Día 15 Pies

Pareja: JyushiTodo

AU: Normal/Dogos

Palabras: 1017

Todomatsu disfrutaba de una tarde tranquila, recostado en el sofá de la recamara revisa sus redes en el teléfono. El ligero sonido de la puerta al ser recorrida llamo su atención – Jyushimatsu nii san, bienvenido… – saludó al instante para después fijar la vista en el mayor, específicamente en su ropa.

- ¡Oh, Totty estaba aquí! – mencionó moviendo sus brazos frenéticamente. La habitual polera amarilla y el short azul estaban llenos de lodo, algunas gotas de agua escurrían de un par de mechones.

- Jyushimatsu nii san, ¿Qué has ahecho ahora? – el menor suspiro a la par que se sentaba correctamente y dejaba el teléfono a un lado.

El nombrado esquivo la vista - ¡Nada, no he hecho nada! – respondió con una gran sonrisa, una mueca digna de un niño que acaba de ser atrapado en plena travesura y aun así se proclama inocente.

Todomatsu se colocó de pie y cruzo los brazos - ¿Qué llevas en la espalda?

Jyushimatsu comenzó a reír, en su espalda un bulto bajo la ropa comenzaba a moverse. Aquello alerto al menor quien retrocedió un par de pasos, después de todo, con el quinto hermano nunca se sabía lo que podría ocurrir.

Algo salió a gran velocidad de las ropas del mayor, Jyushi grito, Totty grito y al final, se escuchó un ladrido.

Todomatsu miraba sorprendido al pequeño cachorro de pelaje vainilla que también tenía manchas de lodo.

- Lo encontré en el rio – comentó Jyushimatsu al hincarse y mimar al canino.

- Jyushimatsu nii san, no puedes traer a cualquier animal que encuentres, además, están hechos un asco, mamá se va a enojar – le reprendió desde lejos, no quería ensuciarse.

- ¡Pero es un buen chico, a mamá le gustara!

Totty se acercó un poco cuando vio algo brillar, se inclinó y descubrió que el cachorro llevaba una placa – El perro tiene dueño – aseguró para el pesar del mayor.

Todomatsu se encargó de marcar el número de la placa, para su suerte la voz de una chica le informo que en cuanto saliera del trabajo pasaría por su mascota, el Matsuno aseguro que lo cuidarían hasta entonces. El menor llevo hasta la bañera a su hermano y al perro, necesitaba asearlos y estar presentable para cuando la chica apareciera.

Jyushimatsu pataleaba en la bañera mientras gritaba que se ahogaba, por su parte Todomatsu, sólo con una camiseta blanca y short azul, intentaba lavar al cachorro que no dejaba de encimarse y pasar la lengua por su rostro. Totty entendía la razón de que su hermano quisiera al perro, tenían la misma energía, de hecho, si los veía atentamente hasta parecían similares.

- ¡Nii san, deja ya de salpicar! – reprendió el menor hincándose junto a la bañera y sujetando por los hombros al mayor para frenarlo.

Cuando Totty estaba por continuar su regaño, un repentino escalofrió paso por todo su cuerpo, no pudo evitar tensarse y emitir un ligero gemido. Jyushimatsu se asomó un poco, alcanzo a distinguir al perro que había comenzado a pasar su lengua por la planta de los pies de Totty.

- ¡Perro tonto, no hagas eso! – se giró de inmediato para alejar al cachorro, consiente del sonido que había emitido sabía que su rostro estaría sonrojado. Se levantó listo para marcharse del cuarto, pero no logro dar di un paso cuando fue sujetado por la cintura y atraído hasta la bañera - ¡Nii san! – se quejó por aquella treta. Por fortuna la tina era lo suficientemente espaciosa para que dos personas entraran.

Jyushimatsu no respondió; sujetando una de las piernas del menor la levanto lo suficiente para poder pasar su lengua por la planta del pie.

- ¡¿Q-qué haces?! – intentó zafarse y controlar la sensación que había sentido anteriormente.

- Se veía divertido – habló el mayor continuando con su tarea, deslizando su lengua por cada uno de los dedos, como estuviese degustando dulces diversos.

En la posición que estaba, Todomatsu difícilmente podía levantarse; un agradable hormigueo recorría su cuerpo, cubrió su boca para que el mayor no escuchara los gemidos que tanto querían salir de su garganta.

Jyushi mantenía su vista fija al rostro de su hermanito, nunca lo había visto tan avergonzado, esas expresiones le comenzaban a gustar. Se levantó un poco para poder inclinarse sobre el menor, acerco su rostro al otro, solo unos centímetros los separaban.

El timbre resonando por la casa frenó toda acción; ambos parecieron recordar que vendrían por el perro. Giraron en busca del cachorro para percatarse que este no se encontraba y la puerta estaba abierta. Les tomo un instante salir de la bañera en busca del perro a gran velocidad.

Fuera de la casa una chica de vestido blanco, suéter rosa y gorro beige jugaba con una de sus trenzas mientras aguardaba a que alguien saliera; quien le había llamado sonaba como un chico lindo, quizá tendría suerte de conocer a un joven agradable gracias a que su perro había escapado.

La puerta se abrió repentinamente, en el marco, Todomatsu con el short y camiseta mojados sostenía entre sus brazos al cachorro, se notaba que respiraba de forma agitada – Hola, debes ser la linda dueña de este adorable cachorro – habló de forma apresurada estirando sus brazos.

La chica simplemente asintió, bajó un poco su mirada y trato de comprender la razón de que aquel joven tuviese a otro chico de rostro similar aferrado a una de sus piernas, desnudo – G-gracias – balbuceó nerviosa sujetando a su mascota.

- No ha sido nada, de hecho, quizá podría acompañarte en otra ocasión que lleves a pasear a tu perrito – sonrió de forma dulce, pero era tarde, la chica ya había salido huyendo. Todomatsu frunció el ceño – Tanto para nada – se quejó al cerrar la puerta – Nii san, ¿Podrías soltarme de una buena vez? – solicitó intentando avanzar.

En respuesta Jyushimatsu pasó la lengua por la pierna del menor a la que estaba aferrado.

- N-nii san, no hagas eso aquí – murmuró avergonzado.

El quinto se levantó de inmediato y cargó a su hermanito - ¡Hagámoslo entonces en el baño!

La casa se llenó de las risas del mayor y las suplicas del menor.

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Los pies son una de las partes más sensibles del cuerpo, ahora bien, el fetiche sexual que se relaciona a dicha parte del cuerpo se le nombra

Día 16 Trío

Ok, antes que nada una pequeña aclaración, este cap es en base al episodio 24 de la primer temporada, aquel fatídico cap ;m;9

Recuerdo alguna vez haber visto un fanart de esta pareja e Ichi en la cama, donde lo tenían "acorralado" por decir de algún modo; es así que surge esta idea 7w7Pareja: Pareja de navidad x Ichimatsu

AU: Normal

Palabras: 606

La noche era fría, y pese a aquello, un joven de polera morada andaba a paso lento sin abrigo extra, cargando solamente una bolsa blanca en la diestra se tambaleaba ocasionalmente. Algunas personas le pasaban de largo sin reparar en su presencia, otros pretendían no haberlo visto y muy pocos se compadecían de su situación, pero no se atrevían a acercarse.

Ichimatsu colocó su mano libre a la altura del estómago, ¿Cuánto tiempo llevaba sin comer?, ahora reconsideraba la decisión de haber salido de casa, justo ahora podría tener una rica cena en su cálido hogar, pero claro, su orgullo no le permitía regresar. Un par de pasos y pudo sentir que toda fuerza le abandonaba, listo para recibir el golpe contra el suelo solamente cerro con fuerza los ojos; sin embargo, el impacto nunca ocurrió, levantó un poco el rostro, lo suficiente para distinguir a dos personas sujetándole a cada uno de sus lados.

- Pobrecillo, ¿Estas bien? – preguntó la mujer de cabello corto claro.

- Te ves muy mal – completó el hombre de anteojos.

Ichimatsu no supo que responder, aunque no fue necesario, su estómago hablo por él al rugir de forma nada discreta; el nini se sonrojo. La pareja intercambio una mirada y una sonrisa.

De algún modo Ichimatsu fue persuadido por la pareja para acompañarles a su casa, probablemente el hambre le llevo a aceptar.

Aunque no hubo mucha conversación, la cena fue una delicia.

- Ichimatsu, deberías quedarte a dormir esta noche – propuso la mujer mientras levantaba los platos.

Antes de negarse el marido asintió, aludiendo a lo tarde que era y el frio de las calles.

El Matsuno no supo cómo oponerse y antes de darse cuenta ya era guiado por la pareja a una recamara.

- Anda, ponte cómodo – ella tomó su mano y le llevo consigo hasta la cama.

- U-un momento… – en ese instante comprendió que algo estaba mal.

- Tranquilo – habló el esposo acercándose de forma sigilosa y abrazándole por la espalda – nada malo te va a pasar.

- Ichimatsu, te habíamos visto antes – la mujer pasaba sus manos con suavidad por el rostro del nini – de inmediato notamos que eras un buen chico, ¿Podrías ayudarnos con una fantasía? – preguntó cerca de su oído.

Ichimatsu sentía escalofríos, tanto por la seductora voz que le hablaba de cerca como por las gruesas manos que se habían colado bajo su polera. Él sabía que aquello podría ser una pésima idea, después de todo, ni siquiera recordaba los nombres de quienes acaba de conocer, sin embargo, la soledad es mala consejera y en esos momentos tan solo deseaba sentirse amado.

La pareja no necesito escuchar una afirmación, al darse cuenta que el chico no se oponía a sus caricias continuaron con lo que deseaban desde que lo vieron por primera vez.

La ropa de Ichimatsu fue desapareciendo poco a poco, la mujer recorría con delicadez su piel mientras el hombre dejaba algunas marcas en el cuello y pecho. Si bien no era la manera en que el nini imaginaba su primera vez, ser tomado por la pareja de aquella forma era una experiencia excitante; al final, la mente del amante de los gatos se desconectó por completo, dejándole el paso a la lujuria se dejó hacer cuanto la pareja quiso.

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En las primeras horas de la mañana Ichimatsu se movía sigilosamente por la cocina, el cuerpo le dolía, en especial la cadera; tras hallar la bolsa que traía consigo, dejo una nota en la mesa agradeciendo la cena y las atenciones. Se marchó de aquella casa indeciso de si quería volver o no a toparse con la pareja.

Día 17 Mordidas

Pareja: KaraChoro

AU: Mistery/Wolf

Palabras: 525

Choromatsu paseaba tranquilamente por el bosque, la luna brillaba lo suficiente para alumbrar el camino del joven diseñador floral, le fascinaba pasear y admirar el paisaje, aquello le servía para inspirar sus futuras creaciones.

Su yukata de color verde parecía complementar el cuadro de tonalidades similares que conformaban los arboles a su alrededor; generalmente no se alejaba de su camino habitual, en especial con los recientes rumores en el pueblo de cosas inexplicables ocurriendo por doquier, sin embargo, pensar justamente en aquello le incitaba a querer adentrarse un poco más en el bosque, su curiosidad le ganaba al temor.

Tras un rato de andar un ruido llamó su atención, se escuchaba como una suave respiración, movido por la curiosidad continuo su andar acercándose cada vez más al origen del sonido. Detrás de unos arbustos logro divisar un pequeño espacio lleno de flores azules y blancas que parecían resplandecer con la iluminación de la luna; pese a que era una bella vista, lo que atrapo por completo su atención fue la curiosa criatura que reposaba en medio de todas las flores, durmiendo plácidamente.

Choromatsu se acercó lentamente para poder observar mejor, aquel era un joven de piel canela con el torso descubierto y un pantalón negro, sus extremidades parecían las de un lobo e inclusive pudo divisar una esponjosa cola en tonalidades grises; se hinco a un costado, un colmillo sobresalía en la esquina del labio superior. ¿Qué era aquella criatura?

Algo en su interior le pedía hacer algo más que observar, estiro su mano y paso con suavidad las yemas de sus dedos por la mejilla del otro. Sólo basto aquel roce para despertar al durmiente; sus miradas choraron por breves segundo que parecían una eternidad para el diseñador que se perdió en los hipnotizadores ojos azules.

En un solo movimiento la criatura se posiciono sobre Choromatsu, gruñendo levemente - ¿Qué quieres humano? – bramó con una gruesa voz que hizo estremecer a quien mantenía debajo.

- ¿P-puedes hablar?... sorprendente… - murmuró sintiendo una combinación entre la ansiedad y la admiración.

El "lobo" dejo de gruñir confundido por la aparente falta de miedo, acerco su rostro al cuello del humano, olfateando trababa de averiguar algo de ese chico, continuo pasando su nariz por el pecho, lugar en donde la yukata se había abierto ligeramente.

Choromatsu se estremeció y no pudo evitar que un gemido saliera de sus labios.

La criatura se enderezo de inmediato al escuchar aquello, su cola se balanceaba y el instinto le indicaba que había encontrado lo que buscaba – Tú serás mi pareja – determinó sonriendo ampliamente.

- ¿Eh? ¿Has dicho…?

Antes de finalizar su pregunta el lobo se inclinó y paso su lengua por el cuello de Choromatsu para después morder levemente en el mismo lugar. El humano solamente atino a cubrir su boca para que no se escuchara su grito.

- Soy Kara, ahora eres mi pareja y tendremos muchos cachorros – declaró sonriendo de lado.

Choromatsu no terminaba de comprender, el mitad lobo le observaba atentamente y él no lograba despegar la vista de esos ojos azules; al parecer, acababa de conseguir una pareja, o quizá una mascota, ya lo descubriría después.

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El acto de morder a la pareja implica un deseo consciente o inconsciente de marcar la "pertenencia"; en ocasiones se hace durante el calor del momento y en otras de forma intencional para mostrarles a otros que esa persona ya está en una relación.

En este caso, simplemente quise representar la mordida como un acto de pertenecía usando al KaraWolf; además el AU de vampiros ya es muy conocido XD

Día 18 Bukakke

Esta es la tercer y última parte correspondiente al día 9

Pareja: OsoKara

AU: Profesiones

Palabras: 502

Osomatsu no tardo en sujetar con fuerza al otro por la cadera, el florista comenzó a moverse de arriba a abajo ayudando a ser penetrado con mayor profundidad.

Los gemidos por parte de ambos inundaban la habitación, el mayor cambio la posición y recostando a Karamatsu continúo con el vaivén.

Karamatsu no sabía si agradecer o maldecir aquel anillo que tenía puesto su compañero, era innegable que en esta ocasión la erección del mayor estaba durando más tiempo del acostumbrado, lo que le hacía dudar si su cuerpo soportaría tanto, a ese paso no podría levantarse a la maña siguiente. Un par de estocadas más y el florista experimento un gran estremecimiento por todo su cuerpo, el orgasmo fue sumamente placentero, pero aun así, Osomatsu continuaba – P-para un poco… - murmuró pensando que si el otro no se detenía moriría de placer.

- Pero, se siente tan bien – respondió sonriendo de forma lasciva – además, esta fue idea tuya – se inclinó y paso su lengua por los labios del menor, incitándole a abrir la boca para poder besarse. Karamatsu le sujetó por los hombros, correspondiendo el beso intentaba soportar las embestidas.

- O-osomatsu, ya no puedo, descansemos – suplicó Karamatsu mientras arañaba la espalda del otro.

El mayor ahogo un grito ante la placentera sensación – Bien, tú ganas, ya quiero venirme – jadeo mientras salía del menor.

- Yo me hago cargo – Karamatsu pareció reponerse y en cuanto Osomatsu salió de él no dudo en empujarle levemente; se acomodó entre las piernas del mayor para poder retirar el anillo con sumo cuidado; Osomatsu gimió ante la liberación de su pene, pero poco duro la sensación de libertad cuando el menor ya le aprisionaba con la diestra – Te propongo algo – Karamatsu tenía una mirada lujuriosa – si logras aguantar, haremos lo que tú quieras la próxima vez.

- Eso es… - oprimió con fuerza los labios, listo para quejarse de tal treta, pero no quería perder la oportunidad – hecho – aseguró con una sonrisa traviesa que fue imitada por el otro.

Karamatsu sopló levemente en la punta del pene del mayor haciéndolo temblar, la mano que ya tenía aprisionando el miembro la utilizo para masajearle subiendo y bajando lentamente; el florista se estaba divirtiendo de tener a su merced al mayor, si él no podría moverse después por un posible dolor de cadera, se aseguraría de desquitarse en ese momento. Liberó un poco la presión y acerco su rostro para pasar la lengua por el glande; el otro no soporto más, un sonoro jadeo salió de su garganta mientras su semen terminaba por todo el rostro de Karamatsu; el mayor se levantó un poco, su compañero parecía sorprendido por la reciente "explosión"; a pesar de ello, el menor sonrió pasando la lengua por sus labios y saboreando la esencia de su amante.

Osomatsu sentía su corazón latir aprisa ante aquella vista, en definitiva Karamatsu lo volvía loco.

A la mañana siguiente, sorpresivamente la florería seguía cerrada, mientras en la recamara del primer piso, los amantes dormían plácidamente abrazados.

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Bukakke: Práctica que se lleva a cabo durante el sexo en grupo en donde varios hombres eyaculan por turnos o al mismo tiempo sobre un hombre o mujer. Dicha actividad se puede considerar también cuando el hombre eyacula en el rostro de su pareja y la misma traga/prueba el semen.

Día 19 Privación sensorial

Pareja: KaraIchi

AU: HiraDon

Palabras: 528

Sobre la cama un joven de piel clara se hallaba esposado a la cabecera, una venda en sus ojos le impedía saber lo que ocurría a su alrededor. Todavía tenía puesto su impecable traje blanco mientras su característico sombrero reposaba a un costado sobre el buró.

- No imaginaba algo así – comentó el famoso Don Ichi removiéndose un poco – al menos de ti – a pesar de no verle, sabía que otra persona se encontraba en la habitación, podía percibir el aroma de la loción, aquella que el mismo le obsequió.

No hubo respuesta, el leve sonido de unos pasos le indicaban que el otro se estaba acercando, confirmo aquello cuando el colchón se hundió un poco a su lado derecho y sus labios fueron apresados en un demandante beso; el aroma combinado de loción y tabaco golpearon sus fosas. Aquello era una nueva sensación, la incertidumbre de no poder ver ni tocar al otro comenzaba a emocionarlo.

- ¿No dirás nada? – Preguntó cuándo su acompañante se separó y levanto de la cama - ¿Estas castigándome gattina? – Sonrió de lado, divertido de imaginar las posibles muecas que podría estar haciendo el otro – Karamatsu… - murmuró al sentir las manos del mayor desabotonando su saco, después la camisa; unas ásperas manos recorrían su piel desde el cuello hasta la cintura, con una lentitud tortuosa y a la vez placentera.

¿Quién lo imaginaria en dicha situación? Un famoso mafioso, conocido por ser un sádico y poderoso hombre, yacía ahora sobre una cama de hotel a merced de un asalariado mayor que él por cuatro años; pero le había sido inevitable caer ante Karamatsu, al inicio era simple curiosidad por no hallar en la cansada mirada azulina el miedo que muchos demostraban, la fuerte voz y la imponente presencia no cuadraban con el papel de trabajador explotado que todo mundo conocía, el Don era el único que tenía el privilegio de conocer aquel lado dominante que demostraba en la intimidad.

- ¡Mmmm! – Ichi oprimió con fuerza los labios al sentir las manos del mayor deslizándose por su entrepierna, rozando su miembro por sobre la tela; volvió a mover las manos en un vano intento de liberarse, deseaba tanto poder disfrutar también de acariciarlo. Sus piernas fueron levantadas un poco, lo suficiente para poder retirarle el pantalón junto a la ropa interior. No podía evitar jadear al sentir una mano en su pene y otra paseando por sus caderas - ¡Tu ganas! – Gimió ansioso - Per favore, déjame tocarte gattina – admitió la derrota, no podía estar un segundo más sin ver a su amado, sin tocarlo y poder disfrutar de lo que restaba de noche.

Ichi parpadeo varias veces en cuanto la venda fue retirada, admiro el varonil rostro que tenía en frente y en cuanto sus manos fueron liberadas no dudo en abrazarse del otro, besándolo con desesperación.

- No vuelvas a preocuparme – murmuró Karamatsu entre besos.

El Don aprendió su lección, no volvería a marcharse sin darle aviso a su gattina, entendía que el mayor se preocupara de que no fuese a volver, pero eran gajes de su oficio; quizá, la próxima vez debería llevarlo con él.

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La privación sensorial consiste en restringir uno o más sentidos de la pareja, logrando así que las sensaciones se concentren en los sentidos en función, otorgando una experiencia diferente. Es una práctica común dentro del BDSM, pero no exclusiva de la misma.