CAPITULO 4
Observo con detalle las largas escaleras frente a ella, tuvo sentimientos encontrados, había corrido hacia este lugar en un momento de desesperación en busca del refugio de los brazos de su madre como cuando era niña, vino a buscar a la mujer que siempre la comprendía, la apoyaba, que sin importar que estaba ahí, pero aunque quería decirles que Inuyasha le rompió el corazón al mismo tiempo no quería hacerlo, Inuyasha se había ganado el cariño de su familia en este tiempo y sabía que para ellos esto era un corte de raíz, su madre si lo veía lo saludaría y seria amable, su abuelo también lo seria, pero ¿y Sota?, como reaccionaria Sota, ellos se habían hecho buenos amigos, no quería que tengan que dejar de verse o que Sota lo desprecie por su culpa.
Era tan difícil, solo quería llorar como un bebe en los brazos de su madre, sentirse reconfortada, porque aunque las lágrimas ya no caían sentía un vacío en el pecho, se sentía vacía, pero Sota, su pequeño hermanito, no quería envolverlo en esto, quizás debió hacer como Inuyasha y no presentarle a nadie, una sonrisa amarga se posó en sus labios, no, ella no era ni podía ser como Inuyasha, ella estaba dispuesta a entregar todo porque lo amaba. No se compararía, ella tenía lo suyo e Inuyasha también, no se compararía ni se creería mejor que él.
Subió las escaleras de a poco, grada a grada, sintiendo una pesadumbre en el alma, al llegar al fin de las escaleras soltó un profundo suspiro, intento poner en una sonrisa lo mejor que podía antes de abrir la puerta de la casa.
—He llegado a casa —grito antes de avanzar hacia la sala donde su abuelo veía televisión, él se levantó rápido del sofá y la abrazo, como si supiera que lo necesitaba, su sonrisa se borró y sintió sus ojos llenarse de lágrimas.
—Niña, has tardado mucho en venirnos a visitar, debes venir a visitar más seguido a este pobre viejo —Le dijo su abuelo separándose de ella con una sonrisa. Aguanto sus lágrimas y le sonrió.
—Hija, bienvenida —volteo hacia la voz de su madre, al parecer salía de la cocina, seguramente estaba preparando la cena, la saludo con esa sonrisa que solo ella daba, como si supiera que era capaz de todo, como si la alentara. Su intento por contener el llanto fallo y corrió a abrazarla entre lágrimas, se aferró a ella, su madre correspondió el abrazo con fuerza.
— ¿Qué sucede cariño? ¿Te hicieron algo? —escucho el susurro de su madre, eso la hizo abrasarla con más fuerza antes de soltarla lentamente, hasta solo sostener sus manos.
—Inuyasha y yo rompimos, se acabó —su voz se rompió en la última frase, era tan difícil darse cuenta que era el fin, no había más, eso hacia que su corazón se sintiera pesado. La mirada de su madre transmitía comprensión.
—Oh, mi niña —fue lo que dijo su madre antes de volver a abrazarla con fuerza, su madre la guio hacia la cocina abrazada a ella, la hizo sentarse en una silla para luego poner un vaso de agua frente a ella.
—El té estará listo en unos minutos, Ahome —vio a su madre sentarse frente a ella mientras le tendía pañuelos, su madre tomo una de sus manos y la apretó con fuerza.
—Cuando te sientas lista podemos hablarlo cariño, no voy a presionarte, estoy aquí para ti —esas palabras fueron como un bálsamo, ella siempre estaba ahí, cuanto amaba a su madre. La vio levantarse y caminar en la cocina, la cena no se prepararía sola, además, estaba segura que cocinaría su comida favorita para intentar subirle el ánimo. Tomo el té que su madre le preparo y espero hasta calmarse lo suficiente para poder contarle a su madre.
—Terminamos la semana pasada, el sábado, para ser más exactos —hablo sin ver a su madre, removió la tasa de té vacía en sus manos, no sabía cómo se sentía exactamente, pero en parte estaba algo avergonzada. No escucho respuesta, así que alzo la mirada y su madre se veía tranquila revolviendo algo, soltó un suspiro silencioso.
—No había venido antes, ni te lo había contado, porque…—se detuvo, no sabía cómo continuar sin sonar patética, esperaba que él regresará, que fuera un mal chiste, una pesadilla de la cual en algún momento despertaría. Vio a su madre detenerse, bajarle la llama a lo que revolvía, la vio darse la vuelta y sonreírle con calma, con esa complicidad que había entre ellas.
—Tenías esperanza, ¿verdad?, esperanza que el regresara, esperanza de que ese no era el fin solo un mal entendido, lo sé. No tienes que avergonzarte, no está mal tener esperanza, no tienes que sentirte mal por creer —Su madre se acercó a ella, la abrazo por la espalda, y acento su barbilla en su hombro —Si estás aquí, significa que ya lo aceptaste —Asintió lentamente, con las lágrimas desbordándose de sus ojos —Sé que duele, sé que eso duele como si te quemaran el corazón, como si quemaran los recuerdos que crearon juntos, y que te preguntas si eso no valió, si no significo nada pero créeme lo valió, significo algo, no intentes olvidar cariño, del pasado se aprende, vas a aprender de esto, vas a continuar, va a doler, se va sentir como si dejaras una parte de ti —Su madre la soltó, para luego hacerla girar para quedar frente a frente, tomo sus manos y las apretó con fuerza, necesitaba su fuerza, su calma y su amor —Pero cariño, nunca olvides, y no lo odies, no se las razones por las que terminaron, no se de toda su historia pero si sé que odiar a alguien que amaste, a alguien con el que creaste tantos recuerdos bonitos, a alguien a quien incluso presentaste a la familia, es como poner más peso en tu corazón, odiar a alguien así aunque te hirió solo te va a ser sentir más herida, no vas a poder continuar, te vas a estancar, así que cariño, no lo odies, libérate, de a poco y a tu ritmo, pero libérate, no te culpes cariño, lo amaste y viviste ese amor, si no funciono no te culpes o culpes a Inuyasha, hay que ser valiente para terminar algo cuando no le ves futuro y eso no significa que sea culpa de alguno o que les falte algo, es solo que no eran la persona adecuada para el otro.
No pudo más y se abrazó a su madre, ella siempre tenía la respuesta, no pidió detalles, solo la apoyo y le mostro un camino, lloro todo lo que pudo, sin reservas, no necesitaba guardarse el dolor frente a ella, lo soltó todo, lloro con fuerza sin reprimirse, abrazada como un náufrago a su salvavidas. Cuando su llanto seso, se sintió más liberada, como si hubiera dejado un peso, le esbozo una sonrisa a su madre antes de irse a lavar la cara, se miró en el espejo del baño mientras el agua corría, tenía los ojos rojos pero de una parte de ella se sentía en paz, le dolía, le quemaba pero se sentía tranquila, llorar le había permitido liberar su dolor, dejar ir la culpa que tenía en ella, era libre de ese sentimiento de haber hecho algo mal que la atormentaba, no era su culpa.
Estaba cenando con su madre y su abuelo, cuando escucho la puerta ser cerrada con fuerza, luego pasos acercándose hasta ver a Sota asomado en la cocina, vio la cara sorprendida de Sota y le dio una sonrisa.
—Hermana, ¿Cómo? —Lo vio fruncir el ceño al verla con detalle, su sonrisa decayó un poco, pero no la borro — ¿Qué paso? —Vio la mirada que su madre le dio a Sota y contuvo una risa —quiero decir, que bueno que estas aquí —dijo mientras se sentaba en la silla a lado de la suya. Recostó su cabeza en el hombro de su hermano —Te extrañe, lamento no haberte llamado las últimas dos semanas —vio a su hermano hacerle un gesto despreocupado con su mano para después servirse y ponerse a comer. La cena paso con Sota contándoles su día en la universidad, más bien con sus quejas sobre todo lo que tenía que estudiar. Había extrañado esto, una comida ruidosa, quizás debería venir a visitarlos más seguido.
Después de cenar Sota insistió en que jugaran videojuegos, su forma sutil de decirle que hablen, le sonrió pero antes de que pueda responder su madre lo regaño y lo mando a bañarse, se rio, nada como volver a casa, ayudo a su madre con los platos, su abuelo se despidió, se iría dormir, lo despidió con un abrazo, se tomó un té con su madre.
—Ahome, si te sientes mal no finjas estar bien, no frente a mi o a cualquiera de nosotros, somos tu familia y te amamos. No necesitas ocultarte, siempre te apoyaremos aunque creamos que haces una locura, aunque no estemos de acuerdo, te apoyaremos, no te sientas mal de contarnos algo —las palabras de su madre la golpearon, supuso que su madre se dio cuenta que no quería hablar con Sota sobre Inuyasha, siempre acertaba, admiraba a su madre, esperaba algún día ser tan buena madre como lo era la suya, aunque eso lo veía lejano. Con una sonrisa le dio las buenas noches a su madre que ya se iba a dormir.
Espero a Sota en el sofá de la sala con bocaditos, mientras lo esperaba le escribió a Sango, si iba buscarla a su casa y no la encontraba seguro ahora si realizaba un operativo para buscarla, se estremeció solo de pensarlo.
Ahome: Sango, ¿Por qué te has desaparecido? ¿Dónde andas?
No se habían escrito en varios días, supuso que Sango estaría en algún caso difícil, no espero que la respuesta llegara rápido pero así fue.
Sango: ¿dónde estás tú? Tú eres la desparecida, te has olvidado de mí :´(
Ahome: Estoy en casa de mamá, voy a quedarme unos días
Ahome: Además, eres tu quien se ha olvidado de mí, :/
Sango: ¿Qué pasoooo?, ¿Por qué varios días? Yo quería llevarte a un lugar, :´(
Ahome: No quiero estar sola en mi casa, se siente vacío y la soledad me consume ahí, me quedare hasta sentirme mejor
Ahome: No quiero volver a salir contigo, eres una mala influencia para mí, me emborrachaste la última vez.
Sango: no seas así, eso fue un error de cálculo, no pensé que terminarías igual que esa vez hace años, pensé que ya habías aprendido a beber.
Sango: Espero que no te encierres como la última vez, si necesitas algo me llamas o me escribes, me tengo que ir, llegaron unos resultados que estaba esperando, :*
Ahome: No te preocupes, no planeo hacer eso, te escribo mañana supongo, :*
Vio a Sota sentarse a lado suyo, tomo un control y puso el videojuego, era el último juego que había comprado, era un amante de los videojuegos.
—Si sigues así vas a arrastrar materias en la universidad, deberías ponerte a estudiar, tienes muchas leyes que aprender ¿no es así? —le dijo sin verlo, mientras tomaba un control del videojuego.
—Es viernes, no pasa nada si no estudio, además, tú eras más loca en tus primeros dos años de universidad, y aquí estas graduada y con tus propios clientes, aun no entiendo porque decidiste trabajar para alguien más cuando ya tienes tu clientes, hace años que vives de lo que trabajas — se concentró en el juego antes de responder, el silencio de ambos solo era roto por el sonido del videojuego.
—Es verdad, yo realmente fui un desastre hasta tercer semestre, sin embargo, nunca arrastre una materia, aunque estaba loca, supe cómo defenderme, así que confió en ti, tú no estás tan loco como yo —escucho la risa de su hermano, seguido de un lo sé, eres la loca de la familia, lo golpeo con el pie — Estoy trabajando para alguien más y para mí, es algo complicado, pero decidí trabajar para la empresa Okami porque puedo aprender más, ganar más experiencia, hacer trabajos que me destaquen y me hagan más conocida, sé que también puedo hacerlo por mí misma pero quiero esa experiencia de las personas que llevan más tiempo trabajando en este ámbito, además me pagan —Escucho un sonido de entendimiento por parte de su hermano, jugaron un par de partidas bromeando sobre el juego, Sota burlándose de ella por ganarle todas las veces.
Perdió por cuarta vez contra Sota quien se burló de ella, y luego fue a cambiar el modo de juego, jugarían en equipo, el silencio reino una vez más, antes de que Sota inicie la partida hablo.
—Inuyasha y yo terminamos —se quedó viendo la pantalla del televisor fijamente, escucho a Sota dejar algo en la mesa de centro, lo sintió girarse en el sofá para quedar frente a ella y la insto a hacer lo mismo, quedaron frente a frente, ella aun no lo miraba, Sota tomo sus manos.
— ¿Cómo te sientes? ¿Quieres que lo golpe o prefieres que lo mate? — No puedo contenerse y soltó una risa, era entre amarga y divertida, miro a Sota, seguramente tendría los ojos brillosos por las lágrimas y le apretó las manos —No lo mates, solo déjalo moribundo, será más fácil sacarte de la cárcel —le dio una pequeña sonrisa —Tienes razón, no lo había pensado — lo vio fruncir el ceño como si acabara de iluminarlo, soltó una pequeña risa — ¿el futuro abogado se olvidó las leyes? — Sota la miro fijamente antes de hablar —Puedo alegar que el hombre en cuestión tuvo el atrevimiento de romperle el corazón a mi hermana y merecía un castigo ejemplar para que no vuelva a incurrir en tal crimen —se conmovió, aunque era una broma, las palabras de Sota eran reconfortantes, sabía que no lo golpearía, a Sota no le gustaba meterse en peleas, aunque siempre se veía envuelto en ellas gracias a Shippo y a Kohaku, sin embargo, Sota prefería resolverlo con el dialogo, podía llegar a ser tan elocuente y convencer con una facilidad increíble, que no te dabas hasta que ya era tarde.
Tomo la cara de Sota con ambas manos, viéndolo directamente a los ojos —Estoy bien, puedo con esto y más, no voy a morir de amor, duele, quema pero no es mi fin, no me voy a dejar derrumbar, ya aprendí la lección, no te preocupes —luego lo soltó y revolvió su cabello como cuando aún era un niño, Sota le dio una mala mirada y arrojo lejos su mano, luego se peinó sin dirigirle la mirada.
—Bien, eso me tranquiliza, sin embargo aún podemos demandarlo, no lo golpeare pero puedo hacer eso, solo di que sí y ya buscare algo por lo que demandarlo, y hablo muy enserio —una risa se escapó de ella, Sota siempre sabia como aligerar el ambiente, era el mejor hermano que podía tener.
—Te quiero, lo sabes ¿verdad? — le dijo antes de desplomarse sobre el sofá, estirando sus piernas pasándolas sobre las piernas de Sota que estaban cruzadas sobre el sofá, Sota la miro mal y luego golpeo sus piernas, sin embargo ella no las movió así que Sota desistió.
—Hablo enserio Ahome, no puedo quedarme sin hacer nada sabiendo que te rompió el corazón, no quiero verte sufrir, talvez le pueda pedir ayuda a Kohaku, debería sentir en carne propia el dolor que estas sintiendo —Sota se veía decidido, tiro sus piernas hacia un lado y se levantó dispuesto a realizar esa absurda idea.
—Sota —Hablo con fuerza lo suficiente para detenerlo —Es casi media noche, no te voy a dejar salir a esta hora, además, no has pensado que Inuyasha también puede estar sufriendo — Se acercó a Sota hasta quedar frente a frente —Esta relación era de Inuyasha y mía, y aunque ustedes se vieron involucrados en cierta forma, la relación seguía siendo de los dos, llegamos a ese acuerdo porque algo se rompió entre nosotros desde hace un par de meses, duele porque a pesar de todo lo amo, y hemos vivido tantas cosas este tiempo que hemos estado juntos que eso no es fácil de dejar ir o que no te afecte pero Sota tanto Inuyasha como yo estamos sufriendo —No pudo continuar, al empezar a hablar se dio cuenta que lo que decía era tan cierto como la luz del sol, algo había cambiado en su relación hace un par de meses, ella lo había notado pero no quiso verlo, había tanta verdad en sus palabras pero recién se daba cuenta de ellas, sintió un sabor amargo en la boca.
—Buenas noches Sota, me voy a dormir estoy cansada —Le dio un suave golpe en el hombro a Sota, avanzo un par de pasos cuando sintió su brazo ser tomado, volteo a ver a Sota, tenía una mirada de cachorrito herido, esbozó una sonrisa triste —No me enoje Sota tranquilo, tampoco creas que voy a llorar por tu culpa, no te creas tanto —trato de bromear pero su voz se escuchaba rota —La conversación contigo me ha hecho darme cuenta de algo que me negaba a ver, gracias por eso, y lo único que tienes que hacer es tratarme como siempre no necesitas hacer nada más para hacerme sentir mejor, además cuando algo se acaba es mejor cortarlo de raíz —sintió un par de lágrimas deslizarse por su rostro, la mirada de Sota se volvió preocupada pero ella le sonrió lo mejor que pudo —Sota esto es parte de vivir, es una experiencia más para seguir adelante, es para aprender de nuestros errores y no volver a cometerlos, así que no te preocupes y trátame como siempre, buenas noches —Le dio un ligero abrazo antes de irse a su antigua habitación.
Se sentó en la cama y observo el lugar, todo estaba igual como la última vez que vino, después de su graduación, no podía creer que después del viaje familiar por su graduación algo se haya roto en su relación con Inuyasha hasta encontrase allí llorando por su ruptura, cubrió su rostro con sus manos y lloro en silencio. Las lágrimas parecían haberse secado de sus ojos sin embargo el dolor aun oprimía su pecho, como un eterno recordatorio de lo sucedido, en este momento solo quería olvidar aunque su madre dijera que no era la mejor opción, ¿no existía acaso alguna pócima que le permita olvidar? Una notificación vino de su teléfono y buscando una distracción decidió revisarlo, lo primero que llamo su atención fue la hora, eran la una de la madrugada, lo segundo que atrajo su atención era que tenía un mensaje, abrió el mensaje llena de curiosidad por saber de quién era.
Ayame: veeeeen, acabo de encontrar la compañía perfecta para ambas, estos hombres son unos papacitos
Soltó una risa, Ayame estaba loca, ¿esperaba una respuesta a esta hora?, normalmente estaría durmiendo y no obtendría respuesta hasta la mañana siguiente, pero por ser una ocasión especial decidió responder, después de hacerla esperar un tiempo, se puso la pijama y realizo su rutina de limpieza facial para después acomodarse en su cómoda cama antes de responderle.
Ahome: Déjame contarte que ya encontré mi compañía perfecta esta noche, será en otra ocasión :*
Ayame: No te creo
El siguiente mensaje que envió fue una dirección junto a la aplicación para pedir un taxi con un valor aproximado del costo del viaje.
Ahome: Estas loca, no pienso ir ya encontré la compañía perfecta
Ayame: Quiero foto para comprobar
Ahome: Claro que no, loca
Ayame: Descríbelo, al menos
Ahome: Esta bien
Ahome: Es cómodo, cálido, me des estresa y me hace descansar como si estuviera sobre una nube
Ayame: Siento que no estamos hablando de lo mismo
Ayame: Dime que es, estoy medio pasada de copas como para pensar en acertijos
Ahome: :p Estoy hablando de mi cama, es la mejor compañía, sin duda
Ahome: No tomes hasta perder la razón, eso siempre termina mal
Ahome: Me voy a dormir, me explotaron en el trabajo necesito descanso
Ayame: Esta bien tú te pierdes de la compañía de estos papasotes, yo que quería compartir :(, pero más para mí
Ayame: Conozco mis limites, estoy bien
Ayame: Te escribo mañana si la resaca o mi compañía no requieren de mi completa atención
Entre risas dejo el celular a un lado, Ayame estaba completamente loca, tenían una semana conociéndose y fue fácil que la confianza entre ellas creciera, más aun siendo Ayame tan espontánea y sin pelos en la lengua para hablar, pero lo que más la unió a Ayame es que ella tuviera las palabras exactas para reconfortarla, eso había creado un lazo especial entre ellas.
Dio vueltas en la cama tratando de dormir, pero el efecto de la conversación con Ayame había pasado y los recuerdos de los momentos con Inuyasha llenaban su cabeza, todo lo que puedo ser, los momentos que podrían haber vivido juntos, era como poner un peso en su corazón, algo que lo estrujaba con fuerza haciéndolo sangrar, así era como se sentía.
—Hermana —El grito de Sota hizo que se despierte, sin embargo decidió ignorarlo dando una vuelta en la cama para volver a dormir —Son las ocho y media de la mañana, si no te apuras vas a llegar tarde a trabajar o quizás ya estas tarde —Eso la hizo brincar de la cama pero al intentar bajar de la cama se enredó en las sabanas cayendo de bruces al suelo, se sobo antes de arrastrarse por el suelo para llegar al baño, liberándose por fin de las sabanas, se paró con toda la dignidad que aún le quedaba, como si no hubiera pasado nada y entro al baño, escucho las carcajadas de Sota resonando por todo el segundo piso y se juró hacerlo callar, de la manera que fuera.
Cuando se estaba lavando la cara, después de la ducha más veloz que se había dado en su vida se dio cuenta de algo importante, más bien recordó algo importante, que hoy era sábado, no día de semana, era sábado y Sota se las pagaría, lo haría sufrir por esta estúpida broma, tanto que le había costado dormir para que la levanten así, fingió sollozar frente al espejo, hasta que su falso gesto de dolor se volvió real al recordar lo que la había tenido despierta hasta tan tarde, con calma termino su rutina de limpieza en la mañana, se vistió sintiéndose una sombra de sí misma, el estar sola hacia que todos sus recuerdos y planes con Inuyasha volvieran tratando de derribarla.
Bajo y desayuno con Sota, luego se vengaría de él, por el momento tenía un trabajo que hacer para uno de sus clientes, se fue a su habitación y solo salió para almorzar y merendar, como a las diez de la noche se reunió con Sota en la sala a jugar videojuegos, quería tener la mente ocupada, había descubierto que mantener su mente ocupada la hacía olvidarse de Inuyasha ¡, sabía que era momentáneo, que en cuanto se relajara los recuerdo volverían con fuerza pero esta era la forma en la que había decidido llevarlo.
El domingo pasó igual, el lunes solo cambio el hecho de que fue a trabajar en la mañana, llego en la noche a casa de su madre, no jugo videojuegos con Sota, él tenía que estudiar y ella que terminar un trabajo, los días pasaron con lentitud y monotonía, no hubo cambios en su rutina excepto porque decidió retomar sus caminatas nocturnas, disfrutaba de caminar, observar las estrellas, respirar el aire frio y dejar salir sus recuerdos de Inuyasha, dejarlos fluir con libertad, sabía que caminar era una forma que le ayudaba a liberarse, la había ayudado en el pasado y lo hacía ahora, no sabia porque había dejado de hacerlo cuando disfrutaba mucho en sus caminatas pero se prometió no volver a dejarlas.
El jueves al despertar encontró que su periodo había llegado a visitarla, ella siempre olvidaba las fechas que le tocaba por lo que tenía una aplicación en el teléfono donde todo estaba registrado, le había llegado unos días antes pero ya le había pasado con anterioridad así que no se preocupó. Mientras se lavaba las manos recordó algo, no se había puesto la inyección y le tocaba hace un mes, llevo las manos a su rostro, como pudo haberse olvidado, no había tenido sexo con Inuyasha el último mes así que no debía preocuparse pero había estado con otro hombre hace un par de semanas, lo único que no dejaba que entrara en pánico era que le había bajado, el periodo había llegado, podía relajarse.
Para el domingo su periodo ya no estaba, se sorprendió un poco porque solo le había durado tres días y había sido poco abundante, solo necesito utilizar protectores, era un poco preocupante pero se dijo a si misma que era probable porque no se había inyectado, cuando empezó a cuidarse tuvo efectos secundarios, supuso que era lo mismo cuando lo dejaba. Lo que si le molestaba era que tendría que volver a tomar un turno con su ginecóloga para volver a inyectarse, se golpeó en la frente, porque era tan olvidadiza. El sonido de una notificación la hizo alzar su cabeza para mirar el celular.
Ayame: Hoy maratón de películas en mi casa, sin posibilidad de negarte
Ahome: ¿Y si me niego?
Ayame: Eres mala
Ayame: Si te niegas tendré que convencerte porque rogar, jamás
Ahome: Voy, no necesitas rogarme, ya entendí
Ahome: Y solo voy porque estoy aburrida, ya termine mis trabajos extras
Ayame: sigo desaprobando eso, ya te envió la dirección
No pasó ni un minuto cuando para que le llegara la dirección, se cambió de ropa, tomo su bolso y bajo. Se despidió de todos y fue directamente a una pastelería, compro bollos y pan de sal, no había desayunado así que lo haría con Ayame. Llego a un sector de la ciudad un poco caro, llego al edificio, saludo al portero, la anunciaron, espero por minutos hasta que Ayame contestara, y pudiera subir, sentía como las tripas le rugían, moría de hambre y todo por culpa de Ayame. AL salir del ascensor Ayame la esperaba con la puerta abierta, estaba en pijama y con una taza en la mano.
—Espero que eso sea café, porque necesito una taza —Vio a Ayame alzar una ceja, para después permitirle pasar y cerrar la perta detrás de ella —Hola Ahome, yo estuve genial, anoche me la pase increíble, gracias por preguntar —Pudo sentir el sarcasmo en cada palabra pero no pudo contestar, ese departamento la dejo sin habla, era enorme y estaba decorado muy al estilo Ayame, era algo extravagante pero a la vez acogedor —Lo se mi casa es increíble, algún día deberías invitarme a la tuya —Volteo a ver a Ayame, esta le quito la funda de las manos —¿Qué es esto? —Salió de su estupor por el departamento antes de contestar —Son panes y unos bollos, no he desayunado.
—Genial, yo tampoco, tengo café —La vio encaminarse a la cocina, se detuvo en la entrada y se giró a verla —Que esperas ven, no uso el comedor, no me gusta, prefiero comer en la isla de la cocina, además vivo sola.
La siguió, observando todo con mucho detalle, la cocina parecía sacada de una revista, se preguntó si había sido diseñada por decoradores, pero al mismo tiempo tenia toques que no la hacían ver tan perfecta, tan de revista.
—Siéntate —Le dijo Ayame mientras ponía los panes en un plato —Voy a traer café para ti y mermelada ¿te gusta la mermelada o alguna otra cosa?
—Los bollos son dulces, quizás mantequilla o queso para los panes —La vio poner todo en la isla de la cocina, incluso puso cereales, leche y azúcar.
—Come todo lo que puedas, como en un buffet, no te preocupes —Comió con lentitud, se sentía intimidada, no esperaba que Ayame viviera de esta forma, era una sorpresa, estaban por terminar de comer cuando se armó de valor para preguntar.
—Este lugar es increíble ¿Cómo lo conseguiste?, supuse que tenías un buen puesto en la empresa pero no tan alto —Después de hablar se sintió estúpida, mala forma de preguntar, se sentía como si la juzgara. La vio terminarse el bocado que tenía en la mano antes de contestar.
—Soy socia de la empresa, pensé que ya lo sabias —sintió su boca abrirse por la sorpresa.
—Ya entiendo porque me miran raro y casi no se me acercan en el trabajo —Vio a Ayame llena de sorpresa como si le hubieran revelado el secreto de la inmortalidad —Soy amiga de jefa, creen que voy a delatarlos si hablan de más conmigo —Escucho la risa de Ayame, como si fuera lo más divertido del mundo.
—Tengo una imagen de jefa imponente, intimido, ¿no es genial? —La vio echar su cabello hacia atrás y poner una postura orgullosa.
—Claro que no es genial, gracias a eso no tengo vida laboral —Sintió la mirada de Ayame sobre ella, alzo la cabeza a verla y tenía una ceja alzada, como si dijera algo absurdo.
—De hecho, eso es porque vives encerrada en tu mundo, deberías tratar de estar en este mundo con las demás personas —Soltó un suspiro, Ayame tenía razón, vivía centrada en su mundo, en trabajar para no pensar en Inuyasha que se había olvidado de su vida social, era hora de ponerle punto final, desde mañana sería más sociable.
—Tienes razón, ya lo resolveré —Llevo los platos para lavarlos pero Ayame le dijo que lo pusiera en el lavaplatos, mientras ellas podían ir a la sala, se sentó en un puf enorme que había, resulto ser más cómodo de lo que se veía. Ayame se sentó en un sofá que colgaba del techo, con las piernas cruzadas y el control en sus manos.
—Mis padres y los de Koga empezaron la empresa —Volteo a ver a Ayame sorprendida, no esperaba que le contara nada de eso, supuso que no hablarían de eso cuando en la cocina no dijo nada más.
—Ellos fallecieron cuando tenía 3 años, en un accidente de tránsito —Estaba observando a Ayame, pero ella no la observa, estaba concentrada en la tele y su voz no cambiaba, era la voz de siempre —Quede al cuidado de mi abuelo al igual que la empresa, cuando me gradué de la universidad mi abuelo me dio su puesto, hace dos años que llevo la empresa como socia —No había contado mucho, sabía que había más historia ahí, no presionaría, ella tampoco se sentía lista para contar muchas cosas.
—Siento mucho lo de tus padres —Vio a Ayame suspirar antes de girarse a mirarla —Gracias, no los recuerdo pero es algo que los hace sentirse reales, que existieron, que fui parte de ellos —Vio la pequeña sonrisa que le dedico Ayame y se acercó a abrazarla pero Ayame la envió de regreso al puf, se sentó después de un estoy bien por parte de Ayame.
Ayame puso películas románticas, pero después de tantas burlas por parte de ambas, la cambio por películas de comedia y luego de acción. Pidieron comida a domicilio para almorzar y merendar, se quedó hasta las ocho de la noche en casa de Ayame. Llego a su casa y fue directamente a su habitación después de bañarse, después de estar en casa de Ayame quería volver a su casa, sin embargo, algo dentro suyo se lo impedía, un temor de estar sola, de encerrarse en su dolor si estaba sola, aun no se sentía lista para eso, quizás en unos días se prometió antes de acostarse en su cama.
Hola, hola hermosuras, Felices pascuas
Siento tanto el retraso, no quise que pasara tanto tiempo desde la última actualización, pero así se dieron las cosas, y aunque hice hasta lo imposible para intentar actualizar antes, no pude. No les voy a hacer muy largo el cuento, pero mi vida ha sido un caso, los problemas de salud de mi madre empeoraron por lo que me toco dedicarme a ella y todo lo que ella hacia antes me toco hacerlo a mí, terminaba cansada, estresada y frustrada porque deje mi vida de lado, y eso me ha pasado factura. Pero ahora ya conseguimos alguien que nos ayude y ya me puedo dedicar a mis cosas.
Dejando ese oscuro espacio de lado, ¿Cómo han estado? ¿Qué les pareció el capítulo?
Sé que en el capítulo esta que le llego el periodo, pero les voy a contar algo que descubrí investigando a fondo sobre los embarazos, (sí, me tome ese trabajo porque no me gusta hablar sin saber bien de que estoy hablando aunque a veces peco de eso). La cosa es que existe algo llamado sangrado de implantación, que es algo que les da a pocas mujeres embarazadas, y el sangrado es leve, de un color más oscuro y puede durar hasta tres días, y muchas veces es confundido con el periodo por esta razón.
En fin, luego de esto solo me queda decirles que vi muchas preguntas sobre que paso la noche prohibida y déjenme decirles que yo también quiero saber, pero el único que puede decírnoslo es Sesshomaru, tendremos que esperar a que él nos cuente que paso.
Elyk91: qué bueno que te haya gustado, te voy a contar un secreto y es que hay una escena que escribí en la que si hay encuentro, pero no la publique porque quería centrarme más en los sentimientos de Ahome quedando Sesshomaru solo como un oscuro secreto.
Ohmarce: Hola, bienvenida, me hace feliz que te esté gustando, aun me considero un principiante en cuanto a narrar, espero ir mejorando con el tiempo, gracias por alago.
Yami96: Si que fie un capitulo un poco depresivo, me alegra que hayas podido conectar con los sentimientos de Ahome, parece que estoy haciendo bien mi trabajo "guiño, guiño". ¿Qué te pareció Sota? Yo también estoy curiosa sobre el encuentro con Sesshomaru, aquí un spoiler para ti, posiblemente sea dentro de dos capítulos.
: Yo no podría haberlo resumido mejor, cuando se tiene buena relación con nuestras madre, son como el ancla que te muestra el mundo de una manera diferente, respondiendo a tu comentario del capítulo anterior, te puedo decir que fue una larga, muy larga noche para el pobre Sesshomaru.
Faby Sama: Ya sabes cómo es, pero pronto, muy pronto Ahome compartirá con nosotros lo poco que recuerda, créeme que es muy poco lo que recuerda, lo mejor es preguntarle a Sesshomaru. Siempre conocemos a una loca como Ayame, yo conozco dos jajajaja, y realmente nunca sé que esperar de ellas. A mí también me encanta Sango como amiga.
Danikuran: Hola, me alegra que te esté gustando, aquí la continuación para que la disfrutes.
Nos vemos la próxima actualización, se despide con besos de caramelo, lina
