Capítulo 3: Conociendo todo.

El día aún era joven, y Frieldritch miraba a su alrededor mientras volaba, estaba sorprendido por lo diversos que eran los comportamientos de los guacamayos, el esperaba que al menos los guacamayos fueran más simples en cuanto a rutinas, todo lo contrario, las rutinas de los guacamayos eran igual de complejas que las humanas, Frieldritch había pensado que encajar sería fácil, pero ahora que veía y procesaba todo, veía que no iba a ser nada fácil, pero el era Frieldritch, el era el agente que la I.G.T temía y lo catalogaba como "La pesadilla Anti-insurgente", el era capaz de hacer todo, no importaba que tan díficil o desesperanzador fuera un desafío o adversidad, Frieldritch nunca retrocedía ante el, y está vez no iba a ser la excepción, de cualquier modo, su comandante en jefe le había dado libertad de hacer lo que quisiera hasta nuevo aviso, si bien a Frieldritch le interesaba más detener a la I.G.T, no podía desobedecer y arriesgar la posible estrategia que su Comandante haya ideado, por lo que él iba a obedecer.

Frieldritch no podía entender aún como estos guacamayos hablaban su mismo idioma, pero eso ya no lo acomplejaba, de hecho, lo agradecía ya que eso iba a hacer posible una mejor comunicación entre el y la tribu.

Y aunque se haya ganado el odio de Eduardo, a él no le importaba mucho, era sólo uno de muchos guacamayos, ¿verdad?...

Que equivocado estaba, resulta que el viejo del cual Frieldritch había ganado el odio, era el líder de la tribu, Frieldritch no podía sentirse más desafortunado, justo al viejo el cual le había caído mal, era el líder.

- ¡¿CUALES ERAN LAS MALDITAS POSIBILIDADES DE QUE JUSTO FUERA EL?!... - gritaba de rabia en su mente, porque gracias a eso ahora el adaptarse y ganarse el cariño de la tribu sería tres veces más díficil de lo previsto, si bien Frieldritch era un gran amante de la dificultad, no le gustaba cuando está ya llegaba a niveles insoportables.

Frieldritch ahora tenía tres objetivos, primero, recopilar la información necesaria de los insurgentes, segundo, caerle bien a la tribu, y por último, arreglar las relaciones entre el y Eduardo, y tras pensarlo, Frieldritch se había dado cuenta de que si fue bastante osado y presumido, pero no era su culpa, el siempre cumplía las expectativas, por esa razón se sintió con el derecho de dar su ayuda.

Justo cuando él iba a volar a otro sitio alguien le detiene.

- Franco... Ahí estás - Habló Eduardo con una mirada que encendió alarmas en Frieldritch, a pesar de que los guacamayos no fueran su fuerte, el entendía fácilmente que esa mirada no significaba nada bueno.

- Ah hola Eduardo, oye, se que iniciamos con el pié izquierdo, por eso te pido disculpas, hace mucho que no veía a los de mi misma especie, ser un ave de un militar te vuelve muy insensible - Frieldritch mintió de una manera muy creíble.

- Ya veo, como sea, tendrás que compensarlo, y aquí tengo el como, te guiaré por el mismo entrenamiento por el cuál Blu pasó, ¿te parece? -

- Por supuesto, no creo que un entrenamiento pueda ser tan malo -

Cuando Eduardo y "Franco" llegaron al lugar de entrenamiento, Frieldritch vió las intenciones de Eduardo, el quería hacerle sufrir para que pagara su insolencia.

- Bien pensado viejo - Dijo para si mismo en su mente.

- Muy bien Franco, veremos que tan espectacular eres - Se mofaba mentalmente Eduardo.

Los dos comenzaron a volar muy rápido y llegaron a un charco de barro, Frieldritch ya sabía por donde iba esto.

- ¡AHORA!, ¡MÉTETE EN EL BARRO! - Eduardo ordenó esperando que a Franco le fuera tan mal como a Blu.

Frieldritch sin vacilar se lanzó de pico hacia el barro y se embarró entero en solo unos pocos segundos y luego se empezó a poner encima muchas plantas, el recordaba perfectamente como camuflarse ya que múltiples veces había estado en misiones debido a las tensiones entre insurgentes y militares en Vietnam, por lo que improvisar de manera rápida un "Traje Ghillie" era algo no muy raro para el, y por lo general utilizaba la misma táctica.

Eduardo no podía estar más sorprendido, la velocidad a la que Frieldritch se embarró fue abrumadora, el no conocía a nadie que pudiera embarrarse en solo dos segundos, y para más sorpresa aún, el ni siquiera le había dicho que se pusiera hojas o plantas, y Frieldritch ya lo había hecho y super velozmente.

- ¡LISTO PARA MAS ORDENES SEÑOR! - Exclamó Frieldritch super serio.

- ¡MUY BIEN!, ¡AHORA ACOMPÁÑAME! - Eduardo ordenó ocultando su sorpresa.

Eduardo y "Franco" llegaban a diversas pruebas y entrenamientos, y Eduardo nunca se había sentido tan asombrado y a la vez humillado.

Abdominales en Rama, el había hecho treinta en el mejor de los casos... "Franco" había hecho cincuenta sin problemas.

Cocodrilos, el siempre lograba escapar casi sin darles oportunidad... Franco les amarró el hocico a todos con una liana.

Ejercicios de Vuelo, Al principio parecía que al fin le superaría en algo, pero resultó que apenas Franco agarró la técnica, volaba como si fuera un Colibrí, siempre pasando por todos lados fugaz y ágilmente.

Abrir nueces de Brasil, el siempre podía sin problema... Franco la abrió con solo apretarla con la garra.

Y finalmente lo puso en una trampa, y está vez el se alejó, si Franco era tan bueno como decía, el se liberaría solo, pero contrario a lo que había pensado, el no se movía, más bien, parecía estar atento a lo que pasaba a su alrededor, Eduardo no podía evitar preguntarse qué estaba haciendo, pero luego vió algo que lo hizo palidecer.

Una pantera apareció de entre los arbustos, en ese momento lo único que pudo sentir fue desesperación, iba a ver como a un novato lo iban a matar en frente de el.

- ¡YA SAL DE AHÍ FRANCO!, ¡SAL DE AHÍ Y VUELA! - Ordenó Eduardo gritando desesperado por estar a punto de ver como un guacamayo era despedazado en frente de el

Pero Franco lo único que hacía era mirar hacia la rama y ver a la pantera con una mirada asesina que hasta a el le dió escalofríos.

De repente Franco tiró la liana hacia abajo, nada pasó, luego la volvió a tirar y nada pasó, Eduardo no entendía que estaba tramando Franco, ¿será que al fin había algo que no pudiera hacer?.

- ¡PANTERA!, ¿¡QUE TAL UNA JAQUECA!? - Exclamó Frieldritch para luego tirar la liana una vez mas.

De repente algo hizo crack, y lo que Eduardo vió lo dejó en shock.

La rama se había partido y cayó secamente en la cabeza de la pantera, la pantera ahí quedó tirada totalmente inconsciente y conmocionada, mientras Franco se ponía al lado de la pantera y le tocaba el cuello, después Franco negó con la cabeza y comenzó a volar lentamente hacia Eduardo con una mirada triste y decepcionado.

Eduardo estaba impresionado, como es que pudo hacer eso, sin importar si le caía mal o no, el tenía que admitir que Franco era tan impresionante como proclamaba ser, nunca había visto a nadie enfrentarse a una pantera así y mucho menos ganar, y aún menos así de fácil.

Pero Eduardo se sentía algo mal, ver la mirada que traía Franco le preocupaba, Eduardo a pesar de que le había caído mal, Franco se tomó el tiempo para pedir disculpas y demostró ser lo que presumía, eso al menos le daba indicios de que Franco era honesto y estaba dispuesto a ayudar en todo lo posible.

- Hey, ¿que ocurre? - Preguntó el serio.

- Esta muerta - Dijo Frieldritch con remordimiento.

- Pero te intentó devorar - Afirmó Eduardo muy sorprendido e incrédulo.

- Pero igual... Solo estaba obedeciendo a su instinto... Y la maté, quizás tenía hijos, una familia a la que alimentar, quizás era la esperanza e ídolo de alguien - Frieldritch reafirmó totalmente triste y decepcionado de si mismo.

- Franco... No pasa nada, quizás cuántas vidas salvaste indirectamente - Declaró Eduardo tratando de animarle ya entendiendo por donde iba el asunto.

- Eduardo, la vida es sagrada, y solo se debe arrebatar si es lo único que queda por hacer... Quería aturdirle, no matarla... -

- Franco, estás en la selva, así son las cosas, o te mueres o matas a alguien más, no puedes cambiar eso -

- Ya lo sé... Odio tener que matar a alguien más, lo odio con toda mi alma -

Al fin Eduardo había encontrado algo en que superaba a Franco, y no importaba como lo pensara, era algo horrible, Franco podía ser fuerte, ágil, e incluso un genio para las trampas, pero Franco era un ser demasiado benevolente, tenía un aprecio ridículamente grande a la vida de el mismo como a la de los demás, era algo difícil de procesar, como un guacamayo que era capaz de combatir cocodrilos iba a tener tales sentimientos de arrepentimiento.

- Franco, el entrenamiento terminó, ahora, tienes que aprender que aquí la supervivencia es difícil, y vas a tener que matar si o si -

- Como si nuestra especie estuviera hecha para matar -

- ¡FRANCO!, Debes ya pensar que hay mucho de lo que debes despegarte, y lo ideal es empezar por esa debilidad que te da ese pensamiento -

- No lo dejaré... Yo ya se lo horrible que puede ser que maten a alguien que amas... Por eso me propuse a no matar a menos que fuera necesario - Frieldritch reclamó... Y solo logró abrir una herida que ya tenía cerrada.

- Franco... ¿Estás?... ¿Llorando? -

- No... Ahora sí me disculpas me iré a limpiar, que dirán los demás si me ven así... - Frieldritch expresó entre un ligero llanto y una voz horriblemente quebrada.

Frieldritch se fue volando a limpiarse, y el sonido que hizo el cráneo de la pantera al romperse resonaba ominosamente en su cabeza, el aún recordaba la tragedia que lo hizo apreciar la vida y no arruinarla...

Flashback...

La casa estaba en llamas, Frieldritch y su familia buscaban una salida, la encontraron pero cuando corrieron hacia ella, aparecieron unos vándalos...

- No... Por favor no - Rogaba Frieldritch a los vándalos.

- ¿No me recuerdas?... ¿Francis Flanders?... Soy yo - Después de eso el Vándalo se saca la máscara.

- No... ¿Randall? -

- Exacto... Tu acabaste con mis amigos... Yo los amaba mucho... Tus agentes y tú con sus armas haciendo ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG!... ¡LOS MATARON A TODOS!... Y ahora, yo te quitaré a quienes amas... -

- ¡NO! -

No importaba que tanto rogara Frieldritch, el Vándalo disparó a su familia... Matándola sin piedad...

- Nos vemos... Agente Flanders... -

- No... No no ¡NO!... - Gritaba desesperado rogando que aquel momento fuera una horrible pesadilla, pero no lo era, su familia ahora estaba muerta.

Fin del Flashback...

Frieldritch sabía muy bien de antemano lo horrible que podía ser la muerte causada por alguien más, por eso el no mataba a menos que fuera estrictamente necesario.

La venganza era como una herida abierta, una vez que se abre, nunca para de sangrar, el sabía perfectamente que matar a alguien es mucho más complejo de lo que parecía, fuera quien fuera, si moría podía traer muchas consecuencias, quizás algunas sean buenas, pero por lo general trae más desgracia que beneficio.

Mientras se limpiaba, el no podía pensar con claridad, ese momento le dejó una marca que iba a perdurar para siempre, y que estaría ahí para recordarle que matar no trae más que desgracia, y que ninguna felicidad puede salir de matar a tus semejantes, pero sobre todo, que matar siempre traía un montón de enormes consecuencias.

Una vez estuvo limpio procedió a usar el mejor método para calmar la pena y tristeza: Respirar y pensar.

El comenzó a relajarse, a recordarse a sí mismo que esa tragedia ya había pasado, ya no había nada por hacer para cambiarlo, no se podía hacer nada para remediarlo, su familia ya estaba muerta, y aunque le doliera aceptarlo, no podía dejar que eso interfiera en sus misiones, y no podía dejar que eso se metiera de manera negativa en su vida actual, antes fué un agente de las fuerzas secretas del gobierno, y tenía familia, pero eso quedó atrás, el ahora era el mejor agente de la C.G.O, y el era galardonado por ser una maravilla en el espionaje, asaltos y rescate, ahora no tenía familia, y no iba a tener otra, no quería tener que volver a preocuparse por alguien más, volver a fallar al proteger a alguien que amaba.

El ya más relajado, fue a la tribu, quería seguir estudiando el comportamiento de los Guacamayos, y adaptarse entre ellos, pero el no planeaba quedarse, el iba a estar ahí hasta que la misión terminara, ya que después volvería a la C.G.O y volvería a ser humano, el no quería quedarse ahí, y no iba a estar ahí por mucho tiempo.


Perla estaba emocionada, Eduardo se había lucido con la sorpresa que le tenía a Blu, ella tenía la esperanza que esa sorpresa le trajera a su Blu de vuelta, a su verdadero Blu, no obstante, ella no tenía que arruinarlo, tenía que ser lo más condescendiente y amable posible, no debía arruinar nada si quería a su Blu de vuelta.

Ya eran las tres de la tarde, la sorpresa funcionaría mejor en la noche, por lo que por el resto del día ella debía complacer a Blu y mantenerse a su lado para evitar hacerlo sentir solo nuevamente, los niños estaban al cuidado de Tía Mimi, porque había una cosa que Perla si o si no era, y eso era ser mala madre, ella siempre estaba atenta a sus pequeños, Blu igualmente, pero con Blu era tanto que no se daba tiempo para si mismo, nunca lo había hecho, eso Perla lo notó no hace mucho tiempo, desde que ella se quejaba por las "Cosas de humano" que Blu tenía, Blu no las había usado más, y no se daba más tiempo para si mismo por esa misma razón, Perla estaba esperanzada en que su sorpresa le diera a Blu las ganas de dedicar tiempo para el mismo.

En eso Perla vió a Eduardo, ella fue volando a saludarle.

- Hola papá - Perla le saludó súper contenta

- Hola Hija - Correspondió el saludo algo preocupado.

- ¿Que ocurre papá? -

- Nada hija... Es solo un pequeño problema que tuve con un guacamayo, era nuevo e igual estaba medio domesticado... Y se sintió mal por matar a una pantera -

- ¿Que?, ¿En serio mató a una pantera?, Estás jugando eso es imposible... -

- Te estoy hablando en serio hija, como sea, el responde al nombre de Franco, y es increíble, le hice pasar por el mismo entrenamiento que pasó Blu por ser un presumido, pero me humilló... Me superó en todo... Y ahora trato de buscarlo -

- Espera... ¿Podrías ser más claro por favor? -

- Se sintió mal porque él cree que todas las vidas son sagradas, y por eso mismo el problema de la Pantera -

- Así que huyó por la "Carga de Conciencia" -

- Eso creo, se le veía súper triste, debo buscarlo -

Justo como si el universo los hubiera escuchado Frieldritch pasó por ahí.

- ¡FRANCO! - Eduardo llamó a Frieldritch.

Frieldritch miró a Eduardo y vió que estaba con una guacamaya, el como la persona educada que era fué a atender el llamado.

- ¿Que ocurre señor? - Frieldritch preguntó con una mirada seria.

- ¿Ya estás mejor? -

- Si... Lamento lo que pasó, es solo que recordé algo que ocurrió hace mucho, pero bueno aquí estoy, ¿Que ocurre? -

- Nada, solo quería saber cómo te encontrabas -

- Gracias por la preocupación, pero lo menos que quiero hacer es preocuparles, yo... Soy de acero y puedo resistir todo lo que se me vengan, así que tranquilo señor, no se preocupe por mí, debería preocuparse más por quienes usted aprecia - Lo último lo dice mirando con claro énfasis a Perla - Además, que solo un guacamayo sin familia muera dudo que sea algo muy malo, así que... No se preocupe. -

- Y ahí vas creyéndote mucho otra vez -

- Usted me mal entiende mucho, solo estoy dando los motivos para que deje de preocuparse por mi, además, no estaré aquí por mucho -

- ¿Ah no? -

- No, solo estoy aquí para ayudar a mi amo a espiar a esos humanos, luego me iré de nuevo con el - Mintió, el no podía decir que después se iba a ir a las instalaciones de la C.G.O para volver a transformarse en humano.

- Ya veo, pues entonces suerte -

- Gracias señor, y le recomendaré algo, preocúpese más por su familia que por otros, usted no sabe cuándo ellos ya no estarán aquí... Yo no supe aprovechar a la mía... Y la perdí... Pero ya no hay nada que hacerle, así que si, de parte de un simple guacamayo que lo ha perdido todo, aproveche a quienes ama mientras los tiene -

- Gracias - Eduardo dijo bastante desconectado pensando en lo que Franco había dicho.

Eduardo sabía lo afortunado que fué al tener de vuelta a su "difunta hija", por lo que pudo ver, Franco lo había perdido todo, eso le llegó, por esa razón se sentía muy bien al saber que aprovechaba bien a su familia.

Frieldritch iba volando mientras miraba a los Guacamayos, aunque él no quisiera quedarse, tenía que admitir que era muy bella la vista, la selva amazónica era preciosa, y aunque fuera peligrosa, para Frieldritch no era un problema, pero el sabía muy bien que su especie original era un ser humano, su pensar era el de un humano.

Frieldritch se sentía ultra ansioso, por un lado quería seguir su misión, pero por el otro quería averiguar más sobre la cultura de los Guacamayos, pero su principal preocupación era encariñarse demasiado de la vida de los Guacamayos y que fuera más difícil dejarla, y aunque su plan fuera terminar la misión, debía esperar órdenes de su comandante, ya pasó una vez que Frieldritch había actuado por adelantado y había echado todo a perder, el todavía recordaba esa misión como la peor de su vida.

Sin embargo, el no se había dado un respiro de su trabajo o entrenamiento hace mucho tiempo, así que decidió tomar esta oportunidad como un inusual descanso, por lo que finalmente decidió de una vez por todas y sin despistarse a explorar la cultura.

El comenzó a volar en busca del guacamayo que lo había encontrado, el guacamayo llamado Blu lo había recibido bien y no le parecería extraño que le pidiera ayuda para adaptarse.


En la C.G.O

El comandante a cargo de Frieldritch había visto detalles cruciales para la misión, ya tenía la ubicación de al menos tres campamentos más, y el mapa decía que habían veintidós, esto iba a ser más difícil de lo planeado, también notaron que efectivamente la I.G.T estaba metida en este asunto, y no solo eso, si no que ya se estaban dando una idea de lo que planeaban, aparte de querer usar el Amazonas para chantajear, probablemente lo hacían para entregar libertad para transportar mercancía ilícita por medios marítimos, y aunque sonara descabellado, eso podría beneficiar enormemente a la I.G.T y a los involucrados, si Frieldritch lograba obtener toda la información en un plazo en el mejor de los casos de dos meses, tendrían cuatro meses para planear como neutralizar a la amenaza, y dos meses más para ejecutar el plan.

como ya estaba claro que la I.G.T estaba metida en esto, es algo seguro que si se da un paso en falso, todo se acabó, lo más probable sería que la I.G.T y los otros grupos destruyan el Amazonas sin siquiera dar oportunidad de negociar, tal y como ocurrió con las torres gemelas.

Si los cálculos del comandante no fallaban, el ataque en el mejor de los casos podría ser lanzado en solo tres o cuatro meses si se pensaba rápido, y en el peor de los casos tomaría todo el tiempo disponible, cuando los grupos y la I.G.T estuvieran totalmente armados y equipados con todo.

El comandante sabía muy bien como ejecutar planes en territorio selvático, y la mejor estrategia que se le ocurría para enviar a Frieldritch a espiar sería equiparle un gadget para que grabara todo en tiempo real y así no le tomara tanto tiempo fotografiar todo, además eso daría mayores ventajas para observar todo a detalle, al ser un guacamayo el podría volar por el campamento e ir grabando todo.

Decidido, iba a implementar eso y pensar en como entregarle el nuevo gadget sin ser detectados por los menos potentes pero igualmente efectivos radares de la I.G.T, ese era el mayor problema, además, no tenían algún gadget de portación oculta que permitiera una grabación discreta desde un guacamayo, por lo que junto con el desarrollo y la planeación de como entregar el gadget a Frieldritch, este tendría desde dos a cuatro semanas de relajo, lejos de pensar lo obvio, el comandante sabía que más que un relajo eso sería una tortura para Frieldritch, tener que convivir con los animales y tener que suspender por un periodo la misión principal eran las cosas que Frieldritch odiaba más, y era aún peor si tenía que convivir con animales siendo el un animal.


Frieldritch estaba charlando con Blu, y este había accedido a enseñarle unas cuantas cosas de la tribu que había aprendido, lo que mas había sorprendido a Frieldritch cuando conoció a Blu, fue que el si era un domesticado, y que al igual que el, todavía no se había adaptado del todo, pero ya iba por buen camino, Frieldritch sintió un alivio al saber que al menos un guacamayo iba a entender sus "Cosas Humanas", por lo que con mucho gusto aceptó.

- Bien Franco, creo que ahora puedo enseñarte un poco el lugar, pero no va a ser mucho porque... Ya sabes... Niños en casa - Aseguró Blu amablemente.

- No, tu tranquilo, se que los niños son mucha responsabilidad - Comprendió igual de manera amable.

- Gracias por entender Franco, y dime algo, ¿cómo se llama tu humano? - Blu preguntó recordando que Franco también era un domesticado.

- Francis... Francis Flanders, es un militar activo, ¿y el tuyo? - Frieldritch preguntó de vuelta.

- Linda, mi humana se llama Linda, ella me cuidó muy bien por muchos años... Luego tuve que venir a rio con ella, ahí fue cuando conocí a Perla, y luego me vine a la selva... Y... Te diré algo... No me siento bien aquí -

Esa declaración agarró por sorpresa a Frieldritch, no entendía el motivo de su descontento.

- Hey, ¿y eso por que? -

- Lo que pasa es simple... Yo... Cambié demasiado por mi familia y por Perla, pero sigo sin dejar de sentirme excluido, Perla ya no pasa casi nada de tiempo conmigo, y los niños prefieren a Roberto, honestamente... Me siento muy solo -

Esa afirmación le dejó en claro lo que tenía que hacer.

- Escucha, te diré lo que tienes que hacer, si te sientes solo... Quéjate, no permitas que te dejen tirado así como así, debes hacer notar tus necesidades, después de todo eres un ser vivo, y en cuanto a haber cambiado mucho, pues eso es ser un tonto de primera, si, esta bien cambiar por tu familia, ¿pero abandonar completamente tu forma de ser por completo para tu familia?, que ridiculez... Tu familia y aquellos que dicen amarte, te tienen que aceptar tal y como eres, y si no les gusta, pues que no te importe, ya cambiaste demasiado, pero eso fue lo mas estúpido que pudiste hacer... Debido a que ya perdiste tu escencia, pero puedes volver a tus habitos humanos, no hay nada de malo con tener tus gustos y entretenciones, porque como ya dije, eres un ser vivo, y tienes necesidades, no puedes ser perfecto, nadie puede... Ni siquiera yo -

- Ya veo, osea... Que fuí, ¿un tonto? - Blu preguntó algo ofendido.

- Y uno de primera, porque el único que se estaba haciendo sentir mal eras tu, porque no aceptabas y aceptas como eres, o como eras, y eso obviamente te hace sentir mal, te sientes una vergüenza, una decepción para tu familia, así que desde ahora en adelante, comienza a hablar, a dejar en claro lo que te molesta... Con respeto claro... Y comienza a darte de vez en cuando un poco de tiempo para ti mismo, no puedes amar a otros si no te amas a ti mismo -

- Y tu si que te amas - Blu respondió a modo de burla, pero por mas que intentara provocar a alguien, el no era esa clase de persona, y también parecía que Franco no notaba su tono ofensivo.

- ¿Perdón?, es obvio, soy increíble, soy casi perfecto, ¿y sabes por qué?, porque yo se cuales son mis limitaciones, yo se que es lo que mejor se me da, y por eso soy felíz, y la felicidad promueve un mejor desarrollo personal, además, si te aceptas como eres, puedes ver qué personas te quieren de verdad e identificar a los posibles falsos traidores -

A Blu algo le hizo Click en la cabeza, el no podía creer que fuera así de fácil, pero conforme lo pensaba, lo que le dijo Frieldritch cobraba cada vez más sentido, y si Perla se quejaba, pues mala suerte, Blu también tenía mucho de que quejarse, pero nunca lo hacía, por lo que si a Perla le molestaba que el disfrutará de lo suyo, mala suerte, el iba a ser una persona nueva, pero iba a conservar sus "Rasgos especiales", si era nerd, iba a ser nerd, ¿Le gustaba convivir con humanos?, Mala suerte, era su vida y el podía disfrutar lo que quisiera.

- ¿Sabes que?, Tienes razón, he sido un completo estúpido, gracias Franco, jamás creí que hablar un rato contigo me iba a servir tanto, tu familia debió de ser afortunada al tener a un padre y esposo tan sabio, claro, si es que tuviste -

Frieldritch en ese momento sintió como su corazón latía más fuerte y rápido, no podía dejarle saber a medio mundo su pasado, ya cometió el error de ser sentimental en frente de Eduardo, aunque eso probablemente haya ayudado a mejorar las relaciones entre el y Eduardo, por ese lado lo aceptaba, pero con Blu no tenía problemas, por lo que no era necesario dar un motivo para simpatizarle.

- Si es que aún estuviera viva, pero bueno, ahí te dejo para que veas a tus chiquitines, puedes ayudarme en otro momento cuando no estés tan ocupado -

- Oh... Lo lamento Frieldritch -

- Tranquilo, ya ni recuerdo lo que pasó realmente -

- Ok, ok, está bien, iré a pasar tiempo con mis chiquitines -

- Muy bien, ahora arregla tu vida, se cómo te gusta ser y no cambies si eso le gusta a tu familia, cambia si es que el cambio les servirá, nada más -

- ¡GRACIAS FRANCO! - Blu agradeció fuertemente ya algo lejos al estar yéndose volando.

- Ve pequeño pájaro... Aprovéchalos bien... - Le dijo a Blu monologando.

Después de esa charla, Frieldritch decidió seguir aprendiendo por su cuenta, como Blu ya no era opción por ahora, tenía que ir anotando la cultura y costumbre de los Spix.

El mientras iba volando notaba ciertos patrones que le daban indicios de una posible rutina, al haber puesto atención anotó en su libreta:

Guacamayos Spix, se levantan, buscan desayuno, hacen algo a elección, si tienen familia están con ella, luego buscan almuerzo, aquí ayudan con cosas de la tribu, se ven indicios de popularidad entre las niñeras y niñeros, parece ser que aquí la gente si disfruta la vida, cosas que no entenderé al ser humano, luego buscan la cena y finalmente se duermen temprano la mayoría.

Frieldritch ya comenzaba a entender algo la rutina de los Spix, el por qué era muy similar a la humana era un completo misterio, pero el decidió dejarlo así, que la rutina Spix era así porque sí.

En ese momento a él se le ocurrió una gran idea, como el no tenía familia y tampoco quería una, se le ocurrió ayudar con entregas a domicilio por decirlo de una forma, como el tenía un excelente sentido de orientación y rastreo podía entregar lo que fuera a cualquiera, a cambio el pediría información de cómo comportarse en la tribu, que podía salir mal.

Antes de hacerlo, el comenzó a volar y escribir un mapeado verbal simple de la zona, conforme fuera entregando lo iría llenando de información acerca de dónde vivían tales Guacamayos o donde frecuentaban para optimizar de la mejor manera el servicio.

Después de un rato el ya tenía todo su mapeado listo, y tenía la descripción de cada sitio, el era perfecto para describir sitios debido a su trabajo de Agente secreto de la C.G.O, con esa información el sería capaz de ir a cualquier sitio sin mucho esfuerzo, pero para alguien que no sabía leer mapeados verbales, probablemente sería una misión imposible.

Ya tenía todo para iniciar su servicios, pero faltaba un importantísimo detalle...

Clientes.

Si no tenía clientes el servicio no servía de absolutamente nada.

Por esa razón empezó a volar y preguntar a la gente si necesitaba entregar algo a alguien, pero nada.

Pasó un buen rato y nadie tenía nada por entregar, Frieldritch no se iba a rendir, el sabía muy bien y tenía múltiples experiencias que confirmaban que aquel que persevera lo consigue, y así fué.

Después de mucho tiempo de ir preguntando, finalmente alguien tenía que entregar algo, era una señora que estaba paseando con su esposo.

- ¿Y bien?, ¿que necesita que entregue señorita?... Ahm... ¿Cuál es su nombre? -

- Betsy, Señora Betsy, y Esto, necesito que le lleves estas nueces de Brasil a la niñera que está cuidando a mis niños - Dijo para después darle unas cuatro nueces de Brasil.

- Bien, ¿podría decirme las características de su niñera? - Pidió mientras sacaba una libreta

- Se llama Sandra, es alta, algo gordita, tiene ojos verdes, plumas azul algo celestes -

Frieldritch comenzó a dibujar de manera rápida en su libreta.

- ¿Es algo así? - Preguntó mientras le mostraba un simple pero detallado "retrato hablado".

- Oh vaya si es ella, veo que los domesticados si tienen talentos únicos - La señora Betsy comentó de manera inocente.

- Bien señora, por último, ¿tiene alguna idea de dónde está? -

- Se supone que está en la gran secuoya, ahí viven muchas aves -

- Se dónde queda eso, muy bien, ahora voy a entregar estás nueces -

Apenas terminó de hablar, Frieldritch salió volando a una velocidad que dejó sorprendido al matrimonio que estaba paseando.

Tras haber volado unos pocos minutos, Frieldritch ya estaba en la secuoya, y vió al "Objetivo", se acercó y llamó:

- ¿Señora Sandra? -

La Guacamaya miró al guacamayo que la había llamado.

- ¿Es usted señora Sandra?

- Si, ¿por qué? - Preguntó con algo de desconfianza.

- La señora Betsy me pidió que le entregara esto para sus pequeños - Declara Frieldritch mientras le da unas cuatro nueces de Brasil.

- Ay Gracias, ya no tendré que ir yo dejando solo a estos traviesos - Agradeció mientras mostraba a unos cuatro chiquitines jugando locamente.

- Que lindos, ¿Le abro las nueces? -

- Por favor -

Frieldritch apretó las nueces y las abrió muy fácilmente, luego le entregó las nueces peladas a la señora Sandra.

- Que fuerte -

- Gracias, ahora debo irme señora -

- Que tenga un buen día -

Frieldritch no pudo explicar por qué, pero estaba contento, hace mucho que nadie le agradecía algo, y ver qué alguien le agradecía cosas así de simples le llenaban su vacío corazón.

Después de haber buscado un pequeño rato, finalmente encontró a la Señora Betsy, tenía que cobrar su paga.

- Ahí estás joven -

- Bien señora Betsy, su pedido fué entregado -

- Tenga amable joven - Dijo Betsy mientras le daba un pequeño mango petacón.

- Ay no señora, quédeselo usted para sus pequeños cuando los recoja, lo único que quiero como paga es información, no sé si lo sabe pero soy nuevo aquí, lo que si me serviría sería información acerca de como vivir aquí -

- Oh ya veo, bien, ¿Qué quieres saber? -

- Pues, ¿hay reglas? -

- Las que todo el mundo conoce, no robar, no ser mala persona, las reglas que toda ave conoce -

- Oh... ¿eso es todo? -

- Si es todo -

- Ok... Muchas gracias señora Betsy -

- Adiós -

Frieldritch quedó aún más impactado, resulta que las aves al igual que los humanos tenían un código moral, lejos de estar sorprendido ahora estaba totalmente abrumado, esto le hacía preguntarse que tanto sentían los demás animales, si acaso ellos han tratado de hablar con el, o siquiera pueden entenderle, o si alguna vez ellos le habría dicho algo importante que debido a la obvia incapacidad de comunicación el hubiera pasado por alto.

Lo bueno que el podía rescatar era que con la muy inquietante similitud entre reglas, era que no tendría que cambiar mucho su comportamiento, podía ser aceptado con su moral humana.

Frieldritch siguió buscando aves a las que pudiera ofrecer su servicio de entregas, y esta vez le fue mejor que la vez anterior, algunos no tenían nada para entregar o no confiaban en el, pero algunos si aceptaban, a cambio solo le decían detalles relevantes para adaptarse a la tribu, paseó por todo el territorio Spix, y fue actualizando su mapeado verbal conforme entregaba las cosas que le encargaban.

Como efecto directo de su pequeño servicio, Frieldritch iba aprendiendo mucho, como por ejemplo que cada año se hacía un pequeño carnaval con baile y juegos para toda la tribu, eso el no lo sabía, y solo le perturbaba cada vez mas lo similares que eran aves y humanos, aunque no era de extrañarse tanto, Frieldritch sabía a la perfección que las criaturas con conciencia e inteligencia elevada tenían un mismo comportamiento común, el cual era tener entretenimientos complejo, lejos de los delfines, chimpances o cuervos, el no conocía alguna otra criatura que lo tuviera, pero vaya, resulta que las aves en general también podían, y estos eran mucho mas complejos de lo que el pudo haber imaginado.

Mientras hacía sus entregas, Frieldritch reflexionó acerca de los sentimientos de Blu, y le llegó un hecho que relacionaba a aves y humanos aun mas:

Las aves sufren si están solas, al menos los guacamayos, y eso le daba una interrogante.

¿Acaso los guacamayos habían evolucionado de manera similar a los humanos?, ¿Era acaso la soledad tan mala y dañina como lo era para los humanos?, eso le comenzaba a maquinar en la cabeza, y le rompía los sesos por tantas revelaciones que había obtenido en esta misión.

Después de un buen rato de haber hecho entregas y haber conseguido bastante información, Frieldritch ya comenzaba a sentirse hambriento, si bien era cierto que el podía pasar días sin comer sin rechistar, no debía arriesgarse a no comer y que justo le dieran la orden, Frieldritch sabía perfectamente que se debía evitar a toda costa comer y de inmediato saltar a la acción, eso por lo general terminaba mal, lejos de producir vómitos, esto también podía conllevar a la fatiga acelerada y si se abusaba de uno mismo, daños serios al sistema digestivo como úlceras o gastritis.

El estaba algo inseguro, no sabía exactamente la dieta de los guacamayos Spix, el no quería consumir algo que para los humanos fuera inofensivos pero mortal para los guacamayos.

Buscó por un rato y encontró un mango petacón, el no sabía si comerlo, era lo único que el sabía que era bueno para los Guacamayos, pero el odiaba el mango, siempre que comía, o al menos intentaba mejor dicho, siempre terminaba con arcadas o incluso terminaba vomitando.

Pero como no quería arriesgarse, decidió probarlo al menos, y enorme sorpresa se llevó cuando sintió que el sabor era alucinante, a él nunca le había gustado el mango, ¿como era posible que ahora siendo un guacamayo le hubiera encantado?, El no sabía, pero decidió dejar de lado esa incógnita y disfrutar su delicioso almuerzo.


Ya en la noche...

Perla estaba súper emocionada y a la vez ansiosa, no sabía si la sorpresa que le tenía a Blu serviría para compensar todo lo que hizo, ella realmente quería enmendar las cosas, lo que ella menos quería era hacer sentir mal a Blu, y fue lo que mejor hizo cuando llegaron, ella esperaba que esta noche fuera perfecta, esperaba que esta noche fuera la que permitiera volver a estrechar lazos con su esposo, puede que Blu no sea la mejor ave salvaje, pero si era el mejor esposo y padre en el mundo, y eso nadie lo podía negar.

Blu no entendía que hacían ahí en un sitio tan bello, las hojas de color morado y verde daban un ambiente único y muy romántico, junto con el agua hacía que ese ambiente romántico se potenciará enormemente, sabía que su Perla le tenía una sorpresa, pero no hacía falta, si bien Perla le dejó muy de lado, no era algo para exagerar, el no entendía por qué su esposa trataba de arreglar algo así de simple.

- ¿Oye amor? - Perla llamó la atención de su esposo.

- ¿Si mi preciosa? -

- ¿No estás enojado? -

- ¿Por qué debería de estarlo?, Al fin tenemos un momento para nosotros, porque tú misma admitiste que me dejaste muy solo -

- Si... Y de verdad lo lamento mucho, no creí que eso te afectaría tanto -

- Tu tranquila Perla, todo está bien -

- Gracias Blu, eres tan bueno, no sé cómo te pude dejar tan solo... -

- Era porque estabas emocionada Perla, te entiendo -

- ¿Por qué estás tan diferente? -

- Ah nada... Tenía pensado ser como Roberto para que al fin no fuera una vergüenza para ustedes, pero alguien me hizo ver lo equivocado que estaba -

- ¿Ah sí?, ¿Y se puede saber quién es ese alguien? -

- Es un guacamayo, se llama Franco, tu padre y yo lo encontramos el otro día, y fue el mismo que hoy hace unas horas me hizo ver lo tonto que fuí -

- ¿Tonto? - Perla preguntó algo molesta, si había algo que ella odiaba era que insultaran o degradaran a Blu, si no se lo soportó ni a su padre, menos lo iba a hacer con un desconocido.

- Si... Me hizo darme cuenta de que el tonto era yo, porque era yo quién no se aceptaba como era, y yo era el único que se estaba lastimando a sí mismo y no hacía ver lo que me molestaba -

- Oh vaya... Osea, ¿te dijo que fuiste tonto por no aceptarte como eras? -

- Si, pero tenía razón, nunca me quejé o algo para recibir algo de atención o cariño de tu parte, solo dejé que las cosas pasaran - Afirmó Blu en completa serenidad, no iba a delatar a Rafael, quien le había dicho que "esposa felíz, vida felíz", siendo que en realidad era "Estar felíz y compartir es hacer a los demás felices".

- Blu, la tonta fuí yo, fuí yo quien te dejó de lado siendo que tú eres mi esposo, tú eres el amor de mi vida y por eso junto a los niños eres mi prioridad, y te dejé muy tirado cuando llegamos -

- Está bien Perla, cree lo que quieras, pero yo te digo que la culpa es mía por ser tan imbécil para no poner atención a mis necesidades -

- Blu... (Suspira)Uhhh'... Mejor no sigamos hablando de ese tema, porque lo último que quiero hacer es pelear contigo -

- Está bien Perla, mejor sigamos con esta noche -

Perla estaba bastante rota por dentro, el tan bello ambiente romántico se había pulverizado por la tensión entre ellos dos, Perla en ese momento supo que la noche no iba a salir como la había planeado, y que no sería tan efectiva como ella pensaba, por un lado Blu tenía razón en que fue un completo idiota al no aceptarse como el era, porque era justamente como el era el motivo por el que Perla lo amaba tanto, y ella no podría soportar ver cómo Blu se sacrifica tanto por ella, por su familia, era el padre y esposo de una familia, y eso conllevaba sacrificios, pero no tantos como los que hacía Blu, por esa razón a pesar de lo que ocurrió hace poco, ella iba a tratar de hacer la noche lo mejor posible.

Tras haber conversado un rato no muy animados por la tensión, Perla decide aliviarla con cosas para hacer que Blu se desahogara.

- ¿Blu? -

- ¿Que ocurre ahora amor? -

- ¿Que pasó con eso de no ir a Río? -

- Nunca he dicho nada de no ir a Río, ¿Por qué?, ¿No quieres ir? -

- No no es eso, es solo que hablaste dormido, y decías que no íbamos a ir -

- Oh... Originalmente si quería que no fuéramos a Río, porque como sé, odias la ciudad, por esa razón quería cancelar el viaje -

- Y ahí estás otra vez sacrificando cosas por mí -

- Uy Perla, si tanto te molesta que haga sacrificios por ustedes entonces después no se quejen si no les gusta lo que a mí me gusta, yo estoy dispuesto a dejar toda la domesticación atrás por ustedes, y a ustedes les molesta, todas las malditas cosas que hago les molesta -

- Blu... Dime si alguna vez te he pedido que dejes de ser tu, ¿lo he hecho? -

- Si lo has hecho, cuando me dices (La remeda de manera molesta) Piensas mucho en Linda' o 'Somos aves no humanos, ¿podrías soltar eso al menos un minuto?' o también 'Deberías dejar de pensar en ti mismo y pensar en nosotros' - Argumentó Blu molesto.

Perla sintió ese argumento como un golpe bajo porque todo eso era verdad, Blu se estaba quejando, y no lo hacía por quejarse solamente, tenía todos los motivos, pero Perla estaba molesta, el había organizado junto a su padre una sorpresa y el la arruinaba así.

- Pues quise arreglar las cosas con esta noche que íbamos a tener, y tú lo arruinas porque se te ocurre discutir justo ahora -

- La que me insistió que fue ella la culpable fuiste tú, odio cuando me insistes para echarte la culpa en algo Perla -

- Pues yo odio cuando haces algún cambio en tu forma de ser sin que te lo hayamos pedido -

- ¡YA!, Mejor paremos antes de que digamos cosas que no queremos decir -

- ¡POR MI BIEN! -

La noche se había arruinado completamente, Perla y Blu tuvieron su primera discusión matrimonial, ambos estaban muy mal emocionalmente, a los dos les dolía discutir, pero según Rafael eso era sano, pero cuando está iniciaba por un desacuerdo acerca de quién era el culpable en algo no tenía nada de sano, ya que eso siempre terminaba en pelea.

Después de tal discusión Blu fue a buscar la cena mientras Perla iba a buscar a sus pequeños del cuidado de la Tía Mimi, ellos podían estar tan enojados como quisieran, pero ellos eran concientes de que pelear en frente de los niños sería algo obviamente malo, muy malo.

Perla llegó al nido con sus pequeñuelos, mientras que Blu llegó con unos cuantos mangos y nueces de Brasil para cenar, si bien los niños no notaron nada malo a simple vista, ellos podían sentir una tensión entre mamá y papá, y aunque fueran niños ellos no eran para nada estúpidos, y podían darse cuenta de que algo no iba bien.

- ¿Mamá?, ¿Papá? - Carla llamó.

- ¿Que ocurre hija? - ambos dijeron al unísono.

- ¿Por qué están tan tensos? -

- Ah nada hija, no es nada, hoy no fue el mejor día -

- Oh... Ok mamá... - Carla aceptó no muy convencida.

Una vez todos terminaron su cena, Perla mandó a dormir a los niños, hoy no quería hacer nada más que dormir, está había Sido probablemente una de las peores noches que jamás hubiera tenido.

Se acostó al lado de Blu, pero no hicieron nada más que dormir, ni siquiera un abrazo de parte de ninguno, se podía claramente sentir la tensión de la pelea en el aire.

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Parece que las cosas no están yendo del todo bien para nuestra pareja favorita, bueno, ya saben, comenten, dejen sus críticas o reseñas, ahora sí con el vocabulario:

1- Traje Ghillie: Traje hecho a base de algún elemento abundante en el ambiente para propósito de camuflaje, pueden estar hechos con tela de arpillera o hechos de manera rudimentaria como lo hizo Frieldritch.

2- Carga de Conciencia: Sentimiento intenso de culpa cuando uno cree haber hecho algo muy malo, se presenta por lo general con gente que mata por accidente.