OJOS BIEN GATADOS
IV
La interrogante no había hecho más que crecer, y Cammy sentía quizás por primera vez lo que era el peso de una bolita llamada duda que le daba vueltas por la cabeza. Sus radiografías salieron bien. Lo que buscaba no podía encontrarse con un simple examen visual. En todo caso, podría preguntarle a la persona con mayor autoridad que hubiese conocido nunca: El Coronel Keith Wolfman del MI6, que afortunadamente la había citado a las 1000 horas.
—Cammy, llegas justo a tiempo...
Cammy se mantuvo en la entrada, sosteniendo su boina roja bajo el brazo.
En la oficina se encontraba el Coronel, efectivamente, pero acompañado de una presencia inesperada. La mujer con la que compartía una copa de coñac estaba sentada muy cómoda sobre el cojín rojo favorito de Cammy para instalar sus posaderas, y se reía con una coquetería cínica. Al percatarse de la llegada de la soldada, meneó la cadera y estiró el fino cuello.
—Por favor, pase, Agente White.
—Permítame presentarle —dijo el Coronel, con las mejillas sonrojadas—, la agente de la CIA, nombre código Crimson Víper.
Un fogonazo llegó a la cabeza de Cammy como si fuese un disparo.
—Killer Bee.
Salieron esas palabras de sus labios, sin temor alguno, pero apenas tomó consciencia del hecho, dio un paso hacia atrás, y selló la boca con fuerza. Tanto el Coronel Wolfman como la Agente Víper se percataron de ese curioso desliz. Cammy no terminaba de entenderlo, ¿por qué había usado ese nombre? ¿Por qué aún lo recordaba, por qué lo sentía tan natural?
—Eh... —aclaró el Coronel Wolfman la garganta—, la Agente Víper ha llegado por un asunto digamos... extra-oficial. Me gustaría que la escoltes a una pequeña reunión.
—Afirmativo —declaró Cammy.
Efusivos abrazos y besos de despedida después, con promesas de reencuentro de por medio, la Agente Víper salió de la oficina acompañada de la Agente White y con un maletín bajo el brazo. Cammy entendió que debía tratarse de un portafolio de vital importancia y cuya protección era incluso más relevante que la vida de la Agente de la CIA.
—¿Me lo llevas? —la Agente Víper se lo ofreció.
A veces a Cammy White le puede fallar la intuición.
