NO EDITADO

229.11.23

A lo largo de los años que sucedieron a la Llamarada se volvió cada vez más difícil para Ladena convencer a su exesposo de que no era lo mejor para su hija vivir en el cuartel de CRUEL. La mayoría de las familias de miembros de la organización se hallaban en el cuartal general donde se preparaban las pruebas, ya que estaban los mejores profesores y médicos para los niños, y además el lugar estaba bastante bien protegido contra los Cranks. A pesar de que la mayoría de los pequeños eran inmunes, los adultos no lo eran y aunque con el paso de los años los jóvenes terminaron teniendo roles de gran importancia en la creación de las pruebas, ciertamente aun eran necesarios los mayores para llevarlas a cabo .

Randall quería lo mejor para Hayleen y eso en su cabeza significaba los lujos que CRUEL tenía para ofrecer. Además, su padre no veía con buenos ojos que su competencia tuviera su familia con ellos y él no, ¿qué pensarían los demás de ellos? Claramente la respuesta no iba a ser que eran la familia perfecta y eso lo ponía de un humor terrible. Por esta razón, una y otra vez intentaba manipular a su madre para conseguir lo que tanto deseaba, sin éxito. No es que Ladena no viera los beneficios de vivir en ese lugar, pero consideraba que era peor el riesgo de que Lyn se encuentre con alguno de esos monstruos al estar constantemente cerca. Así que no importa cuánto Randall lo intentó nunca logró convencerla y no queriendo quedar como el malo siempre terminaba cediendo.

Por supuesto su padre no estaba al tanto de los verdaderos motivos por los que su hija jamás viviría en ese lugar. Él creía firmemente que su madre estaba en contra de CRUEL porque le recordaba su fracaso en la votación de la propagación del virus y no quería tener contacto con las personas que han estado en el Consejo. De hecho, fundamentaba su hipótesis que Ladena hasta se había negado a realizar el estudio de inmunidad de su hija en los prestigiosos laboratorios de CRUEL y le había solicitado a su amiga la Dra. Alessa que los ejecute, poco sabía él que los resultados enviados a él por la madre de su hija fueron falsificados. Esa era la razón por la que Randall vivió creyendo que su hija podía contraer la Llamarada en cualquier momento y que no era realmente necesario que esté con los inmunes que CRUEL hallaba. A pesar de todo, el padre de Hayleen era más que influyente y fue capaz de conseguirle clases privadas virtuales con los profesores de CRUEL. Con lo brillante que era su hija la única razón por la que la organización no la forzó a participar como a otros fue por quienes eran sus padres.

En los últimos meses su padre había cambiado la estrategia, temporalmente eso era seguro. Randall quería llevar a su hija por lo menos una vez al lugar donde vivía y hacerle un recorrido. A pesar de que Ladena y Hayleen se habían negado mil veces, finalmente no les quedó de otra que aceptar, pues uno de los exámenes más importantes Lyn tenía que rendirlo presencialmente en la organización y no encontraron excusa para salvarse de esa situación sin llamar más la atención. Para tranquilidad de Ladena la visita al cuartel era el mismo día que iniciaban las Pruebas del Laberinto, por lo que tres de los psicópatas ya no serían un problema. Eso les había quedado claro porque Randall solía contarle a su hija acerca de esos cuatro niños tan inteligentes y había mencionado que Newt, Minho y Gally serían parte del grupo que entraría primero al laberinto.

-Ten mucho cuidado cariño-le susurró Ladena a su hija mientras la abrazaba fuertemente con lágrimas en los ojos.

-No te preocupes mamá. Rendiré el examen, papá me va a dar un recorrido rápido por lo que él considere más importante y luego volveré a casa contigo. Ya sabes que no podrá presentarme a nadie de suma importancia, estarán todos ocupados con el inicio de las pruebas. Papá ya repitió varias veces lo decepcionado que está de no poder presentarme a "esos niños tan importantes", Thomas estará muy ocupado con las pruebas y no podré conocerlo. Lo peor que puede pasar es que tenga que volver a escuchar los elogios de mi padre a su inteligencia y las notas que ellos obtuvieron-trató de calmar a su madre con una sonrisa.

Ladena se rió, ciertamente eso último sonaba como algo que su exmarido terminaría haciendo.

-Seguro que también agregará lo orgulloso que está de ti por obtener puntajes tan altos como los de ellos y por lo inteligente y buena que eres-le contestó burlándose de Randall, era algo que en los trece años de Lyn nunca había podido evitar hacer.

-Sabes tan bien como yo que lo de buena persona solo lo mencionas tú. Si él lo hace es porque forma parte de un discurso pre planeado, en el que sabe que lo correcto es decir eso. Su libro de autoayuda se lo dijo-bufó Hayleen poniendo los ojos en blanco-. No me extrañes mucho.

-No lo haré-le contestó su madre burlona-. Te ira bien, como siempre. No te pongas nerviosa.

Un par de horas después Lyn ya había rendido el examen, era la única que tenía que hacerlo, ya que la mayoría los había tenido antes del comienzo de las pruebas. Su padre había comenzado a mostrarle el cuartel, empezando por su cuarto y su oficina, pero finalmente había tenido que dejar el recorrido a cargo de una pobre doctora que se cruzó justo en su camino para poder participar en una reunión importante que se había adelantado. Por supuesto que la mujer había intentado protestar, se notaba que también estaba muy ocupada y apurada así que Lyn rápidamente le había asegurado que realmente no era necesario que le muestre nada más y que podía acompañarla a donde necesite ir. Ante esta respuesta los ojos de la señora parecieron iluminarse y comenzó a arrastrarla de la mano por el pasillo.

-Me llamo Gabriella, puedes decirme Gabby-le informó con una entusiasta sonrisa-. No sé si tu padre te habló de mi pero somos amigos-ante esto Hayleen no pudo evitar rodar los ojos en su cabeza, hace mucho había aprendido que lo que su padre llamaba amigos solo eran en realidad compañeros de trabajo-. Estaba administrando las drogas necesarias para sedar a los niños que ingresan hoy a las pruebas. Seguro tu padre te mencionó que sus recuerdos serán borrados-dijo Gabby como si fuera de lo más emocionante-, así que les damos vía intravenosa un sedante que entra en acción una hora después para que tengan ese tiempo de despedida con la persona que son ahora antes de que les borremos la memoria.

Eso sonaba horrible, sea por donde sea que se lo escuche. El papá de Lyn había mencionado que no recordarían nada y que los que ingresarían hoy serían una mezcla de niños con marcas y sin marcas, los cuales habían obtenido tatuajes en forma de triángulo negro en los bíceps o en la espalda (sin duda otra estúpida variable), pero no había dicho nada acerca de "la hora de encontrarse con uno mismo" (bastante psicológico sin duda).

-Puedo esperar aquí si necesitas continuar con eso. Sé que están bastante alborotados con el comienzo de las pruebas, no quiero ser un problema-le contestó tratando de ocultar lo mucho que despreciaba lo que hacían en este horrible lugar.

-Oh, no te preocupes querida. No eres ningún inconveniente. De hecho, ya terminaba. Tengo que administrarle la droga solo a uno más y después tengo una hora libre antes de venir a recogerlos-el brillo había vuelto a los ojos de la doctora, ciertamente parecía que estaba planeando algo-. Randall mencionó varias veces lo decepcionado que estaba de que su perfecta hija no pudiese conocer a ninguno de nuestros niños estrella. Justo tengo que administrarle el sedante a uno de ellos así que pensé que podría dejarte durante esa hora para que se conozcan-para este punto la sonrisa maniaca estaba de regreso.

Hayleen estaba horrorizada, no podía creer lo que estaba sucediendo y como terminó metida en semejante catástrofe. Trató de protestar pero la señora no parecía querer escuchar nada de lo que decía, malinterpretando todo porque, ¿quién no querría conocer a personas tan importantes? Ciertamente no una niña que vivía con su madre sin contacto con las cosas emocionantes que sucedían en CRUEL.

-Será un secreto entre nosotras hermosa, se supone que el niño debería estar a solas esta hora-dijo guiñándole un ojo.

Antes de que pudiera encontrar la forma de soltarse y salir de esa situación la doctora abrió una puerta y la arrastró adentro con ella. La habitación era igual de grande y lujosa que la de su padre, y gritaba por todos lados que la persona en ese cuarto era uno de los privilegiados del cuartel. El niño que la habitaba las miró en el momento que entraron, probablemente esperando que aparezca la doctora con la droga que le iban a administrar. Lo cierto es que no parecía un niño que estaba por cumplir los catorce años, su cuerpo no lo era y no tenía la cara de bebé que tantos aún tenían a esa edad. Esto no fue realmente una sorpresa para Hayleen, estaba segura de que sus otras almas gemelas eran iguales, ciertamente ella lo era. Era algo común para Lyn observarse en el espejo y odiar su propio cuerpo, le recordaba su destino y para que estaba hecho. No es que las marcas en su piel la dejaran olvidarlo, pero igualmente su cuerpo hacía un buen papel recordándole que no era normal como las otras niñas y que su cuerpo ya era el de una mujer y su cara no era nada aniñada. De hecho, ella estaba convencida de que su cuerpo no iba a cambiar mucho más, ya se había desarrollado por completo a diferencia de otras chicas de trece años.

Realmente parecieron horas en su cabeza mientras analizaba la situación en la que se había metido y buscaba posibles soluciones, pero solo fueron pocos segundos. Puede ser que esté en presencia de una de sus almas gemelas pero eso no significaba que algo tuviese que suceder. Nunca había estado tan cerca de uno de ellos así que no sabía cómo se sentiría el vínculo que los unía. Decidió que lo mejor que podía hacer es tratar de no llamar demasiado su atención y negar todo si él mencionaba algo. Estaba convencida de que sentirían atracción el uno por el otro pero así como ella no sabía lo que se sentía estar frente a su alma gemela, el chico tampoco lo sabría y podía intentar convencerlo de que era solo que finalmente le parecía sexy una chica.

-Gally ya es la hora. Espero que no te moleste pero traje a la hija de Randall y Ladena Lichliter conmigo. Su padre le estaba mostrando las instalaciones pero tuvo que ir de urgencia a una reunión y pensé que podrían aprovechar esta hora para conocerse, ya que Randall había mencionado continuamente lo decepcionado que estaba de que ninguno de ustedes la conozca-le explicó emocionada la doctora-. Bueno los dejo para que hablen, seguro tienen mucho en común. Volveré en una hora para llevarte a las pruebas, señor Paige.

-¡Espere!-trató Lyn de frenarla porque finalmente había reaccionado en pánico sabiendo que no quería quedarse una hora con ese chico enorme sola.

Por supuesto ya era tarde y cuando intentó abrir la maldita puerta estaba cerrada. Finalmente hizo lo que venía evitando desde el segundo que entró al cuarto y lo miró encontrándose con sus ojos.

Mierda.

Instantáneamente su cuerpo se encendió, nunca había sentido tan intenso en toda su vida. Cada terminación nerviosa de su cuerpo cantaba por tocarlo y dejar que la toque. Sus pupilas se dilataron y agradeció tener puesta una falda porque ciertamente si tuviese pantalones ya estarían mojados.

Gally la estaba mirando de una forma que no dejaba duda de que sentía lo mismo y de lo que quería hacerle, lo cual solo la hacía excitarse aún más y apretar los muslos con fuerza, tratando de evitar que le tiemblen las piernas.

-Hola-finalmente reaccionó e intentó volver a su plan de actuar con normalidad y no demostrar lo mucho que quería que ese chico le arranque la ropa, si ella lo convencía a él no le quedaría otra que pensar que era unidireccional la atracción y, por lo tanto, ella no era la chica que hace años venían buscando-. Mi nombre es Hayleen. Es un placer conocerte, mi padre ha hablado mucho acerca de ti y lo inteligente que eres.

-Obviamente ya sabes quién soy. Yo también he oído hablar de ti, la heredera de Randall Spilker que es tan inteligente como yo y nadie entiende realmente porque no vive con su padre y todos los demás niños aquí-Gally seguía comiéndosela con la mirada y Lyn no quería mirar, estaba realmente esforzándose para no hacerlo, pero estaba segura de que él tenía una gran erección-. Ni siquiera una visita hasta ahora que te viste obligada a rendir un examen presencialmente-dijo analizándola con una mirada extremadamente intensa.

-Oh, sí. A mi madre realmente no le gusta estar en contacto con malos recuerdos y personas que fueron las culpables de algo tan horrible-como tu tío, no pudo evitar pensar en John Michael que era uno de los principales causantes de la crisis en la que estaban-. Realmente la amo y no es un gran problema vivir con ella mientras tengo mis clases virtualmente. No es que realmente importe, después de todo no soy inmune como muchos de ustedes-agregó tratando de parecer desdeñosa y envidiosa de los niños que estaban a salvo.

-Es curioso que no seas inmune-ahora parecía estar mirando su cuello lo cual la hizo poner aún más nerviosa y tratar de acomodar disimuladamente la chalina que tenía atada en el cuello y que caía sobre su clavícula para ocultar las marcas en su piel-. Escuché que no realizaron tu análisis en CRUEL, quizás los resultados fueron erróneos.

Claramente estaba muy atento a la respuesta que ella le iba a dar. No podía evitar sentirse bajo una lupa con él mirándola así y poniendo en duda cosas tan importantes sobre su tapadera.

-Lamentablemente estoy segura de que no lo son. La mejor amiga de mi madre que es quien analizó mi sangre es una excelente profesional-le informó tratando de parecer enfadada para ocultar su creciente pánico y reacomodándose nerviosamente la chalina otra vez.

Él le sonrió con una mirada depredadora en los ojos y repentinamente se arrojó encima de ella. Lyn trató de retroceder pero apenas sintió el roce de sus dedos en su piel no pudo evitar contener un gemido y arruinar su máscara de tranquilidad. No es que importara ya, Gally sostenía en su mano lo único que había ocultado su nombre grabado en su piel de él.

-Bueno amor, entonces estoy seguro de que tu madre y su amiga los falsificaron. ¿Tratando de ocultarte de mí, preciosa?-le preguntó arrinconándola contra una pared-. Deberías saber que no puedes hacerlo, tarde o temprano te íbamos a encontrar. Eres nuestra, es tu destino.

-¡Aléjate de mí monstruo! Jamás seré de ustedes y no dejaré que tengan el poder de cumplir ese destino-lo miró furiosa tratando de empujarlo a pesar de lo mucho que su cuerpo dolía por tocarlo.

-Creo que te mereces un castigo-le gruñó-. Ocultándote de nosotros, has sido muy mala con tus almas gemelas.

Los labios se Gally se encontraron con los de Hayleen en un beso abrazador. Un fuerte gemido se escapó de Lyn mientras él gruñía y la apretaba más contra él, haciéndola sentir lo duro que estaba por ella.

-Porfavor, no lo hagas. ¡Detente!-llorisqueó desesperada pero la única respuesta que obtuvo fue manos arrancándole la ropa salvajemente.

La soltó para poder sacarse su propia ropa y Hayleen se lanzó hacia la puerta desesperada por abrirla, olvidando momentáneamente en su estado de pánico que estaba cerrada. No es que importase demasiado porque enseguida sintió una de sus fuertes menos jugando con uno de sus pechos y otra agarrando su cintura con fuerza para atraerla a su cuerpo y poder atacar con su boca la piel marcada con su nombre en la clavícula de su alma gemela.

Lyn no pudo evitar retorcerse y gemir desesperadamente al sentir su erección presionando su espalda baja. Claramente él estaba tan ansioso como ella porque poco después la arrojó sobre la cama y se colocó encima de ella, besando y mordiendo para dejar marcas en todo su cuerpo.

-¡No!-trató de empujarlo ella otra vez pero él era enorme y no se movió ni un centímetro.

Lo único que consiguió fue que él la mire depredador y la bese dominantemente para distraerla mientras una de sus manos regresaba a sostener con un agarre de hierro su cintura y la otra apretaba las manos más pequeñas de ella juntas sobre su cabeza.

Hayleen no pudo evitar gritar en su cabeza desesperadamente un coro de gritos de NO, PORFAVOR, QUE ALGUIEN LO DETENGA y AYUDA. Por supuesto nadie apareció mágicamente y ella tampoco pudo detenerlo ni evitar que su cuerpo se retuerza de placer cuando finalmente su enorme polla entró en donde pertenecía.

Gally gemía y gruñía mientras se estrellaba sin piedad contra ella tan fuerte como podía, lo cual era mucho. Se suponía que la primera vez tenía que doler pero lamentablemente lo único que ella sentía era deseo y un placer tan intenso que sentía que se iba a desmayar. Esa sensación de vacío, de que algo faltaba que sintió durante toda su vida, había dejado de existir. Se sentía tan llena mientras se apretaba alrededor de su polla frenéticamente y sin poder evitarlo gemía descontroladamente su nombre mientras sentía que iba a explotar de lo bien que se sentía.

Algo le decía que él estaba a punto de correrse al igual que ella, y de repente recobró un dejo de cordura.

-¡Gally porfavor tienes que salir de mi!-le rogó mientras las lágrimas caían por sus mejillas de la desesperación-. No estamos usando protección-agregó como pudo entre gemidos de placer pero él solo la miró con una mirada oscura, le sonrió y la besó con dureza mientras aceleraba aún más el movimiento de sus caderas para correrse dentro de ella al mismo tiempo que Hayleen alcanzaba su pico gritando su nombre.

Se quedaron unos minutos recostados recobrando el aliento con sus cuerpos entrelazados hasta que Gally se levantó para cambiarse apresuradamente e intentar comunicarse con Thomas para decirle que la había encontrado antes de que la droga haga efecto y se desmaye. Sin embargo, justo antes de que pueda tocar enviar Hayleen se lanzó sobre él besándolo y empujándolo en la cama para sentarse a horcajadas sobre él. Las manos de él apretaron su trasero fuertemente y acercándola a su erección creciente pero se estaba empezando a sentir rápidamente mareado.

-No-gruñó Gally tratando de llegar al celular otra vez y fallando el intento porque su visión rápidamente se oscurecía.

-No luches con el sedante. No me recordaras y nadie sabrá sobre esto. Esta es la primera y última vez que me tocas-le dijo Lyn ayudándolo a recostarse en la cama mientras sus ojos se cerraban.

Velozmente se lanzó hacia el teléfono y borró las palabras escritas. Apagó el celular y se puso la ropa lo más rápido que pudo mientras se sentaba a esperar a la doctora en la silla del escritorio.

Se quedó mirando a Gally, sabiendo que esa sería la última vez que lo vería y recordando el beso que se proporcionaría para distraerlo y lo mucho que lo había disfrutado. Ella era muy consciente de que ese sería el último y se aseguraría de que sea la única experiencia sexual con alguna de sus almas gemelas. Estaba segura de que jamás la olvidaría.