Hola! Aquí Saori-nee con un nuevo capítulo de esta historia de amor antiguo la cual ya va por la mitad del camino, ¿Qué pasará? Continúen leyendo y apoyando esta historia para descubrirlo! Mil gracias a quienes la han leído hasta ahora, también amé la manera en que terminó el capítulo anterior y espero en este continuar con el amor por estas chicas :D

Espero que les guste este capítulo que ahora sí me tomó más tiempo y esfuerzo en escribir para que quedara como quería a tiempo, y sin más que decir por el momento, comenzamos! c:


La Pareja Original de Saint Michael's

Capítulo 3

Saint Michael's 1920

La campana de la escuela resuena anunciando el final de las clases, y las chicas y yo comenzamos a guardar nuestras cosas, listas para retirarnos a casa.

– Que tengan un buen día.

– Igual ustedes, nos vemos mañana.

– Buen día – nuestras compañeras sonríen mientras despiden a mi grupo de amigas y a mí.

Han pasado ya varios meses desde mi ingreso a Saint Michael's y finalmente – gracias a la ayuda de Luna-chan – he logrado aprender las costumbres sociales de este lugar y hacerme de un grupo de amigas cercanas con las cuales usualmente me junto a estudiar y hacer trabajo en equipo.

Normalmente la pasamos juntas todo el tiempo de clases, pero tan pronto como estas terminan…

– Viviana-chan, ¿vienes con nosotras?

– No puedo chicas, tengo que seguir preparándome para el gran concurso de pintura que se hará a nivel nacional.

– ¡Es cierto! Ya va a ser dentro de pocos días, ¿no es así?

– El fin de semana si no me equivoco.

– ¡Sugoi!

– ¡Mucho éxito Viviana-chan! Si necesitas cualquier apoyo cuentas con nosotras.

– Muchas gracias chicas, ¡buen día!

– ¡Buen día!

Nos despedimos. Me doy la vuelta y al ver que se han retirado, me dirijo corriendo al salón de arte totalmente emocionada.

Por fin ha llegado, mi momento favorito del día.


Salón de Arte

Llegando al salón de arte, me doy dos vueltas confirmando que no haya nadie en el pasillo, me escabullo con sigilo, cierro la puerta tras de mí, y...

– Buen día, Viviana-san.

Escucho la voz que más amo en este mundo.

– Luna-sama, buen día a ti.

Tras nuestro saludo y reverencia formal, ambas sonreímos, nos miramos a los ojos y dejando nuestras cosas de lado, corremos felices con la otra y nos abrazamos llevando nuestras lenguas a los labios de la otra.

– Viviana-chan…

– Luna…

Nos besamos intensamente, sintiendo el calor de la otra entrando en nuestros corazones. Nuestros cuerpos abrazados, nuestras lenguas entrelazadas, succionando la saliva de la otra y pasándola por nuestras gargantas como si se tratara del elixir mismo de la vida o tratáramos de succionar el alma de la otra.

Pronto la pasión aumenta entre nosotras y estrello a Luna contra la pared mientras poco a poco, nos vamos cayendo hasta caer recostadas sobre el suelo.

– Viviana…

– Luna…

Esta era nuestra rutina desde que aquella noche en que empezamos a salir. Durante el día éramos solo amigas, separadas por un grado superior que ocasionalmente se encuentran en el pasillo y platican alegres sobre los deberes del consejo y la emoción de los concursos de arte, pero al terminar las clases y retirarse todas a casa, nos veíamos en este u otro salón donde nuestro amor pudiera florecer.

Hasta ahora, nuestras sesiones de amor consistían únicamente de besarnos y abrazarnos tanto como fuera posible, con un ligero toque o caricia adicional ya sea en la pierna o la espalda de la otra, pero el día de hoy quería probar algo diferente con ella que había leído en un libro de la biblioteca.

– Luna-chan – separándome de ella.

– ¿Eh?

Con ella acostada sobre el suelo, me siento sobre su regazo y tomando su mano, la llevo hacia mi boca y comienzo a besar la palma de su mano.

– Viviana – sonrojada - ¿Qué estás haciendo?

– Solo te estoy besando, ¿acaso esta mal?

– No, no es que este mal, es solo que… me avergüenza – muy sonrojada.

Intenta levantarse, pero usando mi mano libre la recuesto de nuevo.

– Relájate Luna, déjame hacer esto por ti.

– Uuh… esta bien.

Sonrío y vuelvo mi atención a la palma de su mano, la cuál continuo besando y procedo a besar cada uno de sus dedos, uno a la vez, tomándome mi tiempo para lamer y saborear cada uno de ellos. Veo como Luna se sonroja con cada beso y mueve sus piernas tratando de controlar su excitación.

"Esta funcionando" es hora de seguir avanzando.

Dejo su mano de lado y acostándome sobre ella, acaricio su mejilla izquierda con mi mano mientras beso su derecha con mis labios.

Voy bajando hacia su oreja, la cuál también beso hasta lo más profundo y de ahí voy bajando hasta su cuello, el cuál incluso muerdo de la excitación, al tiempo que acaricio sus muslos con mi pierna.

– Viviana… aaah… Viviana…

Siento su respiración haciéndose más entrecortada, siento el calor y la humedad de su cuerpo, el cual ha comenzado a sudar de la excitación y poco a poco comienzo a bajar hasta su pecho, del cuál voy desabrochando los botones de su camisa y…

– Luna, ¿esta bien si continuó?

– ¿Qué…? – volviendo un poco a la realidad – ¿Por qué tengo que decirlo?

– Tan solo quiero escucharte decirlo – sonrisa maléfica – así que… ¿puedo?

– Viviana... – avergonzada

Luna me ve sonrojada, jamás la había visto tan roja como lo esta ahora. Sin mirarme a los ojos, Luna hace una mueca con su cara, lo cual me indica que esta bien que continue, y entonces desabrocho su camisa un botón a la vez.

Con cada botón que desabrocho, voy besando más de ella cada vez más abajo. Al terminar, me tomo un momento para ver el tono de su piel, puedo ver con claridad el tamaño, color y textura del bracier que usa y el par de joyas redondas que oculta tras de él.

No puedo despegar mi vista de ellas, Luna me mira avergonzada pero al mismo tiempo excitada, esperando que continue. Dirigiéndome con ella, la abrazo y continuo besándola mientras llevo mis manos a su espalda.

Estoy a punto de desabrocharlo y dejarlo caer cuando…

¡Viviana-chan! ¿estás aquí?

– ¡¿Qué Fue Eso?! – Luna asustada, se levanta de inmediato.

Viviana-chan ¿podemos pasar?

– Viviana – paralizada – ¿esas son...?

– Rápido, aquí.

Sin decir nada, tomo a Luna de la mano y rápida como una gacela, la llevo de inmediato al almacén trasero de la sala.

¿Viviana-chan?

¿Crees que se haya ido a casa?

Ni idea, su maletín estaba en el salón, así que…

Luna y yo las escuchamos desde el almacén, mientras Luna avergonzada abrocha los botones de su camisa.

Quizás esta buscando alguna pintura en el almacén.

– ¡Iiiiiiiih! – Grito ahogado de Luna.

Iré a revisar rápido.

– Viviana, ¿qué vamos a hacer? – Luna susurra preocupada.

– Aquí.

La tomo de la mano y…

¿Viviana-chan?

Ambas chicas entran al almacén, pero no nos encuentran ahí. Luna y yo nos hemos ocultado en un apretado casillero, aguantando la respiración.

Parece que de verdad se ha ido.

Una lastima, ¿Qué hacemos con su maletín entonces?

Quizás solo fue al baño, creo que no habrá problema si se lo dejamos aquí en la sala y le avisamos en la mañana.

Sí, ojalá no le hayamos ocasionado ningún problema a Viviana-san.

Mientras escuchamos su conversación, siento el corazón latiendo rápido en el pecho de Luna junto al mío y nuestros rostros totalmente pegados contra la otra.

Jamás habíamos estado tan juntas de la otra, ni siquiera cuando nos besábamos, nuestra mejilla pegada en la otra, nuestros pechos re pegándose y chocándose, nuestras piernas acariciando la entrepierna de la otra.

"El muslo de Luna-chan… esta acariciándome… allí…".

Esto es malo, siento que me voy a excitar.

Siento la humedad en mis piernas y la excitación en mi corazón acelerar rápidamente, hasta que…

Ojalá no le hayamos ocasionado ningún problema a Viviana-san – cierran la puerta y Luna y yo salimos del casillero inmediato.

Ambas recuperamos la respiración extasiadas.

– Vaya… eso fue un peligro.

– Sí… casi somos descubiertas… – Ambas respiramos, recuperando el aire que casi perdemos.

Se que debería estar preocupada o aliviada, pero por alguna razón, empiezo a reír.

– ¡¿De que te ríes en este momento?! ¿No viste lo cerca que ellas estuvieron de…?

Le sonrío, si hay algo con lo que cuento que Luna no puede, es con mi sonrisa. Se tranquiliza.

– De cualquier forma, no podemos permitirnos correr un riesgo como ese, ¿esta claro?

– Esta bien, Luna.

Ella viene conmigo y acariciando mi mejilla, me da un corto y dulce beso en los labios.

– ¿Vamos juntas a la entrada?

– Sí, vamos.


Patio de Saint Michael's

Pasado el susto y la intensidad del momento, en nuestro camino a la entrada comenzamos a platicar, y aún no queriendo despedirnos de la otra, nos sentamos un rato en el patio trasero junto a la fuente.

– Todos en el valle son muy amables y hay montones de fresas y limas por doquier – Luna sonríe mientras me observa hablar – también hacemos fiestas ocasionalmente, ¡Deberías ir a una de ellas! Hay montones de bailes y seguro que tú como bailarina podrías…

– Sin duda sería una buena idea, si no fuera ya una presidenta del consejo.

– ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

Luna se sonroja, se que este tema la incomoda.

Tras haberme platicado su historia con la danza, de cierta manera podía entender lo que sentía, lo que no terminaba de entender es ¿Por qué se reprime así?

– Pienso que si volvieras a bailar serías asombrosa en ello.

– ¿En serio?

– No tienes que competir para poder bailar, podrías bailar solamente porque te gusta.

– No, a mi… ya no me gusta.

– ¡Claro que te gusta! Es totalmente obvio que lo deseas, por la manera en la que pintas y te mueves y te expresas, yo…

– En realidad…

– ¿Uh?

Su tono de voz cambia un tanto.

– De hecho… he considerado quizás volver a competir.

– ¡¿En serio?! – emocionada.

– Bueno… no exactamente, el otro día que fuimos juntas al lugar donde será la competencia nacional de pintura, vi un folleto anunciando un pequeño concurso regional de baile y… consideré que quizás… no sé, podría…

– ¡Claro que tienes que hacerlo!

– Viviana…

– Este es tu sueño, es tu oportunidad de volver a hacer lo que tanto te gusta.

– No, pero…

– ¡Es perfecto! Finalmente podrás brillar haciendo lo que amas y estaré allí para apoyarte, prométeme que lo harás, ¡Promételo!

Entrelazo un dedo con el suyo y con una sonrisa le demuestro todo mi apoyo.

– Yo… lo consideraré – sonríe.

– ¡Genial! Y no te preocupes, estaré allí para apoyarte todo el camino y te echaré porras desde la primera fila, cuando bailes gritaré "¡Esa es mi novia!" y…

– Viviana.

– ¿Uh?

Me toma de la mano y me ve a los ojos, con eso es suficiente para calmarme y decirme que estoy yendo muy lejos.

Llevamos saliendo formalmente ya más de dos meses, y si bien nuestros días han estado llenos de alegría, risas y besos, todavía hay un tema del cuál no hemos querido hablar y ese es… el de una relación pública ante las demás.

– Quizás estoy soñando muy en grande todavía – me tranquilizo – por lo pronto estoy feliz de ser tu novia y verte animada a retomar lo que amas, Luna.

– Gracias, Viviana.

Luna nota mi rostro un poco triste, y llena de amor acaricia mi mejilla con su mano y lleva mi rostro hacia sus labios.

– Hey, ven aquí.

– Luna…

Nos besamos un tanto, olvidándonos por completo del lugar y momento en el que estamos, entrelazando nuestras manos y uniendo nuestros labios.

Estoy perdida en mi lugar favorito en el mundo, los labios de Luna, cuando…

– ¡Espera!

Luna me empuja a un lado y me sienta en la banca donde estamos.

Unas chicas del grado de Luna pasan junto a nosotras.

– Buena tarde representante de clase.

– Buena tarde chicas.

– ¿Aún en la escuela a esta hora?

– Así es, estaba asesorando a Viviana-san respecto a su concurso de pintura el fin de semana.

– ¡Sugoi! Digno de nuestra representante de clase hacer tiempo de su apretada agenda para asesorar a sus junior.

– No cabe duda que por eso eres la presidenta del consejo estudiantil, Luna-sama.

– En verdad, no hay nada que admirar – Luna avergonzada por mentir.

– Viviana-san, mucho éxito en el concurso este Domingo.

– Muchas gracias, chicas – lo digo un tanto apagada, notan el aire de tristeza y decepción que siento en mi corazón.

– Bueno, te dejamos en manos de Luna-sama, ¡hasta mañana representante! Buena tarde.

– Buena tarde a ustedes también.

Las chicas se retiran y Luna se vuelve conmigo avergonzada. Yo por otra parte, entre avergonzada, enojada y decepcionada, controlo mis lagrimas para evitar que me vea llorar.

– Viviana…

– Creo… que me iré a casa ahora.

– ¡Espera!

En el momento que me levanto, Luna me detiene de la mano.

– Lo lamento, yo…

– No, Viviana… yo lo lamento – Luna hace una reverencia ante mí.

– Luna…

– Se que no debe ser fácil mantener una relación secreta y… lamento no ser más valiente.

Me vuelvo a verla, sintiéndome mal por ella y al mismo tiempo, sintiéndome mal por mi misma.

Luna se da la vuelta y observa con un cierto aire de tristeza y desamparo el campus de la escuela.

– No hay ningún lugar seguro para nosotras… – triste – desearía que hubiera un lugar secreto, donde… pudiéramos ser nosotras y nadie nos interrumpiera.

Siento una lagrima caer por mi rostro y Luna también se limpia una del suyo. Voltea a verme con una sonrisa forzada.

– Bueno... creo que ya se hizo tarde, ¿volvemos a casa?

– Sí… esta bien.

Seguimos tomadas de la mano. Luna lo nota. Voltea a verme deseando darme un beso en los labios para despedirme, pero en su lugar me suelta un tanto decepcionada de si misma.

– Nos vemos mañana, Viviana – se da la vuelta con una sonrisa a medias.

– Nos vemos mañana, Luna.

La veo partir y se que debo de volver a casa, sin embargo… no me siento como para ir a casa.


Saint Michael's 1920 – Atardecer

El sol se empieza a ocultar en Saint Michael's mientras recorro los pasillos de la escuela reflexionando sobre los días que he pasado aquí desde que llegue.

"Hasta ahora todo ha salido bien, he conservado mi beca, he logrado hacer amigas, e incluso ahora tengo a la mejor novia del mundo apoyándome y pasando sus días conmigo… ¿Porqué me siento así?"

Suspiro.

Entro al salón de arte donde Luna y yo hemos pasado nuestros días ocultando nuestro amor, siempre siendo sorprendidas o interrumpidas por alguien más.

Desde que empezamos a salir, hemos estado pasando salón tras salón, buscando un lugar donde estar a solas, pero a final de cuentas siempre volvíamos al mismo lugar, donde nuevamente éramos interrumpidas.

Entro a la bodega trasera y observo el casillero en el que Luna y yo nos ocultamos tras casi ser descubiertas.

"Se que fue algo alarmante y debió de ser aterrador, pero ahora que lo recuerdo, pienso que será un buen recuerdo de las dos" – sonrío un tanto desanimada.

Sin importar que salón tomemos o donde nos ocultemos, siempre estamos bajo precaución, preocupada de que alguien nos descubra sin poder tener privacidad. Me pregunto si existirá algún lugar para nosotras.

Curiosa, observo todo en la bodega y dirigiendo mi mirada hacia arriba, noto algo que jamás había notado antes.

– ¿Uh? ¿Pero qué es…?

Había una especie de espacio abierto en la parte de arriba de la bodega.

Tomo la escalera que utilizan para hacer las esculturas y yendo hasta arriba, puedo ver lo que hay allá y… nada, un espacio completamente vacío y sin usar.

– ¡No puede ser!

Salgo corriendo para ver el edificio desde afuera e identificando el salón de arte, noto desde afuera una pared completamente vacía sobre el mismo, sin ventanas ni nada, un gran espacio en blanco bajo el tejado y sobre las ventanas de los salones.

Un espacio completamente sin usar.

– ¡Ya sé que hacer!


Salón de Arte – Varias semanas después

Luna POV

Con una venda sobre mis ojos, Viviana me guía de la mano a lo largo de los pasillos de la escuela, sin tener idea de adonde vamos.

– Ya dime Viviana, ¿a dónde me estás llevando?

– Tranquila Luna, ya casi hemos llegado.

– Esto es muy vergonzoso, ¿qué pasaría si una de nuestras compañeras nos viera actuando así y...?

– No lo harán, y aún si lo hicieran a mi no me importaría – sonrío.

– Viviana…

– Ya casi llegamos.

Se niega a decirme, pero aún así como presidenta estudiantil conozco muy bien los pasillos de esta escuela y desde que me vendó los ojos, sé que hemos recorrido el pasillo, subimos las escaleras, dimos una vuelta a la izquierda, una a la derecha, otra a la derecha, entramos a un salón y ahora, abre otra puerta donde me mete.

"Si conozco a Viviana, probablemente este sea el salón de arte y ahora estamos en la bodega".

Viviana me guía por la bodega hasta llevarme a una parte más atrás en la que nunca había estado.

Siento a Viviana como si estuviera yendo hacia arriba y entonces escucho un crujido de madera.

– ¡Wow, Espera! ¿Qué fue eso?

– Escaleras, ten mucho cuidado para que no te vayas a tropezar.

– ¡¿Qué?! – "¡¿esta bromeando?!" – ¿Esperas que suba con los ojos vendados? - "Además, ¿desde cuando hay escaleras en la bodega del salón de arte?"

– Tranquila Luna, confía en mí – sostiene más fuerte mi mano – nunca te dejaré ir.

– Viviana…

– Vamos, te llevaré un paso a la vez, 1, 2, 1, 2.

Siguiendo sus instrucciones, me aferro fuertemente a sus manos que me guían hasta que llegamos arriba, y escucho a Viviana abrir una puerta más pequeña.

– Muy bien Luna, Aquí tendrás que agacharte un poco.

– ¿Es en serio?

– Vamos.

Ambas nos agachamos, atravesamos la pequeña puerta del lugar y al entrar…

– Muy bien Luna, ¡Abre los ojos!

Poco a poco los voy abriendo y…

– Pero… ¿Qué?


Un mediano salón completamente sin usar, tablones de madera, estantes vacíos en las paredes, una mesa al centro con dos sillas y un sillón en la pared junto a una ventana con vista al patio.

– Viviana, ¿dónde estamos?

No es ningún lugar que haya visto antes en Saint Michael's, me asomo por la ventana y veo que estamos muy alto, quizás en el punto más alto de toda la escuela.

– Viviana…

– Dime, ¿te gusta?

– Sí, pero… ¿Qué es este lugar?

– Es el nuevo ático de la escuela, nadie más sabe de él más que la directora y quienes lo construyeron. Es el nuevo lugar que mandé a construir para nosotras.

– ¿Tú…? ¡¿Hiciste Qué?! – alarmada.

Viviana sonríe.

– Tras ganar el concurso de arte el semestre pasado, la escuela me pregunto si había algo que deseara para continuar haciendo mis obras, yo les comenté que se me había vuelto muy complicado pintar en el salón de arte con tantas chicas interrumpiéndome una y otra vez, entrando y saliendo desconcentrándome y quería un lugar privado para mi sola, y tras contarles de este lugar que estaba vacío…

– Tú... ¿Las convenciste de construir esto?

– ¡Así es! – sonríe orgullosa – extra oficialmente este lugar será conocido como mi estudio personal de arte, aunque en realidad… ¡lo mande a construir para nosotras!

– Viviana…

Sorprendida, no puedo creer lo que ha hecho. Aún en shock me toma de la mano y me guía por aquel lugar.

– ¡Piénsalo! En este lugar voy a guardar mis obras, aquí guardaré mis pinturas, aquí guardarás tus cosas, ¡Incluso podría colocar un pequeño espacio para calentar té! También podrías aprovechar aquí para practicar tu baile y luego…

– Viviana…

La interrumpo, Viviana voltea a verme un tanto confundida.

– ¿Qué pasa Luna? ¿No te gusta?

– No, no es eso, al contrario, estoy encantada con este lugar, es solo que… no me imagino las molestias por las que habrás tenido que pasar y… el que hayas hecho todo esto por mí y…

Siento mi corazón palpitar a mil por segundo, esta es demasiada presión por su parte, un detalle de este tamaño…

– Luna…

– Agradezco mucho el detalle… estoy demasiado orgullosa de ti y lo que has logrado, pero… ponerme esta clase de presión, yo…

– ¿De qué estás hablando Luna?

– De que… hacer algo como esto… esta clase de cosas… ¡No las haces por cualquiera Viviana! Esta clase de detalles solamente se hacen a alguien que sea súper especial para ti y… alguien de quien esperas… te corresponda de la misma manera y… yo… no sé si…

– Luna-chan.

Viviana me tranquiliza y me abraza por detrás. Siento su mejilla recostarse sobre mi espalda.

– No tienes que preocuparte por eso.

– Lo sé, pero – lagrimas en los ojos – es solo que... el que hagas algo como esto por mí… yo...

– Luna...

– Me hace sentir que necesito hacer algo de la misma magnitud por ti y… ¿Qué pasa si no terminamos juntas, nos separamos y yo…? – llorando.

– Tranquila Luna, eso no pasará.

– Viviana, ¿Cómo puedes estar tan segura?

– No lo estoy, pero de alguna manera lo sé.

Dándome la vuelta, me toma de ambas manos y sonríe.

– Sólo se que deseo estar contigo tanto tiempo como me sea posible, y si ese tiempo es toda la vida ¡Mucho mejor!

– Viviana…

– Te amo Luna, jamás había amado a nadie de la misma manera que te amo y jamás lo volveré a hacer. Quiero estar contigo por toda mi vida y que pasemos nuestros días juntas en este ático.

– ¿Pero que tal si no…?

– Lo hará, Luna. Durará y seremos felices por siempre. Lo haremos juntas.

– Viviana…

– Eso es lo que yo más deseo, ahora tú… ¿que deseas?

Sin dejar de sonreírme, me suelta y espera paciente mi respuesta.

Al principio pensé que me tomaría mucho más tiempo decidir que es lo que realmente quería, pero al verla aquí, luciendo como estrella, sonriendo de aquella manera tan bella y especial como ella, es fácil ver que ahora estoy segura de lo que siento, estoy segura de mi respuesta y tomándola en mis brazos, le doy un gran y apasionado beso en los labios.

Ella sonríe y entregando completamente mi ser a ella, la chica a quien más amo en este mundo, nos besamos en aquel ático, el cuál ahora se ha convertido en fruto de nuestro amor y significado mismo de nuestra pasión.

Nos vemos a los ojos y sonriendo le digo.

– Gracias por ser tan paciente y comprensiva conmigo… Te Amo.

– Y yo también te amo, Luna.