Aclaraciones: Sin POV definido
Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial
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Disfruten la lectura
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Capítulo 4. Atracción
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A veces cuando se aburría o se sentía solo en la universidad tomaba su auto y se iba para su casa, no el departamento en el que vivía desde que había empezado su educación superior sino aquel hogar en el que había crecido. Allá al menos podía entretenerse con su hermana menor quien siempre se alegraba de verlo.
Ese semestre no tenía clases los viernes, así que era bastante usual que los jueves en la tarde después de organizar cuales eran sus pendientes para la siguiente semana, se fuera y pasara todo el fin de semana con su familia. Su madre era una mujer severa y muy estricta, por lo que mantener buenas notas era obligatorio si no quería tenerla al teléfono dándole un sermón sobre responsabilidad y que no le hiciera mal ambiente cuando iba a verla, a ella y a su hermana.
Al llegar estacionó su auto en uno de los espacios disponibles y se fue a una pastelería cercana para comprar algo para merendar, caminó por el barrio pensando que aunque no era exactamente un lobo solitario, la verdad es que no siempre disfrutaba del todo la compañía de sus compañeros de clase. Por eso no compartía tanto con ellos, para hablar sobre su futuro y la dirección que tomarían los negocios de la familia ya tenía a su propia progenitora ¿es que no tenían nada más en la cabeza que pensar en dinero o las formas de hacer más? Que sí, que todos estudiaban finanzas y eran algo así como herederos de grandes compañías no solo en el país, pero eso no significaba que ese fuera el único tema disponible.
Chasqueó la lengua y quiso pensar en algo más, como el hecho que el lugar era más retirado de lo que recordaba pero estaba más cerca de llegar que de devolverse solo para regresar en el auto. El olor a chocolate y otros postres invadió su nariz en cuanto entró, por lo que ordenó unos panes de chocolate para él, unos rollos de canela para su hermana, y para su madre un par de éclairs. Estaba tratando de contener sus ganas de comerse uno de los pastelitos mientras retomaba la dirección a su casa cuando vio a esa joven que veía a todas partes con lágrimas en los ojos.
Se le acercó y fue entonces que supo que estaba perdida, reconociendo que estudiaba en el mismo colegio que su hermana y del que él era egresado, y sorprendiéndolo al dejarlo con la mano extendida tras decir su nombre. Se encogió de hombros, de gente loca estaba lleno el mundo.
Al llegar a su casa dejó la caja en la mesa del recibidor y supo que algo andaba mal al escuchar los fuertes golpes en una de las puertas además de su progenitora vociferando. Era raro que su madre y su hermana discutieran, más de esa forma, los gritos solían estar reservados para él exclusivamente por lo cual subió las escaleras de una vez dispuesto a intervenir a favor de Hana.
- ¡Estás siendo ridícula! — gritó su madre y dio otro par de golpes a la puerta de la habitación de su hermana — ¡abre la puerta de una vez! — más golpes — ¡Hana te estoy diciendo que abras!
- ¡NO! ¡¿Por qué no me dejas tener esa amiga?!
- ¿Qué está pasando? — la mano de la mujer se detuvo justo antes de golpear de nuevo
- Bien — fue el saludo — tú te vas a encargar de convencer a tu hermana de detener este sinsentido en que está enfrascada
- ¡NO ES UN SINSENTIDO! ¡TÚ ESTÁS SIENDO IRRACIONAL! — gritó la menor del otro lado
- ¿Qué hizo?
- ¿Te acuerdas de lo que hizo el rector Ōnoki?
- ¿Las becas que ofreció a estudiantes de menos recursos y por las cuales estuviste despotricando durante casi 1 mes en todas las cenas amenazando con cambiar a Hana de colegio? — preguntó con ironía — no, no me acuerdo
- Sí, esa situación — dijo la mujer ignorando el sarcasmo
- ¿Qué con eso?
- Tu hermana no solamente se hizo amiga de una de las pordioseras sino que además tuvo la descabellada idea de traerla a casa — hizo énfasis en sus palabras — ¡Trajo una piojosa a la casa!
- No son piojosos mamá
- ¡Imagina que clase de mugre trae! ¡además que pudo robarnos! — él se llevó la mano al puente de la nariz
- ¡TE DIJE QUE NO ES UNA LADRONA!
- No es como si vayas a quedar pobre porque alguien se lleve un candelabro, además ya oíste a Hana
- ¿Te vas a poner del lado de ellos? Sirve de algo más bien y saca a tu hermana de la habitación para que hablemos como personas civilizadas — le ordenó
- Oye pulga — había avanzado a la puerta y dio dos golpes ligeros — te traje rollos de canela
- NO QUIERO
- ¿De verdad? Porque si no quieres me los comeré todos solo... son de la pastelería que te gusta y todavía están tibios
- ¿En serio? — sonrió victorioso al ver que la puerta se abría un poco y su hermana se asomaba, había estado llorando
- Anda, están abajo — Hana siempre parecía una niña pequeña cuando eran temas relacionados con la comida — te traje unos éclairs — los dos bajaron y se fueron al comedor, él fue a la cocina por los 3 vasos de leche pues su progenitora también había tomado asiento — ¿qué tal van las clases pulga?
- Igual que siempre, aunque tengo dos proyectos en pareja y ahora mamá echó a mi compañera
- Es una piojosa que no... — dijo la mujer tras morder su postre
- La gente normalmente no tiene piojos, mamá
- Ni siquiera me dejó salir a buscarla para que la lleven a casa, Tenten no debe conocer el barrio y puede estar deambulando por ahí
- ¿Castaña, dos chonguitos y estaba en uniforme? — su hermana asintió
- La vi cerca a la pastelería
- ¿Cómo llegó tan lejos? — él se encogió de hombros
- Le dije donde era el paradero del autobús ¿sabían que queda frente al nuevo local de comida vegana molecular?
- ¿El que no te gustó?
- Todo tenía textura de lodo — rememoró, no le gustaban las cosas que no se podían morder — pero sí, ese
- Bien, ya sabes que no está perdida por ahí ¿dejarás el show ahora?
- No, te digo que es mi amiga
- Y yo tu madre, no voy a aprobar esa amistad
- También es mi compañera de estudio, el proyecto es en parejas y no puedo hacerlo sola
- Iré al colegio y hablaré con el profesor, no pueden obligar a mi hija a hacer pareja con una...
- Por favor cambia de adjetivo — su madre arrugó el ceño — además ¿cuál es el problema? A la pulga le agrada y le hace falta tener amigos
- ¿Por qué siempre te pones del lado de tu hermana?
- Porque no hay lados mamá, la pulga lo dijo, no puede hacer el proyecto sola y le cae bien... ya se me olvidó el nombre
- Tenten
- Eso, ella
- Bien — accedió de mala gana — pero solo puedes invitarla a estudiar, a nada más. No quiero verla por aquí a menos que sea estrictamente necesario
- Gracias — Hana lo había abrazado tan pronto la conversación terminó y su madre se fue del comedor
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Había olvidado casi por completo el encuentro con esa castaña, hasta esa tarde del siguiente semestre en que estresado por pasársela estudiando para sus exámenes finales decidió desconectarse e irse para su casa, se acercaba la hora de la merienda cuando llegó por lo cual fue a buscar de una vez a su hermana a ver si iban juntos a comer algo, encontrándose al abrir el estudio a la joven de pie frente a una pizarra.
Se avergonzaba de verlo ahí, pero le parecía bueno ver que su madre efectivamente había permitido que siguiera estudiando con su hermana. Las invitó a comer y Hana pidió ir al restaurante que vendía su comida favorita. Lo habían descubierto un día que habían salido solos pues a simple vista su madre no aprobaría que entraran a un lugar de ese aspecto, pero el olor los había hecho acercarse y definitivamente había valido la pena, al ver que la castaña rehusaba preguntó si era vegetariana, pensando que si algo podrían pasar y comprarle algo en el sitio de lodo con eso los acompañaba, ofreciéndose a llevarla a casa.
Ante su vehemente negativa recordó lo de la beca, y que probablemente viviría en alguno de los barrios bajos, satisfecho de ver que al ofrecerle dejarla en el paradero sí aceptaba. Al principio pensó que era muy tímida y de ahí el porqué se llevaba con Hana, quien a veces podía ser algo retraída, pero a medida que fueron hablando se dio cuenta que no lo era tanto, de hecho hablaba y le contestaba lo que él preguntaba, riendo con sus anécdotas de su adolescencia. Admitía que era linda y tenía una risa agradable por lo que a propósito contó más historias graciosas o habló de temas sin sentido solo para escucharla volver a reír mientras iban comiendo.
En cualquier otra situación parecida habría pateado o pisoteado disimuladamente a la tercera persona presente para poder hablar al menos unos minutos a solas con la mujer que le interesaba y así de paso intercambiar números. El problema es que la tercera persona era su hermana y no entendería que la pisara de repente, cuando la escuchó decir que iría a lavarse las manos creyó que sería su oportunidad, pero Tenten también se fue con ella y él maldijo por lo bajo. Al ir al lavabo tuvo una idea tonta pero era lo único que se le ocurría, buscó en el bolsillo de su saco la pequeña libreta que solía tener allí y anotó su propio número, dobló el papel y mientras tomaban sus bebidas se las ingenió con una sola mano para abrir el morral de ella y deslizar la nota antes de volver a cerrar la cremallera.
La habían acompañado al paradero y tras verla subida en el bus regresaron a casa, ¿había sido precipitado o idiota hacer algo así? Probablemente, pero a pesar de saber que tenía la edad de su hermana había algo en ella que le había resultado sumamente atrayente y por un segundo le pareció que era mutuo. Dejó a Hana en la casa y tras saludar a su madre quien le recordó que debía estudiar y no andar perdiendo el tiempo, condujo de regreso a su propia vivienda. Era cerca de una hora de camino y debía agradecer que el tráfico colaboró, dejó el teléfono sobre la cama mientras se ponía pijama, se metió bajo la manta y cuando iba a abrir uno de los libros digitales en su celular vio que no había tenido señal en el trayecto y varios mensajes empezaban a entrar apenas, pero el que llamó su atención de una vez fue uno de un número desconocido. Lo abrió y vio la pequeña foto en la esquina que mostraba a la castaña sonriente detrás de un pequeño pastel con dos velas que formaban el número 16.
Aclaró quien era y el motivo para la nota, leyéndola en lo que podía suponer era un intento de alejarlo, consiguiendo hacerla reír incluso por escrito. Empezando a hablar con ella de cualquier cosa, a veces simplemente de alguna idea sin dirección que pasaba por su mente y que cualquiera de sus compañeros habría ignorado, pero ella le contestaba y hasta resolvía sus hipotéticas dudas sobre la existencia.
Quería invitarla a salir pero por algún motivo no se atrevía, tal vez por la diferencia de edad y pensar que ella lo veía solo como el hermano de su amiga, no es que él fuera tímido, de hecho cuando se lo proponía podía pasar por casanova y había logrado tener éxito frente a otros compañeros en llevar a su cama a algunas de las universitarias que más pretendientes tenían, pero con Tenten se sentía un poco cohibido. Por eso solo le hablaba sin otras intenciones y ya.
Hasta esa tarde que por fin se la volvió a cruzar en la casa con Tenten, había ido algunas veces pero no la había visto y no le quería preguntar directamente a su hermana. Se había recostado en su habitación y su corazón se aceleró al escuchar las dos voces, no se asomó, si lo hacía Hana lo vería y perdería cualquier oportunidad de hablar a solas con la castaña, por eso esperó hasta que vio que la dejaba sola y se coló en el estudio. Ella se había quedado viéndolo fijamente y casi congelada en su lugar, por lo que decidió acercarse y besarla, alegrándose al ver que sí era correspondido.
Habían seguido viéndose a escondidas en la propiedad hasta ese día que su madre para variar mostró su lado clasista y la trató mal, gritando sobre el estupro. Admitía que era algo que no había considerado puntualmente, pero igual no quería dejar de verla. Su progenitora lo exilió oficialmente de la casa por el resto del año, pues Tenten estaba ayudando a Hana a mejorar sus notas y por eso era usual verla tan seguido. Así que habían pasado a verse algunas tardes y solo tontear por la ciudad, era consciente que ella solía estar en uniforme y que cualquiera podía verlos.
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Sabía que le encantaba la primavera, así que en mayo la había invitado a un picnic en un claro en el campo en el que las flores estaban por doquier. Era la primera vez que estaban completamente solos y tal vez por eso mismo el beso se descontroló un poco, en especial por lo bien que ella reaccionaba a su tacto. Si hubiera sido cualquier otra mujer de las que habían pasado por su cama no habría dudado en abrir su pantalón y aprovechando las facilidades que le daba que estuviera en falda hacer a un lado la estorbosa ropa interior para penetrarla ahí mismo, pero una voz en su cabeza le recordó su edad y que probablemente nunca hubiera tenido relaciones antes, solo por eso fue capaz de detenerse. Al preguntarle no le sorprendió saber que era virgen, por lo que se apartó, ella no se merecía una primera vez en medio del campo y sin mayor preámbulo que un beso, debía ser paciente, debían ir despacio y tal vez en un par de meses llegarían al acto, pero solo cuando se hubiera asegurado que ella estaba completamente de acuerdo y de verdad quería hacerlo.
Siguieron viéndose a veces entre semana y los fines de semana iban a algún lugar por lo general apartado, como un mirador que conocía y en el que al llegar ella había sonreído emocionada. Le gustaba ver como daba ligeros saltitos cuando estaba feliz y como era ella quien buscaba sus labios, quien deslizaba sus manos tímidamente por sobre su camiseta y llevaba su paciencia prácticamente al límite, era bueno ir a lugares solitarios por la ausencia de cualquier espectador curioso, pero así mismo era malo por esa razón. Un par de veces había acariciado su trasero por sobre la falda y ese día se había atrevido a masajear un poco sus senos, escuchando sus jadeos y la completa ausencia de rechazo a lo que hacía, pero seguía siendo muy pronto.
Antes de ir de regreso a la ciudad pasaron por un exclusivo restaurante que quedaba cerca pues ella necesitaba ir al baño y él aprovechó para que comieran un postre juntos. Escuchándola en el trayecto en el auto hablar sobre las vacaciones y que cuando regresara al colegio sería ya la última vez que lo haría pues a final de año se graduaría. La vio subirse al autobús y entonces su teléfono vibró, era un mensaje de Hana diciéndole que su madre estaba enojada pero no sabía el motivo. Rodó los ojos, su madre era una mujer explosiva y de mal carácter por lo cual no le sorprendía, le preguntó si quería que pasara a buscarla y esta negó, la furia era con él y le estaba avisando para que no se asomara en la casa.
¿Ahora qué la había enojado? Sus notas del semestre que acababa de finalizar, si no contaba la de geopolítica que la había aprobado con dificultad, habían sido buenas. Esperó un par de días por alguna llamada de su progenitora a reclamar por algo y no pasó nada, por lo cual al siguiente sábado tras su cita con Tenten fue a visitar a su hermana. Fueron juntos al sitio de tsukune y al entrar a la casa su madre desde la cima de las escaleras lo vio de mala manera y le dijo que tenían que hablar muy seriamente. Esa mujer daba miedo cuando se lo proponía, y definitivamente en ese momento se lo estaba proponiendo.
- Déjanos solos Hana — la menor los vio a los dos y asintió, su madre señaló el comedor y él fue hacia allí, tomando asiento de una vez
- ¿Te divierte llevarme la contraria? — su voz tenía una gelidez tétrica
- ¿Ahora qué hice?
- Sabes muy bien qué es lo que has estado haciendo ¿creíste que no me iba a enterar? — una imagen tomada de una cámara de seguridad fue puesta frente a él, se veía claramente a Tenten a su lado el fin de semana anterior cuando entraban al restaurante. Chasqueó la lengua en respuesta — vas a terminar esta tontería de una vez
- Madre...
- No, no estoy preguntando si te da la gana hacerlo. Te lo estoy ordenando
- No lo voy a hacer
- Tan testarudo como tu padre, los malcrió a ti y a tu hermana al dejarles creer que pueden hacer lo que quieran
- No metas a la pulga, escasamente si lo recuerda — su progenitor falleció cuando él tenía 10 años, y eran pocos los recuerdos de su hermana pues tenía algo más de 5 años
- Da lo mismo, el punto es que esta relación o lo que sea que tienes con esa pordiosera se termina en este momento — levantó una mano para evitar que replicara — te irás del país, ya hablé con las directivas de la universidad y se aprobó que hagas el próximo semestre en Londres
- ¿Qué? — así que por eso estaba molesta antes y había resuelto todo antes de hablar con él
- Como dije — le entregó un folleto de una universidad y la copia del itinerario de viaje — esta tontería se acaba aquí, ya verás que será lo mejor hijo — posó la mano sobre la suya y endulzó la voz — hago todo lo posible por el bienestar de mi familia, no solo es una mendiga, sigue siendo una menor de edad y este tiempo lejos te devolverá la perspectiva
- ¿Y si me niego?
- No hagas las cosas más difíciles querido — algo malo, la palabra "querido" en boca de su progenitora jamás era una muestra de cariño o aprecio — hay muchas mujeres en el mundo, no arruines tu vida y tu brillante futuro por tan poca cosa
No le dijo nada más, le apretó la mano una vez más antes de levantarse y dejarlo allí. La mención a su futuro dejaba claro que de negarse la siguiente amenaza de su madre iría por ese lado, o a pesar de hacer hasta lo imposible por evitar cualquier escándalo que involucrara a la familia, su expresión decía que sería capaz de ella misma de acusarlo por la edad de la castaña. Clavó sus ojos en las fechas, partiría en dos semanas, por lo que su plan de pasar una parte de su cumpleaños el siguiente fin de semana con Tenten se mantenía.
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En el próximo capítulo viene lemon :D.
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Att: Sally K
