Así que estoy de regreso porque esta historia recibió un comentario. El año pasado, pero mejor tarde que nunca. ¿No? Lo que sí es que esta vez con una pareja un poco menos crack que las anteriores. ¿Qué se le puede hacer? Así sucedió con la rifa.
Best song ever
(Operetta y Johny Spirit)
Johny hubiera reconocido ese taconeo en cualquier parte. En el mundo de los monstruos, en el de los humanos, o incluso en el de los espíritus. Así que no le sorprendió nada cuando las puertas de su pequeño hogar se abrieron y la dueña de los pasos entró como si el lugar le perteneciera.
—Sé que acordamos que solo te marcharías cuando te demostrara que era claramente superior a ti, pero considerando que yo literalmente duermo aquí sería amable de tu parte dejarme el lugar— comentó Johnny mientras ojeaba una revista, sin voltear a verla.
—Oh, por favor. Ya estoy siendo bastante amable— contestó Operetta sentándose enfrente del órgano y empezaba a calentar pasando sus dedos sobre las teclas—. Sobre todo, considerando que a pesar de ser una mejor musico te dejo quedarte a dormir en mi lugar de ensayos.
—Ya quisieras.
Johny se puso de pie y flotó hasta colocarse atrás de Operetta, siguiendo con su mirada, por encima de su hombro, el movimiento de sus dedos.
—Un poco de espacio personal no estaría mal— se quejó Operetta, aunque la sonrisa en sus labios daba a entender que estaba bromeando—. ¿Sabes?
—No tengo materia, no molesto— contestó él inclinándose un poco más al frente para empezar a toquetear el instrumento musical.
Como buen órgano embrujado este reaccionó al plasma de Johnny y empezó a sonar, mucho menos armónicamente que cuando Operetta lo tocaba.
—Mis oídos empezaran a sangrar si sigues así— se burló la pelirroja.
—¿Ves como eres grosera? ¿Ahora quieres manchar mi piso?
Ahora Jhony estaba prácticamente encima de ella. Entonces sus dedos rozaron los de ella, atravesándolos un poco. Operetta se removió en su lugar como si una corriente eléctrica la hubiera atravesado.
—Siéntate— le ordenó entonces.
—¿Disculpa?
—Que te sientes— insistió ella, moviéndose a un lado para dejarle parte del banco libre.
—Soy un fantasma, no puedo sentarme.
—Claro que puedes, te he visto— él sonrió arrogantemente antes de obedecer—. ¿Ahora qué?
—Tendrás que aprender— respondió ella acercando sus manos un poco más a las de él—. Sigue mis movimientos.
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Las sesiones de violín eran especialmente intensas y la dejaban emocionalmente alterada. A veces Operetta pensaba que si fueran capaces de tocarse el uno al otro las cosas serían menos extrañas. Simplemente había algo en la forma en la que la mano de él terminaba atravesando su brazo cuando intentaba explicarle porque su posición era incorrecta, que la trastornaba.
Aunque puede que tuviera más que ver con que el violín no era su instrumento de predilección, porque las lecciones de órgano parecían mover más las cosas para él. Podían estar grandes avances, pero si accidentalmente sus dedos se entrelazaban, aunque los dos se congelaban en el momento, era como si Jhony fuera incapaz de recuperar la concentración después de eso.
Aunque accidentalmente quizás no fuera la palabra correcta para describir esos roses. ¿Imprevistos? ¿Inesperados? ¿espontáneos quizás? Pero eso no significaba nada. ¿O sí? No tenía por qué significar nada.
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—¿Hay algo ahí chica?— le preguntó Clawdeen en una ocasión.
—No. ¿Cómo crees?
—Nena, no estoy ciega. Y mucho menos sorda.
—Aparte, todas supimos que tarde o temprano iba a haber algo ahí— agregó Spectra apareciendo de un casillero de repente.
—¿Nos has estado espiando?— le reclamó Operetta, genuinamente ofendida.
—No ha sido necesario, simplemente apunto lo que siempre ha sido obvio para todos.
—¿Pero entonces estás admitiendo que si ella decidiera espiarlos encontraría algo?— la cuestionó Clawdeen.
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Jhony tocaba el órgano y ella tocaba el violín. No sonaban tan bien como en otras ocasiones, pero la música era tan poderosa como siempre.
—Tendrás que regresármelo ahora— dijo él una vez hubieron terminado.
—¿El violín?— preguntó ella.
—No— contestó él.
Operetta no supo que la poseyó, Jhony y las palabras de Spectra probablemente, pero se lanzó hacia él y lo besó.
No era la primera vez que besaba a un monstruo. Pero era la primera vez que besaba a Jhony, y eso lo hacia inmensamente diferente a cualquier otro beso. Quizás era porque ser un fantasma y técnicamente ni siquiera se estaban tocando. O quizás era porque como era un fantasma definitivamente estaban haciendo algo más que tocarse, su plasma entrelazándose entre su materia, ocupando cada espacio libre que ella no sabía que existía.
Aunque probablemente simplemente era porque era Jhony. Y todo lo que hacían juntos siempre era música. Y esta canción en específico era lo mejor que nunca habían tocado.
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La cabeza de Operetta atravesaba el pecho de Jhony, descansando justo en el centro. Y aunque él sabía que eso era imposible, desde que estaban así sentía un latido de corazón alimentando todo su cuerpo.
—Deberías quedarte conmigo esta noche— le dijo él trazando líneas imaginarias con sus dedos entre su cabello.
—Ni en un millón de años— contestó ella, cuando hablaba dentro de él eso le generaba cosquillas.
—No tiene que enterarse nadie. Somos los únicos que entran a este lugar de todos modos.
—¿Qué te hace creer que me importa lo que piensen los demás?
—Pues no has querido hacer oficial lo nuestro.
—No es como que tú lo hayas pedido, aparte estoy segura de que todo mundo lo sabes.
—¿En serio?— preguntó él enarcando una ceja y ella se elevó con ayuda de sus codos para poder mirarlo a los ojos.
—Quizás si tuvieras amigos lo sabrías.
—Eres cruel— contestó él mientras ella se inclinaba y volvían a besarse—. Aparte si tengo amigos— agregó en un pequeño descanso para que Operetta tomara aire.
—¿En serio, quién?— lo cuestionó en otro pequeño descanso.
—Bueno, Scara y…— otro pequeño descanso, solo uno pequeño— tú.
—Creo que, para este punto, somos un poco más que amigos.
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—¿Así que Jhony y tú ya no tocan juntos?— le preguntó Draculaura en una ocasión— Hace mucho que ya no escucho música salir de las catacumbas.
—¿En serio? Si hemos estado trabajando en la mejor canción del mundo— contestó Operetta.
—¿Cómo va? ¿Cuál es la tonada?
—No lo recuerdo.
Así que olvidé completamente una de las reglas que me había puesto a mi misma y no escribí este capítulo en primera persona. Pero ya casi lo había acabado cuando se me ocurrió checar mis notas de autor y me di cuenta. La verdad es que ellos son prácticamente canon, pero como Monster High decidió destruirse antes de en verdad explorarlos creo que valió la pena escribir esto. Aparte, eran una de mis OTPs cuando estaba más metida en este fandom y esta canción era perfecta para ellos. ¿Emocionados por el reboot? Yo estoy nerviosa. En fin, ya saben si quieren que siga esto comenten, den fav o follow (¿quizás las tres?).
Los quiere: yo.
