Mi Sueño En El Mundo Ninja
Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son obra y creación de Masashi Kishimoto.
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Capítulo 4: Conociendo La Aldea De La Hoja
En todo ese tiempo, el joven Hatake no entendió como es que habían llegado a esta situación… él, amenazando al castaño con su espada en la garganta mientras otro castaño lo amenazaba a él con un Kunai apuntándole en su espalda, exactamente, el lugar en donde se encontraba el corazón… se quedó en silencio unos segundos, hasta que se dio cuenta de lo que paso en todo este tiempo.
- Clon de sombra… - dijo lo suficientemente alto para sacar una carcajada de los castaños – Así que cuando te golpeé y dejé esa nube de humo… aprovechaste de hacer un clon sin que nadie se diese cuenta… - dijo revelando el plan que había hecho el castaño desde un principio, mientras que ambos castaños asentían con la cabeza.
- Así es, Kakashi-san. Realmente no pensé que me hubiese funcionado tan bien... sin decir que es la primera vez que utilizo una técnica como esa – dijo el castaño, esto habría sorprendido al peliplata si es que no se hubiera dado cuenta de esto mucho antes de realizar su pedido de pelea – Tengo que decir que no esperaba que me dejase tan agotado como para gastar una tercera parte de mi Chakra crear solo uno…
- Es por esa razón que se le considera una "Técnica Prohibida" – dejo el Jōnin rubio, mientras se acercaba a donde estaban los jóvenes, que todavía se estaban apuntando con las armas – Es por eso que me sorprende mucho ver a dos personas como ustedes utilizar una técnica que está calificada de esa forma.
- Eso me recuerda… - decía el castaño con su voz divertida, atrayendo la atención de los que estaban más cerca de él - ¿Todavía no te has rendido, Kakashi-san?
- Me rindo… - finalmente lo había dicho… después de todo, lo había atrapado con la guardia baja… pero no sería la última vez que pelease con el castaño.
- Excelente… - dijo antes de que uno de los castaños explotara en una bola de humo… más precisos, el que tenía el Kunai, que había clavado en el suelo, cosa que sorprendió a todos en general - ¿Creíste que iba a mandar a mi clon a pelear por mí?
- Eres una persona muy extraña… Yagel… - dijo el ahora tranquilo y sereno peliplata, quien había agarrado el Kunai que estaba clavado en el suelo, ya que le pertenecía a él.
- Fue una buena pelea, Kakashi-san…
- Lo mismo digo… Yagel – estas últimas palabras del peliplata, le sacaron una sonrisa al castaño, por lo visto, ya lo había reconocido.
Ahora, el castaño fue hasta el lugar en donde había dejado su chaqueta verde, para volvérsela a colocar encima de su camisa blanca – Creo que me da tiempo para comprar algo de ropa nueva…
- Yagel – llamo el Sandaime al joven castaño, para que este fuera en su dirección para escuchar lo que tenía que decir el hombre.
- ¿Ocurre algo, Hokage-sama?
- ¿Puedo suponer que también aprendiste el Kage Bunshin no Jutsu de la misma forma que el Kawarimi No Jutsu?
- Si. Ahora puedo entender por qué dicen que es algo que se prohíbe a los menores de edad.
- Aunque, veo que no te has fatigado tanto como había esperado…
- No es que no me haya cansado, sino que no lo suficiente para demostrarlo…
- Eso se puede notar perfectamente, Yagel… - dijo el Sannin, quien se había incluido en la conversación que estaban teniendo los mayores y el joven ninja, actualmente, de rango Genin…
- Hokage-sama – dijo el castaño, llamando la atención del mencionado – Ahora que soy un Genin, ¿Eso significa que tendré que formar parte de algún equipo o algo así por el estilo?
- Efectivamente. De hecho, mañana quiero que te presentes en el campo de entrenamiento número 44, ahí conocerás a tu nuevo equipo… - dijo el hombre, dejando perplejos a los presentes, incluyendo al vendado hombre.
- ¡¿Todo este tiempo ya lo tenía planeado?! Maldito seas, Hiruzen… - eso fue lo que paso por la mente del hombre vendado… desde un principio, el Sandaime tenía planificado dejar al castaño en "ese" equipo si es que llegase a pasar el examen… pero no entendía el por qué había decidido algo como eso, después de todo, ahora tendrá como Jōnin sensei a…
- Mañana iré a buscarte a la misma hora… espero que no te levantes tarde… no me gusta esperar tanto… - y de pronto, la voz sádica y juguetona del pálido hombre había hecho que los demás se tensasen… ahora el castaño podía maldecir su suerte… claro, si no fuese porque se llevase bien, tanto que, como respuesta al hombre, dio su propia sonrisa tétrica…
- Veo que tenemos algo en común, Orochimaru-san – dijo con la mirada puesta en el hombre, quien solo se limitó a ensanchar aún más su sonrisa - ¿Supongo que ahora me puedo retirar, Hokage-sama?
- Puedes retirarte – fue la orden que necesitaba escuchar el castaño, por lo cual hizo el sello del carnero con sus manos.
- Entonces, nos vemos pronto, Hokage-sama, asesores… - dijo haciendo una leve reverencia a los mayores – Minato-san, Kushina-san, Kakashi-san, Obito-san… ¿Ninja-san? – esto último, se lo dijo a la mujer castaña, quien solo lo miro algo nerviosa, después de todo, ninguno se había presentado al joven, sin contar al peliplata o al pelinegro Uchiha – No llegues tarde, Orochimaru-san… - y sin más, desapareció en una nube de humo, cosa que sorprendió a los presentes.
- ¿Cuándo fue que aprendió el Shunshin No Jutsu?
- Me vio haciéndolo cuando me regrese de llevarlo a su departamento ayer – la duda del Sandaime fue respondida por nada menos que su estudiante, cosa que solo le saco un pequeño suspiro y un leve asentimiento – además, él fue quien me trajo a la torre, no fui yo quien lo hizo – estas palabras llenas de malicia de aquel pálido hombre solo estaban dichas para ver las reacciones de los mayores presentes, a lo cual fue todo lo que él estaba esperando, cosa que le saco una sonrisa nada sutil.
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El joven castaño solo llego a su departamento con la técnica que había aprendido del Sannin pálido el día anterior… todavía le quedaba mucho tiempo de sombre… realmente no se esperaba terminar tan temprano la prueba, ya que le sol le indicaba que apenas era un poco menos de las 11:00 AM.
- Vaya… creo que termine demasiado rápido… bueno, supongo que me da algo de tiempo para pasear por la aldea… - pensó, mientras se quitaba la ropa que tenía puesta… hasta que recordó algo que por un momento se le había olvidado – Recordatorio: debo comprar ropa nueva – con ese último pensamiento, entro al baño para darse una ducha rápida, para nuevamente salir y colocarse la misma ropa nuevamente, tomar todo el dinero que le había dejado el ojiperla y salir del departamento.
Estuvo paseando por al menos 5 minutos, buscando alguna tienda en donde pudiese comprar todo lo que necesitaba, ahora que oficialmente era un ninja de la aldea, podía ir a las tiendas para comprar equipamiento ninja, como la típica bolsa que llevan los ninjas atadas en uno de sus muslos o en la cadera… hasta que se detuvo un momento al sentir que alguien lo seguía.
- ¿Qué será lo que quiere Obito? – dijo mentalmente, sabiendo que era el Uchiha quien lo estaba siguiendo desde el principio… digamos que era muy notorio a la hora de espiar a las personas…
Pero por un momento, paso un pensamiento fugaz por su mente, cosa que le hizo dar una sonrisa ladeada imperceptible para cualquiera, menos el… realmente sería muy divertido jugar con aquel pelinegro, después de todo, no tenía nada mejor que hacer, aparte de hacer sus compras.
Doblo una calle a la derecha, viendo como el pelinegro hacia lo mismo, para luego hacer lo mismo en la siguiente calle, y en la siguiente, y en la siguiente, y en la siguiente…
Prácticamente, tenía al Uchiha caminando en círculos detrás de él… pero lo que el pelinegro no sabía, era cuando el creo el clon de sombra al doblar una de las calles, quedándose detrás del pelinegro… esperando a que el pelinegro se diese cuenta…
Cosa que no paso tanto como el esperaba para que entendiese lo que estaba pasando, solo para ir en dirección al "castaño" y parase en frente de él, cosa que detuvo el andar de este.
- ¿Se te ofrece algo?
- Quiero la revancha...
- Lo siento, será otro día… – simplemente contesto para pasar a un lado del pelinegro, pero este lo agarro de la manga de su chaqueta verde - ¿Sabes que acabo de pelear 2 veces?
- Por favor… - esto lo decía el pelinegro, quien demostraba estar un poco abatido… seguramente por la forma en que acabo con el de una forma tan simple…
- Aunque quisiera, no creo que me quede el tiempo ni el Chakra suficiente para poder pelear… lo lamento.
- No… creo que no fue lo mejor…
- Oye, Uchiha-san; ¿Puedo pedirte un favor? – dijo el castaño interrumpiendo el dialogo del pelinegro, pero no le dio tiempo no siquiera a responder - ¿Sabes dónde queda alguna tienda en donde venden equipamiento ninja?
- ¿Eh? – dijo el pelinegro, finalmente procesando las palabras del castaño – Si… queda por allá… - dijo, señalando con un dedo una tienda… que posiblemente estaba a cuatro calles o más de ellos.
- ¡Excelente! – dijo para ir en aquella dirección, no sin antes agarrar al Uchiha de la manga de su brazo, prácticamente arrastrándolo hasta llegar al lugar en donde se encontraba la tienda… solo para darse cuenta de un pequeño detalle… - Oh, vaya… creo que me equivoque de dirección…
Los ojos del pelinegro no paraban de girar en una espiral que nunca se detendrían, solo para que el terror se viese en la expresión que a duras penas podía hacer.
No tardaron tanto tiempo en llegar a aquella tienda, la cual el castaño identifico por el letrero que se dejaba ver, además de todavía seguir llevando al pobre pelinegro de la manga de su chaqueta…
- Creo que ya llegamos, Uchiha-san… - decía el divertido castaño, mientras veía con las carcajadas que amenazaban con salir en cualquier momento… solo para ver al sucio y hecho polvo pelinegro… tal vez se excedió con el corto viaje que había hecho… - ¿Estas bien, Uchiha-san?
- ¡Ya deja de llamarme así! ¡Mi nombre es Obito! – finalmente se había recompuesto el pelinegro, al parecer, no le gustaba que le llamasen todo el tiempo por el apellido de su clan.
- ¿Y crees que no lo sé? Solo estaba esperando a que tú me lo dijeras, Obito-san – decía el castaño con una ladeada sonrisa notada por el pelinegro, haciendo que sacase un suspiro de fastidio – Bueno, este es el momento en el que entramos a la tienda…
- ¡¿Ahora quieres que te acompañe?!
- ¿Se te olvida que soy nuevo en esto? Necesito el consejo de una persona que está relacionada con todo eso… además de que tú fuiste quien apareció siguiéndome de repente…
- ¿Sabías que te estaba siguiendo?
- ¿Y cómo no lo iba a saber, Obito-san? – el pelinegro se había sorprendido de ver a otro castaño detrás de él, quien le había respondido con esa pregunta… cosa que le hizo que se diera cuenta de lo que había pasado.
- ¿De nuevo un Clon De Sombra?
- Debes admitir que esta técnica es mucho más sorprendente de lo que puede aparentar… - decían ambos castaños, mientras alzaban su pulgar haciendo una extraña pose que le saco una gota de sudor al nervioso pelinegro – Bueno, mejor no perdamos más tiempo – decía mientras uno de los castaños explotaba en una bola de humo… mientras hacia el sello del carnero, cosa de lo que no se percató el pelinegro.
- Todavía puedo seguir usando al clon… puede que me encuentre a más personas que tal vez puede que hagan este día un poco más… divertido… - dio una sonrisa imperceptible para cualquiera, realmente sería algo bueno ya presentarse a la gran mayoría de los ninjas de la aldea, posiblemente en un futuro no muy lejano, tenga que hacer alguna que otra misión en conjunto… además, tenía que verificar si todas las personas que "recordaba" estaban ahí… puede que alguien se le haya saltado de sus pensamientos… pero, ¿Quién sabe? Solo era una suposición basada en nada más que en el mismo.
- Buenas tardes… - decía el castaño, estando a la tienda, mientras empujaba la puerta de entrada y sonaba aquella campanilla que estaba ahí, llamando la atención del señor quien se encargaba de la tienda.
- Buenas tardes, muchacho; ¿En qué puedo ayudarte? – decía el adulto de ahí, secando su sudor con una toalla blanca con muchas manchas de color negro, cosa de lo que se percató el castaño.
- Vine a comprar equipamiento ninja – dijo el tranquilo castaño mientras veía al hombre quien había asentido con la cabeza.
- Entonces, llegaste al lugar correcto, muchacho. Y exactamente ¿Qué es lo que necesitas?
- Todo lo básico para un Genin… - dijo con cierta duda en sus palabras… esto debido a que no sabía con exactitud qué era lo básico, solo para voltear su mirada al pelinegro quien lo estaba acompañando.
- ¿Qué me miras?
- ¿Recuerdas que soy nuevo en esto?
- Si, si… - dijo el aburrido pelinegro, pero antes de que dijese algo, la campanilla de la puerta de entrada había sonado, indicando que había otra persona en el lugar…
- Buenas tardes, Hideki-san – decía lo que aparentemente era una chica… una que el castaño y el pelinegro conocían bien, sobre todo el segundo, quien se había sorprendido por la presencia de la mujer.
- Esto no puede ser más divertido…
- Buenas tardes, Rin-san – dijo el hombre, devolviéndole el saludo a la compañera de equipo del pelinegro, quien apenas se había dado cuenta de la presencia de ambos jóvenes –
- Obito, que sorpresa encontrarte aquí… - dijo la castaña antes de centrar su atención en el joven al lado – Y tú eres el chico que peleo contra Obito y Kakashi…
- Yagel, me da gusto que ahora me pueda presentar… Rin-san
- Oye, no es necesario que seas tan formal conmigo, después de todo, ahora somos compañeros.
- Bueno, es una costumbre que tengo, así que no puedo prometer que dejare de dejar mis formalidades…
- ¿Rin? – finalmente el pelinegro había salido de su estupor, llamando la atención de ambos jóvenes, pero lo raro de todo eso, fue la ancha sonrisa que había dado el castaño… debido a la gran idea que se le ocurrió… y estaba muy seguro de que sería algo de lo más divertido.
- Oye, Obito creo que te falto el "Chan" al final… - decía el divertido castaño al oído del pelinegro, no tan bajo para crear la intriga en la expresión de la castaña, acción que hizo sonrojar en sobremanera al pobre pelinegro.
- ¡Tu ca-callate! – decía el avergonzado pelinegro, quien trato de evitar el contacto visual con la con la mujer, cosa que realmente la dejo muy curiosa, y como cualquier persona, no pudo evitar hacer esa pregunta.
- ¿Está todo bien, Obito? – decía la mujer con intriga… tal y como lo había planeado el castaño, quien estaba sonriente al resultado de su acción, pero el pelinegro no pudo evitar sonrojarse tanto que parecía que le salía humo por las orejas…
- ¡Si, estoy bien! No es que Yagel haya dicho nada de ti o algo por el estilo… digo, ¡No estábamos hablando de ti! Es más, ¿Por qué estás aquí? – dijo el nervioso pelinegro, que ya ni sabía que era lo que estaba diciendo, pero cambio el tema lo mejor que pudo, haciendo que la mujer la mirara sospechosa, pero decidió dejarlo hasta ahí.
Por otro lado, el castaño estaba dando su mejor esfuerzo por no reírse en voz alta… ahora, las cosas salieron mejor de lo que tenía anticipado, de hecho, le resulto muy raro e interesante como el pelinegro logro cambiar de tema para evitar las preguntas de la castaña… tenía que aplaudirle ese hecho.
- Yo estaba buscando el pedido que le deje a Hideki-san el día anterior. ¿Y ustedes que hacen aquí?
- Le pedí ayuda a Obito para comprar mi nuevo equipamiento – dijo el castaño incluyéndose a la conversación nuevamente, ya un poco más calmado.
- ¿En serio? ¡Eso es un gran gesto de tu parte, Obito! – decía la castaña algo sorprendida por lo que estaba oyendo.
- ¿Verdad que si, Obito-san?
- Eto… pues… - el pelinegro volvió a ponerse nervioso por el cumplido de la mujer… y el castaño no ayudaba en nada a mejorar su estado actual, haciendo que se llevase toda la atención.
- Bueno, los dejo haciendo lo que estuvieran haciendo antes de que yo llegara – dijo la castaña, quien había agarrado en una bolsa que el adulto había dejado ahí - ¡Nos vemos mañana, Obito! ¡Espero volver a verte, Yagel!
- ¡Lo mismo digo, Rin-san! – se despidió el castaño de la mujer que ya había salido de aquella tienda – Puedes agradecerme otro día, Obito-san.
- ¿Y que se supone que te tengo que agradecer?
- Tener la atención de la chica que te gusta... – esto lo dijo el castaño con su ancha y divertida sonrisa, cosa que sonrojo en sobremanera al pelinegro.
- ¡¿Qué?! ¡Eso no es verdad!
- Entonces no hay ningún problema en que la invite a salir…
- ¡Eso nunca! – dijo el pelinegro, quien, como había predicho el castaño, se puso celoso por la declaración que había dicho, divirtiéndolo aún más.
- Vaya, vaya, conque Uchiha-san se puso celoso por querer lo que a ti todavía no te pertenece…
- ¡Mejor pide lo que querías comprar! – el pobre pelinegro solo desvió la mirada un poco sonrojado de vergüenza por haber sido descubierto.
- Descuida, Obito. Solo me estoy divirtiendo un poco…
- ¿Y que tiene de divertido esto?
- Para mí, esto me divierte mucho… - dijo el castaño, para finalmente volver a centrarse en lo que había venido al lugar – Entonces… ¿Qué es lo que necesitaría comprar?
- Eres nuevo en esto de ser ninja, ¿No es así, muchacho? – dijo el hombre que acababa de salir de la otra puerta que estaba detrás del mostrador.
- Así es. Mi nombre es Yagel, mucho gusto.
- Yami Hideki – dijo el hombre presentándose formalmente extendiendo su mano en forma de saludo, por lo cual el castaño estrechó su maño con aquel hombre.
Y hablando del hombre, Yami Hideki, un herrero de profesión y vendedor de aquella tienda, que, por lo visto, en la parte trasera de esta tenía una herrería… debido al calor que salía de aquella puerta, seguramente debía estar el horno cerca de ese lugar.
El hombre medía 1,86 metros aproximadamente, piel bronceada y cuerpo bien formado; tiene el cabello de color rojo un tanto oscuro, amarrado en una coleta alta, dejado el resto de su larga cabellera como una palmera que descendía, ojos con una tonalidad grisácea, que, en cierto modo, parecía más como negro, además de tener una larga barba, solo dejando que le creciese en la barbilla, trenzados hasta llegar hasta su pecho.
Lleva puesto un mandil de cuero de color negro, debajo una camisa de color blanca, que estaba un poco manchada por el trabajo del hombre, unos pantalones largos y unas botas de color negro.
- Bueno, ¿Y qué me recomendarías comprar?
- Para empezar, necesitaras lo básico… tal vez con unos 15 Kunais y 30 Shurikens serían lo suficiente como para empezar…
- Me parece perfecto. ¿Algo más que me recomiendes?
- Te hace falta porta Shurikens y porta Kunais, tienes suerte de que aquí también me dedique a vender este tipo de objetos – dijo el hombre, sorprendiendo al castaño por la observación que había hecho, después de todo, era algo muy evidente que le hacía falto, pero realmente es bueno que aquí también los vendan, le ahorraría varios minutos de su tiempo.
- Agradezco que me hallas dicho ese detalle, Hideki-san. Por cierto, ¿Aquí también vendes algo así como para hacer trampas?
- Lo más que tengo para eso, es el alambre ninja y las etiquetas explosivas.
- Me parece perfecto, quiero 20 metros de alambre y unas 10 etiquetas.
- ¿Con eso sería todo lo que quieres?
- ¿Vendes alguna espada o algo así por el estilo?
- Sí. Tengo algunas Espadas de diferentes estilos…
- ¿De casualidad no tendrás una Nodachi?
- Vaya, vaya, conque sabes más de lo que aparentas.
- Tengo un presentimiento de que todas las personas que me han visto se han dicho lo mismo – dijo el castaño con su típica sonrisa ladeada, además de encogerse de hombros.
- Nunca he hecho una espada como la Nodachi, muchacho. Pero creo que me has dado una gran idea…
- ¿Puedo suponer que también eres un herrero?
- ¿Tan obvio es?
- Dejaste aquella habitación abierta – dijo el castaño, señalando aquella puerta que estaba detrás del mostrados, dejando ver algunas herramientas, como un yunque y un martillo encima… por no hablar del sofocante calor que desprendía de aquella habitación.
- Hmp, veo que también eres muy observador…
- Prefiero decir que presto atención a cada pequeño detalle. Pero sea como sea, supongo que esa idea que tienes es hacer una Nodachi… ¿Modificada?
- De algún modo, si… tengo pensado utilizar…
- ¿Metal transmisor de Chakra?
- No sé por qué, pero me asusta que sepas en lo que estoy pensando, muchacho – dijo el pelirrojo mirando al castaño, quien solo dio una pequeña sonrisa.
- Bueno, pero creo que nos estamos desviando.
- Es cierto, mejor y voy buscando tus cosas – decía el pelirrojo mientras iba a la otra habitación a buscar las cosas que había pedido el castaño, dejándolo a joven y al pelinegro solos en la tienda.
- Bueno, ahora que estamos solos, Obito-san – decía el castaño llamando la atención del mencionado - ¿Puedo preguntar por qué querías luchar contra mí, de nuevo?
- ¿Eh? – por lo visto, el pelinegro no estaba listo para la pregunta que había dicho el castaño
- Por algún motivo, presiento que no fue por el hecho de una simple y mera revancha… pareciera que…
- No fue porque me ganases hace unas horas… sino que fue porque tú le ganaste a él…
- ¿Te refieres a Kakashi-san?
- Si… me refiero al presumido de Bakakashi, es decir, no puedo creer que le hayas ganado, aunque sea por la más mínima… pero yo, en cambio…
- No tienes que decir nada, Obito-san. Entre nosotros… la única razón por la cual le gané a Kakashi-san por la más mínima, fue porque así lo quise…
- ¿Qué quieres decir?
- Digo que, si lo hubiese querido, pudiera haberlo humillado tanto como lo hice contigo.
- ¡¿Lo dices en serio?!
- Si… pero desde un principio, se había dado cuenta de eso… por lo cual tuve que hacer un cambio de planes…
- ¡Pero de igual forma…!
- La única razón por la que le gané, fue por la misma razón que te gané a ti, Obito… ambos se confiaron.
- ¡¿Qué?!
- Como escuchaste. Aunque era muy evidente que fui más inteligente y astuto que ustedes dos, realmente no es la gran cosa comparando la experiencia y habilidad que poseen cada uno por separado… en pocas palabras, si no hubiera sido tan precavido como lo fui en la pelea de hoy.
- Pero…
- ¿Por qué crees que tuve que terminar la pelea tan rápido? Aunque es muy cierto que en el combate cuerpo a cuerpo pudo llegar a ser más superiores que ustedes, solo hacía falta pensar un poco mejor las cosas para vencerme en menos de lo que me tarde con ustedes dos juntos.
- … - al pelinegro no le podía salir nada de su boca, prácticamente, ahora que lo pensaba mejor, si había una posibilidad de que ambos pudieran haber ganado su respectiva batalla contra el castaño… pero había un problema: por más que pensara el pelinegro, no podía ver cuál era esa ventaja que supuestamente tenía.
- No es algo de lo que te puedes dar cuenta en este momento, Obito. Pero estoy seguro que en un futuro no muy lejano ya lo habrás deducido.
- ¿Y no me lo puedes decir?
- ¿Qué clase de Ninja le dice sus debilidades a los demás? Eso tendrás que averiguarlo por tu cuenta – dijo el castaño, que ya había dado por terminada la conversación, ya que en ese momento volvió el hombre con todo lo que le había pedido.
- Esto sería todo lo que me pediste – dijo el hombre, colocando en la mesa unas bolsas en donde estaban el pedido del castaño - 15 Kunai, 30 Shurikens, 10 Etiquetas Explosivas, 20 Metros De Alambre Ninja, porta Kunais y potra Shurikens… - dijo el pelirrojo, detallando cada una de las cosas que había pedido el castaño.
- Perfecto.
- Aquí está la factura de todo… - decía el hombre, quien le entregaba al joven un papel con un número no mayor de…
- En serio… ¡Es más barato de lo que creía! – dijo el castaño, viendo que el número no superaba las 3 cifras.
- Tómalo como descuento como bienvenida a la aldea.
- ¿Y cómo sabes que soy nuevo en la aldea?
- Rin-san me hablo de cierto castaño que nunca habían visto antes en la aldea… - esa fueron las palabras del pelirrojo, a lo cual el joven capto perfectamente lo que quería decir.
- Bueno… realmente es muy amable de su parte… - dijo, para sacar su billetera y pagar el costo de las herramientas, y luego agarrar las bolsas repletas de equipo ninja.
- Espero volver a verte de nuevo…
- Y yo seré el primero en comprar esa nueva idea sobre aquella Katana, Hideki-san – dijo el castaño con una sonrisa, para que el pelirrojo sonriese al recibir la indirecta por su parte – Vámonos, Obito-san.
- No es necesario que me des ordenes – dijo el pelinegro mientras daba un suspiro, por fin había salido del estupor en el que había entrado a causa de las palabras del castaño.
Ya al salir de la tienda, el castaño se paró en seco, acción que extraño al pelinegro un poco.
- Agradezco mucho que me hayas acompañado, Obito-san.
- Oye, no es necesario que me agradezcas.
- Ahora, si quieres, puedes retirarte – dijo el castaño sorprendiendo al pelinegro – creo que ya te he quitado bastante tiempo, por lo cual eres libre de irte, si es lo que quieres.
- ¡Espera!... La verdad es que no tengo nada que hacer hoy… después de todo, hoy fue por tu causa que no hemos hecho ninguna misión.
- ¿Entonces…?
- Solo cállate y sigamos al siguiente lugar a donde quieres ir – dijo el pelinegro para empezar a retomar su camino… a donde sea que tuviese que ir el rubio.
- Vaya, vaya; ¿Así que le caigo bien a Obito-kun?
- ¡Oye, tampoco te pongas medio rarito!... creo que ahora entiendo por qué es que te llevas tan bien con Orochimaru… - decía el pelinegro dando un cansado suspiro, mientras el castaño solo sonreía burlonamente… ahora si sabía que el Uchiha se había vuelto su amigo… el primero al que puede llamar amigo en la aldea… siempre y cuando no se esté contando al Sannin, aunque la relación que tenía con aquel hombre… se podría decir que era algo… extraño.
- Está bien, está bien; solo me estaba divirtiendo un poco… sabes, te falta un poco del sentido del humor… - dijo el divertido castaño, solo para ver rodar los ojos al pelinegro… de verdad, le estaba gustando mucho molestarlo exclusivamente a él.
No tardaron mucho tiempo caminando, cuando el castaño vio una tienda de ropa no muy lejos, así que se dirigió a aquel lugar seguido del pelinegro.
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Ya habían pasado unos cuantos minutos desde que el clon del castaño se había colocado en una de las tejas de alguna casa cercana para quedarse vigilando por si aparecía alguna persona o que sucediera algo interesante… pero de repente vio a una castaña con ciertas marcas purpuras en su rostro, cosa que llamo la atención del clon… pero sus pensamientos se habían acabado cuando la Kunoichi había entrado a la misma tienda en donde se encontraba el castaño original y el pelinegro.
- Vaya, que conveniente… - ese fue el aburrido pensamiento que paso por la mente de aquel clon – Si las cosas terminan siendo de esta forma, no sería necesario mi presencia…
Pasaron los minutos y nada había ocurrido, solo vio al castaño original salir de la tienda acompañado del pelinegro, dirigiéndose a otra tienda.
Pasados los minutos, el clon se percató de la presencia de unos cuantos ninjas… y convenientemente, eran personas que estaban en la lista de personas que el castaño debía conocer.
- Excelente – pensó el clon, mirando como aquellos ninjas giraban en dirección a donde estaba el castaño… pero se dio cuenta de que iban a entrar en una tienda…
- Creo que esto es algo de lo que debería saber mi lord – pensó el clon, refiriéndose al castaño original de esa forma… quien sabe por qué razón, pero antes de que se pudiera disipar para transmitir sus recuerdos, vio a dos ninjas, muy conocidos por el clon, que estaba cerca del lugar, lo que le provoco que le saliese una sonrisa imperceptible al clon – Esto no puede ser más perfecto.
Luego, precedió a agarrar dos rocas que estaban en aquel tejado… quien sabe por qué razón, y luego las lanzó en dirección a aquellos dos ninjas que iban cada quien por su rumbo.
- Si todo va según mi plan, eso ninjas deberían encontrarse justo en frente de aquella tienda, luego esos otros ninjas los verían, y para cuando llegase ese momento… - dio una leve sonrisa antes de disiparse lo más rápido que podía, sin dejar tanto humo para no llamar la atención y llevarle los recuerdos al original.
Ya para cuando se disipo aquel clon, los dos ninjas se percataron de aquellas rocas que había lanzado.
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El castaño tuvo que detener su andar repentinamente, llamando la atención del pelinegro que los estaba acompañando, debido a que recibió los recuerdos que su clon le había dado.
- ¿Pasa algo, Yagel?
- Creo que me dio un poco de hambre… - dijo rascándose la nuca, cosa que solo saco un bufido de parte del Uchiha – Más atrás vi una tienda en donde venden algo de comida… Si quieres, puedo dejar que pidas lo que quieras…
- ¡Y que estamos esperando! – y ahí fue donde el más animado pelinegro iba a ir en dirección a aquella tienda, antes de que el castaño le tomase de hombro.
- Oye, oye, no tan rápido. Realmente no hay necesidad de apurarnos para llegar…
- ¿Pero dijiste…?
- Si, dije eso. Por esa razón… - dijo, para luego sonreír divertido, percatando al pelinegro que estaba en frente de él, teniendo el presentimiento de que algo malo le iba a pasar.
Y si, se cumplió, pues el castaño agarro de una manga al pelinegro, para volverlo arrastrar por todo ese corto camino que había de aquel lugar hasta la tienda.
- ¡No de nuevo! – eso fue lo último que dijo aquel pelinegro, para volver a ser arrastrado, cortesía del castaño… se le hacía muy divertido ver la reacción de aquel pelinegro… y más cunando llegasen al lugar.
No habían tardado tanto en llegar, cosa que agradecía el Uchiha, pero en realidad este tipo de cosas no era realmente lo mejor para el joven… pero no se podía quejar tanto, después de todo, iba a comer comida gratis, gracias a que el castaño lo iba a pagar.
- Y aquí es, Obito-san – dijo el castaño, para ver el estado en que había quedado el pobre hombre… esta vez no estaba tan sucio como la vez anterior, pero todavía tenía los ojos como remolinos que no paraban de girar - ¿Estas bien?
- Si… eso creo… - dijo el pelinegro, un poco recompuesto de aquel efecto secundario del viaje del castaño.
- Bien, entonces… - tuvo que parar aquella oración, cuando escucho la voz de una mujer que los llamaba a ambos.
- Obito, Yagel – dijo la castaña mujer de marcas morada en su cara, llamando la atención de dúo.
- Rin/Rin-san – dijeron ambos al mismo tiempo, saludando a la mujer, que en este momento no venía sola.
- Que tal – fue lo único que dijo aquella otra persona, saludando a los dos, uno lo veía con un poco de celos por llegar con la mujer que le gustaba, mientras el otro lo veía con una sonrisa ladeada.
- Vaya, no esperaba encontrarte por aquí, Kakashi-san – dijo el castaño, devolviéndole el saludo al peliplata.
- Si, si, lo que él dijo, Bakakashi – dijo el pelinegro, mirando hacia otro lado, haciendo que por un momento se pudiera ver como el peliplata había entrecerrado un ojo por una pequeña décima de segundo… cosa de lo que el castaño, por lo visto, fue el único que se percató.
- ¿Qué hacen aquí?
- Pues, escuche como una roca cayo detrás de mí, me volteé y vi a Kakashi, quien me dijo que extrañamente le paso lo mismo y luego los vimos a ambos llegar, y convencí a Kakashi de venir a saludar – dio su breve explicación la castaña, recibiendo un asentimiento de parte del pelinegro y del castaño - ¿Y ustedes ya terminaron sus compras? – dijo, habiendo que el peliplata levantase una ceja.
- No, todavía no. Solo tomamos una pequeña desviación… - dijo señalando la tienda que estaba en frente de ellos, cosa que entendieron los dos a la perfección - Si tienen hombre, tengo suficiente dinero para invitarlos a comer a ustedes.
- Yo…
- Pues claro que nos encantaría – dijo la mujer, tomando la decisión por ella y por el peliplata, quien solo dio un pequeño suspiro… no tenía intención de comer con más gente… pero, por lo visto, hoy tendría que hacer una excepción.
- Bien…
- ¡Oigan! – se escuchó el grito de un hombre, que provenía desde dentro de la tienda, llamado la atención de los cuatro.
- ¿Asuma? – dijo el pelinegro, a lo que al castaño le salió una pequeña e imperceptible sonrisa que nadie noto… al parecer, todo estaba saliendo como lo quería.
Y al parecer, no era otro más que Sarutobi Asuma, el hijo del Sandaime Hokage. Tenía los ojos marrones, piel bronceada y pelo corto de color negro, además de tener un palillo de madera en su boca. Su vestimenta consiste en una camisa de malla debajo del chaleco blanco con las mangas del cuello de color azul con una raya negra que va en horizontal, pantalones y sandalias ninjas estándar, además de tener en su frente el protector de la aldea.
- Ha pasado mucho tiempo, chicos – dijo una mujer que estaba un poco más a lado del Sarutobi.
- Kurenai – dijo la castaña mujer, quien saludo a la pelinegra.
Yūhi Kurenai, actual Ninja de Rango Genin, como casi todos los de su generación. Kurenai es una Kunoichi con el cabello negro y largo, y únicos ojos que son de color rojo, con un anillo adicional en ellas, haciéndolo ver algo parecido al Sharingan. Su ropa consiste en una camisa de malla debajo de una camisa estilo kimono sin mangas de color negro, además de sus coderas que parecían calentadores hechos con malla, unos pantalones y sandalias ninjas estándar, y el protector de la aldea que estaba amarrado en su frente.
- No paran de llegar más gente de nuestra generación… - dijo un joven, que al terminar su oración empezó a toser, cosa que era algo "normal" en aquel chico.
El castaño, ya viendo a todos en el lugar, asimilo completamente todas las personas que se encontraban en el lugar.
El chico con aspecto enfermizo, no era otro que Gekkō Hayate. Tiene el cabello castaño, que estaba tapado por el protector de frente en un pañuelo negro, dejando caer a los costados algo de su cabello y un flequillo que estaba en medio de su cara que no tapaba sus ojos de color negro. Su ropa consistía en una camisa carmesí y encima llevaba una chaqueta gris y en su costado derecho tenía su espada enfundada, además de tener los típicos pantalones y sandalias ninjas, solo que este tenía vendas en sus pantorrillas.
A un lado, se encontraba la mujer pelimorada, que no era otra que la joven estudiante del Sannin… Mitarashi Anko, quien no estaba prestando ni un poco de atención a su entorno, centrada comiendo sus Dangos, cosa que solo saco un sudor un poco nervioso del castaño.
A otro lado, un poco más cercano a los demás, se encontraba una de las personas a las que tenía que buscar el castaño… spandex verde sin mangas, calentadores de piernas naranjas, y vistiendo su protector rojo en la cintura, cabellos en forma de tazón de color negro, ojos igual de negro y cejas pobladas… este no era otro más que el mismísimo "Konoha no Kedakaki Aoi Mōjū" (Sublime Bestia Verde de Konoha), Maito Gai, en el momento en el que el "Equipo Minato" entro en la tienda, loa saludo con sus típicas llamas de la juventud que tanto lo han caracterizado.
Tuvo que alejarse un poco de los demás, seguramente tenían sus cosas de que hablar, por lo que opto por entrar en aquella tienda, sin ser notado por los otros… realmente tenía hambre, pero era muy seguro que alguno de ellos se daría cuenta de la falta de su presencia… ya tenía claro lo que haría una vez que se presentase, pero sabía que, si lo llegasen a llamar ahora, no tendría tiempo para comer su comida.
Solo le tomo 6 segundo ir hasta donde se encontraba el señor que tomaba las ordenes… y pedir 20 órdenes de Dango, y luego de eso, recibió un papel con un número, seguramente para que lo llamase cuando estuviese listo, para luego acercarse lo más que podía hasta donde estaban los demás, ya sabiendo lo que iba a pasar, solo se limitó a apoyar su espalda en una pared cercana, cruzado de brazos y llevando la bolsa con las herramientas recién compradas en la mano derecha…
- ¡¿Tu de nuevo?! – fue lo que todos escucharon de cierta pelimorada, quien estaba sorprendida por ver al castaño en el lugar, y no solo eso, sino que había notado el protector de la aldea en su frente.
- Si, si, también me da gusto verte, Anko-san – dijo son un poco de diversión en sus palabras, cosa que hizo llamar la atención de los demás Genin en el lugar.
- ¡¿Cómo es que…?!
- Oye, oye; ¿Puedes calmarte un poco, Anko-san? Creo que esa pregunta te la puede responder Orochimaru-san.
- ¿Qué estás diciendo?
- Yagel… - dijo el pelinegro Uchiha, llamando la atención de ambos - ¿Cómo es que conoces a Anko?
- Pues hizo precisamente lo que tú me ibas a hacer el día en que hable con Hokage-sama, Obito-san – dijo el castaño conteniendo una risita, que solo hizo bufar al pelinegro.
- ¿De qué estás hablando?
- De nada importante, Anko-san – dijo el castaño, viendo como ahora la pelimorada solo rodaba sus ojos por su respuesta.
- ¿Puedo preguntar quién eres? – esto lo había dicho el joven Sarutobi, quien se había sumado a la conversación junto con los demás.
- Parece que está pasando lo predecible… - susurro para el mismo el castaño – Me llamo Yagel, y soy un actual Genin de la aldea.
- ¿Un Ninja de clase Genin? ¿Pero no las pruebas de asenso no fueron hace unas semanas? – esta fue la pregunta de la mujer de ojos rojos, cosa que llamo la atención de algunos… ya que otros sabían la respuesta.
- hare un breve resumen: llegue a la aldea el día de ayer, me presente con Hokage-sama y me hizo hacer una prueba el día de hoy para evaluar si mis habilidades eran lo suficiente para convertirme en ninja de la aldea… y el resto no es difícil de entender… - esto último lo dijo mientras que con un pulgar señalaba el protector de su frente.
- ¿Tuviste una prueba aparte?
- Así es… ¿Asuma-san? – dijo, solo para que el nombrado asintiera en aprobación – Si quiere más detalles, mejor pregúntaselo a ellos dos – dijo, señalando con sus dedos índice y medio al Uchiha y al Hatake, que uno de ellos se había puesto nervioso por alguna razón, el otro… solo seguía con su mirada severa.
- ¿Cuál fue la prueba? – esta vez halo el hombre de aspecto enfermizo, dirigiendo su pregunta a los miembros del equipo de cierto Namikaze.
- Pues… No era algo tan difícil…
- Ciertamente no fue para nada difícil "esa" prueba, Obito-san – las palabras llenas de malicia por parte del castaño, solo hicieron que el pelinegro entendiera lo que dijo, como también la pequeña insinuación que había dicho el joven.
- ¿Estás diciendo que no fue nada difícil vencerme?
- ¿Yo? Pero si fuiste tú quien lo dijo, Obito-san.
- ¿Venciste a Obito en una pelea? – esa fue la pregunta obvia por parte de algunos, quienes estaban algo sorprendidos por aquel hecho.
- Bueno, eso fue lo que dijo Obito-san, ¿No es cierto?
- Eh... – el pelinegro se había puesto nervioso por un momento… no quería admitir su derrota ante el castaño, por lo cual un pensamiento paso por su cabeza en ese momento, si él se hundía, no lo haría solo - ¡Bakakashi también perdió contra Yagel?
- ¡¿Qué?! – y esta fue la reacción de todos los presentes, sin excepción, tanto que el hombre del spandex verde se sorprendió en sobremanera por lo que acababa de escuchar.
- Que buena forma de salvarte el trasero a ti mismo, Obito-san… Pero creo que a Kakashi-san no le gusto lo que hiciste… - dijo el divertido castaño a un oído del Uchiha, cosa que lo hizo reaccionar cuando sintió la mirada del peliplata… tuvo que tragar duro al verlo a los ojos.
- Bueno, bueno, ya dejen de hacerse los idiotas… de verdad me estoy muriendo de hambre ahora… - decía el castaño colocándose en medio de ambos ninjas, solo para recibir un silencioso "gracias" por parte de Uchiha, y el peliplata por su parte, solo miro hacia otro lado.
- ¡Orden #15!
- ¡Qué bien! Justo a tiempo – dijo el castaño, a lo que los demás lo vieron irse, para luego volver con una cantidad absurda de órdenes de Dango - ¿Qué? No era mentira cuando dije que tenía hambre…
- ¿De verdad pudiste pagar todo eso?
- Realmente, fue más barato de lo que esperaba… - decía el nervioso castaño, quien solo se fue a sentar en una de las mesas cercanas – Si alguno de ustedes quiere uno, solo acérquense y agarren, no tengo ningún problema.
- No sé por qué, pero me empiezas a caer bien – decía la pelimorada, que ahora estaba sentado en otra silla, agarrando uno de tantos palillos de Dangos que había, cortesía del castaño, cosa que saco una enorme gota de sudor, a veces la actitud de la mujer era algo… extraña.
Pero, que podía hacer, era muy tentadora la oferta que les estaba dando el castaño en estos momentos… ¿Quién no quisiera comer comida gratis?
- Ya te habías tardado – dijo el pelinegro en otra silla, terminando u palillo que dejo a un lado para comenzar otro.
- No sé ustedes, pero yo no voy a dejar ir una oportunidad como esta – dijo el hijo del Sandaime, quien se sentó en otra silla.
- Concuerdo – dijo el castaño enfermizo, tosiendo un poco antes de sentarse en otra de las sillas.
- ¡Las llamas de la juventud están que arden dentro de ti, Yagel! – dijo el joven del spandex, quien tuvo que agarrar una silla para poderse entrar… la mesa se había llenado por completo, dejando sin lugar a los dos restantes… o eso es lo que pensaban.
- Oigan, les guarde unos puestos aquí – dijo el castaño, dejado ver dos asientos que estaban entre él y el Uchiha… no tenían idea de cómo fue que hizo para que nadie lo notase.
- ¡Ya voy! – dijo la castaña, para sentarse en el lugar que estaba más cercana al Uchiha, quien se sonrojo un poco por la cercanía de la mujer.
- ¿Qué estas esperando, Kakashi-san?
El mencionado se quedó ahí parado unos segundos, mirando la escena que estaba pasando en frente de él, para luego asentir con la cabeza y sentarse en el lugar que quedaba.
Y así fue como pasaron el resto de la tarde, entre algunas que otras conversaciones triviales, los demás se presentaron ante el castaño, los insistentes pedidos de batalla por parte del cejotas… entre muchas cosas más, cosas que el castaño aprovecho para recaudar información de cada uno, no de lo que podían hacer, porque eso era algo de lo que ya tenía conocimiento; sino de lo personal de cada uno…
En pocas palabras, se dedicó a conocer a cada uno de ellos lo más que pudo, y para su suerte, eso fue lo que logro.
Aunque, eso no fue todo lo que pudo hacer, también contó algo de su historia… bueno, prácticamente fue lo mismo que le había dicho al Sandaime, solo que agregando varios detalles como algunas cosas que hacían en su mundo del que proviene… pero claro, sin dejar nada fuera de lo normal en un mundo de Shinobis, por lo cual, tuvo que limitarse en gran manera, sin mentir en ningún momento sobre esos pequeños detalles…
Ya luego de que se terminase los Dangos, el castaño pidió otra ronda, sorprendiendo a los demás, no sabían de donde era que había sacado tanto dinero, pero no iban a preguntar… aunque no comieron muchos a causa de que cierta pelimorada se comió la gran mayoría… todavía le faltaba un poco más de información personal de cada persona…
Y ahí fue en donde se le ocurrió una brillante idea… pero eso sería algo que tendría que hacer en un futuro, seguramente cuando terminase la guerra.
Unas horas más tarde, ya todos se habían despedido e ido de aquel restaurante, dejando solo a dos personas, el castaño y el pelinegro.
- Bueno, será mejor que retome mi camino para seguir haciendo mis compras.
- ¿Todavía no has terminado?
- ¿Recuerdas que te dije que esto solo fue una desviación?
- ¿En serio?
- Pero esta vez, no necesito que vengas necesariamente, es decir… lo único que me falta es comprar algo de ropa…
- Oh, ya entiendo. La tienda más cercana esta por allá… - decía mientras apuntaba hacia el frente, donde se lograba ver una pequeña tienda de ropa.
- Agradezco mucho tu ayuda, Obito-san.
- Solo recuerda que me debes la revancha – dijo antes caminar por una pared y saltar hacia los techos, para luego irse a cualquier lado.
- Y yo que quería aprender a caminar por las paredes por mi cuenta… - dijo mentalmente el castaño con un poco de decepción al ver como ahora podría caminar por las paredes… aunque según lo que vio, no era algo tan complicado como creía – solo espero no ver a nadie caminar por el agua… eso sí que lo quiero aprender por mi cuenta.
Unos minutos pasaron, para luego el castaño entrase a aquella tienda, para luego salir de aquel lugar con más prendas… que eran exactamente idénticas a lo que llevaba puesto en ese momento.
- Supongo que nadie tendrá ningún problema si sigo utilizando la "misma ropa" todos los días… - esto, era algo que siempre pasaba en un mundo como este, a lo cual el castaño no se quería quedar atrás… ni tampoco tenía ganas de expandir su vestuario, le gustaba mucho lo que llevaba actualmente… pero sí que tendría que hacerle unos cuantos ajustes, como colocarle las bolsas que había comprado, o colocar accesorio para, según él, verse genial, pero también haciendo funcional cada accesorio.
Luego de todo eso, llego al departamento, para luego de entrar, dejar sus sandalias a un lado de la puerta, y proceder a poner todas y cada una de las bolsas en la mesa del comedor, para primero colocar en el armario todas las prendas que había comprado, dejando un cinturón, algunas vendas y algunas bolsas en la mesa.
Luego, procedió a sacar lo que había comprado en la tiendo de aquel pelirrojo llamado Hideki, saco todo, a excepción de los papeles explosivos, para luego agarrar un Kunai y del pomo hueco que estaba al final de la espica vendada, empezar a darle vueltas con un dedo…
- esta sería la primera vez que agarro un Kunai… sin contar el que mi clon utilizo en la batalla… - dijo, observando cada detalle de ese, para luego colocarlo en la mesa y agarra una de las tantas Shurikens que había comprado.
Lo agarro con un dedo metido en aquel agujero central, dejando que diera unas cuantas vueltas en aquel dedo, para luego lanzarla un poco inclinada a hacia la izquierda, para luego lanzarla hacia la puerta de su habitación, para que esta hiciera un efecto curvo y se clavase en la pared de estaba justo a la izquierda de la puerta.
- Entonces es así como funciona… no es tan diferente como lanzar una carta… pero teniendo en cuenta que tengo que lanzarlo más fuerte debido a que es mucho más pesada… - decía, viendo aquella Shuriken que había lanzado, solo para ir a buscarla y dejarla con el resto de Shurikens.
- Es hora de ponerme a trabajar en el diseño definitivo de mi vestuario normal…
Media Hora Más Tarde…
El castaño ahora tenía puesto su vestimenta normal… con unas cuantas modificaciones hechas por el mismo…
Utilizando unos 5 metros de alambre ninja como máximo, pudo colocar armas ocultas en algunas partes de su ropa, como los Kunais que había en cada manga de su chaqueta… no fue la gran cosa, pero fue lo único que se le ocurrió, por el momento, era lo mejor que podía hacer, luego seguiría pensando en añadir más armas ocultas.
Luego estaba aquel cinturón, en el cual coloco dos bolsillos, ambos estaban en la parte trasera de su costado izquierdo y derecho respectivamente, además de colocar pequeños salientes en el costado derecho del frente, en donde podía colocar unas cuantas a lo mucho 3 Kunais y 10 Shurikens, además de tener guardados las demás Shurikens en su bolsillo del costado derecho trasero, mientras en el otro estaban 4 de las 5 etiquetas explosivas y lo que le sobro del alambre ninja, ya que una de ellas estaba en frente de él.
Luego, en su muslo izquierdo estaba puesto el otro bolso amarrado con unas cuantas vendas, en donde estaban guardados 10 de los 15 que había comprado.
- Creo que por ahora estaría bien – decía, mirando cómo le quedaba todo por completo, aunque se sentía un poco pesado, pero no lo suficiente como para que esto se convirtiese en una molestia – seguramente tenga que modificar todo esto cuando Hideki-san tenga aquella Nodachi hecha… pero si es así, tendré que buscar a alguien que me enseñe Kenjutsu… pero ahora, solo tengo que estar pensando en lo que podría haber preparado Hokage-sama… No sé por qué, pero presiento que todo lo que hice ya lo tenía planeado… - dijo sus pensamientos en voz alta… solo para recordarse de algo y sonreír un poco – conque todo ya lo había hablado el día en que se reunió con Minato-san y Orochimaru-san...
Tuvo que detener su monologo, al sentir una presencia muy conocida por el… actualmente, él era el único que conocía esta presencia, después de todo, esa persona que acaba de aparecer en el lugar era la razón por la cual ahora estaba en la aldea…
- Hamura-san, es bueno verte de nuevo.
- Lo mismo digo, joven Yagel… - dijo el hombre con un leve asentimiento.
- ¿Puedo preguntar a qué se debe su visita?
- Porque sabía que faltaban cosas que me tenías que hacer con mi ayuda…
- ¿Acaso puede leer mis pensamientos?
- Yo fui quien te dio el conocimiento del mundo ninja, ¿Acaso crees que no puedo hacerlo?
- Solo quería confirmar mis sospechas… y por lo visto, no puede llegar a hacer tal cosa si no llegas a tener contacto físico conmigo… más específicamente, si colocas tu mano en mi cabeza.
- Realmente me empiezo a acostumbras a que me sorprendas todo el tiempo – decía el ojiperla tranquilamente, cosa que le saco una pequeña sonrisa al castaño.
- ¿Quiere un poco de té?
- Con mucho gusto… - dijo, para que el castaño le señalase con una mano que se sentase en una de las sillas del comedor, cosa que hizo sin perder tiempo.
Luego de unos minutos, el castaño había terminado de preparar aquel té que le había dado al Ōtsutsuki. Le había puesto la taza completamente llena, a un lado, un pequeño plato con los cubos de azúcar, y al lado de este, la tetera, por si pidiese más.
- ¿Estamos hablando de nuevo en mi espacio mental?
- Por ahora, es la única forma en la que puedo comunicarme contigo sin que parezcas un espía.
- Tiene mucho sentido – dijo tomando un pequeño sorbo a la taza en la que tenía el té.
- Entonces, ¿Qué es lo que te falta por resolver?
- No es la gran cosa, solo una forma de que aparezcas a la vista de los demás.
- ¿Y a qué se debe? – decía el hombre, después de todo, sabía que en algún momento el castaño frente a él le pediría que apareciera ante algunas personas… pero quería verificar si estaba pensando en lo mismo que él.
- Supongo que ya sabes que en algún momento tendré que contarle la verdad a algunos de los Shinobis que yo considere aptos para saber de mi verdadero propósito en este mundo… - dijo, esperando a obtener aquel asentimiento del ojiperla – Así que la única forma de que me crean, es que tu estés presente en aquel momento… aunque también ayudaría mucho la presencia de Ōtsutsuki Hagoromo cuando tenga que revelar la verdad.
- ¿No es suficiente con mi presencia?
- Si todo va según lo planeado, seguramente necesitare a ambos en esto… más que nada, necesito que cierta persona vea el Rinnegan de Rikudo Sennin – termino de decir el rubio, en un momento de la oración, el ojiperla se perdió en sus pensamientos por unos segundos… el también sabia a lo que se refería el castaño, por ende, sabía lo que estaba planeando… y por lo visto, tenía algo de tiempo para que el día de su revelación llegue…
- Lo entiendo bien, joven Yagel. Le pediré a Nii-san que esté presente cuando llegue ese día – dijo, luego de terminar su taza de té, haciendo que el castaño asintiese, para luego levantarse de su silla para servirle más té al hombre, cosa que nuevamente agradeció con un leve asentimiento.
- Y a partir de ahora, ¿Qué es lo que tienes planeado?
- En el transcurso del día, se me ocurrieron varias ideas, pero pasara un tiempo para que puede efectuar la gran mayoría de ellas.
- ¿La gran mayoría?
- Si. Las que tengan que ver con el progreso de la aldea, son las que todavía no puedo efectuar en estos momentos, primero tengo que terminar esta guerra para comenzar con algunos de mis planes. Y con respecto a las otras, son más bien, ideas en mi progreso como ninja, cosa que estoy seguro que empezare el día de mañana.
- Ya veo… - dijo, dando un leve sorbo a su taza. Por lo visto, el castaño ya tenía varias ideas de cómo manejar la situación en la aldea lo más discreto posible… o eso es lo que piensa, después de todo, no puede saber qué es lo que pasará próximamente, pero sea cual sea lo que vendrá, por lo visto el castaño estaba preparado para eso.
- ¿Y qué pasaría si las cosas no van cómo quieres?
- ¿Recuerda cuando te dije que yo ya había pensado en 1000 supuestos escenarios diferentes? Pues ya tengo pensado lo más que puedo hacer por el momento, y me estoy asegurando de no cometer ningún error hasta que revele mi origen.
- ¿Hasta que reveles tu origen?
- Después de ese día, las cosas cambiaran… o para bien o para mal, pero ya estoy preparado por si pasa cualquiera de ambos casos.
- ¿Y qué hay de Zetsu Negro?
- Realmente lo mejor que puedo hacer con él, es esperar a que haga el primer movimiento… no puedo solo aparecer en el escondite que tiene junto con Uchiha Madara y patearles el trasero…ni siquiera tengo el poder suficiente para hacer algo como eso… y si cuento de mi origen ahora… no es lo más conveniente para mí ni para la aldea… pero estoy seguro que en cuanto revele toda la verdad, ya será demasiado tarde para que pueda acabar con ellos.
- ¿Por qué lo dices?
- Técnicamente, es casi inevitable que ese par utilice a algún joven con una infancia de la basura y logren manipularlo para sus propios bienes, como lo hicieron con Obito… pero en algo en lo que puedo suponer las cosas, es que será un Uchiha al que terminen manipulando – dijo, solo para ver como en el rostro del ojiperla estaba curioso ante lo que dijo, así que prosiguió.
- Para ellos, lo mejor es que la persona que sea manipulada sea un Uchiha por tener el Sharingan, para así lograr manipularlo mejor… es decir, a ambos les conviene que sea una persona del clan con la maldición del odio… como también el despertar de su Mangekyō Sharingan… esa es una de las cosas que más necesitan para su plan…
- Y con ese poder, controlar a las personas a su beneficio – termino el ojiperla por el castaño, el cual asintió.
- Es por eso que, una vez terminada la guerra, tengo que evitar a toda costa que el clan Uchiha se sienta amenazado por la aldea, y así no lograr el golpe de estado.
- Pero eso viene luego del ataque de Kurama…
- Lo sé, pero es lo antes posible que tengo que hacer mis movimientos, para así mantener a Uchiha Fugaku manteniendo a raya a los que todavía no les gusta cómo les trata la aldea…
- Ya veo por donde vas…
- Y por esa razón, no puedo divagar tanto en esta explicación… quien sabe cómo puedan terminar las cosas, no estoy del todo seguro como pueda resultar todo lo que tenga que hacer…
- No tienes que preocuparte por eso, joven Yagel.
- Trato de no hacerlo… creo que mejor tratare de dejar de preocuparme tanto…
- La meditación puede ayudarte en liberar todos los pensamientos innecesarios de tu mente.
- Lo tendré muy en cuenta, Hamura-san.
- Por ahora, es mejor que me retire… tienes mucho en lo que pensar y poco con lo que trabajar.
- Por cierto, ¿Cómo pudo contactarte para poder hablar de nuevo?
- No hay necesidad de eso. Recuerda que estoy viendo lo que estás haciendo, así que no hay necesidad de pensar para que yo este nuevamente ante ti, joven Yagel.
- Lo agradezco mucho, Hamura-san – termino de decir el castaño, para luego el ojiperla asintiese con la cabeza, y como paso la última vez, todo empezó a brillar para que este se quedase sentado nuevamente en la silla, pero ahora estaba aquella taza de té vacía en frente suyo, cosa que le hizo sonreír un poco – Mejor lavo todo lo que está sucio.
Luego de unos minutos, terminó de lavar, secar y acomodar lo que había utilizado para hacer el té… pero de cierto modo se sentía algo… raro, después de todo, la conversación que había tenido fue en su espacio mental… pero eso sería algo en lo que pudiera pensar después.
Se dirigió de nuevo a la mesa de su comedor, viendo que ahí estaba la etiqueta explosiva que había dejado, a lo que se sentó en la silla para luego empezar a leer detenidamente cada uno de los Kanjis utilizados en eso… solo para luego quedarse pensativo por unos momentos.
- Esta etiqueta está bien hecha, pero de algún modo, estoy seguro de que se podría mejorar la forma en la que funciona… - pensó el castaño… actualmente, no tenía conocimiento alguno de Fūinjutsu, a lo que no podía hacer la gran cosa con la etiqueta, así que solo la guardo en su bolsa en la cadera, además de guardar los Kunais y Shurikens restantes y volver a salir para dar un último paseo a la aldea, le intrigaba mucho ver cómo era la aldea desde aquel monumento de los Hokages.
Solo pasaron 15 minutos para llegar a aquel lugar, y dentro de poco, empezaría a anochecer, lo cual hizo que el momento fuese el más oportuno para el castaño.
Ahora, justo debajo de aquel gran monumento, podría empezar a practicar lo que aprendió del Uchiha… escalar las paredes, solo con sus pies.
- Según lo que vi de Obito-san, tengo que colocar la cantidad exacta de Chakra en mis pies… si es muy poca, terminare cayéndome, pero si es demasiada cantidad, podría destruir el lugar en donde doy cada paso… - dijo en voz baja, para luego concentrarse lo más que pudo.
De un momento a otro, empezó transmitiendo Chakra a sus pies, para luego solo colocar su pierna izquierda para buscar el punto en el que podría caminar.
Ya estando seguro de que estaba bien, tomo aire y coloco su otra pierna delante de la que tenía puesta, verificando que lo estaba haciendo bien.
Luego de asegurarse de que su pierna derecha estaba lo justo como para caminar, dio el siguiente paso, y no se cayó.
Ya con un poco más de confianza, empezó a caminar como lo hace normalmente, notando que todo iba bien. Luego empezó a ir cada vez más y más rápido, hasta el punto de que estaba corriendo por la pared como si estuviese corriendo un maratón.
Y justo cuando estaba por llegar a la cima, dio un salto, que lo hizo ir un poco más arriba de aquella montaña, dando un par de volteretas hacia delante, cayendo con gracia en el borde del monumento.
- Parece que lo logre… - dijo el castaño, dando una pequeña sonrisa… había conseguido dominar el andar por las paredes en menos de 5 minutos… tal vez menos de un minuto.
Luego de eso, se dejó caer hacia la cabeza del Nidaime Hokage, pero justo antes de llegar, aferro sus pies a la pared para frenar la caída, y luego con un pequeño impulso, caer sin ningún inconveniente en la cabeza ya nombrada.
- Esto se ve mucho mejor de lo que había esperado… - dijo el castaño, viendo el anochecer en la aldea de Konoha… estaba más que impresionado por la bárbara vista que tenia de aquel lugar.
Podía ver como algunas de las calles empezaban a ser iluminadas por las luces de las casas y comercios cercanos, como también podía ver a las personas pasear de un lado a otro, como si fuesen hormigas en su madriguera, todo era tan minúsculo… se sentía realmente bien estar en ese lugar.
Y ahora, ya había caído la noche en la aldea de loa hoja, solo se quedó contemplando la aldea unos segundos, hasta decidir que ya era suficiente por ahora.
- Habitantes de Konoha… prometo que haré todo lo que me sea posible por proteger a todos y cada uno de ustedes para que puedan vivir las vidas que siempre quisieron… la vida que tienen que vivir… la paz que quieren que haya… y si es necesario, daré mi propia vida para que todos ustedes, sin temor alguno, sean felices en su propio mundo…
Luego de decir aquellas palabras llenas de convicción y deber en voz baja, el castaño procedió a hacer el sello del carnero con sus dos manos, y en un Shunshin No Jutsu volver hasta su departamento.
Ahora, el castaño había entrado al departamento, dejando las sandalias a un lado de la puerta, quitándose toda la ropa, para luego darse una larga y merecida ducha que tanto necesitaba.
Luego de estar completamente aseado, solo se colocó unos pantalones ninjas y se fue directamente a dormir… Mañana tendría que estar preparado para conocer a su nuevo equipo… y ya tenía algunas sospechas de quien sería su sensei.
- Tengo el presentimiento que algo puede pasar mañana… pero no es del todo malo… seguramente mi sensei puede que sea tan divertido como yo… - luego de que con una sonrisa dijera estas palabras, se estrego a los brazos de Morfeo para esperar a que llegara el próximo día.
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Fin Del Capítulo.
¡Hola! Ya sabía yo que terminaría actualizando la semana siguiente… pero esta vez fue por una razón… y para mi desgracia, no es buena.
La próxima vez que publique el siguiente capítulo, será el mes que viene… este mes no subiré más capítulos debido a cosas para entrar a la universidad y esas cosas… además de que, probablemente, llegare a estar inactivo por un tiempo, pero eso no va a empezar ahora, será luego… y para cuando llegue ese día, quiero tener más capítulos que pueda ya terminados.
Tal vez llegue a publicar a principios de mes, como en el mejor de los casos. Si no es así, probablemente publicare a mediados, y ese será mi límite de tiempo que yo tengo estipulado, ya para esas fechas, tendré ya algunos capítulos listos, y así prepararme.
Ya dejando mis problemas personales de lado, si llegaron hasta aquí, les pido las gracias por leer el fic, me alegro que les esté gustando, o es pienso, en cómo están yendo las cosas… prontamente, haré un breve salto de tiempo para que las cosa vayan más fluidas, y así dejar de hacer esto un poco lento, como lo fueron los anteriores capítulos.
Bueno, también como siempre digo, me gustaría saber cuál es su opinión acerca del fic dejando sus comentarios, nunca está de más saber lo que cada uno ustedes opinan… y más que creo que me he estado saltando algunos hechos importantes y no me estoy dando cuenta, o como, a conveniencia, agregue cierta técnica que no debería estar ahí en eso momento… pero bueno, solo espero que les haya gustado.
Ahora sin más, me despido. Cuídense mucho y, ¡Hasta el próximo capítulo!
Atte.: Yagel0601
