Capitulo IV
"Marutsuke"
Sakura Haruno era una alumna de preparatoria, y este día especialmente se sentía agotada, estaban en temporadas de exámenes y a pesar de ser una alumna de excelencia Sakura no dudaba en aprovechar su tiempo con anticipación en estudiar y repasar todo lo que podría venir en los exámenes, sus compañeros y amigos tambien recurrían a ella para estudiar.
Ese día se sentía agotada de todo aquello, así que aprovecho la oportunidad y las dos horas libres de clase que tenían con su profesor Madara Uchiha, el no había asistido aquel día así que salió de su salón y corrió afuera con la excusa de ir a los sanitarios.
Quería estar sola, y que mejor opción que el viejo almacén de deportes que había descubierto hace apenas unos días atrás, era una puerta pequeña y oxidada color negro que, la única traba que tenía era la cerradura con un grande candado mal colocado recordaba su apariencia interior, colchones de deporte, conos color amarillo y algunas cosas extra de gimnasia, poco iluminado por unas ventanas de 10x20 colocadas cerca del techo.
Se apresuró a caminar por el solitario campo asegurándose de que nadie la descubriera a ella y su secreto, movió la cerradura y empujó adentrandose en el almacén.
El olor de humo inundó sus pulmones en cuanto cerró la puerta tras de ella escuchando el click del seguro.
¿Que era ese humo?
Adapto su visión al lugar y lejos sentado en una colchoneta estaba su profesor.
Madara Uchiha daba la clase de contabilidad, y para Sakura, aquel profesor era el fruto prohibido de su mundo,en el momento que lo vio presentarse detallo todo su físico y los gestos que tenia, le parecía un hombre guapo, alto y fornido, con el cabello un poco largo, atado en una coleta baja y flequillo callendo sobre un costado de su rostro perfilado, aún asi, ella podía ver por debajo de ese flequillo el color de sus ojos, negros como la noche acompañados con unas disimuladas ojeras que, de alguna manera, hacían que su porte intelectual se combinará con una vida desinteresada.
Tenía el gesto de rascar la punta de su recta nariz cada vez que no encontraba otra manera mucho más fácil de explicar su clase o dar sonrisas pequeñas cuando encontraba respuestas que tocaban mucho más allá de lo que estaba explicando.
Sakura lo amaba en secreto, nadie notaba su interés con aquel profesor y lo mejor era que nadie lo sabía a pesar de ser aún más tímida cuando estaba cerca o cuando hacía referencia a alguno de sus comentarios durante la clase.
Encontrarlo en el almacén solo con un cigarrillo entre sus dedos y la corbata floja mostrando más que su cuello la dejo atónita, y el profesor Madara no apartaba su penetrante mirada de ella.
No noto que se había petrificado.
—No le digas a nadie que me encontraste fumando.- pidió el apagando el cigarrillo en una lata a su costado
No decirle a nadie que lo encontré fumando en el almacén un día en el que se supone no vino.
Pensó Sakura mirando al suelo prometiéndole no decirle a nadie.
—Supongo que vienes a descansar.- Volvió a hablar su profesor
Sakura asintió con un tímido "si". ¡Por dios! en menos de un mes cumpliría 18 y aún actuaba con esa extrema timidez que, según ella, ya no experimentaba desde pre-escolar
—Pasa, haz como si yo no estuviera aquí, solo estoy esperando a que las clases terminen.
—B...bien, de acuerdo.-respondio con voz seca caminando despacio hasta otra colchoneta que fuera capas de esconderla de su hermoso profesor
El silencio ahí era demasiado incomodo. Pensó que la mejor solución sería recostarse un rato hasta que pasarán las dos horas.
—¿Porque dijo que no asistiría hoy?.- dijo y al momento se arrepintió de preguntar, quizá su profesor se incomodaría o se enojaría, quizá esa pregunta era algo demasiado personal...
El profesor Madara no respondió, entonces Sakura se imagino lo peor hasta que lo vio asomarse por encima de una caja a su lado con una pequeña sonrisa
—Ah bueno, quizá, es porque también estoy demasiado cansado...
Sakura se sentó nuevamente sobre su lugar avergonzada y cuidando su falda que, por culpa de la moda juvenil estaba mucho más corta de lo que acostumbraba.
—¿Cansado de que?
Tonta Sakura debes de dejar de hacer esas preguntas, simplemente el profesor tiene su vida y yo la mía, no debería entrometerme, alimentos debería de tratar de mirarlo a los ojos
Madara soltó una aterciopelada risa que estremeció todo su cuerpo y extendió su mano hasta su nuca acariciándola como si se tratara de un cachorro, al menos eso había provocado que ella se encontrará cara a cara con su profesor.
—Bueno, es complicado y extraño a la vez...- murmuró aún con su sonrisa y sus ojos negros pegados en ella, está vez su mano acariciaba su mejilla.— ¿Porque estás aquí tú?
Apartó su mano casi de inmediato
—Yo, bueno, el estrés de los exámenes es agotador
—Te entiendo, pero saldrás bien de todo esto, tenlo por seguro.- ánimo mirando a una ventana, el cielo azul a través de cristales sucios era lo único que se veía.
Sakura prefirió que la mejor vista que tenía en ese momento era su profesor, Está vez lucía muy pensativo, se preocupo por el, no se había presentado a clases y tampoco estaba en su hogar, ¿Que había en su vida que lo preocupara tanto?
Inconcientemente se había recargado en la caja muy cerca de su profesor
—¿Que le preocupa profesor?.- Pregunto en voz baja
—Es... Complicado... Quizá... Una tontería.- se burló su profesor sin apartar la mirada de la ventana
Sakura recuperó toda la confianza del mundo y se levantó de su lugar acomodándose del lado de su profesor
—Bueno profesor tenemos bastante tiempo al parecer.- agrego con una enorme sonrisa y los mejores ánimos del mundo
Ante esto Madara decidió confiarle una pequeña parte de su vida a su alumna
—Bueno, es gracioso sabes, mi familia mantiene tradiciones muy antiguas y una de ellas es ... Una prometida
—¿Esta comprometido?.- sintió celos, pero no los demostró
—Desde niños, fue un matrimonio arreglado que había estado ignorando hasta ahora poniendo algunas excusas pero... Aquel matrimonio no puede posponerse aún más
—Y... ¿Ella no le gusta, es por eso?.- Sakura lo miraba interesada estaba siendo a demás de su alumna una buena amiga.
—No, no es eso, ella es muy hermosa y todo eso pero...
Celos era lo que sentía la pequeña alumna, su profesor se casaría con una mujer hermosa, más hermosa que ella, estaba destruyendo su autoestima, seguramente una mujer con buenos atributos que ella aún no tenia, un cabello sedoso y lindísimo en comparación del de ella, un color chistoso y poco creíble como el rosa, que apenas le llegaba un poco más abajo de sus hombros, quizá una mujer que usaba maquillaje y ropa de lujo, no como ella que apenas tocaba esas cosas y portaba horribles suéteres más grandes que ella, y lo peor de todo una mujer que tenía la misma edad que su profesor y no como ella que apenas era todavía una tonta adolescente
—Pero... No la ama.- siguió hablando por Madara y este la miró sorprendido
—Exacto, y mi familia necesita ese matrimonio para mantener su reputación sin pensar que jamás llege a amar a esa mujer, en su lugar simplemente me interese en alguien más
Atónita y celosa no amaba a la mujer de su infancia si no a alguien más, era obvio que su capacidad de amar a alguien existía pero sentía envidia de esas mujeres
— ¿Que, quién?.- preguntó casi de inmediato
—Ella, bueno, la conocí en esta escuela
Perfecto, todo se reducía a el lugar donde educaba, había muchas profesoras guapísimas ¿Quien podría ser?
—Es inteligente y terca
Sakura lo único que hacía era pensar quien de las profesoras tenía esas características
—Quiza no sabe si quiera que estoy enamorado de ella o al menos que existo...- termino de relatar mirando nuevamente a los ojos jade de su alumna
Sakura pensó en el bien de su profesor, entonces era eso lo que lo tenía preocupado, ella estaba actuando muy egoísta al respecto sintiendo celos e inseguridades cuando el solo necesitaba ser escuchado y quizá algún consejo
—Enronces escuché esto profesor porque no pienso repetirlo.- dijo muy emocionada colocándose sobre sus rodillas para dar a su consejo elegancia y ánimos a ser seguido.— Usted debería de decirle eso a su familia, esa tradición ya no existe hoy en día y todos somos capaces de amar a quien quieramos si no funciona, debería decirle a su enamorada que la quiere intentar que funcione y juntos escapar a un lugar donde puedan ser felices.
Madara se atacó de risa Sakura se puso furiosa ¿Que había dicho de divertido?
—Eso es complicado sabes
—¿Porque es complicado no lo entiendo?
—Seguire tu consejo entonces y tú me dirás.- continuo Madara enderezando se de su lugar
—No entiendo...
La mano de su profesor alcanzó su mejilla al mismo tiempo que sus labios alcanzaron los de ella en un suave beso y su mano libre envolvía su cadera para pegarla más a su cuerpo
Sakura estaba sorprendida y su corazón latió demasiado rápido, sin embargo, dudosa respondió poco a poco
Ambos se sumerguieron en un tierno beso que pocos poco se fue haciendo más feroz y apasionado, Sakura se recostó sobre la colchoneta con Madara encima
Por falta de aire aquel beso termino y entonces Madara aprovecho para preguntar
—Me gustas mucho Sakura Haruno, desde el primer instante en el que te vi y estoy dispuesto a hacer que las cosas funcionen a pesar de la diferencia de edades o lo distinguidas de nuestras vidas, Huye conmigo porfavor...
Entonces, la pelirrosa supo varias cosas al instante, su profesor correspondería a sus sentimientos pues también gustaba de ella, que sus palabras eran difíciles pues, no podría huir tan fácilmente debidos sus estudios o padres, tenía ya una vida en la ciudad y no quería dejarlos, se sentía demasiado pequeña para hacerlo a ciegas a lado de alguien, no era una felicidad garantizada, además, como y dónde vivirían, apenas tenia un trabajo para solventar gastos menores
Cómo si Madara le estuviese leyendo la mente, recargo su frente con la de ella
—Lo vez, no es así de fácil.-susurro y se levantó de su lugar dispuesto a irse
Sakura no supo que decir o hacer, no quería que se fuera, sin embargo tampoco podía prometerle algo, no podía salvarlo de su situación
Había pasado tiempo después de ese día, Sakura se las había ingeniado para arrastrar a su distante profesor a aquel almacén sin ser vistos
—Señorita Sakura, puede explicarme que demonios está haciendo, arrastrarme aquí puede equivaler a una...
—Solo, solo déjame estar contigo.-lo interrumpió jadeando por el esfuerzo que había realizado jalando a su profesor corriendo hasta ahí
—¿Que?
—No puedo huir ni salvarte de tu matrimonio, pero en su lugar podríamos encontrar una solución, yo... Tu también me gustas mucho, solo te pido que, déjame estar a tu lado...
—Sakura...
Ella atino a abrazarlo y besarle el cuello, en busca de sus labios
—Si no quieres, lo entenderé pero porfavor...
Madara suspiro agotado y la envolvió con sus brazos guiándose hasta las colchonetas amontonadas en el fondo
Madara la giro y la abrazo por la espalda tomando sus deliciosos labios nuevamente por unos segundos
—Te quiero Sakura...
¿Saben si salió o no la segunda película de Given y dónde puedo verlo? O quedamos en ridículo esperando
P.d. disculpen las faltas ortográficas y si hay palabras sin sentido, quizá se cambiaron, se que no se lo merecen, me esforzaré en revisar mis escritos es que últimamente los público sin releerlo.
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