Autor Original: outwitted
ID: 2321050
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Algunas veces la vida te da limones pasados
Después de mucho esfuerzo para calmar a las doncellas, Teito y Frau se sentaron con sus propios platos de estofado, intentando no hacer contacto visual. El prostituto se sentía…fuera de lugar, sería la mejor frase. Un lugar extraño, personas extrañas y sin mencionar los extraños colores de pelo. Sacudiendo esa sensación, el silencio siempre pesado comenzó a oprimir sus nervios, y sin pensarlo, dijo abiertamente,
"Así que, podría darte un descuento si te deshaces de este silencio"
¿Qué fue eso? El moreno no lo sabía, aunque definitivamente estaba fuera de lugar. El rubio al lado de Emerald dejó de jugar con su comida.
Él no levantó la vista, o siquiera pretendió que no había escuchado a Teito, simplemente…se detuvo. El silencio se extendió por un momento, un momento extremadamente largo, tras eso, Frau finalmente sonrió, una risa ahogada, y se reclinó en su silla.
"¿Es eso una broma?" dijo el hombre, su voz como el terciopelo. ¿Lo era? Pensó el prostituto para sí mismo, y se dio cuenta de que realmente no le importaría darle a Frau algunos servicios, incluso si aplastase la poca dignidad que le quedaba. Entonces, una vez más, entre la clave del incidente y todo lo de 'ser prostituto', la dignidad no era normalmente su principal prioridad, pero con Frau no quería ser visto de ese modo. ¿Por qué? Ni siquiera Teito lo sabía, pero una 'broma' era la excusa perfecta para alejar esa línea de pensamiento de su cabeza, así que todo lo que el prostituto pudo hacer fue sonreír y asentir juguetonamente.
"Hey, ¡como si fuese a desperdiciar un descuento contigo!" ante esto, el rubio se rio, inclinándose sobre la mesa y revolviendo el pelo de Teito, para gran angustia del más joven.
"Hey, vamos, ¡respétate un poco más a ti mismo, enano!"
"No me digas eso, pervertido, apuesto a que te encantaría tener mi tiempo"
Ambos se rieron esta vez, y por un momento, sus ojos se encontraron y todo no era realmente del modo en que era. Teito no era una puta asquerosa y Frau no era un pobre tripulante del barco, eran solo ellos, contrastando y contradiciéndose el uno al otro. En perfecto equilibrio.
Teito ahora odiaba esa sensación. La había tenido antes, cuando era agradable, cuando conoció a Mikage. Cuando hablaban, cuando no hablaban, cuando se sentían. Antes de que Mikage sufriera una sobredosis, antes de que las drogas le quitasen la vida, dejando a Teito con todas las deudas de un amante fallecido. Sin importar cuán agradable fuese su familia de acogida, no se atreverían a pagar todas esas deudas, forzando a un adolescente a prostituirse.
"Gracioso, de un modo terrible, irónico y estúpido" se diría a sí mismo por las mañanas cuando escapaba de casa para ir a la de un cliente, asegurándose de coger su paga de la mesa de al lado de la puerta.
Volviendo a la realidad, Teito rompió el contacto visual, levantándose y limpiando su plato.
"H-Hey, ¿qué pasa, enano?" dijo el rubio, confundido de porqué el moreno estaba siendo tan frío de repente. Al principio, Emerald no respondió, sino que simplemente puso la mejor sonrisa que podía y miró sobre su hombre hacia el otro,
"No te gustaría saberlo"
Los días siguieron, y Teito estaba acostumbrándose al barco. Había desarrollado una amistad con los otros tripulantes también. Ouka era como una hermana mayor para él, una largamente perdido que cuidaba de él y le entendía, Labrador era más como un maestro, o incluso una madre (extraño, considerando su género), y Castor algo así como un tío, alguien que te guía incluso si aun así te ocultan secretos. Aunque Teito estaba bastante seguro de que algo ocurría entre Castor y Lab, viendo el modo en que estaba tocándose el uno al otro de alguna manera, cogiéndose de las manos o con un brazo alrededor de la cintura contraria. Bastante obvio, si el prostituto podía decirlo.
Solo había un inconveniente. Cierto tripulante rubio y Emerald siempre estaban teniendo incómodos encuentros o cosas parecidas. Algunas veces era una conversación fuera de lugar sobre el amor o, en otras, esas miradas que provocaban en Teito una nostalgia desgarradora.
Era difícil evitar el que estuviese teniendo esa sensación de nuevo, la misma que tenía cuando estaba con Mikage. Reflexionando sobre esto en su habitación, sobre esta extraña sensación, cuando un golpe lo interrumpió.
"¡Adelante!" dijo Emerald hacia la puerta, suspirando pesadamente. Justo como lo hizo, una cierta chica con coletas pasó dentro, una encantadora sonrisa en el rostro.
"Hey, hermano, ¿qué está pasándose por tu cabeza…?" dijo un poco nerviosa, casi forzando la sonrisa. Teito solo negó con la cabeza, sentándose en su cama, en la cual estaba tumbado recientemente.
"No vas a dejarme tranquilo hasta que te diga algo, ¿verdad?" el moreno resopló, sabiendo lo que pasaría, cruzándose de brazos como la pequeña puta que tan profundamente sentía que era. Ouka simplemente se relajó, sonriendo, sentándose a su lado y apoyándose en su hombro.
"Oh, me lees como a un libro abierto" ronroneó, sonriendo y empujándolo ligeramente "Entonces, ¿quién es?"
Solo por un segundo, el verde ojo izquierdo se crispó con ligera molestia, y Teito tuvo la sensación de inminente perdición total de su distinción de hombre.
"… ¿Qué?"
Ella se rio de nuevo, diciendo alegremente "Sé cuando alguien está enamorado, o creo que en tu caso estás loco de" hizo una pausa, para más efecto dramático, y una sonrisa que daba bastante mal rollo a Teito "A-M-O-R"
