~Reencuentro sin recuerdos~
Rosie cayó en la completa confusión cuando notó en algunos de los rostros desconocidos como simplemente empezaban a derramar lágrimas mientras la observaban con ese tinte de conmoción e incredulidad.—No puede ser... No puede ser —murmuró Yang sintiendo el aire ya no llegar a sus pulmones, las lágrimas ya corrían descontroladas por sus mejillas y sus pies comenzaron un camino a la chica frente a ella, que parecía presa de la confusión y hasta podría decirse del pánico, pero que no se movió de su lugar al verla aproximarse a ella hasta que la envolvió en sus brazos, en un abrazo casi desesperado pero lleno de amor —. Ruby, oh Dios, eres tú —sollozó la rubia con un dolor tan profundo que hizo estremecer a la de ojos plateados.
Rosie no entendía para nada porque ésta chica lloraba y la abrazaba de esa manera, o porque de pronto la chica de cabellera blanca se había tirado de rodillas al suelo, cubriendo su boca con sus manos a la vez que lloraba, mientras la chica fauno se ponía de cuclillas a su lado consolándola, pero luciendo igual de mal que ella, ni tampoco sabía porque el adulto con ellos se había tenido que lanzar al suelo a sentarse mientras respiraba tan agitado con sus pupilas dilatadas al mirarla, o porque el chico rubio sollozaba tanto que parecía que alguien hubiera muerto, o porque el chico de vestimenta verde se miraba conmocionado a la vez que sostenía a la chica pelirroja que no dejaba de llorar silenciosamente, o porque el más joven de entre todos ellos estaba mirándola tan conmocionado.
Rosie no lo sabía, más sin embargo, fue un reflejo envolver sus brazos alrededor de la cintura de la chica rubia. Era un calor extrañamente familiar, unos brazos que sentía conocerlos de mucho antes, que eran cálidos y reconfortantes, a pesar de que uno de ellos claramente era una prótesis, pero la sensación de estar protegida se arraigó a su cuerpo, sintiéndose por unos instantes una niña pequeña que estaba segura finalmente de todo el mal que pudiera arrojarle el mundo.
—Yo... Perdón —la joven se separó lentamente de los brazos de la rubia, mirándola con cierta culpa. Si bien, era cierto que se sentía cómoda y segura con esa persona, no tenía noción de quien era ella, o... ellos. Dio unos pasos hacia atrás ante la mirada llena de confusión de la chica de ojos lavanda —. Lo siento, yo-yo no los conozco —reveló sintiendo el miedo comenzar a recorrer su sistema, como si esas palabras estuvieran incorrectas y fueran una vil mentira, al menos eso le gritaba su subconsciente con fiereza, y eso solo se intensificó más al notar como la conmoción crecía en esas personas que comenzaban a acercarse mientras intentaban recuperarse del aliento perdido.
—¿De qué hablas, Ruby? —preguntó Weiss mientras con la palma de su mano retiraba los restos de lágrimas e intentaba recuperarse, pero las palabras de su líder captaron de inmediato su atención, teniendo una ligera incertidumbre en el pecho.
—Yo-yo no sé quiénes son ustedes o porque me llaman por ese nombre —aclaró la de ojos plateados, sintiendo el temor recorrer su sistema mientras el frío parecía recorrer su cuerpo una vez más. Ella estaba preocupada, muy preocupada de ver el dolor reflejado en los ojos de esas personas.
—Ese es tu nombre, nosotros somos tus amigos, ¡tú familia! —dijo Yang con desesperación reflejada en su rostro, sosteniendo los hombros de la más joven firmemente, quien se estremeció ante el agarre —. Soy tu hermana... ¿En serio no nos reconoces? —las palabras de Yang fueron tan suaves y desgarradoras que provocaron que los ojos de la menor se llenaran de lágrimas, respirando agitada ante la presión que comenzaba a sentir con todas las miradas sobre ella. El frío comenzó una vez más y el leve brillo llameante alrededor de sus ojos se hizo presente mientras movía su cabeza en señal de negación. Ellos la conocían y ella... Ella no los recordaba.
—Yang —la llamó Blake, tomando el hombro de su pareja y dándole un suave tirón para pedirle silenciosamente que soltara a la menor, además pidiéndole permiso para estar frente a la chica. Yang cedió, soltando suavemente los hombros de su hermanita y brindándole el espacio a la pelinegra, quien decidió primero dar un paso hacia atrás de la distancia que la rubia había tenido. La de reflejos rojizos miró los ojos ámbar de la fauno, quien endulzó su mirada que antes había estado en shock y le regaló una sonrisa —. Perdón por haberte sorprendido así, seguramente te hemos asustado —la de capa oscura comenzó a tranquilizarse ante las suaves palabras de la fauno, calmando un poco la tormenta de emociones en su pecho, y por tanto, dejando que su poder no saliera a flote —. Soy Blake Belladona y ellos son mis amigos —miró sobre su hombro al resto, incitando a Rosie hacerlo también, notando como ellos igualmente parecían estar encontrando un poco de calma para manejar la situación —. Nosotros te conocemos, somos una enorme familia, y tu... —detuvo sus palabras un instante, captando de nuevo la mirada plateada, la cual se percató de la acuosidad en sus ojos —. Bueno, somos tú equipo, siempre te hemos seguido, hasta que sucedió algo muy malo y pensamos que... —frenó sus palabras de nuevo, dejando ver ese dolor reflejado en sus orejas que decayeron.
—Que estaba... ¿muerta? —Rosie no temió completar la frase que a la fauno se le dificultó tanto decir. No era tan despistada, solo conectó los puntos en esos segundos. La reacción de esas personas fue como si hubieran visto a alguien volver de entre los muertos, además, aún tiene las cicatrices en el cuerpo. Esas cicatrices... sabía bien que venían de una pelea, una muy peligrosa y dolorosa. Comprendiendo un poco que pensaran que estuviera muerta con semejantes heridas —. Yo... entiendo eso —musitó aquello desviando la mirada un poco al suelo —, es decir, cuando me encontraron dijeron que estaba muy mal, incluso estuve en cama por casi dos meses —explicó emitiendo una leve risa incómoda cuando notó la chispa de duda en sus miradas. Descansó sus manos por detrás de su espalda, y se balanceo suavemente de adelante hacia atrás con sus pies —. Bueno, no tengo recuerdos, solo está clase de... ¿sentimiento? ¿presentimiento? —divagó unos instantes, paseando su mirada plateada entre ellos, notando como parecía cambiar el humor un poco, como si hubiera dicho algo que los calmó. Ella no lo sabía, pero que mostrara divagaciones así solo les mostraba que su Ruby seguía siendo la misma —, el punto es, no tengo recuerdos, pero tengo la sospecha de que los conozco de algún lado —aseguró, dibujando una suave sonrisa en sus labios.
—Y dinos —Oscar se acercó al lado de Blake, para después extender su mano a la de capa oscura —¿Cuál es tu nombre? —preguntó con amabilidad, haciendo sonreír a la de la capa —. Soy Oscar Pine —se presentó.
—Me conocen como Rosie, es un placer tratar con ustedes, cazadores —expresó la joven con una brillante sonrisa, estrechando su mano con la del chico. Estaba agradecida de que retiraran cualquier presión sobre ella, aceptando el nombre por el que había sido conocida y que ella conocía.
—Bien, Rosie —dijo Jaune con una enorme sonrisa, entrando al campo de visión de la chica que le miró con atención —. Soy Jaune Arc, es bueno saber de ti.
—Hey, chica —saludó Nora algo tímida, algo muy contrario a su personalidad, pero la pelirroja no quería abordarla tan bruscamente así como así, y asustarla o agobiarla —. Soy Nora Valkyrie —se presentó.
—Lie Ren, un placer —saludó el joven de voz tranquila, apoyando sus manos sobre los hombros de la pelirroja.
—Soy Weiss Schnee, Rosie —la peliblanca se acercó, extendiendo su mano a la de reflejos rojizos quien igualmente le estrecho la mano sonriéndole. La peliblanca devolvió el gesto, sintiendo tranquilidad al sentir el tacto de su amiga después de mucho tiempo.
Rosie finalmente dirigió la mirada al par que faltaba, el adulto y la que al parecer era su hermana.
—Qrow Branwen, niña —respondió a la curiosidad silenciosa de la muchacha, quien asintió en agradecimiento, solo para terminar llevando su mirada a la rubia.
Tomó una bocanada de aire, tranquilizando su cabeza que iba a mil por hora —. Yang Xiao Long, Rosie —correspondió la de ojos color lavanda, finalmente brindando una sonrisa tranquilizadora a la más joven.
—Bien, ahora que las presentaciones han terminado, sé que hay cosas de las que hablar y todo eso, pero... —una risita nerviosa salió de sus labios, como si cayera en la cuenta de alguna cosa que olvidó, o de haber hecho algo imprudente —. Bueno, la gente del pueblo aún está en un búnker —finalizó nerviosa.
—Entonces, vamos a avisar que ya no hay peligro y después hablamos —dijo Jaune con entusiasmo, a lo que Rosie asintió.
[...]
Rosie caminaba frente al grupo, con sus manos a la espalda y tarareando en voz baja mientras los guiaba por el bosque.
—Así que... —la voz de Rosie rompió el silencio, mirando por sobre el hombro a las personas que la conocían —¿Mi nombre sería Ruby? —preguntó con curiosidad, notando como ellos se miraban entre sí unos momentos, quizás pensando si era buena idea hablar de ello.
—Sí, Ruby Rose es tu nombre —respondió Yang con una suave sonrisa a su hermana.
—¿Rose? Creo que una vez así me llamó Penny —divagó la joven con una suave risa, para después percatarse de que la habían escuchado al notar las miradas sorprendidas de los chicos.
—¿Con Penny? —preguntó Weiss con curiosidad y sintiendo una leve opresión en su pecho al recordar a su amiga.
Rosie mordió su labio, nerviosa paseando su mirada hacia el frente, quizás metió el pie al mencionarlo, tendría que dar una explicación y podría ser que piensen que está loca, pero tampoco estaría bien empezar con mentiras, ¿no?
Una risa conocida hizo eco en su mente. "No te preocupes, no pensaran que estás loca si se los dices". Aseguró Penny con su habitual entusiasmo, animando a la joven a mirar al resto de nuevo, pero sin perder es sonrisa nerviosa en sus labios.
—Bueno, la verdad es que puedo hablar con Penny, estamos... ¿enlazadas? Debido a que ella antes era la doncella del invierno —explicó lo más clara y resumidamente posible —. Y bueno, ya vieron antes, ahora soy la doncella, así que...
—Así que has estado hablando con ella, eso es bueno, significa que no has estado tan sola —mencionó Oscar con una sonrisa, captando la curiosidad de Rosie ante lo natural que se lo tomaron.
"Te dije que no pensarían que estás loca". Alardeó Penny, haciendo reír a Rosie por lo raro que era que su amiga fuera egocéntrica.
—Sí, es bueno tener a Penny, ella me ha ayudado con eso de los poderes —soltó un resoplido —. No es nada divertido congelar las paredes después de haberte enojado por no poder levantarte de la cama.
—Parece que la has llevado difícil, niña —le dijo Qrow, provocando que la joven soltará una leve risa.
—Bueno, fue difícil al inicio, es decir, nada de recuerdos, ni siquiera un nombre —la joven se abrió paso a la entrada del pueblo, pero los llevo en otra dirección, dónde un campanario se encontraba.
—¿Nunca intentaste... Averiguar quién eras? —preguntó Weiss, atreviéndose a realizar una pregunta algo acertada más sin embargo que podía escucharse como acusatoria.
Rosie guardó silencio bastante tiempo, acercándose a una de las antorchas que tenía en su entrada el campanario y sus dedos se deslizaron sobre el objeto con lentitud, acariciándolo. El resto se preocupó al no tener respuesta de la chica y temiendo que la pregunta la hubiera hecho incomodar.
—Era... Conflictivo —murmuró la de ojos plateados, girando hacia ellos y mirándolos con una mirada un poco afligida —. Una parte de mi me decía que había alguien buscándome, pero la otra me decía que no había nadie, todo debido a mi condición —mordió su labio y se encogió de hombros algo cohibida —. Tenía sueños que me dejaban esa sensación ¿aterradora? Así que temía avanzar y descubrir algo que no me gustaría. Además, estaba todo ese asunto de la enemiga mortal que amenazó Remmant, las comunicaciones y conexiones funcionando apenas este año —suspiró —. Ni siquiera pudieron llevarme a un hospital en aquella época debido al desastre de Grimm que había en las capitales, tuvieron que confiar mucho en que mi aura se restablecería y me curaría. No morí, así que tenían esperanzas a qué las heridas se curarían —cerró sus ojos unos instantes, intentando no adentrarse más en la explicación y solo ser breve, para después abrir sus ojos y sonreírles —. Lo siento, tampoco sabía por dónde empezar a buscar, así que me pareció fácil simplemente estar aquí hasta armarme de suficiente valor... O hasta que Penny me regañara, pero nunca ha pasado, es demasiado linda conmigo —aquello último provocó una risa en su amiga, quien protestó diciendo que ella también podía regañarla si quisiera.
—Entendemos, no te preocupes por eso —le aseguró Blake con una sonrisa reconfortante, a lo que Rosie asintió aceptando el gesto tranquilizador, pero aun sintiendo la pequeña pizca de culpa al no atreverse a realizar una búsqueda.
—Bien, ahora abriremos el pasaje para que las personas vuelvan —dijo Rosie con emoción, girándose una vez más y accionando la antorcha, provocando que un movimiento en el suelo sacudiera a todos, solo para después notar como una compuerta en el suelo se abría. Rosie volteo a verlos y le sonrió —. Los llevaré a casa después de informarle a Aarón y Sasha sobre ustedes, pueden esperar en la plaza —comentó señalando hacia la dirección dónde se encontraba el lugar que mencionaba.
—¡Te esperaremos, chica! —exclamó Nora comenzando a recuperar su energía, y jalando a Ren hacia la plaza. Rosie se sintió un poco en paz, algo le decía que esa expresividad en la pelirroja era la correcta para expresarse. Pronto activó su semblanza, adentrándose velozmente al subterráneo.
[...]
Yang suspiró, llevando sus manos al rostro para cubrirlo mientras estaba sentada en el césped, Blake se encontraba a su izquierda, brindando caricias en su espalda para reconfortarla, y a su derecha estaba Weiss, quien estaba con los ojos cerrados mientras hacia una especie de meditación junto a Ren.
—Ella no está muerta, ella sobrevivió, pero no tiene recuerdos, ¿no? —murmuró Yang, sintiendo que aquello podría ser quizás solo un sueño o una mala jugarreta de su cabeza.
—Ella está viva, Yang —le aseguró Blake con voz suave, sin dejar de acariciar la espalda de su pareja y entendiendo sus sentimientos. Ninguno podía asimilar aun que esa joven alegre seguía ahí, sonriendo despreocupada y tan desinteresada ayudando a otros.
—Sí, pero ni siquiera sabe que ella es la heroína que unió a los reinos y salvó al mundo de Salem —murmuró Nora cruzándose de brazos y haciendo un puchero lleno de disgusto. Estaba triste de que su amiga simplemente no recordara nada ni de ella misma.
Oscar emitió un ligero suspiro —. Ruby utilizó la reliquia de la creación para darle al mundo un cambio, y terminó pagando el precio que la reliquia decidió pertinente por sus servicios —el joven paseo su mirada por la plaza, notando como comenzaba a tener más movilidad ante la seña de que ya no había peligro.
—Y ella acepto ser quien pagara ese precio —murmuró Qrow con cansancio, pasando la mano por su cabellera desalineada en un gesto de frustración —, Maldición, niña, habíamos dicho que eso era peligroso.
—Era tan obvio que lo haría, es Ruby —espetó Weiss con cierta amargura, resaltando que era algo tan natural y fácil de pensar que sucedería... Pero no por ello dolía menos. No quería ni siquiera pensar las dudas que pasaron por la cabeza de su líder al dejarlos atrás y lanzarse sola a donde estaba Salem mientras tenía el aura rota y esa quemadura dolorosa en el brazo.
—¿Creen... que ella pueda recuperar sus recuerdos? —preguntó Yang con un ligero temblor en su voz. Tenía un poco de miedo, pensar que su hermana estaba en ese manto de oscuridad cubriéndola, sin saber ni de sí misma o de su familia, provocaban un nudo en su estómago.
—Oigan, estamos hablando de Ruby —dijo Jaune con una sonrisa cargada de positivismo —. Ella sigue siendo la misma, ella sigue ahí y seguro tendrá sus recuerdos de vuelta, solo tenemos que ayudarla.
—Ruby lo dijo antes —las miradas se dirigieron a Ren quien había mantenido silencio todo ese tiempo, manteniéndose absorto en su meditación —, no sabe de nosotros, pero tiene el sentimiento de hacerlo —finalmente abrió sus ojos y le sonrió directamente a Yang —. Ella te devolvió el abrazo cuando la reacción normal de alguien que no conoce a unas personas extrañas que aparecen de la nada es apartarlos y asustarse, pero el miedo que ella tuvo fue por la preocupación de no entender lo que pasaba, no precisamente se asustó de nosotros... o de ti —las lágrimas asomaron por los ojos lavanda de Yang, quien con una sonrisa asintió, aceptando lo que su amigo intentaba decirle.
—Y... ¿Cuál es el plan? —preguntó Blake con una pequeña sonrisa y mirando a sus amigos.
—María dijo que debíamos tomarnos un tiempo para nosotros, ¿y si ahora lo hacemos? —comentó Weiss mientras cepillaba invisibles arrugas de su falda —. También nos ayudaría para localizar de nuevo a Cinder, ya que dudo que no vuelva a querer poner sus manos sobre Ruby.
—Llevar a Ruby a Patch... a casa, ¿crees que sea lo apropiado? —Yang dirigió la mirada a su tío, intentando encontrar algún respaldo de su idea de llevar a su hermana menor a su hogar.
—Tendríamos que hablar de ello con Ruby, Yang. Y también con Taiyang —Qrow sabía que seguramente el hombre abordaría a su hija pequeña en cuanto la viera, pero con la condición de Ruby, era un poco preocupante la reacción o presión que pudiera sentir.
Yang suspiró —. Solo espero que papá no sufra un infarto cuando se lo diga —una risa algo desganada salió de sus labios —. Pero creo que sería un buen plan, pasar unos días en casa antes de que Ruby simplemente tome confianza suficiente y quiera comenzar a pelear con Grimm.
El resto rió ante el panorama, claramente si Ruby había estado ejerciendo su labor de cazadora en el pueblo, ella querría involucrarse cuando ellos tomaran alguna misión.
—Entonces... —Nora se inclinó un poco, jugando con su equilibrio para acercarse a Yang —¿Descanso en la casa Xiao Long-Rose? —preguntó con una pequeña sonrisa.
—Sí, aunque también debemos pedir la opinión de Ruby para eso —respondió la rubia con una sonrisa. Para después llevar su mirada por instinto a una parte de la plaza, logrando divisar a su hermanita hablando con unos adultos mientras parecía balancearse nerviosa. Aún tenía ese sexto sentido, aun sabía cuándo su hermana estaba cerca. Pronto la chica se desocupó, acercándose a ellos en una lluvia de pétalos rojizos y negros, captando la atención del resto.
—Lo siento por hacerlos esperar, tuve que quitarme la ropa de antes y ayudar con algunas otras cosas —se disculpó la joven luciendo un conjunto diferente y más casual. Llevando puesta una sudadera roja con unos jeans y unos tenis deportivos oscuros, pero claramente aún llevaba la capa oscura sobre sus hombros.
—No te preocupes, ¿todo salió bien? —Blake le sonrió a la muchacha, quien dio un asentimiento de cabeza ante la pregunta.
—Síganme, Sasha y Aarón quieren conocerlos les di un resumen de ustedes —comentó Rosie con enorme energía, el resto asintió y pronto se levantaron para seguir a la chica que comenzó a caminar frente a ellos.
—Rosie —la aludida tarareo en respuesta, indicándole a Jaune que le escuchaba —¿Quiénes son Sasha y Aarón? —la joven frente a ellos se giró, pero no detuvo sus pasos por el camino, como si conociera de memoria ese recorrido.
Ella sonrió —. Son mis tutores —respondió con dulzura, para volverse a dar la vuelta y mandar algunos saludos a las personas que de pronto le preguntaban si estaba bien, si no estaba herida o elogiando su trabajo al mantenerlos a salvo, provocando sonrojos ocasionales en las mejillas de su pálido rostro.
[...]
