CUARTA PARTE - LOVELACE (LAZO DE AMOR)
"Yo siempre miro hacia atrás
Como camino a lo lejos
Este recuerdo
Será hasta la eternidad
Y todas nuestras lágrimas
Se perderán en la lluvia
Cuando yo haya encontrado mi camino
De regreso a tus brazos otra vez
Pero hasta ese día
Tu sabes que tu eres
La reina de mi corazón"
Queen of my heart - Westlife
Isabelle regresó a la mansión Lightwood ubicada en el ducado de York, la mansión había estado abandonada por más de 10 años, el reino se había encargado de administrar los territorios por todo ese tiempo, la razón por la que el rey Magnus nunca nombró un nuevo duque y asignó el territorio fue para evitar una guerra entre familias, ahora podía ver que lo más sabio siempre fue regresarle la autoridad a los Lightwood y dejar que Robert pagara sus pecados solo. El viaje había sido largo, desde el sur hasta el norte en la cosa oriental del país, donde quedaba York, Izzy llegó en compañía de su madre y de Jace pero se negó a hablar durante el camino, después de recibido suficiente reprimendas de parte de todos. Por un lado Alec insistía en que debía casarse con el Duque de Brooklyn, su madre decía que no se tenía que casar con él si no quería y que si era cierto que no había sido deshonrada aceptara la propuesta del principe, pero ella sabía en el fondo que ninguna de esas eran opciones validas, un principe no se casaría con una chica si tuviera una sombra como esa, y no estaba dispuesta a casarse con Simon tampoco, definitivamente no se casaría jamas.
Simon regresó a su casa donde tenía suficientes asuntos que atender, y una madre que enfrentar, Brooklyn estaba ubicado en la costa occidental frente al mar y el viaje le tomó por lo menos 4 días a caballo, Clary y su familia lo siguieron unos días después, al fin y al cabo eran sus invitados y no podía desairarlos también a ellos. Cuando llegó su madre lo recibió con un abrazo, Rebecca también salió a su encuentro pero él no les respondió con mayor entusiasmo, sencillamente se encerró en la biblioteca a revisar las finanzas y negocios de sus territorios. Al tercer día Elaine trató de tocar el temido tema del matrimonio y la necesidad de que él encontrara una esposa cuanto antes, lo anterior solo causó que Simon abandonara el castillo y se recluyera en una cabaña frente al mar, allí se la pasaba borracho sin ganas de hablar con nadie. Cuando Clary llegó trató de explicarle la situación a Rebecca: como su amigo había regresado al país con el fin de tratar de tomar por esposa a Miss Lightwood y como había fracasado y no solo eso, había arruinado cualquier posibilidad con ella. Ambas estaban muy preocupadas por él, ahora era mucho peor que la vez que se fue a América, ahora no hablaba con ninguna de las dos, ni siquiera con Luke, la culpa lo consumía constantemente y pocas veces estaba sobrio.
Alec permaneció en la capital a servicio del rey, en cuanto a la reina Seelie y el principe Meliorn, este se comprometió con otra chica y regresó a su país, no sin antes lamentar la situación con Isabelle, nadie habló demasiados detalles del evento tan incomodo. El rey no había querido ahondar en el tema de Isabelle pero entonces Alec una noche le manifestó sus preocupaciones por su hermana.
-se niega a tomar por esposo al duque de Brooklyn. - Alec descansaba su cabeza en el pecho del rey mientras que este le acariciaba el cabello. - No es que me importe lo que diga la gente, pero sabes lo importante que es que una dama tenga un buen matrimonio. No quiero que se quede desprotegida.
-Conozco al Duque desde hace años y es un muy buen hombre. Sabes el por que de su negativa constante?
- él le rompió el corazón y la humilló... dos veces.
- ¿Cómo le rompió el corazón? - el rey Magnus estaba pensando que algo no encajaba en la versión de la historia que tenía, hasta donde sabía Simon había tratado de casarse con Isabelle antes a pesar de la prohibición expresa y ella había dicho que no
- Jace dice que le mintió sobre su identidad haciéndose pasar por un Lovelace y no el Duque para acercarse y luego se burló de ella.
- No le propuso matrimonio cuando estaban en la Villa de Idris?
- Proponerle matrimonio? No!… Solo dijo que quería casarse con ella mucho después cuando se enteró de las intenciones del príncipe, al obtener una negativa arruinó todas las posibilidades que tenía ella en convertirse reina. No entiendo como dices que es buena persona Magnus. - El rey se quedó callado, había un malentendido que ahora tendría que aclarar.
George tuvo que regresar a Escocia urgentemente, la familia Lovelace sufrió una pérdida invaluable cuando su prima Jessamine murió trágicamente, definitivamente tenía que presentar sus respetos y acompañar a sus seres queridos, despues de estar allá decidió quedarse varios meses y no regresar a Inglaterra la cual consideraba su hogar. Claro que pensaba en su mejor amigo Simon pero su amistad no andaba bien desde lo que pasó en Idris, además quería regresar por Rebecca, pero eso era otra historia. Justo estaba en medio de todo ese razonamiento de si regresar o no cuando recibió una carta con el sello de la casa Real pidiendo que se presentara en Londres de manera urgente.
El muchacho entró en la corte del Rey Magnus, este estaba sentado en su trono leyendo un libro muy serio cuando le anunciaron su llegada.
-Señor Lovelace, bienvenido a mi corte.
-Mi rey. - George hizo una reverencia. - ¿En qué puedo servirle?
-He sabido que es un gran amigo del Duque de Brooklyn.
-Es mi mejor amigo. - Reconoció George. - Aunque pensé que también era el suyo.
-No quedamos en los mejores términos. - Reconoció el soberano con pesar.
-Tampoco nosotros. - George fue muy sincero. - Traicione su confianza y siento que las cosas no van a estar del todo bien.
-Supongo que ambos estamos en la misma condición y es por eso que deseo entregarle una misión señor Lovelace.
-De que se trata?
-De aclarar un malentendido. - El rey le entregó una carta y un estuche, el estuche contenía una pieza muy hermosa de joyería.
Isabelle se encontraba en la biblioteca del castillo Lightwood, ya llevaban casi un mes y todavía estaban organizando cosas, ya que el lugar requería reparaciones, arreglos y limpieza, la biblioteca era uno de sus lugares favoritos y requería una atención especial, aunque era extraño, la biblioteca no dejaba de recordarle a Simon y sus charlas ligeras, muy muy en el fondo, más allá de toda la ira, toda el enojo y el dolor, esos pequeños momentos la hacían sonreír, extrañaba a ese Simon, solo que con todo lo que sucedió no sabía si ese Simon era real o produjo de su imaginación o un engaño. Su madre ingresó a la Biblioteca y tenía una cara de preocupación que no supo interpretar.
-Un caballero está aquí - Inició. - Tiene una carta real que necesita entregar personalmente y pide una audiencia en privado.
-Una carta real?
-Es el señor Lovelace. - Isabelle se puso muy seria. - George Lovelace.
Izzy perdió el color en el rostro, su temor se hizo realidad: todo esto tenía nuevamente que ver con el duque de Brooklyn, parecía que el tema no se iba a quedar atrás jamás.
-No quiero verlo.
-Isabelle viene de parte del rey, no puedes rechazarlo, si quieres puedo acompañarte, no estás obligada a darle una audiencia privada.
-Esta bien, lo haré. No quiero causar más problemas, pensé que algún día todo esto iba a estar lejos en el pasado pero no acaba nunca.
Isabelle recibió a George en el estudio que había sido de su padre, no tenía muchas ganas de hablar con él pero no tenía ninguna intención de molestar al rey, después de todo el drama del príncipe Meliorn no necesitaba quedar peor. George ingresó al lugar y le dio una sonrisa amable y una reverencia, sin embargo Izzy no tenía mucha amabilidad para él.
-Señor Lovelace, ¿ podría traerlo por aquí?
-Buena tarde señorita Lightwood, espero que se encuentre muy bien. Me encuentro aquí por solicitud del rey mismo.
-¿El rey? No entiendo
-Me ha pedido aclarar un malentendido, me ha pedido darle una visión diferente de cómo sucedieron las cosas en la Villa de Idris hace casi un año.
-Le ruego que me evite el mal rato, mi señor. - Respondió Isabelle molesta. - No deseo hablar de cómo era mi vida en la villa de Idris. Lamento que haya hecho un viaje tan largo para eso.
-De verdad no quisiera molestarla pero como le indico, es una misión encomendada directamente por el Rey. ¿Podemos sentarnos? - Isabelle se resignó indicando que se sentara.
-Desea tomar el te?
-Por favor.
George se sentó frente a ella, mirándola directamente a los ojos, tratando de ser lo más franco que pudo, cuidándose de no molestarla demasiado. El rey había sido muy específico en que tendría que ser suficientemente considerado, sino solamente lograría quedarse hablando solo y ella no lo escucharía.
-Señorita Lightwood, tan solo le pido unos minutos, es urgente que usted conozca mi visión de cómo pasaron algunas cosas.
-Por qué es tan importante?
-Necesito corregir un error Miss Lightwood
-Señor Lovelace…
-Por favor.
Isabelle se recostó en su silla con los brazos cruzados y a la defensiva,pero tal vez porque ese día había pasado demasiado tiempo en la biblioteca y eso le había recordado a Simon y de alguna manera estaba más blanda, tal vez por eso lo dejó hablar.
-He conocido a Lord Montgomery por suficientes años para saber cual es su comportamiento con las damas, creo que usted ha sufrido las consecuencias de un enorme malentendido pero el duque no es de la clase de caballero que jugaría con nadie.
-Señor Lovelace, no tengo una "visión" de la situación, yo viví la situación. De verdad no entiendo porque el rey lo enviaría a hablar de lord Montgomery conmigo. - En ese momento una de las criadas ingresó al estudio para servirles el té, mientras Jace y Maryse permanecían en la puerta tratando de espiar.
-Porque el rey intervino directamente en lo que sucedió en villa Idris
-No es cierto, no lo hizo. No me mienta
-señorita Ligtwood, Simon nunca tuvo intenciones erradas con usted, planeaba decirle quien era realmente pero lo más importante, casarse con usted sin importar su condición. Usted debe saber que aquella última tarde que uds dos compartieron lo hizo tomar la decisión radical de que debía desposarla cuanto antes. - George se quedó en silencio permitiendo digerirlo, había mucha confusión en su rostro como si no terminara de creerlo, Izzy recordaba perfectamente lo sucedido aquella tarde, Simon besándola con pasión y ella correspondiendo, queriendo seguir, él deteniendose abruptamente y saliendo del prado con urgencia.
-NO es cierto! Él nunca quiso nada conmigo, solo me mintió y me hizo ir a ese baile de máscaras infame con complicidad suya para hacer que todos se burlaran de mí! Fue devastador! Fue Cruel. - Ella se levantó para salir y dejarlo solo. - ¡Tiene que irse ahora mismo de mi casa! Ahora!
- Si no tenía intenciones de casarse con usted para que fue a Londres a pedirle al rey que la perdonara? - ella se volvió confundida y enojada
-él no hizo eso!
-Claro que lo hizo, desapareció 3 días, por eso tuve yo que llevarle la invitación al baile yo mismo
-Que?
-Si no tenía intenciones honorables con usted, porque practicamente me hizo jurarle que cuidaría a su familia?, que llevara a su hermana y a su madre conmigo a Escocia si el rey le quitaba su favor por tomarla como esposa a usted! Estaba dispuesto a dejarlo todo. Era una locura, pero era lo que quería
-Señor Lovelace no me mienta! No haga eso conmigo, no juegue así. Ya sufrí una vez por creerle.
-Compró un anillo…
-Es mentira, no puede probar nada de lo que está diciendo. No lo creo. Ud es igual de mentiroso que él, ¡retírese de mi casa!
-La unica razón por la que no pudo hacerlo fue porque antes de poder decirle quien era realmente, yo fui un tonto, traicioné su confianza y le revelé sus planes a Rebecca Montgomery y ella se lo dijo a Elaine, por eso ella reaccionó así - Isabelle abrió la puerta George sacó una carta de su bolsillo, tenía el sello real de la casa Bane. -Sé que el dolor no le permite creerme, pero antes de obligarme a irme, por favor lea esta carta. - Ella se la arrebató y la abrió inmediatamente, los dedos le temblaban y su rostro era agonía total, cuando la puerta se abrió Maryse y Jace que estaban pendientes afuera entraron.
-Qué sucede? - Preguntó Jace amenazador pero Izzy le hizo una señal para que se detuviera mientras leía la carta
Querida señorita Lightwood
Debido a los eventos recientemente sucedidos y al afecto que tengo por Alexander y su familia, debo tomarme el tiempo para escribir estas palabras y enmendar un grave error que he cometido: Hace 10 meses un apreciado amigo se presentó delante de mí para compartirme su sueño de casarse con la mujer que amaba, me enseñó el anillo que había comprado para ella y me pidió su bendición, estaba feliz por él pero cuando supe que esa persona llevaba el apellido Lightwood, mi orgullo como soberano nublaron mi razón. Con tiranía le expresé mi fastidio ante la idea y le prohibí expresamente casarse con usted, lo hice aun cuando él me rogó que tratara de conocerlos, cuando me dijo que ustedes no eran como su padre y que eran personas honorables. Ese querido amigo no era otro que el Duque de Brooklyn, el me contó que su hermano se había enlistado en el ejercicio para probar su lealtad al reino, para traer honor al apellido Ligthwood, y aun en ese momento mi respuesta fue NO.
Isabelle se detuvo para mirar a George, había empezado a llorar y le costaba respirar, más allá de todo el dolor y rencor que había creado alrededor de la imagen de Lord Montgomery empezaron a desvanecerse y en el fondo se dio cuenta que había todavía amor, entonces siguió leyendo porque era imposible detenerse.
Pero sabía que mi amigo era testarudo por lo que ordené a mis subditos que vigilaran al duque, yo quería saber si iba a desobedecer mis órdenes, tal vez porque quería saber si era capaz de desafiarme o porque quería castigarlo, no lo sé, todavía me averguenzo de mi comportamiento. Por esta razón después fui informado que usted lo había rechazado y que no tenía intenciones de casarse con él.
Siempre pensé que esa había sido su respuesta y eso me causó curiosidad, no imaginé una razón para rechazar a alguien como Simon…. Esa curiosidad me llevó a citar a Alexander al palacio para conocerlo, usted conoce el resto de la historia Miss Lightwood, debe saber el gran afecto que le tengo, no obstante debo decirle que si Lord Montgomery no hubiera sido tan insistente, yo nunca hubiera decidido conocer a su hermano ni les hubiera regresado mi favor, es algo que le deben a él.
Por último, quiero pedirle que este sea nuestro secreto, no es mi deseo que Alexander conozca mi comportamiento tirano y arrogante. Quiero ser un mejor rey de lo que fue mi padre.
Con Cariño, su Majestad
Magnus Bane
El Rey.
PD. El señor Lovelace le entregará un regalo de mi parte, la inscripción significa: "El amor verdadero nunca muere". Tómelo como una muestra de cariño de mi parte
-Oh por Dios! - susurró Isabelle sin despegar los ojos del papel. Ahora sí que estaba llorando, conmovida hasta el último rincón de su alma.
-Tengo un regalo de la corona para usted, Miss Lightwood. El rey quería compensarla de alguna manera. - George sacó el estuche y lo abrió, era un collar hecho con la plata más fina del mundo, el collar tenía un colgante cuadrado aproximadamente del tamaño de un huevo de un ave, era una piedra preciosa roja, un rubí. Isabelle lo tomó con manos temblorosas y lo miró detenidamente, en la parte posterior, grabada en el marco de plata del colgante, estaba una frase en latin "Amor verus numquam moritur"
-El amor verdadero nunca muere. - Dijo. - He cometido el peor de los errores al rechazarlo. - Reconoció por fin
-Estoy aquí para acompañarla, si usted lo desea. La llevaré a Brooklyn yo mismo.
-No va a llevar a mi hermana a ningún lado! - Dijo Jace interviniendo de repente.
-Iré! Partiré inmediatamente. Mamá ayúdame a preparar las cosas, no voy a regresar
-Que?
-Me equivoqué… Lo quiero.
-¿Qué está sucediendo?
-Cometí el peor de los errores, Lord Montgomery fue quien intercedió por nosotros delante del Rey. Tengo que irme Ya!
-Yo iré contigo. - Dijo Jace. - Por nada del mundo te dejaré viajar sola con este señor que no conozco
-Está bien. - luego se acercó a George y le dio un beso en la mejilla. - ¡Gracias señor Lovelace! Gracias por tomarse el tiempo de venir y explicarme. Lamento no haberle hecho tan facil su tarea.
Simon regresó al castillo entrada la noche, había estado bebiendo aunque no tanto como normalmente lo hacía, la verdad estaba cansado de estar enojado con todo el mundo y consigo mismo, pasaba del sentimiento de culpa y enojo a la tristeza, pero la tristeza era muy difícil de llevarla estando solo, así que dejó la cabaña y regresó al castillo con ganas de hablar con Rebecca y con Clary, decirles que las extrañaba, que extrañaba a Isabelle pero también las extrañaba a ellas y a su vida, no quería ser más esa persona que mentía innecesariamente. Se sentía muy solo.
Cuando entró al castillo en la sala de estar encontró a su hermana, a su madre y a Clary esperandolo, las tres tenían algo en el rostro que no lograba leer.
-Simon! Por fin llegaste
-Qué sucede? Porque están todas aquí esperándome - Su mamá se levantó para saludarlo y de una manera muy extraña empezó a tratar de arreglar su apariencia. Él llevaba la corbata desanudada y el saco lo traía en la mano, el chaleco estaba desabotonado.
-George está aquí. Con alguien.
-George? Con quien?
-Debes entrar y verlo por ti mismo. - Su madre terminó de abrocharle el chaleco y organizarle la corbata
El muchacho estaba de malas pulgas, quería a George pero habían discutido la última vez que se habían visto y no quería discutir más, no quería pelear con nadie, estaba demasiado cansado de todo y agotado emocionalmente, quería exiliarse en algun lado donde nadie lo conociera y nadie supiera que eran un mentiroso y desgraciado que decepcionaba a todo el mundo. Cuando abrió la puerta de la biblioteca, George estaba parado allí con el sombrero en la mano
-George? Qué haces aquí tan tarde?
-Tenía una encomienda del rey que acaba de terminar. Los dejaré solos.
-Dejarnos solos? A quienes?
Del fondo de la biblioteca emergió la figura de una chica alta y de cabello negro, él la conocía perfectamente, aunque ahora tenía algo nuevo, un collar con un pendiente en el cuello, era una pieza muy fina imposible no mirarla.
-Miss Lightwood? - Simon estaba confundido, cuando volteó para ver a George este estaba saliendo mientras cerraba la puerta.
-Lord Montgomery. Buenas noches, disculpe por aparecer en su casa sin avisar. - Ella hizo la reverencia acostumbrada, pero esta vez se veía muy diferente, no tenía ese desafío tradicional en su mirada.
-Usted no está gritándome ni tratando de darme otra cachetada. - él se le acercó y por primera vez en mucho tiempo Isabelle no estaba prevenida ni trató de apartarse de él
-No mi señor. Yo… vine a pedirle una explicación. - Ella se acercó tambien y estaban demasiado juntos, los ojos negros de Izzy que había visto con tanta tristeza en el jardin del palacio del rey eran diferentes, estaban brillando otra vez.
-Señorita Lightwood… yo no tengo explicaciones para mi comportamiento ruin, soy la peor persona del planeta, usted merecía mucho más. Siento haber arruinado sus prospectos con el príncipe Meliorn, si pudiera devolver el tiempo le aseguro que le evitaría el dolor de haberme conocido. -Ella sonrió
-No es esa la explicación que quiero.
-No?
-Quiero saber por que nunca me dijo?
-Que?
-Que usted le pidió al rey su bendición para casarse conmigo cuando yo era una repudiada. - Simon abrió la boca para contestar algo pero no lo hizo, toda la situación era muy extraña. Además los sentimientos que tenía por ella tomaron el control, estaba nervioso y sentía un vacío en el estómago. - Va a responder algo? - él por fin encontró las palabras, pero eran unas plagadas de tristeza y autocompasión.
-Porque fracasé en mi visita al rey, fracasé en prácticamente todo lo que intenté, fracasé con las cosas buenas que traté de hacer y fracasé con todas las malas también . Entiendo que usted me odie, soy un ser despreciable
-No lo odio Lord Montgomery. - La manera que Isabelle decía su nombre, era como una oración llena de esperanza, eso le derritió el corazón.
-No lo hace? - Ella negó con la cabeza y le acarició la mejilla donde la última vez lo golpeó, él cerró los ojos ante el contacto físico, se sentía cálida y ese gesto lo hizo estremecer
- Señorita Lightwood… lo siento tanto
-Yo estaba tan enojada, estaba dolida por lo que pasó en el baile de máscaras, pensé que había sido su idea humillarme delante de todos, si hubiera sabido que sus intenciones conmigo eran tan honorables.
-Mentí y fue mi error señorita Lightwood, pero debe usted saber que mi única intención desde que la conocí ha sido convertirla en mi esposa.
-Yo hubiera dicho que no. - Reconoció - Nunca hubiera permitido que perdiera todo por mi culpa.
-Ha dicho tantas veces que nunca se casara conmigo que por fin lo he entendido.
-Sin embargo, usted nunca me lo ha pedido. - Ella le dio una sonrisa. - El rey me ha contado todo. Me ha dicho que usted le rogó para que nos perdonara, le contó sobre Alec y le pidió que lo conociera. Señor Montgomery, mi familia le debe todo.
-No tiene ninguna deuda conmigo señorita Lightwood, soy yo quien le debo mil disculpas, arruiné la posibilidad de que fuera reina de un país por mi egoísmo.
-No es ninguna deuda, usted es la única persona que me amó cuando nadie lo hizo. - Izzy estaba llorando aunque no tenía tristeza en sus ojos - Si a usted no le importó mi apellido, debe saber que no me importa el suyo, si es Montgomery o Lovelace. Solo me importa que me diga la verdad. - Ella se detuvo unos segundos para mirarlo a los ojos. - Ud debe saber que lo amo Lord Montgomery, usted es el único para mí, siempre lo ha sido, nunca me han importado los titulos
-Llamame Simon, por favor. - él la besó con intensidad, lágrimas corriendo generosamente por sus mejillas. Ella lo besó de regreso sin apartarlo, pudo probar el sabor del licor en su boca.
-Va a hacer la pregunta algún día? - él sonrió soltandola.
-Necesito algo primero. - Se encaminó rápidamente hacia la puerta, tenía que encontrar el anillo, pero afuera estaba su madre con la pequeña caja en sus manos, luego se la entregó
-Mama? Tú lo sabías?
-Ella me ha dicho que no puede cumplir la promesa que me hizo de no casarse contigo. - Simon tomó la caja y regresó a la biblioteca, Isabelle estaba esperándolo con una sonrisa en sus labios, entonces él se acercó y se puso sobre una de sus rodillas.
-Perdóneme el sufrimiento que he causado con mi estupidez y mis mentiras Miss Lightwood, pero usted es la única mujer que tiene mi afecto y con la que quiero casarme, por favor deme el honor de hacerla mi esposa y le prometo que pasaré el resto de mi vida tratando de recompensarla por el sufrimiento que le he causado.
-Llamame Izzy por favor… y la respuesta es Sí.
-Si?
-Sí Simon, me casaré contigo. - él sacó el anillo que había comprado tantos meses atrás y lo deslizó con mucha solemnidad en su dedo, había empezado a llorar sin poder creer que por fin estaba logrando lo que tanto había anhelado. Ella se quedó mirando el anillo por un buen momento mientras él se incorporaba a su nivel, era un anillo hermoso de plata con un rubí.
-Combina perfectamente con tu collar. - Dijo el duque.
-Es un regalo del Rey Magnus, creo que esa era la intención.
- Sí creo que sí. - Simon le acarició el cuello por donde pasaba el pendiente, Izzy sintió que la piel se le puso de gallina con su toque y volvió a sentir el ardor por él que sintió aquella vez en el lago Lyn, entonces lo besó con intensidad, él obviamente la besó de vuelta, tomándola por la cintura para pegarla a su cuerpo, los dos se besaron como nunca, estaban tan concentrados que no notaron que la puerta se había abierto, Rebecca tuvo que hacer un sonido con su garganta para llamar su atención-
-Podemos felicitarlos ya? - Ellos se separaron un poco exaltados y avergonzados los dos brillaban de la felicidad, Becky se le acercó y abrazó a Isabelle. - ¡Bienvenida a la familia! Gracias por aceptar, por fin alguien convenció al testarudo de mi hermano a casarse. - Isabelle le devolvió el abrazo con una sonrisa. Atrás estaba la madre de Simon que también la abrazó, Simon las miró con curiosidad, seguramente temprano habían tenido mucho tiempo de aclarar sus diferencias, luego la felicitó Clary, se habían presentado brevemente temprano pero no la había vuelto a ver porque Jace se había ido a conversar con ella después, Izzy tenía la leve sospecha que una de las razones por las que su hermano la acompañó hasta allá tenían que ver con esa chica. Hablando de Jace, él la abrazó a continuación.
-Espero que estés segura de esto. Si quieres todavía puedo partirle la cara.
-Estoy segura. - Jace felicito luego a Simon.
-Es enserio que te parto la cara si la vuelves a hacer sufrir.
-Jamás.
La última persona en entrar a la biblioteca fue George, aunque no se veía cómodo del todo, Simón cruzó la distancia entre los dos y lo abrazó.
-Gracias querido amigo. Gracias!
-Espero que esto pueda resarcir mi error.
-Yo también me equivoqué George, sino fuera por ti Isabelle no estaría aquí. Te debo una disculpa.
-Solo espero que nuestra amistad vuelva a ser la de antes.
-Quieres ser mi padrino de bodas? - George por fin sonrió y se le relajó
- será un honor. - y después añadió. - Pronto quisiera tener una audiencia privada con usted. - en ese momento miro a Becky con tanta devoción que Simón supo de qué se trataba.
Dos semanas después se realizó la boda, pudieron haber tenido un compromiso más largo pero ninguno de los dos quiso esperar más, teniendo en cuenta que Izzy desde la primera noche quiso compartir la cama con Simon, todos estuvieron de acuerdo en realizarla cuanto antes. No era que realmente estuvieran teniendo sexo prematrimonial, porque Simon se negó a ir más allá hasta que no estuvieran casados, y le prohibió seducirlo si quería seguir durmiendo con él. La mañana de la ceremonia despertaron juntos abrazados, Simon despertó primero y estaba observándola como si fuera una revelación.
-Tenemos que levantarnos ya? - dijo ella somnolienta
-Es nuestro gran día. No puedo esperar más para que seas mi esposa
-Va a ser extravagante, No puedo creer que me convencieras de esto
-Tú te mereces todo Isabelle Lightwood. Nunca dudes de eso.
-te dije que tengo todo lo que necesito aquí contigo. - ella le acarició el cabello con cariño.
-Lo sé pero no puedo negar que me haces ser extravagante. - Era cierto, entre Elaine, Rebecca y Clary habían preparado una boda que iba a ser memorable en Brooklyn, con flores y mariposas por doquier, cientos de invitados y un coro de niños. El banquete alcanzaría para todos en el pueblo, Izzy había sido específica en que la comida tenía que alcanzar hasta el más pobre del lugar, así la boda de los duques sería una celebración para todos y no solo para ricos.
El vestido de Izzy era otra cosa, era pegado al cuerpo hasta la cintura y después se desprendía tipo campana con una cola de 3 metros, necesitaba ayuda de varios pajecitos para que le ayudaran a llevarla, el ramo era de rosas blancas. Literalmente parecía una princesa a punto de casarse, de cierta manera Simon quería hacerle entender que para él era eso, una princesa. El rey obviamente asistió a la fiesta como invitado de honor, y la familia Blacktorne viajó desde la villa de Idris para acompañarlos. En ese pueblo todos se enteraron que Isabelle Lightwood la que antes había sido acosada y tratada como lo peor, había casado el soltero más cotizado y ahora se convertiría en duquesa.
Antes de la ceremonia Maryse quiso tener la "charla" con ella, tratando de prepararla para esa noche.
-Se que has estado durmiendo con el duque así que no estoy segura que esta conversación llegue oportunamente hija mía. - Inició, Izzy iba a empezar a arreglarse pero se sonrojó inmediatamente sabiendo que venía.
-No hemos hecho todavía eso. - Reconoció, Maryse asintió sentándose a su lado y tomándole la mano.
-Estoy muy orgullosa de ti Izzy, has sido tan fuerte y tan valiente todos estos años que la vida no te sonrió, ahora siento que estás recibiendo lo que te mereces
-Simon es mucho más de lo que quiero y merezco. - respondió una sonrisa llenando su rostro, Maryse sonrió también al verla tan feliz
-estoy muy contenta de que estes feliz. Ahora debo decirte algo respecto a esta noche.
-Sabes que he leído bastante de biología verdad?
-Lo sé, pero no todo es biología Izzy.
-Esta bien.
-Esta noche, cuando estés a solas con él… solo quiero que estés tranquila vale. No te preocupes, todo va a ser muy natural entre dos personas que se aman como ustedes?
-Lo haré, trataré de estar tranquila
-Confía en él Izzy. - Maryse le dio un beso en la frente.
Simon era un mar de nervios, a pesar de que ya estaba listo con su traje y corbatin impecablemente blanco, de un momento a otro empezó a temblar. George entró para darle ánimo.
-Quisiera poder tomar una copa de whisky pero le prometí a isabelle que iba a controlar mi manera de beber y pienso cumplirlo. - Le dijo a su mejor amigo.
-Le mandare a traer un té.
-Gracias George. Gracias por traerla conmigo.
-Por qué está tan nervioso?
-Después de todo lo que ha pasado tengo miedo de que algo suceda y arruine nuestra felicidad.
-No es el momento de tener miedo, su excelencia.
-Lo sé pero no voy a estar tranquilo hasta que esté casado con ella.
-Tal vez podría distraerlo…. Yo quisiera hablarle de algo, desde hace días quiero hacerlo- Simon lo miró con una sonrisa cariñosa
-Estas enamorado de Becky. - Le respondió sabiendo de qué se trataba, George se sonrojó inmediatamente, había empezado a temblar, con eso logró distraer a Simon totalmente porque inmediatamente cambió su atención al tema. - Lo sé desde hace tiempo, la verdad esperaba que hablaras conmigo hace mucho tiempo.
-Simon… Sé que no tengo un título nobiliario. Pero…
-Callate, ¿crees que me importa eso?
-He tenido terror de mencionarlo, especialmente por Elaine, no se si aceptaría si quiera que la cortejara. Ella espera que se case con un Conde o algo así.
-Mi querido amigo, Becky es privilegiada de ser querida así. La noche del baile de máscaras preferiste decirle la verdad que guardar mi secreto, siempre has pensado en que ella esté bien primero.
-Me permitirás cortejarla?
-George solo espero que ella pueda corresponder al gran afecto que le tienes. - Respondió el duque colocando una mano en el hombro de su mejor amigo. - Si ella lo quiere no me opondré. Lo prometo, eres un buen hombre George Lovelace.
-Gracias. - George lo abrazó y en esa conversación llegó la hora de ir a pararse al altar
Isabelle había estado triste de que su padre no pudiera acompañarla en el recorrido que tendría que hacer hasta el altar, a pesar de lo que decían de él lo amaba. En cambio Alec tomó su lugar, Izzy estaba temblando tratando de no tropezar en el enorme vestido en el que se había metido, Helen era su dama de honor, nadie más que ella podía tomar ese lugar, la había visto en todas las fases y ahora tenía que acompañarla en su felicidad. Izzy esperaba que algún día Helen pudiera alcanzar esa misma felicidad y encontrara una chica que la amara, pero más que eso, que pudiera enfrentarse a la sociedad por ella.
Cuando llegó a la iglesia escuchó la canción angelical que interpretaba el coro de niños, Alec la tomó con firmeza del brazo indicandole que no iba a dejarla caer, eso la tranquilizó un poco, cuando entró había tanta gente mirándola, ella odiaba que la gente la mirara, desde la época de Villa Idris odiaba ser el centro de atención, se estaba repitiendo mil veces en su cabeza porque había aceptado una boda con tanta atención cuando sus ojos se encontraron con los de Simon, se veía hermoso vestido todo de blanco, sus ojos marrones la miraban con emoción, siempre tan expresivos como podían serlo. Entonces todo alrededor se desvaneció para ella, todas las personas, la música, las flores, solo existió él, el chico que la vio cuando nadie más lo hizo. Izzy le sonrió y él sonrió de vuelta, Simon había empezado a llorar, había tanta alegría en su rostro que ella no dudó que por mucho que hubiera pasado iba a ser feliz, todo iba a estar bien si Simon estaba a su lado, el camino se hizo más rápido, en segundos estuvieron frente a frente.
-Te ves preciosa. - Le susurró al oído, la piel se le puso de gallina, anhelaba estar a solas con él, anhelaba que la noche llegara. El sacerdote empezó a hablar un montón de cosas pero ella solo le importó Simon, todo pasó muy rápido después de allí, tiempo después Izzy todavía seguiría insistiendo en que no recordaba mucho de su boda, lo único que realmente recordaba era el momento en que Simon le levantó el velo y la besó.
Su primer baile vino después, él estaba tan nervioso que ella tuvo que susurrarle al oído.
-Simon tranquilo, lo hemos practicado cientos de veces, todo va a estar bien.- él asintió, se veía tan tierno, el vals empezó y Simon por enésima vez la pisó pero no importó, los dos rieron como tontos.
-Te quiero tanto. - Le dijo él. - Cada día vale la pena vivirlo si despierto a tu lado.
Así fue transcurriendo el banquete, Izzy bailó no solo con sus hermanos sino también con el Rey Magnus que se había vestido de traje militar para la ocasión.
-Gracias por guardar el secreto. - Dijo el soberano
-Gracias a usted su majestad, le debemos todo. Y gracias por amar a Alec, él es feliz - Magnus se sonrojó, sus ojos verdes brillaron.
-Todo ha sido con mucho cariño. Ustedes merecen toda la felicidad.
Por fin llegó el momento de dejar la fiesta, Simon había dispuesto que pasaran su noche de bodas fuera del castillo de Brooklyn para que nadie los molestara, él la llevó hasta la cabaña que tenía frente al mar, el lugar era pequeño y acogedor. Estaba alumbrado por la luz de decenas de velas y el fuego ardía en la chimenea, cuando Izzy entró todo respiraba romance, había pétalos de rosas en el piso hasta la cama, la cama era gigante tendida toda de blanco. Simon tenía una botella de champaña fría, le sirvió una.
-No has tomado ni una copa esta noche.
-Te prometí que iba a dejar de beber y pienso cumplirlo.
-Prometeme que nunca más vas a mentir, siempre me dirás la verdad. No importa lo difícil que sea la situación
-Lo prometo. Lo juro. - Simon la besó con pasión pegandole a su cuerpo, ese fuego que siempre había ardido entre los dos y que las últimas dos semanas trataron de controlar e ignorar ardió sin control. El chico gimió en su boca, probando el sabor de la champaña en ella.
-Eres tan hermosa.
-… yo no sé qué hacer. - Él le sonrió, sus ojos llenos de lujuria.
-Esto es como tus clases de baile, siempre me dices que me deje llevar por la música y no piense demasiado
-Cual es la música aquí?
-Supongo que es el amor. - Izzy sonrió -Mírame, me amas? - él la tomó de la barbilla para que lo viera a los ojos
-Te amo, señor Montgomery. Te amo Simon.
-Entonces serás la mejor
-Va a doler?
-Trataré de que sea lo más placentero. Confía en mí. - Ella asintió y él le pidió que se volteara, mientras empezaba a desabrochar los 50 botones que tenía el vestido, gracias a Dios le habían retirado la cola porque no hubiera cabido en la cabaña. Con cada botón que desabrochaba le daba un beso en el cuello, Izzy cerró los ojos, la sensación de su aliento la hizo estremecer por fin terminó de desabrochar el vestido y la parte más grande cayó, ahora estaba en corsé y bragas. Simon hizo un sonido exasperado al ver que tendría que desamarrar el corsé uno por uno. - La idea es que sea todo un reto?
-Todo premio requiere su esfuerzo.- ella sonrió.
-Tú sí que eres un premio Izzy. - El peinado de ella ya estaba suficiente arruinado, se veía bella con los mechones escapando del moño que le habían hecho para la boda, entonces empezó a desatarlo para que la melena negra cayera como un velo, Simon amaba el cabello de Isabelle, ya estaba acostumbrado a la manera en que olía, le encantaba acariciarlo. Izzy se volteó y le acarició el rostro tomando un poco de acción, él ya se había quitado la chaqueta antes, así que ella le desabrochó el chaleco y después la camisa de lino fino blanco, lo hizo lentamente mientras, había algo de solemnidad esa noche a la luz de las velas Izzy quedó contemplando un momento el torso desnudo del muchacho, suavemente lo acarició con la yema de los dedos, era delgado pero para ella era guapísimo, era suyo y lo sería por toda la vida. Simon replicó el movimiento, acariciandole el escote del corsé, para quitarle un mechón de cabello.
-He querido hacer esto desde el día que te conocí. - confesó a riesgo de parecer un pervertido.
-Hazlo entonces. - Respondió ella ansiosa porque la tocara, Simon la besó con pasión, sus dedos buscando las tiras del corsé e iniciando el proceso de quitarlo, sin dejar de besarla, hubo un momento en que ambos estaban impacientes, Izzy misma se volteo para que el pudiera ver lo que estaba haciendo, el chico estaba haciendo esos sonidos entre excitado y exasperado, a ella le pareció muy tierno. El corsé por fin cayó al suelo, Isabelle sintió el frío en los pechos que se le pusieron duros, Simon ya estaba frente a ella, viéndola fijamente con la pupila dilatada de la lujuria que tenía, su cuerpo reaccionando a la imagen de su bella esposa, él acortó la distancia y la volvió a besar, podía sentir los pechos contra su piel, con suavidad la depositó sobre la cama, apoyado en sus rodillas los besó, ella sintió algo despertando en su interior, un fuego que nunca había sentido, la humedad invadiendola toda, preparandola para él. Simon descendió mientras la besaba y le quitó las calzas. - Lord Montgomery…- Izzy susurró viendo como se había quedado embelesado mirando su zona más íntima mientras se humedecía los labios. - Que vas hacer?
-Algo que te va a hacer sentir muy bien. - ella asintió, Simon se inclinó y la besó, ella liberó un sonido desde el fondo de su garganta, ya estaba húmeda pero él ayudó con, luego delicadamente introdujo un dedo, eso la sorprendió pero se sintió bien, claro que la chica había leído muchos libros de biología donde explicaban el acto en sí, pero ningún libro podría haberle enseñado la ansiedad que sentía, la necesidad de que él continuara, el fuego que había empezado a arder dentro de ella y que gritaba una liberación mientras enterraba las manos en la sabana. El muchacho se retiró e Izzy se frustró porque estaba a punto de explotar, él se encargó de sus pantalones y de la ropa interior. Ella lo vio totalmente desnudo por primera vez, se veía viril y poderoso, en algún momento eso le causó nervios, se reflejó en toda su cara. - va a estar bien, lo prometo. - Ella asintió pero podía ver los nervios que tenía en sus ojos.
Simon se apoyó sobre sus rodillas otra vez y se inclinó hacía ella, sus rostros se encontraron, él la besó con ternura en los labios y luego con pasión, los besos la hicieron olvidar un momento el nerviosismo, a medida que la besaba se acercaba un poco más, cuando por fin lo sintió en su entrada, él se detuvo, le besó el cuello hasta que sus labios encontraron el lóbulo de la oreja, esto le pareció terriblemente delicioso a ella, perdiéndose en la sensación, él se inclinó más introduciendose en ella gentilmente hasta que encontró la barrera de su virginidad, allí se detuvo otra vez, Isabelle ya podía sentir la biología en acción, porqu sus caderas se alzaron inconscientemente hacia él pidiendole que entrara de una vez por todas, pero él quería asegurarse de que fuera placentero, sabía que lo estaba logrando por lo húmeda que estaba. Luego sus labios descendieron sobre su pecho encontrando los pezones , besó uno de ellos con suavidad, Isabelle estaba al borde de la locura, cuando cambió al otro pecho, ella estaba perdida en esa sensación, cuando sintió que él empujó con vigor, traspasando la barrera del himen, hubo algo de dolor pero también placer. Simon se quedó quieto allí para dejarla acostumbrarse a la sensación de tenerlo dentro, él la había visto hacer un gesto de dolor.
-Estas bien? - Ella asintió incapaz de hablar, él sonrió de placer al verla así, era justo lo que quería, estaba aguantando al máximo para complacerla apretando los dientes para no perder el control. Empezó a moverse al principio suavemente mientras se sentía más cómoda, posteriormente aumentó el ritmo.
-Oh Simon…
-Dime que estas bien por favor.
-Oh Lord Montgomery. - él ya no pudo más el movimiento de salir un poco y luego ir más adentro se volvió desesperante para los dos que ya estaban sudando, ella gemía su nombre y él el de ella, cuando sintió que ella alcanzó el climax él por fin estalló en su interior.
Unos segundos después, mientras todavía permanecían unidos, Isabelle le acarició la frente, retirando unos mechones de cabello húmedos por el sudor, él le sonrió, esa sonrisa torcida que le movía el piso.
-Estas bien Izzy? ¿Te duele?
-Un poco pero estuvo perfecto. Tú eres perfecto Lord Montgomery.
-Llamamé Simon, por favor.
-Eres perfecto Simon. Te amo
-Te amo Isabelle Lightwood. Duquesa de Brooklyn - Ella se recostó en su pecho y luego se durmió.
