Gatos
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A Ring Ring no le gustaban los gatos.
No se podía decir que los odiara, pero los encontraba bastante molestos. Dejaban su pelo por todas partes, destrozaban todo, y hacían lo que querían.
Ring Ring jamás quiso tener un gato. Por eso se encontraba bastante molesta de tener que ir a la tienda de mascotas a comprar comida para el tonto felino que su inútil padre le había regalado.
No sabía que le molestaba más, si el hecho de que ahora tenía que cuidar de un animal que nunca pidió y que ni siquiera le agradaba o que su padre no supiera algo tan simple sobre ella. Sería mucho mejor que, en lugar de evitarla y mandarle regalos caros y tontos, dejara su negligencia como padre y le pusiera atención de vez en cuando.
Y para colmo, ninguno de los inútiles con los que vivía pudo ir a la tienda por ella. Fyah estaba ocupado, Casano estaba dando su show, los chefs cocinaban, y Ayo… ni siquiera sabía dónde se había metido.
Todo eso sólo sumaba el enojo de Ring Ring.
Llegó a la tienda, entró de mala manera y ni siquiera se molestó en saludar cortésmente a Santa, quién era el que estaba tras el mostrador. Eso le pareció extraño, pero no le tomó importancia.
― Quiero comida para gato — ordenó con autoridad.
A pesar de los malos modos de ella, Santa se rió — Jo, Jo, Jo. Buenas Tardes. ¿Comida para gato dices?
Ring Ring rodó los ojos ― Si, ¿acaso estás sordo? La quiero ahora.
— Bueno, en mi humilde opinión, no creo que la comida para gato sea buena para ti, jovencita — replicó Santa.
— ¿De qué habla? ¡No es para mi! Es para un gato, obviamente — contestó Ring Ring, mirándolo entre incrédula y hastiada.
— Jo, jo, jo, ¡tranquila! Es sólo una broma. Vaya carácter — se excusó.
— Escucha panzón, he tenido un día no tan bueno y no estoy de humor para bromas tontas. Así que ¿serías tan amable de darme la comida para gato? — pidió Ring Ring, haciendo uso de la poca paciencia que poseía. Si el hombre continuaba así, iba a terminar transformándose inevitablemente.
― Claro, claro. Un mal día. A todos nos pasa. Bueno, ¿de cuál quieres?
― ¿Cómo que cuál quiero? Comida de gato, eso dije..
― Si, pero hay muchas marcas, sabores y presentaciones. Hay comida seca, húmeda, de pescado, de pollo, de…
― Esta bien, esta bien, ya entendí — lo interrumpió Ring Ring — Dame… no sé, la que sea. La más barata — el dinero no era problema para ella por supuesto, pero le molestaba tener que gastar más de lo debido en el gato.
Santa se encogió de hombros y se giró para entrar al almacén y darle lo que necesitaba.
— ¡Espera, Santa!
Ring Ring volteó al ver al joven rubio que se había acercado. Se le hizo terriblemente conocido.
― ¿Qué sucede Dada?
"Dada" repitió el nombre Ring Ring en su mente. Luego, lo recordó — Oye, ¿no eres el tipo que trabaja en el Goh Rong?
Dada sonrió apenado y se rascó la nuca — Si soy yo. Soy el mesero.
― Ya, si te reconocí. Una vez trabajaste para el DK, ¿no?
Dada hizo una mueca avergonzado por el recuerdo. No le gustaba que le recordaran la terrible traición que cometió aquella vez. Pero se sorprendió de que ella le hubiera prestado la mínima atención — Yo…bueno, si.
― ¿Y bien? ¿Qué necesitas Dada? — intervinó Santa.
― ¡Oh, si! Es que… no pude evitar escuchar su conversación. Y por lo que oí, pude intuir que es tu primera vez teniendo un gato, ¿cierto? — explico Dada, dirigiéndose a Ring Ring al final.
― ¿Cómo rayos sabes eso? — preguntó ella, desconcertada.
― Bueno, no sabías que existían tantos tipos de comida para ellos. Eso me dio una idea.
Ring Ring se sintió tonta — No sabía que era algo tan obvio
― Bueno, ¿qué edad tiene?
― ¿Perdón?
― Tu gato,¿que edad tiene?
― No lo sé, es pequeño…― contestó insegura con una gotita en la frente.
― ¿Cómo cuantos meses? — insistió Dada, no satisfecho con la respuesta.
― ¡No lo sé de acuerdo! Me lo acaban de regalar. ¿Y por qué eso es importante de todas formas? — dijo Ring Ring cruzándose de brazos a la defensiva. No le gustaba que la hicieran sentir como estúpida por algo tan bobo, aunque esa no era la intención de Dada.
― Oh… ¡es muy importante! ― le explicó él ― Así sabrás qué comida es la adecuada para él y que tenga los nutrientes que necesita para su desarrollo. Así será un gatito sano y fuerte cuando crezca.
― Que complicado. ¿Por qué no solo hay comida para todas las edades en general? — se quejo.
Dada sonrió de lado — Bueno, es como un bebé, no puedes darle comida para adultos hasta que no esté listo para ella. Mira, ¿cómo de qué tamaño es?
Ring Ring pensó un momento — Mmm… Pues, como así — señaló con sus manos.
― Ya veo, no ha de tener más de seis meses. Lo tengo. Santa — llamó el rubio, y comenzó a pedirle comida específica de cierta marca y cierto sabor que según él, le harían bien al pequeño felino. — ¡Oh! También querrás darle comida húmeda de vez en cuando. No es bueno que los mininos coman pura comida solída ya que después pueden tener problemas en las vías urinarias. También sera bueno que le compres una leche especial.
― ¿No le puedo dar simplemente de la que tomo yo? — preguntó Ring Ring con una mueca.
Dada abrió los ojos alarmados — Oh no, no vayas a hacer eso. No es bueno para su pancita, menos a esa edad. Mejor una lechita especial para ellos.
Ring Ring rodó los ojos — Ya que, ya lo oíste Santa, una leche para gatos.
― ¿Le tienes un arenero? — pregunto Dada de repente.
― ¿Un qué?
― Arenero, es para que ahí haga sus necesidades. Así no te ensucia nada más. Los gatos son muy limpios, y con un arenero no tendrás problema alguno — le aseguro.
Ring Ring se lo pensó. No quería que el gato anduviera por ahí ensuciando sus cosas — Bueno, si tú lo dices…
― Por ahora te servirá este, pero cuando crezca tendrás que conseguir otro más grande — le dijo Dada, tomando uno de los que estaban ahí al alcance de los clientes — También pide un saco de arena.
―... está bien ― accedió ella, algo mareada por tanto parloteo de Dada y preguntándose internamente cómo es que terminó comprando casi toda la tienda cuando ella solo quería comida de gato.
― ¿Le tienes juguetes? Oh, y también necesitarás un cepillo...
― ¡Bueno ya! ¿No crees que son demasiadas cosas para un solo gato? Yo solo quiero lo básico — respingo ella por fin.
― Creeme, todo lo que te digo es necesario. El cepillo es para que no te deje pelos en tu ropa o por todas partes. Y los juguetes… bueno, a su edad son muy traviesos, inquietos y están llenos de energía, y los juguetes le ayudarán a canalizar todo eso. Especialmente si no tiene compañeros de juego.
― ¿Compañeros de juego?
― Si, tu sabes. Otros gatos con quien jugar. De hecho sería bueno que le consigas amigos para que jueguen juntos de vez en cuando. Es importante para ellos — explicó Dada.
Ring Ring rápidamente recordó a Mio, y por extensión a Garu. Ahora tenía la excusa perfecta para acercarse al ninja. Sus gatos podrían hacerse amigos, así harían citas para que ambos jugaran juntos y por ende Garu y ella terminarían enamorándose inevitablemente. En su mente esa idea le pareció impecable y perfecta. Pero para que eso fuera posible debía esforzarse por cuidar bien a su gato, así Garu vería lo buena y dedicada dueña que era y así caería completo a sus pies.
― Dada, tienes toda la razón. Debo cuidar bien a este gato. Ahora por favor — pidió ella, con un brillo de determinación en sus ojos y tomando las manos del rubio — Enséñame todo lo que sabes.
Dada se sonrojo por el gesto tan repentino y el cambio de actitud de ella — D-de acuerdo — accedió.
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Ring Ring salió de la tienda de muchísimo mejor humor que cuando entró. Dada iba tras ella, pues muy amablemente se había ofrecido a ayudarle con toda la comida, juguetes y artefactos que la chica había decidido comprar para su nueva mascota.
― ¿Crees que con esto sea suficiente? — preguntó ella.
Dada miró la pila de bolsas y cajas que cargaba con una gotita en la cabeza — Si, creeme que si.
― ¡Excelente! Sígueme. ¡Y no vayas a tirar nada eh! Sé muy bien que eres torpe — le amenazó.
Ambos caminaron en silencio por unos minutos, Ring Ring tarareando una canción y Dada haciendo un esfuerzo sobrenatural por no tirar nada de lo que la chica había comprado.
― Oye…— le habló de repente ella.
― ¿S-si?
― ¿Cómo sabes tanto de gatos?
A Dada se le iluminó el rostro ― Oh, es porque tengo tres en casa.
― ¿Tres? Vaya, imaginate si con uno solo todo lo que se necesita. Ahora con tres. Deben pagarte bien en el Goh Rong para poder mantenerlos — comentó ella sorprendida.
― Si, bueno, yo no planee tenerlos. Pero son lo mejor que me ha pasado en la vida — comentó feliz.
Ring Ring no pudo evitar esbozar una sonrisa triste — Si… yo tampoco planee tener el mío.
Dada la miró curioso — Cierto, dijiste que te lo regalaron, ¿no?
Ella hizo una mueca y asintió — Si, mi padre. Pero la verdad es que no me gustan los gatos"
Dada se sorprendió — ¿En serio? — luego miró todo lo que la peliazul había comprado — Pues para no gustarte, vaya que has invertido en él.
Ring Ring no pudo evitar soltar una risilla — Bueno, ya que lo tengo por lo menos debo de cuidarlo bien, ¿no? El no tiene la culpa que mi padre no sepa absolutamente nada de mi.
Dada la miró con cierta lástima, y eso hizo que Ring Ring se diera cuenta de que había hablado de más — Pero ahora será el gato no deseado más consentido de toda Sooga. ¿Verdad? — agregó ella intentando sonar exageradamente animada. Su compañero asintió, más no dijo nada. Ring Ring se pateó mentalmente, pensando que había vuelto las cosas incómodas sacando el tema de su padre y que además se había expuesto un poco - demasiado - vulnerable.
― ¿Cuál será su nombre? — preguntó Dada de repente, sacándola de su reprimenda mental.
― ¿Eh?
― El nombre de tu gato, ¿cómo le pondrás?
Ring Ring pensó un momento — Tal vez… Juni. Juni me gusta. Siempre quise tener un perro llamado Juni. Tendré que conformarme con un gato.
― Juni suena lindo — dijo Dada sincero, sonriéndole. Para su sorpresa, ella le devolvió la sonrisa.
Por lo general no era tan usual que ella sea tan amable con… pues nadie, en realidad. Pero por alguna razón, la presencia de Dada la hacía sentirse mejor.
Lástima que nada dura para siempre.
― ¡Oh, no! — exclamó Dada, antes de tropezar y caerse con todas las cosas.
― Ay, ¡fíjate por dónde caminas! Te dije que eras un torpe — le regaño Ring Ring. Pero no se sentía tan molesta como si Ayo o alguien más hubiera tirado las cosas. Dentro de ella, se lo esperaba — A ver, levántate — le dijo extendiendo su mano.
El sonrojo de Dada volvió a aparecer y por un momento sus neuronas tardaron en hacer conexión — Vamos, no te me quedes viendo como bobo. Sé que soy hermosa pero tienes que levantarte — ante esto el rubio sacudió su cabeza para sacar pensamientos tontos y aceptó la ayuda.
― G-gracias — musito.
― De nada. Ahora por tu bien espero que nada se haya roto.
― ¡Lo siento mucho, de verdad!
― Oigan, ¿qué están haciendo aquí?
Ambos voltearon. Era Ayo, quien en ese momento se acercaba a ellos.
― ¡Vaya, pero miren quién se digna en aparecer! ¿Se puede saber donde rayos estuviste toda la mañana? — demandó saber Ring Ring.
― Andaba por ahí. Mi vida no gira alrededor de ti, sabes. Tenía cosas que hacer — le dijo el moreno, tranquilo y sin pena con la sonrisa que lo caracterizaba. Cosa que provocaba más la molestia de la peliazul. Le encantaba hacer eso. En eso miró a Dada y como el pobre revisaba todas las cosas desparramadas en el suelo, entre nervioso y avergonzado — ¿Te has conseguido otro chalán?
― No, sólo me ayudaba a llevar todo esto a casa. Ya que alguien estaba desaparecido por ahí.
Ayo rió — Vaya, lo siento amigo. No me imaginé que mi ausencia te causara estos problemas.
― No, tranquilo. N-no es nada — dijo.
― Deja, yo me encargo a partir de aquí, ¿de acuerdo? — le dijo Ayo y le guiño un ojo, y con un equilibrio que a Dada le pareció admirable pero que a Garu tal vez mediocre, comenzó a juntar las cosas y a apilarlas en sus brazos. Ayo no era tan fuerte ni hábil, pero tantas veces de compras con Ring Ring le habían dado cierta resistencia. Al menos un poco más que al rubio — ¿Nos vamos? — preguntó con dificultad.
― Si, vámonos — dijo ella, comenzando a andar.
Fue entonces que Dada reaccionó — E-espera, Ring Ring.
Ella se detuvo y lo miró — ¿Qué quieres?
Rápidamente Dada sacó papel y pluma de su bolsillo, de los que usaba para anotar las órdenes en el Goh Rong. Escribió su número y se lo dio — Este es mi celular. Si tienes algún problema, o alguna duda acerca de tu gato puedes contactarme. Tal vez incluso pudiéramos sacarlos a pasear alguna vez… los míos y el tuyo — agregó esto último con pena, sonrojándose de nuevo y sudando levemente por los nervios.
Ring Ring lo miró sorprendida, luego a la hoja en sus manos, y de nuevo a él. Entonces sonrió de lado y rodó los ojos — Si, ¿por qué no? — accedió encogiéndose de hombros. Dada sonrió, emocionado por la respuesta positiva que no pensó que obtendría ― Por cierto, gracias por hoy. De verdad fue de ayuda — agregó. Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y comenzó a alejarse de ambos.
Ayo se le quedó viendo asombrado, y luego miró a Dada — ¡Wow! Siéntete afortunado. Ella no le agradece a cualquiera, ni por cualquier cosa — le dijo — Bueno, ¡nos vemos! Te compensare por esto otro dia.
Dada los miro irse, sintiendo como su corazón latía fuerte dentro de su pecho.
Al principio cuando miro a Ring Ring llegar a la tienda de visiblemente mal humor decidió esconderse, ya que esa mujer daba miedo cuando se molestaba. Pero una vez que la escucho hablar sobre su gato y el poco conocimiento que ella poseía sobre el tema, no pudo evitar entrometerse.
Él amaba a los gatos.
Así que junto todo el valor que pudo e intervino en la situación. Tenía que ayudarla a escoger por el bien de su gato. Pero Dada sentía que la había ayudado con algo más que eso. Y del mismo modo, en el fondo también sentía que le había dado su número por algo más que solo los gatos.
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Hola !
Tiempo sin aparecer por aquí en esta colección.
Se que están esperando la actualización de Querido Garu, pero esa vendrá el Viernes. Tendrán dos capítulos en compensación por la espera.
Y bueno, la verdad ya traía este shot en la mente desde hace mucho tiempo. Es el primero en esta colección que está basado en Love Recipe, aunque cambie ciertas cosas. Como saben, Juni, el perrito de Ring Ring en Funny Love, no aparece. En cambio, vemos un gatito blanco con azul. Pero no se ve que Ring Ring lo mime tanto como a Juni, de hecho yo no sabia que era su gato hasta después. Y Dada pues le gustan los gatos, ya que adoptó a tres en un capítulo. Esta idea me llevó a esta situación. Es mucho más fácil imaginar momentos entre Dada y Ring Ring en sus versiones de Love Recipe ya que ella es menos mala jaja
Y como casi no tuvieron contacto, de hecho creo que no tuvieron ninguno, se prestó para esto.
Debo comentarles que algunos shots de Ring Ring seran con Dada y otros con Ayo. Ya saben que la shippeo con medio mundo. Hasta con Tobe jaja
Menos con Garu, obvio.
El próximo shot será de Pucca y Garu, y ya lo tengo pensado.
Muchas gracias a los que han leído esta colección, dejado review y han esperado mucho por su actualización. Por fin aqui la tienen. Nos leemos el Viernes en Querido Garu. ¡Los quiero!
