EL IDIOTA DE AL LADO

Por Niteryde

Traducido por Inuhanya

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Capítulo 4: Hacia la Derecha

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El cumpleaños de Bulma comenzó a las mil maravillas; tan bien, de hecho, que casi olvidó el hecho de que no vería a Yamcha ese día. Estuvo un poco molesta cuando no le envió un mensaje de texto inmediatamente por la mañana (esperó hasta después del almuerzo con sus padres para enviarle un mensaje de feliz cumpleaños), pero en general, se negó a permitirle (o a su ausencia) arruinarle el día.

Definitivamente fue un día de cuidado personal, relajante y de descanso. Había pasado la tarde en pijama, en su sofá, con helado y Netflix, y fue positivamente glorioso. Más aún, Vegeta no estaba siendo un idiota esa mañana y explotando su heavy metal—estaba completamente segura de que lo habría asesinado y enterrado su cuerpo en el bosque si hubiese arruinado su cumpleaños. NADIE estaba autorizado a hacer tal cosa, por lo que se sintió aliviada cuando la mañana transcurrió sin incidentes.

Finalmente, la tarde llegó y comenzó a vestirse para ir al bar con sus amigos. Momentos como este le recordaban lo hermosa que era. "La mujer más sexy del mundo" tenía razón, y resopló un poco de molestia mientras se aplicaba su labial mientras sus pensamientos, involuntariamente, se dirigieron a su novio.

La decepción en su relación iba en aumento, y mientras miraba su impecable reflejo, se preguntó por qué lo aguantaba. Aunque podía admitirse que era malcriada y (muy) un poco de alto mantenimiento en algunos aspectos, eso nunca se había traducido en su relación con Yamcha. Sólo quería pasar tiempo con él, y no que él la ignorara, algo que estaba sucediendo con mucha más frecuencia. Eran novios de secundaria; su naturaleza juvenil y tímida, junto con sus gestos dulces y sonrisa traviesa, se habían ganado sólidamente su corazón a los 16 años.

Pero ahora eran adultos entrando a los 30 y se sentía como si estuvieran a la deriva en direcciones diferentes; ella era una mujer brillante, pero no tenía idea de cómo volver a unirlos. No ayudaba que algunas veces se preguntara si a él le importaba más su fama que cuidar de su relación.

Respiró hondo y aclaró su mente. Era su cumpleaños, iba a salir e iba a ser una grandiosa velada con sus amigos, que era lo único que importaba.

Momentos después, Bulma abrió la puerta y comenzó a bajar las escaleras, con la cabeza en alto mientras comenzaba a zumbar de emoción. Sin embargo, duró poco; abajo, escuchó la puerta principal del edificio abrirse, y luego frunció cuando reconoció el paso de los pasos subiendo las escaleras. Al doblar el rellano del medio, levantó aún más su cabeza cuando Vegeta dobló la esquina y comenzó a subir el mismo tramo de escaleras, obviamente volviendo a casa del trabajo por su ropa.

"Hola," dijo Bulma, con la misma amabilidad forzada que usaba con los compañeros de trabajo que no soportaba. Aunque no estaba preparada para concederle nada, que él pasara la Prueba de Mamá y estuviera buena gracia con Gokú la hizo al menos intentar ser neutral. No se lo merecía, pero ella intentaría ser superior.

A pesar de su tono, sus ojos se desplazaron sobre su traje de trabajo apreciativamente. Vegeta vestía un traje negro con una reluciente camisa blanca y corbata azul, y maldita sea, debió haber usado un sastre porque le ajustaba perfectamente. Puntos extra por haberse aflojado la corbata ya… gruñó un poco para sí. Concéntrate, niña.

Vegeta tenía su mirada gacha en su teléfono celular, pero la levantó inmediatamente cuando escuchó su voz. Ella no pudo leer la expresión de su rostro mientras parecía apreciar su atuendo, antes de que sus oscuros ojos regresaran a los suyos y frunciera.

"Vas a salir sin tu escoba esta noche?" Se burló él.

Bueno, nadie podría decir que no lo había intentado. Los ojos azules de Bulma destellaron con rabia, antes de fingir una risa. "Qué divertido. Al menos yo tengo amigos para ir a ver, que es más de lo que puedo decir de ti."

"Literalmente tenemos un amigo en común."

"Gokú sería tu amigo incluso si hubieras cometido un genocidio. Él no cuenta."

Vegeta destelló una exasperante sonrisa. "Parece que le agrado a tu madre."

Ella lo fulminó con la mirada mientras se pasaban mutuamente, sin romper el contacto visual. "Por qué no te mudas a otro apartamento? Estábamos bien hasta que te mudaste."

Él resopló. "Ninguno de los otros vecinos tiene un problema conmigo. Tal vez el problema seas tú, y lo malcriada que eres."

"Por qué no te callas por una vez en tu vida?" gruñó ella, finalmente rompiendo el contacto visual mientras bajaba más rápido las escaleras. "Eres tan GROSERO!"

"Tch, tú comenzaste esta conversación!" Gritó él, alcanzando el siguiente rellano. Ambos dieron vuelta en las esquinas, él continuó hacia arriba y ella hacia abajo, ambos murmurando para sí mismos.

Bulma se detuvo afuera, agradecida de que estaba más fresco ahora que estaba oscuro. Rápidamente sacó el intercambio de su mente, determinada a pasar un buen rato. Buenas bebidas y grandes amigos la llamaban, y nada de eso incluía a su desconsiderado novio o al idiota de al lado.

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Más tarde esa noche después de la medianoche, Vegeta aún estaba completamente despierto, sentado en una silla en su balcón. Su balcón y el de Bulma, uno al lado del otro a un brazo de distancia, enfrentaban un área boscosa con senderos que eran geniales para sus carreras. La tenue iluminación a lo largo de los senderos por la noche la hacía una vista tranquila, y disfrutaba de la tranquilidad.

Por más que lo intentaba, las palabras de Bulma lo irritaron más de lo habitual. Siempre había sido un solitario, y su pequeño intercambio le había picado por algún tipo de compañía esa noche. Por lo tanto, Vegeta se encontraba examinando Tinder en su celular, con una cerveza en la otra mano. Habían pasado 6 meses desde que se echó un polvo; supuso que era bien merecido.

Además, traer a alguien a casa para pasar la noche le ayudaría a deshacerse de las imágenes en su mente de lo bien que Bulma se había visto bajando las escaleras. Era muy consciente de que ella era la actual "mujer más sexy" o algo así, pero aún no había estado del todo preparado para lo hermosa que se veía esa noche: con su maquillaje recién hecho y la forma elegante en la que había recogido su cabello, y esa ropa que le ajustaba tan ceñidamente… era un espectáculo. Por supuesto, también reconoció que su atracción era una locura absoluta, y lo culpó al hecho de que no había salido con nadie en un par de años.

Gokú había intentado hace varios meses meterlo en una cita a ciegas con una rubia que era fría como el hielo, tanto que bien podría haber sido una especie de androide. Supuso que era atractiva, pero la conversación durante la cena había sido horriblemente forzada e incómoda, y la vibra no fue lo suficientemente buena para una aventura de una noche. Claramente ella no estaba interesada en él, y el sentimiento fue mutuo. Por lo tanto, Vegeta había llegado a la conclusión de que Gokú era un maldito compañero y esa fue la última vez que le permitió al idiota meterlo en una cita a ciegas. Por lo tanto, Tinder tendría que hacerlo.

Deslizo, deslizo, deslizo, deslizo. Vegeta frunció ya que nadie estaba llamando su atención. Tomó un trago de su cerveza, no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente. Si el tiempo estaba de su lado, tal vez podría incluso anotar una aventura de una noche y echarse un polvo justo cuando Bulma regresara a su apartamento, y obligarla a ESCUCHARLO tener sexo para variar. Se lo merecía, por todas las tonterías que tuvo que escuchar entre ella y su novio. Además, escucharía cómo sonaba realmente el buen sexo, pensó con una sonrisa maliciosa.

Finalmente, se decidió por el perfil de alguien que le llamó la atención. Era una morena, posando en la cima de una montaña, atlética y con una linda sonrisa. Una joven de 27 años llamada Amber. Perfecto. Vegeta deslizó a la derecha, y un momento después, recibió una alerta de que ella también. Sonrió cuando ella le envió un mensaje de inmediato, y luego se bebió el resto de su cerveza antes de responderle el mensaje. Intercambiaron algunos mensajes y algunas fotos más, y luego, cuando se convenció de que él no era un asesino psicópata, accedió a venir.

Sonrió como un lobo. La noche finalmente estaba mejorando.

Vegeta le escribió diciéndole que dejaría la puerta de su apartamento sin llave para ella, y luego entró para alistarse. Una ducha, una afeitada, algo de colonia—y condones, obviamente. Frunció ante la idea, preguntándose si tenía alguno, y entonces decidió que era mejor comprobarlo para estar seguro. Si no, tendría que hacer un rápido viaje a la tienda a unas cuadras de distancia.

La suerte no estuvo de su lado esa noche, y Vegeta maldijo cuando rebuscó en sus pertenencias y se dio cuenta de que no tenía condones. No importa—no le tomaría mucho tiempo ir a comprar algunos. Amber había dicho que tardaría unos 40 minutos. Tiempo suficiente para comprar condones y bañarse, pero probablemente tendría que pasar la afeitada. Sólo tenía un poco de barba, por lo que probablemente estaba bien. Vegeta rápidamente y al azar se puso los zapatos, agarró sus llaves, la billetera y el teléfono, luego salió del apartamento, sin siquiera molestarse en asegurar la puerta. El vecindario era seguro, y no demoraría mucho.

Momentos después de que se fue, Bulma llegó al frente del edificio en un Uber. Era pasada la medianoche y estaba bastante ebria; todo lo que quería era una ducha caliente y estrellarse en su deliciosa y cálida cama. Salió del auto, tarareando mientras, torpe y lentamente, subía las escaleras hacia su apartamento en el tercer piso. La noche había sido grandiosa, llena de buena comida, bebidas fuertes y muchas risas, y su corazón estaba lleno. Bueno, en su mayoría. Estaba un poco molesta porque Yamcha no hubiese estado ahí, pero no lo suficiente como para arruinar su velada. Incluso había habido un poco de baile después, lo que había sido una completa maravilla. Desafortunadamente, sus amigos no habían pedido el día libre al día siguiente, por lo que habían terminado la noche. Bulma imaginó que la hora probablemente era buena de todos modos—había bebido suficiente por una noche.

Tal vez demasiado, por su dificultad para meter la llave de su apartamento en el ojo de la cerradura, y por el mareo que estaba sintiendo. Bulma levantó sus cejas, parpadeando lentamente, y luego, con frustración, intentó abrir la puerta.

Para su sorpresa, la puerta se abrió. Se había ido con tanta prisa que había olvidado cerrarla? Bueno, no importaba. Gimió un poco al entrar en el apartamento—se sentía como si todo estuviera al revés, otra señal de que probablemente se había excedido con el alcohol. Las luces estaban apagadas, así que se dirigió al baño, dejando caer su bolso en el piso junto con las llaves mientras bostezaba, quitándose los tacones. Se deshizo de su chaqueta y también la dejó caer, antes de quitarse la blusa. Esta se enredó en sus brazos por encima de su cabeza, y accidentalmente se estrelló contra una pared, maldiciendo. Dios, realmente estaba desorientada, todo se sentía al revés! Finalmente, logró quitarse la blusa por completo, dejándola caer al piso y dejándola en brassier mientras desaparecía en el baño.

Un minuto después, Vegeta volvió a entrar en su apartamento, cerrando la puerta detrás de él. Había comprado una caja de condones ultra placer, e incluso una botella de vino. No estaba planeando comenzar una relación ni nada, pero eso no significaba que no pudieran tomar una copa para relajarse antes de la diversión.

Vegeta estaba sacando el celular de su bolsillo para escribirle a su cita de Tinder y ver cuál era su hora de llegada estimada, cuando tropezó y casi se rompe la nariz contra la pared. Desconcertado, bajó la mirada—las luces estaban apagadas pero las persianas estaban abiertas para su balcón lo que dejaba entrar un poco de luz de la luna y las estrellas, permitiéndole ver el bolso con el que se había enredado su pie. Aún más asombroso fueron la chaqueta, los tacones y la blusa, todos esparcidos en un camino que conducía al baño.

Una sonrisa se extendió por su rostro. Parecía que Amber le había ganado y había comenzado la fiesta sin él. Podía ver la luz debajo de la puerta del baño, y las prendas femeninas no dejaban lugar a dudas. Riendo, dejó el vino en la encimera de la cocina y abrió la caja para agarrar un condón y guardarlo en el bolsillo trasero de sus jeans. Luego se quitó los zapatos y su camiseta, tirándola en el sofá. Finalmente, sacó dos copas de vino y se dispuso a servirles un trago a cada uno.

Bulma, mientras tanto, estaba sentada en el inodoro, con la cabeza entre sus manos mientras lamentaba todas las decisiones de su vida que la habían llevado a este punto. Se dio cuenta con consternación de que hacerse mayor significaba que probablemente ya no podía beber tanto como podía cuando tenía 20 años. La diversión había valido la pena, pero cielos, su resaca iba a matarla.

Finalmente, estaba en el lavabo, lavándose las manos y salpicándose agua en la cara. Solo entonces se dio cuenta de que había lo que parecía ser un kit de afeitar de hombre regado en el mesón junto al lavabo. Entrecerró los ojos, confundida, pero de repente cayó en cuenta de que debía haber sido de Yamcha. Sí; si escuchaba, podía distinguir vagamente a alguien en la cocina.

Una enorme sonrisa se extendió por su rostro cuando se dio cuenta de que su novio debió haber venido para sorprenderla! Apagó la luz y abrió la puerta sin examinar un poco más (porque si lo hubiera hecho, habría notado que su maquillaje no estaba a la vista y que el cepillo de dientes no era el suyo). Muy emocionada ante el prospecto de ver a su novio, y demasiado ebria para prestarle atención a los detalles, salió del baño y regresó a la sala, donde ahora había encendida una luz tenue y bastante romántica.

Tan pronto como Bulma entró a la sala, ahora con luz para ver mejor, parpadeó un par de veces como si tratara de aclarar su visión. Incluso ebria como estaba, finalmente se dio cuenta de que, aunque el apartamento se parecía al suyo en piso y distribución (excepto que al revés), ninguno de los muebles o pertenencias le resultaban familiares en absoluto. Bajó la mirada hacia la mesa de centro donde había dos copas de vino, sus cejas se juntaron en confusión, cuando Vegeta salió de la cocina a la sala.

"Me ganaste," rió mientras salía a la vista. Estaba sin camisa, sus jeans colgaban bajos, una vista que esperaba pusiera de humor a su cita de Tinder más pronto que tarde. "Llegaste más temprano de lo que es… peraba…" la voz de Vegeta se desvaneció, mientras él y Bulma hacían contacto visual y se miraban mutuamente por largos momentos en un silencio de asombro, los ojos de ambos bien abiertos.

Finalmente, Bulma gritó, cubriéndose el pecho conscientemente. "Vegeta! Qué estás haciendo aquí?!" chilló ella.

Vegeta farfulló un poco hasta que finalmente encontró su voz, "Yo VIVO aquí! Qué demonios estás haciendo TÚ aquí? Tú…" sus ojos se abrieron aún más, antes de que su furia se apoderara de sus rasgos. "Tú me pescaste en Tinder?!" gritó él.

"QUÉ?! Cómo te ATREVES a acusarme de pescar!" Gritó Bulma, su rabia la hizo olvidar de cubrirse el pecho mientras descansaba sus manos en sus caderas. Los ojos de Vegeta siguieron el movimiento, asimilando la vista de su ajustado brassier negro que abrazaba sus senos tan perfectamente; su pecho palpitaba con la creciente rabia, lo que tenía enrojecida su piel. En la penumbra, no podría haber desviado la mirada si lo hubiera intentado. Afortunadamente, Bulma estaba demasiado ebria como para notar la forma en la que estaba mirándola mientras continuaba despotricando, "Ves lo jodidamente hermosa que soy? No necesito pescar a nadie, NUNCA! Sal de mi apartamento!"

El labio superior de Vegeta se curvó con rabia. "Este es MI apartamento, bruja infernal! Fuera TÚ!" Bulma hipó, y él vio la conciencia despertar en ella mientras miraba de nuevo el apartamento. Algo en la manera en que estaba parpadeando, lo hizo detenerse al darse cuenta, antes de exhalar por la nariz.

"Estás borracha? Lo estás, no es así?" Declaró en lugar de preguntar, observándola más críticamente. Pensó que estaba sonrojándose por su rabia, pero ahora era claro que estaba prestando atención a que ella estaba intoxicada.

"No!" Se burló Bulma, levantando su cabeza hacia atrás. "Estoy perfectamente bien!"

"Erm… este es el apartamento de Vegeta?"

Tanto Vegeta como Bulma se giraron hacia la mujer morena que acababa de entrar al apartamento. Estaba vestida muy bien con un vestido de verano, una chaqueta de mezclilla encima mientras sus rizos morenos estaban sueltos y enmarcaban su rostro. Se veía confundida e incómoda mientras miraba de Vegeta a Bulma. Sus estados de desnudez la llevaron a sumar 2 más 2, y frunció.

"Amber," dijo Vegeta en un rápido suspiro, llamando la atención de Bulma. Observó con curiosidad cómo las facciones en el rostro de Vegeta se tensaron mientras la ignoraba inmediatamente y se acercaba a la mujer que había entrado. Por alguna razón, la hizo fruncir y resoplar, llegando a la conclusión de que debía haber sido una novia. "Esto no es lo que parece," estaba diciendo Vegeta, señalando a Bulma. "Ella solo es mi vecina, y ya se iba."

"Cierto… mira, en realidad no estoy interesaba en lo que sea que esté pasando aquí, así que me voy," dijo Amber, volviéndose hacia la puerta.

"Bien!" La llamó Bulma. "De todos modos él es un idiota! PUEDES HACERLO MEJOR, NIÑA!"

"Yo…" comenzó Vegeta, pero no sabía qué decir. Se sintió incómodo presionando el asunto con una mujer que no conocía realmente. Simplemente vio con decepción mientras su cita de Tinder salía por la puerta, sus hombros cayeron mientras sus esperanzas de tener sexo se desvanecían con la puerta cerrándose. "Mierda," murmuró en voz baja. Tal vez más tarde, podría enviarle un mensaje y explicarle mejor la situación, una vez que se enfriaran las cabezas. Ella era atractiva, mucho.

Aunque no tanto como la mujer detrás de él. Vegeta se giró hacia su invitada no deseada, frunciendo mientras observaba a Bulma intentar recoger con bastante torpeza sus pertenencias del piso. Su nariz se torció, y se acercó al sofá, agarró su camiseta y se la puso por la cabeza.

"Gracias por el repele-vaginas," se burló él, bajándose la camiseta. Alcanzó una copa de vino, y casi se lo bebió de un solo trago.

"Cierra tu puerta la próxima vez," le respondió Bulma. Casi grita cuando casi se cae, haciéndolo exhalar enojado por la nariz. "Así no era como quería que terminara mi cumpleaños, así que no quiero escucharlo!"

Vegeta bajó la copa de vino ahora vacía, luego levantó la segunda mientras arqueaba una ceja. "Hoy es tu cumpleaños?" preguntó, antes de vaciar la segunda copa.

"Qué te importa?" gruñó ella, tratando de recoger sus tacones. Levantó la mirada sorprendida cuando Vegeta levantó uno por ella, poniéndolo en sus brazos con su chaqueta, blusa y bolso. Sus labios se fruncieron mientras se fruncían el ceño mutuamente.

"No me importa."

"Por supuesto que no," gruñó ella. "Eres mi archienemigo."

Él resopló, irrumpiendo en algo peligrosamente cercano a una sonrisa. Debía estar más ebria de lo que pensaba, porque su estómago se revolvió de forma extraña cuando sus rasgos normalmente duros se relajaron divertidos.

"Archienemigo, eh?" Dijo Vegeta con una enloquecedora sonrisa. "Tú no eres dramática en absoluto, verdad? De cualquier manera, si era tu cumpleaños, entonces dónde está tu novio perdedor?"

"Yamcha no es un perdedor, y ese no es asunto tuyo!" Le espetó ella. Levantando la cabeza, lo pasó hacia la puerta tan orgullosamente como pudo con su cabeza en alto.

Vegeta la pasó y le abrió la puerta, haciéndose a un lado para dejarla salir. Esa sonrisa que la llevó a la pared todavía estaba en su rostro. "Bueno, soy de la mentalidad de que no permitiría que tu mujer se vaya sola a la cama en su propio cumpleaños."

Ella resistió el impulso de golpearlo con uno de sus tacones. "No me importa lo que pienses!" gritó ella fuerte, mientras pasaba junto a él y dejaba su apartamento. Vegeta se acercó para apoyar su espalda contra el marco de la puerta, observándola mientras regresaba a la puerta de su propio apartamento. Se metió las manos en los bolsillos, esperando para asegurarse de que entrara a salvo; no pensaba que sobreviviera si intentaba bajar las escaleras.

"Creo que tengo derecho a una opinión, viendo cómo me impediste tener sexo esta noche," comentó él distraídamente.

Fue entonces que Bulma notó que estaba de pie, mitad dentro, mitad fuera de su apartamento, con su atención únicamente centrada en ella. Lo fulminó con la mirada. "Puedes regresar a tu apartamento ahora," dijo malhumorada.

"Tch." Él sonrió, cruzando sus brazos sobre su pecho. "Ya estoy parcialmente en mi apartamento. Además, no puedo permitir que te caigas por las escaleras porque estás borracha. Podrías morir, y soy la última persona con la que te han visto."

Bulma consideró visiblemente sus palabras. Parpadeó un par de veces, luego se volvió y trató de abrir su puerta una vez más con la llave. Maldijo por lo bajo, luchando con la tarea, antes de mirarlo finalmente con curiosidad. Algo en su mirada le llamó la atención y levantó una ceja.

"Quieres que… esté a salvo," declaró ella, estudiándolo con mucha más claridad de lo que él hubiera esperado de alguien que estaba intoxicado. La divertida sonrisa de Vegeta se desvaneció, y se veía casi incómodo, sin saber del todo qué decir. Bulma se giró hacia su puerta y finalmente logró abrirla, aunque dudó brevemente antes de entrar. "Ya sabes… sigues siendo mi archienemigo. Pero tal vez no eres un completo imbécil. Tal vez eres más como… un 80% idiota."

"Tch." Luego sonrió, y algo cálido la recorrió al verlo. Si pensaba que era guapo cuando estaba serio, la forma en que su sonrisa iluminaba su rostro lo hacía el hombre más atractivo que hubiese visto en su vida. Bulma se maldijo internamente, sintiendo que su rostro se enrojecía mientras culpaba de su loca atracción por completo al alcohol, porque sus pensamientos eran absolutamente ridículos; ella tenía novio! "Yo diría que es más como un 85%, pero lo aprecio de todos modos," añadió divertido.

Bulma parpadeó, antes de que su nariz se arrugara ante sus palabras, todo su rostro parecía como si estuviera oliendo un cadáver. Sin decir otra palabra, rápidamente entró en su apartamento, cerrando la puerta de una patada detrás de ella.

Una vez que escuchó el cerrojo de la puerta, Vegeta regresó a su propio apartamento, pasando una mano por su cabello con leve desconcierto. Estaba disfrutando de las bromas… su fuego lo desafiaba y lo divertía, quizás demasiado. No serviría. No hicieron clic, y si lo hicieran de alguna manera, ella estaba comprometida.

Tratando de apartar su mente de toda la terrible experiencia—y de su muy atractiva vecina—Vegeta agarró la botella de vino y se sentó en su sofá. Sacando su teléfono celular, volvió a abrir Tinder y comenzó a formular una disculpa para Amber.

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Continuará…

Nota de Inu: Hola a todos! Espero se encuentren muy bien. Después de traducir este capítulo lo único que puedo decir es… sin palabras! Demasiado genial! Personalmente me he reído como loca (espero no haber despertado a nadie esta madrugada). Muchas gracias por leer, por el apoyo y sus maravillosos comentarios. Perdón si me demoro en actualizar pero como saben esta traducción va a la par del original así que no depende de mí sino de su autora y este capítulo apenas salió ayer, jejeje. Espero les haya gustado y sigan pendientes del próximo capítulo. Yo lo espero con muchas ansias! Besos y abrazos para todos!