Ese día, Rey sentía que su vida iba a cambiar. O más bien, era lo que se decía todos los días frente al espejo en el cuartucho que rentaba desde hacía poco más de un año, sobre el bar Niima, en el sur de Hosnian Prime. Había llegado con sólo cien créditos en su bolsillo, un pequeño bolso con sus pocas pertenencias y su vieja guitarra en la espalda, pero con la esperanza de triunfar en la capital del espectáculo, después de escapar de su último hogar de acogida.
Consiguió trabajo con Unkar Plutt, donde era camarera y tenía oportunidad de cantar una o dos piezas, mientras la Banda de la noche estaba en receso. También le rentaba el desvan destartalado que hacía de departamento tipo estudio. Algo era algo.
Tenía que mantener el entusiasmo, para no rendirse en su camino. Todos los días se levantaba pensando que sería el día de suerte y terminaba con los ánimos por los suelos, cuando ninguno de los clientes parecía escuchar ni una sola nota de su canción.
Pero tenía que seguir sin rendirse. Ella no era de las que se daban por vencidas. Sus años de rodar entre familias temporales y orfanatos eran prueba fehaciente de eso. Era resistente y pocas cosas podían dañarla. Bueno, casi siempre.
Ese día salió por la mañana a comprar una chamarra de cuero que le había gustado, en el Mercado de pulgas del barrio. Estaba en perfecto estado y decidió que la usaría en la noche.
Se arregló un poco más que de costumbre, esperando que eso le subiera el ánimo, y empezó con gusto un día más de trabajo.


Finn llegó al bar Niima casi con media hora de anticipación a la cita concordada. Vestía jeans desgastados, una playera de Nirvana y tenis casuales. No había mucha gente aún y dudaba que alguien lo reconociera, pues en bares de barrios como este, todos procuraban mantenerse en sus asuntos y no fijarse de nada ni nadie.

Sabía porque Kylo había elegido el lugar. Unos años antes de que lograra el éxito con First Order, cuando decidió dejar atrás su vida anterior, solía tocar en lugares de poca monta, hasta que Snoke lo encontró y empezó todo el trabajo para volverlo a él y a los demás, en las famosas estrellas que eran ya.
Fue hacia una mesa disponible al fondo del lugar y se sentó en el banco alto a esperar. Repasó en su celular la breve conversación con Kylo en el whatsapp. Le pedía que se encontraran ahí para hablar, sin la presión de nadie. Estaba nervioso, pues sabía que Ren podía ser muy convincente. Muchas veces habían bromeado de que podía ejercer algún control mental en las personas. Pero no cedería. La decisión estaba tomada y más porque ya tenía planes para seguir adelante, aunque dudaba que fuera buena idea compartirlo con él. Lo consideraba un buen amigo, casi un hermano, pero la lealtad de Kylo hacia Snoke quedaba muy por encima de eso. Jamás haría nada que fuera en contra de sus designios.

—¿Te ofrezco algo de tomar?— le preguntó la camarera con una sonrisa amigable.
—Dos cervezas, espero a alguien, gracias.— contestó casi mecánicamente, sin siquiera voltear a verla. No quitaba el ojo de la puerta de entrada.

Rey estaba acostumbrada a todo tipo de clientes, desde los que no la veían hasta los que la veían demasiado, pero ella, siendo esencialmente amable, los trataba igual a todos. Este en particular, se le hacía bastante conocido, pero no lo ubicaba de donde. En un año había visto a muchas personas ir y venir.

La puerta del bar dio paso a un joven más alto que el promedio. Una chamarra capinonada con capucha cubría su cabeza y el cabello largo negro hacía el resto para proteger su identidad. Finn lo vio apenas entró y alzó la mano para que lo notara entre la creciente multitud, lo cual sucedió de inmediato. Caminó hacia la mesa y ocupó el banco del lado contrario. Se descubrió la cabeza y pasó sus dedos entre su cabello para acomodarlo hacia atrás.

—Debo aceptar que no recordaba que estuviera tan feo este lugar.— dijo Kylo mirando al rededor discretamente.

—No está tan mal, supongo que alguna vez tocaste en lugares peores— contestó Finn tratando de seguir la conversación para romper el hielo.

—No, definitivamente este es de los peores.

—Aquí tienen, dos cervezas.— dijo la camarera llegando a la mesa. Miró al hombre que acababa de llegar y tardó menos de dos segundos en hilar de donde se le hacían tan conocidos. Eran músicos famosos. De esa banda de la que todos hablaban, First Order.

Kylo reconoció la mirada de asombro, que millones de veces había visto en sus fans y, justo cuando se preparaba para oír el tan conocido me das tu autógrafo, le sorprendió la actitud serena que tomó la mesera.

—Mi nombre es Rey, chicos, si necesitan algo solo llámenme.— se presentó lo más natural que pudo, se dio la media vuelta y se alejó.

En realidad, ella no era de esas chicas que gritan y pierden la cabeza. Sí sería una anécdota para contar, pero consideraba importante respetar el espacio de sus clientes, aunque estos fueran rockstars. Después de todo, si las cosas marchaban como debían, ella sería famosa pronto y valoraría que alguien fuera tan considerado en situaciones así.

—¿De qué querías hablar, Ren?— Finn atrajo la atención de Kylo, que solo miraba a la mesera alejarse. —No entiendo porque no pudiste sólo ir a mi casa o yo a la tuya.

—Pryde nos recomendó guardar la distancia contigo, mientras se arregla con tu abogada.—
Contestó Kylo y le dio un gran trago a la cerveza.

—Me imaginé. Lo mismo me pidió Jannah.

Un silencio se formó entre ellos, era bastante incómoda la situación. Kylo decidió empezar.

—Finn, escucha, creo que aún estamos a tiempo de arreglarlo todo. Somos un equipo y hemos trabajado juntos muy duro los últimos cuatro años como para dejar que un malentendido tire todo a la basura, incluyendo nuestra amistad.

—No está en mis planes perder su amistad, Kylo. Ustedes han sido parte fundamental de mi vida. Tú eres algo así como un sensei, Armie es el compañero más divertido y Phasma... tú sabes, esa chica es el ángel que guío mi camino.— dijo esto último suspirando y ruborizándose. —A menos que Snoke sea la razón por la que tengamos que cortar nuestro contacto...

—Snoke sólo piensa en el bien de todos.— Kylo inmediatamente se puso a la defensiva. —No entiendo el porqué de tu afán de desacreditarlo. Jamás hubiéramos logrado llegar hasta donde estamos sin su representación y entonces nos pide apoyo para un proyecto y tú no le das una oportunidad... lo descartas a la primera de cambios...

—Kylo, lo que quiere hacer es ilegal y lo sabes...—interrumpió Finn. —No sólo va a controlar y a tener un beneficio de cada reproducción que se lleve a cabo en línea, sino que cortará la oportunidad de que otras casas productoras puedan colocar nuevos artistas en el panorama... ¡es algo así como un dictadura musical!

—Ves muchas películas, Finn. Lo haces parecer como si fuera lo peor del mundo y no se trata de eso. Pero no te has dado oportunidad de conocer en realidad del proyecto.

—No estoy interesado en participar. Kylo, amigo, está tu juicio tan nublado por ese hombre que no puedes aceptar la realidad. Yo vi tu duda. Sabes lo que pasará eventualmente, qué empresa se verá afectada en primer lugar... parecería que lo haces más bien por una venganza personal...

—No tienes idea de lo que dices... esto no se trata de mi o de lo que yo busque. Negocios son negocios, y este es uno de los grandes que revolucionará a la música digital.— Kylo estaba visiblemente molesto. —Si no lo puedes entender, entonces que bueno que te vas y no te quedas siendo un estorbo.

Finn sintió como estas últimas palabras le herían en lo más profundo de su corazón. Todas las noches que pasaron componiendo, las entrevistas, las giras, los conciertos, los momentos de frustración y cansancio extremo... nada de eso importaba ahora, su amigo le daba la espalda sin más.

—Te creía más inteligente, Kylo. Seguir a ese hombre tan ciegamente terminará por destruirte.— dijo poniéndose de pie al mismo tiempo que las luces del bar se atenuaban. —Es una lástima... en verdad te consideraba un amigo.

Kylo se puso de pie furioso y cuando estaba a punto de contestarle, un reflector apuntó al escenario y los primeros acordes de una guitarra acústica comenzaron a sonar, pero el show no captó su atención sino hasta que una dulce voz femenina comenzó a cantar una versión softpop del icónico éxito de Kiss, I Was Made for Loving You.

Tonight
I want to give it all to you
In the darkness
There's so much I wanna do
And tonight
I want to lay it at your feet
'Cause boy I was made for you
And boy, you were made for me

Rey tocaba y cantaba ese día como nunca antes lo había hecho. Había trabajado durante horas ensayando su cover favorito y no podía negar que el saber que dos músicos importantes se encontraban entre la multitud, le motivaba a hacer la mejor actuación de su vida, hasta ese momento. Si corría con suerte, ellos se fijarían en su talento. Pero nunca imaginó el efecto que tendría en ambos jóvenes.

I was made for lovin' you, baby
You were made for lovin' me
I can't get enough of you, baby
Can you get enough of me?

Kylo se sentía hipnotizado por la voz de la camarera. Nunca antes había escuchado nada igual, pues no sólo era la entonación de su voz, sino la pasión que transmitía al pronunciar cada palabra. La revolución que causaba en su interior era tal que hasta podía imaginarse a si mismo corriendo hacia ella y tomándola en brazos en el escenario. Esa chica se había clavado con su canción, en menos de un minuto, directo en su corazón, causándole una herida que nada más ella podría cerrar. Su mente trabajaba a mil por hora, desbordando la inspiración por todos lados. Cómo hubiera querido tener su viejo piano Steinway And Sons y componerle a esa mujer la mejor canción de todos los tiempos.

Tonight
I want to see it in your eyes
And feel the magic
There's something that drives me wild
And tonight
We're gonna make it all come true
'Cause boy I was made for you
And boy, you were made for me

Finn no podía creer lo que escuchaba. Era la mujer más talentosa que había escuchado cantar. Si bien conocía la canción de memoria, jamás había sentido ese impacto con su letra y eso que pertenecía a una de sus bandas de rock favoritas. Lo único que quería en ese momento era poder subir al escenario y acompañarla en su música.

Ni Kylo ni Finn se dieron cuenta que poco a poco se fueron acercando al escenario, tratando de visualizar mejor a la musa que en él se presentaba. Aún no había terminado la actuación cuando, de la nada, el pelinegro chocó con un tipo que caminaba en sentido contrario, derramando la bebida de este sobre ambos.

—¡Maldición!— gritó enojado el hombre. —¡Estúpido, fíjate por don...!— Al alzar la vista para confrontarlo, reconoció su identidad de inmediato, cambiando totalmente su actitud hacia Kylo. —¡Oh, por dios! ¡Eres Kylo Ren!— su grito llamó la atención de quienes estaban cerca, causando un revuelto en un santiamén.

—¡Ahhhh! ¡También está Finn Morris!— una mujer gritó como loca al reconocer al moreno acompañante de Kylo.

En un segundo, la multitud se volvió loca. Rey escuchó los gritos y paró en seco su canción, pues se dio cuenta que nadie le ponía atención y parecía que algo grave había pasado. No tardó en darse cuenta que la cauda del revuelto eran los mismos clientes famosos que había atendido minutos antes.

Los teléfonos celulares de todos comenzaron a grabar entre un mar de gritos que estresaron de sobre manera a Kylo. Bastó tan solo un timbre desde su celular para que en menos de 2 minutos entraran dos guardaespaldas al bar y abriéndose paso a empujones, lograran llegar hacia el cantante y lo ayudaran a salir del recinto.

Entre la confusión y los forcejeos, Finn logró colarse a una puerta de servicio que daba a la parte trasera del lugar para tratar de ponerse a salvo de los fans enardecidos. Siguiendo el pasillo, no encontró una puerta de salida a la calle, pero subió por las escaleras que le marcaban la única dirección que podía tomar. Justo al llegar a la planta alta, se topó con la misma chica que los había atendido y después los había sorprendido con su canto.

—¿¡Qué rayos haces aquí!?— se sorprendió Rey de encontrarlo justo en ese lugar.

—Necesitaba huir y llegué sin querer hasta aquí... Soy Finn... Morris.— le tendió la mano a la joven que estaba recargada en la pared evidentemente molesta.

—Sé quien eres.— dijo tratando de restarle importancia. —Tú y tu amigo causaron un revuelto ahí abajo.— estaba molesta por como se habían dado las cosas. Nuevamente fracasaba cuando sentía que era el día triunfante.

—Lamento eso. Nos reconocieron y... bueno, ya viste que paso. Por cierto, tienes excelente voz. Esa versión de I Was Made for Loving You... ¿Tú la arreglaste?— preguntó realmente curioso.

—Sí, empecé a hacer mis covers hace unos años. Después me dedique a escribir mis propios temas pero esa canción sigue siendo mi favorita.

—¡Woow! ¿Y qué haces en un lugar como este? Deberías estar en un estudio grabando.

—Bueno, esa es la idea... Algún día.

—Escucha, sé que sonará algo loco, pero conozco quien podría ayudarte con eso.— le Finn dijo entusiasmado. —Recientemente empecé negociaciones con una nueva casa productora y podría haber alguna propuesta para ti.

Rey no podía creer lo que escuchaba. Se oía demasiado bueno para ser verdad. Sabía que en la industria musical habían muchos lobos disfrazados de ovejas, pero por alguna razón, los ojos de Finn no reflejaban nada más que confianza y un verdadero afán de ayudarla.

—Puedo darte un demo para que les muestres.— Rey contestó lo más calmada posible, aun cuando dentro de ella gritaba de la emoción. Lo condujo al cuarto que ocupaba y rápidamente le dio la memoria con su trabajo guardado en ella. —Vamos, te ayudaré a salir sin que te vean.

Después de todo, probablemente sí iba a cambiar su vida ese día.