hum, ammm, agr, estaba pensando que hoy podíamos ir al cine o a comer o tal vez ir a alguna plaza o...

-¿Cosas de pareja?-cuestiono con ironía la Sato saliendo del baño. -Korrita, linda...-dijo dulcemente y se colocó frente a la castaña, sonrió divertida y le dio unos pequeños golpecitos en la mejilla -Tu y yo, no somos pareja, es simple sexo lo nuestro.

Cabizbaja y con el orgullo herido miro a la hermosa joven-¿Solo sexo?

-Así es...-confirmo con indiferencia.

-Te recuerdo que nos metimos en un lio por solo estar pensando en sexo en nuestra juventud. -dijo con una traviesa sonrisa.

-Jajaja, ¿cuáles líos?, recuérdamelos-declaro con una maliciosa sonrisa.

Los encuentros con "Masami" eran frecuentes, aprovechaba cada oportunidad entre las horas de clase o después de clase para tener sexo, sus juegos de rol son muy peculiares, esa "Asami" que conocí años atrás y me había enamorado perdidamente desapareció, era todo lo opuesto a lo que la recordaba, no sé qué le habrá pasado en este tiempo, tal vez desarrolló una doble personalidad o ¿algún accidente habrá tenido que olvido todo lo que vivimos? No lo sé, constantemente tengo que recordarle lo que vivimos cuando fuimos novias, pero sigue siendo endemoniadamente sexy y actualmente tiene una increíble experiencia en el sexo, que me enloquece y a la misma vez me molesta.

-¡Korra, demonios!-con el ceño fruncido y aumentando el tono de su voz, al cabo de unos segundo logro sacar de su trance a la morena.

La ojiazul con seriedad miro de reojo a la atractiva joven del lunar, cerro la llave de la regadera y tomo su toalla, deliberadamente la paso de largo y se dirigió a los vestidores.

-Korra, necesitamos hablar-declaro con creciente molestia Kuvira, yendo tras la morena que con calma e inexpresiva secaba su desnudo cuerpo. - Ko…-mordió su labio inferior y con picardía se acercó a la atlética castaña que sin prestarle la mayor atención se colocaba su ropa interior.

-Ahora no…-dijo al ver las intenciones de la ojiverde y con algo de brusquedad la aparto. -tengo prisa -declaro al terminar de cambiarse, aventó su toalla a su locker y azoto la puerta, sujeto su mochila y se disponía a marcharse, pero la pelinegra con el entrecejo fruncido la intercepto.

-No, ahora-demando con molestia.

Frunció su entrecejo y la miro directo a los ojos-He dicho que después. -reafirmo con la mirada retadora y nuevamente se disponía a seguir con su camino, pero Kuvira nuevamente la intercepto.

-¿Qué te pasa?, apenas y nos hemos visto esta semana y…

Fue interrumpida por la voz de un joven a la lejanía que gritaba el nombre de la pelinegra, ambas chicas salieron de los vestidores y dirigieron su vista al ojiverde que se veía perdido. -¡Kuvira!-dijo con emoción al ver a la mencionada y corrió hacia el par de chicas -que bueno que te encontré.

-Baatar, ahora no por favor-susurro molesta y apenada la ojiverde, Korra solo rio divertida y palmeo el hombro del joven.

-Creo que al que le deberías de exigir más tiempo, es a otro. – dijo burlona y se marchó.

- ¿Enserio está bien que este aquí? -pregunto insegura la morena bajando del lujoso auto de Masami.

-Si-afirmo con simpleza sin apartar la vista de su móvil en espera a que el chofer le abriera la puerta para bajar del auto.

-Si no mal recuerdo, no quede en buenos términos con tu padre, sin contar que me habías dicho que lo nuestro solo era sexo y una cosa más, ¿que no amabas conducir? -cuestión confundida la castaña ofreciéndole su mano.

-¿Qué?, yo siempre e odiado conducir, para eso están los choferes.-dijo con desprecio y dirigió a la morena hacia la entrada principal de la enorme mansión-sí, lo nuestro sigue siendo solo sexo, pero hoy es un día muy especial para mi padre y por eso estás aquí cariño, para molestarlo con tu presencia y posiblemente a mis hermanas también.-declaro con simpleza al tiempo que arreglaba su perfecto peinado.

-¿Tienes hermanas?-pregunto curiosa la ojiazul y entraron a la gran mansión.

-Si, ¿que no lo sabias? -dijo como si fuera lo más obvio y caminaron hasta la sala de estar en donde ya se encontraban dos chicas.

-Ja, nunca me lo habías mencionadoooooo…-Abrió desmesuradamente los ojos y su quijada parecía que se había quebrado ya que mantenía completamente abierta la boca al igual que sus ojos, esto le parecía una broma de mal gusto, frente a ella se encontraban Kuvira y ¿otra Asami?, se alejó de la chica e incrédula miraba a las tres jóvenes-¿Qué haces aquí Kuvira? y ¿porque hay otra Asamis?-cuestiona señalando a cada una de las mencionadas.

-Creo que esa pregunta tendría que hacértela yo-gruño molesta la pelinegra con el atractivo lunar mirando a las recién llegadas.

-¿Korra?-Cuestiono incrédula la hermosa joven de ondulada melena azabache.

-Jajaja, Korrita deberías de dejar de pensar con esa cabeza que cuelga en tu entrepierna en ocasiones. -Burlona hablo Masami, colocándose al lado de su hermana gemela. -Veras tome a mi favor el hecho que me confundieras con mi hermanita-sujeto bruscamente de la mejilla a la menor de las Sato que solo hizo un deje de dolor, pero no dejaba de ver incrédula a la morena. Kuvira parecía que con la mirada quería matarla y Masami solo se mostraba divertida.

- ¿Alguien más tiene calor? -nerviosa la morena comenzó a sudar al ver directamente a la encantadora mirada esmeralda de la menor de las hermans, desabrocho un poco su blusa y agito ligeramente su mano frente a ella en un vano intento de echarse aire y aminorar el sofocante calor que sentía que iba en aumento.

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Bien, entonces…¿cómo mierda es que termine en esta situación con estas tres ardientes chicas?, simple por mi estúpida calentura y despecho. Si, así es, lo admito, por mero despecho comencé a acostarme con cuanta chica aceptara estar conmigo y/o quisiera "experimentar".

Respiro profundo y miro todo a mi alrededor avergonzada, pareciera que una película porno acabara de ser garbada, la habitación era apenas iluminada por una tenue luz, en el suelo y en algunos muebles se encontraban con bastantes fluidos corporales, en un sillón estaba desnuda y completamente dormida Kuvira, su larga cabellera estaba desordenada, en su firme abdomen tenía bastante de mi semen, sus piernas estaban abiertas dejando a la vista su sonrojada vagina de la cual escurrían tanto sus fluidos como de los míos, pase saliva amargamente y me di una ligera cachetada, tenía que mantenerme serena y no despertar nuevamente a mi insaciable amigo.

Nuevamente hice un pequeño ejercicio de respiración, inhala, exhala, una y otra vez, tenía que buscar mi ropa, pero maldita sea, en la alfombra boca abajo se encontraba dormida Masami, ¿que como sé que es Masami?, bueno no puedo asegurar si su cabellos es lacio o no, se encuentra algo enmarañado, pero tiene un lindo tatuaje en la espalda baja, si, como he dicho, si hubiera puesto más atención con las chicas que e estado y no solo pensara en satisfacerme, me hubiera ahorrado muchos problemas, cerré fuertemente los ojos al ver como una gran cantidad de mis fluidos seguían saliendo de su trasero y su vagina. Estoy segura que ella fue la de esta obscena idea.

Continúo buscando mis pertenencias cuando me encuentro con esa cautivadora mirada esmeralda entre las penumbras, podía ver la decepción en esos cautivadores ojos, respiré profundo y fui hacia la cama sentándome a un lado de ella.

-Lo siento…-dije con honestidad y agaché la mirada, no tenía el valor para verte a la cara.

- ¿Porque mis hermanas? -preguntaste con notorio dolor.

-No sabía que lo eran, yo… me dijiste que te irías y me hice creer cosas que no, era una idiota-miro a mi alrededor-bueno más idiota-revuelvo mi cabello con desesperación y me pongo de pie-actúe como una estúpida niña, debí de apoyarte, pero por despecho no lo hice, y después de un tiempo intente buscarte, pero ya era tarde, fue imposible dar contigo…-respiro profundo- solo quería olvidarte y aminorar el dolor que sentía, en mi estúpida lógica, fue razonable dejar de sentir con el…-señalo su corazón-para no volver a ser herida y solo saciar mis necesidades -señaló su flácido miembro.

-Mi Padre después de que nos vio…-mordió su labio y cerro los ojos recordando ese día con gran dolor- me quito mi celular y lo destruyo, bloqueo todas mis cuentas, lo enfrente y mi madre intento razonar con él, pero fue imposible, intente escapar, te busque para que me apoyaras, pero me ignoraste por completo, no tuve ninguna respuesta de tu parte, así que me tuve que resignar a aceptar las decisiones de mi padre e irme al extranjero. -relato con tristeza a lo cual la morena se sintió culpable e insegura, cautelosa se sentó nuevamente al lado de la Sato, hizo un ligero movimiento con sus brazos debatiéndose entre abrazarla o no, mordió su labio y termino decidiendo en mejor contenerse.

Rasco su nuca y miro en cualquier otra dirección-Yo lo siento-declaro con honestidad-No fue nada fácil para ti todo esto, ¿verdad? -pregunto apenada.

-Para nada, -inhalo profundo y soltó con pesadez todo el aire antes de mirar a la morena con nostalgia- así como tu decidiste tener sexo desenfrenado, yo decidí resignarme y ser la hija perfecta que esperaba mi padre. Esto también conllevo a que la brecha que ya había con mis hermanas se hiciera aún más grande…-masajeo el puente de su nariz- por eso nunca te hable de ellas, Masami se a pasado casi toda su vida en ese internado por su rebeldía, siendo siempre comparada conmigo, Kuvira y yo compitiendo siempre por ser la favorita de mi padre. -confeso con vergüenza.

-¿Por eso su competitividad conmigo?-dijo con genuina incredulidad.

-Así es, Masami posiblemente vio una oportunidad de desquitarse de mí y fastidiar a nuestro padre y/o solo quiso experimentar algo… -con la mirada señalo la entrepierna de la morena- "diferente ", Kuvira, no estoy segura, tenía entendido que estaba saliendo con uno de los hijos de Suyin Beifong.

-Baatar Jr, lo e visto en la universidad, no sabía que estaban saliendo, pero ahora entiendo por qué siempre andaba detrás de Kuvira.-dijo Korra algo pensativa.-¿Tal vez, solo quería darle celos conmigo?

-Podría ser. Somos hermanas, pero conocemos muy poco una de las otras. -Unas cuantas lagrimas comenzaron a brotar de esa triste mirada esmeralda y Korra sin pensarlo esta vez, rodio a la joven en un protector y reconfortante abrazo.

-Soy una idiota, todo esto fue culpa mía y…

-En parte, pero también nosotras nos dejamos llevar por ese lado Sato competitivo- confeso con una nostálgica sonrisa -Así, que de mi parte eres libre de elegir con quien quieras estar. Todo esto fue absurdo e infant…-fue callada por los desesperados labios de la morena, la sujeto del cuello y se dedicó a profundizar el beso, introdujo su lengua y hubieran continuado en ese apasionado beso pero el bendito oxigeno era requerido, sus respiraciones eran agitadas y se quedaron mirando directamente a los ojos.

-Solo quiero estar contigo Asami Sato, eres y serás a la única que ame, quiero estar el resto de mi vida a tu lado si me lo permites y dedicar cada segundo a recompensante todo el daño que te provoque con mis estúpidas decisiones.

La azabache sonrió dulcemente, beso sus labios y con algo de brusquedad sujeto el miembro de la morena y la miro directo a los ojos, notando que quiso protestar, la miro con esa intensa e intimidante mirada Sato obligándola a guardar silencio-Acertaste en este absurdo juego que se le ocurrió a Masami, lo cual admiro, pero también quiero que quede claro que no se volverá a repetir esto, sea como sea son mis hermanas, tendrás que respetarlas y que tanto tu como este amigo me pertenecen de ahora en adelante, no puedes estar con nadie más, porque te juro por los espíritus Korra Rava que si me entero de alguna infidelidad, te castrare. ¿entendido? -amenazó con una inquebrantable seriedad.

-Aja, aja...-aterrada ante esa tétrica mira asintió apresurada la morena.

-¿Enserio Korra?-pregunto incrédula al ver que el mimbro de la morena se endurecía nuevamente entre su mano.

-Me estas presionando demasiado fuerte, ¿qué esperabas? -dijo nerviosa y con dificultad paso saliva.

La azabache respiro profundo y con el entrecejo fruncido la sujeto de la mano. -Ven-ordeno y sin ninguna oposición la morena la siguió, con sigilo se dirigieron hacia el baño, cuidadosa cerró la puerta tras de ella con seguro, se dirigió a la bañera y se inclinó para abrir la llave de la tina. -No sé cuántas veces te has, co…corrido-hablo con dificultad al sentir como la morena se colocaba tras de ella y frotaba su miembro entre sus piernas, se sujeto con fuerza al borde de la bañera y mordió su labio inferior, aclaro su garganta en un inútil intento de controlarse-K, Ko, Korra…

La ojiazul sonrió maliciosa al tiempo que continuaba haciendo débiles movimientos con su cadera, acariciaba la pálida espalda de la joven y se inclinaba para poder sujetar uno de los suaves pechos de su compañera, lamio su cuello, después sujeto con sus dientes el lóbulo de su oreja, con su mano agarro su sedosa cabellera y con la voz ronca le susurro al oído-Si quieres que me detenga solo dilo.

La Sato solo se aferró con fuerza al borde de la tina e inicio a mover sus caderas, Korra sonrió, sujeto con su mano lo más que pudo de la obscura cabellera de la ingeniero, le dio un par de nalgadas, provocando que la chica curvara su espalda y reprimiera un gemido. -Supongo que para nosotras la noche continua.

Continuara…