4. Amistad

De alguna curiosa manera, aceptar tener una amistad con una niñita de seis años —pues ella se aseguró de mencionarlo al menos tres veces aquel día en el parque— le ha dado a Heero la oportunidad de encontrarse nuevamente con Duo.

No había pensado en ello cuando decidió responderle a Innis, pero cuando esta mencionó que su papi podía invitarlo a jugar con ellos ahí mismo al día siguiente, y al siguiente, abrió la caja de Pandora y todo el propósito inicial de ser discreto y pasar desapercibido al seguirlo, pasó a ser un intercambio de números telefónicos, seguido de una constante retahíla de mensajes cada día, todos los días desde entonces.

No es que Heero se queje, después de todo Duo es el único contacto realmente cercano que posee en New York, ya que sus compañeros de oficina no son más que unos fastidiosos lamebotas que él apenas soporta. En cambio Duo, y sus aventuras como padre de una chiquilla inquieta, le ha ayudado a soportar de mejor manera los cambios que se impuso cuando decidió mudarse….

Recordar aquella situación, mientras observa la alianza en su dedo anular, le incomoda un poco. No ha charlado con Relena desde hace un par de semanas, las mismas que él ha pasado chateando con el ex piloto gundam.

"Créeme, Heero, está loca…"

Lee la noche de un viernes mientras cena algo ligero en el departamento que está arrendando en Manhattan.

"No deberías referirte así de tu hija" teclea rápida y secamente, aunque aún no puede comprender el contexto que ha llevado a Duo a hacerlo; su atención sigue puesta en la carta certificada enviada desde el Reino de Sanc, que ha abierto minutos antes de calentar su comida.

"No, vamos, no es que lo piense realmente… pero está insistiendo, ¿ok? Y…" Heero es capaz de imaginarlo suspirar, pensando en cómo proseguir con la oración. "Es la primera vez que me lo pide así y no quiero decepcionarla…"

Heero no sabe qué responder. Nunca ha lidiado con niños, apenas y recién se está familiarizando con la idea de que Duo Maxwell tiene una descendiente y solo la ha visto un par de veces más en Central Park. ¿Qué puede ser tan difícil de conseguir como para defraudarla?

"¿Qué es lo que quiere?"

Cuestiona. No hay respuesta inmediata aunque Duo sigue en línea. Le da tiempo de terminar la cena, lavar los trastes y poner ropa en la lavadora.

Para cuando ya está en el baño resuena el móvil en la sala.

"Innis quiere que vengas a almorzar con nosotros"

Heero aún tiene el cepillo y restos de pasta dentífrica en la boca, porque la curiosidad fue más poderosa que sus ganas por acabar de asearse, cuando lee ese mensaje.

"¿Por qué?"

"Eres su amigo, ¿recuerdas?" Resulta fácil visualizar una sonrisa irónica y una ceja alzada en el rostro de Duo. "Y mañana es su cumpleaños, así que…"

La conversación no avanza por su parte. Queda en blanco, y Duo se ha permitido enviarle una dirección en el barrio de Chelsea, sin esperar respuesta.