Capítulo tres
-Señor Sesshomaru, ¿usted quiere saber cómo conocí a mi prometido?
-Me da igual.
En lugar de sentirse cohibida con aquella respuesta, Rin se animó en contar lo que para ella era una linda historia de amor.
-Yo tenía siete años- comenzó la joven- y Kohaku vino de visita con su papá y su hermana mayor. Fue muy tierno, porque cuando me vio se sonrojó y yo me reí de inmediato, pero le invité a jugar conmigo y fue muy amable. Luego, su papá le dijo que me diera flores y escogió unas de muchos colores ¡Fue un día muy divertido! Cuando ellos se fueron, papá me dijo que Kohaku iba a ser mi esposo y yo le dije que era un chico agradable y que me caía bien.
Sesshomaru y Jaken guardaron silencio mientras esperaban algún tipo de continuación o que Rin bebiera agua o algo que significara una pausa en el relato.
-Creo que me he perdido de algo- murmuró Sesshomaru-, ¿eso es todo?
-Sí... ¿qué más podría haber?
-No sé, me esperaba una historia diferente... ¿esa fue la única vez en que lo viste?
-Creo que sí, pero volveré a verle ahora que lleguemos a la aldea de los exterminadores ¡Espero que aún quiera casarse conmigo!
-Si es lo que deseas...
-¿Por qué lo dice así?
-Porque es raro que quieras casarte con alguien a quien viste a una edad tan temprana- argumentó Jaken mirando a la chica de reojo- ¿qué ocurre si el niño se volvió feo? ¿o si es más bajo que tú? ¿o si solo te dará hijos más horribles de lo normal?
-¡Que cruel!- exclamó Rin cruzando los brazos sobre el pecho- Los demonios sí que son superficiales, a mí no me importan esas cosas: solo me importa que Kohaku me quiera mucho y me trate muy bien- la joven no pudo evitar sonreír un instante-... además me dio flores, se supone que le das flores a alguien porque te gusta...
-Toma.- Sesshomaru desprendió una pequeña flor de color amarillo y se la ofreció a la joven que le miró con los ojos muy abiertos- Esto no significa que me gustas, en realidad, no significa nada...
Rin recibió la flor con el ceño fruncido. Normalmente, el señor Sesshomaru era muy amable con ella, pero a veces se volvía un tanto pesado, sobre todo cuando ella hablaba sobre su boda o las cosas que quería hacer en el futuro como una mujer casada.
-Acepto la flor, pero de todas formas usted no debe enamorarse de mí jamás- le recordó Rin mirándole con mucha seriedad-: somos de especies distintas y he oído que los demonios siempre terminan mal cuando se involucran con humanos y yo no quiero que a usted le pase nada...
-¡Niña irrespetuosa!- Jaken la miró con sus ojos muy abiertos- ¡¿Cómo puedes si quiera pensar en algo tan desastroso?! El amo bonito, jamás se fijaría en una humana boba como tú.
-¡No soy boba!- exclamó la chica dándole un empujón a Jaken.
-Quizás no, pero hablas tonterías...
-De todas formas- se defendió Rin-, ambos se vuelven muy rudos cuando hablo sobre Kohaku y es injusto porque no le conocen y él no les ha hecho nada.
Ella lo había atribuido a que los demonios, normalmente, no se casan entre sí y a que sus valores eran muy diferentes, pero tenía muy poca idea de lo que ellos pensaban en realidad.
Sesshomaru, observó a Rin que se calentaba junto al fuego. Ella llevaba a su servicio desde hace varios días y siempre estaba de buen humor o cantando mientras lavaba la ropa o cosía. Era una buena chica y le parecía tan agradable, que no podía creer que pudiera llevarse bien con ella. Quizás ella formaba parte de algún sueño o un rincón secreto de su imaginación y temía que de alguna forma, pronto iba a desaparecer.
-Rin, ya es hora de dormir.
-¡No tengo sueño! - apuntó la joven arropándose con su manta- Prefiero que sigamos conversando, ¡me gusta mucho hablar con usted! Además aún no hablamos sobre su vida, ¿ya está casado? ¿tiene novia? ¿sus padres armaron algún tipo de compromiso o como funciona para ustedes? ¡Me parece tan interesante y quiero saberlo todo!
-Ya es tarde, Rin y tienes que dormir... Jaken y el dragón ya se han dormido hace rato.
-¡Hay que ponerle un nombre al dragón!- pensó la joven- No es justo para él no tener ningún nombre...
-Puedes elegirle nombre mañana- indicó Sesshomaru intentando sonar convincente-, ahora estoy seguro que lo mejor para ti es conciliar el sueño.
-No me gusta dormir- Rin frunció el ceño-, yo quiero ser como usted y no dormir jamás.
-Pero eres humana y los humanos duermen- recordó el demonio mirando a la chica de reojo-... Rin tienes que tratar de descansar, me imagino que debe ser muy difícil por los recuerdos y las pesadillas, pero intenta pensar que no estás sola y que nosotros estamos aquí.
La chica asintió bajando la mirada un momento.
-Señor Sesshomaru, usted... ¿me puede prestar su mano?
-¿Mi mano?- Rin asintió mirándole con timidez- ¿Para qué la quieres?
Rin se puso de pie con su manta para acomodarse a un lado del demonio y sujetó la mano de él entre las suyas para cerrar sus ojos lentamente.
-Solo, déjeme estar así hasta que me quede dormida- pidió Rin posando su mejilla sobre la mano del demonio-, quiero ver si puedo dormir mejor de esta forma.
Sesshomaru asintió mientras la joven Rin se acomodaba a su lado. La observó quedarse poco a poco dormida. La chica se durmió y, aunque ella se despertaba cada ciertos minutos, le dedicaba una pequeña sonrisa cada vez que lo veía para seguir durmiendo.
Para él, Rin era una criatura increíblemente dulce: siempre le dedicaba sonrisas, le preguntaba cosas y quería saberlo absolutamente todo. Nunca se imaginó que ella pudiera convertirse en una gran compañía y que podría llegar a apreciarla tanto.
El demonio sentía que Rin podía llegar a ser una buena sirvienta: siempre estaba junto a Jaken preguntando qué más podía hacer, lavaba la ropa con mucha dedicación y siempre estaba muy dispuesta a conversar con él de lo que sea que pasara por la peculiar cabeza de la joven. Sin embargo, para Sesshomaru había solo un detalle que no le era del todo agradable: su prometido.
Rin hablaba mucho sobre el tal Kohaku y podía entender que para una chica humana promedio el casarse fuera importante, pero le enojaba que la joven estuviera tan ilusionada con la idea de la eventual boda. En realidad, Sesshomaru se sentía preocupado: ¿qué iba a ocurrir con Rin si su prometido la rechazaba? Ella era alguien sensible y ya había sufrido mucho, por lo que no le apetecía una nueva injusticia en la vida de la joven. Se planteó a la idea de eliminar incluso a su prometido en caso de que dañara de alguna forma a la joven.
No obstante, Sesshomaru no podía saber que Kohaku había pasado los días buscando pistas de la joven Rin. El exterminador, se había pasado todos los días desde que ella había desaparecido buscándola: había ido a su aldea, pero nadie sabía nada y en medio del bosque sólo había podido encontrar el palanquín, abandonado y lleno de sangre.
Cada vez que volvía a su aldea, se enfrentaba a los ojos preocupados de su hermana, quien parecía muy preocupada por verlo tan agotado.
-Kohaku, debes descansar- murmuró Sango acariciando la mejilla de su hermano-. Llevas muchos días de búsqueda y apenas te haz alimentado, si sigues así vas a desfallecer y no es justo.
-Es que... ¡No lo entiendo! - exclamó él bajando la mirada mientras sus ojos se llenaban de lágrimas- ¿Cómo es posible que Rin desaparezca sin dejar ningún tipo de rastro? ¡Es imposible que alguien pueda desaparecer sin dejar rastro!
-Yo creo que ya tienes que dejarla ir- Sango le miró sintiéndose muy triste-: toda su familia murió, su cuerpo no aparece por ninguna parte, lo más probable es que ella se haya muerto igualmente... Hermano, buscarla solamente va a aumentar tu dolor y creo que esto no es sano para ti.
-¡¿Pero qué puedo hacer?!- exclamó él paseando nervioso mientras intentaba respirar- Rin desapareció cuando iba a casarse conmigo, nuestro compromiso estaba establecido desde que éramos niños y siempre pensé que nuestra relación estaba escrita en el cielo, ¡¿Cómo esperas que pueda tomarme esto?! Yo... Sango, siento que si a ella le pasó algo malo es por mi culpa.
-¿Por qué piensas algo así?- la joven abrazó a su hermano por sobre los hombros- Hay muchas aldeas en guerra, hay un montón de ladrones cerca de los caminos y los demonios rondan por todas partes, ¿cómo la tragedia de Rin puede ser tu culpa?
-Porque yo pude haber roto el compromiso hace tiempo y no lo hice- susurró el muchacho mirando a su hermana en busca de algo de comprensión-: ¿recuerdas cuando vino su padre de visita hace un año?- Sango asintió- Él me entregó un retrato de ella y es tan bonita que parece un hada o una criatura mágica; yo pude haber roto nuestro compromiso porque ella podría haber conseguido una mejor opción y no quise hacerlo porque siempre he deseado casarme con ella.
-No es tu culpa...
-¿Y si lo fue? Quizás pude haber postergado la boda un tiempo, hasta que las otras aldeas se calmaran un poco; o pudimos hacer la celebración en su aldea; o quizás podríamos habernos casado hace un año o...
-No teníamos como saber que algo así sucedería- Sango no sabía que decir para calmar a Kohaku-, esto... son solo cosas que suceden y que no tienen una explicación lógica. No es justo que te culpes de algo así.
-Pero...
-Es mejor que intentes rehacer tu vida, Kohaku- la joven tomó su mano antes de mirarle con una pequeña sonrisa-...yo no conocí mucho a Rin, pero estoy segura de que a ella no le habría gustado verte así: ella habría querido que tú pudieras encontrar la felicidad.
-Hermana, ¿por qué dices esas cosas?- preguntó el joven sintiendo una leve sospecha en su interior- No será que... ¿mi padre está planeando una nueva boda?
-Kohaku, él cree que lo mejor para ti es rehacer tu vida... él... está viendo la posibilidad de un nuevo compromiso...
Hola!!! Sé que he tardado pero he tenido mucho trabajo y ayer en mi país había elecciones así que tuve que ir a votar y estar pendiente de ellas jijijiEspero que estén bien y muchas gracias por leer esta historia y agregarla a sus favoritos!!!!!Pd: si ven alguna letra mal ubicada, pido perdón porque aunque revisé mucho, la dislexia me hace cometer errores xD
